¿Derecho del trabajo o derecho del empleo? la nueva función de la legislación laboral y la reducción de los derechos en el trabajo
Resumen
Un análisis de las recientes reformas legislativas en materia laboral en Europa y en América Latina, permite apreciar de qué forma la promoción del empleo entendida como una permanente disminución de los costos asociados a la contratación laboral, ha operado como un poderoso criterio orientador de la actividad legislativa, hasta el punto de que puede hablarse de normas laborales de nueva generación, elaboradas para cumplir una función promotora del empleo antes que la tradicional función protectora del Derecho Laboral, bajo la premisa de que el reconocimiento de derechos impediría y finalmente ahogaría la operación de las leyes naturales del intercambio económico y la obtención de utilidades empresariales; en consecuencia, deben restringirse. Sin embargo, estas sucesivas modificaciones legales se han mostrado hasta ahora ineficaces para combatir el desempleo y antes bien, han despojado de protección legal al trabajo, transformándolo en comúnmente precario, inseguro, inestable, volátil y fragmentado, insuficiente para proveer sustento permanente personal y familiar. Si el crecimiento económico necesita para prosperar de una permanente reducción de derechos, a costa, por tanto, de la pérdida de libertad y seguridad en el trabajo, cave preguntarse por la vigencia del acuerdo social que permitió el desarrollo de la democracia moderna, basado en el reconocimiento político-jurídico de derechos a cambio del sometimiento personal que se espera del trabajador a favor de un empleador, en virtud de un contrato de trabajo. Este acuerdo sobre el cual se ha construido nuestra convivencia social y se han desarrollado las posibilidades de prosperar en el trabajo, está actualmente amenazado por la creencia económica ortodoxa de que sólo es necesario cautelar el funcionamiento competitivo del mercado de trabajo, ya que el capital sólo utilizará el trabajo humano en la medida que se muestre útil y barato. La perspectiva propiamente jurídica, de revalorización de los derechos de las personas que trabajan, demanda una urgente preocupación por detener el declive de los derechos en el trabajo. El concepto orientador detrabajo decente levantado por la OIT es una buena plataforma para lograrlo. También puede serlo un redescubrimiento del aparentemente olvidado derecho al trabajo.