Universidad del Zulia
Facultad de Humanidades y Educación
Centro de Estudios Filosócos
“Adolfo García Díaz”
Maracaibo - Venezuela
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Depósito legal pp 197402ZU34 / ISSN 0798-1171
Dep. Legal ppi 201502ZU4649
99
2021-3
Septiembre-Diciembre
I. ÉTICA, GLOBALIDAD CRÍTICA Y BIENESTAR HUMANO
II. DIMENSIÓN EPISTÉMICA Y DESARROLLOS CULTURALES
III. LA EDUCACIÓN EN CONTEXTO INTERCULTURAL Y
DECOLONIAL
IV. REPENSAR LA EDUCACIÓN SUPERIOR: TEORÍAS Y
PRÁCTICAS
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Revista de Filosofía
Vol. 38, N°99, (Sep-Dic) 2021-3, pp. 190 - 210
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598
la sustentabilidad como principio de responsabilidad empresarial
frente los ecosistemas naturales
Sustainability as a Principle of Corporate Responsibility towards Natural
Ecosystems
Annherys Isabel Paz Marcano
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7538-1563
Universidad de La Guajira - Riohacha - Colombia
aipaz@uniguajira.edu.co
Ángel Acevedo-Duque
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8774-3282
Universidad Autónoma de Chile - Santiago
angel.acevedo@uautonoma.cl
Boris Sandy Romero Mora
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6867-9801
Universidad de La Guajira - Riohacha Colombia
bromero@uniguajira.edu.co
Resumen
Esta investigación tiene el propósito de analizar los basamentos teóricos que promueven la
sustentabilidad como responsabilidad empresarial frente a los ecosistemas naturales. Por lo
tanto, distingue maneras depredadoras de producción de bienes y servicio de técnicas
capaces de producir atendiendo la necesidad de conservar los haberes que permiten la
continuidad de vida digna. En tal sentido, la reciprocidad y mesura son entidades éticas que
consienten reconocer los límites de lo económicamente posible. Tratamos sobre formas de
explotación racional de los recursos naturales para admitir la continuidad de sociedades
justas. Promovemos la capacidad de autogestión de las comunidades como contención de
formas nocivas de consumo. Así, la sustentabilidad admite organizaciones económicas
capaces de generar ganancias mientras responden a los compromisos frente a la sociedad y
el ambiente. Es una investigación bibliográfica desde el enfoque racionalista-deductivo.
Palabras clave: Sustentabilidad; Responsabilidad Empresarial; Ecosistemas Naturales;
Técnicas de Producción; Explotación Ética de los Recursos.
________________________________________
Recibido 05-08-2021 Aceptado 21-10-2021
Este trabajo está depositado en Zenodo:
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.5644368
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Abstract
This research has the purpose of analyzing the theoretical foundations that promote
sustainability as a corporate responsibility vis-à-vis natural ecosystems. Therefore, it
distinguishes predatory ways of producing goods and services from techniques capable of
producing in response to the need to conserve assets that allow the continuity of a dignified
life. In this sense, reciprocity and measure are ethical entities that agree to recognize the
limits of what is economically possible. We deal with forms of rational exploitation of natural
resources to admit the continuity of just societies. We promote the self-management
capacity of communities to contain harmful forms of consumption. Thus, sustainability
supports economic organizations capable of generating profits while responding to
commitments to society and the environment. It is a bibliographic investigation from the
rationalist-deductive approach.
Keywords: Sustainability, Corporate Responsibility, Natural Ecosystems, Production
Techniques, Ethical Resource Exploitation.
Introducción
Para la sociedad contemporánea, la revalorización de la relación del hombre con el
ambiente, no es una opción, es urgencia ineludible. Una premuradel cual depende no sólo el
ser y estar del hombre sobre el planeta; también, la sobrevivencia de la vida como conjunto.
Mucho más allá de discursos alarmistas e interesados, de disculpas o medidas
paliativas, la necesidad de modificar las maneras en la cuales las comunidades se relacionan
con el ambiente es un imperativo axiológico. Insistimos, es insostenible la estructura social
moderna; esta debe ser transformada en una dinámica mucho más digna y justa para todos
los habitantes del planeta.
Ante la barbarie causada por la razón instrumental, se presenta la premura de
formular e implementar una ética ambiental estructurada con las condiciones materiales
reales del planeta. La responsabilidad ecológica de las empresas debe sustituir la aridez de
una técnica carente de sentido ético por procedimientos que garanticen un mundo
sustentable, democrático, igualitario; donde se valide la diversidad.
La noción de sustentabilidad ecológica se constituye en la condición imprescindible
que permite la sustentabilidad del hacer económico. La noción sustentabilidad contempla
dos derechos; el derecho a existir de las comunidades humanas y el derecho a existir del
planeta. Que, vistos en conjunto, es un solo derecho: El derecho a ser y estar del ambiente;
ambiente que envuelve al ser hombre junto con toda la otredad.
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La sustentabilidad valida procesos de funcionamiento del sistema natural, que
desestima todo sacrificio de una variable en valor de otra. Que limita la explotación
ambiental a favor de la máxima producción. Se permiten niveles de producción que no
involucren la desaparición de los recursos que posibilitan la producción.
La sustentabilidad exige prácticas técnicas que involucran la reproducción constante
del ambiente, de los recursos naturales y el hombre. Indudablemente, un mecanismo de
producción que implique el sacrificio de los recursos, terminará en la desaparición de la
producción y los recursos. Ahora bien, la noción de producción en ningún caso involucra
irremediablemente el sacrificio de los factores de producción; caso contrario, un sistema
óptimo permite la producción incluyendo la reproducción de los factores de producción.
Señala Boff:
Sostenible es la sociedad o el planeta que produce lo suficiente para sí y
para los seres de los ecosistemas en los que está; que toma de la
naturaleza sólo lo que ésta puede reponer; que muestra un sentido de
solidaridad generacional al preservar para las sociedades futuras los
recursos naturales que van a necesitar.
1
Toda ética empresarial viable considera los límites éticos de lo posible. En tal sentido,
valida prácticas que garantizan la sustentabilidad de los recursos que consienten la
producción. Se parte del principio ontológico que no existe producción sostenida en el
tiempo que sacrifique los recursos que la permiten. De esta manera, el principio de
sustentabilidad está ligado a la permanencia de la actividad económica a lo largo del tiempo.
Nos referimos al criterio concreto de las posibilidades de la vida de
todos los seres humanos, el cual implica la vida de la naturaleza como
el fundamento de toda posibilidad de vivir. No es posible sustituir este
criterio por principios abstractos como serían la tasa de crecimiento o
la tasa de ganancia. Pero es un criterio universalista. Es el criterio del
universalismo del ser concreto, enfrentado a los universalismos
abstractos, sea del mercado, sea el plan central.
2
En este artículo se estudian los principios fundamentales que caracterizan a la
sustentabilidad como principio de responsabilidad ambiental empresaria. Se considera la
permanencia de la vida en condiciones de justicia al considerar lo técnicamente posible. Más
allá de esto, se insiste que el principio de rentabilidad, eficiencia y eficacia productiva se
1
BOFF, L. (2002).El Cuidado Esencial. Ética de lo humano, compasión por la Tierra.Editorial Trotta, S.A.
Madrid. España., p. 111.
2
HINKELAMMERT, F. (2002).Crítica de la Razón Utópica. Ediciones DESCLÉE DE BROUWER. España., p.
302.
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encuentra indisolublemente ligara con prácticas que impulsen la permanencia de los
recursos que favorecen la producción.
Las responsabilidades demográficas deben ser pues tamizadas
porresponsabilidadestecnológicas. Para buscar un equilibrio
ambiental, es indispensable formularle una ética al desarrollo de la
tecnología. Es muy distinta una tecnología construida para la paz que
un modelo tecnológico fabricado para la guerra. Aquí hay, por lo tanto,
un segundo campo de reflexión, en el que se pueden recoger muchas de
las ideas aportadas por la Escuela de Frankfurt, evitando su pesimismo.
La tecnología puede acabar siendo y de hecho lo ha sido, una impetuosa
corriente que impulsa el sistema cultural hacia la ruina social y el
deterioro ambiental. Se requiere una decidida voluntad social y política
para orientar la tecnología hacia satisfactores humanos que no
engendren desigualdad y logren equilibrios tecnobiológicos
aceptables.
3
Validamos procedimientos económicos que atendiendo al principio de no
degradación de los ecosistemas naturales permiten formas de producción responsables con
los recursos que permiten la convivencia. Desde el enfoque racionalista-deductivo los
análisis soportan e impulsan la sustentabilidad como virtud empresarial. Haber ético que se
enfrenta con la falencia que busca la máxima producción sostenida a lo largo del tiempo sin
atender a los principios fácticos que permiten la producción de bienes y servicios.
Desarrollo
Los impactos de la máxima producción
Los procedimientos éticos viables distinguen y cancelan organizaciones económicas
rapaces de los recursos naturales. Se parte del principio ontológico que no existe producción
posible si se sacrifica la totalidad de los recursos que permite la producción. Los principios
empresariales que permite la sustentabilidad como responsabilidad ambientan consideran
que:
El desarrollo sostenido de las fuerzas productivas no sólo depende de la
productividad del capital, del trabajo y del progreso científico-
tecnológico. Las fuerzas productivas de la sociedad están fundadas
también en la productividad de los procesos ecológicos y culturales de sus
diferentes regiones y poblaciones. A su vez, las relaciones sociales de
producción están entretejidas en una trama ecológica que sustenta a un
3
ÁNGEL, A. ÁNGEL, F. (2002) La Ética de la Tierra. Ética y Medio Ambiente. Ética, Vida y Sustentbilidad.
Enrique Leff (Coordinador). Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Red de Formación
Ambiental para América Latina y el Caribe Boulevard de los Virreyes. México., p. 19.
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sistema de recursos naturales y condiciona sus formas de reproducción y
aprovechamiento sostenido.
4
Se cancela la economía como saqueo en procura de permitir modos de producción y
comercialización de bienes y servicios que atendiendo a los principios que permiten la
sustentabilidad, favorezcan la continuidad de la actividad empresarial y la vida como
posibilidad conjunta. Se considera que muy lejos está la actividad empresarial de
irremediablemente significar la depredación de los recursos que permiten la vida.
La empresa viable es aquella que tiene la obligación de atender la vigencia y
subsistencia de los recursos que permiten la producción. Esta obligación está muy lejos de
ser una concepción arbitraria; se trata del principio que permite la subsistencia del sistema
económico a lo largo del tiempo. En consecuencia, trata sobre la operatividad de la empresa
como evento que genera ganancias.
Desde una visión ecosistémica de producción, la economía ecológica
busca subsumir la economía dentro de la ecología, considerada esta
última como una teoría más comprehensiva, la ciencia por excelencia de
las interrelaciones. Así, se sugiere reordenar la economía dentro de la
ecología, introduciendo un conjunto de criterios, condiciones y normas
ecológicas a ser respetados por el sistema económico.
5
Por supuesto que las empresas pueden escoger realizar operaciones nocivas al
ambiente en favor de la máxima ganancia. En estos casos, los niveles de eficiencia y eficacia
buscan disimular, empañar el hecho obvio que se está sacrificando la posibilidad de
sobrevivencia del negocio. En consecuencia, “La economía ecológica arroja una mirada
crítica sobre la degradación ecológica y energética resultante de los procesos de producción
y consumo, intentando sujetar el intercambio económico a las condiciones del metabolismo
general de la naturaleza.”
6
La sustentabilidad se basa en el principio ontológico que únicamente es viable los
procedimientos económicos que consideran la subsistencia de los medios donde acontecen
los actos de producción y comercialización de bienes y servicios. Este haber se presenta por
la necesidad de sobrevivencia de las sociedades; invalida procedimientos técnicos que
involucran la desaparición de la posibilidad de la vida.
4
LEFF, Enrique (1991). Ambiente Estado y Sociedad. Crisis y Conflictos Socio-ambientales en América Latina
y Venezuela. Análisis Sociológico del Movimiento Ambientalista en América Latina”. Universidad Simón
Bolívar. Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES). Caracas, Venezuela., p. 33.
5
LEFF, Enrique (2018). Saber Ambiental. siglo XXI editores, S.A. Madrid. España., pp. 38.
6
Ibíd., pp. 39.
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Tratamos sobre un principio ontológico que permite específica epistemología y
axiología. El principio de sobrevivencia de los sistemas que permiten la vida en condiciones
de justicia y equidad se constituye entonces en un ente regulador de todas las prácticas
sociales. Son viables las praxis que garantizan la permanencia de la vida a lo largo del
tiempo.
Los modos de saber acertados comprender la vida para que los conocimientos que se
articulan sirvan como cuerpo que sustente prácticas que multiplican las condiciones que
posibilitan la vida. Se comprende el mundo para que este subsista en las actividades de
transformación de los medios que la vida social dispone.
El hombre es un animal tecnológico. La lucha ambiental no tiene que
significar una guerra contra la tecnología, sino a sus orientaciones
concretas. El hombre no puede renunciar a su plataforma instrumental,
porque ésta es una herencia evolutiva. Hemos sido arrojados
definitivamente del paraíso ecosistémico. El ideal del hombre sigue
siendo prometéico. Sin embargo, la tecnología no es una herramienta
omnipotente. No le da al hombre un dominio absoluto sobre la
naturaleza. La naturaleza sigue teniendo sus fueros, su orden y su
equilibrio, que el hombre puede transformar, pero no de manera
absoluta. El reconocimiento de los límites de la cultura significa aceptar
los límites de la tecnología.
7
Las empresas como unidad económica poseen dos compromisos visibles; en primer
lugar, tienen la responsabilidad de garantizar la calidad de los bienes y servicios que
producen y distribuyen. Esta posibilidad deriva de dos necesidades; en primer lugar,
garantizar que los bienes que la sociedad dispone contengan calidad con la finalidad de
garantizar la salubridad y bienestar de la sociedad. A su vez, la característica que obliga la
calidad de los bienes se relaciona con la subsistencia futura de la actividad empresarial. Pues,
en un mercado donde quien escoge tiene la potestad de elegir productos, la calidad garantiza
que el producto ofrecido tendrá rotación; necesidad para el éxito empresarial.
Junto a esto, la empresa tiene el compromiso de ser negocio en cuanto demostrar la
capacidad de recuperar y aumentar la inversión. Toda empresa debe demostrar la capacidad
de devolver el capital invertido; junto a este importe, debe demostrar ganancias suficientes
con la finalidad de impulsar inversiones futuras.
Ahora bien, frente a estos retos, que destacan las obligaciones que las empresas
poseen frente a los consumidores y los inversionistas, estas unidades económicas tienen la
7
ÁNGEL, A. ÁNGEL, F. (2002) La Ética de la Tierra. Ética y Medio Ambiente. Ética, Vida y Sustentbilidad.
Enrique Leff (Coordinador). Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Red de Formación
Ambiental para América Latina y el Caribe Boulevard de los Virreyes. México., p. 21.
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posibilidad de organizar sus prácticas dependiendo de dos concepciones axiológicas
distintas. Por un lado, pueden realizar prácticas nocivas del medio ambiente; por el otro,
pueden estructurar procedimientos que atiendan la necesidad de sustentabilidad de los
ecosistemas naturales. Advierte Hinkelammert:
El mercado y el laboratorio hacen abstracción de la globalidad de la
vida humana, para efectuar su acción. Hacen abstracción de la
redondez de la tierra, del hecho de que nuestro planeta es un globo.
Su imagen de la tierra es la de una planicie infinita en la cual se
destruye una parte para pasar a otra, sin tener nunca un problema del
globo. Es una imagen pre-ptolomeica. Sólo por eso puede desarrollar
una acción sea científica, sea mercantil que juzga sobre el mundo
bajo el único aspecto de su racionalidad medio-fin, entendiendo los
medios y los fines como elementos parcializados de una acción por
calcular. Abstraen el hecho de que la realidad es condición de
posibilidad de la vida humana. Luego, el sujeto de este método
científico es un observador res cogitans frente a res extensa y el
sujeto de la acción mercantil es un actor reducido al cálculo de las
utilidades a partir de fines específicos. En estas teorías de la acción no
cabe una finalidad como la condición de la posibilidad de la vida
humana. Hablan de la producción de productos según la racionalidad
medio-fin, sin hablar ni de la reproducción del productor que produce
estos productos, ni de la naturaleza, de la cual se extraen las materias
primas para su producción.
8
Las prácticas ambientales depredadoras terminan consumiendo las posibilidades
productivas de la empresa al degradar los factores que posibilitan la producción. Por
supuesto, la determinación de esta posibilidad está relacionada con las dimensiones del
nicho ecológico del cual depende la empresa. Lo alarmante, realmente preocupante para la
estabilidad ecológica mundial acontece cuando las empresas realizan prácticas perjudiciales
ante nichos ecológicos amplios.
Expliquemos. Si los nichos ecológicos son pequeños la inestabilidad y fracaso
empresarial ocurre rápidamente tras el consumo de los haberes que posibilitan la
producción. Ejemplo de esto representa la explotación de monocultivos en espacios de
siembra reducidos. Si el terreno a cultivar se somete a fuerte impacto de fertilizantes y
agroquímicos, muy pronto se alterará la respiración celular de los organismos que
componen los ecosistemas terrestres; la muerte de estos esterilizará la tierra.
Si la tierra a cultivar se le arroja desechos químicos que envenenan los
microorganismos que enriquecen la tierra, la desertificación de los terrenos cultivables
8
HINKELAMMERT, F. (2016). El Grito del Sujeto. Departamento Ecuménico de Investigación. San José de
Costa Rica., p. 176.
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acontece rápidamente. Junto a estas técnicas sumemos la inundación de los terrenos como
práctica de riego, los minerales de la tierra al salir a la superficie son arrastrados; se aceleran
los procesos de infertilidad. Al sumar a estos procedimientos la adición y acumulación de
dióxido de carbono; el desierto crece.
Entonces, la condición de afectar nichos ecológicos restringidos visibiliza el impacto
negativo de las prácticas de explotación rápidamente. El desierto al ser incapaz de producir
cancela inmediatamente las técnicas de explotación depredadoras. Insistimos, la inmediatez
del fracaso económico y ambiental desestructura las técnicas depredadoras que la produce.
Por esto, subrayamos lo preocupante que resulta la explotación económica
dilapidadora de los recursos naturales cuando es amplio el nicho ecológico explotado. Se
debe esto a que el impacto de las prácticas depredadoras cuando el nicho ecológico es amplio
ofrece la capacidad de disimular la desertificación. La simulación permite que las técnicas
que sacrifican los recursos subsistan a lo largo del tiempo.
Es necesario ejemplificar. La actividad minera acontece en diferentes, diversos y
amplios nichos ecológicos. La actividad minera lesiona irreversiblemente el ambiente donde
acontece. Al ocurrir este en la fluencia de los ríos, se altera notoriamente el ecosistema que
mantiene constante el ciclo del agua.
Ahora bien, sucede que la minería, sobre todo ilegal, no mide los impactos de
degradación al ecosistema natural. Se trata de la práctica depredadora que más afecta los
fluentes de agua a nivel mundial. La minería ilegal es una amplia red de degradación de la
naturaleza diseminada a lo largo de todos los ecosistemas que garantizan la continuidad del
ciclo del agua a nivel mundial. Ahí su peligro y alarma.
Los Estado contemporáneos al enfrentar las múltiples crisis de legitimidad, sobre
todo en Latinoamérica descuidan la función de vigilancia y control ambiental. Esto, sumado
a corrupción de los funcionarios responsables, multiplica notoriamente la minería ilegal.
Entonces, ocurre la ruptura de los nichos ecológicos que garantizan la afluencia de agua en
el planeta. Se diseminan a lo largo de todo el territorio global las prácticas de deforestación,
el lavado y arrastre de la capa vegetal de los bosques, la excavación de las selvas.
Las lesiones al medio ambiente se multiplican debido a lo anónimo de las prácticas.
Sucede que la actividad minera acontece dentro de las selvas, en las cuencas de los ríos,
generalmente en territorio controlado por organizaciones paramilitares o con apoyo directo
de las fuerzas armadas nacionales. En tanto, ocurre de manera anónima porque no ocupa
lugar en los noticieros e informativos. Consecuentemente, al destruir la continuidad del ciclo
del agua, se interrumpe la posibilidad de acceder al recurso a la población. La vida en
condiciones de dignidad se cancela.
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Tratamos hasta aquí con francas prácticas depredadoras prohibidas en cualquier
cuerpo legal que se precie de justicia. Se trata de abiertas violaciones, rompimientos de los
nichos ecológicos, que cualquier ética que valide la subsistencia prohíbe. Ahora bien, sucede
que el alto impacto sobre los nichos ecológicos es consecuencia de prácticas sociales
normalizadas.
Junto a esto, la modificación climática como consecuencia del efecto invernadero, acarrea
grandes modificaciones físicas, como la elevación del nivel del mar por descongelación
acelerada de los glaciares, poniendo en peligro de desaparecer todas las poblaciones
cercanas a las costas; aumento de la temperatura global, pérdida de las cosechas y
disminución de los recursos hídricos, entre otros.
Destaca que las empresas eléctricas son responsables del 24% de la emisión de CO
2
, las
industriales del 16%. Junto a esto, debemos tomar en cuenta que la demanda de energía
repuntó 5% del año 2009 al 2010, esto catapultó las emisiones de CO
2
a un nuevo record,
estimado en 9, 28 billones de toneladas. Tomando en cuenta que cuatro países Estados
Unidos, India, Rusia y Japón- emiten más de la mitad de los gases de efecto invernadero que
originan el recalentamiento del planeta, mientras que diez Estados Brasil, Alemania,
Canadá, México, Irán; entre otros- emiten dos tercios de los mismos. Mientras la energía
emitida por recursos renovables sigue siendo insuficiente para reemplazar la energía
disponible por los hidrocarburos. Y, ante la incapacidad de disminuir las emisiones de
dióxido de carbono; por ende, el efecto invernadero y el calentamiento global, con sus
nefastas consecuencias ambientales. El futuro de la humanidad está en peligro. Advierten
Guanilo, Pareja y Guanilo:
El calentamiento global es una seria amenaza. Son muchas las voces
especializadas que advierten de la posibilidad que la temperatura del planeta
aumente de no detener el rumbo actual de depredación de la naturaleza, lo que
provocará la extinción masiva de especies susceptibles a esos cambios, lo cual
afectará toda la cadena vital.
9
La modificación climática como consecuencia del efecto invernadero, acarrea grandes
modificaciones físicas, como la elevación del nivel del mar por descongelación acelerada de
los glaciares, poniendo en peligro de desaparecer todas las poblaciones cercanas a las costas,
aumento de la temperatura global, pérdida de las cosechas y disminución de los recursos
hídricos; entre otros.
Más frecuentes que la identificación franca y directa de la explotación minera, o la
constatación de derrame de venenos al ambiente. Se trata de prácticas que lesionan el medio
9
GUANILO, PAREJA, GUANILO. (2021). Pensamiento Ecológico Latinoamericano y su Aporte a un Nuevo
Modelo Educativo. Revista de Filosofía, Nº 97, 2021-1, pp. 341-353., p. 352.
Paz, A., Acevedo, A. Romero, B. Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 190 - 210 199
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ambiente debido a mala gestión empresarial y estatal. Entre estas resalta el mal manejo de
la basura.
La acumulación de basura en vertederos se agiganta. La acumulación del plástico
desechado en el ambiente, degrada a tal nivel los nichos ecológicos que constituye uno de
los responsables directos del cambio climático. La presencia de plástico y microplástico en
el ambiente es alarmante.
Se han identificado en los principales océanos la presencia de no menos de cinco islas
de plásticos. Estas son grandes acumulaciones de plástico que giran de manera concéntrica,
siguiendo la ruta del agua marina; recoge y distribuye plástico a nivel mundial. Por supuesto,
afectan todos los nichos ecológicos marinos; disminuye la cantidad de fitoplancton
disponible, asesina gran número de especies animales marinas. A su vez, degrada el
ambiente a nivel mundial.
El plástico es una de las materias industriales y comerciales de mayor uso en la
sociedad contemporánea. Se emplea, sobre todo para la contención y traslado de productos
de consumo inmediato. La falta de cultura de consumo responsable junto a un manejo
inadecuado de los desechos plásticos le cuesta la vida a cien mil mamíferos marinos y a más
de un millón de aves cada año. Además, casi sesenta especies de peces de consumo humano
se encuentran contaminadas con plástico.
Desde 1950 se produjo en el mundo 8.300 millones de toneladas de plástico, casi el
40% de este se destinó para el transporte de alimentos. 6.300 millones de toneladas fueron
descartadas, alrededor del 80% de este no se recicló. Lo cual quiere decir que más de 5.000
millones de toneladas terminaron en basureros a cielo abierto, fueron arrojados a los os,
terminando en el mar. En el mundo se recicla menos del 10% del plástico producido. El mal
manejo de los residuos hace que se acumule en los ríos, llegan al mar y contamina los nichos
marinos.
En los últimos veinte años la producción de plástico creció desmesuradamente. Más
de la mitad de todo el plástico presente en el mundo fue fabricado en ese periodo. Cada año,
ocho millones de toneladas de plástico son vertidas en el mar. Se calcula que actualmente
hay trescientas mil toneladas de plástico flotando en el mar, lo cual aumenta drásticamente
la posibilidad de encontrar peces contaminados con residuos plásticos.
Se han detectado microplásticos en más de ciento catorce especies de peces marinos;
más de la mitad termina en la mesa para consumo humano. La acumulación deplástico en
el pez disminuye su capacidad digestiva y respiratoria, trasvasando contaminantes presentes
en el plástico a la sangre y músculo, que va a ser consumido por los seres humanos. Más del
40% del plástico que se produce a nivel mundial se usa una sola vez y se desecha; entre los
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usos de plástico con mayor impacto ambiental destacan las bolsas. Gran cantidad del
plástico mundial se emplea para la contención de alimentos.
El mal manejo del plástico acarrea las múltiples degradaciones ambientales hoy.
Ahora bien, es cierto que una cantidad de plástico es susceptible de ser reciclada. Pero no
más de dos o tres veces. Quiere decir que más allá del saneamiento ambiental que significa
el reciclaje, la disminución drástica del empleo industrial y comercial del plástico debe
considerarse. Hoy, uno de los principales desafíos ecológicos es evitar que aumente el nivel
de plástico que se acumula en el ambiente.
Quiere decir esto que los procedimientos de contención del problema del plástico
ambiental deben considerar la modificación sustancial en la forma en la cual se almacenan
y transportan los alimentos. Significa retomar el empleo del papel, vidrio y materiales
altamente degradables en la disposición de los víveres.
Estrategias sustentables para la sobrevivencia
Ante los problemas aquí descritos siguen varias estrategias. La primera es no tomar
correctivos y permitir que las estrategias depredadoras del ambiente se normalicen como
práctica empresarial. Los permisos darían pie al deterioro incontenible de las condiciones
de vida conjunta.
Lo acertado involucra multiplicar las prácticas empresariales que significan la
reproducción de los recursos que permiten condiciones de vida dignas. Significa que las
técnicas de producción, distribución y comercialización de bienes y servicios deben
considerar la sustentabilidad ambiental como entidad ontológica que fundamenta las praxis
sociales. La noción de sustentabilidad, además de exigir una axiología que permita el
reconocimiento intercultural; involucra a la democracia como práctica humana. Apuntan
Guanilo, Pareja y Guanilo:
Hay que apostar por un desarrollo favorable para la naturaleza.
Necesario es que la sociedad elija un modelo de desarrollo sostenible,
el cual garantice minimizar los desequilibrios ecológicos y satisfaga
las necesidades de las generaciones presentes de un modo
responsable y equitativo, para así no comprometer el bienestar de las
generaciones futuras.
10
Nos enfrentamos al hecho que la sobrevivencia de la vida exige la vigencia de prácticas
productivas y políticas que reivindiquen los derechos a la vida sobre los intereses de la
10
Ibíd., p 350.
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depredación. Amerita que los cambios de impacto significativo lejos están de circunscribirse
a técnicas empresariales concretas; se relacionan con la organización y funcionamiento del
Estado moderno. Pues, los problemas ambientales lejos están de circunscribirse a ciertas y
específicas prácticas de producción; alertan sobre el vencimiento de un proyecto civilizatorio
que caduca al intentar sustentar máximos de niveles de producción sostenidos a lo largo del
tiempo ante la degradación ambiental que provoca.
La crisis ambiental lleva a cuestionar el pensamiento y el entendimiento
del mundo, la ontología, la epistemología y la ética con las que la
civilización occidental ha aprehendido al ser, los entes y las cosas; la
ciencia y la razón tecnológica con las que ha sido dominada la
naturaleza y economizado el mundo moderno. El saber ambiental
emerge como una nueva comprensión del mundo, incorporando el
límite de lo real, la incompletitud del ser, la imposible totalización del
conocimiento y la apertura del ser hacia la otredad.
11
Por lo tanto, las políticas guiadas por una praxis de integración ambientalista, exige
una transformación de las organizaciones que ejercen el poder, no sólo a nivel de cada
nación, sino del conjunto de ellas. Deben cambiarse los preciados beneficios económicos por
beneficios que manifiestan la libertad y emancipación de los pueblos.
Las demandas ambientales plantean la cuestión de la participación
democrática de la sociedad en el aprovechamiento y manejo de los
recursos actuales y potenciales, así como el proceso de toma de decisiones
para la elección de nuevos estilos de vida y la política, equidad social,
diversidad étnica, sustentabilidad ecológica, equilibrio regional y
autonomía cultural.
12
La destrucción de los recursos naturales y de las condiciones de sustentabilidad de la
sociedad moderna se debe a la racionalidad instrumental, y su expresión en una
epistemología, una ciencia y una axiología altamente excluyente de los principios éticos
constitutivos de la humanidad. Consecuentemente, la degradación de las condiciones de
vida planetaria, obliga al replanteamiento axiológico con la finalidad que la vida sea posible.
11
LEFF, E. (2006). Complejidad, Racionalidad Ambiental y Diálogo de Saberes. I congreso internacional
interdisciplinar de participación, animación e intervención socioeducativa. Barcelona. España., p. 6.
12
LEFF, Enrique (1991). Ambiente Estado y Sociedad. Crisis y Conflictos Socio-ambientales en América Latina
y Venezuela. Análisis Sociológico del Movimiento Ambientalista en América Latina”. Universidad Simón
Bolívar. Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES). Caracas, Venezuela., p. 136.
Paz, A., Acevedo, A. Romero, B. Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 190 - 210 202
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A la revalorización de la axiología social, tomando en cuenta las diversas realidades
ambientales y culturales donde se validan las capacidades de construcción, dignidad y
solidaridad humana, se llama ética ambiental. Sobre la noción; Leff destaca:
En esta perspectiva, las condiciones ecológicas y comunales de la
producción son el soporte de una nueva racionalidad productiva; allí se
entretejen de manera sinérgica procesos de orden natural, tecnológico
y cultural para generar un potencial ecotecnológico que ha sido
desconocido por el orden económico dominante. La sustentabilidad
fundada en principios de equidad, diversidad y democracia, abre
perspectivas sociales más amplias que el simple reverdecimiento de la
economía a través del cálculo de los costos de la preservación y la
restauración ambiental. De esta forma, el ambientalismo genera nuevas
teorías y valores que cuestionan la racionalidad económica dominante,
orientando la acción social hacia la construcción de otra racionalidad
productiva, fundada en los potenciales de la naturaleza y de la cultura.
13
La ética ambiental manifiesta la urgente necesidad de diseñar e implantar una
racionalidad productiva alternativa a la empleada en la modernidad. Valida prácticas que
permiten sustentar la producción de bienes y servicios. Las prácticas empresariales debidas
no sólo significan un balance entre crecimiento económico y conservación de la naturaleza.
Requiere del poder de creación de las culturas, la posibilidad de movilizar las
potencialidades ecotecnológicas; y, la participación coordinada de cada sector social, con la
finalidad constituir sujetos sociales en condiciones de igualdad; capaces de coordinar
acciones para ejercer la democracia participativa. La noción de democracia se sustenta sobre
la necesidad de descentralizar el poder; el derecho de las comunidades a ejercer la
autogestión como legitimidad de las mejores prácticas sociales.
Las éticas antiecológicas y utilitarias, universales y a-históricas, son
éticas de justificación de la depredación y la explotación, si ello
contribuye al bienestar general. El sujeto moral de la modernidad,
sujeto individualista y cortoplacista ha colapsado, se ha diluido en los
mares de la crisis ambiental y en la emergencia de nuevos colectivos
de subjetividades, de nuevos y viejos sujetos históricos que han
recobrado la palabra y se han tornado visibles actores de los
escenarios tramados por encrucijadas y rupturas.
14
Destaca la organización del Estado como legislación de las prácticas empresariales
sustentables. Pues, la explotación de los recursos naturales sigue sujeta a mecanismos
13
LEFF, Enrique (2018). Saber Ambiental. Siglo XXI editores, S.A. Madrid. España., p. 58.
14
GALANO, C. (2002). Educación Ambiental y la transición a la Sustentabilidad. Ética, Vida y Sustentbilidad.
Enrique Leff (Coordinador). Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Red de Formación
Ambiental para América Latina y el Caribe Boulevard de los Virreyes. México. , p. 245.
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jurídicos de reivindicación privada de la propiedad; desdeñando el derecho de las
comunidades de decidir los modos de empleo y convivencia ambiental. “Las normas
jurídicas sancionan conductas individuales que generan efectos nocivos para el ambiente,
sin definir el campo de los nuevos derechos colectivos que reorientan las formas de
producción y apropiación de los bienes comunes de la naturaleza.”
15
Es necesario crear marcos jurídicos internacionales que lejos de sustentar el sistema
económico actual, permita la reapropiación de los modos de existir, de producción y
consumo. Es insostenible, un sistema que se funda sobre necesidades creada y un marco
jurídico que justifica la explotación. Es necesario legislar la reapropiación humana de los
recursos ecológicos con el propósito de humanizar la existencia conjunta. Apunta Gudynas:
El reclamo de justicia ambiental por cualquiera de estas vertientes tiene
varios aspectos positivos, tales como potenciar la temática ambiental,
vincular las condiciones sociales con sus contextos ecológicos, reforzar
el reconocimiento ciudadano, el andamiaje de derechos y un sistema
judicial, abre las puertas a algunas formas de regulación social sobre el
Estado y el mercado, y permite combatir situaciones concretas
apremiantes.
16
En este sentido, la ética ambiental como exigencia empresarial se relaciona con
formas plurales de ejercicio del poder que permiten la expresión ciudadana. Solicita esto
descentralización del poder y el derecho a la autodeterminación cultural. Mucho más allá
del simple reconocimiento cultural, la gestión política necesaria involucra el protagonismo
de los sujetos políticos; y, no la sumisión de estos a mecanismos de represión.
Atendiendo a la necesidad de reconocer a la Naturaleza como sujeto de
derechoses necesario promover otra perspectiva, que aquí se denomina
justicia ecológica. Esta es una justicia que parte de reconocer a la
Naturaleza desde sus valores propios. Es una consecuencia inevitable y
necesaria del reconocimiento de la secuencia que comienza con los
valores intrínsecos y sigue con los derechos de la Naturaleza. Por otro
lado, se mantendrá el rótulo de justicia ambiental para aquella que se
basa en los derechos a un ambiente sano o la calidad de vida,
descansando en las concepciones clásicas de los derechos ciudadanos.
El tránsito hacia una justicia ecológica es necesario ya que la
destrucción de plantas y animales no es solo un asunto de compasión,
sino también de la justicia; la desaparición de ecosistemas no arroja
solamente problemas económicos, sino que también encierra
15
LEFF, Enrique (2018). Saber Ambiental. Siglo XXI editores, S.A. Madrid. España., p. 80.
16
GUDYNAS, E (2010) La Senda Biocéntrica: Valores intrínsecos, derechos de la naturaleza y justicia ecológica.
Tabula Rasa. Bogotá - Colombia, No.13: 45-71, julio-diciembre., p. 58.
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cuestiones de justicia, y así sucesivamente con buena parte de la
problemática ambiental.
17
Al implementar un sistema axiológico que se oriente en principios ambientales, se
busca sistematizar conceptualmente los principios y valores ambientales. Esto, se hace para
concretar una práctica productiva que se oponga a la economía sustentada en la razón
instrumental. La ética ambiental busca “a través de instrumentos cnicos, normas jurídicas,
políticas científicas, movimientos sociales y estrategias políticas, que constituyen los medios
de una racionalidad ambiental, orientando la reapropiación social de la naturaleza y la
gestión ambiental del desarrollo.”
18
La ética ambiental como política empresarial busca normar prácticas legitimadas a
través de la sustentabilidad de los recursos que permiten la vida en condiciones de dignidad.
Exige y permite la construcción de espacios culturales comunes, la práctica democrática y la
apropiación racional de los recursos ecológicos, con la finalidad de concretar modos de
producción acordes con la vida.
La ética ambiental como basamento de la sustentabilidad le permite a las empresas
asumir al ambiente no como rival ni cuerno de abundancia; sino, como factor preponderante
que permite la producción. La ética ambiental, mucho más allá de promulgar modos de
producción que no atenten contra los recursos, plantea una forma de ser humano más s
crítica; donde los permisos para la vida son valores imprescindibles y no utopías.
Es necesario que el ser humano no asuma como único valor de la capacidad de
multiplicar capital, sino la posibilidad de producir vida. Destaca que la contingencia de
sustentabilidad exige un manejo adecuado de los recursos naturales; considerando un
binomio determinado por la tasa de renovación de la biomasa y el manejo de la energía
empleada para la producción.
La tasa de renovación de la biomasa es la capacidad de renovación que posee la
naturaleza; la cual es posible gracias a la energía solar. Esto plantea que la producción de los
bienes y servicios no puede ir en detrimento de los recursos y los factores de producción. En
consecuencia, la energía empleada en los procesos de producción debe estar sustentada en
disponibilidad de recursos.
La población mundial desde la aparición del hombre hasta 1750, se caracterizó por
un crecimiento demográfico lento, paralelo a la expansión de los recursos económicos; este
periodo está marcado por un crecimiento económico sustentado en la producción de
alimentos. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII hasta la actualidad, ha ocurrido una
17
Ibíd., p. 60.
18
LEFF, Enrique (2018). Saber Ambiental. Siglo XXI editores, S.A. Madrid. España., p. 82.
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verdadera explosión demográfica producto de los cambios consecuentes de la revolución
industrial y tecnológica. La revolución industrial permitió implementar un sistema de vida
poco relacionado con la producción de alimentos, gracias a la energía producida por la
quema del carbón.
Con la implementación del petróleo como principal fuente de energía para la
industria, a partir de 1900 se dispuso de una fuente energética eficiente, pero gran
contaminante del ambiente; además, no sustentada en la producción de alimentos.
Seguidamente, se diseña una organización social y económica que propicia una explosión
demográfica sin precedente. La brecha entre cantidad y calidad de vida provoca el
sinnúmero de crisis sociales contemporáneas. Resalta Leff:
La crisis ambiental lleva así a repensar la realidad, a entender sus vías
de complejización, el enlazamiento de la complejidad del ser y del
pensamiento, para desde allí abrir nuevas vías del saber en el sentido
de la reconstrucción y la reapropiación del mundo y de la naturaleza. La
racionalidad dominante encubre la complejidad, la cual irrumpe desde
sus límites, desde su negación, desde la alienación del mundo
economizado, arrastrado por un proceso incontrolable e insustentable
de producción.
19
Al evidenciare la ruptura entre la capacidad de alimentos producidos y la cantidad de
energía disponible, se favorecen las estructuras sociales sustentadas en la desigualdad. A su
vez, con la finalidad de mantener la reproducción de una organización social injusta se
legitiman los haberes técnicos que validan la degradación de los nichos ecológicos. Explica
esto el nivel de erosión ambiental evidenciado en las últimas décadas.
Producto de esto, desde 1950, la población mundial se ha duplicado; en la actualidad
el número de habitantes ronda los 8.000 millones. En la actualidad, la tasa de crecimiento
anual es de 1,2% aunque se observan grandes disparidades a nivel mundial. A su vez, el
mayor crecimiento poblacional se produce en los países mal llamados y mal entendidos en
vías de desarrollo.
Frente a esto, el principio de sustentabilidad exige la implementación de estrategias
que implique la producción de bienes y servicios sin atentar contra la existencia de los
recursos naturales. Se busca el equilibrio energético al relacionar la disposición de energía
con la capacidad de producir y distribuir alimentos de calidad a la mayor cantidad de
población posible. Esto, se enmarca en un sistema global de estrategias que permiten la
sustentabilidad de la vida sobre el planeta.
19
LEFF, E. (2006). Complejidad, Racionalidad Ambiental y Diálogo de Saberes. I congreso internacional
interdisciplinar de participación, animación e intervención socioeducativa. Barcelona. España., p. 3.
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Consideraciones finales
La actividad empresarial forma parte importante de las maneras que las sociedades
tienen para estructurar las diversas estrategias con las cuales solventan las urgencias
presentes. Muy lejos están las empresas de tratarse de instituciones extrasociales; distantes
y ajenas al todo social. Subrayamos la importancia que las empresas, públicas o privadas
tienen respecto a las maneras en las cuales las sociedades deciden la existencia; sobre todo,
al relacionarse con los específicos modos con los cuales se atienden los problemas que
enfrentan.
Las maneras en las cuales se presenta la actividad empresarial definen las formas en
las cuales las sociedades resuelven las situaciones límites que enfrentan. En tal sentido,
prácticas nocivas a los ecosistemas naturales denuncian sociedades organizadas a través de
los permisos, las autorizaciones que se otorgan para que la depredación sea posible.
Anuncian sociedades poco interesadas en la multiplicación de formas de vida dignas; que
amparan el consumo de los recursos naturales como sostén de puntuales ganancias
económicas. Insistimos, las prácticas empresariales depredadoras son acciones frecuentes
en sociedades incapaces de enfrentar racionalmente los retos con miras de reproducir
maneras de vida dignas.
Más allá, organizaciones humanas estructuradas según la necesidad de avalar formas
de vida dignas se preocuparán de por las técnicas productivas efectuadas. Por lo que
respetarán los límites de lo posible para que la condición de dignidad inherente a la vida no
sea violentada.
Según lo planteado, las crisis sociales actuales, los niveles de miseria generales, la
degradación de los ecosistemas naturales, la contaminación de los ríos, reservorios de agua,
la acumulación de carbono en los diferentes estratos ecológicos; denuncian la rapacidad de
la sociedad contemporánea. Por lo que, específicamente, más allá de habitar una crisis
técnica vivimos una crisis ética. Apunta Alvarado:
Esta racionalidad discursiva, propia de la Modernidad, conduce a un
utilitarismo, al partir de la premisa de que el ser humano es el regente
de la naturaleza, construyendo, de esta manera, todo un
posicionamiento filosófico que justifica sus acciones sobre el ambiente.
El trato a la naturaleza se mide en términos de utilidad, basado en
necesidades humanas, tales como: médicas, terapéuticas, bioquímicas,
económicas, sociales, culturales, entre otros. Quiere decir esto que la
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naturaleza es benefactora del ser humano, su valor puede ser
comercializado sin reparo.
20
Por tanto, las desarticulaciones de la ética como la manera responsable de
relacionarse los seres humanos amparan la de violación de los derechos. Seguidamente,
podemos identificar la relación presente entre los grados de degradación de los ecosistemas
y la condición ética de las sociedades. Entre mayor responsabilidad y compromiso ético de
las sociedades, mayor grado de atención a las condiciones de vida que se dan.
De esta manera, la ética de la corresponsabilidad articula estrategias empresariales
que atienden los límites de lo técnicamente posible en procura de componer formas de vida
dignas. Por esto, la resolución de las diversas crisis que experimenta la sociedad
contemporánea pasa necesariamente por reconsiderar las diferentes técnicas productivas
que las sociedades efectúan, en favor de prácticas empresariales éticamente posible.
Las sociedades futuras son posibles porque atienden éticamente la convivencia. Por
lo que la confluencia de valores culturales se hace con miras a organizas situaciones donde
la corresponsabilidad brinda la legitimidad de lo posible. La situación de degradación
continua de las condiciones ambientales no es posible si se persigue la sobrevivencia de la
vida en condiciones dignas.
Al comprender la imbricación entre la ética de la corresponsabilidad como basamento
de las estrategias empresariales, se definen lo técnicamente posible en procura de
desarticular las degradaciones de las condiciones de vida. Más específicamente, solamente
es posible eldesarrollo empresarial si se atiende la responsabilidad que compartimos los
seres racionales ante las formas de vida que nos damos.
Al entender las crisis ambientales como dificultades éticas se presenta la necesidad
de reconsiderar los basamentos que animan la civilización actual. No puede seguir privando
los intereses económicos sobre las maneras de vida. Al ser realidad la degradación de los
ecosistemas naturales cuando se sacrifican los medios de producción en favor de la máxima
ganancia posible sostenida; se cancela la vida. Junto a esto, toda posibilidad de continuidad
empresarial. Advierte Alvarado:
En estas ideas se esconden intereses mercantiles que hacen que las
relaciones hombre-naturaleza pierdan su razón de ser, desarrollándose
sólo por utilidad y lucro. Expresado de otra manera, el ser humano
establece los intereses sociales como prioritarios, donde todo intento de
preservación se da con la finalidad de resguardar su bienestar, su
20
ALVARADO, J (2019). Horizontes de la Ética Medioambiental: consideraciones intergeneracionales. Revista
de Filosofía, Nº 91, 2019-1, pp. 7-24., p. 12.
Paz, A., Acevedo, A. Romero, B. Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 190 - 210 208
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diversidad genética, la agricultura para su provecho, las plantas para el
desarrollo farmacológico y por las oportunidades recreativas y estéticas
que puedan darse a través del paisaje natural. El antropocentrismo no
responde a un verdadero cuidado del medioambiente, sino a una
postura utilitarista, que señala el valor instrumental de la naturaleza y
del mundo no humano.
21
Sociedades comprometidas con la continuidad de la vida validan procedimientos de
vigilancia de control de la producción de mercancías. Se descubren las falacias conceptuales
que intentan organizar sociedades que desvinculan el pensamiento ético de la actividad
económica y productora de mercancías.
Quienes promueven organización productiva cortando la posibilidad social de vigilar
y controlar los procesos, desvinculan la ética de las técnicas de producción. Son justamente
estas falacias las que promueven la rapacidad como estrategia productiva. Por esto se
denuncian las intenciones contraéticas de todas las propuestas políticas que les restan a las
comunidades la capacidad normar las actividades productivas.
Muy lejos estamos de validar restricciones insostenibles de las actividades
económicas ante la burocracia partidista. No se trata de atar la capacidad productiva a
estructuras de poder corruptas que sustentan el Estado liberal contemporáneo. Se trata de
robustecer las democracias como espacio de deliberación y consenso social; y ante este
atributo supeditar las normas que regulan las prácticas productivas. Tratamos sobre la
exigencia ética más básica que permite la convivencia. Se trata de la obviedad lógica que
indica que las acciones económicas no pueden degradar, consumir hasta la extinción, los
recursos que permiten la vida.
Resaltamos que las condiciones materiales de vida común ameritan de cierto número
de condiciones materiales para que sea posible. Estas condiciones son posibles por la
cantidad de recursos disponibles. Destacamos que la cantidad de alimentos, agua potable,
seguridad física y jurídica, estabilidad emocional, ameritan de la disposición de precisos
haberes y recursos. En tal sentido, es lícito el empleo y trasformación de los recursos que la
naturaleza presenta para solventar las necesidades materiales y espirituales de la sociedad.
En esto, debe privar el principio de mesura y corresponsabilidad para identificar los
límites de lo posible, repetimos. Porque si se desatienden la mesura y corresponsabilidad
como exigencia ética que las comunidades humanas se dan, se autorizan inmediatamente
procedimientos que degradan la continuidad de los recursos disponibles. Eso lo
constatamos en la sociedad contemporánea, donde las exigencias económicas animan las
rapacidades presentes.
21
Ibíd., pp. 12,13.
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El primer valor dentro de una nueva sociedad ambiental,
podríaenunciarse como “la construcción constante de una cultura
adaptativa”. Ello implica reconocer los límites ambientales de cualquier
construcción cultural. La cultura no puede construirse en un espacio sin
límites, como si se tratase de una plataforma autónoma. Toda cultura
se construye sobre la naturaleza y la naturaleza tiene límites. La
transformación del medio natural es la manera como el hombre
construye cultura. Construir cultura contra la naturaleza o más allá de
sus límites es sembrar la muerte de la misma cultura.
22
En tal sentido, insistimos en el rescate de los principios éticos que permiten la
democracia para que la política sea el conjunto de prácticas que las sociedades disponen
para vigilar y controlar las maneras en que acontece la convivencia. Salta a la vista el hecho
que, al imposibilitar la política como consenso, la serie de investigaciones científicas que
presentan alternativas técnicas viables quedan sin efecto. Para que las sociedades ejerzan la
capacidad de normar las técnicas posibles es necesario ejercer la capacidad que las
sociedades tienen de autogobernarse.
Las comunidades al sustentar las técnicas económicas en los principios éticos que
permiten la convivencia imposibilitan la rapacidad en beneficio de maneras de convivencias
cónsonas con la condición de dignidad. Ante las múltiples degradaciones ambientales aquí
citadas se amerita la acción de autovigilancia y control de las sociedades. Para que sea
posible penar las violaciones ambientales tras procedimientos empresariales nocivos se
necesita la capacidad de legislación de las sociedades.
Los tiempos de la sustentabilidad encuentran en las alforjas del diálogo
de saberes, del fértil entrecruzamiento de todas las corrientes que han
conmovido y horadado al pensamiento hegemónico, la roca firme para
producir transformaciones utópicas. Se debería poner en marcha un
proceso de interrelaciones, de acciones y retroacciones para que el
diálogo entre el ser y el mundo, escandido por los soles del nuevo
mestizaje creativo, finalmente fragüe el pensamiento que reconstruirá
al mundo desde los nuevos aprendizajes y pedagogías de la complejidad
ambiental.
23
Por esto, las sociedades futuras están cimentadas en la legislación como capacidad de
cuidar la reproducción de los recursos que permiten la vida como cuidado de sí. Las
22
ÁNGEL, A. ÁNGEL, F. (2002) La Ética de la Tierra. Ética y Medio Ambiente. Ética, Vida y Sustentbilidad.
Enrique Leff (Coordinador). Programa de las Naciones Unidas para el Medio AmbienteRed de Formación
Ambiental para América Latina y el Caribe Boulevard de los Virreyes. México., p. 20.
23
GALANO, C. (2002). Educación Ambiental y la transición a la Sustentabilidad. Ética, Vida y Sustentbilidad.
Enrique Leff (Coordinador). Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Red de Formación
Ambiental para América Latina y el Caribe Boulevard de los Virreyes. México., p. 249.
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sociedades posibles son aquellas que demuestran la capacidad de circunscribir lo
empresarialmente posible a prácticas que reivindican la dignidad como principio de
convivencia. Subrayamos que las autorizaciones que animan las técnicas productoras de
bienes y servicios se legitiman en relaciones de corresponsabilidad y mesura.
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en octubre de 2021, por el Fondo Editorial Serbiluz,
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
Nº 99-3