Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional
(CC BY-SA 4.0)
https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es
Revista de Filosofía
Vol. 38, N°99, (Sep-Dic) 2021-3, pp. 12 - 20
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598
Fundamento teológico del sentimentalismo moral en Adam
Smith
Theological basis of Moral Sentimentalism in Adam Smith
Miguel Angel Pérez Pérez
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7333-9879
Universidad César Vallejo - San Juan de Lurigancho-Perú
mperezp@ucv.edu.pe
Noemi Teresa Julca Vera
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5469-2466
Universidad César Vallejo - San Juan de Lurigancho-Perú
njulca@ucv.edu.pe
Este trabajo está depositado en Zenodo:
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.5634961
Resumen
El propósito de este ensayo consiste en revelar el fundamento teológico del
sentimentalismo moral smithiano partiendo de la tesis de que las reglas morales han
sido provistas por un Ser Superior. Con ese propósito se siguió un método
interpretativo que revisó tres tópicos en la propuesta ética de Adam Smith y cuya
indagación mostró, además, una lectura basada en el sentimiento de simpatía como eje
del asentimiento moral.
Palabras clave: sentimentalismo; moral; simpatía; aprobación.
Abstract
The purpose of this essay is to reveal the theological foundation of Smithian moral
sentimentalism based on the thesis that moral rules have been provided by a Higher
Being. For this purpose, an interpretative method was followed that reviewed three
topics in Adam Smith's ethical proposal and whose inquiry showed, in addition, a
reading based on the feeling of sympathy as the axis of moral assent.
Keywords: Sentimentalism; moral; sympathy; approval.
________________________________________
Recibido 10-05-2021 Aceptado 12-09-2021
Pérez, M., Julca, N., Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 12-20 13
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional
(CC BY-SA 4.0)
https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es
Introducción
El presente ensayo postula la tesis de que Adam Smith argumenta un
sentimentalismo moral asentado en la noción de un Dios benevolente, responsable de
proveer a los seres humanos de una disposición de imaginación simpática que permite la
comunicación afectiva con el agente.
Desde esa perspectiva revisamos la Teoría de los sentimientos morales, siguiendo
un hilo conductor en la que la aprobación moral se presenta como equivalente a un
sentimiento de simpatía, que manifiesta la posibilidad de unirnos imaginariamente con
otra persona.
Cabe precisar que gran parte de los estudios acerca del pensamiento del filósofo
escocés se han centrado en el discurso económico de la Riqueza de las naciones, en otros
casos, la perspectiva de análisis ha buscado mostrar la relación entre economía
1
y ética
2
.
Sin embargo, en este estudio, nos centramos en la esfera ética de Adam Smith y
proponemos que su cimiento está en un Dios benevolente.
De esa manera, se revisan tres tópicos: la aprobación moral desde la perspectiva de
Adam Smith, el principio de simpatía y la noción de la deidad smithiana como
fundamento de los principios morales.
1. El giro en la teoría de la aprobación moral desde la propuesta de
Adam Smith
En la discusión acerca del origen de la aprobación moral, Smith advierte que su
fundamento ha sido generalmente atribuido a la razón o al amor propio. Sin embargo,
agrega, no se ha prestado atención a la intervención de un sentimiento inmediato de
simpatía: “immediate sense and feeling”
3
.
Desde esa premisa, va realizar su examen crítico, pero no precisamente dirigido a
cuestionar la intervención de la razón en los asuntos morales, sino que va a argumentar la
existencia de una facultad distinta de la razón y del amor propio: self-love
4
;
1
RICOY, Carlos. La teoría del crecimiento económico en Adam Smirh. Economía y Desarrollo, 138 (1),
2005, 11-47.
2
CUEVAS, Ricardo. Economía y ética en la obra de Adam Smith La visión moral del capitalismo”, Ciencia
y sociedad, 34 (2), 2009, 206-233.
3
SMITH, Adam. The Theory of Moral Sentiments. Publishing Liberty Fund. Indianápolis. 1984, p. 302.
4
SMITH, Adam. Ob. Cit. p. 315.
Pérez, M., Julca, N., Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 12-20 14
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional
(CC BY-SA 4.0)
https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es
introduciendo en la discusión la noción de un sentimiento que despierta la preocupación
desinteresada por la suerte de los demás.
Esto va marcar un giro en cuanto al sustento de la aprobación moral, ya que si
bien es cierto el egoísmo despierta una conducta o una acción, el sentimiento de simpatía
despierta la complacencia del espectador, en virtud del cual se sitúa imaginariamente en
el lugar del agente.
Garrido
5
sostiene que este principio humano tiene un carácter eminentemente
imaginativo, permitiendo al observador cambiar de lugar motivado por una causa distinta
del egoísmo. Esto configura, además, el sentido que tiene la virtud en la Teoría de los
sentimientos morales
6
.
Partiendo de este argumento critica la posición hobbesiana
7
y defiende la tesis
de que el sentimiento de simpatía se impone sobre el egoísmo y despierta la preocupación
del ser humano por la suerte de los demás. Sin embargo, Smith no desestima la influencia
del self-love en la motivación de las acciones humanas, lo que intenta mostrar es el error
de quienes han sostenido que la conducta se rige sólo por egoísmo. De esa manera, a
diferencia de éste, la simpatía complace plenamente al observador.
En esa perspectiva, el principio de aprobación consiste en una percepción
equivalente a un sentimiento de estimación, que contempla los movimientos simétricos
de una especie de gran máquina armónica y, a diferencia del self-love, aprueba como si
fuese un espectador imparcial:
Sympathy, however, cannot, in any sense, be regarded as a selfish principle.
When I sympathize with your sorrow or your indignation, it may be pretended,
indeed, that my emotion is founded in self-love, because it arises from bringing
your case home to myself, from putting myself in your situation, and thence
conceiving what I should feel in the like circumstances But though sympathy is
very properly said to arise from an imaginary change of situations with the
person principally concerned, yet this imaginary change is not supposed to
happen to me in my own person and character, but in that of the person with
whom I sympathize
8
.
5
GARRIDO, Joseé. El papel de la imaginación en la refutación de Adam Smith a la tesis del homo
economicus. Ideas y valores, 64 (159), 2015, 169-194.
6
CUEVAS, Ricardo. Ob. Cit. pp. 206-233.
7
HOBBES, Thomas. Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil. Fondo
de cultura económica. Buenos Aires. 2005. pp. 101.102
8
SMITH, Adam. Ob. Cit. p. 317.
Pérez, M., Julca, N., Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 12-20 15
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional
(CC BY-SA 4.0)
https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es
El argumento parte de la tesis de que el amor simpático, como propone Taylor,
consiste en un sentimiento que afirma el orden del mundo
9
y expresa una tendencia
natural del ser humano hacia la concordia universal.
Este sentimiento de aprobación adquiere un carácter ético porque motiva la
concordia de los seres del mundo y corresponde a lo que Smith entiende como un plan
establecido por la divinidad para velar por la marcha del mundo moral. Así, la capacidad
de aprobación es motivada por una simpatía natural, que estima y aprueba en virtud a un
sentimiento de complacencia y de sensación inmediata: “immediate sense o feeling
10
.
Dicho de otro modo; la simpatía, como principio de aprobación, es equivalente
a una sensación causada por una impresión de los sentidos, la cual produce agrado o
desagrado a la mente. En esa línea, Smith se acerca a la tesis rousseauniana de les actes
de la conscience ne sont pas des jugemens, mais des sentimens
11
, en el que el juicio de la
conciencia moral es un sentimiento.
Cabe precisar que en la lógica rousseaniana la mente percibe diversas
impresiones a través de los sentidos y la evaluación moral consiste en la proporción o
desproporción que guarda el sentimiento con el objeto que la suscita
12
.
Ahora bien, en Smith la aprobación obedece a impresiones de la mente, las
cuales actúan como causas o sentimientos que despiertan, a su vez, la evaluación moral.
Sin embargo, no se trataría de cualquier sentimiento, tampoco de un new power de
perception
13
, sino de una disposición mental de aprobación.
Hasta cierto punto Smith también se acerca al sentido moral en Hutcheson
14
,
pero a diferencia de éste, el argumento del filósofo escocés consiste en una especie de
sensibilidad en la que los sentidos proporcionan los datos sobre el cual la simpatía se
sitúa imaginariamente en el lugar del otro
15
.
9
TAYLOR, Charles. Fuentes del yo: la construcción de la identidad moderna. Paidós. Buenos Aires.
1996, p. 269.
10
SMITH, Adam. Ob. Cit. p.320.
11
ROUSSEAU, Jean-Jacques. Oeuvres completes IV, Emile, Éducation, Morale, Botanique..Gallimar. Paris.
1969, p. 600.
12
ROUSSEAU, Jean-Jacques. Ob. Cit. p. 600.
13
SMITH, Adam. Ob. Cit. p. 32.
14
HUTCHENSON, Francis. Escritos sobre la idea de virtud y sentido moral. Centro de estudios políticos y
constitucionales. Madrid. 1999, p. 19. Se trata de una disposición mental que aprueba o reprueba las
acciones observadas.
15
PIMENTEL, Jonathan. The economy of flesh: a reading Of Adam Smith’s theory of moral sentiments.
SIWO, 12 (1), 2019, 39-69.
Pérez, M., Julca, N., Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 12-20 16
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional
(CC BY-SA 4.0)
https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es
2. El sentimiento de simpatía como principio de aprobación moral
Como hemos sostenido, Smith concibe que la simpatía es una especie de
preocupación natural de los seres humanos por la suerte de los demás. En la génesis de
esta propuesta está la tesis del estoicismo, que sostiene la noción de un principio
unificador de las cosas y de convergencia del orden del mundo.
Este principio sería la causa o Dios (principio activo), que actúa sobre la materia
(principio pasivo) y da origen a los seres individuales. Mientras que la simpatía
16
es el
vínculo que permite la convergencia de los seres del universo, una especie de principio de
concordia universal.
La idea de un principio universal atribuible a la simpatía la encontramos también
en Plotino bajo el argumento de la natural concordancia del cosmos. Esto explicaría la
magia “entre semejantes” y la oposición entre aquellos que no lo son a partir de un
principio de conexión sustancial entre las almas
17
.
Sin embargo, la interpretación del autor asume una perspectiva moderna, conservando la
noción de una concordancia universal fundada en la simpatía; cercana a la idea de un
primer motor como objeto de amor
18
y como fuerza armonizadora de las cosas
19
.
Así, con Hume (1978) comparte la idea de la propensión a simpatizar con el otro y
no precisamente como nexo que hace converger las cosas en el orden del mundo, a la
sazón de una concepción clásica. Más bien, se trata de una cualidad de la naturaleza
humana, que responde a la uniformidad de temperamentos y de la simpatía como
cualidad inherente de la humanidad
20
.
Cabe precisar que Hume
21
, a diferencia de Smith, prescinde de elementos
teológicos ya que lo que para él significa comunicación de pasiones o simpatía, en tanto es
una especie de fuerza emotiva que permite la homogeneidad y el equilibrio de los
16
ABBAGNANO, Nicola. Historia de la filosofía (1a ed.). Montaner y Simon, S.A. Barcelona. 1955, p. 179.
17
PLOTINO. Enéadas. Gredos. Madrid. 1999, IV, p. 443.
18
ARISTÓTELES. Metafísica. Gredos. Madrid. 2003, XII, p. 494.
19
PLOTINO. Ob. Cit. p. 445.
20
HUME, David. A Treatise of Human Nature. University Press. Oxford. 1978, p. 875.
21
HUME, David, Tratado de la naturaleza humana. Editora Nacional. Madrid. 1977, pp. 821,823.
Pérez, M., Julca, N., Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 12-20 17
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional
(CC BY-SA 4.0)
https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es
temperamentos, para Smith representa la correlación afectiva entre los seres humanos,
atribuible a un Ser Superior que es garante de la concordia universal.
Esta disposición simpática es semejante en cierto sentido a lo que Rousseau
entendía como el sentimiento innato de justicia y virtud, cuya dinámica de la
identificación de pasiones descansa en la pitié
22
en tanto es una pasión natural que
despierta la compasión entre los seres humanos. Incluso encontramos que ambos
compartirían la tesis de un Dios creador de las cosas y proveedor de las virtudes en los
seres humanos.
Monares
23
, por su parte, considera que Smith reconoce los atributos de la
divinidad como salvaguarda ante las limitaciones de la especie humana para obrar
siempre conforme al propósito inicial del artífice del universo. En esa línea, la apelación a
un sentimiento de carácter universal, y no a la razón, explica el cuidado que tiene Dios de
la humanidad.
Ahora bien, ¿cómo es que el sentimiento de simpatía, siendo una disposición que
permite colocarse imaginariamente al espectador en la situación del agente, fundamenta
la tesis del principio de aprobación moral en Smith?
La respuesta está en que la imaginación permite ingresar al observador en el
mundo del agente, de manera tal que tiene la capacidad de colocarse imaginariamente en
su contexto y llegar a ser, en virtud de ello, the same person with him”: la misma persona
con él
24
.
Como sostiene Borisonik
25
, la simpatía es fundamentalmente un acto de
imaginación que acontece en la mente del espectador y representa la situación en la que
se encuentra el agente. En ese sentido, la idea de un sentimiento equiparable a una
representación mental aparece en Smith como una facultad que, merced a la imaginación,
copia y otorga una idea de las sensaciones del agente:
And it is by the imagination only that we can form any conception of what are
his sensations. Neither can that faculty help us to this any other way, than by
22
ROUSSEAU. Jean-Jacques. OEuvres complètes III, Du contrat social, écrits politiques Gallimard. París.
1964, p. 154.
23
MONARES, La filosofía moral de Adam Smith: sentimientos morales naturales-providenciales e
irracionalidad moral del ser humano. Revista de Filosofía, 57, 2016, 143-165.
24
SMITH, Adam. Ob. Cit. p. 9.
25
BORISONIK, Hernán. De la simpatía como imaginación. En H Borisonik, F Ludeña y J Acerbi (Eds.),
Detrás del espectador imparcial. Clacso. Buenos Aires. 2019, pp. 53-70.
Pérez, M., Julca, N., Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 12-20 18
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional
(CC BY-SA 4.0)
https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es
representing to us what would be our own, if we were in his case. It is the
impressions or our own senses only, not those of his, which our imaginations
copy. By the imagination we place ourselves in his situation, we conceive
ourselves enduring all the same torments, we enter as it were into his body, and
become in some measure the same person with him, and thence form some idea
of his sensations, and even feel something which, though weaker in degree, is
not altogether unlike them
26
.
La capacidad de colocarse imaginariamente en la situación del agente permite al
espectador acercarse a sus sensaciones y llegar a ser, como hemos sostenido, una misma
persona con él
27
. Esto significa que el espectador siente alegría o tristeza como el agente,
pues al colocarse en segunda persona se involucra con él. En esa perspectiva, sostiene
Carrasco
28
, hay una identificación en la medida que no es un espectador que mira desde
fuera sino desde adentro.
La tesis del espectador interior aparece en Smith bajo la figura de un juez que evalúa
al participar de un afecto que, no siendo en cierto modo lo mismo que la compasión,
asume la perspectiva de un attentive spectador
29
. Es una posición de identificación de
ambas partes, pues el espectador siente que la persona afectada percibe las mismas
emociones que las suyas y, en ese marco, el juicio de aprobación se sostiene en la
concordancia de emociones.
Al hablar de correspondencia de emociones pensamos en que la aprobación tiene un
carácter interno porque responde al juicio de un man within the breast
30
. Precisamente
es el hombre dentro del pecho el que, a diferencia del hombre exterior que busca el elogio
personal y el aplauso de los demás: man without
31
, simpatiza con el agente y juzga
amparado en una relación recíproca de simpatía mutua
32
.
26
SMITH, Adam. Ob. Cit. p. 116.
27
SMITH, Adam, Teoría de los sentimientos morales. Alianza Editorial. Madrid. 1994, p. 49
28
CARRASCO, María. Reinterpretación del espectador Imparcial: impersonalidad utilitarista o respecto
a la dignidad. Crítica, 47 (137), 2014, 61-84.
29
SMITH. Adam. Ob. Cit. p. 10
30
SMITH, Adam. Ob. Cit. p. 130.
31
SMITH, Adam. Ob. Cit. p. 131.
32
CARRASCO, María. Ob. Cit. p. 69.
Pérez, M., Julca, N., Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 12-20 19
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional
(CC BY-SA 4.0)
https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es
El carácter mutuo de la simpatía caracteriza al juicio de aprobación smithiano del
ideal man
33
, que al juzgar como un juez interior: judge within
34
lo hace con
imparcialidad ya que no sólo es capaz de ponerse imaginariamente en el lugar del otro,
sino que además, de acuerdo a lectura de Ujaldón
35
respecto a los momentos de la
simpatía, es afectado por el cambio de posición, coteja los sentimientos percibidos y
finalmente toma la decisión de aprobar o desaprobar.
3. Consideraciones finales respecto a la Deity smithiana como fundamento
de las reglas generales de la moralidad
Primero, el significado de la palabra Deity aparece como principio fundante de las
reglas de la moralidad. Esta afirmación obedece a la creencia de una divinidad
ordenadora del cosmos, que en la perspectiva ética de Smith constituye la regla superior
de la conducta humana. En ese sentido, la deidad y la tesis del sentimentalismo moral
conforman una sola “empresa teológica”
36
.
Segundo, el orden moral smithiano tiene el propósito de procurar la mayor
felicidad de los seres. Y las reglas morales se establecen en virtud de un Ser todo
poderoso: All-powerful Being
37
, que obra como director del mundo y de acuerdo a un
plan providencial establecido por él.
Tercero, el ser humano alcanza la virtud al obrar como vicegerente: vicegerents
38
del Ser Supremo. Vale decir, reconoce al artífice del universo y asume la posición de
vicegerente contribuyendo con la felicidad universal provista en el plan providencial de la
divinidad (véase figura 1).
Cuarto, la simpatía es una facultad sostenida en la capacidad de situarse
imaginariamente en la situación del agente y consiste en la correspondencia de
emociones en la que el espectador percibe lo que siente el afectado.
33
SMITH, Adam. Ob. Cit. p. 148.
34
SMITH, Adam. Ob. Cit. p. 134.
35
UJALDÓN, Enrique. ¿Es posible formular un juicio moral válido? La respuesta de Adam Smith.
Daimon. Revista de Filosofía, 36, 2005, 117-119.
36
PIMENTEL, Jonathan. Ob. Cit. p. 59.
37
SMITH, Adam. Ob. Cit. p. 274.
38
SMITH, Adam. Ob. Cit. p. 165.
Pérez, M., Julca, N., Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 12-20 20
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional
(CC BY-SA 4.0)
https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es
Quinto, la identificación del espectador con el agente posibilita el juicio moral en la
medida que el primero participa del sentimiento del afectado (se involucra con él) y
evalúa desde dicha perspectiva (no desde fuera).
Sexto, la capacidad de percibir lo que siente la persona afectada corresponde a un
atributo inspirado en la benevolencia de la divinidad, la misma que despierta la
preocupación natural por la suerte de los demás.
Figura 1
Dios y el orden moral en Adam Smith
Dios benevolente
Sentidos Imaginación
Percepción Simpatía
Vicegerente (ser moral)
Orden moral