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FACTORES DE RIESGOS ASOCIADOS A ESÓFAGO DE BARRETT
El Esófago de Barrett se asocia con varios factores de riesgo. Estos incluyen síntomas de reflujo
crónico (definidos como síntomas semanales durante 5 años o más), sexo masculino, edad
mayor de 50 años, tabaquismo, raza blanca, obesidad central y antecedentes familiares (9). Se
sugiere realizar una gastroscopia de detección única para pacientes con síntomas crónicos de
enfermedad por reflujo gastroesofágico y 3 o más factores de riesgo adicionales para Esófago
de Barrett, incluidos: sexo masculino, edad > 50 años, raza blanca, tabaquismo, obesidad y
antecedentes familiares de Esófago de Barrett o adenocarcinoma de Esófago o en un familiar de
primer grado (8).
TRATAMIENTO ENDOSCÓPICO DEL ESÓFAGO DE BARRETT
La práctica contemporánea incluye la resección endoscópica de cualquier lesión visible dentro
del segmento de Esófago de Barrett, seguida de técnicas ablativas para lograr la erradicación
completa de la displasia y la metaplasia intestinal. Entre las modalidades ablativas disponibles,
la ablación por radiofrecuencia tiene la mayor variedad de datos de eficacia demostrada (10).
Los expertos recomiendan las siguientes estrategias para el tratamiento endoscópico del
Esófago de Barrett (11):
1. En pacientes con Esófago de Barrett con displasia de bajo grado confirmada, se debe
realizar un examen repetido con endoscopia de luz blanca de alta definición dentro de
los 3 a 6 meses para descartar la presencia de una lesión visible, lo que debe impulsar la
resección endoscópica.
2. Tanto terapia endoscópica del Esófago de Barett como la vigilancia continua son
opciones razonables para el manejo de pacientes con Esófago de Barett con displasia de
bajo grado confirmada y persistente.
3. La terapia endoscópica del Esófago de Barett es el tratamiento preferido para pacientes
Esófago de Barrett con displasia de alto grado.
4. Se debe preferir la terapia endoscópica del Esófago de Barett a la esofagectomía para
pacientes con Esófago de Bare con adenocarcinoma esofágico intramucoso (T1a).
5. La terapia endoscópica del Esófago de Barett es una alternativa razonable a la
esofagectomía en pacientes con adenocarcinoma esofágico submucoso (T1b) con
características de bajo riesgo (invasión de <500 μm en la submucosa [sm1],
diferenciación buena a moderada y sin invasión linfática) especialmente en aquellos que
son pobres candidatos quirúrgicos.
6. En todos los pacientes sometidos a terapia endoscópica del Esófago de Barett, la
ablación de la mucosa debe aplicarse a 1) toda la mucosa cilíndrica esofágica visible; 2)
5 a 10 mm proximal a la unión escamocolumnar y 3) 5 a 10 mm distal a la unión
gastroesofágica, según lo delimitado por la parte superior de los pliegues gástricos
usando ablación focal en forma circunferencial.
7. La terapia de ablación de la mucosa solo debe realizarse en presencia de EB plano sin
signos de inflamación y en ausencia de anomalías visibles.
8. La terapia endoscópica del Esófago de Barett debe ser realizado por expertos en centros
de alto volumen que realizan un mínimo de 10 casos nuevos anualmente.
9. La terapia endoscópica del Esófago de Barett debe continuarse hasta que haya una
ausencia de epitelio cilíndrico en el esófago tubular en la endoscopia de luz blanca de
alta definición y, preferiblemente, en la cromoendoscopia óptica. En caso de
erradicación endoscópica completa, se toman muestras de la mucosa neoescamosa y
del cardias gástrico mediante biopsias de 4 cuadrantes.