Paz, A., Acevedo, A. Romero, B. Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 190 - 210 197
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acontece rápidamente. Junto a estas técnicas sumemos la inundación de los terrenos como
práctica de riego, los minerales de la tierra al salir a la superficie son arrastrados; se aceleran
los procesos de infertilidad. Al sumar a estos procedimientos la adición y acumulación de
dióxido de carbono; el desierto crece.
Entonces, la condición de afectar nichos ecológicos restringidos visibiliza el impacto
negativo de las prácticas de explotación rápidamente. El desierto al ser incapaz de producir
cancela inmediatamente las técnicas de explotación depredadoras. Insistimos, la inmediatez
del fracaso económico y ambiental desestructura las técnicas depredadoras que la produce.
Por esto, subrayamos lo preocupante que resulta la explotación económica
dilapidadora de los recursos naturales cuando es amplio el nicho ecológico explotado. Se
debe esto a que el impacto de las prácticas depredadoras cuando el nicho ecológico es amplio
ofrece la capacidad de disimular la desertificación. La simulación permite que las técnicas
que sacrifican los recursos subsistan a lo largo del tiempo.
Es necesario ejemplificar. La actividad minera acontece en diferentes, diversos y
amplios nichos ecológicos. La actividad minera lesiona irreversiblemente el ambiente donde
acontece. Al ocurrir este en la fluencia de los ríos, se altera notoriamente el ecosistema que
mantiene constante el ciclo del agua.
Ahora bien, sucede que la minería, sobre todo ilegal, no mide los impactos de
degradación al ecosistema natural. Se trata de la práctica depredadora que más afecta los
fluentes de agua a nivel mundial. La minería ilegal es una amplia red de degradación de la
naturaleza diseminada a lo largo de todos los ecosistemas que garantizan la continuidad del
ciclo del agua a nivel mundial. Ahí su peligro y alarma.
Los Estado contemporáneos al enfrentar las múltiples crisis de legitimidad, sobre
todo en Latinoamérica descuidan la función de vigilancia y control ambiental. Esto, sumado
a corrupción de los funcionarios responsables, multiplica notoriamente la minería ilegal.
Entonces, ocurre la ruptura de los nichos ecológicos que garantizan la afluencia de agua en
el planeta. Se diseminan a lo largo de todo el territorio global las prácticas de deforestación,
el lavado y arrastre de la capa vegetal de los bosques, la excavación de las selvas.
Las lesiones al medio ambiente se multiplican debido a lo anónimo de las prácticas.
Sucede que la actividad minera acontece dentro de las selvas, en las cuencas de los ríos,
generalmente en territorio controlado por organizaciones paramilitares o con apoyo directo
de las fuerzas armadas nacionales. En tanto, ocurre de manera anónima porque no ocupa
lugar en los noticieros e informativos. Consecuentemente, al destruir la continuidad del ciclo
del agua, se interrumpe la posibilidad de acceder al recurso a la población. La vida en
condiciones de dignidad se cancela.