Revista de Filosofía
Vol. 41, Nº Especial 2024, pp. 122-146
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598
Esta obra se publica bajo licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
(CC BY-NC-SA 4.0)
https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Aixa Susana Eljuri Febres 1
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3331-6733
Universidad de los Andes
Mérida Venezuela
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.14613262
Preguntas fundamentales sobre la Filosofía de Kant2
¿Qué es la Filosofía Trascendental?
En la Introducción de la Crítica de la Razón Pura, Kant dice que la Filosofía
Trascendental es la idea de una ciencia, cuyo plan debe trazar la Crítica de la Razón Pura
de una manera arquitectónica, es decir, por principios y con la más plena seguridad de la
perfección y solidez de todas las piezas que lo componen. Es el sistema de todos los
principios de la razón pura. Si la Crítica no toma el nombre de Filosofía trascendental, es
decir, si él no identifica la CRP3 con la Filosofía Trascendental, es sólo porque debería para
ser un sistema completo, contener un análisis detallado de todos los conocimientos
humanos a priori.
1 Aixa Susana Eljuri Febres (06-01-1956 / 05-10-2016) Arquitecta, Magíster Scientiae en Filosofía y Doctora en Filosofía
en la Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela.
Profesora ordinaria de la Facultad de Arte de la Universidad de Los Andes.
Coordinadora del Grupo de Investigación Arte, Formatividad y Evento (ULAGRAFE), adscrito a la Facultad de Arte de la
U.L.A.
Miembro activo del Centro de Investigaciones Estéticas (C.I.E.) adscrito a la Facultad de Humanidades y Educación de la
U.L.A., con investigaciones, publicaciones, y asistencia a encuentros nacionales e internacionales de Arte, Estética
Filosófica y Arquitectura.
Título de su Tesis Doctoral:
La imaginación, el tiempo y la determinación total de las facultades del alma (GEMUT) en el sentimiento de lo sublime
en la "crítica de la facultad de juzgar" de KANT
Enlace:
http://bdigital2.ula.ve:8080/xmlui/handle/654321/12631
2 Lección magistral sobre los fundamentos del criticismo kantiano, escrita por la Dra. Aixa Eljuri Febres (1956-2016)
como material de trabajo para sus seminarios sobre el pensamiento de Kant. Esta lección convertida en artículo, se
incluye en sección especial con la intención de homenajear a quien en vida fue una extraordinaria investigadora
venezolana en el campo de la estética kantiana.
3 CRP: Crítica de la Razón Pura
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La Crítica debe sin duda poner ante nuestros ojos una perfecta enumeración de todos
los conceptos fundamentales que constituyen el conocimiento puro, más se abstiene del
detallado análisis de esos conceptos y del examen de los que se derivan de ellos, es decir,
hay conocimientos que se derivan de estos conceptos que no son mostrados por la CRP,
que no son mostrados en ella pero, que deberían ser mostrados en una Filosofía
Trascendental. La Filosofía Trascendental contemplaría todo el conjunto de conocimientos
a priori, pertenecientes a la razón pura, excluyendo de allí a la ética y a la moral, porque
como dice el mismo Kant, allí están presentes conceptos que tienen un origen empírico.
Es decir, la CRP, es casi la Filosofía Trascendental, no lo es completamente, pero es
casi, le falta un poco para ser la Filosofía Trascendental, y Filosofía Trascendental es la
posibilidad del conocimiento, es decir muestra la posibilidad del conocimiento metafísico
en general. Más adelante en la CRP, y en los Prolegómenos § 5, p. 39, señala
Kant que la Filosofía Trascendental es un requisito previo para la metafísica.
La CRP fija todos los principios de la formación de los conocimientos a priori, es la
arquitectónica del conocimiento a priori. Dicho de otra manera, Kant muestra en ella un
determinado conocimiento a priori, pero como el fin de la CRP no es presentar el sistema
completo de conocimientos metafísicos, sino sólo mostrar su posibilidad, dicho en otras
palabras, mostrar también la posibilidad de los juicios sintéticos a priori, entonces él no
llega a todos los detalles de lo que significa el sistema completo de conocimientos
metafísicos, aun cuando muestra una cantidad de ellos allí. En ese sentido hay una
distinción entre la CRP y la Filosofía Trascendental. La CRP es casi la Filosofía
Trascendental pero no lo es en su totalidad.
Para Kant ¿Qué es Metafísica?
Kant utiliza el término Metafísica para designar cosas bastantes diferentes. En primer
lugar se plantea una triple acepción: 1) Como conocimiento que puede ser desarrollado, un
conocimiento que versa sobre las Ideas: Dios, Yo, Mundo; 2) La Metafísica como
disposición natural a plantearse determinadas preguntas. A saber, cuestiones como: el
problema de si el mundo tiene un comienzo y un fin en el tiempo y en el espacio, o, si por el
contrario, el mundo es infinito hacia atrás y hacia delante. Esta segunda acepción tiene el
carácter de una aspiración, o si se quiere de una necesidad arraigada en la esencia misma
del hombre; es el impulso que lleva al hombre a trascenderse, a franquear los límites que
impone su propia constitución. Kant sitúa esta disposición metafísica “natural” en el plano
de los supremos valores humanos.
3) Además de las acepciones anteriores, Kant también denomina Metafísica a las
Investigaciones Críticas, y, en general, a todo lo que podemos conocer por la razón pura.
Según Kant la Metafísica se ocupa sólo de conocimientos sintéticos a priori, y las
proposiciones analíticas sólo le sirven a estos conocimientos de apoyo, de medio para
poder desarrollar la Metafísica propiamente. A través de la filosofía definitiva, a través del
análisis se pondrían en claro los conceptos de la Metafísica y eso serviría para formar las
proposiciones sintéticas a priori. La Metafísica, según lo expuesto por Kant en los
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Prolegómenos a toda metafísica futura que haya de poder presentarse como
ciencia, § 2 c 3, p. 33 se ocupa: Solamente de la producción del conocimiento a priori,
así según la intuición como según las nociones finalmente, también, la producción de
proposiciones sintéticas a priori y, ciertamente, en el conocimiento filosófico, constituye
el contenido esencial de la Metafísica”.
Kant quiere destacar dos significados con el término producción, porque
producción puede querer decir el producto final o el proceso, a saber: A) Entendiendo
producción como proceso, sería la Metafísica como ciencia que se basa en la CRP, en
tanto que esta muestra la posibilidad de los juicios sintéticos a priori, que sirven de base a
la posibilidad del conocimiento puro en la Metafísica. La CRP se encarga
fundamentalmente del proceso de producción que da origen al producto. La CRP se
ocupa entonces: A.1) De mostrar la posibilidad del conocimiento matemático, que es un
conocimiento según intuiciones; A.2) Mostrar la posibilidad de las ciencias naturales, de
la física, que es un conocimiento que también esté basado en intuiciones, pero también
en nociones; A.3) La posibilidad de la Metafísica sobre la base de los conocimientos
sintéticos a priori.
B) Cuando Kant se refiere a la producción como contenido esencial de la
Metafísica, se refiere por una parte: B.1) Al producto del conocimiento ya desarrollado
que es a priori según la intuición y según las nociones, y esto es sin duda alguna la
física, la física tiene nociones puras que están fundadas en la intuición y en los conceptos.
Sobre la matemática, Kant no diría que es una parte del contenido de la Metafísica, pero de
las ciencias naturales, de las nociones puras de la física, él dirá explícitamente que
forman parte de la Metafísica; B.2) Por otra parte, ese contenido esencial se refiere
también al conocimiento filosófico propiamente dicho que tiene que ver con las Ideas
(Dios, Yo, Mundo).
En todo caso, el problema que anima a la CRP, es la posibilidad de la Metafísica, y la
pregunta ¿Qué es la Metafísica? supone a su vez la posibilidad de los juicios sintéticos a
priori, lo cual significa aclarar tanto la síntesis a priori de sujeto y predicado, como la
posibilidad de la verdad a priori de tales juicios. De manera que aunque la CRP es una cosa
distinta a la Metafísica, la una supone a la otra.
La respuesta a la pregunta ¿Qué es la Metafísica? La desarrolla Kant en la CRP al
mostrar en la Deducción Trascendental de las Categorías, la posibilidad de la
física. Allí él muestra como esas Categorías, esos Predicados Ontológicos (las
Categorías), pueden ser verdaderos a priori; en tanto ellos en su síntesis en la
intuición hacen posible la experiencia, de suerte que el objeto empírico tiene que
concordar con ellos, y como las Categorías sirven para constituir o construir objetos para
la conciencia, desde allí Kant va a mostrar la posibilidad de la Metafísica, al diferenciar los
conceptos a priori que se refieren a los objetos en y por el acto de conocer, y donde la
referencia de esos conceptos a priori a los objetos está limitada a fenómenos, que son
representaciones sensibles, ordenadas según espacio y tiempo, y lo que está detrás de
los fenómenos, es la cosa en sí, inaprensible e incognoscible.
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¿Por qué elige Kant las matemáticas y las ciencias naturales como modelo
para ascender a la Metafísica?
Porque tanto en la matemática, como en las ciencias naturales existen conocimientos
sintéticos a priori. La pregunta sobre la posibilidad de la Metafísica, es la pregunta por la
posibilidad del conocimiento sintético a priori. Kant se vale de los modelos de la
matemática en tanto un saber seguro, y de las ciencias naturales, por cuanto que allí había
un conocimiento sintético a priori. Kant muestra cómo son posibles los conocimientos
sintéticos a priori dentro de estos dos campos. Esto le permite dar el paso hacia la
Metafísica, donde también están presentes los conocimientos sintéticos a
priori, pero que versan sobre objetos que son realmente distintos a los objetos
que trata la matemática, y a los objetos que trata la física.
Esa es una primera aproximación, una primera respuesta a ese itinerario que sigue
Kant, él dice que no solamente cada ciencia debe cumplir con estas exigencias (exigencias
que él está estableciendo en la CRP), sino que allí donde nunca se han cumplido esas
exigencias que él va a establecer, allí no puede haber Metafísica. También la Metafísica
debe cumplir con las exigencias que él va a establecer, si no, no podría ser calificada como
una ciencia.
¿Qué fuentes del conocimiento admite Kant, cuáles son las de la Metafísica?
Diferencias entre Intuición y Entendimiento
Kant en los Prolegómenos § 1, p. 29, distingue las ciencias en cuanto a: 1) Sus
objetos; 2) Las fuentes de conocimiento; 3) Al modo de conocer; en base a una de ellas o al
todo de estas partes. Kant admitirá dos fuentes del conocimiento, a saber, el conocer a
priori y la del conocer a posteriori.
La fuente del conocimiento Metafísico no es la experiencia, sino que es un
conocimiento a priori y su fuente es el entendimiento puro o la razón pura. En el
caso de la matemática, esta procede a partir de la construcción de conceptos, y eso
significa que la matemática se representa sus conceptos en la intuición. La
filosofía no hace eso, la filosofía trabaja con conceptos puramente. La intuición nos da
inmediatamente un objeto para la conciencia, o mejor dicho, gracias a la intuición nosotros
somos conscientes de sensaciones ordenadas en espacio y tiempo, es decir, una cosa es la
intuición y otra cosa es el entendimiento.
1) La Intuición: es la facultad que está a nivel de la sensibilidad, la intuición lo que da a
diferencia del entendimiento, lo que da son sensaciones, sin mediación, es decir, de
manera directa, inmediatamente quiere decir sin mediación, de manera directa.
2) En cambio, que el pensamiento o el Entendimiento: también se refiere a objetos,
pero nosotros para poder pensar objetos a través del Entendimiento necesitamos de la
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Intuición, necesitamos de una mediación. Nosotros conocemos con el Entendimiento a
través de las estructuras de la conciencia, de las Categorías. Para que haya conocimiento
tiene que haber un acoplamiento, una aplicación del Entendimiento a la Intuición. Kant
dirá en la CRP: que una intuición sin concepto es ciega, que un concepto sin intuición es
vacío”.
¿Cuál es la diferencia entre razón y entendimiento?
Razón y entendimiento son cosas distintas. Razón Pura es un título en cierto modo
redundante, porque no es que hay una razón empírica y una razón pura, lo único que hay
es una Razón Pura. Kant quiere destacar el carácter a priori de esa capacidad, de esa
facultad que es la razón. Pero por otro lado, la razón está entendida en la CRP en dos
sentidos, a saber, 1) Razón en sentido restringido, que es la facultad de las Ideas:
Dios, Yo, Mundo; 2) Razón en sentido amplio, que contempla tanto a la razón en
sentido restringido, es decir, a la Facultad de las Ideas; y además a la Facultad de Juzgar y
al Entendimiento.
¿Qué es para Kant la sensibilidad?
La sensibilidad es una facultad pasiva, es una pasividad que organiza las sensaciones
según las formas puras del espacio y del tiempo. Al Espacio, Kant lo reconoce como el
sentido externo, para Kant el espacio no subyace a las cosas, el espacio espuesto por el
sujeto, es decir, así como uno huele las cosas, así uno “espacea”,
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es un sentido. Y el
Tiempo, es reconocido por Kant como el sentido interno, que permite la autoconciencia
del “Yo Empírico”, es decir, yo me doy cuenta de mi mismo y de mis estados gracias a ese
sentido interno que es el tiempo. Allí yo soy representado mediante ese sentido, ese es el
Yo Empírico”. El tiempo nos permite a nosotros tener conciencia de esta multitud de
sensaciones que se nos presentan simultáneamente, pero ahora en sucesión, como cuadros
de esas simultaneidades nos son presentadas gracias al tiempo.
¿Cómo se constituye un objeto para la conciencia en Kant?
Ante la excitación de lo que Kant llama la cosa en aparece, se produce en el sujeto
una sensación, por ejemplo: la sensación del color rojo, del color amarillo, etc. Ahora bien,
eso es organizado en espacio y tiempo, y eso significa en el caso del espacio, que las
sensaciones se presentan simultáneamente, el espacio es para Kant lo que él llama el
sentido externo, es decir, el espacio no subyace a las cosas; el espacio está puesto por el
sujeto, es decir, así como uno huele las cosas, así uno espacea”, es un sentido. La
sensibilidad es una facultad pasiva, es una pasividad que organiza las sensaciones según la
forma pura del espacio y del tiempo. Por otra parte, el tiempo no está en las cosas, el
tiempo pertenece a la conciencia; el tiempo pertenece a la sensibilidad humana. Entonces,
en el caso del espacio Kant lo reconoce, lo denomina como el sentido externo y el tiempo
como el sentido interno de la sensibilidad, y ese sentido interno que es el tiempo permite la
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El término “espacea” no existe en lengua española, lo usamos sólo para dar una imagen que permita
comprender más claramente lo que Kant dice en su texto
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autoconciencia del “Yo Empírico”, es decir, yo me doy cuenta de mismo y de mis
estados gracias a ese sentido interno que es el tiempo. Allí yo soy representado mediante
ese sentido, ese es el “Yo Empírico”. El tiempo nos permite a nosotros tener conciencia
de esta multitud de sensaciones que se nos presentan simultáneamente, pero ahora en
sucesión, como cuadros de esas simultaneidades nos son presentadas gracias al tiempo.
En el caso de Kant, la sensación constituye la materia del fenómeno,
5
la sensación
nos pertenece a nosotros, pero la sensación está en contraste con la forma, es decir, la
forma y el contenido del fenómeno son dos cosas distintas: el contenido es la
sensación y la forma viene dada tanto por las formas de la sensorialidad, que son formas
pasivas, son formas mediante las cuales somos afectados por los objetos, y además la
forma también viene dada por las Categorías.
Fenómeno quiere decir sensación ordenada en espacio y tiempo. Ahora bien, esas
sensaciones organizadas en espacio y tiempo aun les falta organizarse de otra manera, a
saber, según la cantidad, según la cualidad, según la relación, según la modalidad, etc., y
con ellas se establecen enlaces entre las sensaciones, de tal suerte que allí nos aparece
gracias a la acción, a la intervención de las Categorías que son conceptos que permiten el
enlace de las sensaciones, gracias a ellos finalmente nos son dados objetos para la
conciencia.
Estas Categorías no están derivadas de la experiencia, nosotros no las sacamos de
las cosas mismas, nosotros las ponemos, es decir, cada conciencia pone esas estructuras,
ellas están en el sujeto humano, en la subjetividad humana, y gracias a ellas organizamos
las sensaciones, entonces ellas no son derivadas de la experiencia, la experiencia misma
requiere de ellas para que pueda haber experiencia. La posibilidad de la experiencia está
fundada en las Categorías. La experiencia en Kant es una síntesis de las sensaciones con
todas estas estructuras, con todas estas formas que se han señalado, la experiencia tiene
que ver con la totalidad de los fenómenos.
¿Por qué todos los juicios analíticos son a priori? ¿Qué posible objeción puede
tener esta tesis de Kant?
Kant afirma en los Prolegómenos a toda metafísica futura que haya de
poder presentarse como ciencia, § 2 b, p. 30: “Todos los juicios analíticos, se basan
completamente en el principio de contradicción, y son, por naturaleza conocimientos a
priori, sean o no sean empíricos los conceptos que le sirvan de materia. Pues porque el
predicado de un juicio analítico afirmativo ya estaba pensado previamente en el
concepto del sujeto, es por lo que no puede ser negado de él sin contradicción: igualmente
será su contrario necesariamente negado del sujeto en un juicio analítico, pero negativo,
y también según el principio de contradicción”.
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Fenómeno: lo que se nos muestra en la conciencia
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Kant dice que los juicios analíticos son a priori, eso significa que son universales y
necesarios, y además que ellos están fundados exclusivamente en un único principio, a
saber, el principio de contradicción. Son necesarios porque lo que se dice del sujeto en el
predicado es contenido de manera necesaria en el sujeto, se desprende de manera
necesaria de él. Son universales porque valen para todos los casos, por ejemplo: “todos los
cuerpos son extensos”, es un juicio universal, válido en todos los casos. Además están
basados exclusivamente en un único principio, a saber, el principio de contradicción. Es
decir, que lo que se pregunta por ejemplo en el juicio: “todos los cuerpos son extensos”
¿está la extensión contenida en el sujeto, a saber, en la totalidad de los cuerpos, o no?
Entonces la respuesta tiene que ser o si o no, si bien es si, entonces podemos formular en
este caso un juicio analítico en el que el predicado sea afirmado del sujeto, si es no,
tendríamos que negar ese predicado del sujeto, pero no ambas cosas a la vez. No
podríamos afirmar ni negar a la vez del mismo predicado en el mismo sentido, porque el
principio de contradicción dice: nada puede a la vez ser y no-ser”, entonces en nuestro
ejemplo “todos los cuerpos son extensos”, los cuerpos no pueden ser a la vez extensos e
inextensos, tampoco hay la posibilidad de término medio, todo debe ser o no-ser. En
definitiva, el predicado está extraído del sujeto en los juicios analíticos únicamente
sirviéndose del principio de contradicción.
La posible objeción que tiene esta tesis de Kant es que él admite frases
analíticas como juicios a priori, aunque sus conceptos sean empíricos, por
ejemplo: “el oro es un metal amarillo”. Para decir que proposiciones analíticas son a priori,
en este caso no se apela tanto a la idea de universalidad y necesidad, sino a la idea de que
no necesitamos experiencia alguna. Es decir son a priori porque no necesitamos
experiencia alguna para saber eso. En el concepto de oro, dice Kant, está contenida la
noción de amarillo y de metal y no se necesita hacer otra cosa que analizarle sin buscar
cosa alguna fuera del mismo. Pero, ¿Cómo sabemos nosotros que en el concepto de oro
está contenida la noción de amarillo y de metal? Porque entonces el concepto de oro en
este caso tendríamos que pensarlo como un concepto empírico, es decir, un concepto
empírico formado a partir de la experiencia. Entonces, ¿cómo es eso de que no
necesitamos la experiencia? Kant nos dirá que una vez formado el concepto de oro
no se necesita una experiencia adicional para poder predicar “el oro es un
metal amarillo”, es decir, que podemos necesitar de una experiencia previa que me
permita conformar el concepto de oro, pero ya después no se necesita de experiencia más
alguna para predicar eso en este instante.
En la Introducción de la CRP, hay una consideración de juicios analíticos de este tipo,
donde el concepto, es un concepto empírico formado a partir de la experiencia, y allí dice
Kant, que esos juicios son a priori, pero no son absolutamente a priori, los absolutamente a
priori tendrían que ver con juicios cuyos conceptos del sujeto tuviesen un origen a priori,
por ejemplo, los juicios de la matemática están basados en conceptos a priori, sin apelar a
la experiencia misma. Es decir, que Kant nos estaría diciendo que nosotros no tenemos
necesidad de apelar a experiencia alguna más para predicar del oro que sea un metal y
amarillo.
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Ahora, la objeción que podríamos hacerle a Kant sería la siguiente:
nosotros no necesitamos valernos de la experiencia, pero para formar el concepto mismo
necesitamos de eso, necesitamos de la experiencia, por cuanto a priori no se puede decir
del oro que sea un metal amarillo, sino que necesita haberse formado ese concepto. A lo
cual añade Kant: que una vez formado el concepto no se necesita una experiencia
adicional. Nosotros ahora, sabiendo lo que es el oro, diríamos que el oro es un metal
amarillo. Eso es un juicio a priori, pero diríamos que es de una calidad apriorística que no
es la de la calidad apriorística de los juicios de las matemáticas puras, de las ciencias
naturales puras y de la misma Metafísica, porque allí en estas ciencias sus conceptos ante
todo son a priori.
¿Qué papel juega la construcción del concepto o representación del concepto
del sujeto en la intuición en la posibilidad del conocimiento de la matemática?
Según lo afirmado por Kant en los Prolegómenos a toda metafísica futura que
haya de poder presentarse como ciencia § 2 c 2, p. 32: “Lo esencial y
característico del conocimiento matemático respecto a todos los otros conocimientos a
priori, es que, en absoluto, no debe proceder de los conceptos, sino siempre mediante la
construcción de estos”.
Efectivamente, en la matemática se construyen los conceptos. La matemática, ese
conocimiento a priori que es la matemática debe ir más allá, debe pasar sobre la noción del
sujeto, ella debe ir más allá y desplegar lo que está contenido en la intuición, es decir, el
concepto del sujeto es representado en la intuición, se le da un contenido; gracias a esa
intuición es que podemos ir s allá del concepto mismo. En sus proposiciones la
matemática debe ir más allá del concepto del sujeto, hacia aquello que contiene la intuición
que le corresponde al concepto.
Se debe ir más allá, este conocimiento que es la matemática debe ir más allá del
concepto del sujeto, porque nosotros no podemos derivar del concepto del sujeto el
predicado, sino que tenemos que ir más allá hacia aquello que contiene la intuición que le
corresponde. Cada concepto de la matemática tiene una intuición correspondiente, por
ejemplo: punto en matemática puede ser representado en la intuición, recta puede ser
representada en la intuición. Ahora está el concepto de recta y está la representación del
concepto de recta en la intuición, que son dos cosas distintas. Cuando representamos el
concepto en la intuición allí vamos más allá del concepto, nos valemos de la intuición para
ello, y por eso esa intuición nos permite ir más allá del concepto y predicar juicios
sintéticos, y formar juicios sintéticos en la matemática, de otra manera no lo podemos
hacer.
Se tiene entonces, que ir más allá del concepto a la intuición, a la intuición
correspondiente a ese concepto, por ejemplo, a la intuición de recta, a la representación de
ese concepto de recta en la intuición, eso debe hacerse en la intuición pura, en la forma de
la sensibilidad que es el espacio yo puedo representarme una recta. Es decir, que el
geómetra se representa la recta en la forma pura del espacio, que es un sentido, una forma
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pura inherente a la sensibilidad del hombre, el geómetra tiene en su conciencia, como
todos lo tenemos, esa facultad que es la sensibilidad, y allí en ella podemos representarnos
la recta. La matemática tiene que ir más allá del concepto. El concepto es vacío, Kant dirá
en la CRP: que una intuición sin concepto es ciega, que un concepto sin intuición es
vacío”. Las matemáticas tienen que ir más allá del concepto mismo hacia la intuición pura
correspondiente a ese concepto, para poder formar sus juicios sintéticos a priori. Se debe
tener la imagen del concepto, el contenido del concepto tiene que estar
presente en la intuición, y eso es la construcción del concepto.
Por lo antes expuesto, es que los juicios de la matemática no pueden ser analíticos,
porque nos vamos más allá del concepto, si nos quedáramos en el concepto y derivamos el
juicio del concepto, serían juicios analíticos, pero como eso no es posible en la matemática,
entonces, los juicios de la matemática no son analíticos, y de allí que todas sus
proposiciones sean sintéticas a priori.
¿Qué quiere decir en la filosofía de Kant que las Categorías tengan validez
objetiva?
Kant señala en los Prolegómenos a toda metafísica futura que haya de
poder presentarse como ciencia, Prefacio, p. 24: “A saber, por un principio único,
llegué a la deducción de que, estas nociones, de las cuales estaba yo ahora seguro, no se
derivaban de la experiencia, como Hume había recelado, sino que brotan de la Razón
Pura”. Seguramente ese principio tiene que ver con el hecho de que él exige que esas
Categorías tengan validez objetiva.
Para Kant la deducción de las Categorías tiene carácter de necesidad, lo cual quiere
decir que se trata de nociones a priori, Kant nos habla de una certeza, a saber, él tenía
fundamentos, razones por las cuales él podía considerarlas como verdaderas, como
objetivas, no se derivaban de la experiencia como David Hume había recelado. Para Hume,
la experiencia sirve de base a la constitución al menos del concepto de causalidad, para
Hume la noción de causa se constituye debido a la repetición de la misma experiencia, es
decir, que Hume deriva esta noción de la experiencia, y por lo tanto no sería un concepto
a priori.
La validez objetiva la podríamos entender como el principio que exige
Kant para la Deducción Trascendental de las Categorías, y eso consiste en lo
siguiente: en que las Categorías deben tener una referencia a los objetos, es decir, que
esos conceptos son efectivamente conceptos de objetos, es decir, que las categorías sólo
pueden ser aplicadas a la experiencia, y precisamente ese es un hallazgo tremendo en el
campo de la Metafísica, porque lo que estaba ocurriendo en el campo de la Metafísica era
que conceptos que sólo concernían a la experiencia, a saber, las Categorías kantianas,
estaban siendo utilizados s allá del ámbito de la experiencia, dando lugar a cierto tipo
de juicios de donde nacen problemas como los de las Antinomias, a saber, el problema de
si el mundo tiene un comienzo y un fin en el tiempo y en el espacio, o, si por el contrario, el
mundo es infinito hacia atrás y hacia delante. Y Kant nos dice solamente en la intuición
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podemos representarnos objetos en el espacio y el tiempo, y si no tenemos una intuición,
por ejemplo, de mundo, mal podríamos decir que el mundo tiene un comienzo y un fin, por
esta vía es que Kant lo resuelve, y también otras Antinomias. Es decir, Kant lo resuelve
también sobre la base de la utilización de conceptos que sólo conciernen a la experiencia.
Entonces, esta cuestión de la validez objetiva se refiere a que Kant mantiene
permanentemente presente en la Deducción Trascendental de las Categorías este principio
de la validez objetiva, este principio establece una concordancia de los conceptos con las
cosas, es una especie de verdad del concepto, es una especie de objetividad del concepto.
Kant muestra a través de la Deducción Trascendental de las Categorías, cuando él las va
derivando, él va mostrando como ellas no están referidas a otras cosas, sino a los objetos
de la experiencia, sirven como enlaces de los objetos de la experiencia, de las sensaciones.
¿Cómo es posible la verdad de los conceptos a priori o de los juicios a priori?
Ya en el año de 1772 (nueve años antes de publicar la Crítica de la Razón Pura), que
ha sido señalado como el año en el que Kant descubre el problema crítico fundamental, él
dirige a su discípulo Marcus Herz una carta que lleva fecha 21 de febrero de 1772, la cual
esclarece todos los procesos discursivos anteriores y posteriores del filósofo. Y no faltó a la
verdad quien dijo que esta carta marca el verdadero alumbramiento de la Crítica de la
razón pura. Allí Kant expone el plan de su obra:
(...) Después de su partida de Königsberg en los intervalos entre las ocupaciones y el
reposo que tanto necesito- contemplé, de nuevo, el plan de las consideraciones sobre las
cuales hemos disputado, para adecuarlo a la filosofía en general como a las otras formas de
conocimiento, así como para determinar su extensión y sus límites. Ya parecía con
anterioridad, haber avanzado bastante en las distinciones de lo sensible respecto tanto de
lo intelectual en la ética (moral) como de los principios que de ella derivan. Había
bosquejado desde hace tiempo, y a satisfacción mía, los principios de la sensación, del
gusto y de la facultad del juicio y de sus resultados, lo grato, lo bello y lo bueno, y entonces
me propuse el plan de una obra que pondría por título ‘Los límites de la sensibilidad y
de la razón’. La pensé en dos partes: una teorética y una práctica. La primera contendría
dos secciones: 1, La Fenomenología en general y 2, La Metafísica, y ella sólo según su
naturaleza y su método, la segunda parte la dividí asimismo en dos partes: (a) Principios
generales de las sensaciones, de los gustos y del deseo sensible, (b) De los primeros
principios de la eticidad (sittlichkeit). En cuanto que consideré que la parte teórica en toda
su extensión y en las relaciones mutuas de todas sus partes, pude constatar que me faltaba
algo que yo había desatendido en mis largas investigaciones tanto metafísicas como de
otra, y que constituía de hecho, la clave para todo el secreto de la metafísica que, hasta ese
momento, se había ocultado a misma. Me pregunté, pues ¿En cuál fundamento se apoya
la relación lo que entre nosotros es llamado representación con su objeto? (...)
6
En ésta carta Kant hace expreso el siguiente problema crítico, en la forma que quedó
vigente para la Crítica de la razón pura, (en el Parágrafo § 14): ¿Cómo es posible la
verdad de los conceptos a priori o de los juicios a priori? El problema se refiere
6
Kant Immanuel, “Carta a Marcus Herz, 21 de febrero de 1772”, en Filosofía 2, Revista del Postgrado de
Filosofía de la U.L.A., C.D.C.H.T., Mérida, Venezuela, 1991, pp. 39-47. Traducción de Alberto Arvelo.
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especialmente al conocimiento sintético a priori, no al analítico, pues los juicios
analíticos son posibles, es decir, su verdad es posible gracias al principio de identidad. Pero
el problema que él se plantea ahora es sobre la verdad de los conocimientos sintéticos, o
sea, los conceptos sintéticos, conceptos sintéticos son aquellos que se piensan, que se
representan en una síntesis; por ejemplo el concepto de causa-efecto. Ahora bien, es
importante señalar que hay juicios sintéticos a posteriori, como por ejemplo: el salón tiene
10 m2, donde a partir de la experiencia yo determino que este juicio es verdadero. Mientras
que el juicio “todo lo que acaece tiene su causa”, el llamado principio de causalidad, es un
juicio sintético a priori, dado que en el concepto de lo que acaece no está contenido el
concepto de causa, dicho de otra manera el predicado no puede ser extraído del sujeto,
entonces no puede ser conocido por identidad.
Así pues, si él es verdadero, se plantea precisamente el problema de ¿Por qué es
verdadero? (verdadero quiere decir que él concuerda con la cosa, que tiene realidad
objetiva).
Tanto en la carta dirigida a Herz como en el Parágrafo § 14 de la Crítica de la
razón pura, Kant observa tres posibilidades para responder a la pregunta referente al
problema crítico:
La primera posibilidad consiste en que los conocimientos sintéticos a priori,
conceptos o juicios, o bien sean origen, o bien sean causa de las cosas con las cuales ellos
concuerdan. Ciertamente si ellos fueran causa ellos concordarían porque los efectos
concuerdan con las causas según la teoría de la causalidad filosófica platónica.
La segunda posibilidad es que si ellos fueran efectos de las cosas, serían verdaderos,
esto ocurre con los conceptos empíricos que son extraídos de las cosas y en cierto sentido
las cosas son fundamento de los conceptos.
En ninguno de los dos casos mencionados esas soluciones se pueden aplicar a los
conceptos puros del entendimiento; en el primer caso porque el entendimiento humano es
finito, no crea las cosas. Eso puede valer respecto de las ideas de Dios, pero no respecto de
los conceptos a priori del entendimiento humano, en consecuencia esa primera solución
queda descartada. La segunda solución queda también descartada porque precisamente los
conceptos puros, son puros de experiencia, tienen un origen a priori, por consiguiente,
ellos no pueden ser verdaderos a cuenta de o por ser efectos. El entendimiento humano no
es ni un intelecto creador, ni un intelecto puramente receptivo, de manera que ambas
soluciones no son posibles. Kant expresa lo anterior en la carta dirigida a Marcus Herz de
la siguiente manera:
(...) Porque si la representación tan sólo contiene la manera como el sujeto es afectado por
el objeto, resulta cil comprender tanto de qué modo esa representación se adecua al
objeto, (como un efecto se adecua a su causa), como de qmodo esa determinación de
nuestra alma puede comprender algo, es decir, de qué modo puede tener un objeto. Así las
representaciones pasivas o sensibles poseen una relación inteligible (begreifliche) con los
objetos, y los principios que son tomados de la naturaleza de nuestra alma tienen una
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validez inteligible frente a todas las cosas, en la medida en la cual ellas serían objetos de los
sentidos. De la misma manera, si lo que se llama en nosotros representación fuese activo
con respecto al objeto, es decir, si el objeto es producido por ella misma así como
asumimos que los conocimientos divinos son creadores de las cosas- entonces sería
también posible comprender la conformidad de estos conocimientos con los objetos. Son
pues, por lo menos, comprensibles, tanto la posibilidad de un intelecto arquetipo, sobre
cuya intuición se fundan las cosas mismas, como de un intelecto ectipo, que crea los datos
de sus procesos lógicos a partir de la intuición sensible de las cosas. Pero nuestro
entendimiento no es ni la causa de los objetos (por medio de sus representaciones con la
excepción de los fines buenos dentro de la moral), ni es el objeto la causa de las
representaciones del entendimiento (in sensu reali). Los conceptos puros del
entendimiento no pueden, en consecuencia, ser abstraídos de las sensaciones de los
sentidos, ni pueden expresar la receptividad de las representaciones por medio de los
sentidos, sino que, en verdad, tienen su fuente en la naturaleza del alma; esto, sin
embargo, en la medida en la cual ni son producidos por el objeto ni ellos mismos producen
el objeto (...) La oscuridad surge en torno a cómo puede mi entendimiento construirse
conceptos de cosas (completamente a priori) con los cuales las cosas deben coincidir
necesariamente; y cómo puede el entendimiento bosquejar principios reales sobre la
posibilidad de estos conceptos, con los cuales la experiencia tiene que coincidir fielmente,
aun cuando ellos son independientes de ella (...)
7
Kant se plantea una tercera posibilidad esta se refiere a que hay un tercer ente que
media entre ellos; este sería Dios, que como ha creado de antemano las cosas y la razón
humana, al crearlas las pusiera de acuerdo, de tal manera que los conceptos a priori que
residen o surgen de la mente humana concordaran con las cosas como por un milagro
gracias a su creador. Sin embargo, esta solución también es descartada porque implicaría
presuponer un conocimiento a priori de Dios, lo que constituiría un argumento circular,
que consiste en presuponer algo como base para probar eso mismo, de tal manera que lo
mismo es premisa y consecuencia. Kant expresa esta posibilidad en la carta dirigida a
Marcus Herz, del siguiente modo:
(...) Platón asumió a una antigua intuición espiritual de la Divinidad como fuente
originaria de los conceptos y principios puros del entendimiento. Malebranche asumió la
intuición aún perdurante y siempre conservada de esta esencia originaria. Y distintos
autores éticos (Moralisten) asumieron justamente esta esencia referida a las primeras leyes
morales. Crusius (asumió) ciertas reglas implantadas y (ciertos) conceptos, los cuales,
como quiera que ellos sean, Dios los ha implantado en el alma de los hombres, para que
armonicen con las cosas. De estos sistemas puede llamarse al primero influxum
hyperphysicum, y al último, harmoniam praestabilitam intellectualem. Pero el Deus ex
machina es lo más desacertado que podría escogerse para la determinación del origen y de
la validez de nuestro conocimiento, y tiene, además de la circularidad engañosa en los
razonamientos de nuestro conocimiento, la desventaja adicional de que estimula todos los
caprichos y las quimeras piadosas y delirantes (Grüblerischem Hirngespint) (...)
8
7
Kant Immanuel, “Carta a Marcus Herz, 21 de febrero de 1772”, en Filosofía 2, Revista del Postgrado de
Filosofía de la U.L.A., C.D.C.H.T., Mérida, Venezuela 1991, pp. 41-43. Traducción de Alberto Arvelo.
8
Kant Immanuel, “Carta a Marcus Herz, 21 de febrero de 1772”, en Filosofía 2, Revista del Postgrado de
Filosofía de la U.L.A., C.D.C.H.T., Mérida, Venezuela, 1991, pp. 43-44, Traducción de Alberto Arvelo.
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La vía para probar ¿Cómo es posible la verdad de los conocimientos a
priori? Tiene que ser a priori, la vía no puede ser empírica, porque por una vía
empírica no es posible probar que un conocimiento es universal y necesario. Y la respuesta
en forma resumida consiste en que los conceptos a priori concuerdan ciertamente con los
entes, si ellos hacen posible esos entes, si ellos son en cierto sentido fundamento de esos
entes. Pero esos entes no pueden ser la cosa en , porque la razón humana no es creadora,
es finita, ella sólo hace posible los fenómenos. De tal manera que sólo si nuestros
conceptos a priori hacen posible el conocimiento de los fenómenos, en tanto objetos, no
con otros, sino sólo con esos objetos. Además, ellos no hacen posible los fenómenos
respecto de su existencia, sino que esos conceptos lo que hacen posible es la esencia de
esos objetos.
Entonces los conceptos a priori no son condiciones de la existencia de los objetos,
sino de la posibilidad de los objetos, de que sean posibles. Los conceptos hacen posible el
conocimiento empírico de los objetos y a la vez los objetos hacen posible los conceptos,
porque el objeto es el correlato del conocimiento, los objetos no existen fuera del
conocimiento, de tal manera que al mostrar Kant que los conceptos puros hacen posible los
conocimientos, muestra al mismo tiempo que ellos hacen posible los objetos de
conocimiento. Ya para el año de 1772 Kant afirma tener una parte de la obra concluida:
(...) Puesto que yo buscaba de tal manera las fuentes del conocimiento intelectual, sin las
cuales no es posible determinar la naturaleza y los límites de la metafísica, puse esta
ciencia en compartimientos esencialmente diferentes, e intenté conducir la filosofía
trascendental, es decir, a todos los conceptos de la razón plenamente pura, hasta un
número determinado de categorías. Pero no realicé esto como Aristóteles, que las colocó
tal como las encontró en sus diez predicamentos, poniéndolas aproximadamente una al
lado de las otras, sino que las establecí, tal como ellas mismas se dividen en clases, a partir
de algunos pocos principios del entendimiento. Sin ponerme a clarificar ahora la secuencia
completa de la investigación proseguida hasta las últimas metas, puedo afirmar que he
tenido éxito, en lo que respecta a lo esencial de mi propósito, y que yo, en consecuencia,
estoy en condiciones de presentar una ‘Crítica de la razón pura’, que contenga la naturaleza
del conocimiento tanto teórico como práctico, en la medida en la cual él es solamente
intelectual. De esta crítica está redactada la primera parte, que contiene, en primer lugar
las fuentes de la metafísica, sus métodos y mites, y además, los principios puros de la
sensibilidad.
9
La solución hallada por Kant a la pregunta: ¿Cómo es posible la verdad de los
conceptos a priori o de los juicios a priori? tiene consecuencias importantes
para la filosofía crítica, ¿cuales son esas consecuencias?
1. Kant establece el territorio dentro del cual esos conceptos o juicios a priori
tendrán validez objetiva, serán verdaderos, a saber, el territorio de la experiencia, de los
9
Kant Immanuel, “Carta a Marcus Herz, 21 de febrero de 1772”, en Filosofía 2, Revista del Postgrado de
Filosofía de la U.L.A., C.D.C.H.T., Mérida, Venezuela, 1991, p. 44, Traducción de Alberto Arvelo.
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objetos empíricos, los objetos que existen en espacio y tiempo. De esa tesis fundamental
sobre la verdad de los conocimientos sintéticos a priori resulta la prohibición de ir más allá
de los límites de la experiencia, porque s allá de esos límites nosotros no podemos
conocer nada a través de esos conceptos, al menos en un tipo de conocimiento teórico, no
en un tipo de conocimiento práctico. Por otra parte, si bien la solución al problema de la
verdad del conocimiento a priori conducirá a Kant en la Crítica de la razón pura a negar la
posibilidad de conocer el mundo inteligible a través de conceptos puros, y si bien no es
posible conocer las cosas en , es posible pensarlas, el mero pensar que deja a Kant la
puerta abierta a un tipo de metafísica que en vez de apoyarse en los fenómenos, se va a
referir a datos de la vida moral.
2. Las cosas en si son incognoscibles, no las podemos conocer ni por una
intuición pura porque serían fenómenos, ni a través de una intuición empírica, porque
serían objetos empíricos; no serían en sí, ni a través de los conceptos puros, porque no
puede haber conocimiento, sino hay pensamiento e intuición, pensamiento sólo no es
conocimiento. Entonces no son cognoscibles por ninguna de las tres vías que Kant cree
posible, ellas son incognoscibles respecto de su “lo que”, es decir, de su esencia.
3. Es necesario admitir la existencia de la cosa en , porque la solución
encontrada por Kant respecto de la verdad a priori de los conocimientos sintéticos a priori
vale solamente respecto de los fenómenos, y si resulta entonces, que los fenómenos son
cosas en sí, y pudiéramos conocerlos, todo nuestro conocimiento sería a posteriori,
entonces no habría conocimiento a priori, es decir, que todo el conocimiento se volvería
empírico, el conocimiento sería entonces contingente y particular; desaparecería el
conocimiento universal y necesario. En consecuencia la solución al problema del
conocimiento a priori, exige que si bien se declara la incognoscibilidad de la cosa en , se
admite a la vez su existencia, como algo diverso de la aparición.
4. El mundo que nosotros conocemos, el mundo empírico que conocemos a
través de la experiencia, ese es un mundo de la mera representación, mero fenómeno,
existe únicamente como fenómeno en la conciencia; Kant explica la aparición, la
presentación de las sensaciones como producto de un influjo de la sensibilidad por parte
de cosas en sí. Nosotros no creamos el contenido de la sensación, sino que este se presenta
repentinamente; la materia del conocimiento empírico es la sensación, y la forma es el
espacio y el tiempo. La sensación es conformada o configurada por la intuición pura, el
resultado de ello es lo que Kant llama la aparición; cuando esa aparición es pensada a
través de los conceptos puros, entonces tenemos un objeto empírico. El mundo empírico
que nosotros vemos es pues, mera representación; desde aquí el punto de vista de Kant es
un idealismo,
10
pero este idealismo dice Kant, no es el idealismo subjetivo que identifica
todo ente con representaciones, Kant dice: es un idealismo crítico o trascendental, a
saber: un idealismo que admite sin embargo, la existencia de cosas en aunque ellas no
puedan ser conocidas.
10
Idealismo, es una posición filosófica que sostiene que los entes son ideas, entendida idea, como
representación en la conciencia.
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5. Al contrario que en la Disertación Latina del año 70, el mero
pensamiento no es ya conocimiento, mientras que en el año 70 veíamos como el
pensamiento a través de los conocimientos puros era un conocimiento metafísico de las
cosas en sí, ahora solamente hay conocimiento, cuando hay colaboración entre
pensamiento e intuición, sea el pensamiento y la intuición pura, sea el pensamiento y la
intuición empírica; que arroja en cada caso un conocimiento: El de la intuición pura, a
saber, el conocimiento matemático, sea la geometría, la aritmética, o la mecánica dice
Kant, o el conocimiento donde la referencia es entre pensamiento e intuición empírica.
Intuición empírica es la intuición de una sensación. En el año 70 había una dualidad de
pensamiento e intuición, ahora no solamente hay eso, sino que además hay una recíproca
dependencia, por eso en la Crítica de la razón pura, Kant dirá: que una intuición sin
concepto es ciega, que un concepto sin intuición es vacío”. Pues son los conceptos los que
determinan, es decir, las sensaciones extendidas en el espacio o en el tiempo, es la materia
del conocimiento empírico, la forma en sentido estricto son los conceptos que determinan
(determinar algo es limitarlo). Es el entendimiento el que determina eso a través del
concepto, pero eso no es arbitrario, la materia, es algo que está en potencia, algo que antes
de ser determinado puede ser determinado, es potencia, materia en el sentido aristotélico:
materia como ente en potencia. La determinación puede ser involuntaria: nosotros
estamos siempre determinando las apariciones, los fenómenos a través de los conceptos
puros, eso se lleva a cabo en nosotros de una manera pasiva, sin que nosotros queramos y
de eso resulta todo el mundo de objetos que hay. Pero además de esa determinación
involuntaria, que es la que produce para nosotros todo este mundo de objetos, a partir de
ella hay una determinación voluntaria, que es la que realizamos, al empezar a predicar
conceptos de cualquier objeto, siempre que sean adecuados a él, o a lo que se nos muestra.
6. Todos los pensadores de la tradición racionalista: Descartes, Leibniz, etc.
Pensaban que la estructura de la razón tenía sus raíces en Dios. Esta tradición llama a Dios
el Ens Realisimum, porque Él contiene todas las Realitates, y Realitates quiere decir todos
los predicados positivos; todas las determinaciones positivas. Él tiene todas las realidades,
y es gracias a su esencia que Él crea el mundo, porque esa esencia de Él está constituida
por todas las Ideas que son los modelos según los cuales Él crea las cosas y también entre
ellas crea la razón humana, con tales y cuales ideas innatas, de tal manera que el repertorio
de ideas innatas que tiene la razón humana, remitiría en último término a una raíz común
que sería Dios, que sería la esencia del conocimiento. Kant termina con esto, porque
resulta que él no puede apelar al conocimiento de Dios para explicar la verdad del
conocimiento a priori, y es la razón humana la que tiene que sacar esos conceptos de
misma. Él no puede decir la razón humana tiene tales y cuales conceptos a priori porque
ellos tienen su realidad en Dios. Kant no puede desprender el conocimiento a priori del
hombre a partir de la esencia de Dios, él piensa que las categorías tienen su raíz en una
facultad de la razón, y la razón es consciente para misma, él por principios considera
posible que la razón descubra todos los conceptos puros que posee, de tal manera que eso
hace posible que Kant pretenda establecer un Sistema de todos los conceptos puros.
11
Esta
posibilidad le está dada a Kant gracias al paso que él da en el año 72, cuando él se reduce a
11
Sistema: es una totalidad unitaria de una multiplicidad de conceptos, una totalidad completa, no falta
ninguno y cada uno de esos miembros tiene su puesto en un orden.
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la mera razón humana y dice: eso no lo podemos fundar en Dios, porque lo fundamos
en Dios, no sería posible hacerlo”.
12
7. La decisión adoptada por Kant en el año 1772, al sostener que la razón
humana contiene las condiciones de posibilidad del mundo empírico, significa algo nuevo
dentro de la tradición racionalista, este paso ya lo habían dado los empiristas ingleses, ya
que ellos se reducen a la conciencia humana, y quieren sacar de la conciencia humana, de
sus propias leyes; quieren sacar las posibilidad del conocimiento humano, ellos son
radicales en esto, ellos se reducen al sujeto humano y dan un gran paso en la Historia de la
Filosofía Moderna. Esto no había ocurrido en el racionalismo, porque el racionalismo
seguía arrastrando la metafísica de lo suprasensible, y es Kant el primero que dentro del
racionalismo toma una posición análoga a la de los empiristas, a saber, la razón humana
adquiere un poder que antes no tenía dentro del racionalismo: ella es fuente de la legalidad
de las cosas de este mundo en que nosotros vivimos, tanto desde el punto de vista teórico,
como desde el punto de vista práctico; ella es el origen de la Ley moral, ella es el origen de
las estructuras que hacen posible el mundo de la experiencia, el mundo que nosotros
conocemos. Y este es el enorme paso que da Kant.
¿Cuáles son las grandes ideas centrales de la Crítica de la Razón Pura, que se
encuentran expuestas en los Prólogos?
Las reflexiones de la Crítica de la razón pura parten del concepto de la metafísica y
de las vicisitudes por las que este concepto ha atravesado a lo largo de los tiempos y en el
cambio de éstos. La contradicción interna por la que pasa toda la historia de la metafísica
consiste en que esta disciplina, que pretende ser la instancia suprema, inapelable, para el
problema del “ser” y de la “verdad”, no ha sido todavía capaz de crear dentro de sus
propios dominios una norma de certeza. La sucesión de sistemas parece desafiar a todo
intento de acomodarse a la “trayectoria segura de una ciencia”. Hemos llegado, pues, al
cabo de todos los esfuerzos espirituales desplegados a través de los siglos, a un punto en
que, al parecer, no podemos avanzar ni retroceder, en el que es tan imposible resolver los
problemas que se resumen bajo el concepto y el nombre de metafísica como renunciar a su
solución.
La ‘metafísica’, conocimiento especulativo de la razón completamente aislado, que se
levanta enteramente por encima de lo que enseña la experiencia, con meros conceptos (no
aplicándolos a la intuición, como hacen las matemáticas), donde, por tanto, la razón ha de
ser discípula de misma, no ha tenido hasta ahora la suerte de poder tomar el camino
seguro de la ciencia. Y ello a pesar de ser más antigua que todas las demás y de que
seguiría existiendo aunque éstas desaparecieran totalmente en el abismo de una barbarie
que lo aniquilara todo (...)
13
12
Kant Immanuel, “Carta a Marcus Herz, 21 de febrero de 1772”, en Filosofía 2, Revista del Postgrado de
Filosofía de la U.L.A., C.D.C.H.T., Mérida, Venezuela, 1991, pp. 43-44, Traducción de Alberto Arvelo.
13
Kant Immanuel, Crítica de la razón pura, Traducción de Pedro Ribas, Ediciones Alfaguara, S.A., Madrid,
1998, Prólogo de la segunda edición, p.19.
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La Crítica de la razón pura no viene a someter a un nuevo tratamiento y a iluminar
de un modo nuevo el objeto de la metafísica, pero nos ayuda a comprender con mayor
profundidad que antes su problema y a descubrir las primeras raíces de aquella en nuestro
entendimiento. Razón pura llama Kant a la razón, en tanto ella es fuente de conocimientos
que no son empíricos, conocimientos que salen de ella, que tienen su origen en ella;
conocimientos puros, conocimientos libres de contenido empírico; por ejemplo, el espacio
y el tiempo, las categorías, los juicios sintéticos a priori (que se fundan en las categorías),
las ideas de la razón, etc., todos ellos son testimonio de que hay una razón pura. Por eso
Kant dice que la “Razón Pura es la facultad de los conocimientos a priori”. Y la Crítica de
la razón pura, dice Kant, Es una ciencia que consiste en una reflexión de la razón sobre
misma”, la razón se examina a misma, a fin de discernir entre su capacidad para
conocer conocimientos puros verdaderos, y su incapacidad para conocerlos; es decir, ella
discierne en el conocimiento que la razón pretende tener; ella discierne entre lo que es
verdadero conocimiento y lo que es conocimiento aparente.
El sujeto se caracteriza por ser la fuente de esa capacidad para discernir entre lo
verdadero y lo aparente; ahora se trata de aplicar eso a la razón misma, para establecer que
conocimientos a priori son verdaderos conocimientos a priori y, cuales de ellos no lo son,
sino que son apariencias o falsos conocimientos a priori, al hacerlo la razón pura, se
pregunta, 1) Primero, por la posibilidad de los conocimientos a priori; ella se pregunta
por la posibilidad y origen de los conocimientos a priori; 2) Segundo, por la facultad de
la conciencia humana donde se originan esos conocimientos a priori y; 3) Tercero, por
los límites del dominio dentro del cual esos conocimientos son verdaderos.
Ahora bien, lo que le interesa a Kant al preguntar por la posibilidad del
conocimiento a priori, no es el conocimiento a priori en general, sino la posibilidad de un
cierto conocimiento a priori, que es el conocimiento metafísico. De tal manera, que el
tema de la Crítica de la razón pura,
14
la meta de la CRP es probar o poner a prueba a la
razón misma, para dilucidar entre su capacidad o incapacidad para hacer metafísica; no se
trata de un juicio de libros de metafísica, sino que se trata de enjuiciar a la razón misma,
que es la fuente de la metafísica, para ver si ella realmente tiene capacidad para hacer
metafísica o no. Kant habla en el Prólogo de la Primera Edición de la CRP, de la necesidad
de establecer un tribunal, que es la razón misma, la razón pura como un tribunal que juzga
sobre sí misma:
(...) es, por una parte, un llamamiento a la razón para que de nuevo emprenda la más
difícil de todas sus tareas, a saber, la del autoconocimiento y, por otra, para que instituya
un tribunal que garantice sus pretensiones legítimas y que sea capaz de terminar con todas
las arrogancias infundadas, no con afirmaciones de autoridad, sino con las leyes eternas e
invariables que la razón posee. Semejante tribunal no es otro que la misma crítica de la
razón pura. No entiendo por tal crítica la de libros y sistemas, sino la de la facultad de la
razón en general, en relación con los conocimientos a los que puede aspirar prescindiendo
de toda experiencia. Se trata, pues, de decidir la posibilidad o imposibilidad de una
14
La Crítica de la razón pura, de ahora en adelante le denominaremos CRP.
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metafísica en general y de señalar tanto las fuentes como la extensión y límites de la
misma, todo ello a partir de principios.
15
Ahora bien, la CRP no puede ser solamente una mera crítica de la razón metafísica,
sino que tiene que preguntarse por la posibilidad de los conocimientos en general. Porque
si Kant partiera de lo que se ha llamado metafísica hasta ese momento, él no estaría seguro
de que sea conocimiento o no, por lo tanto no podría tomar a partir de allí ningún patrón
de medida.
la metafísica es o no conocimiento, es una cuestión problemática; de tal manera
que Kant examina el conocimiento a priori a partir de la matemática y de las ciencias de la
naturaleza, como la mecánica newtoniana, para saber respecto de ellas que es verdadero
conocimiento a priori, y partiendo de esto, pasar a la metafísica ya con un modelo, con un
criterio para ver si en el caso de la metafísica se puede decir que hay conocimiento a priori
o no. Por eso la Crítica de la razón pura no se reduce a ser una crítica de la razón
metafísica, sino que tiene que plantear el problema del conocimiento a priori en general.
Kant admite que existe un conocimiento a priori en las ciencias, en cambio la
metafísica no ha tomado el seguro camino de las ciencias, Kant demuestra porque esto no
ha ocurrido, y señala tres características de la metafísica, por las cuales se diferencia de la
ciencia: 1) La primera, la marcha de la metafísica siempre se estanca; mientras que las
ciencias parece que llegan a su meta; 2) La segunda, en la metafísica se emprenden una y
otra vez nuevos caminos, hay nuevos intentos de llegar a la meta, pero esos intentos
quedan interrumpidos y entonces es necesario emprender uno nuevo y; 3) La tercera,
porque no hay un acuerdo entre los filósofos; en cambio donde quiera que hay ciencia y
hay verdad, esa verdad pareciera ser una verdad inter-subjetiva, pues hay un acuerdo entre
los científicos respecto de los métodos del conocimiento y respecto de sus objetos, y
también respecto de los resultados del conocimiento: como ocurre en la ciencia, donde hay
justamente un libre comprobar, un investigador recibe lo que otro ha descubierto y lo pone
a prueba, para ver si realmente eso es un conocimiento o no lo es. Esto es expuesto por
Kant en la CRP, de la siguiente manera:
(...) Efectivamente, en la metafísica la razón se atasca continuamente, incluso cuando,
hallándose frente a leyes que la experiencia más ordinaria confirma, ella se empeña en
conocerlas a priori. Incontables veces hay que volver atrás en la metafísica, ya que se
advierte que el camino no conduce a donde se quiere ir. Por lo que toca a la unanimidad de
lo que sus partidarios afirman, está aún tan lejos de ser un hecho, que más bien es un
campo de batalla realmente destinado, al parecer, a ejercitar las fuerzas propias en un
combate donde ninguno de los contendientes ha logrado jamás conquistar el más pequeño
terreno ni fundar sobre su victoria una posesión duradera. No hay, pues, duda de que su
modo de proceder ha consistido, hasta la fecha, en un mero andar a tientas y, lo que es
peor, a base de simples conceptos. ¿A qué se debe entonces que la metafísica no haya
encontrado todavía el camino seguro de la ciencia? ¿Es acaso imposible? ¿Por qué, pues, la
naturaleza ha castigado nuestra razón con el afán incansable de perseguir este camino
como una de sus cuestiones más importantes? Más todavía: ¡qué pocos motivos tenemos
15
Kant Immanuel, Crítica de la razón pura, Op. Cit., 1998, Prólogo de la primera edición, (A XI AXII), p. 9.
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para confiar en la razón sí, ante uno de los campos más importantes de nuestro anhelo de
saber, no sólo nos abandona, sino que nos entretiene con pretextos vanos y, al final, nos
engaña! Quizá simplemente hemos errado dicho camino hasta hoy. Si es así ¿qué indicios
nos harán esperar que, en una renovada búsqueda, seremos s afortunados que otros
que nos precedieron?
16
Kant también analiza en el prólogo cuáles son las causas de la situación crítica de la
metafísica, él establece dos causas, a saber; 1) La primera, se debe a la actitud que tiene
la razón respecto de misma. La razón confía en su poder, ella puede creer que puede
conocerlo todo; y esa actitud es la que Kant llama dogmática, que consiste en una creencia
de la razón en su capacidad para conocer a priori el mundo en total, la totalidad de las
cosas, sin examinar a la razón suficientemente para ver si tiene capacidad de hacer eso;
esta es la metafísica dogmática; 2) La segunda, frente a esta metafísica surge el
escepticismo de la edad moderna. El escepticismo tiene ciertamente fundadas dudas en la
capacidad de la razón para conocer la metafísica; pero, sin embargo, tampoco ha hecho un
análisis completo de la capacidad de la razón humana para semejante empresa. De tal
manera, que ambas actitudes son infundadas; la dogmática porque es una mera creencia
en la razón, es por decirlo así la prepotencia de la razón, una mera creencia de sus poderes;
la escéptica, porque no se trata de un análisis, de una crítica total de la razón.
La salida que Kant encuentra para esto es lo que él llama el criticismo, a saber,
que la razón metafísica tiene que contenerse o abstenerse de hacer metafísica y dedicarse a
reflexionar sobre misma, para así precisamente poner en prueba a la razón, examinarla,
determinar y deducir acerca de su capacidad o incapacidad para un conocimiento a priori
y, eso es la crítica. Kant lo expresa en el prólogo de la CRP, de la siguiente manera:
La crítica no se opone al ‘procedimiento dogmático’ de la razón en el conocimiento puro de
ésta en cuanto ciencia (pues la ciencia debe ser siempre dogmática, es decir, debe
demostrar con rigor a partir de principios a priori seguros), sino al dogmatismo, es decir, a
la pretensión de avanzar con puros conocimientos conceptuales (los filosóficos) conformes
a unos principios -tal como la razón los viene empleando desde hace mucho tiempo-, sin
haber examinado el modo ni el derecho con que llega a ellos. El dogmatismo es, pues, el
procedimiento dogmático de la razón pura sin previa crítica de su propia capacidad. Esta
contraposición no quiere, pues, hablar a favor de la frivolidad charlatana bajo el nombre
pretencioso de popularidad o incluso a favor del escepticismo, que despacha la metafísica
en cuatro palabras. Al contrario, la crítica es la necesaria preparación previa para
promover una metafísica rigurosa que, como ciencia, tiene que desarrollarse
necesariamente de forma dogmática y, de acuerdo con el más estricto requisito,
sistemática, es decir, conforme a la escuela (no popular). Dado que la metafísica se
compromete a realizar su tarea enteramente a priori y, consiguientemente, a entera
satisfacción de la razón especulativa, es imprescindible la exigencia mencionada en último
lugar (...)
17
16
Kant Immanuel, Crítica de la razón pura, Op. Cit., Prólogo a la segunda edición, (B XIV B XV), p. 19.
17
Kant Immanuel, Crítica de la razón pura, Op. Cit., Prólogo de la segunda edición, (B XXXV BXXXVI), p.
30.
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El conocimiento que la razón pura hace de misma, que ella hace de su
conocimiento a priori, es lo que Kant llama conocimiento trascendental. En la
Crítica de la razón pura, el término trascendental es utilizado por Kant, en un sentido
ligeramente diverso del que tenía en la tradición, donde la palabra trascendental significa
un tipo de universalidad, a saber, la de las estructuras o conceptos que tienen una
universalidad máxima, por ejemplo: lo uno, lo verdadero, lo bello, lo bueno.
Esta nueva noción de trascendentales tiene que ver con la antigua, como cuando
Kant llama objeto en general no a un objeto determinado, sino a objetos sin más. El
concepto de objeto en general tiene para Kant una máxima universalidad respecto de
todos los objetos empíricos, no es un objeto empírico determinado, es una determinación
de máxima universalidad; las categorías son también conceptos que se aplican a todos
los entes empíricos, y por lo tanto tienen una universalidad trascendental. Pero
Kant llama trascendental en la Crítica de la razón pura al conocimiento que
la razón tiene de su propio conocimiento a priori; el conocimiento a priori
que la razón tiene de su propio conocimiento a priori; esa reflexión de la
razón sobre misma, eso es lo que Kant llama conocimiento trascendental.
Kant lo expresa del siguiente modo en la introducción de la CRP:
Llamo trascendental todo conocimiento que se ocupa, no tanto de los objetos, cuanto de
nuestro modo de conocerlos, en cuanto que tal modo ha de ser posible a priori. Un sistema
de semejantes conceptos se llamaría filosofía trascendental (...) Nos ocupamos ahora de
esta investigación, que no podemos llamar propiamente doctrina, sino sólo crítica
trascendental, ya que no se propone ampliar el conocimiento mismo, sino simplemente
enderezarlo y mostrar el valor o falta de valor de todo conocimiento a priori. Semejante
crítica es, pues, en lo posible, preparación para un organon y, caso de no llegarse a él, al
menos para un canon de la misma según el cual podría acaso exponerse un día, tanto
analítica como sintéticamente, todo el sistema de filosofía de la razón pura, consista éste
en ampliar su conocimiento o simplemente en limitarlo. Que tal sistema es posible, y más
todavía, que no puede tener una extensión tan grande como para hacer desconfiar de
realizarlo por entero, se desprende de antemano del hecho de que el objeto no es aquí la
naturaleza de las cosas, que es inagotable, sino el entendimiento que enjuicia esa
naturaleza de las cosas y, además, con la particularidad de ser el entendimiento
únicamente referido a su conocimiento a priori (...) La filosofía trascendental es la idea de
una ciencia cuyo plan tiene que ser enteramente esbozado por la crítica de la razón pura de
modo arquitectónico, es decir, a partir de principios, garantizando plenamente la
completud y la certeza de todas las partes que componen este edificio. (Es el sistema de
todos los principios de la razón pura)
18
Kant indica que si se quiere dividir la ciencia que expone, desde el punto de vista de
un sistema en general, ésta debe contener, en primer lugar, una doctrina elemental y, en
segundo lugar, una doctrina del todo de la razón pura. Además cada de esas partes
principales tendría sus subdivisiones. También acota que existen dos troncos del
conocimiento humano, los cuales proceden de una raíz común, pero
desconocida para nosotros: la sensibilidad y el entendimiento. A través de la
primera se nos dan los objetos. A través de la segunda los pensamos. En la
medida en que la sensibilidad contenga representaciones a priori que constituyan la
18
Kant Immanuel, Crítica de la razón pura, Op. Cit., Introducción (B 25 B 28), pp. 58-59.
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condición bajo la que se nos dan los objetos, pertenecerá a la filosofía trascendental. La
doctrina trascendental de los sentidos corresponderá a la primera parte de la ciencia de los
elementos, pues las únicas condiciones en las que se nos dan los objetos del conocimiento
humano preceden a las condiciones bajo las cuales son pensados. La estructura de la
Crítica de la razón pura es la siguiente:
1. Teoría de los elementos. 1.1 Estética trascendental.
1.2 Lógica trascendental
1.2.1 Analítica trascendental
1.2.1.1 Conceptos puros del entendimiento
1.2.1.2 Juicios sintéticos a priori
1.2.2 Dialéctica trascendental
Crítica de la
Razón pura
2. Metodología.
¿Cómo se divide la Crítica de la Razón Pura?
La Crítica de la razón pura está dividida según la estructura que Kant le daba a la
lógica, y de allí ha salido una lógica que él no redactó, pero que se refleja en la Crítica de la
razón pura. Kant divide pues, la Crítica de la razón pura, en primer lugar, en una teoría
de los elementos, la teoría trascendental de los elementos y; en segundo lugar, en una
metodología. También en la lógica él distingue unos elementos, a saber, el concepto, el
juicio, y el raciocinio, que son los elementos lógicos, y una metodología, una teoría para
pensargicamente.
En la teoría de los elementos, hay una parte que trata sobre la sensibilidad: la
estética trascendental, y otra que trata sobre el pensamiento: la lógica
trascendental. La estética trascendental estudia las formas a priori de la sensibilidad, a
saber, el espacio y el tiempo, ella versa sobre los conocimientos a priori de la intuición que
son el espacio y el tiempo. Esta estética trascendental, comprende una exposición
metafísica y una exposición trascendental del espacio y el tiempo.
La exposición metafísica muestra que el espacio y el tiempo no son
empíricos, que ellos no son extraídos de las apariciones sensibles, muestra que ellos son a
priori, que ellos no son conceptos que estuviesen contenidos en multitud, hay un solo
tiempo y un solo espacio, eso hace que el espacio y el tiempo no sean conceptos sino
intuiciones, que sean a priori y que no sean conceptos, de allí se deduce que el espacio y el
tiempo son intuiciones puras. Entonces, la exposición metafísica de espacio y tiempo
consiste en decir y probar que ellos son intuiciones puras.
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La exposición trascendental de espacio y tiempo consiste en mostrar que
ellos son condiciones de posibilidad de ciertos conocimientos a priori, a saber, condiciones
de posibilidad de la aritmética, de la geometría, y de la mecánica, sin embargo, en la
estética trascendental no se puede ver todo lo que significa eso, es en la analítica
trascendental donde Kant explica todos los presupuestos que están contenidos en
semejante conocimiento.
La lógica trascendental estudia la razón en sentido amplio, la cual comprende
varias facultades, Kant le da el mismo nombre que a la lógica, porque la lógica es una
ciencia de las formas del pensamiento en general, mientras que la lógica trascendental es
una ciencia, una disciplina que estudia únicamente las formas a priori del pensamiento, o
que estudia las reglas del pensamiento puro a priori.
La lógica formal hace abstracción del contenido del conocimiento, mientras que la
lógica trascendental no hace abstracción de todo el contenido del conocimiento, sino que
precisamente se ocupa de aquellos conocimientos que son a priori, ella estudia los
conceptos a priori, los juicios a priori, y los razonamientos a priori. La lógica
trascendental, se divide en primer lugar en analítica trascendental; y en segundo
lugar en dialéctica trascendental.
La analítica trascendental comprende dos facultades, a saber, el entendimiento
y la facultad de juzgar. La analítica trascendental analiza el asunto del entendimiento al
formar conceptos, y al formar juicios sintéticos a priori, la analítica es una lógica de la
verdad, allí están contenidas todas las condiciones que hacen posible el pensamiento
verdadero, es también un análisis, una descomposición, un estudio de aquellas formas del
pensamiento puro, que hacen posible la verdad empírica: la experiencia. La analítica
trascendental comprende primero la analítica de los conceptos puros y; segundo los
juicios sintéticos a priori.
La analítica de los conceptos puros trata, del análisis del entendimiento en sus
conceptos puros, los conceptos es lo primero que hay que tratar, ya que ellos forman los
juicios, y estos a su vez forman los razonamientos. En relación a los conceptos ella se pone
dos tareas: la deducción metafísica y la deducción trascendental. La deducción
metafísica tiene por meta determinar cuántos y cuáles son los conceptos puros del
entendimiento, la tarea es la de derivar un sistema completo y ordenado de todos los
conceptos puros del entendimiento, de todas las categorías. La deducción
trascendental tiene por meta, cómo son posibles los conceptos puros del entendimiento
en tanto verdaderos, en tanto tienen realidad objetiva, esto coincide con la pregunta del
año 72, ¿Cómo es posible la realidad objetiva de los conceptos a priori? ¿Cómo
es posible que conceptos que brotan de nuestra mera razón, sin embargo,
concuerden con los objetos o los objetos concuerden con ellos? Y es aquí donde
Kant da esa respuesta con todo detalle.
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En relación a los juicios sintéticos a priori, su principio es aquel que expresa en que
sentido y por qué los juicios sintéticos a priori son verdaderos, a saber, ellos son
verdaderos cuando su contenido hace posible la experiencia. La analítica trascendental de
los juicios sintéticos a priori no sólo establece cuál es el principio de los mismos, sino que
también trata los juicios sintéticos a priori supremos, los s altos, bajo los cuales se
subsumen todos los demás. Estos juicios sintéticos a priori supremos son los principios, y
tienen la siguiente estructura: el concepto del sujeto es el concepto de fenómenos, lo que es
mencionado con ese concepto son los fenómenos, mientras que el predicado es la
categoría. Según esto el sistema de los principios se funda en el sistema de las categorías.
En la dialéctica trascendental la primera distinción que hace Kant, es la
referente al uso de la razón. Hay un uso de la razón en sentido amplio, que es más general
y abarca tres facultades, a saber, el entendimiento que es la facultad de los conceptos,
cuyos principales conceptos son las categorías; la facultad de juzgar, que opera con
conceptos para producir juicios; y la facultad de la razón en sentido restringido. El uso de
la razón en sentido restringido, es la facultad de hacer razonamientos, estos razonamientos
pueden ser de dos tipos: inferencias inmediatas e inferencias mediatas (silogismos).
Esta sería la razón en su uso lógico, pero hay también un uso a priori de la razón,
allí sucede como en el caso del entendimiento, que en su uso lógico es la facultad de hacer
juicios; y en su uso real o trascendental es una facultad que posee conceptos a priori o
categorías, y estas formas tienen relación con el uso lógico, por ello fue que Kant las pudo
extraer de las funciones judicativas. Así pues, la razón tiene también conocimientos a
priori que son peculiares a ella, esos procesos a priori de la razón los llama Kant las ideas,
y él distingue entre concepto e idea.
Las ideas son representaciones de condiciones universalísimas, son
representaciones de totalidades incondicionadas, totalidades que no dejan afuera nada,
sino que ellas son lo máximo; por ejemplo, la idea del santo, del sabio, la idea de mundo,
que son las representaciones de un ente que es un maximum en algo.
Mientras, que los conceptos se refieren a objetos que pueden ser objetos singulares,
que tienen su correspondencia en la experiencia, aunque haya conceptos vacíos que no
tienen en la experiencia un individuo que les corresponda, por ejemplo, el unicornio. Las
ideas son representaciones de totalidades, y esas totalidades tienen el carácter de sistemas,
es decir, las ideas son representaciones de sistemas porque la multiplicidad abarcada en
esa totalidad está ordenada dentro del todo de una manera tal, que constituye un sistema.
Kant en la dialéctica trascendental toma en cuenta tres ideas fundamentales, él
las llama ideas trascendentales, que son las ideas a priori de la razón. Esas ideas son
extraídas a partir de los tres tipos de razonamientos que conocía la lógica tradicional, y
son: primero, silogismos categóricos; segundo, silogismos hipotéticos; tercero, silogismos
disyuntivos. De estos silogismos, a la forma de estos silogismos corresponde en cada caso
un tipo de condiciones que la razón maximiza y hace de ellas una idea, como estas formas
de los silogismos son funciones de la razón, a través de las cuales ella constituye
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razonamientos, lo mismo que a partir de las funciones judicativas se constituyen las
categorías, a partir de las formas lógicas de la razón se constituye la razón misma en ideas.
Éstas ideas son: primera, un sujeto tan universal, que él mismo es solamente sujeto
y no puede ser predicado: la idea de un sujeto absoluto; segunda, una causa que es causa
primera, y ella no puede ser efecto, o un fundamento que no puede ser consecuencia: la
idea de un fundamento absoluto; tercera, una totalidad de miembros disyuntos, fuera de
ella no queda otro miembro que se pueda considerar, sino que ahí estarían todas las
posibilidades, una suma de todas las posibilidades: la idea de un todo disyunto absoluto.
Kant explica cómo se originan las apariencias trascendentales, son apariencias que
se fundan en representaciones a priori que son condiciones subjetivas de la razón, y que
son tomadas por la razón como algo objetivo, es decir, al tomar las ideas, que no son sino
principios regulativos, por realidades efectivas, o al tomar lo que son puros métodos y
funciones por el ser mismo, se producen las apariencias trascendentales, como cuando
piensa que existe un sujeto o substancia absoluta; cuando en la serie de las causas piensa
que hay una primera causa, o una primera condición; o cuando piensa que existe un ser
necesario y realísimo, el caso de Dios.
El buen uso de las ideas de la razón, no conduce a una apariencia trascendental,
porque allí las ideas funcionan como condiciones subjetivas, es decir, cuando la razón
pone ante el investigador la idea de mundo, lo hace de una manera implícita, y éste se guía
por ella, él no está pensando que lo pensado por esa idea de mundo existe realmente, sino
que esa idea es una mera representación de la razón para guiar una condición subjetiva, la
razón no pretende que eso exista. Entonces, en el caso de las apariencias trascendentales,
la razón se extravía y transforma lo que es una mera representación a priori de su uso en
la guía del conocimiento, y entonces lo hipostasia, lo convierte en una cosa.
Según lo expuesto en la Crítica de la razón pura, es imposible conocer más allá de
los límites de la experiencia, por lo tanto, quien pretenda que la razón humana puede
conocer estos entes incondicionados, como el alma, que sería la substancia absoluta; o el
mundo, una totalidad absoluta de condiciones; o Dios el ente realísimo, el ente que tiene
todos los predicados reales, él que pretende que todo ello se puede conocer, incurre
necesariamente en ese error: pues más allá de los límites de la experiencia no se puede
conocer cosas en sí, las cosas en son incognoscibles, y esa sería la apariencia
trascendental.
Esta apariencia trascendental se ha producido en la metafísica, y en las llamadas
metafísicas especiales, llamadas así en la tradición escotista, según ella habría una
disciplina central que sería la metafísica general, que trataría sobre las determinaciones
del ente en general; y habría una serie de metafísicas especiales que versarían sobre
regiones particulares del ente, a saber, la psicología racional, que versa sobre el alma; la
cosmología racional, que versa sobre el mundo; la teología racional, que versa sobre Dios.
A la crítica de estas tres disciplinas está dedicada gran parte de la dialéctica trascendental.
La estructura de la “Crítica de la razón pura” sería la siguiente:
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Crítica de la razón pura
Doctrina Trascendental de los elementos Doctrina trascendental del Método
Estética Lógica
trascendental trascendental
(Formas a priori de
la sensibilidad) Analítica Dialéctica
trascendental trascendental
Analítica de los conceptos Analítica de los principios
El Espacio El Tiempo
Referencias bibliográficas
KANT Immanuel, Crítica de la Razón Pura, Traducción de Pedro Ribas, Ediciones Alfaguara, S.A.,
Madrid, 1998.
KANT Immanuel, Prolegómenos a toda metafísica del porvenir, traducción de Julián Besteiro,
Editorial Porrúa, S.A., México, 1978
KANT Immanuel, Carta a Marcus Herz, 21 de febrero de 1772”, en Filosofía 2, Revista del
Postgrado de Filosofía de la Universidad de Los Andes, C.D.C.H.T., Mérida, Venezuela, 1991,
Traducción de Alberto Arvelo.
REVISTA DE FILOSOFÍA
ESPECIAL 2024 - IMMANUEL KANT. 300 AÑOS
Esta revista fue editada en formato digital y publicada en noviembre de 2024,
por el Fondo Editorial Serbiluz, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
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