Volumen 32 Nº 3 (julio-septiembre) 2023, pp. 190-192

ISSN 1315-0006. Depósito legal pp 199202zu44

DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.8276735

BROWN, Wendy; CONNOLLY, William E.; CAVARERO, Adriana; TULLY, James y FREEDEN, Michael (2022). Teoría política. Definición de un campo. Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad, Córdoba. 245 pp.

Teoría política. Definición de un campo es un libro integrado por la traducción al español de 5 textos que no fueron escritos de manera explícita para conformarlo. Pese a esto, merece el nombre de obra colectiva en virtud de que la confluencia de perspectivas responde a una preocupación común: la definición del campo de la teoría política.

Sin embargo, ¿existe tal cosa como una definición del campo de la teoría política y de su “objeto” constituyente, la política? Los textos incluidos, desde el Prefacio hasta el capítulo final, parecen apuntar a que no es posible formular dicha definición, o al menos no de forma definitiva. Este hecho, que aparentemente sería una contradicción, analizado detenidamente resulta ser una novedosa aportación teórica que enfatiza en la imposibilidad de pensar en una definición estabilizada de la política.

Se busca, por tanto, posibilitar la conceptualización del campo de la teoría política mediante la problematización radical de la política, y no tanto por el establecimiento de una noción teórica estabilizada. De ahí que el libro no sea introductorio al tema, ni una especie de manual pues, aunque se compilan “textos fundamentales para ingresar al campo de la teoría política” (p. 11), su agrupación no busca conformar una visión integral de la pluralidad de disputas, conflictos y discusiones en torno al campo de estudio. En cambio, se hace ver que aquella diversidad de disputas, conflictos y discusiones son elementos constitutivos e inerradicables del campo de la teoría política, lo que vuelve inestables los límites que lo demarcan.

En este sentido, más que una esquematización o síntesis, el libro propone una forma muy precisa de interpretación del campo de la teoría política: como divergente, pues alberga una diversidad teórica, metodológica, temática y filosófica que no genera modos comunes de desarrollo; como inestable, pues los límites de demarcación de la teoría política son precarios y movibles; como un campo con una estructura circular, pues la definición de teoría política es política en sí misma.

Asimismo, se problematiza algo que habitualmente se presenta como obvio; el sintagma “teoría política” conformado por tres partes: teoría, política y los modos de vincularlas. Los textos reunidos parten, a su modo, de las preguntas ¿qué significa “política”?, ¿qué significa “teoría”? y ¿qué vínculo se establece entre lo teórico y la política? Como consecuencia, el libro busca dar cuentas de un modo de teorizar la política que sea una politización de la teoría. Es decir, se pretende formular una teoría política que aprehenda la contingencia de la política más que sus constantes y generalidades.

Por otro lado, los textos confluyen en el hecho de establecer que no hay como tal un objeto denominado política. O, mejor dicho, no habría un fundamento último de la política, con lo que su definición ideal y universal es imposible. El campo de la teoría política sería, por tanto, un campo sin objeto. Esto implica que la teoría política no procede de manera objetual, sino de manera procesual.

Pese a todo esto, la distinción entre la política y lo político no ocupa un lugar central en las discusiones de los diversos textos como podría suponerse. De esta forma, se problematiza la política desde la política en sí misma sin tomar como centro las distinciones filosóficas entre lo óntico y lo ontológico del fenómeno político, que en ocasiones nos alejan de los problemas propiamente políticos para llevarnos al terreno de la filosofía. Como señala el editor de Teoría política, esta distinción, cuando no borra la práctica política por centrarse en la reflexión filosófica, simplifica el fenómeno a través de la estabilización de lo político en un lugar fijo, cayendo en una visión apolítica de lo social1.

En el capítulo 1, titulado “En el borde”, Wendy Brown problematiza la posibilidad de definir las fronteras constitutivas de la teoría política mediante la designación de lo político como algo que tiene un carácter relativamente limitado y autónomo. Contra esto, la autora resalta lo contingente de la diferenciación de lo que es político con respecto de lo que no lo es, propiciando la existencia de fronteras porosas que “delimitan” el campo de estudio. Además de esta contingencia constitutiva del campo de la teoría política, en la problematización se incluyen cuestiones históricas como las trasformaciones sociales contemporáneas y la organización institucional de las ciencias.

En el capítulo 2, nombrado “Nada es fundamental…”, Connolly señala que una dimensión ontopolítica atraviesa todo análisis político. Es decir, toda investigación en el terreno de la política parte de determinados supuestos ontológicos que dan forma y orientan la labor investigativa. Sin embargo, debido a una primacía de la epistemología, esta dimensión ontopolítica no es explicitada en el campo de la teoría política, por lo que está exenta de ser cuestionada y debatida aun cuando es parte constitutiva de la investigación política.

En el capítulo 3, que lleva por título “Politizando la teoría”, Cavarero propone superar el oxímoron que resulta la expresión “teoría política” mediante la politización de la teoría, lo que implica hacer de la teoría un ejercicio reflexivo capaz de contemplar la imprevisibilidad y la contingencia de la acción política, en contraposición de las pretensiones de la theoria de descubrir los principios universales capaces de regular la política. Con ello se busca estudiar la política según sus propios principios y no subordinada a una lógica ajena a ella e impuesta por la theoria.

En el capítulo 4, titulado “La filosofía política como actividad crítica”, Tully propone una filosofía política que tenga la capacidad de poner de manifiesto y cuestionar las relaciones de poder y de significado en las que se basan nuestras prácticas políticas. Para esto es imprescindible una actividad crítica que examine la historia y la genealogía de las prácticas políticas para entender su formación y evolución.

Por último, en el capítulo 5, que se titula “Pensar políticamente y pensar sobre la política”, Freeden argumenta que lo que él denomina campo de estudio del pensamiento político se ha ampliado y diversificado. Señala, además, que la teoría política, que se aboca al análisis de las manifestaciones ordinarias del pensamiento político concreto, se disputa la comprensión del campo con las perspectivas normativas y con la historia de las ideas políticas. Con ello se establece una distinción entre teoría política, filosofía política e historia de las ideas políticas.

Si bien el libro cuenta con un prefacio, se extraña una introducción que de luz de la labor colectiva del editor y sus colaboradores y colaboradoras. ¿Por qué incluir estos autores y autoras y no otras? ¿Por qué retomar esos textos en específico? Asimismo, ¿qué debemos esperar de este libro? ¿Cuál es su objetivo editorial? Una línea argumentativa dada desde un inicio permitiría un armado más sencillo del rompecabezas.

Pese a esto, se recomienda ampliamente su lectura puesto que el gran acierto del libro es ofrecer una innovadora forma de problematizar la política incluyendo las dimensiones de la contingencia, la imprevisibilidad y los supuestos ontopolíticos que constituyen la política y el campo de la teoría política. A través de esta concepción procesual de la teoría política las personas interesadas en el tema podrán encontrar una perspectiva política antiesencialista capaz de aprehender el fenómeno político de nuestras sociedades contemporáneas atravesadas por la complejidad.

Hirben Jovany Pérez Analco

Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. México

E-mail: jovany.perezanalco@gmail.com


1 BISET, E. (2010) “Contra la diferencia política”. PENSAMIENTO PLURAL, Volumen 4, Nro. 7, 1-31.