Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.28 No.1 (enero-marzo, 2019): 139-151


Juventudes haitianas en movilidad humana, pos terremoto 2010.

Irene Duffard Evangelista*


Resumen

Nunca en la historia de la Humanidad hubo en nuestro planeta más jóvenes que ahora, de cuales 1.300 millones viven en países en desarrollo. Para muchos de ellos, la falta de empleo representa uno de los principales obstáculos a su progreso. A mediados de 2010 la cifra total de jóvenes migrantes se estimó en 27 millones, lo que supone una octava parte de los 214 millones de migrantes internacionales que hay hoy en el mundo1. Tras el terremoto de Haití de enero del 2010 la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) se comprometió a recibir en sus países a la población haitiana que lo necesitara. El contexto de crisis, la inexistencia de infraestructura, la precarización laboral y la falta de generación de empleo, entre otros factores, son el escenario de esta migración joven, en busca de un presente y futuro mejor para sus vidas. A pesar del compromiso con el país caribeño por parte de la UNASUR y de la ley de migraciones 25.871 de Argentina, de recibir a esta población por razones humanitarias, los haitianos en Buenos Aires se enfrentan a problemas de acceso a derechos como obtención de un trabajo, vivienda, documentación, educación, entre otros. La motivación de migrar estuvo y todavía está vinculada a la esperanza de mejorar sus vidas, ya que las posibilidades y oportunidades han sido reducidas por el terremoto. Para este grupo poblacional la Argentina difícilmente hubiera sido un destino migratorio si no fuera por la facilidad que presentaba a su ingreso. La siguiente reflexión indagará sobre las trayectorias de la población joven de nacionalidad haitiana que migra por razones humanitarias a la Argentina pos terremoto 2010, ya que se ha identificado que las juventudes de la región Caribe son el grupo poblacional que más recibe las consecuencias de esta situación pos crisis humanitaria.

 

Palabras clave: Haití; trayectorias; juventud; migraciones forzadas; Argentina


  1. Informe de la OIM, 2013. http://www.iom.int/cms/es/sites/iom/home/news-and-views/news-releases/ news-listing/youth-migration-moving-developme.html


    Recibido: 09-11-2018 / Aceptado: 05-12-2018

    * Fundación Comisión Católica Argentina de Migraciones e Instituto de Investigación “Gino Germani”. Buenos Aires, Argentina.

    E-mail: ireneduffard@yahoo.com.ar

    Haitian youth in human mobility, post earthquake 2010.


    Abstract

    Never in the history of Humanity were there in our planet younger than now, of which 1.3 billion live in developing countries. For many of them, the lack of employment represents one of the main obstacles to their progress. In mid-2010 the total number of young migrants was estimated at 27 million, which is one-eighth of the 214 million international migrants in the world today. After the earthquake in Haiti in January 2010, the Union of South American Nations (UNASUR) undertook to receive the Haitian population that needed it in their countries. The crisis context, the lack of infrastructure, the precariousness of the job and the lack of job creation, among other factors, are the scene of this young migration, in search of a better present and future for their lives. Despite the commitment with the Caribbean country by the UNASUR and the migration law 25,871 of Argentina, to receive this population for humanitarian reasons, Haitians in Buenos Aires face problems of access to rights such as obtaining a job , housing, documentation, education, among others. The motivation to migrate was and still is linked to the hope of improving their lives, since the possibilities and opportunities have been reduced by the earthquake. For this population group, Argentina would hardly have been a migratory destination if it were not for the ease that presented its income. The following reflection will explore the trajectories of young people of Haitian nationality who migrate for humanitarian reasons to Argentina after earthquake 2010, since it has been identified that the youth of the Caribbean region are the population group that most receives the consequences of this situation post humanitarian crisis.

     

    Keywords: Haiti; trajectories; youth; forced migrations; Argentina


    Algunos Puntos Introductorios:

    Migración y juventud son conceptos amplios, complejos y diversos que se han estado vinculando según el foco que se le ponga a cada uno de ellos.

    En primer lugar, hablar de Migración por Razones Humanitarias, supone dar lugar a las nociones de hostis, cuerpo, vulnerabilidad, movilidad humana y trayectorias. La Migración por Razones Humanitarias, supone concebir a la persona en movilidad humana, primero como ser humano, segundo en situación de vulnerabilidad, tercero exige entender que esta migración es involuntaria y forzada. Estudiar las trayectorias de las personas en movilidad humana, es trabajar con el cuerpo en movimiento, cuerpos que se desplazan de un territorio a otro, afectando y siendo afectados. Cuerpos que son identidad, que son cultura, que son movimiento, espacio, tiempo… donde los cuerpos migrantes ponen en puja los límites del Estado… los límites del ser y pertenecer.

    En segundo lugar, en referencia al otro concepto, la Organización de Naciones Unidas (ONU), la juventud comprende el rango de edad entre los 10 y los 28 años; abarca la pubertad o adolescencia inicial – de 10 a 14 años-, la adolescencia media o tardía – de 15 a 19 años – y la juventud plena – de 20 a 28 años-. En este caso esta población joven de nacionalidad haitiana, decide migrar por una situación de crisis pos catástrofe natural. Población que supone energía, vigor y frescura y que no tiene cabida ni en su país de origen ni en los países de destino.


    País de origen, Haití: movilidad humana y trayectorias al sur.

    La inmigración haitiana ha estado atada a importantes procesos históricos, entre estos se pueden nombrar: la ocupación norteamericana en 1915-1934; la matanza de haitianos/ as en la frontera con República Dominicana en 1937; la crisis estructural y dictadura duvalierista 1946-1971; la inestabilidad sociopolítica después del Gobierno de Jean Beltrán Aristide y las múltiples catástrofes naturales como el último terremoto del año 20102.

    La Región caribeña ha sido históricamente una zona de acogida, expulsión y tránsito de migrantes. Los gobiernos de la región sostienen que los haitianos no huyen de su país porque “tienen temores bien fundados de persecución por razones de raza, religión,


  2. Gloria Amézquita, Migración caribeña. Una mirada a los movimientos desde, entre y hacia la región. En el Gran Caribe en el siglo XXI. Crisis y respuestas. Luis Suárez Salazar y Gloria Amézquita (Compiladores). Buenos Aires, CLACSO, junio de 2013


    nacionalidad, pertenencia a un grupo social determinado o persecuciones políticas” – según la definición clásica de refugiados establecida por la Convención de Ginebra-, sino por la miseria y por los impactos de los desastres naturales. Por la misma razón, tienden más a conceder a los haitianos visas humanitarias en vez de darles estatuto de refugiados que les daría derecho a cierto tipo de protección3.

    ¿Entonces qué características tiene Haití que lleva a su población joven a migrar?,

    ¿es la situación socioeconómica una de las principales razones entre las causas de la migración haitiana? Como sabemos, la migración es multicausal, si bien los factores económicos son relevantes en la decisión de migrar y en la escogencia del país de destino, no son los únicos. El estudio de la pobreza estructural y la violencia que desde ahí se ejerce, los cambios contextuales vinculados a grupos étnicos, participación política, han de constituir ejes de análisis para tener una visión menos economicista y más holística del fenómeno4. Aparentemente si a la situación de pobreza se le suma un elevado desempleo especialmente vinculado a la población joven, la situación del país empeora y por ende también la situación de las condiciones de vida de la gente.


    Pocos países en el mundo enfrentan una amenaza más seria de catástrofe ambiental que Haití. (…) El crecimiento demográfico sin el crecimiento económico alimenta directamente la pobreza (…) Todo esto determina otros impactos, como la migración a otras zonas donde existan más posibilidades de obtener trabajo y progreso5. (Bonhomme, 2013)


    Los flujos de la movilidad humana (MH) afro-negra-haitiana6 antiguamente han estado orientados especialmente hacia República Dominicana, Canadá, EEUU y Francia (ex territorio colonial en Centroamérica), sin embargo, se advierte que desde hace unos años el campo de la MH haitiano ha devenido multipolar y fluctuante, incorporando nuevos rumbos como Brasil, Ecuador, Argentina y Chile. Una de las causas tiene que ver con el terremoto del 2010 y el compromiso asumido por la UNASUR de recibir en sus países a la población haitiana que lo necesitara “exhortar a los estados miembros que aún no lo han hecho la aplicación de procesos especiales de regularización migratoria a favor de ciudadanos haitianos”7


  3. Wooldy Edson Louidor, 2011. Los flujos haitianos hacia América Latina: situación actual y propuestas.

    Servicio Jesuita a Refugiados para Latinoamerica y el caribe (SJR LAC)

  4. Gloria Amézquita, Migración caribeña. Una mirada a los movimientos desde, entre y hacia la región. En El Gran Caribe en el siglo XXI. Crisis y respuestas. Luis Suárez Salazar y Gloria Amézquita (Compiladores). Buenos Aires, CLACSO, junio de 2013

  5. Gulim Bonhomme. Pobreza rural y deterioro ambiental en Mombin Crochu, Haiti. En Pobreza,Ambiente y Cambio Climático. Ana Cristina Solís Medrano [et al.] – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO, 2013.

  6. Categoría creada para denominar a la población sujeto de investigación. Esta noción fue creada a partir de la pregunta sobre “cuál es su identidad y cómo se autodenominarían”.

  7. UNASUR. Solidaridad de UNASUR con Haití. Declaración de Quito, 9 de febrero de 2010. Artículo 6º, punto 10


    Cuando las catástrofes suceden en una zona con construcciones precarias, falta de infraestructura – canalizaciones de agua, carreteras, electricidad – y una población vulnerable a causa de la pobreza, sus efectos aumentan aun más. Además, el proceso de recuperación es más lento. A veces las catástrofes se suceden sin que haya dado tiempo a recuperarse de la anterior. Este es el caso de Haití, que cada año sufre huracanes tropicales que dejan al país cada vez más debilitado. El terremoto que azotó el país el 12 de enero del 2010 empeoró aun más la situación8.

    A pesar del aporte de las ONGs, Organismos internacionales y cooperación internacional en la reconstrucción del país las dificultades en Haití continúan, la destrucción ha sido total si bien una parte importante ha logrado ser reconstruida pos terremoto. Según las entrevistas realizadas9 a la población afro-negra-haitiana residente en Buenos Aires, Argentina, la realidad laboral en Haití es muy complicada, al igual que las posibilidades de estudio o vivienda. Por ello en la actualidad, con el escenario descripto de todas estas dificultades sociales, económicas, geográficas, y las mayores comunicaciones entre Argentina y Haití10, han hecho que mucha población joven desee migrar en búsqueda de mejores destinos y posibilidades al sur. No sólo las grandes potencias económicas son los países de destino, sino que la migración Sur-Sur se ha convertido en una opción para las personas que deciden migrar11.

    Según resalta la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), la migración desde Haití también se da a nivel interno en la región. Desde 1956 migrantes haitianos han emigrado a Bahamas, llegando a los 50mil hasta 2006, así mismo a Cuba que se reporta un movimiento migratorio desde 1919, llegando a las 400mil personas en el territorio señalado (OIM, 2006). La migración haitiana en República Dominicana es de singular característica en comparación con el resto del Caribe. El hecho que dos países compartan una misma isla, con una frontera física muy porosa, constituye un atractivo importante para la migración. Por lo que ello implica que el mayor movimiento migratorio desde Haití hacia República Dominicana y viceversa, se realiza de manera terrestre. En


  8. Gulim Bonhomme. Pobreza rural y deterioro ambiental en Mombin Crochu, Haiti. En Pobreza,Ambiente y Cambio Climático. Ana Cristina Solís Medrano [et al.] – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO, 2013.

  9. El trabajo de campo fue realizado durante noviembre 2011 hasta diciembre 2014, fundamentalmente en la Fundación Comisión Católica Argentina de Migraciones (FCCAM) donde estoy como investigadora. En este espacio realicé observación participante en las clases de español que se dictan allí; también hice traducciones para aquellas personas que solicitaban refugio con los Trabajadores Sociales de la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados – ACNUR-; entrevistas semi-estructuradas con diversos niveles de profundidad a unos 30 haitianos que comenzaron a asistir regularmente a mi oficina, priorizando entre ellos a cinco referentes clave.

  10. Las primeras relaciones entre ambos países datan del año 1949. Si bien desde esa época hubieron migraciones hacia la Argentina, las mismas fueron en números pequeños en comparación a las posteriores del terremoto del 2010.

  11. Gloria Amézquita, Migración caribeña. Una mirada a los movimientos dsde, entre y hacia la región. En El Gran Caribe en el siglo XXI. Crisis y respuestas. Luis Suárez Salazar y Gloria Amézquita (Compiladores). Buenos Aires, CLACSO, junio de 2013


    las fronteras se establecen mercados binacionales de todo tipo, sin regulación o control alguno con la consecuente vulneración de derechos que ello depara. En segundo lugar, la migración haitiana joven hacia República Dominicana es la de mayor número en lo que respecta a migración intrarregional. Según la OIM, para 2006 en territorio dominicano residían 750 mil haitianos, sobrepasando el número de inmigrantes de esta nacionalidad en las islas del Caribe o en puntos de recepción histórico como Canadá y Francia. En el 2014 se estimaron alrededor de 1millón de personas. Las personas que deciden migrar utilizan, en muchos de los casos, mecanismos como las yolas o el tráfico terrestre (entre Haití y República Dominicana) para llegar a su país de destino, evadiendo así los controles establecidos, pero arriesgando dramáticamente sus vidas. Es importante destacar que según PNUD la presencia de migrantes haitianos/as en RD representa cerca del 10% de la población (2008).


    (…) Haití y Guyana son los que tienen los menores porcentajes de población inmigrante en referencia a su población total. En el caso haitiano llama la atención que es uno de los países que menos inmigrantes recibe y uno de los que más inmigrantes expulsa12.(Amézquita, 2013)


    Las estadísticas oficiales sobre este tema son escasas, pero varios estudios muestran que es frecuente que los nacionales haitianos pagan cifras exorbitantes a contrabandistas, conocidos como passeurs o buscones, a militares y agentes de migración, tanto haitianos como dominicanos, que les “ayudan” a cruzar la frontera (Observatorio de Derechos Humanos, 2011). Las principales víctimas de estas situaciones son los jóvenes que deseosos de tener un futuro para sus vidas utilizan cualquier medio disponible para cumplir sus sueños.


    País de acogida, Argentina: hospitalidad y hostilidad hacia la población joven afro-negra-haitiana.

    La reacción de los diferentes gobiernos de América Latina frente al crecimiento de los flujos haitianos, a casi cinco años del terremoto en Haití, deja mucho que desear. Pese a las facilidades en Argentina, para obtener la documentación migratoria requerida durante los dos primeros años pos terremoto, la falta de conocimiento del idioma, el desconocimiento general de los empleadores con respecto a las formas migratorias que autorizan a los extranjeros a trabajar en el país, la carencia de recursos para asentarse y sustentar sus gastos en una ciudad distinta a su país de origen en lo que se refiere a factores sociales, económicos y culturales, pero sobre todo, las afectaciones emocionales consecuentes a las diversas pérdidas de la población caribeña, constituyen algunos obstáculos que han dificultado la reconstrucción de la vida de los haitianos en la Argentina.


  12. Gloria Amézquita, Migración caribeña. Una mirada a los movimientos dsde, entre y hacia la región. En el Gran Caribe en el siglo XXI. Crisis y respuestas. Luis Suárez Salazar y Gloria Amézquita (Compiladores). Buenos Aires, CLACSO, junio de 2013


    Existe un compromiso de voluntades, asumido en el marco de la UNASUR-Declaración de Quito, hacia la población haitiana pos terremoto. Por otro lado existe la Ley de migraciones N° 25. 871 donde en el artículo 3º punto e) y h) se asume como objetivo de la Ley el promover la inserción e integración en la sociedad argentina de las personas que hayan sido admitidas como migrantes regulares. Esos compromisos asumidos de recibir al otro/hostis cuestionan sobre cómo se los ha acogido, haciendo un llamado a la responsabilidad ética sobre ese otro/extranjero. En principio y hasta lo investigado al momento sólo fue “permitir su ingreso” bajo la categoría “razones humanitarias”. Excepcionalidad hacia la población haitiana que concluyó en noviembre del 2012.

    En el caso específico de la población afro-negra-haitiana, la misma ha ingresado – según las entrevistas realizadas – por los aeropuertos según la categoría “turista” siendo muy pocos casos los que ingresan por “refugio o razones humanitarias”. Una vez que han ingresado al país solicitaban hasta el año 2012, en la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) la residencia temporaria por “razones humanitarias” o la residencia por “estudio”.

    Considerando la nueva norma migratoria, debemos hacer una pequeña mención ya que es por la misma que muchos de los afro-negros-haitianos deciden migrar al país según las entrevistas que les realicé13. Esta ley, según palabras de Susana Novick (2004:71), es ambiciosa y “apunta a formular una nueva política demográfica nacional, a fortalecer el tejido sociocultural del país y a promover la integración sociolaboral de los inmigrantes, manteniendo en alto la tradición humanitaria y abierta de la Argentina con relación a los migrantes y sus familias”. Sin embargo, una de las mayores críticas a la norma es la que plantea Jelin (2006:64) diciendo que “si bien la nueva ley es más abierta, la cantidad de trámites y documentación requerida, así como sus altos costos, continúa siendo un obstáculo a menudo insalvable” para cualquier persona en situación de movilidad humana y en vulnerabilidad social, en especial si es joven. A esta situación se le suma que muchas instituciones del sector público aún desconocen la nueva normativa, dejando de ese modo abierto la realidad que muchos afro-negros-haitianos manifiestan arbitrariedades y actos de violencia o discriminación de diversos tipos.

    Ante este tipo de situaciones uno apela a preguntarse si existen asociaciones u organizaciones haitianas que puedan ser referentes para el acceso a derechos en el país. En el caso de la población joven afro-negros-haitianos no es mucha la que cree y confía en las asociaciones que se establecieron en el país durante los años ´90, conformadas por sus propios compatriotas. Es más existe cierta desconfianza y rechazo cuando se menciona el tema.

    En lo que respecta a los afro-negros-haitianos, es necesario resaltar que en las

    entrevistas realizadas se menciona la fisonomía de fuerte influencia blanca europea de


  13. Por ello haciendo un raconto de la historia de la norma, es que desde mediados de la década de los noventa comienzan las iniciativas que pretenden modificar la ley del gobierno militar y los debates que continúan en torno a los ejes y orientaciones que debería sustentar una nueva ley migratoria. La misma fue presentada por el diputado Rubén Giustiniani del partido socialista en 2001 y en 2003, pero es finalmente promulgada en el año 2004 durante la Presidencia de Néstor Kirchner (2003-2007) bajo el Nº 25.871 (Maffia; 2008).


    la sociedad que los recibe. Por otro lado, en los distintos encuentros realizados con ellos se percibe que su presencia es percibida por el otro-argentino como foránea y hasta a veces hostil. Para este grupo poblacional la Argentina difícilmente hubiera sido un destino migratorio si no fuera por la facilidad que presentaba a su ingreso y la gratuidad de los estudios universitarios, a los cuales la mayoría de la población apela ingresar.

    Las dificultades se hacen visibles y cuestionan no sólo la norma vigente, sino la ausencia de políticas públicas frente a las responsabilidades asumidas como Estado. Los inconvenientes que enfrentan los afro-negros-haitianos en la Argentina están centradas en principio, en seis áreas problemáticas: trabajo, vivienda, documentación, educación, cultura y discriminación. Las trayectorias laborales de los jóvenes afro-negros-haitianos en la Ciudad de Buenos Aires se caracterizan por prolongados períodos de desocupación, precariedad, inestabilidad y alta rotación laboral, si bien muchos de ellos cuentan con familiares que viven en el exterior y que les ayudan económicamente por un tiempo.

    Con respecto a los antecedentes educacionales y la formación laboral, la dificultad con que se enfrentan es doble: por un lado, el no reconocimiento de los títulos (que a menudo sólo deja como opción una reválida que implica realizar los exámenes de convalidación de sus estudios secundarios) y por el otro, la falta de experiencia laboral en la Argentina que pueda servir como referencia para un futuro empleador. El deseo de estos jóvenes es conseguir un empleo que les permita estudiar en la Universidad y mantenerse mientras realizan su sueño y el de sus familias, de ser profesionales con un título universitario.

    El tema de la vivienda es igualmente una cuestión de difícil resolución ya que es en los circuitos de hoteles y pensiones que la mayoría de ellos se ve obligado habitar. Muchas veces en situación de hacinamiento y pagando sumas exorbitantes para espacios sin condiciones habitables dignas.

    Haciendo mención a la documentación, es también un área compleja ya que los costos y los tiempos de la administración pública y las falencias de orden burocrático- administrativas los afectan seriamente. En especial porque como ya se ha mencionado anteriormente, entran como turistas y luego intentan tramitar la precaria por razones humanitarias o por estudio, hasta obtener el Documento Nacional de Identidad para extranjeros. Sin embargo en lo que va del año 2014 la población joven afro-negra-haitiana se ha ido incrementando y la misma desconoce el circuito para regularizar su situación de documentación, como sus posibilidades reales de estudios universitarios o laborales en Argentina.

    Una realidad preocupante es que, el único “papel” que habilita de facto para el trabajo en relación de dependencia es el documento nacional de identidad (DNI), para cuya obtención se requiere el transcurso de un lapso considerable de tiempo y el pago de una tasa que, muchas veces, debe ser cubierta apelando a las ayudas económicas familiares en el exterior.


    Trayectorias de cuerpos jóvenes en movilidad humana

    Las trayectorias y las redes migratorias nos permiten superar el esquema planteado por los enfoques centrados en la relación origen-destino. Y así, se incorporan a los estudios sobre grupos migrantes conceptos como espacio de vida, biografía, afectos y subjetividades, los cuales suponen un individuo comprendido en redes de relaciones (Arfuch, 2005)14.

    Para ello retomo a Boubacar Traoré (2009), quien analiza los mecanismos de integración de los migrantes senegaleses realizando una caracterización de este grupo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y provincia de Bs.As. Al igual que le sucede a Traoré existe la dificultad para cuantificar a la población haitiana ya que las fuentes oficiales no son confiables a mi entender. Algunos de los motivos a señalar son, que es una población inestable y que dos de cada tres haitianos llegados a la Argentina emigran posteriormente hacia otros destinos.

    El grupo que sigo sus trayectorias, son jóvenes – entre 18 a 30 años – que viajan solos a la Argentina, algunos con algo de conocimiento del idioma español, otros sin conocimiento alguno. En general son varones solteros que han emigrado solos, con escolarización formal finalizada pero sin experiencia laboral, siendo mayormente en sus países de origen de clase media o media alta, provenientes muchos de la capital o ciudades principales de Haití. Es relevante decir, que en el año 2013, ha comenzado a haber una división entre los que provienen de zona rural y los que provienen de zona urbana, los que hablan criollo y francés y los que sólo hablan criollo.

    Estos jóvenes desean comenzar sus estudios universitarios o finalizarlos. Ya que esto les es imposible realizarlo en su país de origen ya sea por los altos costos de las universidades o por las dificultades de acceso incrementadas luego del terremoto. La Embajada de Haití en Argentina, tiene un registro de 450 haitianos entre los años 2010 y 2013. De esos 450 haitianos 153 son de sexo femenino y 297 de sexo masculino. Según el status de residencia registrados por la Embajada, 165 son estudiantes; 13 son universitarios; 15 son profesionales; 21 han venido por trabajo y 236 no tienen status definido. A la pregunta por qué están en Argentina, la Embajada registró que responden por Estudios Universitarios. Sin embargo estos datos son contrastados con los solicitados y otorgados por la DNM, donde la Dirección de Gestión (EXPDNM N° 18460/2013) relevó que la Cantidad de ingresos de nacionalidad haitiana por año y por medio de transporte entre el año 2010 y noviembre de 2013 es de un total de 4.658 haitianos. De los cuales en el 2010 ingresaron 1.004; en el 2011 unos 1.130; en el 2012 unos 1.014 y en el 2013 unos 1.510.

    Para estudiar las trayectorias de estos jóvenes apelé a varias estrategias, entre ellas las entrevistas en el marco de un Programa socioeducativo que formulé y coordino. En los relatos de los entrevistados, el terremoto aparece como origen de su deseo de migrar a otros países. La motivación está vinculada al deseo de mejorar sus vidas en un contexto – según


  14. MERA Carolina (2010). El concepto de diáspora en los estudios migratorios: reflexiones sobre el caso de las comunidades y movilidades coreanas en el mundo actual. REVISTA DE HISTORIA; pp3. Neuquén: Ed. Universidad Nacional del Comahue.


    sus propias palabras – donde las posibilidades y oportunidades han sido destruidas por el terremoto. Por ello el desarrollo de las entrevistas estuvieron realizadas con referentes de la comunidad haitiana que pudieran ser mis traductores.

    En el caso de la población que investigo y acompaño15 la pregunta de “cómo” llegan a la Argentina parece seguir sin respuesta. En este sentido el supuesto está puesto en la existencia de complejas redes de trata y tráfico de personas que operan desde Haití y en los países de tránsito de los migrantes haitianos en América Latina. El Servicio Jesuita a Refugiados para Latinoamérica y el Caribe (SJR LAC) descubrió por lo menos dos redes de trata y tráfico que reclutan a jóvenes ciudadanos haitianos en diversas regiones de Haití, principalmente en el Oeste y Norte del país, con promesas de estudios y de trabajo en América Latina e incluso en Estados Unidos de América y Europa. Estas redes utilizan Cuba y República Dominicana como países de tránsito hacia el resto de países del cono sur16. Sin embargo, hasta el momento el Estado argentino no se ha ocupado del tema y resta mucho por investigar y por hacer para poder dar certezas de este indicio. Preguntas que siguen sumándose en la investigación de estas trayectorias tiene que ver con qué es lo que los expulsa a estos jóvenes de su lugar de origen, qué es lo que imaginan que encontrarán en Argentina, conocer más sobre ese “pack de viaje17” qué les ofrecen en Haití hacia Argentina y entender cuál es la responsabilidad del Estado argentino frente a esta realidad tan compleja y difícil de abordar.

    La situación de emergencia humanitaria que nos alerta el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), que están viviendo un gran número de haitianos en varios países de América Latina y de la que Argentina no es ajena, es realmente preocupante.

    Mucha de esta población está varada en Perú y en la Amazonía y son víctimas de la trata; otra ha sido perjudicada por el endurecimiento de las políticas migratorias y de refugio así como el cierre de las fronteras para los haitianos, quienes se ven obligados a recorrer rutas cada vez más peligrosas y pagar más dinero a los traficantes para evitar el control fronterizo y migratorio de los países de la región. Es necesario resaltar la actitud deplorable de varios gobiernos de la región que abordan el tema de los flujos haitianos desde el enfoque de la seguridad que criminaliza la migración en vez de hacerlo desde la perspectiva humanitaria, de la hospitalidad, de la solidaridad y de los derechos humanos,


  15. Para la realización de las entrevistas recurrí al diálogo con la mayor diversidad de personas posibles, especialmente en cuanto a variedad por sexo, edad, clase y fecha de ingreso al país. Los primeros datos obtenidos fueron a través de entrevistas, historias de vida, testimonios y documentación a partir del acceso a sus expedientes personales. En segunda instancia, observación participante y acompañamientos de muchos de ellos a realizar sus trámites, búsqueda de empleo, material de estudio para la universidad, entre otros. En tercer lugar, por medio de un seguimiento virtual haciendo uso del facebook, por el cual se ha conformado una red de contactos entre los que están en Haití y los que ya residen en Argentina. Por último, viajando a Rep. Dominicana y Haití siguiendo la trayectoria de la población migrante haitiana.

  16. Wooldy Edson Louidor, 2011. Los flujos haitianos hacia América Latina: situación actual y propuestas.

    Servicio Jesuita a Refugiados para Latinoamerica y el caribe (SJR LAC)

  17. Es un “pack” que integra pasaje de avión a la Argentina, beca para el ingreso a la Universidad pública (la cual no requiere ya que es libre y gratuita), hospedaje y gestión de documentación.


tal como lo requiere el caso haitiano. Todo esto lleva a incrementar la xenofobia y la discriminación contra los afromigrantes que se están desarrollando en algunos países de la región y que se convierten en verdaderos obstáculos para la integración digna de los jóvenes afro-negros-haitianos en nuestras sociedades de acogida.


Comentarios finales

Los jóvenes migrantes constituyen más del 10% por ciento de los 232millones de migrantes internacionales en general, y siendo el grupo social con mayor movilidad humana, constituyen el grueso de los movimientos anuales de migración. Uno de los costos más notables de la migración de la juventud es pagado por la red familiar: la separación, la ausencia, la ansiedad sobre lo que le pasa al joven migrante, la amenaza a la desintegración familiar, entre otros. La familia fuertemente basada en principios de confianza y lealtad responde a estos costos con una transformación en una familia transnacional, creándose familias con miembros en el exterior y miembros en el país de origen.

Si bien la migración internacional representa para muchos, una oportunidad para conseguir una mejor vida y proporcionar una a sus familias, la migración de los jóvenes surge en un contexto de elevado desempleo juvenil y de falta de trabajo decente en el país de origen. Los jóvenes migrantes son potencialmente vulnerables y al mismo tiempo, son actores sociales relevantes y dinamizadores de la sociedad. Sin embargo, la tasa de desempleo entre los jóvenes de casi todos los países es de al menos el doble de la tasa general de desempleo, y se calcula que 73millones de jóvenes se encuentran sin empleo, según las últimas Tendencias Mundiales de Empleo Juvenil realizadas por la OIT. La participación de los jóvenes en la migración internacional representa, como en tantos otros fenómenos sociales, un hecho de relevancia y es un tema pendiente en las agendas de los países de la región. Desafortunadamente, muchos jóvenes migrantes con frecuencia quedan atrapados en trabajos de explotación y abuso, incluido el trabajo forzoso. El migrante vive “entretierras”: en una vive, pero no es suya, y en la suya quiere, pero no puede.


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Vol 28, N°1


Esta revista fue editada en formato digital en marzo de 2019 por su editorial; publicada por el Fondo Editorial Serbiluz, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela


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