Volumen 32 Nº 4 (octubre/diciembre) 2023, pp.10-14

ISSN 1315-0006. Depósito legal pp 199202zu44

DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.10107342

PRESENTACIÓN

Este Dossier, titulado: “Frontera Venezuela-Brasil: Desarrollo socioeconómico, ambiental, cultural e institucional”, ofrece a los lectores de la revista ESPACIO ABIERTO un análisis integral y multifacético de las complejas dinámicas que caracterizan ese territorio suramericano.

Tales fronteras cuentan con una inmensa biodiversidad que, aunque profusa y exuberante, enfrenta actualmente una aterradora y progresiva erosión de su tejido social –vale decir, integralmente en la ecología–, provocada por prácticas insostenibles como la deforestación, la tala y la minería ilícita, además de la expansión de una actividad (agro)ganadera de naturaleza depredadora. Desde un punto de vista socioeconómico, la frontera se configura como un escenario paradójico de intensa actividad de capital –conocido como mercado, por algunos–, pero también de pobreza y profundas desigualdades sociales que afectan a las comunidades locales.

En este contexto, tanto en Brasil como en Venezuela, la alta incidencia del desempleo y la pobreza han jugado un papel importante en la exacerbación de diversas formas de segregación social; que incluyen, entre otras: discriminación racial, de género, por edad, cultural e incluso ambiental. En la realidad terca de los hechos, la desigualdad social en estos dos países parece ser un problema estructural, profundamente arraigado en su historia socioeconómica y tiene sus orígenes vinculados a la abolición de la esclavitud, que no fue seguida adecuadamente por una reforma agraria justa y equitativa, ni por inversiones sustanciales en educación.

De hecho, la lucha contra la desigualdad social y la pobreza constituye un elemento fundamental en la agenda de cualquier administración gubernamental comprometida con la dignidad humana y el bienestar social de sus ciudadanos. Es evidente que el desarrollo de una nación debe perseguirse de manera permanente e incesante, incluso en las regiones fronterizas. Aún más importante es cuando este desarrollo va de la mano de una amplia (re)distribución del ingreso y una necesaria mitigación de la pobreza y el desempleo en todas las estratificaciones sociales.

En términos históricos y culturales, las fronteras de la Amazonía brasileña y la Amazonía venezolana nunca han sido ni serán vistas como regiones homogéneas, contrariamente a lo que algunos podrían suponer inicialmente. La diversidad económica, social, ambiental y, especialmente, cultural es, en la práctica, el rasgo más característico de estas “regiones-continentes”, predominantemente el del territorio brasileño.

Sin duda, la concepción de la Amazonía como entidad singular se contrasta con la existencia, en la práctica, de muchas “Amazonas”, ya sean delimitadas por criterios ecológicos, geográficos, socioeconómicos, institucionales o culturales, manifestados a través de múltiples criterios para su caracterización.

En el contexto ambiental, sin embargo, las fronteras de Venezuela y Brasil cuentan con una biodiversidad que, aunque abundante, ha enfrentado una peligrosa degradación impulsada principalmente por el avance de la frontera (agro)ganadera, que incluye prácticas como la deforestación, los monocultivos y la agricultura intensiva y uso cada vez más insostenible de los recursos naturales, comprometiendo así la sostenibilidad y la resiliencia de los ecosistemas locales.

Así, desde el punto de vista cultural, la frontera representa un depósito de pluralidad étnico-cultural, amalgamando influencias indígenas, quilombolas, ribereñas, entre otros grupos que integran las comunidades de la selva amazónica y que se vinculan a un tejido social intrínsecamente entrelazado, tanto en Brasil como en Venezuela. Salvaguardar este legado cultural se convierte en un vector estratégico en la configuración de modelos de gobernanza ambiental y participación social para ambos países que desean un desarrollo anclado en la sostenibilidad.

En términos institucionales, las regiones fronterizas de Brasil y Venezuela, especialmente aquellas en la Amazonía, presentan desafíos de gobernanza únicos, incluida la necesidad de coordinación entre diferentes niveles de gobierno y la participación de múltiples actores sociales, desde organizaciones no gubernamentales hasta grupos indígenas y comunidades locales.

Esto resalta un hallazgo: el Dossier, publicado en esta edición de la revista ESPACIO ABIERTO, trasciende su función original como mera colección de artículos sobre la(s) frontera(s) de Brasil y Venezuela. En la práctica, sirvió como una especie de vector epistemológico para ayudar a promover políticas públicas e intervenciones sociales ancladas en una visión holística e interdisciplinaria, además de ofrecer un apoyo crítico para entender la frontera como una categoría histórica. Pies el escenario plantea importantes desafíos institucionales que exigen enfoques innovadores en la gestión ambiental, que puedan garantizar el uso verdaderamente sostenible de los recursos naturales en la(s) frontera(s). Dichos enfoques deben abarcar la creación de políticas públicas sólidas, la mejora de la gobernanza a escala local, regional y nacional, así como la adopción de modelos económicos que puedan conciliar los incentivos del mercado con los objetivos de un desarrollo que no sólo sea sostenible, sino también socialmente sostenible, justo y económicamente viable.

Está claro, por tanto, que la elección temática conlleva su propia legitimidad y está justificada en sí misma. Las fronteras de Venezuela y Brasil emergen como un epicentro crítico para la intersección de relaciones interculturales, siendo el escenario de una diversa gama de desafíos que van desde esferas político-sociales hasta complejas implicaciones económicas y ambientales. Descifrar y comprender la dinámica de estas fronteras representa el primer paso en la búsqueda de soluciones que puedan beneficiar a las personas que viven allí. En este contexto, es crucial entender la frontera como una categoría histórica en constante proceso de evolución, sujeta a transformaciones históricas de carácter social, económico, ambiental, cultural e institucional.

Definitivamente, este constituye el aporte más importante que este Dossier pudo ofrecer al público lector de la revista ESPACIO ABIERTO, a través de los contenidos presentados en sus respectivos artículos. Es importante resaltar que estos textos, escritos por un grupo de investigadores brasileños y venezolanos, provenientes de las más variadas formaciones académicas, universidades y campos de actividad, se distinguieron por haber brindado un análisis único y detallado del tema fronterizo; todo ello debidamente apoyado en una indiscutible interdisciplinariedad. Quizás por ello, el adjetivo “hiperbólico”, usado en el sentido de exagerado, sea apropiado para describir con precisión y en diferentes aspectos los sorprendentes resultados que se revelarán en los estudios y observaciones presentados en este Dossier de la revista ESPACIO ABIERTO.

Esta importancia se vuelve aún más evidente al observar la dinámica específica y manifiesta del proceso de “avance de fronteras” que está vigente, aún hoy, en la Amazonía brasileña y la Amazonía venezolana. Por tanto, “frontera” es el término que debe aplicarse a regiones cuyas condiciones sociales, económicas y culturales resultan de la aplicación de las más antiguas instituciones y de las más variadas ideas para transformar el uso y la influencia de tierras que aún no han sido ocupadas, o es decir, terreno libre para su ocupación.

En este escenario, el acceso a la propiedad de la tierra representa la “llave” que de repente abre un universo de posibilidades, dando lugar a actividades innovadoras, alternativas de desarrollo diversificadas (sostenibles), instituciones emergentes y conceptos revolucionarios que cobran existencia real, incluido el conocimiento sobre nuevas formas de ampliar la frontera. Tanto en Brasil como en Venezuela, el proceso de ocupación territorial de zonas fronterizas no se materializó –y continúa sin materializarse– únicamente a través de la presencia de pequeños productores agrícolas organizados en unidades de producción familiar. Más bien, este proceso ha sido impulsado por una compleja mezcolanza que involucra a diferentes estratos sociales, compuestos tanto por pequeños productores asentados en estructuras familiares como por empresarios agrícolas de diferentes escalas, que abarcan a pequeños, medianos y grandes propietarios rurales. Además de los especuladores inmobiliarios y los inversores capitalistas, así como los individuos sin medios de producción propios, forman parte de este complejo tejido social. Todos confluyen en la frontera con diferentes propósitos: ya sea establecer una propiedad, promover actividades productivas, invertir con fines especulativos o simplemente establecer una forma de vida sustentada en la dinámica socioeconómica de la región fronteriza.

Esta dinámica se vuelve particularmente alarmante cuando se la examina desde un punto de vista institucional, ya que la frontera es también a menudo el lugar del incumplimiento de las leyes en el ámbito de una sociedad civil organizada y democrática. En otras palabras, ésta es un área donde el aparato normativo y coercitivo de las instituciones y organizaciones del Estado está ausente; que cuando existen, están convenientemente subordinadas a los intereses de una oligarquía agraria y las elites económicas de la región, actuando como representantes de los intereses capitalistas –algo que algunos a menudo simplifican inapropiadamente al referirse a ello como “el mercado”-.

De hecho, la mayoría de las veces, los procesos económicos determinan la forma en que los intereses privados se manifiestan en la búsqueda de riqueza, lucro y apropiación de los recursos naturales. Sin embargo, aunque la frontera es a menudo el lugar por excelencia de tierras y propiedades privadas aparentemente ilimitadas, la idea de riqueza y abundancia para todos -ya sea en Venezuela o Brasil- se ha vuelto difícil para la gran mayoría de la población, especialmente para segmentos socialmente desfavorecidos y económicamente vulnerables. En el caso de Brasil, es imperativo reconocer que hoy la frontera constituye una Institución intrínseca a la configuración del Estado brasileño. Este fenómeno se remonta a la época de la dictadura militar, período en el que se estableció la “Operación Amazonia”, que resultó en la creación de la Amazonía Legal y el establecimiento de un aparato legislativo proveniente de instituciones como el Banco da Amazônia S.A. (BASA). , de la Superintendencia de Desarrollo de la Amazonía (SUDAM) y, en momentos posteriores, del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA). Tales mecanismos fueron decisivos para la metamorfosis de la región en frontera económica y escenario principal de conflictos agrarios en territorio brasileño.

En el caso de Venezuela, la frontera también tiene un papel institucional significativo, aunque el contexto es diferente al de Brasil. El Estado venezolano ha enfrentado desafíos de gobernabilidad, tanto internamente como en sus relaciones con los países vecinos, que han tenido diferentes impactos en las regiones fronterizas. Venezuela, a diferencia de Brasil, no tuvo un proyecto específico como la “Operación Amazonía”, pero sus regiones fronterizas han sido escenario de políticas estatales encaminadas a la explotación de recursos naturales, especialmente petróleo y minerales.

Cabe señalar que Venezuela ha venido enfrentando, en los últimos años, una crisis de contornos políticos y socioeconómicos sumamente complejos, cuyos efectos han impactado de manera profunda sus fronteras, convirtiéndolas en lugares de tensiones políticas y sociales, flujos migratorios desordenados y actividades ilícitas, como el contrabando y la explotación ilegal de recursos minerales y madereros.

Al igual que en la Amazonía brasileña, el tema del uso y propiedad de la tierra es crucial en la Amazonía venezolana, al constituir zonas fronterizas con gran potencial para la explotación de recursos naturales. Sin embargo, el escenario se ve agravado por la inestabilidad política e institucional que ha caracterizado la frontera venezolana en los últimos años, convirtiéndola en “escenario” de una dinámica compleja de conflictos y desafíos sociales.

Lo que se puede observar es que los mecanismos de acumulación capitalista han delineado formas particulares y establecido especificidades intrínsecas a la infraestructura socioeconómica de las fronteras de Venezuela y Brasil, resaltando así su carácter histórico. Esto muestra la necesidad de entender la frontera no sólo como un espacio geográfico, sino como una manifestación concreta de las relaciones sociales de producción capitalista, donde las contradicciones de clase se intensifican y donde la lucha por el control de los medios de producción se vuelve constante.

La realidad aludida se materializa cuando la estructura social en la(s) frontera(s) está predominantemente subordinada e influenciada por los preceptos inherentes a la lógica de la acumulación capitalista. Este impacto se ha manifestado de manera integral, afectando diversos ámbitos como el socioeconómico, cultural, institucional, y ejerciendo una influencia crucial sobre el medio ambiente y la gestión de sus recursos naturales. Sin embargo, aún con tantas adversidades durante la formación histórica de la frontera entre Brasil y Venezuela, se puede decir que el fortalecimiento de los modelos de gobernanza, la lucha por mejores condiciones de vida, el derecho a la propiedad de la tierra y el uso sostenible de los recursos naturales representan importantes logros para los pueblos originarios y otras comunidades fronterizas en estas regiones.

A pesar de los innumerables desafíos enfrentados a lo largo del proceso histórico de formación de las fronteras de Brasil y Venezuela, es irrefutable que se lograron ciertos avances de considerable magnitud. La promoción efectiva de prácticas de buena gobernanza, el compromiso con el mejoramiento de las condiciones de vida, el establecimiento de derechos sobre la tierra y la incorporación de estrategias sustentables para el uso de los recursos naturales representan logros importantes para los pueblos originarios, las clases trabajadoras, así como otros grupos sociales que habitan estas zonas fronterizas, sino que también señalan un camino hacia la construcción de una convivencia más justa, equilibrada y sostenible.

La publicación de este Dossier no sólo es un asunto de actualidad -además de pertinente-, sino también un aporte académico indispensable. Ofrece una serie de análisis y reflexiones críticas, cruciales para comprender la complejidad de las fronteras de Brasil y Venezuela, evitando conjeturas infundadas o inferencias sesgadas. En este sentido, representa un hito sumamente importante para los debates interdisciplinarios y una lectura imprescindible para todos aquellos comprometidos con la búsqueda de soluciones equitativas y sostenibles a los desafíos contemporáneos que tenemos por delante. Se destaca como una fuente de conocimientos profundos y valiosas ideas, que contribuyen significativamente al enriquecimiento de la literatura académico-científica y a la comprensión profunda de las cuestiones fronterizas.

Finalmente, deseo a todos una excelente lectura, con la esperanza de que las reflexiones aquí presentadas puedan inspirar nuevas ideas y fomentar un diálogo no sólo constructivo, crítico y transformador, sino también alineado con los supuestos básicos de la sostenibilidad en las fronteras de las Amazonas.

André Cutrim Carvalho

Universidade Federal do Pará. Belém, Brasil

E-mail: andrecc83@gmail.com

ORCID: 0000-0002-0936-9424