Volumen 32 Nº 3 (julio-septiembre) 2023, pp. 193-197

ISSN 1315-0006. Depósito legal pp 199202zu44

DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.8276742

IGREJA, Rebecca Lemos, HOFFMANN, Odile y RODRIGUES PINTO, Simone (2019). Hacer ciencias sociales desde América latina: desafíos y experiencias de investigación. FLACSO. Brasília, Pp. 283

Hacer ciencias sociales desde América Latina: desafíos y experiencias de investigación es un libro urgente que surge en un contexto mundial en el que observamos una crítica creciente a la producción científica y a la autonomía de la enseñanza y de las universidades. Esta crítica no es nueva y ha sido parte del ejercicio académico desde su nacimiento. Es necesario, para los y las investigadores y pensadores, reconstruir nuestra legitimidad a diario, en diálogo constante con sectores de la sociedad civil que no siempre comparten nuestras maneras de producir conocimiento. Pero en años y meses recientes esta crítica se ha agudizado, principalmente por parte de actores portadores de pensamientos conservadores, autoritarios y discriminatorios, muchas veces vinculados a intereses de mercado insertos en la economía capitalista mundial. Esas posiciones afectan de manera especial a América Latina, región que históricamente ha sido colocada en la periferia del conocimiento científico mundial, aunque también haya sido la cuna de interpretaciones novedosas y reconocidas internacionalmente en ciencias sociales (entendidas en el sentido amplio de ciencias antropológica, sociológica, política, humanidades, economía, etc.). Los posicionamientos conservadores han ganado apoyo de las élites locales latinoamericanas que, basadas en pensamientos eurocéntricos, desprecian a la producción científica de su propia región, privilegiando la absorción del conocimiento producido “en el norte”.

El libro busca cuestionar esta doble estigmatización que hoy pesa sobre las ciencias sociales latinoamericanas: por ser ciencia social, por ser originada y ejercida en el Sur. Con tal fin, traemos contribuciones de investigadores que reflexionan sobre el propio que hacer de las ciencias sociales latinoamericanas y caribeñas, y sus diálogos con investigaciones (programas, instituciones, propuestas) e investiga ores (en tanto subjetividades propias) de otros continentes. Tiene como fundamento personas portadores de las discusiones que fueron promovidas en el ámbito de tres Seminarios del Grupo de Estudos Comparados México, Caribe, América Central e Brasil – MeCACB, dos de ellos coorganizados con el Laboratoire Mixte International MESO: Mobilités, gouvernance et ressources dans le bassin méso-américain, que tuvieron lugar en Brasília entre 2016 y 2018. Estos encuentros tenían como objetivo promover, a través del diálogo entre representantes de diferentes instituciones académicas y de proyectos de investigación internacionales, un análisis amplio sobre el quehacer investigativo en ciencias sociales en la región centroamericana y caribeña, incluyendo México, desde una perspectiva interdisciplinaria y en diálogo con las investigaciones brasileñas. Aunque el foco de los seminarios fueron las experiencias de Brasil, México, Centroamérica y el Caribe, creemos que se extrapolaron sus peculiaridades nacionales para una comprensión de las ciencias sociales latinoamericanas como un todo. La Centroamérica y el Caribe fueron el punto de partida para nuestro objetivo mayor de debatir la situación periférica de las ciencias sociales latinoamericanas y su inserción en el campo de producción de conocimiento mundial.

Es importante resaltar que desde el primer seminario que se organizó en 2016, la ambición fue de construir una plataforma amplia de conocimientos y discusiones, eventualmente polémicas, a la que contribuirían actores académicos, de la sociedad civil y estudiantes. En este sentido, busca intercambios más allá de cada evento.

En el primer seminario, los temas que parecieron más idóneos para interrogar las posiciones y las posibles ambiciones de las ciencias sociales en América latina, en particular tratándose de América central y Caribe, fueron cuatro.

Se inicia por proponer una discusión acerca de la región centroamericana y caribeña en cuanto a su definición, delimitación y los temas prioritarios de las ciencias sociales: ¿Cómo denominamos la región, cómo la definimos, cuáles son los problemas e intereses de esas definiciones, para quién y por qué es importante definirla y delimitarla? ¿Quién discute temas en relación a la región, cuáles son las perspectivas de estudios? ¿Cómo nuestras investigaciones se encuadran en esos temas? ¿Cómo podemos contribuir para renovar la propia idea de desarrollo, cooperación y diálogo en, y con estos países?

El segundo tema buscaba precisar el lugar de América Central y del Caribe en la academia internacional. ¿Cuál es el lugar de Centroamérica y el Caribe en el mundo académico latinoamericano y en los países dominantes? ¿Podemos destacar procesos de imperialismos y sub-imperalismos académicos que impactan directamente en la consideración de la región? ¿Cómo funcionan y cómo se piensan las actividades académicas en esos países? ¿Cómo se perciben sus relaciones con las academias extranjeras y en general con las esferas académicas globales? ¿Cómo la región es tratada y percibida en los demás países, a partir de qué perspectivas políticas, económicas y geopolíticas? ¿A quién interesa y quién se beneficia del conocimiento producido sobre la región?

¿Cuáles son los espacios posibles de diálogo entre las producciones académicas de la región? En una tercera línea de reflexión, exploramos más concretamente las Posibilidades, limitaciones y condiciones generales de investigación. ¿Quién hace investigación en la región, quién financia los programas, centros de estudio, instituciones nacionales y extranjeras, privadas y públicas? Abordando temas prácticos y fundamentales de las ciencias sociales, nos preguntamos: ¿Cómo apoyar y estimular investigaciones de los discursos de postgrado sobre la región? ¿Cuáles son las posibilidades y limitaciones de realizar investigaciones en la región, involucrando a académicos y estudiantes oriundos de ella, en el sentido de estructura de apoyo, financiamiento, estructura académica, libertad de producción? ¿Cómo hacer investigación en países debilitados? ¿Cómo y por qué hacer investigación en países extranjeros? ¿Qué nos dicen las experiencias de otros laboratorios de investigación de otros países?

Por fin, en forma de conclusiones generales y como apertura hacia el futuro, hay la preocupación por presentar y discutir algunas propuestas de docencia. Esta actividad fue de fundamental importancia para que los participantes pudieran posicionar algunos proyectos nacionales y regionales en un escenario más global, que integre a los investigadores de América latina y de fuera de la “gran región”.

Como se puede imaginar, los talleres rindieron horas de discusión y serán material para otra publicación en preparación. Los relatos de cada sesión trajeron contribuciones importantes sobre lo que hacemos como científicos sociales y sobre el papel de las ciencias sociales en la comprensión de los problemas regionales. Constituyeron una base fecunda para discusiones en varios cursos posteriores, y alimentaron otros encuentros con estudiantes y participantes internacionales. De alguna forma, fueron los cimientos a partir de los cuales se construyó una importante red de colaboración y de reflexión científica que en el 2018 culminaron en la creación del Colegio Latinoamericano de Estudios Mundiales, ligado a FLACSO Brasil.

El segundo seminario, al año siguiente, fue dedicado a los ámbitos académicos caribeños, proponiendo el mismo abanico de preguntas y temas (Rodrigues Pinto e Igreja, 2018). De la misma forma que el anterior, este seminario trajo un rico panorama sobre el Caribe y su importancia en la producción global de conocimiento científico, remarcando el hecho que los intelectuales caribeños están ganando espacio en muchos de los debates actuales en las academias norteamericanas. Se hizo énfasis en que esta contribución del Caribe no es reciente –aunque carezca todavía de reconocimiento, lo que constituye un tema de reflexión permanentemente reactualizada entre los y las académicas de la región. Se insistió en que no se reduce a un intercambio desigual “con el Norte” sino que se inserta en circuitos amplios de conocimientos y propuestas intelectuales a nivel internacional, por lo menos desde principios del siglo XX y probablemente desde antes.

Un tercer seminario fue realizado con base en las experiencias anteriores, pero con un enfoque específico en el tema de “Internacionalizar las ciencias sociales desde, en y con América Central y el Caribe”. Pensando en que, históricamente, la internacionalización de las ciencias sociales es una preocupación de los campos hegemónicos, de preguntó ¿Cómo posicionarse y cómo abordarla desde espacios que han sido construidos de forma fragmentada, múltiple, lejos de los marcos hegemónicos? ¿Es posible re-inventarla desde otros escenarios de pensamiento y de práctica? ¿Es pertinente trabajar una nueva agenda que conciba la internacionalización desde las periferias, asumiendo la osadía de y desde nuestras referencias teóricas y metodológicas para producir análisis sobre el campo hegemónico?

Para debatir este tema, se invitó a los colegas a exponer cómo se hacen nuestras investigaciones, incluyendo dudas y propuestas, a partir de temáticas que eran múltiples pues incluían ámbitos como la justicia, las relaciones étnico-raciales, el desarrollo y la geopolítica, entre otros. Se invitó a reflexionar sobre el cómo y para qué hacer las ciencias sociales y el rol del científico social, sea en la academia, sea en relación a la esfera social o política y del activismo. Se mantuvo el interés en dar visibilidad a la región, estructurar una comunidad de investigadores internacionales y constituir alternativas para pensar la producción de conocimiento propio, “del Sur global en diálogo con el Norte”.

A partir de estos planteamientos y de la coyuntura actual, las discusiones se abrieron para pensar la institucionalidad de las ciencias sociales desde nuestro cotidiano: ¿Qué hacer, además de evidenciar y denunciar, frente a los programas de productividad académica elaborados e impuestos por las instituciones que ponen las ciencias sociales en camisolas de fuerza? Es importante analizar y denunciar los mecanismos de vigilancia y control del qué hacer intelectual y académico, que pasa no solamente por censuras, sino igualmente por nuevas formas de control llevadas en nombre de la “transparencia” y de buen “uso” del dinero público. La burocratización, si utilizamos ese concepto, puede llevar a una convivencia entre el establishment y los investigadores, apuntando hacia una reproducción por la propia academia del sistema neoliberal que denuncia por sus impactos directos en las universidades.

También estuvo presente en los debates, la preocupación acerca del rol del científico social en la política y el activismo. Varias presentaciones abordaron ese tema, trayendo conjuntamente una discusión metodológica, o sea, no solamente es importante hablar de nuestro compromiso como científicos sociales, sino también de precisar cómo en nuestro hacer, en la metodología que utilizamos, reflejamos ese compromiso. La metodología se vuelve central en esa discusión, así como el planteamiento teórico que precise los posicionamientos de cada quien, investigadores y actores, en la producción de sentido y conocimiento.

A lo largo de las exposiciones y discusiones, se reconocieron las situaciones de eurocentrismos y de la colonialidad del saber presentes en la academia, y se hizo énfasis en que el conocimiento propio latinoamericano no puede reducirse a propuestas teóricas de universitarios “globales”, tanto del norte como del sur. El conocimiento propio latinoamericano se sostiene en bases empíricas documentadas, es heredero de perspectivas históricas y críticas que, nacidas en América Latina en determinadas circunstancias económicas y políticas, se impusieron a nivel internacional para renovar nuestro entendimiento del mundo en cuestiones fundamentales.

No podemos alejarnos del campo empírico ni olvidar la producción intelectual históricamente construida en la región. Es fundamental deconstruir grandes marcos teóricos que se vuelven dominantes y hegemónicos (aunque sea en la denunciación de las hegemonías) y opacan otras formas de interpretación y de análisis más adaptadas a nuestras situaciones. Todos los y las colegas reconocieron la importancia de recuperar un pensamiento histórico existente y de producir mayor diálogo entre las diferentes perspectivas de pensamiento.

Así, la idea inicial del “diálogo” entre perspectivas se amplió; ahora busca recuperar el pensamiento latinoamericano y caribeño, conocer sus fuentes históricas para así proyectarse y debatir con el pensamiento más contemporáneo, sea del Sur o del Norte (ambos globales), acerca de un nuevo papel de las ciencias sociales, como desarrolla el capítulo de Igreja e Rodrigues Pinto.

En los días de trabajo de los tres encuentros, se logró transformar los espacios de “Seminario Internacional” en un gran taller de discusión en el que fueron varios los desacuerdos -qué bueno!- sin alterar el potencial de intercambio. Los debates se dieron en mesas redondas, talleres temáticos y sesiones de discusión que buscaban convocar a colegas y estudiantes. La forma es importante. Si todos los espacios contaban con la presencia de más o menos 20 colegas “seniors” originarios de varios países, todos los asistentes tenían la palabra y se dieron intercambios más “calificados” – más calidad de escucha y respeto al otro-de lo que habitualmente logramos en espacios de docencia o incluso seminarios y coloquios. Creemos que esto se debió en gran parte a que las contribuciones se hicieron sobre la base de las experiencias de trabajo de cada uno de los investigadores invitados, de su reflexión sobre las categorías, los conceptos, las metodologías que utilizaban para pensar alternativas y posibilidades de ser pensar problemáticas más amplias, globales. Es necesario recuperar la capacidad –y las ganas- de diálogo a partir de las experiencias, y abrir espacio para no solo emitir sino recibir la crítica del “otro”, especialmente de aquellos que son nuestros sujetos de estudio.

En “los encuentros de Brasilia”, se constituyó un espacio/tiempo adecuado para la exposición serena de las propuestas, tratando de poner en práctica lo que imaginamos en términos de una investigación basada en libertad, exigencia, generosidad. Los y las estudiantes fueron muy puntuales en subrayar –y valorar-esta dimensión de los encuentros. Ese libro presenta un primer paso de reflexión resultante de estos encuentros, una publicación inicial enfocada en las experiencias de investigación de varios participantes, algunos experimentados investigadores y muchos posgraduandos en formación. Esta formación ecléctica del seminario permitió discutir dimensiones de investigación poco exploradas, al menos en la academia brasileña. Además de las diferentes formaciones y experiencias de los participantes, desde sus diversos “lugares de habla”, el formato de inmersión de los seminarios impulsó una convivencia constante y un diálogo extremadamente rico que logró articular una diversidad académica, personal, institucional, cultural y lingüística.

Jenifer Geruza Moraes de Paula

FLACSO. Brasil