Volumen 33 Nº 2 (abril/junio) 2024, pp. 23-45
ISSN 1315-0006. Depósito legal pp 199202zu44
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.11208258
Actividades de reproducción social doméstica en la zona Ixtlera mexicana. Mujeres, redes y bienestar social
Adán Cano Aguilar*, Marcos Jacobo Estrada Ruiz** y
Gracia Emelia Chávez Ortiz***
Resumen
En este artículo se exponen los resultados de un proyecto cuyo objetivo es el estudio de la reproducción social doméstica de las familias en un ejido del sur del estado de Nuevo León, en la región ixtlera del Desierto Chihuahuense mexicano. El ejido es representativo de las pequeñas localidades esparcidas en los cinco estados del noreste semiárido mexicano que conforman la región, identificadas como asentamientos marginados y en situación de pobreza. Se define la reproducción social doméstica como el proceso de satisfacción de necesidades de los sujetos sociales, el cual define una situación de bienestar social. Para este estudio se empleó una metodología mixta, con técnicas de recolección de datos cuantitativos y cualitativos, como la entrevista semiestructurada, la observación directa y una encuesta en hogares; llevándose a cabo el trabajo de campo entre 2020 y 2022. En los resultados de este estudio, se describen quiénes realizan las actividades de reproducción social doméstica relacionadas con la salud y la educación; el trabajo doméstico y el abastecimiento y la construcción y el mantenimiento de la vivienda. En las conclusiones se analizan estas actividades como parte de un proceso más amplio de reproducción social de las familias, que articula otras prácticas, condiciones y dinámicas en las esferas económica, política y cultural; y el cual está delimitado y delineado por las condiciones de la estructura ambiental propias de las zonas áridas y semiáridas del país.
Palabras clave: bienestar social; reproducción doméstica; marginación; zonas áridas; familias rurales; pobreza hídrica.
* Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.Chihuahua, México
ORCID: 0000-0001-8809-2189 E-mail: adan.cano@uacj.mx
**Universidad de Guanajuato. México
ORCID: 0000-0002-4947-208 E-mail: marcos.estrada@ugto.mx
***Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Chihuahua, México
ORCID: 0000-0001-7160-3245 E-mail: gchavez@uacj.mx
Recibido: 08/12/2023 Aceptado: 26/02/2024
Activities of domestic social reproduction in the Mexican Ixtlera Zone. Women, networks and social wellbeing
Abstract
This article shares the results of a research project whose objective is the study of the domestic social reproduction of families in an ejido at the south of Nuevo León state, in the Ixtlera region of the Chihuahuan Desert. This ejido is representative of the small towns scattered throughout the five states of the semi-arid Mexican northeast region, identified by its marginalized poor settlements. Domestic social reproduction describes the needs satisfying process of social subjects, which settles a situation of social well-being. This study is based on a mixed methodology design, which helped to collect quantitative and qualitative data, through data-collection techniques such as semi-structured interviews, direct observation and a household survey; Field work was be carried out between 2020 and 2022. The results of this study describe who carry out the domestic social reproduction activities related to health and education; domestic work and supply and construction and maintenance of housing. In the conclusions, we try to set these activities as part of a broader process of social reproduction of families, which articulates other practices, conditions and dynamics in the economic, political and cultural spheres; and delimited and defined by the conditions of the environmental structure typical of the arid and semi-arid zones of the country
Keywords: social well-being; domestic reproduction; marginalization; drylands; rural families; water poverty
Introducción
En este artículo se aborda la noción de reproducción social doméstica, como punto de referencia de la reflexión acerca del bienestar social de familias rurales que habitan en el contexto semiárido de pobreza y marginación del noreste de México. Se buscó saber a través de la investigación que sustenta este trabajo, cuáles son y quiénes realizan las actividades para satisfacer las necesidades de reproducción social de los miembros del hogar, en un contexto de crisis hídrica y pobreza y marginación rural.
El marco estructural provisto por el contexto físico de la localidad de estudio está definido por las características de las llanuras y lomeríos semiáridos de esta región del sureste del Desierto Chihuahuense y del sur del estado de Nuevo León: clima seco, de 300 a 600 mm de precipitación pluvial anual, de suelo litosol y xerosol, de vegetación xerófila submontana. Esta parte del estado de Nuevo León forma parte de una región más amplia, conocida como “zona ixtlera” (por la presencia característica del agave Lechuguilla y del prehispánico oficio de extracción de fibra correspondiente), la cual comprende poco más de 40 municipios de cinco estados del semiárido norteño mexicano: Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Zacatecas y Coahuila. (COPLAMAR, 1982). En este tipo de localidades, las fuentes de agua para consumo humano y animal provienen casi exclusivamente de las lluvias. El acuífero donde se ubica el sitio de estudio (Matehuala - Huizache) se clasifica con déficit hídrico de “-41,038,016 m3 anuales que se están extrayendo a costa del almacenamiento no renovable del acuífero” (Conagua, 2022:34); se ha descrito como una zona de degradación ambiental (Barrales et al, 2020); y con población en situación de pobreza hídrica (Abraham, Montaña y Torres, 2006; Abraham, Fusari y Salomón, 2006).
El Ejido Puerto del Aire, donde se realiza este proyecto de investigación, comparte las características descritas. Es uno de los 247 asentamientos del municipio de Doctor Arroyo. Éste, junto con los municipios Galeana, Aramberri y Mier y Noriega), conforman la región del sur semiárido del estado de Nuevo León, la cual colinda al occidente con las regiones ixtleras de Coahuila y Zacatecas; al sureste, con la ixtlera potosina y al oriente, con la tamaulipeca y la Sierra Madre Oriental. En el mapa 1 se ubica a Doctor Arroyo en el extremo meridional del estado de Nuevo León, colindante al oeste con Matehuala y al sur con Guadalcázar, ambos municipios en la ixtlera potosina. El ejido se encuentra en el área al oriente de la cabecera de Mier y Noriega, en la línea limítrofe con San Luis Potosí.
Mapa 1. Ubicación de Doctor Arroyo en el sur ixtlero de Nuevo León, México
Fuente: Mapa de infraestructura para el transporte de Nuevo León (INEGI, 2011).
En el ámbito socioeconómico y demográfico, esta región del norte semiárido se conforma de pequeñas localidades rurales de menos de mil habitantes, con altos índices de pobreza y marginación (CONEVAL, 2022; COPLAMAR, 1982; Roldán et al, 2004); que se encuentran dispersas y aisladas en un territorio semiárido, donde la ganadería caprina y la agricultura para autoconsumo son actividades distintivas. En un estudio reciente realizado, Montiel (2019) encuentra estas características en un ejido del altiplano potosino: pobreza, marginación, crisis hídrica, la ganadería caprina y la (insuficiente) agricultura para autoconsumo. Un camino de tierra de 7 kilómetros comunica a esta localidad con una carretera pavimentada intermunicipal; no hay teléfono fijo residencial ni señal de telefonía móvil. Hasta 2022, había un servicio local de transporte público que partía de este ejido en la mañana hasta Matehuala y retornaba en la tarde; pero el dueño y operador del vehículo murió en y ahora no hay transporte público en esta zona de una docena de ejidos que usaban este servicio, en el extremo sur del estado.
Las relaciones de los habitantes de este pequeño asentamiento (en 2020 se registraron 415 personas en 95 hogares, CONEVAL, 2022) se despliegan en los ejidos aledaños, de características similares a las del Puerto del Aire (Tapona de Camarillo, Lagunita de Castillo, La Concepción, Las Catorce, Tapona Moreña y Presa de Maltos, los más cercanos, mapa 2).
Mapa 2. Ubicación de Puerto del Aire en el sur de Nuevo León.
Fuente: fragmento de mapa de carreteras de Nuevo León, 2008, Secretaría de Comunicaciones y Transporte del gobierno mexicano.
El ejido tiene como centros urbanos de influencia y referencia, a la cabecera municipal de Doctor Arroyo (cerca de 12,000 habitantes, a una hora del ejido en automóvil), donde se concentran procesos administrativos y servicios públicos locales; la ciudad de Matehuala, San Luis Potosí (cerca de 90,000 habitantes, a una hora de distancia); la zona metropolitana de Monterrey, donde se encuentra la capital del estado de Nuevo León (con cerca de 5 millones de habitantes, a cinco horas, ver mapa 1).
El objetivo de la investigación, (la cual está enmarcada en un proyecto multidisciplinario de tres niveles o escalas), se centra en el ámbito del análisis y descripción de los procesos de reproducción social doméstica de las familias de este ejido, articulando los resultados en las actividades específicas y pertinentes de satisfacción de necesidades en el hogar.
En una primera sección del artículo se aporta la información sobre la metodología de investigación empleada. Enseguida, se exponen los conceptos que guían el estudio, centrándose en el concepto de reproducción social de los sujetos. Se comparten e interpretan los resultados obtenidos, delimitados por el proceso de reproducción social doméstica. Al final del artículo se aportan conclusiones, con referencia a los objetivos del estudio.
Metodología
Si bien los antecedentes de trabajo en esta comunidad se remontan a 2008, a partir de 2020 un equipo multidisciplinario de investigación inició un proyecto de investigación acción participativa, en tres escalas o niveles de estudio: ambiental – económica; cultural comunitaria y doméstica. En este último nivel el objetivo es el estudio integral del bienestar y la reproducción social doméstica en los hogares de la localidad de estudio; las unidades de análisis son los hogares y los sujetos son las familias que los habitan.
En la escala doméstica del proyecto general, de 2020 a 2022 se trabajó con una metodología mixta predominantemente cualitativa bajo el método de caso etnográfico, con técnicas de recolección de datos cuantitativos y cualitativos. En esta dimensión del proyecto general, se ha avanzado en la investigación, con resultados descriptivos y analíticos; sin haber trascendido aún a la acción y la participación, como en proyectos a otras escalas. Actualmente, se está en otra fase de profundizar en los alcances interpretativos de la articulación de las diferentes acciones de reproducción doméstica, para configurar nuevas necesidades de información de campo. Durante este período se realizaron 12 estancias cortas de trabajo de campo (de 3 a 15 días), mediante las cuales el grupo multidisciplinario de investigadores tuvieron acceso y construyeron familiaridad con los habitantes de la comunidad, gracias a la ayuda de un “portero” con más de 15 años de presencia.
Las líneas temáticas del proyecto de estudio de la reproducción doméstica son educación y escuela, seguridad alimentaria y herbolaria, producción agropecuaria de solar para autoconsumo, abastecimiento, vivienda y habitabilidad, y oficios y saberes reproductivos. Los investigadores diseñaron y aplicaron durante este período sus propios procedimientos de recolección de información en cada línea de estudio, derivados de técnicas de entrevistas etnográficas con informantes clave (padres y madres de familia) y observación directa en sitios convenientes en la comunidad (escuelas, centro de salud, tiendas, estanques, molinos).
En 2021 se diseñó un instrumento cuantitativo, y en noviembre se aplicó una encuesta en 52 hogares, donde habitaban 234 personas (tamaño representativo con un 90% de confianza con un margen de error de 8%), mediante la cual se buscó obtener información acerca de las líneas de estudio del proyecto. Esta técnica no estuvo orientada a la comprobación de hipótesis sino a la triangulación de fuentes y como apoyo descriptivo. El objetivo fue recoger información sociodemográfica de los habitantes de las unidades domésticas y de las características de éstas; así como de las condiciones, necesidades, percepciones y expectativas de estos habitantes del Ejido, en relación a su situación de bienestar social (salud y alimentación, educación, vivienda, trabajo doméstico, ingreso), que permita contar con una descripción básica de su situación. Los objetivos particulares fueron recoger información acerca de
El instrumento incluyó preguntas con respuestas cerradas, preguntas abiertas y preguntas de escala; para recoger datos cuantitativos y cualitativos en los hogares de la localidad. Los objetos de estudio del instrumento son situaciones, condiciones, actividades, percepciones, actitudes, experiencias y expectativas.
En septiembre y noviembre de 2021 se capacitó a los 8 jóvenes de la localidad que colaboraron en el levantamiento. Se hizo un piloteo del instrumento en 10 hogares de la localidad. La información se capturó y con ella se hizo un análisis descriptivo, con ayuda de software estadístico, de las variables asociadas a los temas de estudio (educación, salud, vivienda, alimentación, abastecimiento, trabajo doméstico). Los datos obtenidos a través de esta técnica se presentan en el apartado de discusión de este artículo.
Pobreza y reproducción social doméstica de los sujetos (familias)
En una primera delimitación conceptual de la reproducción social, esta refiere a la conservación y dinamización de la estructura social económica, en cuyo modo de producción la fuerza de trabajo es el factor productivo remunerado mediante el salario o la renta. La fuerza de trabajo satisface las demandas de reproducción del sistema económico productor de valores de cambio; contribuye a la llamada reproducción social simple y ampliada (Mendoza, 2017). Sin embargo, se debe tomar en cuenta que “para entender la reproducción de la fuerza de trabajo, sea necesario mirar ambos ámbitos (el de la producción y de la reproducción) y, sobretodo, mirar su relación” (Varela, 2020:80).
El problema de la pobreza radica en la insuficiencia del salario o del ingreso para la reproducción social mínima de la fuerza de trabajo, es decir, del trabajador y su familia, en una sociedad de producción capitalista. Este tipo de pobreza consiste en el hecho de que el precio de la mercancía fuerza de trabajo no cubre los gastos de producción mínima de la misma, como señalan Moctezuma y Navarro (1984). Ante estas condiciones desventajosas, que conforman el contexto de un sector de las familias rurales, teniendo como referente el trabajo de Chayanov se desarrolló una corriente con base en el concepto de estrategias de reproducción social, para caracterizar el conjunto de acciones que emprenden estas familias, “conscientes o no” (Mestries, 2002:10), para sobrevivir, que comprenden la producción para el autoconsumo, la producción para el mercado y la venta de fuerza de trabajo fuera del predio.
Tomando en cuenta que el doble carácter de producción y consumo de la unidad familiar rural, al hablar de estrategias familiares se deben considerar a los procesos de “producción y reproducción social de la existencia de estos pequeños productores rurales como respuesta al medio ambiente natural y social con el que interactúan en la vida cotidiana” (Allub y Guzmán, 2000:125). En otro contexto, también semiárido, Pérez y Cañez (2007) describen las estrategias de reproducción económica de familias rurales en el norte mexicano en la década de 1990, reflejadas en las prácticas del “préstamo”, la “mediería” y la “terciería” y “la venta de panzas”, desplegadas ante el deterioro de sus condiciones ambiéntales (sequía continua) y sociales (crisis económica). Estas prácticas, si bien favorecen la sobrevivencia de las familias ganaderas en el desierto, se fundamentan, en cierta medida en relaciones y lógicas distintas a las del mercado, que se despliegan entre familiares, vecinos y paisanos.
La organización familiar es concebida como “un microcosmos de relaciones de producción, de reproducción y de distribución, con una estructura de poder y con fuertes componentes ideológicos que cementan esa organización y aseguran o ayudan a su persistencia y reproducción, pero donde también hay bases estructurales de conflicto y lucha” (Jelin, 1984:34). En este cambio de escala de observación de la reproducción social (del nivel estructural al microsocial), se le identifica con el trabajo reproductivo, asociado a la procreación y crianza, el trabajo doméstico, el cuidado de la salud y la transmisión cultural intergeneracional (Batista-Fonseca, 2020). Esta concepción es relevante en el sentido de que exalta el carácter de la organización familiar como instancia mediadora entre el nivel estructural y el nivel microsocial (Reif y Drovetta, 2019), lo cual favorece “un estudio integral de las condiciones de vida en la pobreza y una mayor comprensión de su complejidad” (Eguía, 2004:84). En este sentido, otra aportación de este enfoque demográfico antropológico de la reproducción social, es la idea de que este sujeto social concreto, la familia, refleja en su comportamiento diversas lógicas, sentidos y niveles de análisis económicos, políticos, culturales (Jelin, 1984).
En este nivel de reflexión, el concepto de reproducción social se encuentra detrás de diversas investigaciones realizadas bajo el enfoque de las estrategias (de reproducción, familiares, de vida, de sobrevivencia; ver cuadro 2). De esta conceptualización, se reconocen sus aportaciones al ubicar el sujeto y objeto del estudio en actividades propias de la reproducción social de las familias; al enfocar la reflexión en la configuración familiar, sus necesidades y dinámicas; por observar las relaciones intergeneracionales e intergenéricos como fuentes de conflicto y por identificar sus relaciones con las estructuras económicas, culturales y políticas.
Cuadro 1. Estrategias de reproducción social, 8 clasificaciones
Según agente, nivel estructural, alcance |
Según la dimensión a ponderar |
Según características del objeto a reproducir |
Según su capacidad innovadora |
a) Macro-meso-micro b) Generales/específicas c) Agrícolas/no agrícolas d) Conceptuales/empíricas e) Causa/consecuencia f) Urbanas- rurales g) Favorecidos/ desfavorecidos h) Centralizada/familias i) Generacional/Cotidiana |
|
a) material, biológica, ideológica, organizacional, simbólica b) cuantitativa o cualitativa c) de oportunidades o de estructuras d) simple o ampliada |
a) estática o dinámica b) tradicionales- probables o emergentes-atípicas |
Según condiciones de debilidades-amenazas-oportunidades-fortalezas |
Según grado de racionalidad de la estrategia |
Según roles tradicionales, condición y posición de mujeres |
Según toma de decisiones, relaciones sociales y redes |
a) De adaptación- supervivencia- existencia-familiares-de vida b) De supervivencia - mejoramiento del nivel de consumo - crecimiento del capital familiar |
a) conscientes-explícitas-planificadas / inconscientes-implícitas b) calculadas - habituales - de imitación |
a) domésticas o de reproducción / en-para la producción b) con componente feminista - machista - equitativo; c) de la jefatura femenina / de la masculina |
a) unilateral-bilateral- democrática b) el otro colaborador aliado - el otro adversario - poder/subordinación; c) de parentesco- vecinales-fraternal-laborales-asociativas-político-partidistas-intersectoriales-red mixta. |
Fuente: elaboración propia con base en Batista-Fonseca (2020:190-192).
Desde el enfoque en el que sustenta este artículo, se considera pertinente y necesaria esa conceptualización que articula las condiciones estructurales y las varias dimensiones de la reproducción social de los sujetos, en lugar de aislarlas; como la que propone Vázquez (2007), con relación a la reproducción social del grupo doméstico y comunitario, cuyas estrategias define como:
el conjunto de acciones, económicas, sociales, culturales y demográficas que realizan los estratos poblacionales, que no poseen medios de producción suficientes, ni se incorporan plenamente al mercado de trabajo, por lo que no obtienen de las mismas actividades, ingresos regulares para mantener su existencia en el nivel socialmente determinado, dadas las insuficiencias estructurales (Vázquez, 2007:78).
Se llega así a la conceptualización de la reproducción social de los sujetos como expresión de la síntesis de la relación entre necesidades y satisfactores, configurada por un ambiente estructural donde la reproducción de la sociedad económica es marco condicionante, y materializada a partir de una socialidad concreta. Se han distinguido hasta aquí dos niveles de conceptualización de la reproducción social como proceso: el de las estructuras y el del sujeto social.
En este segundo nivel, a fines del siglo XX una parte de la reflexión se remitió a las propuestas conceptuales del individualismo metodológico subyacente en la “nueva” sociología económica (Cano, 2017). El doble carácter de la reproducción social de la fuerza de trabajo (valor de cambio y valor de uso) se usa para llegar a este tipo de reduccionismos, mediante el cual se intenta borrar el papel de las estructuras en el bienestar social, recurriendo al individualismo metodológico arropado en construcciones conceptuales eclécticas. Estas corrientes emergen en un contexto global caracterizado, en el ámbito de la reproducción social estructural, por la precarización del trabajo asalariado, intensificación de la explotación laboral, un alto nivel de desempleo y la caída del poder adquisitivo del salario; y por la focalización de políticas sociales, privatización de servicios públicos y mercadización de recursos naturales y actividades de reproducción doméstica, en el ámbito de la reproducción social de la familia (Varela, 2020). Por su parte, Guadarrama (2021) ha expuesto cómo, en el neoliberalismo, la reproducción doméstica ha sido mercantilizada, al sustituir con una oferta masiva de bienes y servicios las actividades de cuidados de salud o la preparación de alimentos.
En otros trabajos (Cano y Chávez, 2017) se ha abordado esta conceptualización de la reproducción social de los sujetos (en oposición a la del sistema); en la que se destacan las siguientes características: la reproducción social de los sujetos es un proceso mediante el cual se realiza la síntesis de relación dialéctica entre necesidades y satisfactores; el bienestar social es una situación del sujeto que refleja esta síntesis; y la familia es el sujeto del bienestar social.
En la noción de reproducción social doméstica se alude a un conjunto de necesidades cuya lógica y propósito radica en el mantenimiento y reposición generacional del sujeto y de su entorno natural y propio, el hogar. En la reproducción social doméstica se producen valores de uso (Moctezuma y Navarro, 1984), a través de actividades y prácticas fundadas en una lógica distinta a la del mercado, para satisfacer esas necesidades. En condiciones de pobreza y marginación, este sujeto social sobrevive, es decir, desarrolla una reproducción social mínima, precaria.
Las fuentes de estos satisfactores son el mercado, el Estado y la comunidad, en diversos arreglos y participaciones. Además de la reproducción social económica y de la doméstica, este sujeto social satisface necesidades del orden cultural y político, derivadas de la asociación de los integrantes con instituciones y estructuras correspondientes, “los tipos de vínculos que el hogar establezca con un entorno social, político, económico, ambiental y cultural concreto” (Villagómez, 2006:174).
La reproducción doméstica es vista entonces como el ámbito del trabajo doméstico no remunerado y del consumo; aunque, algunas necesidades, como las de salud, vivienda y equipamiento doméstico, se pueden cubrir a través de sujetos más complejos, como en el caso de las redes familiares de ayuda mutua, estudiadas por Jelin (1984). En este sentido, los satisfactores de las necesidades biológicas tienen un componente social y cultural, estableciéndose una relación dialéctica entre necesidad y cultura (Margulis 1975); y, por otro lado, no constituyen el conjunto de necesidades, pues “El trabajador necesita tiempo para satisfacer necesidades intelectuales y sociales cuya extensión y cuyo número están determinados por el estadio general de la cultura” (Marx, 1981: 62-63).
Se ha comentado que la composición de la familia, con base en el género, la edad y la relación de parentesco de sus integrantes, determina el ciclo de vida familiar, así como las necesidades y el tipo de satisfactores correspondientes. También es el espacio del consumo y del cultivo de la filiación social y la solidaridad, como lo plantean Cazares-Palacios, Valdés-García y De Arce (2021). Pero esta estructuración de la familia también condiciona las formas del conflicto intrafamiliar. En este sentido, ya se ha destacado la importancia de la mujer como protagonista principal de la reproducción social doméstica; pero este hecho implica también la desigualdad y explotación su trabajo (Actis, 2017).
Resultados y discusión
En este apartado se exponen los resultados de la investigación, concernientes a la reproducción social doméstica de las familias del estudio, buscando identificar y resaltar los elementos que muestran la socialidad subyacente en este proceso. En primer lugar, se describe al sujeto de estudio, la familia. La exposición subsecuente de las actividades de la reproducción doméstica se estructura en tres categorías: a) educación y cuidado de la salud, b) trabajo doméstico y c) habitabilidad. La primera de ellas está ligada directamente con las políticas sociales estructurales del sujeto (la familia). La segunda implica la reproducción biológica y la estructura integénerica e intergeneracional (Jelin, 1984; Ortale, 2003) del sujeto y la economía doméstica (Meillassoux, 1985). La tercera categoría corresponde a la construcción y /o acondicionamiento del hábitat íntimo del sujeto de estudio, el escenario de la reproducción doméstica (autores 2; Actis, 2017).
1. Composición de los hogares
En este apartado, con base en los resultados de la encuesta en hogares aplicada en noviembre de 2021, se muestran los datos de los integrantes de los hogares: sexo, edad, migración, lugar de origen; los cuales son tomados como referencia en el análisis de las actividades de reproducción doméstica descritas en los apartados subsiguientes.
En 88% de los hogares viven entre una y seis personas; en el 12% restante, entre siete y 11 personas. El número de habitantes por hogar tiene una media de 4.5 (con una moda y mediana de 5), mayor a la media nacional de 3.6 (INEGI, 2021). En la muestra recabada, 63% son hogares nucleares; 27% extensos; y 10%, unipersonales: 5 hogares habitados respectivamente por hombres de 57, 78, 83 y 88 años; y por una mujer de 82 años.
En los 52 hogares visitados, otros datos son similares a la media nacional (INEGI, 2021): 51% de las 234 personas registradas en ellos son de sexo femenino (la media nacional es de 51.2). En relación a la edad de esta población, la edad promedio es de 30 años (la media nacional es de 29 años); uno de cada tres tiene entre 1 y 14 años. El primer cuartil abarca hasta los 11 años; el segundo cuartil, hasta los 22 años; y el tercero, hasta los 47. Aproximadamente 10% de estas personas son adultos mayores, de entre 65 y 94 años (la media nacional es de 12%).
Con respecto al lugar de nacimiento, de acuerdo con las respuestas, 38.5% de las personas registradas nació en la ciudad cabecera de Doctor Arroyo, Nuevo León, el centro urbano político administrativo del municipio; 31.2% nació en Puerto del Aire (donde no hay servicios ginecológicos profesionales); 18%, en la ciudad de Matehuala, San Luis Potosí, el centro urbano más populoso cercano a la localidad; 5% nacieron en Monterrey, capital del estado de Nuevo León y la zona metropolitana más grande cercana; y 8%, en otros ejidos de esta región del estado (Presa de Maltos, Tapona Moreña, Tapona de Camarillo, La Concepción, Las Catorce, Encarnación de Abajo, Mier y Noriega) y de San Luis Potosí (Charcas, Maravillas, Santa Teresa). Se registró a una persona nacida en Houston, Texas (ver mapa 2).
En 8% de los hogares de la muestra se reportaron 18 personas (12 de ellas, hombres), temporalmente ausentes del hogar: diez en Estados Unidos, cuatro en Monterrey, dos en Matehuala y una en Dr. Arroyo. Los flujos migratorios interiores se orientan al norte Monterrey); y los internacionales, a los estados de Texas (principalmente), Georgia y Carolina del Norte, entre otros, donde radican familiares y emigrados de este ejido.
En 2020, en Nuevo León se identificó solo al municipio de Mier y Noriega (vecino de Dr. Arroyo) con un nivel alto de intensidad migratoria México – Estados Unidos (índice en el cual se articulan el envío de remesas, la emigración, la migración circular y el retorno); el municipio de Dr. Arroyo se clasificó como uno de los cinco con un índice medio, ocupando el lugar 555 de los aproximadamente 2,400 municipios del país (López et al, 2022). Durante el trabajo de campo, se recogieron algunas opiniones acerca de las condiciones ambientales y económicas del ejido, que justifican irse de ahí: un hombre de 55 años de Mier y Noriega que acababa de regresar de una temporada en Estados Unidos, quien dijo que la gente se iba de ahí porque el agua era “muy escasa y salitrosa, no es buena ni para sembrar”; una mujer de 38 años, residente de Monterrey y quien estaba de visita en las fiestas del ejido, dijo que se había ido del ejido porque la vida ahí “para las mujeres era muy dura”; y otro habitante del ejido, de 25 años, quien dijo que él tenía que salir a Monterrey o a Estados Unidos por períodos de tres a cinco meses, para no “morirse de hambre”.
Enseguida se exponen las acciones que estas familias que habitan estos hogares, con las características descritas, llevan a cabo para la reproducción de su existencia, teniendo como marco de referencia la composición del hogar. Las acciones vinculadas a su reproducción social con referencias a los ámbitos político, económico y cultural quedan fuera de esta exposición, para concentrarse en las actividades relacionadas con la educación y cuidado de la salud y la alimentación de sus integrantes, las tareas del trabajo doméstico y el abastecimiento, y el mantenimiento y la construcción de la vivienda.
2. Actividades de cuidados de la salud y de apoyo a la educación formal
En Puerto del Aire, el Estado ofrece servicios básicos de salud (en el nivel asistencial) a través de un consultorio médico atendido por un pasante de la carrera de medicina. En otros estudios se han documentado los conflictos entre los pobladores y los funcionarios en esta región y en la localidad (Servín, 2010; Sieglin, 2001). En 2021, cuando se aplicó la encuesta, en la clínica del ejido no había médico (en plena pandemia del COVID 19), y así lo muestran las respuestas a la pregunta de cómo es el servicio de salud en el Ejido: “malo porque no hay médico”. En 45 de estos hogares indicaron que, para atender las enfermedades comunes, compran los medicamentos en la comunidad o en Matehuala. Además de una relación conflictiva entre los representantes del estado y la población, el servicio es precario por la marginación en la que se encuentra este tipo de localidades.
En el ámbito de los cuidados de la salud de los integrantes del hogar, en 65% de los hogares dijeron que las mujeres adultas son quienes se encargan del cuidado de la salud; en 17% de ellos, los adultos hombres o mujeres y en 15%, los hombres. En 65% de estos hogares dijeron que las mujeres adultas se encargan de llevar a los niños o a las personas mayores al médico; en 29%, los adultos y en 6%, los hombres adultos.
En 87% de los hogares consultados se identificó a la gripe como la enfermedad más común en la familia. En 83% de los hogares mencionaron el uso de remedios caseros para atenderse las enfermedades más comunes (gastrointestinales y respiratorias), basados en el uso de la herbolaria. El uso de plantas por los habitantes originarios de la región, con diferentes fines, puede rastrearse en las crónicas de los colonizadores españoles (Chapa, 1961; De León, 1961); es pertinente a la reproducción cultural de las familias, por formar parte de los saberes tradicionales, productos de la relación histórica entre los humanos y su entorno; este conocimiento se comunica, enseña y transmite de generación a generación. En el ámbito de la reproducción social doméstica de las familias, su uso en los territorios secos del país permite el bienestar y la supervivencia del 60% de la población (Briones et al, 2020:94). Sin embargo, su uso también refleja una situación de pobreza o de marginación sanitaria; y cuando se interrumpe la transmisión integeneracional de los conocimientos, puede conformar un riesgo para la salud (González-García et al, 2020:21)
En Puerto del Aire, el Estado ofrece servicios básicos de educación (preprimaria, primaria y telesecundaria). De acuerdo con la muestra en los hogares de 2021, hay 13.9% de personas mayores de 15 años que no saben leer o escribir, (superior al 4.7% del promedio nacional, INEGI, 2021); y sólo 4.6% de estas personas tienen 65 años o más. La escolaridad promedio de los habitantes es de cerca de 7.5 años (sin contar preescolar), período que cubre 6 años de educación básica primara y año y medio de los tres de educación básica secundaria; escolaridad menor a la media nacional de 9.7 años (básica completa) y a la media del estado de Nuevo León de 10.7 años (INEGI, 2021).
En 34 de los hogares (65% de la muestra) respondieron a preguntas relacionadas con la escuela de los hijos. En 91% de estos hogares dijeron que el principal problema que tuvieron para cumplir con la escuela durante la pandemia fue la falta de internet, siendo la falta de conectividad una carencia estructural detectada aquí y en otros ejidos aledaños (como Presa de Maltos o Tapona de Camarillo). Otras respuestas indicaron la falta de apoyo de los maestros y que los estudiantes no entienden las tareas.
En 80% de estos hogares las madres son la principal ayuda con las tareas; en 12% de estos hogares dijeron que los niños hacen solos sus tareas; papá, abuelos, hermanas, tíos, primos también ayudan en el resto de los casos con las tareas de la escuela. En 91% de estos hogares son las madres quienes acuden a las juntas de la escuela. En 15% de estos hogares dijeron no contar con ningún tipo de apoyo del gobierno relacionado con la escuela. En 62% de estos hogares, las madres, padres o tutores dijeron que no participan en actividades de la escuela.
3. Tareas del trabajo doméstico y abastecimiento
Además del cuidado de la salud y la ayuda extraescolar, las mujeres llevan a cabo las principales actividades de limpieza (de la casa, de la cocina, de la ropa), en más de 85% de los hogares de la muestra; en la mayoría de los casos, son las mujeres adultas, como se aprecia en la tabla 1. Si solo en uno de los 52 hogares reportan que pagan por preparar alimentos y trabajo doméstico, habiendo 5 hogares en los que viven hombres adultos solos, una posible explicación es que los familiares y vecinos aportan estos satisfactores, hay una red doméstica, una “red extensa de parentesco, donde las relaciones recíprocas están dadas por los niños, por matrimonios y por amistades, que se alían para satisfacer las funciones domésticas. Este núcleo está disperso en varios hogares” (Jelin, 1984:16).
Tabla 1. Quién realizar el trabajo doméstico. Porcentajes.
Limpia trastes y cocina |
barre y trapea |
lava la ropa |
alza los cuartos |
|
Mujeres |
87 |
86 |
86 |
85 |
(Mujeres adultas) |
69 |
67 |
76 |
65 |
Hombres |
11 |
10 |
10 |
12 |
Fuente: propia.
Con respecto a la preparación de alimentos, en 87% de los 52 hogares visitados se encargan las mujeres (en 79%, específicamente las mujeres adultas); en los hogares unipersonales, de esta tarea se encargan los hombres adultos que viven solos; sí como en un hogar de la muestra donde viven dos hombres adultos (padre e hijo).
Las tortillas son el alimento que se consume todos los días más de una vez al día, es fundamental en la dieta y lo siembran en 85% de los hogares de la muestra; en 95% dijeron usarlo para el consumo propio, como se tiene documentado en otras localidades de esta región (por ejemplo: Briones et al, 2020). Se ha descrito en otros trabajos (autores 2), cómo el maíz cosechado de la milpa, se agrupa en “manojos” que luego se “agavilla” en un lugar del solar o la vivienda. Periódicamente, conforme la familia vaya necesitando, los hombres “pizcarán” la mazorca, dejando la caña y las hojas para alimento del ganado menor (para dar de “cenar a los animales”). El maíz pizcado deberá ser desgranado, actividad que, como se constató en observación directa y participante, realizan todos los miembros de la familia (ver Tabla 2).
Tabla 2. Quién realiza las actividades para la elaboración de tortillas, porcentaje.
Pizcar el maíz |
Desgranar el maíz |
Poner el nixtamal |
Ir al molino |
Tortear |
|
mujeres |
6 |
28 |
88 |
94 |
88 |
hombres |
84 |
34 |
6 |
2 |
4 |
adultos |
2 |
16 |
2 |
||
todos |
6 |
20 |
2 |
2 |
2 |
Fuente: propia
Se puede observar que la tarea de pizcar el maíz la realizan principalmente (84%) los hombres (78%, de ellos, adultos). “Poner el nixtamal” (cocer los granos de maíz), “ir al molino” (llevar el cocido a moler para obtener la masa) y “tortear” (hacer las tortillas con la masa y calentarlas) son tareas principalmente realizan las mujeres. La actividad de desgranar el maíz es la más diversificada, porque en ella participan hombres, mujeres y niños, a diferencia de las otras tareas.
En tres de los hogares dijeron pagar a alguien para hacer las tortillas (dos de ellos, unipersonales).
En otro trabajo se ha descrito cómo una mujer madre de familia del Ejido prepara y suministra los alimentos de acuerdo a las necesidades de los miembros de la familia: preparar desayunos y “lonches” para llevarlos a la escuela a los hijos para el almuerzo; que implica despertarse a una hora determinada e intercalar actividades de trabajo doméstico entre estas horas; y despertarse más temprano en temporada de cosecha porque el esposo se va a la milpa en la madrugada. Esto implica, como se documentó en otras familias, preparar el nixtamal en la noche anterior para ir al molino antes de las 6 o 7 de la mañana, dependiendo de la época del año. También se describió cómo el aprendizaje de estas tareas, ritmos y adaptaciones se aprendían desde la socialización temprana (Cano y Chávez, 2018).
Los alimentos provienen del aprovisionamiento. Las fuentes de bienes y servicios para para la satisfacción de necesidades son “la provisión de mercado, estatal, doméstica y comunal (…) estos cuatro tipos de procesos de aprovisionamiento están gobernados, respectivamente, por relaciones de intercambio de mercado, obligación familiar, derechos ciudadanos y reciprocidad” (Warde, 1992, citado por Narotzky, 2007:173).
En Puerto del Aire, las familias compran sus alimentos en alguna de las siete tiendas locales, ubicadas en el centro y los barrios del asentamiento; una de ellas, del sistema público de aprovisionamiento (tiendas Diconsa), la cual sirve también como buzón de correo de la localidad. Excepto por esta tienda, cuyos precios están regulados, en las otras tiendas se ofrecen mercancías con un precio superior al de las tiendas de autoservicio, el mercado popular y tiendas del centro en la ciudad de Matehuala, como se constató en el trabajo de campo de 2020 y 2021.
Compran sus alimentos, o los intercambian por sus productos, principalmente uno de los más distintivos de esta zona del país: los quesos de cabra (Montiel, 2019), a un comerciante de la región, que llega cada semana a los ranchos a vender frutas, verduras, carne de pollo y otros abarrotes. Se ha establecido una relación de familiaridad con este vendedor (a quien llaman por su nombre), quien tiene unos 20 años viniendo al ejido, pues les permite pagar en moneda o en especie. En todos los hogares de la muestra de 2021 dijeron conseguir sus alimentos a través del “camioncito”.
Se ha detectado en este ejido la existencia de redes domésticas de consumo, en las cuales varias familias unen sus recursos para consumir en común. En el caso documentado (autores 2), la red está formada por las familias de dos hermanos más la familia de su madre, quienes fueron a trabajar a Estados Unidos por unos meses. Esta red servía para el aprovisionamiento común de gas, agua y leña, y para comprar el “mandado” (la despensa) los sábados cuando llega el “camioncito”.
Estas son los medios formales de obtención de alimentos a través del mercado. Se añaden los vales de comida entregados por el sector público, los cuales pueden ser canjeados por alimentos en las tiendas correspondientes; las despensas que también el sector público local o federal entregan a través de sus programas sociales; y los recursos monetarios obtenidos a través de becas o pensiones, que son utilizados para la compra de alimentos en el mercado formal. En 34 hogares de la muestra de 2021 dijeron recibir una pensión; en 31 de ellos dijeron que la principal necesidad que satisfacen con este ingreso es la de alimentos.
La recolección es otra fuente para el abastecimiento de alimentos o remedios medicinales; como se ha documentado en esta región (Briones et al, 2020:88). La recolección de la flora del desierto se basa en el conocimiento de sus usos, el cual es transmitido inter generacionalmente por hombres y mujeres, a través de la práctica, en la preparación de alimentos o de remedios caseros, como han manifestado los hombres y mujeres entrevistados en la localidad, quienes refieren que aprendieron a conocer y usar las plantas, por parte de sus padres o familiares. Entre los males atendidos con estos remedios, los participantes de la encuesta mencionaron enfermedades de panza, cólicos, gastritis, estómago, diarrea, envarado, aire, tos, gripe, flemas, calentura, dolor de garganta y resfriado (sin mencionar las enfermedades graves o crónicas). Las hierbas que dijeron utilizar fueron la manzanilla, el istafiate, el orégano, la hierbabuena, la rosa de castilla, el laurel, la gobernadora.
En las actividades de abastecimiento de agua y de leña del trabajo doméstico y la alimentación de los animales del solar, los hombres tienen una mayor participación, como se puede ver en la tabla 3. Las tareas de aprovisionamiento de agua y leña son fuente de ingresos para algunos de los habitantes, a quienes se les paga por el abastecimiento.
Tabla 3. Abastecimiento de agua y leña y cuidado de animales del solar, porcentajes
va por agua |
va a la leña |
da de cenar a los animales |
los lleva al agua |
|
mujeres |
18 |
2 |
28 |
30 |
hombres |
42 |
80 |
40 |
62 |
adultos |
4 |
4 |
20 |
4 |
todos |
4 |
12 |
4 |
|
pagan |
36 |
10 |
Fuente: propia
De acuerdo a la encuesta, que 71% de las familias utilizan leña para cocinar; en 29% solo usan gas. En 69% de los hogares dijeron abastecerse del gas con la pipa que llega periódicamente al Ejido; en 18% de los hogares dijeron que también, o únicamente, se surten en Matehuala (lo que implica transportar el tanque a esta ciudad); y en 13% de los hogares dijeron no usarlo. “Ir a la leña” es la tarea de abastecimiento del principal energético para cocinar los alimentos, y la realizan principalmente los hombres; en 10% de los hogares pagan a alguien por hacerlo.
En los hogares de la muestra, dijeron tener los siguientes animales: de uno a cinco perros en 68%; de tres a cien aves de corral en 55%; de uno a tres burros en 43%; de uno a cuatro cerdos en 35%; de uno a 60 chivos en 29; de uno a tres caballos en 29%; y gatos en 25% de los hogares. En las respuestas de la encuesta, en 2 de tres hogares, son los hombres quienes llevan a los caballos o burros que hay en el solar, a abrevar al aguaje de la Chiripa, al sur del asentamiento. Alimentar o “dar de cenar” a los animales que hay en la unidad doméstica es una tarea en la que participan más miembros de la familia, además de los hombres en 40% de los hogares. En un caso en dar de cenar a los animales y en dos de llevarlos al aguaje, indicaron la participación de niñas; en el caso de los niños, se indicó su participación en tres casos para dar de cenar a los animales y en un caso para llevarlos al aguaje.
El abastecimiento de agua es una actividad esencial de la reproducción doméstica en este tipo de localidades donde no hay arroyos, pozos, ríos u otras fuentes superficiales o permanentes de agua. De acuerdo con la encuesta, en 48% de los hogares señalaron que la principal forma de abastecimiento de agua para consumo humano es el agua de lluvia recolectada en recipientes de diversos tamaños, generalmente de 200 litros, dispuestos debajo de los techos de las casas, con este fin. La segunda vía de acceso al agua es comprarla en la tienda (“garrafón”, 31%, recipientes de 20 litros).
En este ejido hay dos aguajes o estanques comunitarios, uno de los cuales, el “Algíber” (el otro es La Chiripa), provee de agua para consumo humano de la comunidad, a través de una llave o toma de agua comunitaria; esta es la tercera fuente de agua mencionada (“algíber”, 21%): ir por agua. A la llave comunitaria, de acuerdo con las observaciones registradas en el trabajo de campo, acuden las mujeres o los niños y niñas, con recipientes de 20 litros o menos, a pie o en burros o caballos. Al “algíber” acuden directamente a llenar recipientes que se cargan en animales o en grandes recipientes que se cargan en camionetas. Como se observa en la tabla 3, ir al algíber es una actividad que realizan principalmente los hombres (42%); sin embargo, en poco más de una tercera parte de los hogares (36%) dijeron pagar por traerla, servicio que prestan en la localidad quienes tienen camionetas. Como ya se ha identificado en un estudio sobre abastecimiento de agua realizado en una localidad similar (Cazares-Palacios, Valdés-García y De Arce, 2021:3), en la actividad de “ir al agua” las mujeres realizan esta tarea con medios más rudimentarios invirtiendo más tiempo y trabajo.
4. Trabajos de construcción y mantenimiento de la vivienda
De acuerdo con Ziccardi (2015), la habitabilidad de la vivienda está relacionada con sus características físicas, las formas de apropiación de sus espacios, su relación con el medio ambiente, y con “El nivel de satisfacción de las necesidades fisiológicas, psicológicas, sociales y culturales de los individuos que el espacio habitado provee” (p.38). Mostacero y Comerci (2019) destacan la vivienda como espacio y marco de este proceso social de reproducción humana, su configuración “manifiesta material y simbólicamente muchos elementos de la vida social y relacional de los sujetos” (Tomasi y Rivet, 2011, 3).
En la muestra recolectada a través de la encuesta de 2021, se observa que la construcción de la vivienda es una actividad que realizan los hombres (en 80% de los hogares); o, al igual que ir al agua o a la leña, por la que se paga (tabla 4).
Tabla 4. Actividades de construcción y mantenimiento, porcentajes.
limpia el solar |
hace reparaciones |
da mantenimiento al cerco |
hace los trabajos de construcción |
|
hombres |
22 |
82 |
80 |
80 |
mujeres |
44 |
12 |
8 |
|
adultos |
22 |
2 |
10 |
|
todos |
12 |
2 |
||
pagan |
4 |
20 |
Fuente: propia
Como se pudo constatar en el trabajo de campo de 2020 y 2021, la construcción, ampliación o reparaciones mayores de la vivienda, la realizan los hombres del hogar, en ocasiones con la ayuda de la red familiar o de vecinos y amigos (ver imagen 1).
Imagen 1. Reconstrucción de cuartos: la placa de cemento del techo.
Fuente: propia, 2020.
En la construcción del techo de los nuevos cuartos documentada en la imagen 1, ayudaron hombres de diferentes edades (adolescentes y adultos mayores); quienes tenían más conocimientos de la construcción dirigían las actividades. La familia del hogar hizo una comida para los vecinos y amigos solidarios y les dieron cervezas. De esta manera, estas muestras de solidaridad y reciprocidad forman parte de la reproducción social doméstica de las familias del ejido, conformando “también el espacio donde (…) se cultiva la filiación social, expresada y materializada, familiar y comunitaria, en el sentido de solidaridad.” (Cazares-Palacios, Valdés-García y De Arce, 2021:16). En este ejemplo documentado de ayuda de vecinos, amigos y familiares de la localidad en la construcción del techo, se advierte que la vivienda no solo se conforma de la estructura física, “sino además como resultante de un complejo proceso en el que confluyen factores sociales, económicos y técnicos condicionantes de su conformación y también de sus cambios” -Sacriste, 1968- (Mostacero y Comerci, 2019:5).
Si bien en ocho de cada diez hogares los hombres realizan las reparaciones domésticas y el mantenimiento del cerco del hogar, también participan otros miembros del hogar (ver tabla 4). Las viviendas en este tipo de localidades del semiárido mexicano norestense, tienen en promedio una superficie de 1,000 m2. Se conforman por la unidad habitacional; el lugar de la cocina y el fogón; los baños de fosa séptica (no hay sistema de drenaje público), y el solar, el espacio donde tienen plantas y animales. La mayoría de las casas tienen un cerco vivo hecho de los cactos llamados órganos (Pachycereus marginatus, Lemaireocereus marginatus, imagen 2).
Imagen 2. Cercos vivos.
Fuente: propia, 2021.
Estas características de la vivienda requieren la realización del mantenimiento del cerco y la limpieza periódica del solar; en esta última actividad, en 44% de los hogares son las mujeres las encargadas de hacerla; y es en la cual más participan otros miembros del hogar (Tabla 4). Como se expuso en las actividades del trabajo doméstico, estas características del hogar también propician las actividades de dar agua y de cenar a los animales. En la muestra recogida en 2021, en 94% de los hogares dijeron tener animales en su solar (cabras, caballos, cerdos, perros, gatos, aves de corral). Algunas familias dijeron tener hasta 60 cabras en el corral doméstico, otro espacio de los hogares que tienen cabras en su solar. Otro espacio en este tipo de viviendas rurales con solar, es el del jardín doméstico, en el que se incluyen plantas alimenticias, medicinales y de ornato, como nopales, sábilas, magueyes, duraznos, naranjos, limones, aguacate, bugambilias, higueras, mezquites, pinos, pirules, palmas, rosales, albahacar, hierbabuena, árnica, dalias, malvas, bugambilias, narcisos, tulipanes, sanpedros y maravillas, de acuerdo con las respuestas de la muestra.
Además de los corrales, el huerto o el jardín, otros espacios relevantes de este tipo de viviendas, que requieren el despliegue de acciones, interacciones y entendimientos, están relacionados a ciertas tareas de abastecimiento y trabajo doméstico: los depósitos para captar el agua de lluvia y para el agua que se trae del algíber; los espacios para secar, tratar o almacenar los alimentos recolectados o cosechados; los espacios para lavar y secar la ropa; el lugar para guardar implementos de trabajo; el área de descanso y reunión familiar debajo de un árbol (pirul o mezquite), los baños de letrina, el área para quemar la basura.
Se documentó a través del trabajo de campo cualitativo, que algunos programas sociales de los gobiernos locales aportan materiales de construcción para satisfacer necesidades de construcción y mejora de vivienda. También se detectó que algunas veces, estos beneficios llegan a los pobladores, gracias a las relaciones familiares que tienen con algunos funcionarios; o bien, debido a su afiliación y apoyo a algún partido político. La habitabilidad básica de la vivienda debe garantizar las condiciones para la realización de las actividades de la familia (Gazmuri, 2013); sin embargo, para esto también se requiere de la infraestructura pública mínima de servicios primarios, como los de agua potable, manejo de basura y transporte y comunicaciones; de los cuales se carecen en este y otros ejidos de esta región del país.
Con respecto a la subjetividad de los conocimientos de construcción, se ha observado en esta localidad, por el tiempo que algunos de los investigadores tienen trabajando (más de 10 años), el cambio en los materiales de construcción, pasando de la piedra, el adobe y el techo de tierra; al block, el cemento y el techo de lámina. El conocimiento del adobe como el material de construcción que mejor responde a las variaciones y excitaciones climáticas (Quiroa et al, 2020), es sustituido por el uso del block por ser un material más duradero.
En este sentido, se ha expuesto en otros trabajos (autores 2) cómo, gracias a la experiencia laboral migratoria, quienes regresan traen consigo conocimientos y habilidades para la construcción, desarrollados en su estancia en la ciudad, trabajando en el sector de la construcción; o bien, los recursos monetarios para pagar a alguien por la construcción de la vivienda, con materiales duraderos como el block o el techo de cemento.
Conclusión
La reproducción social doméstica es una cuestión compleja, porque en ella se involucran las acciones de las organizaciones de las estructuras sociales y de otros procesos de reproducción social de las familias, como muestran los resultados en cada uno de los grupos de actividades abordadas.
En el ámbito de los cuidados de la salud y la educación, la principal estructura social de referencia es el Estado, a través de las políticas correspondientes, las más sólidas y vertebrales entre las políticas sociales y de bienestar social. En el caso de esta localidad, en el contexto de pandemia (2020-2022) en el que se recolectó la información, se documentaron algunas acciones que muestran diferentes aspectos del papel del Estado. Por un lado, las familias dijeron contar con diversas becas del gobierno federal (para estudiantes, adultos mayores, personas discapacitadas), que contribuyen a atender la falta de ingresos. Dadas las características de marginación y pobreza de ingresos de esta región ixtlera, problemáticas insoslayables del bienestar social, el gobierno federal debería considerar extender una acción similar a su programa Sembrando Vida a esta región del país.
Por otro lado, en el ámbito específico de provisión de bienes y servicios de salud y educación, su papel fue nulo, insuficiente y omiso, representado particularmente por la ausencia de un año y medio de un médico en el puesto local de salud asistencial (lo que agudizó el problema de la pobreza de ingresos), y por la falta de conectividad (telefónica y de internet) y ayuda escolar para los estudiantes de nivel básico. Además, se identificaron situaciones de conflicto entre los funcionarios de salud y educación con los padres de familia, introduciéndose así este elemento a esta dimensión de la reproducción social familiar.
Bajo estas condiciones, las mujeres sostienen la reproducción doméstica en salud y educación. A pesar de las dificultades que propicia el nivel bajo de escolaridad, las mujeres buscan satisfacer las necesidades de conectividad, ayuda extraescolar y acceso a la información de sus hijos. Como en el caso de la alimentación y la vivienda, recurren a redes domésticas para el cuidado de la salud y la educación. En materia de salud, han recurrido a los conocimientos tradicionales de remedios, cuidados y plantas. La falta de comunicaciones y transporte, agudiza la compleja problemática del acceso a bienes y servicios de salud y educativos.
En el ámbito de las actividades del trabajo doméstico y abastecimiento, el problema para acceder al agua limpia y a alimentos saludables se refleja en las precarias condiciones de las escasas fuentes de abastecimiento. En la preparación del alimento básico de la dieta de las familias, la tortilla de maíz; y en el abastecimiento de agua, hay actividades en donde participan otros miembros de la familia, además de la participación mayoritaria de las mujeres. Sin embargo, el abastecimiento de leña como principal fuente de energía usada en los hogares, es una actividad que realizan principalmente los hombres. En el caso del agua y la leña, su abastecimiento son de las actividades de reproducción doméstica mercadizables, es una fuente de ingresos para algunas familias que se dedican a ofrecer estos servicios.
En el caso de la construcción, autoconstrucción y reparación de la vivienda, también es otra actividad mercadizable, y sus actividades las realizan los hombres, en edad de trabajar. Las necesidades en esta dimensión del bienestar y la reproducción doméstica se satisfacen a través de una red doméstica y vecinal de ayuda mutua. Sin embargo, en el balance general de actividades de reproducción doméstica, éstas recaen principalmente en las mujeres de los hogares y en las redes familiares y vecinales.
La reproducción doméstica está entrelazada con otras formas de reproducción de las familias, que no se abordan en este artículo; como en el caso del integrante de la familia que aprovecha para “ir a la leña”, cuando va a retirar las arvenses de las milpas; o el del pastor que, al “irse con las chivas”, aprovecha el trayecto para recolectar frutos y flores de temporada para el aprovisionamiento de alimentos del hogar. Por otro lado, se ha detectado que la red vecinal para la alimentación en la reproducción doméstica, se activa o se une a otras redes, en eventos de la reproducción política o cultural de las familias, como en el caso del apoyo a candidatos de un partido político asociado a la red o en la alimentación de los visitantes de otras comunidades durante las fiestas patronales del ejido.
A pesar de los cambios que se han dado en esos últimos cinco años en la orientación de las políticas sociales, la inercia y efectos del modelo neoliberal han hecho huellas profundas en las condiciones del bienestar social de este tipo de comunidades de la zona ixtlera del Desierto Chihuahuense. Las mujeres y la solidaridad comunitaria sostienen la satisfacción de las necesidades básicas en los hogares, en un contexto donde el Estado y el Mercado se muestran insuficientes e indiferentes ante las condiciones precarias de bienestar presentes y la crónica situación de pobreza y marginación que viven los habitantes de las pequeñas localidades aisladas y dispersas de la zona ixtlera del Desierto Chihuahuense.
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