Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.28 No.1 (enero-marzo, 2019): 167-178
Laura Esther Donadio*
La migración es un fenómeno que data de la misma época de la aparición de los seres humanos como tales en el planeta. Ahora bien, situándonos en épocas contemporáneas, la migración internacional se encuentra en un alto porcentaje, emparentada con el aspecto laboral. Por otro lado, resulta pertinente remarcar que el crecimiento de las redes de comunicación y el desarrollo del transporte internacional han contribuido a tales efectos. En este trabajo se propone un análisis en relación a las causas que hicieron que una masa significativa de nicaragüenses vieran en Costa Rica una posibilidad de crecimiento y mejora de su calidad de vida y con ello los efectos en la población costaricence de la oleada de inmigrantes que se aglomeraron en la provincia de San José, lugar desde donde se enmarca éste abordaje. Se pretende analizar las representaciones sociales que se forjaron en torno a ellos y el impacto a nivel social de este nuevo actor que si bien es extranjero, es también un sujeto de derechos. Se procedió a la aplicación de una metodología cualitativa. El análisis de los datos se realiza de manera preliminar en el transcurso de su recolección, motivo por el cual su diseño es flexible y posee un carácter reflexivo. La técnica de observación es la entrevista semi-estructurada y su cotejo discursivo; además de la búsqueda de material de archivo y revisión de publicaciones periodísticas.
Recibido: 23-10-2018 / Aceptado: 05-12-2018
* Instituto de Investigación “Gino Germani”, Universidad de Buenos Aires. Argentina
E-mail: laura_donadio@hotmail.com.
Impacts of Nicaraguan immigration on Josefino soil (San José de Costa Rica). Reconfigurations in a city where one third of its population is foreign.
Migration is a phenomenon that dates from the same era of the appearance of human beings as such on the planet. Now, situating ourselves in contemporary times, international migration is in a high percentage, related to the work aspect. On the other hand, it is pertinent to note that the growth of communication networks and the development of international transport have contributed to such effects. This paper proposes an analysis in relation to the causes that caused a significant mass of Nicaraguans to see in Costa Rica a possibility of growth and improvement of their quality of life and with it the effects on the Costa Rican population of the wave of immigrants that they agglomerated in the province of San José, place from where this approach is framed. The aim is to analyze the social representations that were forged around them and the social impact of this new actor who, although he is a foreigner, is also a subject of rights. We proceeded to the application of a qualitative methodology. The analysis of the data is done in a preliminary way during the course of its collection, which is why its design is flexible and has a reflexive character. The technique of observation is the semi-structured interview and its discursive comparison; besides the search of archive material and review of journalistic publications.
Keywords: Migration; nicaraguans; social representations; negative otherness; social impact.
Hablar de inmigraciones nos hace situarnos en dos puntos distintos del planeta. Dos espacios que se contraponen, que aparecen como abismalmente distintos, donde uno de ellos, ofrece un abanico de posibilidades que en el otro se escabullen entre las manos de los gobernantes. Teniendo en cuenta esta condición se cree conveniente comenzar el presente trabajo no sólo brindando una breve definición de lo que es considerado “inmigrar” propiamente dicho, sino también haciendo una necesaria reseña acerca de los dos países tomados para este caso.
Adentrándonos en los países en cuestión, decíamos que poseer cierta información general de ambos nos va a ser de suma utilidad y nos va a servir como puntapié inicial. Como país receptor Costa Rica cuenta con unos 51.100 km2 siendo uno de siete países que junto con Nicaragua claro, conforman lo que se conoce como América Central o Centroamérica1. Como se puede observar en el mapa que sigue a continuación, sus límites son, al norte Nicaragua, hacia el Sur Panamá, al este limita con el Mar Caribe (Océano Atlántico) y el oeste con el Océano Pacífico. Políticamente está dividido en siete provincias siendo su capital la ciudad de San José, ubicada en su provincia homónima. El país cuenta con una población de 4.807.850 habitantes. Cabe destacar que en la provincia de San José se concentra el 37% del total de los habitantes, 1.140.000, de los cuales 280.000 residen en la ciudad de San José.
Por su parte, Nicaragua, considerado el país más grande de la región, tiene una superficie de 130.370 km2 y cuenta con una población de 6.082.000 habitantes. Si de límites hablamos, tiene frontera al sur con Costa Rica, al norte con Honduras y El Salvador y al igual que Costa Rica al este y al oeste tiene como límites al Océano Atlántico y el Océano Pacífico respectivamente.
Fuente: Google maps.
En algunos libros, se hace una distinción entre América Central y Centroamérica, argumentando que para el primer caso se incluyen a los siete países que conforman ese espacio territorial, mientras que para el segundo caso quedan excluidos Belice y Panamá por cuestiones más históricas que geográficas. Igualmente para los países tomados en este caso los dos conceptos aplican.
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Ahora bien, se torna pertinente además hacer una breve reseña de cuáles son sus condiciones económicas teniendo en cuenta que éste aspecto es el que prevalece a la hora de pensar en emigrar. Empezando por Costa Rica, su economía se caracteriza por ser estable y su nivel de vida es relativamente alto. Siendo el PBI per cápita un muy buen indicador del nivel de vida de un país, afirmamos que Costa Rica es la décima segunda economía de América Latina en términos de PBI nominal, con una renta per cápita de 10.671 dólares a precios nominales. Por su parte Nicaragua es la vigésima economía de América Latina en tanto PBI nominal con un ingreso per cápita de 2.229 dólares. Nicaragua es un país con un bajísimo nivel de vida y de desarrollo, siendo el país que menos produce de América Central y el segundo que menos riqueza produce en el continente Americano, habiendo subempleo y pobreza diseminados. Ahora bien, a escala mundial y comparativamente hablando basándonos en el Ranking de países según su volumen de PBI per cápita, mientras que la economía tica se sitúa en el puesto 62, a Nicaragua la encontramos en el puesto 146, de los 190 países que la conforman ( es el segundo país más pobre de América después de Haití). En cuanto al Índice de Desarrollo Humano, otro contundente indicador elaborado por las Naciones Unidas por medio del cual se mide no sólo el progreso de un país sino que muestra el nivel de vida de sus habitantes, en tanto salud, educación e ingresos (vida larga y saludable, conocimientos y nivel de vida digno), a Costa Rica lo encontramos en el puesto 66 con un alto desarrollo humano2, mientras que a Nicaragua lo encontramos recién en el lugar 124 con una mala calidad de vida.
El cuadro comparativo que sigue a continuación nos permite observar mediante el cotejo de algunos datos numéricos las considerables disparidades que existen entre las regiones estudiadas.
COSTA RICA | NICARAGUA |
Población 2015 4.807.850 | Población 2015 6.082.032 |
Inmigrantes 2015 421.697 | Inmigrantes 2015 40.262 |
Remesas recibidas (M.$) 2015 552,0 | Remesas recibidas (M.$) [+] 2015 1.197,5 |
% Inmigrantes 2015 8,77% | % Inmigrantes 2015 0,66% |
Remesas enviadas (M.$) 2015 785,5 | Remesas enviadas (M.$) 2015 122,0 |
Ranking Paz Global 2016 33º | Ranking Paz Global [+] 2016 69º |
Salario mínimo 473,17 usd. | Salario mínimo 119,87 usd. |
Cuadro1. Fuente: Expansión / datos macros.com. Costa Rica: Economía y demografía.
Un dato clave a tener en cuenta son las remesas enviadas desde Costa Rica, estamos hablando de que medio millón de hogares en Nicaragua reciben remesas los cuales representan 27% de los hogares del país, convirtiéndose así en el principal receptor de
Estos datos son datos extraídos de los informes de Naciones Unidas del 2016. Cabe destacar que Chile y Argentina son los únicos dos países de la región que poseen un nivel de Desarrollo humano catalogado como MUY alto, ubicándose en los puestos 38 y 45 del ranking respectivamente.
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remesas de América Latina. Y si de remesas continuamos hablando podemos agregar que justifica las mismas el hecho de que alrededor del 70% de los hombres nicaragüenses son jefes de hogar en Nicaragua.
Siguiendo con nuestra recopilación, si tuviéramos que datar las oleadas migratorias nicaragüenses más significativas, la primera se remonta a los años setenta después del terremoto de 1972 cuando miles de nicas cruzaron a Costa Rica movidos por las consecuencias devastadoras que dejó el sismo (7.2 en la escala de Richter, que destruyó gran parte de Managua), mientras que la segunda se condice con la guerra civíl y el período de la Revolución Sandinista ( principios de los años 80) donde miles de jóvenes escaparon de la represión y el reclutamiento forzado. Por último la transición democrática en los noventa generó una tercera oleada migratoria que mostraba que habían ingresado cerca de 240.000 nicaragüenses en suelo tico. Las últimas dos décadas ubican a unos 500.000 nicas en tierras costarricense.
Es importante aclarar que la cuestión de cercanía territorial entre ambos países convierte a Costa Rica en la alternativa que más facilidades ofrece no sólo por su idioma sino que además es más fácil llegar, menos costoso y las similitudes culturales (la religión católica por ejemplo) la pondera entre los nicas por sobre los Estados Unidos, la otra opción. Cercanía que les permite retornar con frecuencia ya sea para ciertas festividades, celebraciones especiales o simplemente de visita.
De la misma forma, la existencia de una alta demanda de trabajo (mayoritariamente catalogado como mano de obra no calificada) lo convierte en el país “elegido”; con ofertas laborales de largo plazo y también estacional, lo que se conoce como migración flotante, más que nada en el ámbito agrícola y la construcción en el caso de los hombres, aunque se ha verificado un incremento del empleo en ocupaciones urbanas calificadas. Para el caso de las mujeres un alto porcentaje de ellas (se estima la existencia de un 56% de población nicaragüense femenina inmigrante) trabaja en el servicio doméstico.
Podemos decir entonces según los datos relevados que el alto número de inmigrantes nicaragüenses en Costa Rica representa un reto para el país receptor ya que muchas veces estos inmigrantes se encuentran en el extremo más bajo de la distribución del ingreso y no tienen documentos ni acceso a servicios. Aunque por otro lado, son un reto no solo desde la ilegalidad como se acaba de mencionar sino también desde la legalidad ya que muchos de ellos cuando logran regularizar su situación migratoria se convierten en sujetos de derechos con todo lo que ello implica. Casi el 75% de los inmigrantes está representado por nicas, transformándose así en uno de las minorías más importantes del país, siendo superior incluso a algunas minorías étnicas de nativos como los indígenas.
Por último es imprescindible mencionar que son cuestiones netamente económicas las que llevan a la población nicaragüense a emigrar hacia Costa Rica en este caso, ya que paradójicamente y a pesar de lo que el sentido común podría suponer Nicaragua está considerado como uno de los países menos violentos de la región centroamericana incluso por debajo de los niveles de Costa Rica.
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Los desplazamientos humanos en masa conforman uno de los fenómenos históricos mundiales más complejos y determinantes en el proceso de configuración de las sociedades y las ciudades. El grado, la dirección y la naturaleza de los flujos migratorios son factores elementales a la hora de interpretar las modificaciones en los usos del territorio, en la morfología y gestión de las ciudades y en los comportamientos políticos y culturales que experimentan las sociedades gracias a la convivencia con este nuevo actor externo.
Conceptualmente cuando hablamos de “migrar” hacemos referencia al acto de establecerse temporal o definitivamente en un país o región diferente al lugar de orígen tal como se encuentra por definición en los diccionarios. Ahora bien, calando un poco más hondo, la OIM (La Organización Mundial para las Migraciones) en su glosario establece una definición más acabada estableciendo como migración al
“Movimiento de población hacia el territorio de otro Estado o dentro del mismo que abarca todo movimiento de personas sea cual fuere su tamaño, su composición o sus causas; incluye migración de refugiados, personas desplazadas, personas desarraigadas, migrantes económicos” (Glosario de Migración de la OIM).
Pues bien, formando parte del mismo glosario, la OIM lleva adelante una categorización con los distintos tipos y condiciones de migraciones. Sin ánimos de adentrarnos en cada una de ellas, porque tampoco es el foco de nuestro trabajo, sí se considera pertinente más no sea mencionar algunas, las cuales no solo describen el tipo de migración del que hablamos cuando hablamos de los nicaragüenses establecidos en Costa Rica, sino que también pone de manifiesto la complejidad de las cuestiones migratorias a escala planetaria. Entonces podemos afirmar que situándonos en el caso que estamos estudiando se puede hablar de una migración:
Clandestina: Ocurre cuando un extranjero viola las regulaciones de ingreso a un país; o cuando habiendo ingresado al país legalmente prolonga su estadía en violación de las normas de inmigración (Aplica el segundo ejemplo).
Espontánea: Ocurre cuando el movimiento de personas o grupo de personas que inician y realizan sus planes de migración se lleva adelante sin asistencia. Por lo general, ésta migración es causada por factores negativos en el país de origen y por factores atractivos en el país de acogida; se caracteriza por la ausencia de asistencia del Estado o de cualquier otro tipo de asistencia nacional o internacional.
Forzosa: Es un término genérico que se utiliza para describir un movimiento de personas en el que se observa la coacción, incluyendo la amenaza a la vida y su subsistencia, bien sea por causas naturales o humanas.
Individual: Son casos en el que la persona migra individualmente o como grupo familiar. Estos movimientos son por lo general autofinanciados.
Irregular: Aplica para las Personas que se desplazan al márgen de las normas de los Estados de envío, de tránsito o receptor. Desde el punto de vista de los países de destino significa que es ilegal el ingreso, la estadía o el trabajo, es decir, que el
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migrante no tiene la autorización necesaria ni los documentos requeridos por las autoridades de inmigración para ingresar, residir o trabajar en un determinado país.
Y si a personas migrantes nos referimos se puede categorizar a la inmigración nica
como migrantes:
Largoplacistas: caracterizado por personas que va a otro país, distinto al suyo o de su usual residencia, por un período de por lo menos un año, siendo el país de destino el lugar de su nueva residencia.
Documentado/ Indocumentado: Se refiere al migrante que ingresa legalmente a un país y permanece en él de acuerdo al criterio de admisión. Para éste caso, ésta doble categorización que poseen los nicaragüenses se corresponde con una cuestión de tiempos, ya que entran al país legalmente con su correspondiente documentación pero bajo un visado turista que posee una duración de tres meses que no permitiría la ejecución de labores. Este incumplimiento, junto con el vencimiento de su visado turista los transforma en personas carentes de estatus legal (indocumentados/ ilegales).
Por pobreza: Es un individuo forzado a migrar por necesidades económicas.
Rural-rural/ Rural – Urbano: Se caracterizan por ser migrantes que se desplazan de una zona rural a otra zona rural para el caso de la primera categoría, mientas que el rural-urbano es un migrante que se desplaza de una zona rural a una zona urbana.
Los motivos más recurrentes de quienes marchan de su país natal hacia otro tienen relación directa con cuestiones que responden al proceso de un deterioro económico, siendo la pobreza y las altas tasas de desempleo y subempleo las causas fundamentales del aumento de la migración, así como también a inestabilidades políticas en tanto conflictos armados internos (cuestiones que también son económicas claro). A criterio de Morales y Castro (1999)…“son las crisis estructurales las que reúnen los elementos que configuran una situación de inestabilidad social, económica y laboral en este país…”. Y por último los desastres naturales son el tercer eje que impulsa las migraciones. Por otro lado los objetivos que los movilizan son desde alcanzar una mejor prosperidad, un mejor porvenir, cierta estabilidad económica y una ambición de progreso hasta el escapar de algún tipo de persecución política.
Una de las aristas de nuestro estudio se focaliza en el análisis de las representaciones sociales que se fueron construyendo alrededor de este “otro” que tanto inmigrante intenta ganarse un lugar en suelo extranjero. Es imprescindible para ello retomar los aportes realizados por Moscovici (1961) y Jodelet (1984) a quienes se les atribuye un largo camino en el intento de dar un significado más acabado al concepto. Las representaciones sociales aparecen ante nosotros como una acción psicológica, una modalidad de conciencia particular, que posee una función simbólica ya que de manera implícita contienen
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un significado que se encuentra íntimamente relacionado con la situación del sujeto frente al contexto en el que habita y con el cual se relaciona. Se puede entender a las representaciones como parte de un proceso en el que median el concepto y la percepción, pero sin ser reducidas a meras mediadoras sino más bien convirtiendo esa instancia entre concepto y percepción en algo intercambiable de manera tal que se generan recíprocamente. Podemos identificarlas como conocimiento que se constituyen a partir de nuestras experiencias, pero también de las informaciones, conocimientos y modelos de pensamiento que recibimos y trasmitimos a través de la tradición, el saber, la experiencia y la trayectoria laboral y de vida. Permiten además, dar sentido a lo inesperado, clasificar las circunstancias, los fenómenos y los individuos, permitiendo actuar en consecuencia y plantear teorías que permiten establecer hechos sobre ellos. Para Jodelet,
“las representaciones se presentan como una forma de conocimiento social, un saber del sentido común constituyéndose para él en modalidades de pensamiento práctico orientado hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del entorno social, material e ideal” (Jodelet,1991).
Es ese conocimiento espontáneo, intuitivo, lo que comúnmente denominamos sentido común. Continuando con Jodelet cabe destacar que le atribuye a las mismas una serie de propiedades que podríamos identificar de la siguiente manera: las representaciones sociales son socialmente elaboradas y compartidas, apuntan a un fin práctico de organización de la información, de dominio del ambiente (material, social o ideal) y de orientación de los comportamientos y las comunicaciones, al mismo tiempo que se dirigen a establecer una visión de la realidad común a un conjunto social o cultural dado. Las representaciones sociales se refieren al conocimiento social, son las teorías ingenuas de las personas comunes, las cuales incluyen contenidos cognitivos, afectivos y simbólicos que juegan no sólo un papel significativo para las personas en su vida privada, sino también para la vida y la organización de los grupos en los cuales se encuentran inmersos los individuos. Por su parte Moscovici nos brinda otra definición un poco más completa si se quiere al respecto de las mismas las cuales considera como
“una modalidad particular de conocimiento cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. Es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de su imaginación”(Moscovici, 1979).
A nivel de percepciones, a continuación mencionaremos algunos de los estereotipos más frecuentemente asociados hacia los inmigrantes nicaragüenses. El primero de ellos, y decimos “primero” sólo con la intención de darle un orden a la enumeración y no así queriendo significar que es el que prevalece por sobre otros, se encuentra emparentado con cuestiones que se centran en el incremento de la delincuencia, de la inseguridad ciudadana y en el incremento de las prácticas violentas para la resolución de conflictos. Ahora bien, contemplando lo antes mencionado en materia de “miedo o desconfianza”
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si se puede decir, resulta paradójico que los costarricenses confíen la seguridad de sus casas y/o negocios (guardias y empleadas domésticas) a quienes ven como potenciales delincuentes. Es el PNUD3 quién demuestra en sus relevamientos el hecho de que la comunidad nicaragüense es la que está subrepresentada en cuanto a proporción de delito y población. Otro dato significativo es que de 6000 personas encarceladas en el país, solamente 300 son nicaragüenses, es decir apenas el 5% de la población penal, mientras representan aproximadamente el 15% de la población nacional.
Otro de los estigmas que recaen sobre los extranjeros está relacionado con el uso/ abuso del sistema de salud pública donde los datos proporcionados por el mismo sistema, muestran que al contrario de lo que se cree, la población nica no utiliza masivamente los servicios de salud del país. Y eso se debe, según el Ministerio de Salud costarricense a que cerca de la mitad de los nicaragüenses residentes no está asegurado o se encuentran trabajando en condiciones por fuera de las reglamentaciones que dispone el Ministerio de Trabajo. Finalmente la presencia de este “otro” aparece negativizado si nos adentramos en materia de acceso a la vivienda y en relación a al aspecto laboral.
La vivienda, el acceso y el derecho a la misma son temas álgidos dentro de la comunidad costarricense. Es por ello que dentro de la población nacional las comunidades urbano-marginales consideran que la existencia de estos inmigrantes, quienes ocupan los mismos espacios y con quienes comparten la situación de precariedad se torna un factor negativo. Un factor que inhibe la intervención del estado en la provisión de equipamientos colectivos de consumo y en el incremento de la materialidad urbana, si de provisión de servicios e infraestructura hablamos e inclusive en cuanto a la adjudicación de terrenos para viviendas de nivel social. Tal y como señala Alvarenga:
“Costarricenses de escasos recursos han sido muy susceptibles a discursos discriminatorios debido a la competencia por el trabajo y el espacio físico que cotidianamente libran con los nicaragüenses (...) La competencia por el espacio en las zonas marginales, el interiorizado sentimiento de superioridad de los valle centralinos y la ilusión compartida por la comunidad nacional de que Costa Rica es de todos los ticos, generan sentimientos de hostilidad hacia “los otros” que de unos años para acá, han venido afirmando su presencia en el territorio de los “legítimos” pobladores de Costa Rica”. (Alvarenga, 1997)
Pero no sólo el terreno se convierte en una arena de disputa entre nacionales y extranjeros, a nivel laboral los pobladores nicas se tornan una “competencia desleal” debido a que ofrecen su fuerza de trabajo a precios menores de los que marca el mercado laboral costarricense (Alvarenga, 1997). En contraposición con lo dicho recién, encontramos otro sector de la población tica que considera a los nicas como un “mal necesario” de acuerdo a la necesidad de mano de obra para la realización de ciertas labores. Entonces la sensación de desplazamiento de la fuerza de trabajo costarricense incrementa el clima de intolerancia frente a la presencia de los inmigrantes, sin embargo éste hecho no deja
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
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de ser una sensación ya que hasta el momento no hay estudios que constaten esto. Ahora bien, por el contrario la población receptora es quién se ve favorecida con la aparición en la escena labora de este nuevo actor, ya que los mismos pasan a ocupar empleos que presentan mayor precariedad en términos de remuneración, de tiempo de la jornada laboral y de seguridad social entre otras cosas. Junto con lo anterior, la estabilidad en los porcentajes de desempleo entre los pobladores ticos se mantuvieron a la largo de la década en un promedio del 6 por ciento y al mismo tiempo se produce un fenómeno de movilidad social que se dá producto del corrimiento de los trabajadores nacionales a labores mejores pagas, con mayor estatus y mejores condiciones de trabajo (un ejemplo bien ilustrativo es el desplazamiento de las mujeres costarricenses del servicio doméstico hacia la industria).
Por su parte, los estudios de opinión llevados adelante por IDESPO 4 sostienen que el rechazo a ciertas actitudes o costumbres nicaragüenses, como ser el descuido personal y la indisciplina lejos están de ser manifestaciones aisladas ya que algunos estudios de opinión confirman que una importante proporción de la población posee cierta hostilidad para con los inmigrantes nicaragüenses, sobre todo si carecen de legalidad. Con respecto a esto existen algunos datos que sostienen que en 1997 el 44% de la población costarricense adversaba la migración de nicas (Alvarenga, 1997). Esta cifra aumentó en 1999 al 51% de las y los ticos consultados en una encuesta de IDESPO, que consideraron que debería prohibirse el ingreso de nicaragüenses al país.
Por último, es pertinente destacar, tal como lo sostiene Carlos Sandoval (2009) que por debajo de las expresiones de xenofóbia, lo que subyace es un temor de ciertos sectores sociales por el proceso de deterioro de sus condiciones de vida. Siguiendo con esta línea debe considerarse que el incremento de la inmigración coincide con la puesta en vigencia del Programa de Ajuste Estructural5 en Costa Rica, que ha implicado la pérdida de una cantidad significativa de conquistas en campo social de los últimos veinte años.
“El proceso de ajuste ha incidido en el deterioro de los servicios sociales prestados por el Estado, a raíz de los sucesivos recortes presupuestarios que a la larga han transformado la orientación de la política social de una visión universalista hacia una visión focalizada. Este es el principal factor causal de la saturación y colapso de los servicios sociales a que asistimos hoy día” (Programa de Maestría Académica, Comunicación, Universidad de Costa Rica, 2000).
Reorientación política que se hace sentir en los sectores sociales que se encontraban
favorecidos y empoderados con un estado presente y benefactor y que luego de ese viraje
Instituto de Estudios Sociales en Población Costarricense.
(PAE) Implicó una ruptura del sistema social y económico del país. La aprobación en 1985 del PAE I supuso todo un cambio en la manera de concebir la política económica en Costa Rica. Los fines perseguidos con el PAE I eran la reestructuración del aparato productivo, la diversificación de la producción industrial, la promoción de exportaciones no tradicionales a mercados fuera de la región centroamericana y la democratización económica. Y para alcanzar estos fines se diseñaron cinco paquetes de medidas económicas: políticas de exportación, comercio e industria, política agrícola, política del sector financiero, política del sector público y política redistributiva.
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sienten que paulatinamente van perdiendo su espacio en la estructura social. Sentimiento éste que se agudiza con la llegada masiva de nicaragüenses quienes de una forma u otra ejercen presión para acceder también a los servicios sociales. Es por lo señalado anteriormente que decimos que la disminución en la inversión social del Estado está determinada por el cambio en el modelo económico y no así por la presencia masiva de este nuevo actor inmigrante.
El presente trabajo tuvo la intención de dar cuenta acerca de cuál es la situación migratoria entre Nicaragua y Costa Rica. Para ello fue necesario comenzar el abordaje haciendo una analogía entre ambos países en relación a varios aspectos que se tornan esenciales ya que son ellos los que nos permitieron vislumbrar cuales son los motivos centrales del movimiento migratorio que estudiamos. Las cuestiones económicas y políticas se ubican en el eje central de los motivos por los cuales los nicaragüenses deciden dejar sus tierras natales en busca de un futuro prometedor. Por otro lado, el asunto de la cercanía geográfica y teniendo en cuenta que Costa Rica parece ser un oasis en medio de tanto conflicto centroamericano, hace del país tico una de las opciones más viables y menos engorrosas más aún si contemplamos que la otra alternativa factible es emigrar hacia los Estados Unidos.
Posterior a este cotejo de información y datos relevantes, nos adentramos en las representaciones sociales que giran en torno a este nuevo actor que posee recién menos de veinte años en suelo costarricense. Veinte años que podemos ver cómo un largo tiempo si se quiere a escala cronológica, pero a su vez es un tiempo escasamente significativo si de adaptación, adecuación y acoplamiento nos referimos.
Decíamos entonces que las representaciones sociales son las que ponen de relieve cierta ambigüedad en la concepción que se tiene sobre los llamados “nicas”, contemplándolos por un lado un mal pero siendo al mismo tiempo un mal que se torna necesario en materia de ejecución de ciertos trabajos, en tanto miembro componente de la cadena productiva en cuestiones de desarrollo.
Finalmente el trabajo tuvo la pretensión de visibilizar una problemática que se presenta como cotidiana y con miras de perpetuarse, donde lo importante parece ser concientizar a los gobiernos de turno acerca de la necesidad de asumir la presencia de este actor nicaragüense que hoy en día ya es parte integrante de las comunidades ticas.
Alvarenga, Patricia. (1997) Conflictiva convivencia: Los nicaragüenses en Costa Rica. Cuaderno de Ciencias Sociales Nº 101. FLACSO, Costa Rica.
Brenes, Gilbert (1999) “Estimación del volumen y características sociodemográficas de los inmigrantes nicaragüenses en Costa Rica”. Tesis del Programa de Estudios de Posgrado en Estadística, Universidad de Costa Rica.
Jodelet, D (2000), “Representaciones sociales: contribución a un saber sociocultural sin fronteras” en D. Jodelet y A. Guerrero, Develando la cultura. Estudios en representaciones sociales, México, Facultad de Psicología-UNAM, pp. 7-30.
Jodelet, D. (1986), “La representación social: fenómenos, concepto y teoría”, en S. Moscovici, Psicología social II, Pensamiento y vida social. Psicología social y problemas sociales, Barcelona, Paidós, pp. 469 – 494.
Moscovici, S (1979), “El psicoanálisis, su imagen y su público”, Buenos Aires, Huemul.
Moscovici, S y Hewstone M (1986), “De la ciencia al sentido común” en S. Moscovici, Psicología social II, Pensamiento y vida social. Psicología social y problemas sociales, Barcelona, Paidós, pp. 679-710.
OIM – Organización Internacional para la Migración – (2001). Glosario sobre Migración. editado por P. J. Van Krieken, Viena.
OIT (1999). Trabajadores Migrantes. Informe de la 87 Reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo.
Vol 28, N°1
Esta revista fue editada en formato digital en marzo de 2019 por su editorial; publicada por el Fondo Editorial Serbiluz, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
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