Volumen 33 No. 4 (octubre-diciembre) 2024, pp. 273-278
ISSN 1315-0006. Depósito legal pp 199202zu44
DOI: 10.5281/zenodo.13887694
CLEMENTS, Andrea D.; HUMANO-UNTERRAINER, Friedrich y COOK, Christopher C. H.-Eds. (2023) Human connection as a treatment for addiction. Frontiers Media SA. Lausanne. Pp. 250
El texto es de acceso libre (Doi: 10.3389/978-2-8325 280-7) consta de tres secciones, 1) los postulados teóricos sobre la exclusión social y las conductas adictivas desde la neurociencia, la sección 2) los aspectos metodológicos que tienen que ver con algunos instrumentos de medición y desarrollo de aplicaciones Mhealt, y la sección 3) los criterios empíricos en la que explican los resultados de algunas intervenciones en usuarios dependientes de sustancias.
El objetivo principal ha sido reunir el conocimiento académico de diversos campos de conocimiento para explorar si, a través de aumentar intencionalmente la interacción afectuosa y significativa entre las personas, podría ayudar a reducir las conductas adictivas. Esta hipótesis se encuentra sustentada en modelos animales que han demostrado que los sistemas endógenos de opioides y oxitocina se encuentran determinados por las experiencias tempranas, lo que ha ayudado a comprender la relación entre la adversidad en edades tempranas y los patrones posteriores de abuso de sustancias. Los autores señalan que, en estudios realizados en roedores, aquellos expuestos a una mayor interacción social demostraron consumir menor sustancias que aquellos que se encontraban en aislamiento.
Estas afirmaciones basadas en evidencias científicas, proporcionan coherencia y refuerzan los enfoques de la rehabilitación con el programa de doce pasos. Por ejemplo, el programa de AA, ofrece una simple solución para el complicado fenómeno de las adicciones: la conexión humana como un antídoto potencial para los desórdenes adictivos (pág. 7).
Sección uno: aspectos teóricos
En la sección uno, los autores desarrollan un análisis teórico sobre la exclusión social, argumentan que los seres humanos, por naturaleza necesitan sentir que pertenecen a algún grupo de personas y sentirse conectados. En el lado contrario, la exclusión social conlleva a sensaciones de dolor, emociones negativas, soledad, ansiedad social, entre otros que pueden afectar seriamente el desarrollo de los individuos. Los autores definen una categoría de personas que denominan individuos crónicamente excluidos, aquellos que pertenecen principalmente a poblaciones estigmatizadas. De acuerdo con Wesselmann y Parris, autores de la introducción del libro, atravesar por este tipo de exclusión debería ser considerado actualmente como una forma de trauma y debería ser tratado como tal.
En esta sección, los autores exponen que existe una importante relación entre el sistema opioide exógeno con la conexión humana en el autismo, explican que una posible razón por la cual las personas con el espectro autista evitan las relaciones interpersonales es porque tienen un alto tono opioide, esto es, o bien producen opioides endógenos en exceso o necesitan menores niveles para lograr la homeostasis. En este caso, el tratamiento con Naltrexona ha mostrado eficacia para mejorar su interacción. No se encontró en el libro una amplia explicación teórica sobre el tono opioide, solo explicaron su relación con la producción de opioides endógenos y presentaron un modelo que representa cómo el tono opioide tiende a subir o bajar dependiendo de la interacción de un individuo con otros en función del placer que proporciona dicha interacción. En el caso del autismo, la relación interpersonal provoca incomodidad por lo que el tono opioide reduce en ellos.
Se han realizado diversos estudios que han demostrado mayor actividad en las regiones cerebrales asociadas a la regulación del dolor en consumidores dependientes del alcohol, la marihuana y los alucinógenos (psilocibina). Se ha demostrado también que los consumidores de opioides presentan una mayor reacción de dolor cuando se encuentran en situación de exclusión social. El problema que trae consigo es que los individuos dependientes a esas sustancias pueden mitigar a corto plazo el sentimiento del aislamiento, sin embargo, al generar una mayor dependencia, necesitan una mayor dosis para sentir los efectos y no sentir dolor.
Los modelos animales que han estudiado el sistema opioide han descubierto el nexo con la frustración, el dolor físico y el abuso de sustancias, sobre todo en un estado de pérdida de alguna recompensa (Daniel, Rushing & Tapia-Menchaca, 2020). Estos estudios han jugado un papel importante en cuanto a los enfoques psicosociales para el tratamiento de las adicciones, por ejemplo, se está estudiando cómo los opioides antagonistas como la naltrexona y nalmefeno pueden reducir las respuestas cerebrales en la vía mesolímbica a señales al alcohol (Turton et al., 2020).
El mecanismo de búsqueda y su fijación
Se ha estudiado ampliamente que la conducta adictiva está relacionada con el Sistema mesolímbico y dopaminérgico (ML DA). Estos sistemas juegan un papel fundamental en la adquisición de hábitos compulsivos y en su constante reactivación mediante estímulos condicionados. En este sentido, la teoría de la sensibilización propuesta por Robinson y Berridge propone que la exposición a refuerzos artificiales sensibiliza el sistema DA ML aumentando su valor motivacional formando esquemas cognitivos que convierten en estos hábitos en acciones compulsivas reales.
El mecanismo de Búsqueda/Exploración es considerada como una conducta psico comportamental necesaria para la supervivencia que, al tener una fase apetitiva, se encuentra acompañada de deseos, interés, curiosidad y entusiasmo para lograr futuras recompensas de placer. La búsqueda es una disposición emocional que genera impulsos biológicos más básicos como el hambre, la sed, los deseos sexuales, la protección personal, etc., permite que el ser humano pueda alcanzar un propósito específico. Esta búsqueda cesa cuando la condición orgánica finaliza. En caso de no haber sido saciada, las ansias incrementan y es necesario consumir para evitar el malestar provocado por la abstinencia.
Aunque se ha demostrado ampliamente que los síntomas de la abstinencia van desapareciendo en el transcurso de los días, los adictos siguen siendo propensos al craving. Los adictos han asociado algunos eventos de su vida con el consumo de sustancias, los cuales, al reaparecer, pueden incrementar los deseos de volver a consumir la sustancia, por lo que la ciencia actualmente se está enfocando en el estudio de los mecanismos subyacentes a las recaídas.
Un enfoque neuropsicoevolutivo de la patología de la Adicción
La adicción es una conducta principalmente apetitiva que provoca un impulso emocional de búsqueda de base neurobiológico que provoca una búsqueda y fijación de hábitos compulsivos que representen novedad. La fijación genera una falta de interés en cualquier otra actividad que no sea la búsqueda del consumo de la sustancia, provocando un aislamiento de cualquier círculo que no sea común al grupo de personas consumidoras. Esta conducta, a menudo provoca que el adicto se aísle o sea marginado, lo que genera una conducta antisocial.
La neurociencia ha avanzado de manera significativa en la explicación de los sustratos neurobiológicos de la adicción, no obstante, todavía existe una brecha importante entre los resultados clínicos, es decir, en materia de prevención y rehabilitación. En este sentido, los autores argumentan que esto se debe al grado relativamente limitado en que se han integrado los factores sociales en el estudio de la neurobiología de la adicción, a lo que le llaman: la emergencia de nueva evidencia empírica en la neurociencia socioafectiva de la adicción.
Desde el enfoque del desorden de autobloqueo, la adición es considerada como un desorden de autobloqueo. Usualmente, los adolescentes comienzan consumiendo algún tipo de droga por curiosidad, incluso comienzan a explorar con diferentes tipos de drogas. El proceso de volverse adicto es gradual, incluso, no logran percibir que su cuerpo comienza a generar dependencia. Con el paso del tiempo, comienzan a experimentar el craving, y el síndrome de abstinencia y lo confundirán con la decisión de obtener placer o recompensa a un trabajo arduo. No notarán que el problema ya comenzó y mucho menos que es tiempo de detenerse o pedir ayuda. Este último elemento es uno de los principales obstáculos para comenzar a rehabilitarse.
En la sección dos, los autores reportan la validación de algunos instrumentos de medición y la efectividad de algunas intervenciones relacionadas con la conducta adictiva.
Sección dos: aspectos metodológicos
La fe, la ciencia y la colaboración clínica en el tratamiento de las adicciones
Las organizaciones basadas en la fe están constituyendo un papel importante en respuesta a los problemas de salud pública, sobre todo en la del consumo problemático de cualquier sustancia adictiva a través de tres principales enfoques: desarrollo de habilidades de afrontamiento, cambio de patrones de pensamiento). El apoyo social para reducir el deseo de automedicarse es uno de los soportes principales de la iglesia, donde pueden encontrar un lugar donde no se les estigmatiza y se puedan sentir bienvenidos, apoyados y queridos.
Las iglesias se encuentran diseminadas prácticamente en la mayoría de las poblaciones, han jugado un papel importante en la difusión de información relacionada con la salud, sin embargo, los autores señalan que es importante identificar cuál es el mejor método para la difusión. El argumento resulta interesante, pero esto implicaría la existencia de una relación estrecha entre la comunidad religiosa con la comunidad clínica, pero ¿hasta qué punto esto sería posible? Un posible enfoque importante que se propone en el libro es la perspectiva de la comunicación basada en el trauma, esto es, tomar en cuenta una intervención especial para atender casos que han sufrido traumas, abuso o adversidades. Es decir, promover la empatía, la comprensión de unos y otros y la colaboración entre las organizaciones y las comunidades para lograr una mejor conexión entre los individuos.
Es necesario también que exista una reconciliación entre la ciencia y la religión en tanto que la primera debería tomar en cuenta el importante rol que tiene la segunda en la transmisión de información a las personas creyentes en cuanto a la prevención del sida, consumo de sustancias o cualquier otro aspecto relacionado con la salud mental y física. Los autores proponen que impulsar y mejorar la colaboración entre la fe, la ciencia y la clínica podría incrementar las posibilidades que las personas encuentren relaciones genuinas de apoyo e importantes para superar las adicciones (pag. 7).
MHealth de apoyo para las adicciones
Las aplicaciones móviles han demostrado tener un gran potencial en cuanto a la intervención de diversos trastornos relacionados con la salud mental. Los autores reportan los resultados de la implementación de aplicaciones móviles para la autogestión de enfermedades crónicas. Este tipo de aplicaciones permiten interactuar con otras personas, compartir información importante o apoyo mutuo. Asimismo, los administradores pueden recabar información sociodemográfica, datos clínicos y algunos factores contextuales para enviar alertas tempranas de prevención o tratamiento a los usuarios, además de proporcionarles atención oportuna.
Sección tres: aspectos empíricos
Tai Chi
En los últimos años, se ha prestado especial atención a la relación entre las Funciones Ejecutivas (FE) y el consumo de sustancias. El libro reporta un estudio en el que se llevó a cabo un entrenamiento de Tai chi en un grupo de 76 mujeres dependientes de metanfetamina para analizar los efectos del ejercicio sobre las FE, especialmente sobre el control inhibitorio, la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva. Los resultados del estudio mostraron que el entrenamiento de tres meses de Tai Chi en doce semanas consecutivas y tres sesiones por semana de 45 minutos, las participantes pudieron mejorar significativamente en las puntuaciones en las tres variables que midieron. Estos resultados son importantes debido a que especialmente la inflexibilidad cognitiva y el déficit en el control inhibitorio son constructos que se encuentran muy relacionados en el abuso de sustancias.
En este sentido, el Tai Chi ha llamado la atención de los investigadores por ser un método que puede ayudar a mejorar la salud mental y la cognición, incluso, a retrasar el envejecimiento cerebral. TC ha mostrado tener efectos positivos sobre la depresión y la ansiedad que provocan los síntomas del consumo de drogas.
Comunidades terapéuticas
Las comunidades terapéuticas son programas residenciales de apoyo mutuo para la recuperación del consumo de drogas. Los autores señalan que este enfoque ha sido reportado como efectivo en la reducción del abuso de sustancias y la disminución de situaciones de encarcelamiento, sin embargo, los efectos no han sido estables con el tiempo y que para las mujeres no ha resultado tan efectivo a pesar que tienen un sentido de comunidad mayor que los hombres, además, reflejan una mayor empatía, altruismo y la capacidad de resolver los problemas de forma pacífica.
Neurociencia afectiva
La neurociencia afectiva distingue tres sistemas emocionales básicos que generan sentimientos desagradables: el miedo, la rabia y el pánico, este tipo de sentimientos, acompañados de una baja actividad de los sistemas Buscar, Cuidar, Desear y Jugar (Seeking, Care, Lust y Play por sus términos en inglés), pueden llevar a un síndrome depresivo traducido en cascadas neuroquímicas.
La adición es considerada una enfermedad crónica que conlleva una dificultad para enfrentar los problemas de la vida, especialmente los sociales. La característica de la personalidad adicta es el autobloqueo, es decir, la negación de la adicción y el aislamiento social. Es de vital importancia que los tratamientos se basen en fortalecer la conexión social, el reto más importante es que el individuo pueda tener confianza en médicos, terapeutas y compañeros.
La satisfacción con la vida es un constructo que ha sido reportado en años recientes como predictores del bienestar o de la salud mental. Los bajos niveles de satisfacción con la vida se ha relacionado significativamente con el abuso de sustancias, depresión, ansiedad, adicción al internet.
El afecto positivo se ha relacionado como un predictor importante de la resiliencia y la satisfacción con la vida y a su vez, se ha reportado que puede ser un elemento que aglutine los efectos adversos del estrés.
Conclusiones
La complejidad de la conducta adictiva es a veces incomprendida por las personas alrededor, no comprenden por qué prefieren el placer en contra de cualquier otra cosa. Esto los va desconectando de sus seres amados, cuando en realidad lo que necesitan es la conexión. Aunque el tema principal del libro sea la conexión social como un elemento fundamental para el problema del abuso de sustancias, algunos apartados del libro se fueron desviando, algunos hacia las bases neurobiológicas, la comunicación entre las comunidades religiosas y la ciencia o la validación de instrumentos relacionados con la espiritualidad, sin embargo, en su gran mayoría sí aporta argumentos importantes sobre lo importante que es la conexión social para la rehabilitación.
En la última sección, aborda elementos muy interesantes que tienen que ver con el bienestar subjetivo, la resiliencia, las relaciones, el afecto positivo, la satisfacción con la vida, entre otros. En general, el enfoque hacia la conexión social y su relación con el abuso de sustancias ha sido una aportación muy relevante en este libro. Mientras que, en años anteriores, los programas de prevención y tratamiento se centraron en reforzar las habilidades para resistir a la presión de los pares o algunas otras habilidades personales, la tendencia actual para la rehabilitación es lograr que los adictos logren tener comunidades terapéuticas en donde encuentren conexiones genuinas, donde encuentren comprensión, empatía, apoyo mutuo, amor, que fue lo que les pudo haber faltado en la etapa del desarrollo de la niñez hacia la edad adulta.
Los programas de doce pasos han tenido éxito a lo largo de los años porque los adictos han encontrado precisamente los elementos mencionados en el párrafo anterior. No obstante, actualmente se está encontrando que los grupos de apoyo basados en doce pasos no están teniendo los resultados esperados en cuanto a rehabilitación, quizá tendría que ver con que se ha dejado de ofrecer esa conexión social y estar quizá entregando todo lo contrario, lo que por lo regular sucede en algunas comunidades u organizaciones por las características incluso patológicas de algunas personas que actúan como guías.
Referencias
TURTON, S., MYERS, J. F. M., MICK, I., COLASANTI, A., VENKATARAMAN, A., DURANT, C., WALDMAN, A., BRAILSFORD, A., PARKIN, M. C., DAWE, G., RABINER, E. A., GUNN, R. N., LIGHTMAN, S. L., NUTT, D. J., & LINGFORD-HUGHES, A. (2020). Blunted endogenous opioid release following an oral dexamphetamine challenge in abstinent alcohol-dependent individuals. Molecular Psychiatry, 25(8), 1749–1758. https://doi.org/10.1038/s41380-018-0107-4
DANIEL, A. M., RUSHING, B. G., & TAPIA MENCHACA, K. Y. (2020). Variation of the human mu-opioid receptor (OPRM1) gene predicts vulnerability to frustration. Scientific Reports, 10(1), 21840. https://doi.org/10.1038/s41598-020-78783-4
Enrique López Ramírez
Ivan Antonio García-Montalvo
Gildardo Oswaldo García-Montalvo
Instituto Tecnológico de Oaxaca. Juárez, México
E-mail: quiqueohio@hotmail.com