Revista de Filosofía
Vol. 41, Nº107, 2024-1, (Ene-Mar) pp. 128-161
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598
Esta obra se publica bajo licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
(CC BY-NC-SA 4.0)
https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
El reconocimiento de otredad-alteridad basado en la identidad
cultural del pueblo lenca, comunidad San Isidro del Volcán, La
Paz, Honduras
The Recognition of Otherness-Alterity Based on the Cultural Identity of the
Lenca People, San Isidro del Volcán Community, La Paz, Honduras
Johan Oswaldo Leiva Yanes
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5137-8159
Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula
San pedro Sula Honduras
johan_leiva@unah.edu.hn
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.11181450
Resumen
Esta investigación tuvo como objetivo comprender el significado que el pueblo lenca de la
comunidad San Isidro del Volcán otorga al reconocimiento de la otredad-alteridad basado
en su identidad cultural, para la obtención de una mirada alternativa civilizatoria, a través
de la construcción histórica de sus experiencias de vida y la construcción simbólica que han
realizado. Se empleó un enfoque cualitativo y un diseño narrativo-autobiográfico. La
muestra estuvo conformada por 15 miembros de la comunidad, incluyendo líderes, ancianas,
pobladores jóvenes y adultos. La recolección de datos se llevó a cabo mediante entrevistas
en profundidad semiestructuradas y grupos de enfoque. Los resultados revelan que, en la
comunidad lenca, el reconocimiento de la otredad-alteridad se fundamenta en su identidad
cultural. Se identifican cinco dimensiones de la otredad relacionadas con la capacidad de
reconocer el pasado y elementos simbólicos propios de la comunidad. Además, cuatro
dimensiones de la alteridad están estrechamente vinculadas con aspectos de la identidad
cultural, como la memoria ancestral, la capacidad de reconocer el pasado y elementos
simbólicos o referentes que le son propios. En conclusión, el estudio resalta la relevancia de
apreciar y honrar la diversidad cultural y étnica como un medio para fomentar una sociedad
más inclusiva y comprensiva. No obstante, también destaca los obstáculos que aún existen
en el proceso de establecer una convivencia equitativa y armoniosa entre los distintos grupos
culturales dentro de la comunidad investigada.
Palabras clave: otredad, alteridad, identidad cultural, comunidad indígena, lencas
_______________________________
Recibido 18-09-2023 Aceptado 15-01-2024
Abstract
This research aimed to understand the meaning that the lenca people of the San Isidro del
Volcán community give to the recognition of otherness-alterity based on their cultural
identity, to obtain an alternative civilizational look, through the historical construction of
their life experiences and the symbolic construction they have carried out. A qualitative
approach and a narrative-autobiographical design were used. The sample consisted of 15
community members, including leaders, old women, young people, and adults. Data
collection was carried out through semi-structured in-depth interviews and focus groups.
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The results reveal that, in the lenca community, the recognition of otherness-otherness is
based on their cultural identity. Five dimensions of otherness related to the ability to
recognize the past and symbolic elements of the community are identified. In addition, four
dimensions of alterity are closely linked to aspects of cultural identity, such as ancestral
memory, the ability to recognize the past, and symbolic elements or referents that belong to
it. In conclusion, the study highlights the relevance of appreciating and honoring cultural
and ethnic diversity to foster a more inclusive and understanding society. However, it also
highlights the obstacles that still exist in the process of establishing an equitable and
harmonious coexistence between the different cultural groups within the investigated
community.
Keywords: otherness, alterity, cultural identity, indigenous community, lencas
Introducción
A lo largo de la historia, ha sido evidente una tendencia a negar la diversidad cultural,
llegando incluso a la supremacía de una cultura sobre las demás. Lo anterior deriva de no
dar un tratamiento apropiado a la diversidad cultural. Esta falta de reconocimiento
adecuado de la diversidad cultural puede ser atribuida a prejuicios o concepciones erróneas
sobre los grupos originarios, así como a intereses particulares de ciertos sectores.
En el contexto de Honduras, la cultura criolla ha ejercido un poder dominante que ha
invisibilizado a los grupos indígenas, generando un arraigado racismo que permea diversos
aspectos de la sociedad. A pesar de las proclamaciones de igualdad ante la ley y de los
derechos ciudadanos otorgados a todos los nacionales, incluyendo a los indígenas, estos
últimos siempre han sido considerados y tratados como ciudadanos de segunda categoría.
La exclusión social y política de estos grupos se ha reflejado en su marginalización
económica y en el distanciamiento de su propia cultura.
1
En consecuencia, los lencas en Honduras enfrentan una realidad marcada por la
exclusión, la marginación y la discriminación. La mayoría de su población vive en
condiciones de pobreza y enfrenta dificultades para acceder a recursos productivos,
especialmente a la tierra, que constituye su principal sustento y fuente de trabajo. Estas
comunidades se encuentran dispersas en aproximadamente un centenar de localidades,
organizadas en aldeas y caseríos.
2
Es importante resaltar que la llegada y dominación de los españoles tuvo un impacto
significativo en la población indígena lenca, llevándolos a dispersarse en comunidades
aisladas, situación que aún persiste en la población actual. Esta desarticulación de su unidad
política y cultural fue consecuencia directa de este proceso. Como resultado, gran parte del
1
STAVENHAGEN, Rodolfo, “Derechos humanos y ciudadanía multicultural, los pueblos indígenas”. En
Sociedades multiculturales y democracia en Arica Latina, compilado por Jorge Nieto Montesinos,
UNESCO, México, 1999, pp. 17-36.
2
OSEGUERA, Margarita, & TORRES, Corina. Biodiversidad y comunidades indígenas lencas en Honduras
(Investigación). Tegucigalpa, 2001, p. 13,
https://repositorio.credia.hn/bitstream/handle/123456789/171/2001_biodiversidad_y_comunidades__in
digenas_lencas_en_honduras.pdf?sequence=1&isAllowed=y
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legado indígena prehispánico se mezcló con la cultura española, dando origen a lo que hoy
conocemos como la cultura ladina.
3
Efectivamente, desde el período de la conquista hasta la actualidad, la población lenca
ha experimentado un proceso de transculturación en diferentes grados en sus diversas
comunidades. Aunque han intentado resistir la influencia de la cultura hispánica, como lo
ha señalado Chapman
4
, en la mayoría de las expresiones culturales, han conservado
elementos tradicionales, a excepción de su lengua, que ha desaparecido casi por completo.
Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de las comunidades lencas están
experimentando un proceso de ladinización. A pesar de haber conservado elementos
sustanciales de su cultura tradicional y colonial, han experimentado procesos de
aculturación hispanoladina y de interculturalidad creciente
5
, lo que ha llevado a una pérdida
significativa de su identidad cultural.
Acevedo
6
enfatiza la importancia de abordar el pasado de los pueblos indígenas,
incluyendo a los lencas, no como un estado de atraso en comparación con la situación
sociopolítica y cultural actual. Por el contrario, es crucial reconocer que el transcurso del
tiempo ha contribuido a la complejidad de la sociedad humana. Es esencial recordar que, en
muchas ocasiones los eventos históricos relacionados con las guerras de invasión y
colonización han llevado a un retroceso para los pueblos invadidos. Esto ha implicado la
privación de su libertad, la disminución de su poder político en la toma de decisiones
respecto a las estructuras gubernamentales que los rigen, así como la eliminación y
prohibición de sus conocimientos científicos y tecnológicos, los cuales representaban la
autoridad y el control del grupo invasor.
En la actualidad, la condición subordinada de los lencas, como pueblo originario de
Honduras, persiste. Poco o casi nada ha cambiado después de la independencia de
Centroamérica; la condición ciudadana, con derechos y deberes dentro de un estado
nacional, sigue siendo una aspiración para este pueblo que se encuentra en situación de
marginalidad y, en muchos casos, de extrema pobreza.
7
Además, las nuevas leyes de reforma agraria en Honduras han dejado las tierras
comunales sin protección, lo que las pone en el mercado libre y a merced del mejor postor.
Esto significa que muchas de las tierras que antes sostenían la cohesión comunitaria son
vendidas. Esta situación ha generado conflictos significativos entre los lencas y los vecinos
3
RIVAS, Ramón. Pueblos indígenas y garífuna de Honduras: una caracterización. Guaymuras, Tegucigalpa,
2000, p. 61.
4
CHAPMAN, Anne. Los hijos del copal y la candela. Imprenta universitaria UNAM, México, 1985, p. 14.
5
VON GLEICH, Utta, & GÁLVEZ, Ernesto. Pobreza étnica en Honduras. Banco Interamericano de Desarrollo,
Washington, 1999, p. 19.
6
ACEVEDO, Sariah. Honduras: Pueblos lencas, su visión, formas de organización, estructuras de autoridad
y manejo sostenible de los recursos naturales. PLATS, Tegucigalpa, 2001, p. 3.
7
UMAÑA, Helen. Literatura y tradición oral de los pueblos originarios y afrohondureños. Editorial
Universitaria, Tegucigalpa, 2017, p. 7.
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ladinos (no indígenas), quienes buscan adueñarse de las tierras comunales y manipulan a
políticos corruptos para conseguir sus propósitos.
8
Según el Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas, solo el 10% de la
población indígena posee títulos de propiedad de sus tierras.
9
Esta falta de seguridad
territorial los expone constantemente a injusticias, saqueos y abusos perpetrados por
agricultores y ganaderos vecinos, operadores madereros y empresarios interesados en
explotar los recursos naturales y la belleza del paisaje. Los indígenas se ven presionados,
extorsionados y obligados a vender, ceder o abandonar sus tierras. A menudo, el propio
gobierno hondureño favorece a los invasores e inversores extranjeros, justificando su
presencia como generadores de riqueza.
En este contexto, la cosmovisión ancestral del pueblo lenca cobra gran importancia,
ya que plantea nuevas demandas y paradigmas para este pueblo indígena en la actualidad.
Esta cosmovisión implica una lógica de producción y reproducción de la vida de estas
comunidades, contrapuesta a las sociedades y poderes dominantes del país, que están
vinculadas a las lógicas de la modernidad y el desarrollo.
10
Es así como la cosmovisión de este pueblo indígena destaca por relaciones basadas
en la complementariedad y reciprocidad entre los individuos, lo que implica una concepción
y uso diferente de la naturaleza en comparación con la noción de "desarrollo" y "progreso"
del sistema capitalista-moderno-colonial en Honduras. El concepto de "buen vivir"
representa una visión armónica entre las comunidades humanas y la naturaleza,
reconociendo la integración del ser humano con la madre tierra. Esta cosmovisión se
fundamenta en principios ancestrales que guían su forma de vida y sus interacciones con el
entorno natural, promoviendo un uso responsable y sostenible de los recursos naturales.
11
La visión indígena del mundo genera tensiones en la sociedad y en su relación con el
Estado, así como entre el enfoque del "buen vivir" y el concepto de "desarrollo". Estas
tensiones se reflejan también en los movimientos sociales, destacando la forma en que cada
actor social se relaciona y utiliza los recursos naturales. Estas disputas se hacen más intensas
en los territorios ricos en recursos naturales estratégicos para la acumulación capitalista por
desposesión, como señala Harvey.
12
Un ejemplo de ello es que a lo largo de los años se han
suscitado muchos problemas en cuanto a la tenencia de las tierras del pueblo lenca, llegando
en muchas ocasiones a cometerse actos violentos para obtener la posesión de estas.
8
TORRES, Claudia Sagrario, & LOBO MORALES, Raquel. Son las cosas pequeñas las que cuentan: El uso
del diminutivo en la tradición oral Lenca. Ciencia y tecnología(3), 2008, p. 73.
https://www.camjol.info/index.php/RCT/article/view/1812
9
RIIS PEDERSEN, Jorgen. "Honduras". En El mundo indígena 2010, compilado y editado por Cæcilie
Mikkelsen, IWGIA, Noruega, 2010, pp. 109-116.
10
WAHREN, Juan. La naturaleza en disputa en América Latina: La encrucijada civilizatoria entre el
"desarrollo" y el "buen vivir" desde una mirada decolonial. Revista de geografía, 33(3), 2016, p. 20.
11
QUIROGA, Dania. Sumak Kawsay: Hacia un nuevo pacto social en armonía con la naturaleza”. En El Buen
Vivir. Una vía para el desarrollo, compilado por Alberto Acosta y Esperanza Martínez, Abya-Yala, Quito,
2009, pp. 103-114.
12
HARVEY, David. (2004). El “nuevo” imperialismo: acumulación por desposesión. CLASCO, Buenos Aires,
2005, p. 118.
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Históricamente, este pueblo originario ha sido marginado e invisibilizado en la
sociedad hondureña, lo que ha generado consecuencias negativas y obstáculos para lograr
una auténtica convivencia y cohesión nacional.
13
Tanto es así, que los conceptos emergentes
se contrastan en oposición a los fenómenos fuera de la comunidad lenca. Unnosotros” y un
“ellos” está claramente articulado en la realidad que presentan.
14
Ante esta situación, es necesario que diferentes disciplinas, como la filosofía,
reflexionen sobre los lencas y aporten soluciones a sus problemáticas, ya que queda claro
que existe un problema civilizatorio, por lo que es fundamental recurrir a otras fuentes, otras
epistemologías, otras miradas, otras formas de construir categorías que ayuden a reorientar
la ruta como civilización, las cuales no se encontrarán dentro de los marcos occidentales sino
dentro de los marcos alternativos originarios que han sido negados.
Razón por la cual, es imprescindible promover la preservación, enriquecimiento y
armoniosa convivencia entre la periferia y el centro, y comprender la relación entre el
diálogo ausente y la manera en que asumen su otredad-alteridad, considerando su identidad
cultural. Asimismo, es importante establecer una base sólida para proteger y revitalizar el
patrimonio inmaterial, mediante la colaboración de la academia, la institucionalidad blica
y las comunidades involucradas.
1. Otredad
Se considera esencial establecer una forma de comunicación y diálogo efectivo entre
las diversas culturas. El reconocimiento de la otredad indígena es clave para esta
comprensión, y es por ello por lo que Bustillo Marín expresa que el significado de la otredad:
Es aquella morada a lo otro existente fuera del mí, que empuja a conocer, comprender
y asimilar para el entendimiento de mi yo respecto a lo que externamente se me
presenta como el otro extraño. Cuando se encuentra con la mirada del otro, la otredad
funciona como un espejo en el cual se miran y el otro se mira a mismo y de algún
modo, en ese juego de encuentro-desencuentro que constituye ese cruce, la
arquitectura del mundo que se comparte es corroborada. Es el otro ajeno.
15
Asimismo, sostiene que la complejidad en la comprensión del significado de la
otredad está en que:
No solamente implica la condición de ser otro, sino también la condición de saber y
entender que eso que se mira es otro, visto desde un yo que lo reconoce como otro un
extraño y diferente. Y que además desde cada punto diferente en que el yo observe,
mire, vea o estudie al otro éste es observado, mirado, visto o estudiado de manera
13
CHANTA-MARTÍNEZ, René Antonio. “Implicaciones éticas del reconocimiento de los pueblos originarios
en El Salvador. Una propuesta desde la interculturalidad”. Entorno(64), 2017, p. 105.
doi:https://doi.org/10.5377/entorno.v0i64.6064
14
TORRES, Claudia Sagrario, & LOBO MORALES, Raquel, op. cit., p. 86.
15
BUSTILLO MARÍN, Roselia. El reconocimiento de la otredad indígena basada en el respeto a su identidad.
Jurídica: anuario del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana, 2007, p. 146.
https://revistas-colaboracion.juridicas.unam.mx/index.php/juridica/article/viewFile/11654/10664
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distinta; cada vez que yo veo al mismo otro desde un rincón o una posición diversa,
ese otro es visto como otro desde ese mismo otro.
16
Por otro lado, Dussel
17
añade que el Otro también se refiere a América Latina en
relación con Europa desde la perspectiva de la alteridad. Reconocer al otro como un sujeto
distinto de uno mismo plantea desafíos tanto en el conocimiento del otro como en la
comunicación entre ambos. Pero la otredad también se extiende al encuentro con la
naturaleza y la madre tierra, presentes en conceptos como el Sumak Kawsay (buen vivir) en
las culturas indígenas. Estos valores ancestrales son fundamentales en la vida individual y
colectiva, fomentando un profundo respeto y conexión con la naturaleza. Los cambios
culturales y sociales se reflejan en un constitucionalismo transformador en Latinoamérica,
que promueve un encuentro armónico y respetuoso entre los individuos y su entorno
natural.
18
Según Bustillo Marín
19
, en la cultura occidental ha prevalecido la tendencia a reducir
la diversidad y lo diferente a una identidad similar a la nuestra, lo cual ha sido un error en
el proceso de reconocimiento del otro. Para alcanzar auténtica libertad y justicia en la
sociedad, es imperativo abordar el otro en su esencia, sin reducirlo a nuestra propia
identidad, y considerarlo como un motivo de reflexión y aprendizaje. Al abrirnos a la
trascendencia del otro, también nos cuestionamos a nosotros mismos y buscamos mejorar
en lugar de rechazarlo, ya que, en última instancia forma parte de nuestra propia identidad.
En este enfoque, el reconocimiento y aceptación de la alteridad se convierten en
fundamentos esenciales para una convivencia armoniosa y la construcción de una sociedad
más justa e inclusiva.
Además, la marginación social y la creación de estereotipos negativos surgen de la
falta de comprensión de la otredad, reforzada por ideologías discriminatorias que favorecen
o desfavorecen según su conveniencia. Uno de los desafíos de la interculturalidad radica en
comprender que ser diferente no implica ser desigual, y que la otredad o alteridad se
relaciona con la sensación de lo extraño o desconocido, tal como mencionó Krotz:
Una persona reconocida como el otro, no es considerada como tal en relación con sus
particularidades individuales, y menos aún de las ‘naturales’, sino como miembro de
una comunidad, como portador de una cultura, como heredero de una tradición,
como representante de una colectividad, como punto nodal en el universo simbólico,
como participante de una forma de vida distinta de otras, como resultado y creador
de un proceso histórico específico, único e irrepetible.
20
Hay que mencionar también que la falta de conocimiento sobre la otredad crea un
terreno fértil para el surgimiento de prejuicios y discriminación, que se manifiestan en el
imaginario popular. Algunos de estos imaginarios se desarrollan en situaciones donde los
miembros de una sociedad son estigmatizados desde una perspectiva ajena. Por lo tanto,
16
BUSTILLO MARÍN, Roselia, op. cit., pp. 146-147.
17
DUSSEL, Enrique. Método para una filosofía de la liberación. Ediciones Sígueme, Salamanca, 1974, p. 176.
18
REZ PORTILLO, Soraya. La otredad indígena en los procesos constituyentes en Colombia 1991,
Venezuela 1999, Ecuador 2008 y Bolivia 2009. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2020, p. 61.
19
BUSTILLO MARÍN, Roselia, op. cit., p. 148.
20
KROTZ, Esteban. La otredad cultural: entre utopía y ciencia. Un estudio sobre el origen, el desarrollo y la
reorientación de la antropología. Fondo de Cultura Ecomica, México, 2002, p. 59.
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para entender al otro, es fundamental empezar por conocer y comprender algo acerca de su
cultura y realidad. Esto es especialmente relevante en las relaciones interculturales, donde
el respeto y la apertura hacia la diversidad son fundamentales.
Al analizar la historia del continente americano, se pueden identificar numerosos
espacios que han cerrado las puertas a la otredad. Algunos de ellos son pequeños
compartimentos donde se han perpetuado formas malvadas de exclusión, mientras que
otros son espacios más amplios donde individuos de diferentes grupos sociales interactúan,
lo que puede permitir una mayor o menor participación en la vida intercultural.
Lamentablemente, en distintas épocas y con diferentes grupos, se han producido situaciones
despreciables e inhumanas de exclusión hacia otros, simplemente por ser considerados
foráneos o extraños.
21
De acuerdo con Sepúlveda
22
, la percepción del Otro se construye principalmente en
función de lo que no comparte conmigo: sus acciones difieren de las mías, y su apariencia
física, como el color de su piel, tamaño, cabello o rasgos faciales, es distinta a la mía. Esta
comprensión limitada del Otro, desde mi propia perspectiva, distorsiona su verdadera
otredad y su identidad propia, llevando históricamente a la discriminación y menosprecio
hacia las personas pertenecientes a comunidades indígenas.
23
Para Dussel, el Otro, “el oprimido, torturado, destruido en su corporalidad sufriente
simplemente grita, clama justicia: - ¡Tengo hambre! ¡No me mates! ¡Ten compasión de
mí!”.
24
La filosofía moderna, en su búsqueda de universalidad, ha excluido a un Otro que ha
sido negado, explotado y excluido. El libro "Totalidad e Infinito" de Lévinas fue relevante
para comprender el concepto de Otro, aunque en América Latina, la experiencia de
dominación es única, lo que lleva a una reinterpretación de la concepción de alteridad:
Hablando personalmente con Lévinas en París a comienzo de 1971 pude comprobar
el grado de similitud de nuestro pensar con el del filósofo francés, pero al mismo
tiempo la radical ruptura que ya en ese entonces se había producido [...] nunca había
pensado que "el Otro" (Autrui) pudiera ser “un indio, un africano o un asiático”. [...]
Si vinas, en tanto pensador judío, había podido encontrar en su experiencia
existencial un punto de exterioridad para criticar al pensar europeo en su totalidad
(en especial a Husserl, Heidegger y Hegel), sin embargo, no había sufrido a Europa
en su totalidad y su punto de apoyo seguía siendo Europa misma. Mientras que
nosotros, latinoamericanos, africanos y asiáticos, el mundo de la periferia, hemos
sufrido a Europa y nuestro punto de apoyo es una historia externa al ‘centro’, positiva
en sí misma, aunque el mundo culto lo haya considerado bárbaro, no-ser, in-culto”.
25
21
LISÓN TOLOSANA, Carmelo. Las máscaras de la identidad. Claves antropológicas. Ariel, Barcelona, 1997,
p. 96.
22
SEPULVEDA, Juan Ginés. Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios. Fondo de Cultura
Económica, México, 1986, p. 173.
23
BUSTILLO MARÍN, Roselia, op. cit., p. 145.
24
DUSSEL, Enrique. “En búsqueda del sentido (origen y desarrollo de una filosofía de la liberación)”. Revista
Anthropos. Huellas del conocimiento(180), 1998, p. 20.
https://enriquedussel.com/txt/Textos_Libros_Sobre_ED/1998.Revista_Anthropos-Enrique_Dussel.pdf
25
DUSSEL, Enrique, & GUILLOT, Daniel. Liberación latinoamericana y Emmanuel Lévinas. Editorial
Bonum, Buenos Aires, 1975, p. 7.
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De esta manera, a lo largo de la historia, la filosofía occidental ha tendido a equiparar
lo Otro con lo Mismo. No obstante, Dussel
26
resalta la importancia de comenzar por
reconocer y valorar al Otro, es decir, a otras culturas, géneros y clases sociales. Desde esta
perspectiva, se examinan todas las formas de dominación existentes y se da relevancia al
encuentro cara a cara, ya que él surge la posibilidad de un diálogo entre culturas y
concepciones de vida diferentes. Al escuchar y no reducir al Otro a nuestro propio punto de
vista, se abre la puerta a una filosofía de liberación y comprensión mutua.
Es por ello por lo que este reconocimiento del Otro se vuelve fundamental para
establecer nuestra propia identidad. Sin embargo, según Krotz
27
, este proceso de
reconocimiento mutuo y diálogo con la alteridad fue algo que en Occidente comenzó a ser
registrado a partir de la revolución renacentista. Anteriormente, los actores de
descubrimiento hablaban del Otro entre ellos mismos, pero sin incluirlo en un verdadero
diálogo con la otredad. En su lugar, el Otro era tratado como un objeto, un obstáculo o una
categoría inferior, como fue el caso del indio, quien fue reducido a una condición colonial.
Así pues, a pesar de la existencia de estructuras legales y mecanismos para proteger
los derechos de los pueblos indígenas, el reconocimiento de su otredad y diversidad cultural
no es uniforme entre quienes ostentan el poder a nivel nacional e internacional. Algunos lo
reconocen, mientras que otros lo niegan.
28
Por otro lado, Kush
29
señala que la vivencia del
encuentro con el Otro puede provocar angustia y desestabilización, ya que nos confronta con
la incertidumbre y nos cuestiona frente a lo diferente. Esto puede generar miedo a lo
desconocido y a ser distintos. De igual manera, Pérez Portillo asevera que:
El reconocimiento del Otro, quien me identifica en mi ser individual, es el
reconocimiento identitario; el Otro me identifica y, considero, esto es extensivo al
colectivo, a la comunidad, al grupo. En un movimiento doble, que parte de la
necesidad y la experiencia del otro. El solipsismo de un yo aislado, del modo adánico,
es alterado por un momento de ruptura: la entrada del Otro en mi vida me hace
responsable.
30
Así también, en las dinámicas sociales, el poder se consolida mediante el miedo, el
odio y la exclusión hacia lo desconocido o diferente, considerando a la otredad como una
amenaza para el orden establecido. En Arica Latina, el mestizaje es percibido como
marginal y peligroso, y se intenta controlar su potencial subversivo mediante barreras.
Prevalece la creencia en una cultura dominante homogénea, imponiendo relaciones de
poder en todos los aspectos de la vida social. En el contexto colonial y neocolonial, se impone
una identidad uniforme mediante el capitalismo dependiente globalizado. La percepción
manipulada y demonizada de los indígenas como Otro genera temor y animosidad hacia
todo lo que no se alinee con la visión del progreso basado en la tecnología y el éxito
26
DUSSEL, Enrique, op. cit., p. 25.
27
KROTZ, Esteban, op. cit., p. 63.
28
BUSTILLO MARÍN, Roselia, op. cit., p. 151.
29
KUSH, Rodolfo. América profunda, 3a ed., Editorial Bonum, Buenos Aires, 1986, p. 74.
30
PÉREZ PORTILLO, Soraya, op. cit., pp. 51-52.
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económico. Estos sentimientos justifican la persecución y violencia sistemática que
enfrentan los grupos étnicos en la actualidad.
31
Ahora bien, Fornet-Betancourt señala que, en el diálogo intercultural es esencial
establecer una relación armoniosa y un reconocimiento mutuo de validez con el "Otro". En
este encuentro, las personas se elevan más allá de las diferencias al ser reconocidas como
seres humanos con vivencias únicas, creando una percepción de igualdad y similitud entre
ellos. Lo descrito sucedería en un encuentro ideal; sin embargo, “lo que aconteció hace 500
años en el ‘descubrimiento-conquista’ fue más bien el autodescubrimiento de la cultura
conquistadora como empresa imperial. No hay comunicación con el Otro, sino monólogo
consigo mismo”.
32
En la filosofía intercultural que desarrolla Fornet-Betancourt, busca devolverle a todo
ser humano su valor como tal. Aboga por no ver al Otro como un mero objeto de estudio,
sino como un sujeto con su propia voz y capacidad para interactuar y participar activamente
en el diálogo. Es fundamental reconocer la validez de su experiencia y trascender la mirada
reduccionista hacia ellos, por tanto:
Comprender al Otro, acogerlo en su otredad y hospedarlo, es siempre un proceso que
implica escuchar el reclamo de vida y mundo propios que representa la alteridad del
otro; por eso no se puede quedar en una experiencia abstracta de abertura cognitiva,
sino que se tiene que concretar en la repartición justa de la realidad histórica, en una
política de restitución que complementa el reconocimiento con la devolución de lo
que se le ha negado. En esta doble y complementaria dialéctica se mueve la propuesta
de la filosofía intercultural.
33
Es así como la construcción del "Otro" se basa en sus propias vivencias y experiencias
que han moldeado su identidad a lo largo del tiempo. Es en el encuentro genuino con el
"Otro" donde se logra una relación más profunda y un conocimiento mutuo de la realidad
histórica de cada persona. En este sentido, Fornet-Betancourt
34
enfatiza la importancia de
crear un encuentro igualitario, donde ambas partes se respeten, escuchen y valoren, ya que
todos anhelamos ser reconocidos como seres humanos. Al valorar al otro como individuo,
también se fomenta una conciencia hacia la diversidad de seres que comparten nuestras
mismas condiciones. Este diálogo auténtico y respetuoso es fundamental para construir una
sociedad más inclusiva, justa y empática, donde las diferencias no sean motivo de
discriminación o exclusión, sino una oportunidad para enriquecer nuestra visión del mundo
y aprender unos de otros.
31
HIDALGO, Roxana. “La otredad en América Latina: etnicidad, pobreza y feminidad. Polis, 9, 2004, pp. 13-
14. https://journals.openedition.org/polis/7232
32
FORNET-BETANCOURT, Raúl. Crítica intercultural de la filosofía latinoamericana actual. Trotta, Madrid,
2004, p. 34.
33
FORNET-BETANCOURT, Raúl. La función cultural de la filosofía en tiempos de crisis”. Topologik, 18,
2015, p. 14. https://www.topologik.net/R._Fornet-Betancourt_Topologik_Issue_n.18_2015.pdf
34
FORNET-BETANCOURT, Raúl. Crítica intercultural de la filosofía latinoamericana actual. Trotta, Madrid,
2004, p. 62.
Leiva, J. Revista de Filosofía, Vol. 41, Nº107, 2024-1, (Ene-Mar) pp. 128-161 137
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2. Alteridad
Para comprender mejor la alteridad, es necesario dejar claro que otredad y alteridad
son términos distintos pero complementarios que se utilizan para describir diferentes
aspectos de la relación con el Otro. De esta forma:
La otredad es mirar al otro y saber que lo que se mira es un otro diferente, extraño y
externo al yo, mientras que la alteridad es la heterogeneidad radical del otro, sólo es
posible si lo ‘otro’ es otro con relación a un término cuya esencia es permanecer en el
punto de partida, ser el mismo no relativamente, sino absolutamente. La identidad
es el elemento que hace ver al otro, como aquello alterno a mi yo, a través del cual el
yo observa y rescata todo lo que le acontece. Es ese elemento diverso que se percibe
en la alteridad del yo en el otro.
35
En esa misma línea, Bustillo Marín
36
expresa que la alteridad implica ver al otro desde
un punto específico de mi propia identidad. Dependiendo del punto de vista desde el cual
observo al otro, yo también me convierto en otro. La relación con el otro y la sociedad en la
que interactuamos con él es lo que nos permite acceder a su alteridad, no es algo que
podamos comprender al reflexionar sobre ella fuera de esta relación. La alteridad se
convierte en una forma de identificación del yo, ya que nuestra existencia y diferencia están
constituidas por la mirada y el ser mirados por otros.
De igual manera, Aguilar Rivero
37
enfatiza la idea que la alteridad es una noción
relacional a la cual se es capaz de llegar a partir de un diálogo de escucha comunitario. Por
otro lado, Vila Merino
38
señala que la noción de alteridad surge cuando entramos en
contacto con lo que es distinto a nosotros, que se hace evidente en nuestra presencia. Por lo
tanto, es fundamental la distinción, comprensión y validación de estas diferencias.
En este sentido, Martínez de la Escalera Lorenzo y Lindig Cisneros conciben la
alteridad como:
Una condición que marca la relación con los otros (saberes, grupos o individuos,
humanos o animales, cosas y estados de cosas), y que precisa lo considerado como
diferente. Toma también la forma de un trabajo de la diferencia que, interviniendo
en la constitución de subjetividades, en la formación de las identidades histórico-
sociales abre la conformación identitaria a los avatares del tiempo y de las
circunstancias (materiales, pasionales y políticas). Además, se hace uso frecuente de
la noción de alteridad en la instancia de los discursos. Allí la diferencia incide sobre
la unidad, la homogeneidad del sentido y de sus devenires al interior de los saberes,
los argumentos y el intercambio verbal en los espacios públicos mostrando su
carácter provisional a través de sus empleos en el debate, la controversia, la decisión
colectiva, la demanda. En ambas instancias la alteridad opera sobre las formas de
exclusión que son constitutivas de los grupos, individuos y subjetividades
35
BUSTILLO MARÍN, Roselia. “Una aproximación conceptual. Lo indígena y las teorías del reconocimiento de
las culturas ´de la otredad a la alteridad´”. Quid iuris (Chihuahua), 1(32), 2006, p. 100.
https://biblat.unam.mx/hevila/Quidiuris/2016/vol1/no32/5.pdf
36
Idem.
37
AGUILAR RIVERO, Mariflor. “Alteridad: condicion de comunidad”. Devenires , 9, 2004, p. 16.
https://publicaciones.umich.mx/revistas/devenires/ojs/article/view/620/502
38
VILA MERINO, Eduardo. “Pedagogía de la ética: de la responsabilidad a la alteridad”. Athenea Digital.
Revista de Pensamiento e Investigación Social(6), 2004, p. 53.
https://www.redalyc.org/pdf/537/53700604.pdf
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visibilizando las relaciones de dominio que las estructuran y les dan sentido,
transformando la reproducción mecánica de la subordinación en nuevas relaciones
no dirigidas al dominio.
39
No obstante, Krotz
40
sostiene que la alteridad va más allá de una mera distinción
simple; por lo tanto, no se limita a mostrar que cada ser humano es único y que siempre
existen ciertas discrepancias en relación con otros individuos. Esta alteridad conlleva, en
realidad, una forma especial de distinción, que puede ser interpretada como una vivencia de
lo desconocido. Esta vivencia de la diversidad implica surgir del contacto con la cultura,
como una perspectiva distinta para abordar y entender las diversas manifestaciones del ser
humano. Es así como, para Krotz
41
, la alteridad significa una diferencia esencial con nosotros
mismos, la cual debe ser simbolizada y puesta en un contexto específico.
Por su parte, Dussel argumenta que la noción de alteridad representa un
planteamiento que trasciende los límites de la modernidad europea y la sujeción cultural
característica de Latinoamérica, sosteniendo que implica “descubrir un camino que se va
trazando en la praxis liberadora del pueblo”.
42
En otras palabras, el concepto de alteridad se
manifiesta en el ser humano como una búsqueda de liberación, no a través de la violencia,
sino mediante el reconocimiento mutuo, el diálogo y la búsqueda de consensos.
El objetivo primordial de la alteridad, según Dussel
43
es desafiar las estructuras que
oprimen al ser humano y dificultan el reconocimiento pleno del otro como un individuo con
igual dignidad. Es fundamental comprender que la noción de "otro" se extiende más allá de
individuos y se aplica también a comunidades, culturas, naciones, migrantes, continentes e
incluso a toda la humanidad como un todo.
En síntesis, tal como lo expresa Dussel
44
, la alteridad nos lleva a valorar a cada ser
humano en su interacción con los demás, siendo fundamental para construir una sociedad
comunitaria que contrarreste las exclusiones, guerras y violencias causadas por relaciones
desgastadas y perjudicadas debido a una percepción distorsionada del otro.
Es así como el estudio de la alteridad nos brinda una mejor comprensión de nuestra
identidad y nos permite establecer una política que respete y defienda los derechos
humanos, como menciona Krotz
45
. Razón por la cual, Valera Villegas
46
enfatiza que la
alteridad, al surgir del exterior del yo, contribuye a construir nuestra identidad. Por lo tanto,
al entender al otro, podemos desarrollar relaciones significativas con él. La falta de un
39
MARTÍNEZ DE LA ESCALERA, Ana María, & LINDIG CISNEROS, Erika. Alteridad y exclusiones.
Vocabulario para el debate social y político. Juan Pablos Editor, México, 2013, pp. 9-10.
40
KROTZ, Esteban. “Alteridad y pregunta antropológica”. Alteridades, 4(8), 1994, p. 8.
https://www.redalyc.org/pdf/747/74711353001.pdf
41
KROTZ, Esteban. La otredad cultural: entre utopía y ciencia. Un estudio sobre el origen, el desarrollo y la
reorientación de la antropología. Fondo de Cultura Económica, México, 2002, p. 174.
42
DUSSEL, Enrique. Para una ética de la liberación latinoamericana. Tomo I. Siglo XXI Argentina Editores,
Córdova, 1973, p. 13.
43
Ibid, p. 127.
44
DUSSEL, Enrique. Introducción a la filosofía de la liberación (5ª ed.). Editorial Nueva América, Bogotá,
1995, p. 124.
45
KROTZ, Esteban, op. cit., p. 176.
46
VALERA VILLEGAS, Gregorio. “Escuela, alteridad y experiencia de sí. La producción pedagógica del
sujeto”. Educere, 5(13), 2001, pp. 28-29. https://www.redalyc.org/pdf/356/35601306.pdf
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concepto objetivo y realista de la alteridad pone en riesgo los cimientos de los derechos
humanos contemporáneos, al dificultar el establecimiento de relaciones igualitarias entre
individuos y grupos.
47
De esta manera, la insurgencia del individuo surge como resultado de una percepción
fenomenológica de la presencia del ser en su cualidad de ser diferente, donde la libertad
permite un encuentro exento de las alienaciones derivadas de la suposición de una cultura
superior.
48
Además, según Roig en un contexto de opresión, la alteridad juega un papel
transformador y representa una apertura hacia lo desconocido. Sostiene que cada persona
sometida experimenta su situación como un hecho innato, estando al margen del sistema
por naturaleza. Además, parte de la premisa de que es lo inusual, lo novedoso, y que su papel
es desestabilizar el sistema o, en el peor de los casos, aceptarlo únicamente para sobrevivir,
pero no para experimentar verdaderamente la plenitud de la vida.
49
En tanto, Bautista
50
sostiene que la alteridad no se limita a un mero proceso de
razonamiento; más bien, implica una revelación profunda. Es un diálogo entre dos sujetos:
uno arraigado en su propio mundo y el otro, proveniente de una esfera más allá,
trascendiendo aspectos culturales y adentrándose en cuestiones de dominación. Propone
una forma de pensamiento denominada analéctica, que se origina al reconocer aquella
dimensión de la realidad que no está presente en el propio mundo y que se manifiesta a
través del discurso del otro, como un grito urgente en búsqueda de justicia.
Por su lado, Serrano Caldera
51
le atribuye a la comprensión la clave esencial en el
concepto de alteridad. Esto se debe a que la aprensión de lo real engloba tanto la sensibilidad
como la comprensión completa. El acto de comprensión implica asumir lo distinto,
precisamente en su carácter único. Esta noción de alteridad no se limita simplemente a ser
una abstracción de ser diferente, ni tampoco a que la afectación haga presente algo que es
meramente otro, sino que hace patente este otro en una forma específica: lo otro, pero en su
cualidad de ser otro. Así, se plantea una nueva ética basada en la solidaridad que emana de
la acción y la experiencia humanas, con un enfoque en respetar las diferencias, la
multiplicidad y el diálogo entre las culturas, acomo el reconocimiento del otro en su rol
como expresión del principio de alteridad. En última instancia, esta perspectiva busca la
realización de la unidad en la diversidad.
Siguiendo esta misma línea de pensamiento, Vargas-Garduño, Méndez Puga y Vargas
Silva señalan que el reconocimiento de la alteridad es el camino para la construcción de la
propia identidad, para lograr construir identidades que muestran sensibilidad ante las
disparidades y son conscientes de la sensibilidad de los demás.
52
No obstante, la
47
KROTZ, Esteban, op. cit., p. 177.
48
MÁRQUEZ-FERNÁNDEZ, Álvaro. “Filosofía de la alteridad intercultural en América Latina”. Las Torres
de Lucca, 2, 2013, p. 7. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4587278.pdf
49
ROIG, Arturo. “Bases metodológicas para el tratamiento de las ideologías”. En Hacia una filosofía de la
liberación latinoamericana por Osvaldo Ardiles et al., Editorial Bonum, Buenos Aires, 1973, pp. 217-244.
50
BAUTISTA, Juan. ¿Qué significa pensar desde América Latina? Ediciones Akal, España, 2014, p. 24.
51
SERRANO CALDERA, Alejandro. “Ética y mundialización”. Polis, 9, 2004, p. 7.
http://journals.openedition.org/polis/7411
52
VARGAS-GARDUÑO, María de Lourdes, MÉNDEZ PUGA, Ana María y VARGAS SILVA, Alethia Dánae.
“Miradas de los estudiantes michoacanos sobre la diversidad”. En La interculturalidad en espacios
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construcción de la alteridad que conlleva el reconocimiento identitario y el bien del otro se
complejiza cuando el otro es considerado un salvaje, categoría que tuvieron los indígenas en
Latinoamérica y por la que se les negaba su calidad de seres humanos y se les incapacitaba
para ocupar el puesto en la alteridad, por su condición de inferioridad.
53
Asimismo, Villoro mencionó que "el derecho a la identidad debe entenderse como el
derecho de todo individuo y toda comunidad a soñar, a construir su propia identidad".
54
Relacionado con esto, la comunidad, en su núcleo, se basa en la vivencia y en la existencia
de la diversidad, en la presencia desafiante de la alteridad del otro. En este sentido, Villoro
señala que la comunidad es como un modo de "ser", el "ser en común", el "co-existir", y no
tanto como una estructura dada o una forma de organizaciones establecida.
También, Villoro
55
propone una visión profunda y respetuosa de la alteridad
indígena, que va más allá de las políticas de inclusión e integración nacionales. En su
enfoque, se sugiere reconocer al indígena como un sujeto distinto, no solo otro, lo que
implica reconocer su capacidad para tomar decisiones autónomas. Además, va más allá del
igualitarismo abstracto del Estado liberal, abogando por una sociedad receptiva a la
diversidad y al valor ético-político y cultural de las comunidades indígenas.
Por otra parte, en el momento de la invasión de América, los europeos desarrollaron
y difundieron una imagen de sí mismos a través del discurso humanista, que los retrataba
como conquistadores universales, agentes del progreso y controladores de su propio destino
histórico. Los pueblos indígenas, como menciona Singer
56
, se vieron compelidos a acatar las
normas impuestas por los conquistadores, lo que desencadenó situaciones de esclavitud,
imposición de tributos y la pérdida de su control político y económico.
Este proceso provocó una reconfiguración interna que alteró la forma en que se veían
a mismos y sus perspectivas de futuro. En contraste, la clase alta colonial asumió la cultura
de la nación colonizadora con el fin de mostrar que estaban a la misma altura que los
españoles. Esta acción intensificó la brecha entre ellos y las comunidades subyugadas de
ladinos, mestizos, negros e indígenas, al elaborar representaciones simplificadas que
resaltaban la marginación de dichos grupos.
57
Tal como lo afirma Brennan
58
, son muchos
los textos coloniales que dan cuenta del esfuerzo del criollo por separarse de la imagen del
indígena para acercarse al modelo europeo.
universitarios multiculturales, coordinado por María de Loudes Vargas-Garduño y Gunther Dietz,
Ediciones Abya Yala, Quito, 2017, pp. 59-116.
53
DE SOUSA SANTOS, Boaventura. Una epistemología del Sur: la reinvención del conocimiento y la
emancipación social. Siglo XXI, México, 2009, p. 218.
54
VILLORO, Luis. En México, entre libros. Pensadores del siglo XX. Fondo de Cultura Económica, México,
1995, p. 119.
55
VILLORO, Luis. Estado plural, pluralidad de culturas. Paidós – UNAM, México, 1988, pp. 159-160.
56
SINGER, Deborah. “El colonizador blanco europeizante frente al indígena centroamericano: configuración
de identidades y alteridades a partir de los géneros discursivos coloniales. Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre
Centroamérica y el Caribe(3), 2005, p. 14. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=476959070002
57
Idem.
58
BRENNAN, Timothy. The national longing for form. En Salman Rushdie and the Third World por
Timothy Brennan, Palgrave Macmillan, Londres, 1989, pp. 79-117.
Leiva, J. Revista de Filosofía, Vol. 41, Nº107, 2024-1, (Ene-Mar) pp. 128-161 141
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Cabe preguntarse entonces, si ¿podría ser que la conexión a través de la perspectiva
de la alteridad sea el elemento que facilite un auténtico reencuentro entre individuos?
59
De
cualquier manera, se requiere un acercamiento definitivo a la experiencia de otredad si
realmente se desea un mañana propicio, esperanzador y mejor para la experiencia humana.
3. Identidad cultural
En el ámbito del pensamiento crítico latinoamericano, se ha abordado la noción de
identidad de manera diversa, dando origen a variadas interpretaciones y respuestas. Se han
propuesto ideas como lo "inherente" al continente, lo "genuino", lo "original", la cultura
propia, la idiosincrasia, la mentalidad de los habitantes y los rasgos característicos de la
región o de cada nación. Estos enfoques han sido utilizados con el propósito de contrarrestar
el control intelectual impuesto por el colonialismo, profundizar en nuestra comprensión de
la identidad, enfrentar la sujeción económica y promover la independencia a nivel regional.
A pesar de ello, la diversidad de significados asociados a este concepto ha conducido a
momentos históricos particulares en los que ciertas interpretaciones han cobrado
relevancia. Esto se observa en la referencia a lo autóctono y local durante la década de los
años treinta, en medio del contexto de los nacionalismos y populismos, o en su uso como
herramienta de resistencia frente a las perturbaciones generadas por la globalización
neoliberal en la década de los años noventa.
60
Indudablemente, la cuestión de la identidad conlleva la búsqueda de comprender qué
somos, y se presenta como una "constante antropológica" vinculada a la posición del ser
humano en el cosmos, la indagación sobre el origen y el sentido de la existencia. Desde 1968,
Fals Borda ha expresado su inquietud sobre esta temática cuando manifiesta que:
[H]ay aquí un dilema ontológico, especialmente cuando los latinoamericanos nos
hacemos periódicamente las preguntas obvias: ¿Qué somos? ¿A dónde vamos?,
preguntas que preocuparon a Esteban Echavarría no menos que a Benjamín
Constant, y que permanecen vivas en el pensamiento latinoamericano”.
61
En cuanto a la identidad cultural, Bonfil Batalla
62
argumenta que puede entenderse
como una identidad étnica, lo que implica reconocerse y ser reconocido como miembro de
una comunidad social que posee su propia cultura. Esto otorga el derecho de participar en
dicha cultura y acceder a los elementos culturales necesarios para satisfacer las demandas
de la vida social. Es por ello por lo que asumir la identidad étnica implica elegir ser parte del
grupo étnico al que se pertenece y estar involucrado en una intrincada red de
59
GONZÁLEZ SILVA, Freddy. “Alteridad y su itinerario desde las perspectivas multidisciplinares”.
Reflexiones, 88(1), 2009, p. 132. https://www.redalyc.org/pdf/729/72912559009.pdf
60
PACHÓN, Damián. Identidad, diversidad y otredad en la utopía política de Orlando Fals Borda. Ciencia
Política, 11(22), 2016, pp. 219-220. doi:https://doi.org/10.15446/cp.v11n22.53924
61
FALS BORDA, Orlando. Las revoluciones inconclusas en América Latina: 1809-1968. Siglo XXI, México,
1968, p. 105.
62
BONFIL BATALLA, Guillermo. “Identidad étnica y movimientos indios en América Latina”. En Identidad
étnica y movimientos indios: la cara india, la cruz del 92, compilado por Jesús Contreras, Revolución,
Madrid, 1998, p. 88.
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interdependencias que define la posición social del individuo a través de derechos y
obligaciones culturalmente aceptados o reconocidos.
Por su parte, la identidad cultural según Molano "encierra un sentido de pertenencia
a un grupo social con el cual se comparten rasgos culturales, como costumbres, valores y
creencias".
63
Esta identidad no es estática, sino que se reconstruye tanto a nivel individual
como colectivo y se nutre constantemente de influencias externas. Además, la identidad
surge a través de la diferenciación y se refuerza en contraposición al otro. Históricamente,
este concepto estuvo vinculado a menudo con la idea de territorialidad.
También, tal como afirma González-Varas,
64
la identidad cultural de un pueblo se
construye a lo largo de su historia, manifestándose a través de diversos elementos que dan
cuenta de su cultura. Entre estos aspectos se encuentran el idioma, que sirve como medio de
comunicación entre sus miembros, las interacciones sociales que establecen y los rituales y
ceremonias que practican. También se ven reflejados en los valores y creencias que orientan
sus comportamientos colectivos. Lo notable de estos elementos de identidad cultural es su
carácter inmaterial y anónimo, ya que surgen y evolucionan gracias a la participación de
toda la comunidad.
Por tanto, se puede entender la identidad cultural como el sentimiento de conexión y
apego emocional que una persona o grupo siente hacia una comunidad, un grupo social
específico o un punto de referencia concreto. Existen diversas expresiones culturales que
destacan profundamente este sentido de identidad y se distinguen de las actividades diarias
comunes. Estas expresiones culturales abarcan festividades, rituales, música y danzas, y han
sido reconocidas y registradas por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como un patrimonio cultural inmaterial de
gran valor.
65
Asimismo, como lo asevera Bákula,
66
la identidad cultural se deriva del patrimonio
cultural, que existe de manera independiente y no depende de su reconocimiento o
valoración. Tanto la identidad como el patrimonio cultural son dinámicos y están sujetos a
cambios debido a factores externos y la retroalimentación entre ellos. La identidad cultural
está estrechamente vinculada a la historia y al patrimonio, y su existencia se sustenta en la
memoria, el reconocimiento del pasado y la presencia de elementos simbólicos que
contribuyen a la construcción del futuro.
67
En Honduras, el tema de la identidad y la cultura ha sido objeto de análisis en las
ciencias humanas y sociales, especialmente con motivo del quinto centenario del encuentro
entre europeos y americanos. Durante este periodo, se han suscitado debates, estudios y
ensayos que indagan sobre la identidad hondureña. Algunos de estos trabajos se centran en
63
MOLANO, Olga Lucía. “Identidad cultural un concepto que evoluciona”. Revista Opera(7), 2007, p. 73.
https://www.redalyc.org/pdf/675/67500705.pdf
64
GONZÁLEZ-VARAS, Ignacio. Patrimonio cultural. Conceptos, debates y problemas. Ediciones Cátedra,
Madrid, 2015, p. 43.
65
ROMERO CEVALLOS, Raúl. ¿Cultura y desarrollo? ¿Desarrollo y cultura? Propuestas para un debate
abierto. Cuadernos PNUD-Perú, Lima, 2005, p. 62.
66
BÁKULA, Cecilia. “Tres definiciones en torno al patrimonio. Turismo y patrimonio(1), 2000, pp. 168-169.
doi: https://doi.org/10.24265/turpatrim.2000.n1.11
67
MOLANO, Olga Lucía, op. cit., p. 74.
Leiva, J. Revista de Filosofía, Vol. 41, Nº107, 2024-1, (Ene-Mar) pp. 128-161 143
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela. ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598
una revisión crítica de la conquista española y buscan rescatar y revalorar la aportación
olvidada y marginada de las culturas autóctonas. Un claro ejemplo de ello es el análisis
realizado por la filósofa hondureña Becerra quien reflexiona desde una perspectiva de
"rectitud histórica", un concepto que ella misma desarrolla para analizar la relación entre
pasado, presente y futuro desde una posición arraigada en la historia propia del país.
La rectitud histórica es la:
Capacidad de toda la población latinoamericana, tanto civil como militar y en
cualquiera de sus expresiones étnico-culturales, de plasmar su concepción del mundo
sin inhibirse, cohibirse o acomplejarse ante las muestras de soberbia, superioridad,
altivez o altanería de aquellos que consideran que existen razas inferiores y que
parten siempre desde la posición de la “raza” como concepto superior al de
nacionalidad, ciudadanía o etnia-cultural para realizar el alisis histórico.
68
En ese sentido para Becerra, de lo que se trata es pensar la identidad desde:
La legítima y legal defensa contra las actitudes que reflejan la aún restante conciencia
del dueño o colono que intenta establecer un derecho anticipado de determinar
nuestro destino histórico, y que pretende que este derecho no prescriba, mientras
expropia, explota, oprime y reprime a los habitantes de nuestras ciudades.
69
En cambio, ha habido reflexiones y estudios que se centran en destacar la
contribución cultural española, especialmente en aspectos religiosos e idioma, y buscan en
los procesos de mestizaje la base de la identidad hondureña. Entre los investigadores que
han abordado este enfoque se encuentran José Reina Valenzuela, Jorge Fidel Durón,
Roberto Reyes Mazonni y Leticia de Oyuela. Algunos de estos trabajos sugieren que ciertos
problemas actuales de Honduras podrían encontrar solución al retomar los valores y
prácticas de las comunidades indígenas o los valores religiosos surgidos en el proceso de
mestizaje. Sin embargo, se advierte que estas aproximaciones pueden caer en tentaciones
esencialistas y simplificadoras, al postular la existencia de una esencia o matriz cultural
sepultada y olvidada que se busca recuperar.
70
Sin embargo, en relación con el mestizaje en Honduras, también se han planteado
diversas perspectivas críticas. Barahona
71
y Euraque
72
cuestionan la hegemonía mestiza en
el país, aunque no siempre abordan completamente su dimensión genérica y sexual. Por otro
lado, Larraín
73
destaca que las visiones esencialistas de la cultura e identidad hondureña han
adoptado dos formas a lo largo del tiempo.
En primer lugar, hay posturas que rechazan el carácter brido de la cultura y la
nación hondureña, buscando en sus componentes, como el legado español, indígena o
68
BECERRA, Irma. La América encubierta 1492-1992 (2a ed.). Baktun, Tegucigalpa, 2006, p. 7.
69
Ibid, p. 8.
70
SIERRA FONSECA, Rolando. De la historia cultural en Honduras. Conferencia magistral, UNAH,
Tegucigalpa, 2016, pp. 65-66.
71
BARAHONA, Marvin. Evolución histórica de la identidad nacional (2ª ed.). Guaymuras, Tegucigalpa, 2002,
p. 187.
72
EURAQUE, Dario. Estado, poder, nacionalidad y raza en la historia de Honduras. Ediciones Subirana,
Honduras, 1996, p. 54.
73
LARRAÍN, Jorge. “La identidad latinoamericana. Teoría e historia”. Estudios públicos, 55, 1994, p. 32.
https://www.cepchile.cl/cep/site/artic/20160303/asocfile/20160303184906/rev55_larrain.pdf
Leiva, J. Revista de Filosofía, Vol. 41, Nº107, 2024-1, (Ene-Mar) pp. 128-161 144
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela. ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598
racionalista, la esencia verdadera o la clave para su reconstrucción. Estas perspectivas
enfatizan la singularidad de cada elemento cultural y su papel en la configuración de la
identidad nacional. Por otro lado, existen visiones que, aunque reconocen la matriz cultural
híbrida de Honduras, la circunscriben históricamente a un período específico y se resisten a
considerar el impacto de nuevas influencias culturales. Estas perspectivas tienden a idealizar
ciertos momentos históricos como portadores de una identidad pura y auténtica, negando
la dinámica y evolución continua de la cultura a lo largo del tiempo.
Por eso es esencial realizar una revisión histórica y adoptar una perspectiva de
identidad no esencialista para explorar los diversos factores que inciden en la formación de
la identidad o identidades hondureñas y cómo estas evolucionan con el tiempo. Autores
como Barahona,
74
Becerra
75
y Leyva
76
han realizado este ejercicio al examinar
retrospectivamente el período de conquista y colonización española. Su objetivo ha sido
identificar los elementos fundamentales que contribuyeron a la creación de los primeros
modelos culturales que dieron forma a lo que hoy conocemos como Honduras, resultado del
encuentro entre la cultura hispánica y las culturas indígenas.
Asimismo, Oyuela
77
presenta un enfoque que se alinea con una visión culturalista que
analiza la ilustración en América Latina como un movimiento que no se dirigía a desafiar el
poder de la Corona (dado que emanaba de ella) ni a cuestionar a la nobleza (como sucedió
en Europa), sino a confrontar a los dos actores fundamentales de la síntesis cultural
latinoamericana: el indígena y el mestizo. Además, sostiene que la difusión actual del
pensamiento ilustrado en la región no tiene en cuenta que la historia también está moldeada
por las pulsiones, aspiraciones, sueños y sistemas de creencias que conforman el ethos de
una sociedad, especialmente durante su período de formación, lo que termina generando un
mito fundador que define la identidad colectiva.
Es así que de la herencia española es de la que proceden los mitos fundacionales,
sobre todo en el aspecto religioso, y que llevó, no solo a una mestización racial, sino que
permitió conformar un mestizaje de tal grado, que incidió fundamentalmente en un sistema
de creencias, que desde hace más de 500 años es la estructura básica, no solo de una cultura
sino también en propia forma de pensamiento, que hoy más que nunca se tiene que asumir
para que la cultura sea un medio y un fin para el desarrollo.
En contraparte, Barahona
78
adopta una perspectiva diferente y crítica a la de Oyuela
en su estudio histórico en Honduras. En lugar de enfocarse en temas políticos y
socioeconómicos, se propone analizar la reconfiguración de Honduras como nación y
cultura a través de tendencias históricas de largo alcance. Su objetivo es entender de qué
manera factores como la inestabilidad y procesos inconclusos han contribuido a una lenta,
accidentada y frustrante construcción de la nacionalidad hondureña. El autor se adentra en
la historia del país para encontrar respuestas a los complejos enigmas que han dado forma
74
BARAHONA, Marvin, op. cit., pp. 14-15.
75
BECERRA, Irma, op. cit., p. 8.
76
LEYVA, Héctor. Imaginarios (sub) terráneos. Estudios literarios y culturales en Honduras. Plural,
Tegucigalpa, 2009, p. 11.
77
OYUELA, Leticia. De la corona a la libertad. Subirana, Honduras, 2000, p. 334.
78
BARAHONA, Marvin, op. cit., pp. 277-278.
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a procesos que explican la evolución conflictiva de la construcción de la identidad nacional.
En este enfoque, busca una comprensión más profunda de los elementos que han moldeado
la identidad hondureña a lo largo del tiempo.
En este trabajo, Barahona
79
ha realizado una investigación exhaustiva sobre la
sociedad colonial y su influencia en la conformación de la identidad hondureña,
destacándose como uno de los estudios más completos al respecto. Su enfoque se centra en
analizar cómo la estructura piramidal de la sociedad colonial, tal como lo planteó Martínez
Peláez, otorgaba un papel fundamental a los indios en la base de esa pirámide. Los indios
tenían la responsabilidad de pagar tributos y abastecer los mercados locales, convirtiéndose
así en el pilar central del sistema colonial. Esta investigación arroja luz sobre el papel crucial
que tuvo la sociedad colonial en la configuración de la identidad hondureña, lo que le
permite a Barahona concluir “que los pueblos de indios, aún en las condiciones y
circunstancias que hemos descrito, fueron el origen de las culturas rurales y campesinas de
Honduras”.
80
Agregando a lo anterior, Leyva
81
propone un enfoque novedoso en la historia cultural
de Honduras al abordar diversos aspectos del imaginario hondureño desde una perspectiva
teórica y metodológica distinta en los estudios culturales. A través de una serie de preguntas
pertinentes, explora la mitología fundante de la cultura lenca, investigando los mitos e
historias sobre la generación legendaria de los eguegan que precedió a la actual. Además,
examina cómo se expresan los imaginarios de la marginalidad y el miedo, influenciados por
el contexto de violencia y delincuencia en Honduras durante la última década. El objetivo es
generar un diálogo cultural que permita conectar conceptos y categorías relevantes para
comprender la identidad hondureña en su complejidad.
El enfoque de Leyva
82
se alinea con una de las tendencias en América Latina
relacionada con los estudios culturales, que busca comprender la diversidad cultural y social
de la región. Esta perspectiva explora los diferentes contextos históricos, las distintas
visiones del mundo y las diversas formas de conocimiento y cultura presentes en la región.
Se centra en analizar las negociaciones que surgen debido a esta heterogeneidad, así como
los imaginarios que caracterizan a una tierra subordinada y subalternizada. En el caso de los
trabajos sobre Honduras, el autor muestra una inclinación hacia la revalorización de las
culturas de las mayorías desposeídas y postergadas, así como de los grupos excluidos del
país, como el imaginario indígena. De esta manera, busca otorgarles una voz y un
reconocimiento en el discurso histórico y cultural del país.
4. Objetivo y supuesto de investigación
Por todo lo anteriormente expuesto, en esta investigación se plantea como objetivo
general: Comprender el significado que el pueblo lenca de la comunidad San Isidro del
Volcán otorga al reconocimiento de otredad-alteridad basado en su identidad cultural, para
79
Ibid, p. 129.
80
MARTÍNEZ PELÁEZ, Severo. Algo sobre repartimientos. USAC, Guatemala, 1969, p. 139.
81
LEYVA, Héctor, op. cit., pp. 10-11.
82
LEYVA, Héctor, op. cit., pp. 14-29.
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la obtención de una mirada alternativa civilizatoria, a través de la construcción histórica de
sus experiencias de vida y la construcción simbólica que han realizado sobre las mismas.
En consonancia con ello, se formula el supuesto central del estudio:
En el pueblo lenca existe un reconocimiento de su diversidad racial y cultural, lo que
implica la aceptación de la alteridad ligada a la aceptación de una forma de vida distinta y
un sistema de comprensión del mundo diferente al de la cultura occidental, concibiendo la
otredad como un nosotros, un colectivo común, donde no hay otro diferente a ellos.
5. Método
Tipo de investigación
El estudio contempló una metodología con enfoque cualitativo, ya que la ruta se fue
construyendo de acuerdo con el contexto y los eventos que ocurrieron conforme se
desarrolló la investigación. Además, con este enfoque se pretendió encontrar sentido a los
fenómenos y hechos en función de los significados que la comunidad lenca San Isidro del
Volcán les otorga.
Para ello, se utilizó un diseño narrativo autobiográfico, en donde se describen
situaciones o hechos concretos, procesos y eventos que involucran acciones, pensamientos,
sentimientos, percepciones e interacciones, a través de las vivencias contadas por los lencas
que la han experimentado, con el fin de producir un razonamiento inductivo, reflexionar
sobre los conocimientos y saberes situados, y explicar el reconocimiento que le brindan a la
otredad y alteridad basada en su identidad cultural.
6. Categorías de estudio
En esta investigación se presentan la otredad, la alteridad y la identidad cultural como
las tres categorías de estudio sobre las cuales se basa toda la comprensión y análisis del
reconocimiento de la otredad-alteridad en el contexto específico del pueblo lenca,
comunidad San Isidro del Volcán, La Paz, Honduras. Estas categorías proporcionan el marco
teórico y conceptual necesario para explorar cómo esta comunidad lenca percibe a los otros,
cómo se construye su identidad cultural y cómo se relaciona con aquellos que pertenecen a
diferentes colectivos sociales dentro y fuera de su entorno.
7. Muestra
Se requirió la participación de diferentes actores inmersos en el proceso para que, a
través de sus experiencias y narraciones, se lograra tener un panorama completo de los
factores estudiados. El tamaño de la muestra se obtuvo hasta que se logró la saturación de
categorías. A, la muestra estuvo conformada por 15 miembros de la comunidad lenca San
Isidro del Volcán, de los cuales cinco ostentan el cargo de líderes, tres son consideradas
ancianas de la comunidad, cuatro son pobladores jóvenes y tres son pobladores adultos.
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Además, se realizó un muestreo no probabilístico de tipo muestra teórica, utilizando casos
(actores claves) que sirvieron para este fin.
En lo que respecta al perfil de la muestra, a continuación, se presentan las principales
características demográficas estudiadas en relación con los líderes, las ancianas y los
pobladores jóvenes y adultos de la comunidad que participaron en el estudio. Básicamente,
estas características se refieren al género, la edad, el estado civil y el nivel de formación.
Líderes. La muestra de líderes de la comunidad estuvo constituida por un 40%
mujeres y un 60% hombres, con edades entre 33 y 45 años y una edad promedio de 39.8
años. En cuanto a su estado civil, el 20% está soltero y el 80% está en unión libre. Y respecto
a su nivel de formación, el 100% curso algunos grados de educación básica, sin lograr
culminar los nueve grados correspondientes a este nivel.
Ancianas. La muestra de ancianas de la comunidad estuvo formada por un 100%
mujeres, con edades que oscilaron entre 56 y 58 años y una edad promedio de 57 años.
Referente al estado civil, todas ellas son viudas. Y en lo que concierne al nivel de formación,
el 33.33% no recibió educación formal y el 66.67% cursó solamente el nivel básico, sin lograr
finalizarlo.
Pobladores jóvenes. La muestra de los pobladores jóvenes estuvo integrada por un
75% del sexo masculino y un 25% del femenino. Todos solteros y menores de edad, con una
edad promedio de 15.25 os. Asimismo, el 100% ha asistido a la escuela, no obstante,
ninguno de ellos ha logrado finalizar el nivel de educación básica.
Pobladores adultos. El 66.67% de la muestra de pobladores adultos de la comunidad
San Isidro del Volcán son hombres, y el restante 33.33% son mujeres. Sus edades se
encuentran en un rango entre 23 y 47 años, con una edad promedio de 36 años. De igual
manera, todos los participantes se encuentran en unión libre y no culminaron el nivel de
educación básica.
8. Técnicas de recolección de datos
Para cumplir con los objetivos planteados en este estudio, se llevaron a cabo dos
técnicas de recolección de datos: la entrevista en profundidad semiestructurada y el grupo
de enfoque.
Entrevista en profundidad semiestructurada. Se realizaron entrevistas en
profundidad semiestructuradas con el fin de recoger una abundancia de datos personales y
experiencias de vida de los participantes. Con esta técnica, se permitió la libre expresión de
los sujetos entrevistados y así obtener su autopercepción. Las entrevistas fueron realizadas
a dos diferentes grupos de actores: por un lado, a cuatro líderes de la comunidad lenca San
Isidro del Volcán y, por otro lado, a tres ancianas que nacieron en dicha comunidad. Estas
entrevistas fueron confeccionadas en función de categorías de interés para el estudio y la
narración directa ofreció a la investigación descripciones del mundo vivido por la muestra
entrevistada, logrando interpretaciones fidedignas del significado y efectos que tiene el
fenómeno de estudio sobre esta comunidad lenca. Las entrevistas fueron conducidas bajo
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un estilo no directivo haciendo preguntas generales, las cuales sirvieron para construir
rapport con los entrevistados y formó una base para la realización de posteriores preguntas
más focalizadas en tópicos sobre la otredad, la alteridad y la identidad cultural.
Grupo de enfoque. Esta técnica de investigación se utilizó como medio de profundización
en el análisis del fenómeno de estudio, promoviendo la interacción entre los participantes y
la construcción de significados grupalmente.
83
De esta manera, los grupos de enfoque fueron
facilitados y dinamizados de manera participativa para lograr el diálogo, reflexión y debate
entre los distintos sujetos que conformaron la experiencia. Además, dichos grupos fueron
semiestructurados, enriqueciéndose y reorientándose conforme avanzó el proceso
investigativo. Se realizaron tres grupos focales de una sesión cada uno, en los cuales
participaron cuatro líderes, cuatro pobladores jóvenes y tres pobladores adultos
pertenecientes a la comunidad respectivamente. En el primer grupo conformado por los
líderes, solamente se abordó la otredad y la alteridad. Mientras que en los últimos dos, se
llevaron a cabo conversaciones en torno a tres tópicos inherentes al estudio: otredad,
alteridad e identidad cultural.
9. Rigor en la investigación científica
Esta investigación cualitativa presenta credibilidad o máxima validez, la cual debe ser
entendida como la correspondencia entre la forma en que el participante percibe los
conceptos vinculados con el planteamiento y la manera como el investigador retrata los
puntos de vista del participante.
84
La principal medida adoptada en este estudio para
incrementar dicha credibilidad fue la triangulación de fuentes de datos, tanto por actores
como por instrumentos, lo que permitió la verificación y cotejo de la información obtenida
en distintos momentos mediante los diversos métodos, pudiendo así “visualizar un
problema desde diferentes ángulos… y de esta manera aumentar la validez y consistencia de
los hallazgos”.
85
10. Procedimiento y análisis de datos
Se solicia una de las líderes de la comunidad lenca San Isidro del Volcán el permiso
para realizar la investigación. Una vez obtenido dicho permiso, se coordinaron las fechas de
visita a la comunidad para la recolección de datos, con la finalidad de no interferir con
eventos o actividades programados por ellos.
Antes de aplicar cada uno de los instrumentos a la muestra participante, se procedió
a obtener las respectivas autorizaciones a través del consentimiento informado para los
83
SANDOVAL CASILIMAS, Carlos. Investigación cualitativa. ARFO, Bogotá, 2002, p. 146.
84
MERTENS, Donna. Research and evaluation in education and psychology: integrating diversity with
quantitative, qualitative, and mixed methods. (3a ed.). Sage Publications, Thousand Oaks, CA, 2010, p.
258.
85
OKUDA BENAVIDES, Mayumi y GÓMEZ-RESTREPO, Carlos. (2005). “Métodos en investigación
cualitativa: triangulación”. Revista colombiana de psiquiatría, 34(1), 2005, p. 120.
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80628403009
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mayores de edad, y para los menores de edad, se obtuvo la autorización por medio del
asentimiento informado del mismo y del consentimiento informado del padre de dicho
menor, donde se les indiel propósito de la investigación, se les garantizó el anonimato y
confidencialidad de los datos, se les informó que su participación era voluntaria y que podían
retirarse del estudio en cualquier momento sin ninguna obligación legal de su parte.
Además, se les comunicaron las técnicas de recolección de datos que les serían aplicadas,
entre otros.
Las entrevistas en profundidad semiestructuradas y los grupos focales fueron
efectuados en un lugar previamente asignado por los líderes de la comunidad lenca,
asegurándose de que éste cumpliera con las condiciones adecuadas de privacidad. Las
entrevistas se realizaron de forma individual y los grupos focales se desarrollaron con una
participación mínima de tres individuos. Ambas técnicas de recolección de datos fueron
grabadas en un dispositivo electrónico previa autorización de los participantes.
Una vez obtenida la debida autorización, se inició la entrevista o el grupo de enfoque.
Para este último, se aseguró de crear un clima de confianza entre los participantes y se
propició la intervención ordenada y la interacción entre todos ellos. Cada entrevista tuvo
una duración máxima de una hora y media. La misma situación ocurrió con cada uno de los
tres grupos focales. Al final de los grupos de enfoque, se elaboró un reporte de las tres
sesiones, que incluyó los datos de los participantes, la fecha y duración de la sesión, la
información completa del desarrollo de esta, la actitud y comportamientos de los
participantes hacia el moderador y hacia la sesión en sí y finalmente los resultados del grupo
focal.
Para el análisis de datos, se utilizó el programa Atlas.ti 2022, donde se subieron las
entrevistas y grupos focales previamente transcritos en Microsoft Word. En primera
instancia, se efectúo una codificación en primer nivel, donde se identificaron, de acuerdo
con la narrativa de los participantes, las categorías de estudio, dimensiones y sub-categorías.
Posteriormente, se realizó una codificación en segundo nivel, a través de la cual se logró
detectar la vinculación código a código y elaborar las diferentes redes del estudio.
11. Resultados
Los relatos expresados por los participantes del estudio han revelado que el
reconocimiento de la otredad-alteridad de los lencas de la comunidad San Isidro del Volcán
se encuentra basado en su identidad cultural. Aunado a ello, se demostró que cinco
dimensiones de la otredad (encuentro con otro diferente, negación del otro,
desconocimiento del otro, reconocimiento al otro e incomprensión al otro) están vinculadas,
ya sea con la capacidad de reconocer el pasado o bien con los elementos simbólicos o
referentes que le son propios a esta comunidad indígena. Y en cuanto a la alteridad, cuatro
dimensiones de ella (construcción de la alteridad, encuentro entre lo propio y lo otro,
valoración ante la realidad del otro, y diferencia esencial con nosotros mismos) tienen
asociación estrecha con al menos una de las dimensiones que conforman la identidad
cultural (memoria ancestral, capacidad de reconocer el pasado y elementos simbólicos o
referentes que le son propios).
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12. Reconocimiento de la otredad basado en la identidad cultural
Si bien es cierto que la sociedad lenca ha ido desarrollando diversas formas de
existencia a lo largo de la historia, esto ocurre en el marco de un sistema en el que las
relaciones entre diferentes grupos étnicos están marcadas por desigualdades de poder. Estas
disparidades condicionan una clasificación rígida y la propagación de estereotipos que
influyen en la definición de la identidad indígena, generando acondiciones jerárquicas,
excluyentes y discriminatorias. Es así como varios testimonios reflejaron que la falta de
reconocimiento histórico-cultural de los ladinos hacia la comunidad San Isidro del Volcán y
el establecimiento de estas condiciones dificultan en gran medida que los lencas sean
reconocidos como sujetos semejantes, con vivencias propias. Esto repercute en que no haya
un encuentro con el otro diferente y que los no reconocidos tengan que luchar
permanentemente por hacer valer sus derechos.
“Para nosotros tener ese reconocimiento en el país tenemos que tener una
lucha fuerte porque en realidad somos desconocidos para los grandes, porque
nos han metido una cosa como que no valemos nosotros y para mi seria que
hay que hacer una lucha fuerte pues para poder tener ese derecho pues una
ley para poder ser reconocidos como lencas legalmente, porque hay personas
que no conocen y se burlan de uno,” GF-L3-SIV, 8:2 (5:5)
El defender sus derechos, proteger sus bienes comunes (especialmente la tierra y el
agua), y aferrarse a su sistema de valores han sido las causas de innumerables daños físicos
y psicológicos que los lencas han experimentado por parte del gobierno, fuerzas militares,
policiales y oligarcas del país, lo que representa una clara negación del otro. No obstante, su
espíritu aguerrido ha prevalecido, y continúan en la lucha por sus creencias y preservación
de la naturaleza.
Esta negación del otro, expresada a través de la violencia y la represión, es una
manifestación clara de la falta de reconocimiento y respeto hacia la comunidad lenca. Al
negarles sus derechos y tratar de silenciar su voz, aquellos en el poder perpetúan la
desigualdad y la exclusión que históricamente ha afectado a los pueblos indígenas en la
región. Sin embargo, a pesar de los obstáculos y peligros que enfrentan, los lencas no han
cedido en su lucha por la justicia social y la preservación de su cultura y su entorno natural.
Su resistencia es un testimonio del poder de la identidad cultural y el sentido de pertenencia
que les une como comunidad.
“Los problemas que se han vivido como persona que son con, con el ejército
verdad con la policía, las fuerzas armadas que han sido problemas bastantes
de tristeza, preocupantes y bueno más que todo también verdad el abandono
de las autoridades de gobierno eso es un problema verdad todo eso se ha
vivido.” L1-SIV, 1:35 (43:43)
“Mire a inicio aquí nosotros para hacer una milpa era alquiladito al rico y el
rico lo que hacía era alquilarlo y decía me dan la mitad de la cosecha y la
mitad de ustedes entonces veíamos que no los aparecía porque casi la, la
trabajo iba pa el rico que nojotros dependíamos del rico entonces cuando fue
cuando nació esa idea de, de ser una defensa y tomarnos un territorio. Los
tomamos un territorio, pero que arriesgamos la vida bastante hubieron
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amenazas, hubieron procesados, hubieron un, un montón de problemas que
tuvimos.” L3-SIV, 3:54 (173:173)
Asimismo, hay algunos participantes que expresaron que a pesar del
desconocimiento que los ladinos tienen de los lencas, eso es algo sin importancia, ya que lo
verdaderamente relevante para ellos es la conexión con sus creencias ancestrales, lo que los
convierte en una sangre más fuerte y resistente que los demás. Es importante destacar que
esta perspectiva también refleja una visión positiva y afirmativa de su propia cultura, lo que
contrasta con la visión negativa y discriminatoria que han experimentado por parte de otros
grupos. Al valorar su identidad y cultura, los lencas están afirmándose como sujetos dignos
de respeto y reconocimiento.
Sin embargo, también es relevante mencionar que esta actitud de "indiferencia" hacia
el desconocimiento de los ladinos puede ser una forma de resistencia frente a la
discriminación y el estigma que han enfrentado. Al minimizar la importancia del
desconocimiento de los otros, los lencas pueden estar protegiéndose emocionalmente y
manteniendo su autoestima frente a la marginalización.
“Me aparece un poco como bien ser lenca. Indio ser porque como yo digo indio
uno porque es desde allá viene mire desde nuestros ancestros desde el
antepasado viene esa sangre. Y me gusta porque dicen los indios tienen más
capacidad y más resistencia ante los ladinos. Y entonces yo me gusta eso de
ser lenca porque en realidad uno como le digo tiene más capacidad en muchas
cosas, tiene muchas defensas también porque uno el lenca come de todo, bebe
de todo y entonces eso que lo desconozcan a uno no a mí no me importa pues.”
L3-SIV, 3:17 (59:59)
Por otra parte, es evidente el desconocimiento del otro, que se manifiesta claramente
en la discriminación que los ladinos muestran hacia los lencas de San Isidro del Volcán. Esta
discriminación está estrechamente relacionada con los modos de vida, creencias y
concepciones de esta comunidad indígena en cuanto a la protección de sus bienes comunes,
especialmente del río y sus tierras. Además, resulta sorprendente que algunos miembros de
otras comunidades lenca también contribuyan a esta discriminación, lo que afecta
negativamente las relaciones sociales entre comunidades vecinas. Sin embargo, a pesar de
enfrentar estas situaciones de discriminación, los lencas de San Isidro del Volcán no han
dejado que se debilite su orgullo de ser indígenas. Siguen defendiendo sus tradiciones y sus
derechos con inquebrantable determinación.
“La descriminacion absoluta que yo he sentido en este proceso ha sido el
verdadero martirio que nos puso las instituciones del estado del gobierno en
Honduras por defender nuestros bienes naturales, nuestras tierras nos han
tratado con palabras horribles, nos han descriminado, nos han buscado hasta
pa matarlos, con falsas calumnias han pagado a otros indígenas pa que traten
de justificar la verdadera difamación de nosotros le he sufrido personalmente
y le hemos sufrido en colectivo la comunidad; donde se nos ha acusado de ser
delincuentes, se nos han acusado de ser invasores, se nos ha acusado de ser
marihuaneros, se nos ha acusado de tener armas ilegales, cuando nosotros la
familia de la comunidad lenca lo que defendimos es nuestra madre tierra con
los recursos naturales que ella tiene porque son la fuente de vida y de
sostenibilidad de nosotros los adultos y de nuestra niñez y de las generaciones
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que vendrán por eso nosotros cerramos una opinión y no digamos a los
tiempos que hemos llegado que primero tendrán que volarnos la cabeza pa
quitarnos lo que tenemos porque no tenemos otra opción. Por eso nos
volvemos guerreros en defender nuestros bienes, nuestra tierra, nuestra
naturaleza y nuestra entidad como lencas.” L2-SIV, 2:43 (67:67)
“La familia de ella han sido perseguidos por defender el bosque han sido, han
ido hasta presos solo por defender nuestros derechos dicen que somos de la
resistencia, que somos revoltosos, antes me enojaba y ahora solo me rio
porque la palabra resistencia es una palabra santa porque significa fuerza,
cuando a uno le dicen resistencia no hay que molestarse, porque significa que
tengo capacidad, en esa parte nos discriminan cuando nosotros defendemos
nuestros derechos, y les digo yo que esos tiempo ya pasaron donde las
personas las miraban humildes no hacían nada y ahora nosotros defendemos
nuestros derechos, yo inmediato busco, pero uno va en base a ley porque ya
no estamos en el tiempo de antes, creo que los derechos son los mismos.” GF-
PA1- SIV, 10:17 (44:44)
Aparte de la discriminación, la imposición hacia los lencas por parte de los ladinos ha
sido evidente y persistente. Una clara muestra de ello es la extinción de su lengua, ya que
fueron forzados y, en muchos casos, castigados por el sistema educativo nacional para que
solo hablaran español, el idioma oficial de Honduras. Esta situación llevó a la pérdida de
uno de los elementos culturales más importantes y distintivos del pueblo lenca, su lengua
propia. Esta imposición lingüística no solo representa un desconocimiento del otro, sino
también una negación del otro, ya que se les negó la posibilidad de mantener y preservar su
lengua y su identidad cultural. La imposición lingüística y cultural ejercida sobre los lencas
ha tenido consecuencias devastadoras para su comunidad y su identidad. Ha llevado a una
pérdida significativa de su patrimonio cultural y ha generado una ruptura en la transmisión
intergeneracional de su lengua y tradiciones. Esto ha contribuido a la debilitación de su
identidad cultural y a la marginación de su cultura en el contexto nacional.
“Le enseñaron una educación, un lenguaje que no es el original de nosotros
como lenca y fue obligado al niño en esos tiempos y hasta los tiempos de hoy
luego el profesor utilizaba un palo y el niño que no aprendía obligatoriamente
ese lenguaje equivocado lo azotaban, lo golpeaban, lo maltrataban entonces
por la fuerza emitieron ese lenguaje equivocado a nosotros.” L2-SIV, 2:14
(19:19)
Al no manifestarse un reconocimiento al otro, esto provoca una carencia en el
diálogo intercultural entre el gobierno y el pueblo lenca. Y es que el Estado
normalmente solo trabaja bajo intereses propios, políticos y privados, y en
contraparte, a la comunidad indígena lo que le queda es resistir. Además, la situación
política hace que no se cree tampoco una relación de interlocución del pueblo lenca
con las empresas ni con el Estado. Este nulo reconocimiento hacia el otro viene no
solamente del inexistente reconocimiento histórico-cultural de ellos como pueblo
originario, sino también de las condiciones jerárquicas y de exclusión que han sufrido
por tiempos milenarios.
“Diálogo entre líderes si hay, pero entre gobierno no hay, y cuando han
intentado acercarse para un diálogo es para acaparar información para
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sacar información de que es lo que tiene uno y que es lo que existe porque lo
que quieren es verlo destruido a uno, no quieren trabajar con la comunidad.
En esa parte es muy importante va los ladinos nunca nos ven bien y diálogo
no hay, solo con los líderes, pero entre ladinos no, y pues como dicen ellos, lo
que quieren es vernos en la ruina y robarnos lo que tenemos ese es el interés
de ellos, lo que quieren es vernos desaparecer, y gracias a Dios nosotros
resistimos.” GF-L3-SIV, 8:6 (14:15)
Finalmente, en muchos testimonios quedó palpable que la incomprensión de los
ladinos hacia los lencas de la comunidad San Isidro del Volcán genera una marginación
social hacia ellos. Los lencas enfrentan diversos desafíos en distintos aspectos de su vida;
han sido marginados y relegados a lo largo del tiempo, lo que resulta en importantes
carencias en áreas como salud, educación, comunicaciones e infraestructuras. Su falta de
oportunidades limita su desarrollo. No obstante, sus creencias no menguan y son
conscientes de que son una raza inteligente que solo necesita cultivar más su intelecto para
obtener mayores progresos en diferentes ámbitos de la vida.
“Nosotros los indígenas no somos menos que nadie en el racismo del mundo,
somos una gente entelegente, oportunidades es que no hemos tenido porque
los capitales, la economía esta acaparada por el mismo diseño español y
nosotros, las comunidades lo que verdaderamente somos indígenas no
tenemos ese capital por eso nos hemos quedado un poco en ciertas cosas, pero
nosotros somos una raza, una entidad con un conocimiento desarrollado que
si le diéramos el estudio eh desarrollaríamos muy ligero.L2-SIV, 2:18 (25:25)
13. Reconocimiento de la alteridad basado en la identidad cultural
Con la construcción de su alteridad, los lencas de la comunidad San Isidro del Volcán
han fortalecido su reconocimiento identitario, contribuyendo para ello el peso de su
tradición ancestral, sus creencias de descender de una sangre impregnada de fuerza y
valentía, así como sus concepciones relacionadas con su cosmovisión, la naturaleza y
diversidad racial y cultural que los caracteriza.
Es así como sus creencias de descender de una sangre impregnada de fuerza y valentía
han sido un elemento clave en la construcción de su identidad. La percepción de provenir de
una línea de ancestros fuertes y valientes ha contribuido a forjar una imagen positiva de
mismos como un pueblo resiliente y capaz de enfrentar los desafíos que la historia y el
presente les han presentado.
De igual manera, la cosmovisión de los lencas también ha sido fundamental en la
consolidación de su alteridad. Su forma de ver y entender el mundo, su relación con la
naturaleza y su concepción de la vida y la espiritualidad son elementos esenciales que les
diferencian y enriquecen su identidad cultural. Esta cosmovisión está profundamente
arraigada en sus prácticas cotidianas, sus rituales y su conexión con la tierra y los recursos
naturales, lo que ha contribuido a mantener su identidad como pueblo indígena. Asimismo,
la diversidad racial y cultural que los caracteriza ha sido un factor clave en la construcción
de su alteridad. Esta diversidad ha sido abrazada y celebrada por los lencas, quienes
encuentran en ella una fuente de orgullo y pertenencia a un grupo cultural único y diverso.
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“En esos tiempos históricos ancestros e hubieron diferentes razas en la
humanidad y desde esos tiempos nosotros somos semejanza de Dios eso es lo
primero ah como seres humanos lo otro es que también ancestralmente
nuestros antepasados fueron verdaderas personas vivieron en esta tierra a
donde ellos estuvieron eh fueron parte convivieron con nuestra madre tierra,
con todos sus recursos, con todo lo visible y lo invisible de que Dios dejo en esta
tierra entonces ellos nos han, nos enseñaron a cuidar a defender a aprovechar
y porque no decir también a, a pensar va en que es única la tierra y que único
sus recursos y no crece más ya está y mientras que la humanidad a cada día
nos multiplicamos.” L2-SIV, 2:49 (11:11)
“Significa algo muy, muy grande verdad porque una que no nos acomodamos
esa palabra lenca nos lleva muy nos llena de muchos ánimos de mucha energía
porque lenca verdad es nuestra, nuestra raza, nuestra sangre verdad, así
como mm lo dicen mucho sí lo creemos nosotros es la sangre más más valiente
verdad que soportamos lo que sea enfermedades y todas las dificultades que
se nos presentan en la vida.” L1-SIV, 1:6 (9:9)
“Como siempre somos los mismos, no puedo decir no, porque como siempre
soy del nacimiento lenca no puedo cambiar, entonces verdad eso es algo que
nosotros nos sentimos verdad de esa manera.” L4-SIV, 7:2 (31:31)
En contraparte, se observa por el lado de los ladinos que esta construcción de la
alteridad no fructifica, ya que no han surgido con el pueblo lenca relaciones basadas en
criterios de igualdad, sino que se han fundamentado en un marco de poder, control y
autoritarismo propio de la cultura occidental, donde ven de menos al diferente, al
desposeído. La visión dominante de la cultura ladina, que proviene de una mezcla de
culturas europeas e indígenas, ha llevado a una actitud de superioridad hacia los lencas. Esta
actitud de menosprecio y desprecio hacia los diferentes y desposeídos se ha manifestado a
través de la discriminación, la marginación y la exclusión de los lencas de la sociedad
hondureña.
Es así como esta falta de reconocimiento y respeto hacia la alteridad de los lencas ha
generado un profundo descontento y malestar en la comunidad indígena. Se sienten
desfavorecidos, desposeídos y subyugados por la cultura ladina y el sistema de poder que los
excluye y los margina. A pesar de su valiosa contribución a la diversidad cultural de
Honduras, los lencas son tratados como ciudadanos de segunda clase, lo que ha generado
un sentimiento de injusticia y desigualdad en su contra.
“Nosotros hemos conocido que, a ellos a los ladinos, lo que les arruina la mente
es ese Dios que se han agarrado del dinero, no conocen eh lo que es la parte,
parte que la humanidad, la parte de derecho y todos esos principios humanos
porque si, si se cumpliera la voluntad de Jesús se practicará, son humanos
igual que nosotros.” L2 -SIV, 2:37 (53:53)
Respecto al encuentro entre lo propio y lo otro, los lencas de San Isidro del Volcán
consideran que existe una diferencia entre ellos y los ladinos, principalmente en lo
relacionado con sus creencias y modos de vida. Para los lencas, el sufrimiento va implícito
por ser de campo. Empero, para los ladinos, al ser de ciudad, sus condiciones de vida
mejoran y se sienten más felices. A pesar de esta diferencia, los lencas se sienten agradecidos
de ser como son y vivir rodeados de la naturaleza.
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De esta manera, los lencas, al ser una comunidad indígena que ha mantenido fuertes
lazos con sus tradiciones ancestrales, valoran profundamente su conexión con la tierra y la
naturaleza. Para ellos, la relación con la naturaleza es esencial y sagrada, y su cosmovisión
gira en torno a la armonía con el entorno natural y el respeto por todas las formas de vida.
La tierra y el agua son consideradas como bienes comunes fundamentales para su
supervivencia y desarrollo como pueblo, y su protección es una prioridad.
En contraste, los ladinos, al vivir en áreas urbanas y tener una cultura más
occidentalizada, tienden a enfocarse en un estilo de vida más moderno y desconectado de la
naturaleza. Para ellos, el progreso y el éxito económico son objetivos primordiales, y el
desarrollo urbano y la adquisición de bienes materiales son considerados como símbolos de
estatus y felicidad. Su visión del mundo se basa más en conceptos capitalistas y occidentales,
lo que puede resultar en una visión más individualista y consumista de la vida.
Estas diferencias en las creencias y modos de vida han llevado a una percepción de
sufrimiento y dificultades para los lencas, ya que a menudo enfrentan discriminación y
marginación por parte de la sociedad ladina, especialmente en los centros urbanos. Sin
embargo, a pesar de las adversidades, los lencas mantienen un profundo sentido de gratitud
por su identidad y su forma de vida. Se sienten orgullosos de ser parte de una comunidad
que valora la tierra y la naturaleza, y que ha preservado su rica herencia cultural a lo largo
de generaciones.
Para los lencas, la vida en estrecha relación con la naturaleza les brinda una conexión
única con el mundo que los rodea, lo que consideran un regalo invaluable. A pesar de la
aparente diferencia en las condiciones de vida con los ladinos, los lencas encuentran
satisfacción en su forma de vida y en el conocimiento transmitido por sus antepasados. Su
relación cercana con la tierra, sus tradiciones y su sentido de comunidad son aspectos
esenciales de su identidad, y consideran que estos elementos los hacen fuertes y resilientes
ante las adversidades.
“La gente de allá. Bueno como allá es ciudad y aquí es, es campo pues si y
entons ya uno aquí de cualquiera manea uno se ha criado sufriendo. Y allá no
porque allá como es, es ciudad. Si allá cambia la gente. A2-SIV, 5:12 (45:45)
“Nosotros trabajamos para producir la comida de todo el año y son cosas que
en la ciudad no las tiene, y por eso me siento agradecido de vivir acá.” GF-
PJ2-SIV, 9:4 (10:10)
La narrativa reveló claramente que la construcción de una sociedad comunitaria ha
sido un objetivo elusivo para los lencas de la comunidad San Isidro del Volcán. La falta de
igualdad y la exclusión que experimentan no se deben a una supuesta incapacidad por parte
de la comunidad indígena, sino más bien a la falta de reconocimiento y valoración por parte
de los ladinos hacia su realidad y su identidad cultural.
Los lencas expresaron que han luchado incansablemente por obtener un trato justo y
equitativo en la sociedad, pero se han encontrado con barreras impuestas por los ladinos
que perpetúan la desigualdad y la marginación. Esta falta de valoración hacia la realidad del
otro, es decir, hacia la comunidad indígena, ha generado una brecha entre ambas culturas,
dificultando la construcción de una sociedad basada en la cooperación y el respeto mutuo.
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Para los lencas, la clave para alcanzar una sociedad comunitaria radica en el
reconocimiento y valoración de su cultura y cosmovisión. La falta de comprensión y aprecio
por parte de los ladinos hacia sus creencias, tradiciones y formas de vida ha sido una barrera
que ha obstaculizado la construcción de relaciones armoniosas y cooperativas entre ambos
grupos. Es importante destacar que ellos no ven su falta de igualdad como un reflejo de su
inferioridad, sino como el resultado de un sistema de relaciones marcado por desigualdades
de poder y una historia de discriminación y exclusión.
“Se ha visto un retraso bastante no porque somos menos capaces o no
entendidos sino porque las oportunidades pa nosotros los lencas han sido
restringidas entonces ha existido esa desigualdad, desigual de racismo.” L2-
SIV, 2:23 (33:33)
Por otro lado, también se ha reflejado que desde tiempos de la colonia ha imperado
una desigualdad que, desafortunadamente, no ha favorecido la apertura hacia lo nuevo en
la actualidad, lo cual es una parte esencial de la diferencia con nosotros mismos y es una
consecuencia de esta desigualdad arraigada en la historia. Los grupos dominantes han
perpetuado un sistema que busca mantener el statu quo y evitar cambios que puedan
amenazar su posición de privilegio. Esto ha llevado a una resistencia hacia el reconocimiento
y valoración de la diversidad cultural y étnica que existe en el país.
“Los ladinos tal vez alguno, no es al 100 porque los ladinos legalmente el bien
solo lo quieren para ellos, son como el azadón les gusta jalar para ellos para
nosotros las indígenas lencas no hay nada, están haciendo como los españoles
que llegaron con un espejo y nos engañaron.” GF-PA1-SIV, 10:25 (68:68)
14. Discusión
El supuesto central de este estudio es que en el pueblo lenca existe un
reconocimiento de su diversidad racial y cultural, lo que implica la aceptación de la
alteridad ligada a una forma de vida distinta y un sistema de comprensión del mundo
diferente al de la cultura occidental. Se concibe la otredad como un nosotros, un
colectivo común, donde no hay "otro" diferente a ellos.
A través del análisis de los resultados de la investigación, se ha encontrado que
el reconocimiento de la otredad-alteridad de los lencas de la comunidad San Isidro del
Volcán se basa en su identidad cultural. Además, se identificaron cinco dimensiones
de la otredad vinculadas a la capacidad de reconocer el pasado y a los elementos
simbólicos o referentes propios de la comunidad indígena. Asimismo, cuatro
dimensiones de la alteridad están estrechamente asociadas con al menos una de las
dimensiones que conforman la identidad cultural de los lencas.
El estudio revela que, a lo largo del tiempo el pueblo lenca ha desarrollado
diversas formas de ser, pero estas han sido moldeadas por un sistema de relaciones
inter-étnicas marcado por desigualdades de poder y la propagación de estereotipos
que han influido en la definición de su identidad indígena. Estas dinámicas han dado
lugar a la creación de condiciones jerárquicas, excluyentes y discriminatorias dentro
de la sociedad, afectando la igualdad y el respeto hacia el pueblo lenca y su identidad
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cultural. La falta de reconocimiento histórico-cultural de los ladinos hacia la
comunidad San Isidro del Volcán ha dificultado que los lencas sean reconocidos como
sujetos semejantes, con vivencias propias, lo que provoca que no haya un encuentro
genuino con el otro y que tengan que luchar por sus derechos.
Además, la resistencia en la defensa de sus derechos y la protección de sus
recursos comunes, como la tierra y el agua, ha expuesto a los lencas a sufrir daños
físicos y psicológicos por parte del gobierno, fuerzas militares, policiales y sectores
poderosos de la sociedad. No obstante, su espíritu combativo se mantiene intacto, y
persisten en su lucha por preservar sus creencias y el equilibrio con la naturaleza que
los rodea.
Asimismo, el desconocimiento del otro y la discriminación hacia los lencas se
manifiestan tanto por parte de los ladinos como de algunos miembros de otras
comunidades lenca, lo que afecta las relaciones sociales y la convivencia entre
comunidades vecinas. La imposición de los ladinos hacia los lencas se ha reflejado en
la extinción de su lengua y en la imposición del español como idioma oficial en el
sistema educativo nacional, lo que ha llevado a una negación del otro.
De igual manera, la falta de reconocimiento al otro y la incomprensión entre los
ladinos y los lencas han generado una marginación social hacia estos últimos, que se
refleja en carencias importantes en salud, educación, infraestructuras y otras áreas de
la vida. Sin embargo, a pesar de las dificultades, los lencas se sienten orgullosos de su
identidad y de pertenecer a una raza inteligente y resistente.
Así también, cuando se hace referencia al encuentro entre lo propio y lo otro, se
observa una diferencia entre los modos de vida y creencias de los lencas y los ladinos.
Por un lado, los lencas valoran su conexión con la naturaleza y su vida en el campo
mientras que, por otro lado, perciben a los ladinos como más apegados a la vida en la
ciudad y menos sufrientes. A pesar de estas diferencias, los lencas se sienten
agradecidos por su forma de vida y se aferran a sus tradiciones ancestrales.
En resumen, el estudio respalda el reconocimiento de la diversidad racial y
cultural, la concepción de la otredad como un nosotros y la aceptación de la alteridad
en la comunidad lenca de San Isidro del Volcán. Estos aspectos generan un sentido de
identidad compartida y una comprensión de su singularidad como un grupo
culturalmente diverso. Además, existe una conexión entre los miembros del grupo y
se valora una forma de vida distinta y un sistema de comprensión del mundo diferente
al de la cultura occidental, lo que contribuye a su identificación como un colectivo
único.
15. Implicaciones del estudio
Este estudio tiene importantes implicaciones desde una perspectiva filosófica
para la obtención de una mirada alternativa civilizatoria. Al reconocer la diversidad
cultural, mantener su cosmovisión única, resistir la opresión y promover el diálogo
intercultural, los lencas ofrecen una visión inspiradora para una sociedad más justa,
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sostenible y respetuosa con la naturaleza y los demás. Este enfoque puede enriquecer
el debate filosófico sobre la diversidad humana y la construcción de una civilización
más inclusiva y compasiva.
A continuación, se presenta un análisis crítico-reflexivo desde esta óptica:
Reconocimiento y diversidad cultural: Desde una perspectiva filosófica, el
reconocimiento de la diversidad cultural y la alteridad es esencial para la construcción
de una mirada alternativa civilizatoria. El estudio revela que los lencas, al basar su
reconocimiento del otro en su identidad cultural, han logrado mantener y valorar su
cosmovisión única y sus tradiciones ancestrales. Esto desafía la visión dominante de
la cultura occidental, que tiende a homogeneizar y marginar otras formas de vida. La
aceptación de la diversidad cultural enriquece el panorama humano y promueve una
mayor comprensión y respeto mutuo entre diferentes comunidades y culturas.
Cosmovisión y relación con la naturaleza: Los saberes lencas, arraigados en
una profunda conexión con la naturaleza, subrayan la importancia de la
interdependencia entre los seres humanos y su entorno. Esta cosmovisión contrasta
con la mentalidad occidental, que ha tendido a explotar y dominar la naturaleza en
busca de un progreso material. El reconocimiento y preservación de la identidad
cultural lenca pueden aportar una perspectiva valiosa para abordar los desafíos
ambientales y promover una relación más armoniosa con la naturaleza.
Resiliencia y resistencia: El estudio muestra la resiliencia y resistencia de los
lencas frente a la discriminación y opresión que han enfrentado históricamente. Su
capacidad para mantener su identidad cultural en medio de condiciones adversas
refleja la importancia de resistir la asimilación cultural impuesta y reafirmar su
existencia como un "nosotros" colectivo. Esta actitud puede inspirar a otros grupos
marginados a reclamar su identidad y luchar por el reconocimiento y la justicia.
Diálogo intercultural: El análisis del estudio destaca la falta de diálogo
intercultural efectivo entre los lencas y los ladinos. Desde una perspectiva filosófica, el
diálogo es fundamental para la comprensión y la construcción de una sociedad más
justa y equitativa. La superación de barreras culturales y la promoción de un diálogo
basado en el respeto y la igualdad pueden enriquecer la experiencia humana y facilitar
una transformación civilizatoria hacia una sociedad más inclusiva y diversa.
86
Desafío a la lógica dominante: La visión lenca, centrada en la identidad
cultural y la valoración de lo ancestral, desafía la lógica dominante de la cultura
occidental, que tiende a priorizar el individualismo y el consumismo. Al resaltar la
importancia de la comunidad y la preservación de las tradiciones, los lencas ofrecen
una perspectiva alternativa sobre lo que realmente importa en la vida humana y cómo
deberíamos concebir nuestra existencia en este mundo.
86
FORNET-BETANCOURT, Raúl. Interculturalidad y filosofía en América Latina. Verlag Mainz, Aachen,
2003, p. 155.
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Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela. ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598
16. Limitaciones
Aunque la investigación sobre el reconocimiento de la otredad-alteridad en la
comunidad lenca de San Isidro del Volcán ofrece valiosos aportes, también presenta
algunas limitaciones que es importante tener en cuenta:
Ausencia de enfoque comparativo: La investigación se centra únicamente en la
comunidad lenca de San Isidro del Volcán, lo que impide realizar comparaciones con
otras comunidades o grupos étnicos. Un enfoque comparativo podría proporcionar
una visión más amplia y enriquecedora de las dinámicas interculturales.
Limitaciones del enfoque cualitativo: Aunque el enfoque cualitativo utilizado
en la investigación permite una exploración profunda de las experiencias y
percepciones de los participantes, también puede tener limitaciones en términos de
generalización y replicabilidad de los resultados.
A pesar de estas limitaciones, la investigación sigue siendo una contribución
valiosa para comprender el reconocimiento de la otredad-alteridad en esta comunidad
indígena y su conexión con la identidad cultural. Sin embargo, es importante tener en
cuenta estas limitaciones al interpretar y aplicar los resultados de manera adecuada.
Conclusiones
Las conclusiones de esta investigación muestran claramente que el
reconocimiento de la otredad y la alteridad en la comunidad lenca se basa sólidamente
en su identidad cultural. La estrecha conexión con su tradición ancestral, sus creencias
arraigadas y su cosmovisión desempeñan un papel crucial en la forma en que los lencas
interactúan con otras personas y comunidades. Además, su diversidad racial y cultural
también contribuye significativamente a esta dinámica de reconocimiento y
aceptación mutua.
Por otro lado, a pesar del reconocimiento que los lencas tienen de su propia
diversidad cultural, se evidencia una falta de reconocimiento histórico-cultural por
parte de los ladinos y otros grupos hacia la comunidad lenca de San Isidro del Volcán.
Esto ha generado dificultades en las relaciones interculturales y ha llevado a
situaciones de discriminación y negación del otro.
Asimismo, los testimonios de los participantes resaltan la importancia de la
lucha por el reconocimiento legal y social de los lencas como pueblo indígena. La
preservación de su identidad y cultura ha llevado a los lencas a enfrentamientos con el
gobierno y otras comunidades en la defensa de sus derechos y la protección de sus
bienes comunes. A pesar de las adversidades, han demostrado una firme
determinación en mantener sus tradiciones y valores.
Así también, la falta de reconocimiento y la marginación social han generado
barreras para el diálogo intercultural entre la comunidad lenca y los ladinos y otras
comunidades. Las condiciones jerárquicas y de exclusión han dificultado la creación
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Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela. ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598
de relaciones basadas en criterios de igualdad, lo que limita el entendimiento mutuo y
la colaboración.
Pese a las dificultades y barreras, los pobladores de San Isidro del Volcán han
mostrado una asombrosa capacidad de resiliencia en la protección y mantenimiento
de sus creencias, valores y tradiciones. Su orgullo por su identidad como lencas es
evidente, ya que consideran que su sangre lleva consigo una fuerza y valentía que los
diferencia de los demás.
Es importante destacar que la obtención de una mirada alternativa civilizatoria
a través de la construcción histórica de las experiencias de vida y la construcción
simbólica de la comunidad lenca de San Isidro del Volcán implica una profunda
reflexión sobre los fundamentos culturales y la concepción del mundo que subyacen
en nuestras sociedades contemporáneas. Para ello se debe trascender la visión
etnocéntrica que ha prevalecido en la historia de la humanidad, en la cual una cultura
o civilización se considera superior o dominante sobre las demás. En lugar de
perpetuar la idea de una cultura superior y homogénea, se trata de reconocer y valorar
la diversidad cultural como una fuente de enriquecimiento y aprendizaje mutuo.
Esto involucra cuestionar y desafiar los sistemas de pensamiento y las
estructuras de poder que han promovido la dominación y la exclusión de ciertas
culturas en beneficio de otras. La mirada alternativa civilizatoria invita a adoptar un
enfoque más inclusivo y respetuoso, donde todas las voces y perspectivas culturales
sean reconocidas y valoradas por igual.
La construcción histórica de las experiencias de vida de la comunidad lenca y
su construcción simbólica proporciona una base sólida para reflexionar sobre cómo se
han formado las identidades culturales y cómo estas identidades han interactuado a lo
largo del tiempo. Al explorar y comprender las raíces históricas de la comunidad lenca,
podemos identificar las dinámicas culturales que han llevado a la marginalización y
discriminación, así como las luchas y resistencias que han mantenido su identidad y
cosmovisión a lo largo de generaciones.
Una mirada alternativa civilizatoria también invita a cuestionar las nociones
tradicionales de desarrollo y progreso, que a menudo se han basado en la explotación
de recursos naturales y culturales de comunidades indígenas y marginadas. Desde esta
óptica, se trata de redefinir el concepto de progreso para incluir dimensiones más
humanas y sostenibles, que valoren la preservación del entorno natural y cultural y
promuevan la equidad y la justicia social.
Para finalizar, si bien es cierto que el estudio ofrece una mirada profunda sobre
cómo el reconocimiento de la otredad-alteridad en la comunidad lenca San Isidro del
Volcán se enlaza con su identidad cultural y cómo esta interacción impacta en sus
relaciones interculturales y resalta la importancia de valorar y respetar la diversidad
cultural y étnica, también es evidente que aún persisten desafíos significativos en la
construcción de una relación equitativa y armoniosa entre los diversos grupos
culturales en el contexto de la comunidad estudiada.
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Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela. ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598
Estos desafíos requieren una reflexión profunda y un compromiso continuo
para superar prejuicios y estereotipos arraigados, y para reconocer que todas las
culturas tienen un valor intrínseco y un aporte único a la riqueza humana. Asimismo,
es esencial que se promueva un diálogo intercultural respetuoso y empático, con la
disposición de aprender y comprender las perspectivas del otro, en lugar de perpetuar
dinámicas de dominación y exclusión. Solo a través de un genuino respeto por la
diversidad cultural y la construcción de puentes de entendimiento, podremos avanzar
hacia una mirada alternativa civilizatoria que abrace la pluralidad y fomente la
coexistencia armoniosa de todas las culturas en un mundo cada vez más
interconectado.