Romero Robles, David (2018). Cherán K’eri. Insurgencia y contrainsurgencia.

México, Barricadas Colección, 151 páginas.

El libro de David Romero, Cherán K’eri. Insurgencia y contrainsurgencia, no es un escrito más sobre el proceso de la comunidad indígena michoacana de Cherán, sino un examen desde dentro de dicha experiencia que ha transformado la vida de esa comunidad. Cherán es el único municipio michoacano que cuenta con un consejo municipal designado de forma directa. Estamos ante una reconstrucción histórica sobre todo en esta segunda década del siglo XXI.

Se trata de una construcción decidida por sus habitantes que tiene una carga autonómica interna muy fuerte, y al mismo tiempo un diálogo con las autoridades que ha ido fraguando una forma alternativa a las acostumbradas. No hay rupturas sino aprovechamiento los resquicios que les permiten tomar su destino en sus manos. Este libro muestra cómo, en medio de muchos conflictos y contradicciones, la comunidad fue encontrando la forma modelar sus propias decisiones. Las fogatas en los barrios han sido una forma de encender un diálogo cotidiano e incrementar la vigilancia de su territorio contra las amenazas de despojo.

La comunidad también ha sabido traducir festivamente sus conquistas. Ante el asedio del crimen organizado de los talamontes, los habitantes de este municipio descubrieron la fuerza de la organización para enfrentar el asedio. Experimentó la comunidad que tanto su historia como sus prácticas las hacían sus integrantes. Éstos han revalorado su memoria y su dignidad. Han ido experimentado su propio gobierno sin depender de otros. Deambulan por sus propios senderos.

Se recapitula en este libro cómo se ha ido dando una constante lucha por defender no sólo sus recursos, sino su mismo ser. Pero también advierten sus habitantes que no ha sido un camino sin problemas. Hay conciencia de que se trata de un proceso inacabado. Han elegido una libertad ante el Estado, los partidos políticos y los mismos movimientos alternativos del país. Han mantenido distancia respecto al Congreso Nacional Indígena, pero han aceptado participar en sus principales eventos como invitados. Les ha costado, pero están orgullosos de una ardua, difícil pero muy alentadora construcción desde dentro. Se ha tratado de una experimentación continua. Los y las comuneras de Cherán tienen la convicción de que la apuesta por un autogobierno de la comunidad no es algo que se logra y ya, sino que es un proyecto continuo y a largo plazo, y que no es algo idílico, sino que contiene problemas diarios y riesgos de tensiones. Los usos y costumbres rescatan lo del pasado, pero lo readaptan y lo renuevan en continua creación y no en la rutina de la repetición.

Se ha profundizado en lo que implica el derecho del pueblo a la tierra, el agua y los bosques, pero cuidando la naturaleza para que no haya un uso perjudicial a largo plazo. Se trata de una experiencia profunda de convivencia comunitaria y con su entorno de la naturaleza. Otro elemento distintivo tiene que ver con la defensa de todo esto ante el embate del crimen, de los talamontes y su entorno económico y político.

La experiencia de la ronda desde hace mucho tiempo y de las fogatas últimamente han contribuido al cuidado interno ante las amenazas externas. Otro elemento importante ha sido el papel de los jóvenes y mujeres en el proceso, y cómo se rompió el miedo ante la dominación que ejercían los depredadores. Las guardias brotan de las decisiones internas del pueblo, y han contribuido a mantener su autogobierno.

Un mérito destacable del libro es su narrativa cautivante y viva, pues se propusieron que pudiera ser leído este libro por cualquier persona. Los análisis y las reflexiones también contienen complejidad y profundidad de este proceso que logra arrebatar el poder dominante a la delincuencia organizada para reforzar el poder colectivo popular. Otro mérito del escrito es que no sobredimensiona los logros, sino que sabe valorarlos, pero también es una voz de alerta para no dormirse en sus laureles. Es una mirada en medio de un caminar que continúa.

Un libro como éste tiene la capacidad de abrirse a diálogos con otros acercamientos. Uno de ellos es la investigación de Alejandra Guillén que escribió Guardianes del territorio. Seguridad y justicia comunitaria en Cherán, Nurío y Ostula, Grietas editores, Guadalajara, 2016, que enfatiza en su apartado sobre Cherán que la ronda es del pueblo y el pueblo es la ronda; realiza una etnografía de la rebelión, y muestra cómo de ella se pasó a un gobierno de usos y costumbres.

No obstante, llama la atención de la institucionalización ágil y nada burocrática de la ronda. Estudia cómo la justicia de los barrios es un proyecto no acabado sino en proceso. También apunta el riesgo latente de cooptación, y los peligros que no se conjuran del todo. Otro texto que puede dar pistas de interpretación es del Carlos Alonso, Movimientos recientes de autodefensas y policías comunitarias, Universidad de Guadalajara, 2018.

En esta investigación se destacó que los habitantes de Cherán identificaron que poseían un territorio, que era su casa y tenían que defenderla, así nació la defensa del territorio que les habían heredado sus más antiguos. “Organizaron la vigilancia por medio de rondines y fogatas para enfrentar a los agresores, los cuales estaban apoyados por grupos armados del narcotráfico y las fuerzas militares estatales. La comunidad tomó control de su territorio, y posteriormente organizó sus elecciones por usos y costumbres, lo que tuvo que ser reconocido por las instituciones electorales (…) Las fogatas se fueron convirtiendo en un espacio para tomar acuerdos, un punto de reunión de discusión y toma de decisiones (…). La Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió a favor del gobierno comunal- municipal de Chéran (…).

La comunidad de Cherán ha advertido que en las comunidades indígenas no solamente se lucha por la autodefensa, sino contra todas las formas de intervención (…). Analistas han alabado la experiencia de Cherán porque la comunidad ha logrado sacudirse de una trágica situación, mediante la organización combativa (…). Cherán y muchos pueblos originarios contraponen sus gobiernos comunales donde se siente, piensa y se actúa en comunidad (…). Las comunidades han estado salvaguardando la vida y su propio proyecto comunitario con horizontalidad y ayuda mutua (…). En esta lucha se ha dado una pedagogía que enseña a decidir desde la autodeterminación, lo importante es que la colectividad, y no lo ajeno, tenga las decisiones en sus manos.”

Otro libro con el que el escrito sobre Cherán podría interactuar sería del de Raúl Zibechi, Movimientos sociales en América Latina. El “mundo otro” en movimiento. Ediciones desde abajo, Bogotá, 2017. Al referirse a movimientos indígenas, como el mapuche de Chile, destaca que existen grupos que se encargan de la defensa y de otras tareas asignadas por autoridades comunitarias. También apunta a las “rondas campesinas” del Perú, nacidas para la auto-defensa comunitaria frente a los ladrones de ganado, las cuales se han consolidado luego de cuatro décadas pero también se transformaron. Considera que en otros procesos sociales no existen prácticas y formas organizativas que diferencien de modo tan claro las tareas de autodefensa. En algunos casos, esas tareas las cumplen los mismos equipos encargados de la formación política y orientación al conjunto del movimiento.

Destaca que en las autodefensas hay una estructura jerárquica, pero que se encuentra de alguna manera subordinada a las comunidades. Llama la atención que entre la estructura jerarquizada y la comunitaria pudieran surgir surgir conflictos, roces o desavenencias, por los más diversos motivos. Y considera que hay momentos en que la parte jerarquizada “invade” al conjunto del movimiento, creando problemas que en el peor de los casos suponen suplantar la voluntad de las comunidades por las decisiones de las direcciones.

Plantea que cuando esto sucede se abre un foso entre direcciones y bases que a la larga debilita al movimiento, ya que lo hace depender de las cualidades éticas y la sagacidad política de los dirigentes, y advierte que la sujeción de las bases a las jerarquías conduce inevitablemente a la despolitización y el desánimo.Enfatiza que reconocer que existen esas dos estructuras o niveles de organización es tan necesario como clarificador, ya que echa luz sobre cuestiones que son imprescindibles para el buen hacer de los movimientos. Estas reflexiones tal vez pudieran ser de utilidad para las introspecciones que está realizando sobre su devinir y hacer la comunidad de Cherán.

Un libro más con el que el libro de Romero podría entablar una fructífera comunicación es el de Boaventura de Sousa Santos, Las bifurcaciones del orden, Trotta, Madrid, 2018. Santos nos hace ver que no hay que seguir interpretaciones deterministas ni lineales, sino saber captar lo indeterminado que abre a diversas opciones y a la creatividad. Apunta que hay racionalidades jurídicas invisibilizadas y legalidades subalternas. Al analizar las revueltas de indignación de la segunda década del siglo XXI, bien podría haber incluido la lucha comunitaria de Cherán.

Recuerda que hay protestas que provocan cambios estructurales de largo aliento. Para hacer el estudio de esta clase de movimientos apunta a varias cuestiones con las que cumple muy bien el libro de Romero: tener en cuenta el contexto histórico, dar cuenta de la composición social y de las formas de movilización. Llama la atención de destacar no sólo las narrativas de resistencia, sino las alternativas a las que abren. Santos critica las teorías occidentalcéntricas. Apunta que los ecologistas del Sur luchan contra los megaproyectos, los despojos de tierra, la deforestación, la sobreexplotación de los recursos naturales, y defienden derechos ancestrales al agua, tierra, territorios y recursos.

Enfatiza que hay que adentrarse en las identidades y en los estilos de vida. Recuerda que los movimientos indígenas no quieren un autogobierno en el seno de un Estado colonial, y que rechazan inclusiones en la política existente. Pone atención a los modelos alternativas de organización, que establecen y aumentan la capacidad de determinar las condiciones de la propia existencia. Alerta sobre la diversidad y heterogeneidad de diferentes formas de acción colectiva, pues las diferentes historias no encajan en un modo único. Convoca a no caer en análisis reduccionistas. Insiste en que la identidad tiene diferentes significados en diversos contextos.

Resulta imprescindible saber calibrar la democracia directa y sus implicaciones. Dice que los indignados parten de la base de que los grupos e intereses no democráticos dominantes han ocupado las instituciones democráticas. Estas instituciones se mantienen vigentes, pero no desempañan las funciones para las que se supone que fueron creadas. Santos destaca el uso contrahegemónico del derecho. Considero que todo esto se ha estado haciendo en Cherán y que el libro de Romero da cuenta puntual de ese aleccionador proceso.


Jorge Alonso Sánchez

CIESAS Guadalajara, Mexico E-mail: jalonso@ciesas.edu.mx



Vol 27, N°4


Esta revista fue editada en formato digital en diciembre de 2018 por su editorial; publicada por el Fondo Editorial Serbiluz, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela


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