Dep. legal ppi 201502ZU4636
Esta publicación científica en formato digital es continuidad de la revista impresa
Universidad del Zulia
Cuaderno Venezolano de Sociología
En foco: Variaciones sobre el tema de la Juventud y la Violencia
Auspiciada por la International Sociological Association (ISA),
Vol.26 4
la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS)
y la Asociación Venezolana de Sociología (AVS)
Octubre – Diciembre
2017
Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.26 No.4 (octubre - diciembre, 2017): 161-181
María Valera Pernía*
Se sistematizó el estudio y la intervención de casos en situaciones de alto riesgo, atendidos en tres entidades de protección a niños, niñas y adolescentes en situación de permanencia, vida y trabajo en las calles de Maracaibo en Venezuela, a lo largo de doce años. Se describió el uso de las técnicas de la historia de vida y la entrevista no estructurada, desde un enfoque cualitativo interpretativo. Se creó una modificación de la historia de vida que se denominó “la micro historia de vida”, útil para investigar los casos y producir acciones en el corto plazo. Con los enfoques histórico social e histórico cultural se estudiaron las formas de exclusión de una vida social digna. Con los enfoques psicosociales se investigaron la desintegración afectiva o la desvinculación parental en estas familias. Desde los enfoques histórico social e histórico cultural se identificaron factores generadores de riesgo social como: la migración interna desde regiones rurales y poblaciones indígenas o desde regiones empobrecidas de países fronterizos, la falta de calificación para el trabajo de los ascendientes, la no inserción en la escuela de los niños, su incorporación al trabajo y a la cultura de la calles. Desde los enfoques psico sociales se identificaron factores generadores de riesgo como: relaciones parentales carentes
Recibido: 08-03-2017 / Aceptado: 19-07-2017
* Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela.
E-mail: mariavalera40@gmail.com
de la función del padre, de la madre o de ambos; hijos e hijas abrigados temporalmente por familiares por línea materna, relaciones de pareja sin vínculos consistentes, que son para las madres una forma de ganar los hijos y con ellos la posibilidad de un hogar. Se concluyó que las microhistorias de vida resultan de gran utilidad para comprender la realidad de quienes viven estas situaciones de riesgo, pero resultó necesario articular con la entrevista no estructurada, en la cual se narran relatos de vida, que permiten captar la realidad como es definida por los protagonistas.
The use of the life stories and stories of life in the study and intervention of cases at high social risk. An experience in Maracaibo, Venezuela.
The study and the intervention of cases in high risk situations, served in three entities of protection to children and adolescents in situation of permanence, living and working in the streets of Maracaibo in Venezuela, over twelve years is systematized. Described the use of the history of life and the interview not structured, from a qualitative interpretive approach. Created a modification of the history of life that was called “micro-history of life”, useful for investigating cases and produce actions in the short term. Historical approaches social and historical cultural studied forms of exclusion of a decent social life. Approaches have been investigated psychosocial emotional disintegration or parental disengagement in these families. From historical approaches social and historical cultural factors were identified generators of social risk as: internal migration from rural areas and indigenous populations or impoverished regions of neighboring countries, the lack of qualification for the work of ascendants, the inclusion in the school, their incorporation to the work and the culture of the streets. From the psycho-social approaches generators as risk factors were identified: lacking
parental relationships of the role of the father, the mother or both; sons and daughters sheltered temporarily by matrilineal relatives, relations of couple without consistent links, which are a way of gaining the children for mothers and with them the possibility of a home. It was concluded that the micro history of life are very useful to understand the reality of those who live these situations of risk, but it was necessary to articulate with the interview not structured, in which narrates stories of life, allowing to capture reality as defined by the protagonists.
Ell presente trabajo se plantea sistematizar la experiencia en el estudio y la intervención de casos de niños en situaciones de alto riesgo, que hemos contribuido a atender en tres entidades de acción, a lo largo de doce años. Específicamente, se atendieron niños que permanecen, trabajan o viven en las calles de Maracaibo, Venezuela. Nuestra participación se realizó a través del trabajo docente, en la Cátedra de Prácticas Profesionales de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Zulia, insertada en el trabajo directo con los niños (as) y familias atendidas, con la participación de las distintas cohortes de estudiantes que cada año se incorporaron rigurosamente a esta actividad. Durante estos doce años trabajamos en la Fundación República de los Muchachos, en la Fundación Casa Mía, y en la Fundación Niños del Sol, sucesivamente, de la mano con los equipos multidisciplinarios encargados de los casos.
En los actuales momentos, es nuestro interés sistematizar esta experiencia, para generar una reflexión que sea útil para crear nuevos métodos o técnicas para estudiar las situaciones atendidas, valorar la incorporación de los métodos biográficos y de los enfoques histórico social e histórico cultural para el estudio de los casos. Útil para apoyar el trabajo pedagógico, y guiar el trabajo práctico de los estudiantes en este eje de la formación profesional.
La sistematización de una experiencia práctica es una forma de recuperar los saberes producidos desde el interior de la acción profesional. Es una reflexión desde la acción y sobre la acción, que permite reconstruir un proceso de intervención. Consiste en una descripción, donde predomina un estilo narrativo; se producen explicaciones e interpretaciones sobre el tema o el proceso escogido para reflexionar, pero no requiere del uso de un esquema convencional, que pide exponer un marco teórico o un sistema de hipótesis. (Zúñiga, 1990:16). Se diseña un proyecto para guiar esta reflexión: básicamente, se delimita el aspecto desde el cual vamos a mirar nuestra acción profesional. En nuestro caso, se mira desde los métodos y los enfoques usados para el estudio de los casos
concretos. Esto nos permitió, a su vez, construir una caracterización de la dinámica de las familias atendidas.
El contenido del trabajo presenta tres áreas temáticas: la primera describe el contexto institucional en el cual se desarrolla la intervención; la segunda define los métodos y las técnicas tal y como fueron usadas en el estudio y la intervención de los casos; la tercera explica los enfoques teórico-epistemológicos utilizados para comprender las situaciones
– problema, los cuales permitieron elaborar una caracterización del perfil humano de las
familias con las cuales hemos trabajado.
En el primer sentido, describimos el contexto institucional en el cual se produce el proceso de intervención. La atención directa de los casos se realizó en tres instituciones que presentaban objetivos de acción afines: se atendían niños, niñas y adolescentes que se encontraban en situación de permanencia, de vida o de trabajo en las calles. En el segundo sentido, se explica cómo se utilizaron los métodos y técnicas para el estudio e interpretación de las situaciones atendidas, incorporando el uso de los métodos biográficos y autobiográficos, para captar los significados subjetivos que estos niños, niñas y familias atribuyen a sus prácticas de vida.
En el tercer sentido, nos detenemos en los enfoques teóricos utilizados para el estudio de estos casos de niños en alto riesgo. Es nuestro interés describir como hemos hecho un uso integrado de los enfoques histórico social e histórico cultural, articulados a su vez con el uso de enfoques centrados en el estudio de los vínculos familiares, los vínculos afectivos y las interacciones. Se explica, metodológicamente, cómo se realizó un análisis transversal de distintos relatos de vida, en distintos casos, para identificar problemáticas comunes en estas familias, lo cual nos permitió delinear un perfil humano compartido para estos grupos familiares. Esto facilita los procesos de intervención o las acciones de protección.
La Sistematización de una experiencia de intervención permite recuperar diversos saberes producidos durante la acción, a partir de la reflexión sobre aquellos previos teóricos, metodologías, recursos técnicos, o saberes originarios de los sujetos concernidos en las situaciones – problema, que han resultado pertinentes para potenciar la acción. Esta sistematización se hace de forma intencional, tiene una dirección, y se realiza en base a un proyecto para utilizar el tiempo, los recursos humanos, y las experiencias cognoscitivas o pedagógicas disponibles.
En este caso, se realizó en base a un proyecto de investigación, que se realizó a través de las prácticas profesionales de la Escuela de Trabajo Social, permaneciendo con varias cohortes en el área de intervención de niños o adolescentes en alto riesgo social, utilizando los métodos biográficos y autobiográficos.
Esta investigación generó seis tesis de grado, proyectos de acción directa con las personas y familias ejecutados en las instituciones, guías de lectura para los estudiantes, guías prácticas para nuevos protocolos de presentación de informes ante las entidades
del sistema de protección, informes de sistematización ante las entidades de atención, informes contentivos de las historias de vida y sus análisis para presentar los estudios de casos, así como generó un Trabajo de Ascenso para optar a la categoría de profesora titular de la Escuela de Trabajo Social, de La Universidad del Zulia. Nuestro primer objetivo de investigación es describir como se utilizaron las técnicas de la historia de vida y la entrevista no estructurada, desde un enfoque cualitativo interpretativo, para estudiar los casos , y dar a conocer la validez que tienen estas técnicas cuando se trabaja con ellas en forma plural, sin sacrificar el rigor metodológico.
Nuestro segundo objetivo de investigación es describir cómo se utilizaron en forma articulada los enfoques histórico social e histórico cultural con los enfoques centrados en el estudio de los vínculos familiares, para analizar e interpretar la dinámica socioeconómica, sociocultural y sociopsicológica de cada grupo familiar.
Los procesos de estudio e intervención se desarrollaron en la Fundación República de los Muchachos, en la Fundación Casa Mía y en la Fundación Niños del Sol.
En relación con el contexto institucional donde se realizó este proceso de intervención y de sistematización, podemos destacar lo siguiente: los objetivos de acción de las entidades de atención mencionadas persiguen integrar a los niños y adolescentes a espacios de vida y de socialización alternativos, incluyendo la inserción de sus propias familias a formas dignas de vida y trabajo. Estos objetivos pasan por la opción de retirar al niño de la permanencia en lugares públicos, avanzar hacia su inclusión en programas de escolarización especiales, disminuir su incorporación al trabajo, e impedir su participación en actividades de alto riesgo para su vida o para su integridad personal.
Estos objetivos de intervención se entrelazan en acciones de corto, mediano y largo plazo, que, necesariamente, abarcan la atención de su salud biológica, emocional y mental; de su alimentación; de su educación básica; de su derecho al deporte, al esparcimiento y al disfrute de actividades artísticas, culturales y recreativas.
La visión de las instituciones propicia la reintegración funcional entre el niño y su familia, especialmente, entre el niño y las personas que cumplen funciones parentales, dentro de las distintas formas de estructuración que se observan en sus familias. En nuestra práctica como trabajadores sociales-docentes, nosotros hemos actuado decididamente en base al objetivo de restaurar los vínculos familiares y afectivos que le pueden servir al niño de apoyo o de sostén, para impedir la profundización de su inserción a la cultura de la calle, y evitar la reproducción de pautas de comportamiento que degradan su condición como persona.
En esta perspectiva nuestro interés estuvo centrado en fortalecer los métodos profesionales y las técnicas utilizadas para el estudio y la atención de los casos. En relación con el uso de los métodos y técnicas incorporamos el uso integrado de las historias de vida y las entrevistas no estructuradas, específicamente, se creó una modificación de la historia de vida que hemos denominado “la micro historia de vida”, para el estudio de los casos atendidos. Esta técnica resultó de gran utilidad para comprender la realidad vivida por quienes protagonizan cada situación problema. En el camino resultó necesario articular
con la técnica de la entrevista no estructurada, la cual en forma frecuente da paso a la
narración de relatos biográficos.
A partir de los enfoques histórico social e histórico cultural estudiamos los factores macrosociales, que actúan como condicionantes estructurales, de largo plazo, para generar la exclusión de formas dignas de vida social y la integración a la cultura de la calles de familias, niños y adolescentes, que en forma progresiva se incorporan a estrategias de sobrevivencia, basadas en actividades económicas marginales, en la mendicidad o actividades delictivas organizadas por adultos. En relación con el uso de estos enfoques teórico-epistemológicos, seguimos a autores como Pedrazzini y Sánchez (1992) y Cariola (1996).
A partir de los enfoques centrados en el estudio de los vínculos familiares, los vínculos afectivos y las interacciones estudiamos los factores microsociales, que actúan como condiciones en el corto plazo para generar la desestructuración de las relaciones familiares, la desintegración afectiva y social o la desvinculación de los miembros de grupos familiares. Nos apoyamos en autores como Moreno (2007), Moreno (2002), Moreno (1995), Moreno (1994), Monasterio (1987), Castellano y colaboradores (2005). Estos factores personales, familiares, y psico-sociales se estudian desde una mirada plural pero integradora, que abarca distintos niveles de complejidad según las circunstancias de cada caso en particular. Con la aplicación de los enfoques histórico social e histórico cultural, así como de los enfoques centrados en el estudio de los vínculos familiares, elaboramos los estudios de casos durante un período aproximado de doce años.
En el transcurso de esta experiencia de estudio y de acción se atendieron casos de niños y adolescentes en situaciones de alto riesgo social. Se trabajó en la Fundación República de los Muchachos, la cual atendía niños con vida en las calles, luego paso a atender niños desescolarizados que aún conservaban vínculos son sus familias. Después se trabajó en la Fundación Casa Mía, la cual actuaba en casos de niños en situación de calle, qué vivían o permanecían en las calles, y progresivamente, pasó a atender niños que trabajaban en lugares públicos. En un tercer periodo, se trabajó en la Fundación Niños del Sol, que atendía, más específicamente, a niños que trabajaban en las calles y niños desescolarizados. Las tres entidades tienen en común el atender a niños incorporados a la vida en las calles, ya sea de forma parcial o total. Su ámbito de acción se ubica en el Municipio Maracaibo, pero atienden niños, niñas y adolescentes provenientes de los diversos Municipios que corresponden a la Entidad Federal Zulia, y aún provenientes de otras entidades federales.
A lo largo de doce (12) años observamos características que se hacían comunes para la vida de los grupos familiares o de las familias de estos niños. Lo común en su práctica de vida era encontrar familias desestructuradas, con relaciones fragmentadas o vínculos rotos, o simplemente, retazos de familias, fragmentos de lo que pudo haber constituido
alguna vez un vínculo de afecto y protección. Familias que no habían tenido la posibilidad de integrarse a la dinámica de una sociedad o una comunidad que los incluyera en las diversas formas de producción de la vida material y espiritual: familias y niños sin vivienda, sin empleo, sin ingresos económicos, sin escuela, sin comunidad, sin hogares sostenibles o consistentes.
Pronto nos dimos cuenta que ante un niño o adolescente que vive en semejantes condiciones de desarraigo no era posible acercarse a través de métodos de estudio de casos basados en entrevistas estructuradas o interrogatorios directivos. No obstante, para actuar ante las situaciones debíamos intentar comprender la dinámica de la vida familiar en la cual estaba inmerso cada niño, así que decidimos optar por los métodos biográficos y las historias de vida.
Las historias de vida y las autobiografías se han utilizado con preferencia en el campo de la investigación heurística, antes que en el campo de la investigación casuística.
No obstante, nosotros pretendíamos utilizarlas en el campo de los estudios de casos, necesarios para la actuación practica sobre las situaciones problema.
A continuación se describirá como se enfrentó o se resolvió esta dificultad.
Algunos autores son totalmente resistentes a la hora de aceptar el uso de las historias de vida o de las autobiografías en la práctica del trabajo social. Estos autores no se han percatado que lo primero que hace un niño, un joven, o una madre, cuando está ante una trabajadora social es, precisamente, narrar, contar su historia, contarnos de sí misma o de sí mismo, como un acto de acercamiento humano, y de creación de vínculos con la persona que lo está recibiendo. En este sentido, nosotros consideramos que no debíamos despreciar esta narración y que podíamos aprovecharla como el punto de partida para la investigación del caso. Pero aprovecharla de una manera intencional, consciente, disciplinada, es decir, de una manera metódica. Decidimos que este era un punto de partida para introducir las historias de vida como forma de conocer y comprender la situación de la persona que teníamos frente a nosotros. Pero debíamos definir si podíamos utilizar las historias de vida como un método autónomo, o si las podíamos utilizar como una técnica.
Seguimos los planteamientos realizados por el profesor Alejando Moreno, quien sostiene que existen diferencias básicas en el uso de las historias de vida como método o como técnica de investigación. Para Moreno: “En el uso de la historias de vida como método autónomo de investigación, el interés está centrado en conocer a la persona y conocer la historia en sí misma” (Moreno, 2002:26-27). No predomina un interés de conocimiento, o un tema de conocimiento establecido previamente. En nuestro caso, a nosotros nos interesaba conocer la historia de vida, pero en relación con temas que ocupaban nuestra reflexión, que eran los temas relacionados con los problemas sociales asociados a los niños en situación de calle.
Para Moreno: “En el uso de la historia de vida como técnica, el interés está centrado en un tema, o en un conjunto de temas, que nos hablan de situaciones o problemas particulares en la vida de una persona”, (Moreno, 2002: 26-27). En nuestro caso, sin descartar que nos interesara escuchar a la persona, comprender a la persona, estábamos orientados a comprender un conjunto de temas, relacionados con conocimientos o reflexiones previas sobre los problemas sociales atendidos. Decidimos que podíamos servirnos de la historia de vida como una técnica, en forma legítima, para elaborar los estudios de los casos.
Según Moreno, cuando un sujeto narra su historia nos cuenta una secuencia de acciones, en la cual se muestra “la puesta en práctica del vivir de esta persona” (Moreno, 2002:28). La persona habla de los significados que le atribuye a su práctica, de los significados subjetivos. “La narración nos muestra la cualidad individual de la práctica del sujeto, aquella que lo describe como persona, lo que lo identifica, el ¿cuál eres?, el ¿cómo eres?, su identidad. Esta identidad es, en sí misma, una identidad social, porque pasa a través de la conciencia colectiva” (Moreno, 2002:37).
Se requiere entonces de un esfuerzo de interpretación para comprender el significado que el sujeto le atribuye a sus circunstancias. En particular, para comprender la manera de sentir del individuo que es común a la comunidad a la cual pertenece el sujeto. (Moreno, 2002: 31-33). Por ello en la historia de vida de una persona se puede comprender la vida de su comunidad, de su sociedad, o su mundo de vida. Desde un enfoque cualitativo interpretativo, esta definición de la historia de vida nos llevó a pensar que podía ser utilizada como una técnica pertinente para comprender las practicas de vida de las personas que atendemos y las practicas compartidas por personas y familias en condiciones socio- culturales semejantes.
Primero, porque permite captar la realidad que identifica al sujeto: intentar acercarnos a su realidad desde su mundo subjetivo, antes que partir de una mirada formal que escruta las situaciones desde afuera, haciendo uso de técnicas que estructuran el diálogo de antemano, sin dejar espacio para un intercambio verdadero entre seres humanos también verdaderos. Segundo, porque reivindica el papel de la relación entre los sujetos involucrados: Moreno reivindica” la dimensión relacional al destacar el papel que juega la relación entre el sujeto que narra y el sujeto que recoge la narración” (Moreno, 2002:24-25).
Para el autor, al momento de narrar y recoger una historia de vida se teje una relación entre el interlocutor y el investigador, de modo que la narración verdadera sólo surge dentro de esta relación, que sitúa lo narrado en el contexto de su tiempo y de su espacio. Si esta relación no se crea, no aparece la narración. Características semejantes existen en la relación que se teje entre quienes participan como sujetos en una relación de ayuda, en el contexto del trabajo con casos sociales, donde sino se construye la relación, el cambio social no surge o resulta infructuoso. Tercero, resulta una técnica pertinente porque permite buscar una interpretación con una visión de complejidad.
Según Moreno (1994: 29-33): “La interpretación de una historia de vida debe y puede abordar tres planos: El plano individual, donde vemos la dimensión psicológico-personal;
el plano grupal, donde vemos la dimensión psicosocial; y el plano del mundo de vida, donde vemos la dimensión antropológica y cultural”.
Esta visión de complejidad es la que nos permite salir de una mirada típica de la psicología conductista clínica que ha sido hegemónica en el campo de la atención de casos sociales, para abrir caminos hacia una mirada psico-socio-antropológica, más prometedora para comprender nuestras identidades familiares, socioculturales, y comunitarias. Estos tres elementos que se reivindican como punto de partida: la captación de la cualidad, el valor de establecer una relación, y la interpretación psicosocial y sociocultural, son necesidades que aparecen con gran fuerza en la actuación cotidiana de los trabajadores sociales, de allí que resultara posible establecer un puente con el uso de las historias de vida en el transcurso de nuestro trabajo.
El Procedimiento Básico para Recoger una Historia de Vida.
Desde el punto de vista operacional partimos de la definición de la historia de vida como una narración en la cual toda la vida de la persona es contada por el mismo sujeto. “La historia se puede narrar por iniciativa propia o por petición de otra persona. Pero la define el hecho de que es una historia que un sujeto narra a otra persona que está presente físicamente… Es decir, que la historia se narra dentro de una relación interpersonal. La historia se produce en la relación con un interlocutor y esto genera un acto que es social, un acto en el cual se hace presente la vida social en forma concreta”. (Moreno, 2002:24- 25).
Trabajamos pues basados en esta definición como punto de partida. En algunos casos no resultó posible recoger la historia de vida completa, sino que se recogían relatos de vida.” Se recogen relatos de vida cuando no se narra toda una vida sino parte de ella, o episodios determinados de ella”. (Moreno, 2002:26). Durante los primeros años de esta experiencia de estudio y de acción se trabajó con historias de vida tratando de seguir el procedimiento planteado por A. Moreno, que nos dice que la historia se va narrando y se va estudiando simultáneamente. Es decir, que se va haciendo la interpretación progresivamente.
Sobre este procedimiento, López (1995:108-110) resume que se pueden seguir las siguientes pautas: Se trabaja con preguntas no directivas; si la persona se queda callada, se retoma la última idea o frase que la persona expresó, a partir de la empatía con la persona; si la historia termina, y necesitamos conocer hechos que faltan o que nos interesen podemos realizar una entrevista de cierre. La persona termina la historia ella sola, cuando siente que no tiene nada más que contar. Nos dice que la historia se narra en presente; un presente en el cual se evoca el pasado.
La “historia” es algo que se produce en el presente. Plantea que es necesario grabar, luego transcribir, siguiendo con fidelidad la narración oral. Así se obtiene el texto escrito. A medida que se va haciendo la transcripción se va haciendo la interpretación. Así se expone. Así se va presentando la historia y se va presentando la interpretación. Precisa Moreno
(1994:29-38) que: “Las primeras páginas transcritas son claves, porque en ellas aparece el “sentido” que tiene la vida en esa historia. Aparecen cuales son las personas, las relaciones, las funciones que son importantes para el sujeto; las relaciones que evoca y dentro de las cuales el sujeto ubica a las situaciones, hechos y personas”.
Estas pautas de sentido es lo que Moreno define como las pautas-guías. Las pautas- guías son las pautas que dan sentido, que dan significado al mundo de vida: las personas y relaciones que le dan sentido a la propia existencia. De allí que en la interpretación hay que hacer un esfuerzo para comprender aquello que la persona dice y aquello que la persona no dice, los vacíos, o aquello sobre lo que guarda silencio. Este es un trabajo interpretativo – hermenéutico (Moreno, 2002:33-34). López lo plantea cuando afirma la importancia de comprender las significaciones profundas que han quedado ocultas debajo de los acontecimientos que recordamos y contamos. (López, 1993: 119-124).
Durante los primeros años seguimos el procedimiento básico, pautado en la experiencia del Prof. Moreno. Pero en el campo de trabajo social, el estudio de los casos nos pide la tarea de producir una evaluación de las situaciones sociales atendidas. Esta finalidad nos predispone a prestar atención a unos temas específicos. Dichas temáticas funcionan como ejes sobre los cuales se detiene nuestro interés. Esto dejaba en claro que podíamos utilizar la historia de vida, o los relatos de vida, solo como una técnica para el estudio casuístico. Tratamos de seguir el procedimiento propuesto por el Prof. Moreno, y lo pudimos cumplir en los siguientes pasos: en el recoger la narración directa de las personas involucradas, en recoger narraciones que abarcaran la vida completa, incluyendo los hechos y relaciones con varias generaciones en el pasado, en la forma de usar las guías de conversación para hacer las preguntas, entre otras.
Se grabaron y transcribieron las historias y los relatos y se procuró ir haciendo la interpretación a medida que se iba transcribiendo la historia. Este proceso de transcripción e interpretación se hacía en el grupo compuesto por los estudiantes, la docente y los ayudantes docentes; el grupo se subdividía en subgrupos más pequeños, donde se iban discutiendo los casos en estudio. Los análisis e interpretaciones que iban surgiendo se exponían oralmente, se escribían en un diario de trabajo, y del mismo modo se grababan, sobre todo porque estábamos trabajando con casos de mucha complejidad.
En forma simultánea, a medida que se iba elaborando la historia y la interpretación, se iban estudiando materiales que constituían un soporte teórico. Se utilizaban textos claves para comprender los ejes temáticos de interés relevante para la problemática social que enfrentan niños que trabajan en las calles de la ciudad, con su experiencia de incorporación a la vida en las calles y a la cultura de la urgencia. Nos guiamos por textos claves, pero se iban incorporando otros textos y materiales de lectura, que abordaban dicha temática con profundidad, en una perspectiva histórico social e histórico cultural, que permitía colocar el tema en la perspectiva del tiempo histórico.
En el campo de la acción profesional, se nos pedía una evaluación social que se elaboró presentando un resumen de la interpretación de la historia de vida que ya se había realizado a medida que se transcribía y se estudiaba dicha historia. De manera natural en esta narración emergían temas que explicaban muy bien las prácticas de vida que contribuyeron a que estos niños incursionaran en el trabajo y la vida en las calles, como estrategia para sobrevivir en la ciudad desarticulada y metropolitana que somos. De forma también espontánea, la explicación y la interpretación surgían entrelazadas.
La interpretación se detenía con mayor énfasis en los planos o dimensiones que en cada caso se revelaban como condiciones de mayor rango para crear el hecho de que un niño trabaje en las calles, sin la protección de familiares, y convierta la calle en su hábitat natural y su espacio de socialización. En los temas, y en la interpretación, se podían identificar factores que actuaban en el plano psicológico-personal, psicosocial-familiar y socio cultural.
Se trataba de hacer una interpretación donde se articulaba la relación entre los factores personales, pisco sociales y socio culturales, que actuaban en cada caso, en particular. No había un esquema único para establecer las relaciones entre estos factores y lograr esta interpretación. Dicha interpretación se exponía en un informe sobre el estudio del caso, que sustituía al formato clásico de un informe social, concebido como un diagnostico que examina causas únicas para efectos únicos, o causas visibles para problemas inmediatos. Dicha exposición tenía una presentación diferente para cada caso, una exposición singular.
Esta forma de lograr la interpretación nos llevaba a presentar exposiciones escritas largas, con un acento narrativo. Se hacía sentir una mirada sociológica y antropológica, ya que se hacía énfasis en las condiciones sociales y culturales en las que se encontraba inmerso cada niño que, por supuesto, se expresaban en la vida de su familia y en su vida personal.
Esta mirada que se detenía en las condiciones sociales y culturales, estaba guiada, de diversas formas, por la lectura previa de dos autores que fueron nuestros maestros de consulta; se trata de Ives Pedrazzini y Magaly Sánchez, quienes con su obra “Malandros, Bandas y Niños de la Calles” (1992) fueron pioneros en estudiar el fenómeno de los niños de la calle; los estudiaron como sujetos en exclusión social, que protagonizaban un nuevo modelo de socialización, que se imponía desde las calles, ante las urgencias de la pobreza extrema en la ciudad desestructurada, que es la ciudad típica en las sociedades urbanas latinoamericanas.
La forma de interpretación y exposición del estudio de casos que estábamos utilizando era enriquecedora para la comprensión de las situaciones atendidas. Pero, tenía limitaciones para el campo de la acción: primero, el proceso de elaboración era muy largo; segundo, inhibía esfuerzos y tiempo para concretar las intervenciones de corto plazo; tercero, exigía un mayor nivel de formación para realizar el estudio de caso; y cuarto, producía informes conceptuales y narrativos, sin una estructura técnica estándar. Dichos informes resultaban
complejos para tomar decisiones, sobre todo, cuando había que exponer ante terceras personas, tales como abogados, médicos, psicopedagogos, o psicólogos, que integraban los equipos técnicos encargados de la intervención.
Después de varios años decidimos modificar el uso de la historia de vida y los relatos de
vida como técnica para el estudio de los casos.
La primera modificación se realizó con respecto al modo de recoger e interpretar la
historia narrada.
Tuvimos la necesidad de sesgar o detener la atención en temas o ejes temáticos específicos. Estos temas estaban relacionados con los problemas concretos que viven niños y adolescentes que trabajan en lugares públicos, con o sin experiencia directa de vida en las calles, expuestos, por consiguiente, a riesgos para su integridad biológica, psicológica y social, excluidos de las formas legitimas de integración a una vida familiar y social dignas. Se recogían todos los temas expuestos en la narración del protagonista, pero la atención se centraba en los temas relacionados con la problemática social antes descrita. Cuando estos temas comenzaban a surgir nuestra escucha se detenía en ellos, mediante el uso de guías de conversación, preguntas no directivas, no estructuradas, abiertas, pero focalizadas o específicas, el uso del diálogo y la conversación.
La modificación en el uso de la historia de vida se realizó con respecto al proceso de
recoger e interpretar la narración (Valera, 2010).
El procedimiento que utilizamos lo podemos resumir en las siguientes pautas: a) Se recoge la historia de vida del sujeto, y a través de ella se recoge también la historia de la vida de su grupo familiar. b) Se identifican momentos significativos en la vida del sujeto, a partir del reconocimiento de hechos que pasan a constituir pautas-guía en la vida del mismo. c) Se exploran los temas que los mismos sujetos van introduciendo en el diálogo. Se exploran hechos narrados por el sujeto, tomando en cuenta las valoraciones que la persona expresa acerca de sus propias circunstancias. d) Se indagan temas relevantes para el tipo de problema social vivenciado. Estos temas relevantes se identifican a partir del conocimiento previo que tenemos sobre el problema social que estamos atendiendo, del conocimiento previo sobre las condiciones o factores que configuran el problema y han sido ya observados. Este es el papel que juegan los conocimientos teóricos previos.
e) Se van construyendo pequeñas explicaciones e interpretaciones, que en el camino de la indagación se pueden replantear. Para plantear estas interpretaciones particulares es importante el conocimiento previo sobre el problema social y el uso de categorías cognoscitivas descriptivas, flexibles, que permitan capturar la cualidad que distingue la actuación y las relaciones de la persona que narra. f) En cuanto a las técnicas para analizar la narración se utilizó preferentemente el análisis de contenido; se apoyó con el análisis
gramatical y el análisis semántico. Esto se reforzó con el estudio de documentos biográficos
tales como evaluaciones psico pedagógicas, expedientes legales, o historias médicas.
g) Se recogieron relatos cruzados: en casos en los cuales la dinámica del grupo familiar era muy compleja, o muy desestructurada, y esto no hacía posible recoger una narración sustentable por parte de una misma persona, sea el niño, el adolescente, su madre, o un familiar significativo, se recogían narraciones o relatos realizados por parte de varias personas integrantes del grupo familiar, o de personas significativas en sus grupos de pertenencia. Estos relatos se cruzaban entre si, a través del seguimiento de una misma temática expuesta en varios relatos hechos por distintas personas, hasta obtener una visión lo más completa posible acerca de dicha temática. h) Simultáneamente, con la exploración de temas que permiten comprender como se configura la situación problema, se van explorando los recursos, las estrategias de acción y las potencialidades con las cuales cuenta el sujeto y el grupo familiar para emprender formas alternativas de vida.
Esta indagación de temas más específica y más focalizada nos llevó a la posibilidad de elaborar historias de vida más cortas. Lo que podríamos llamar micro historias de vida. Y encontramos que esta técnica era mucho más probable de ser utilizada en el campo de la acción social o del trabajo social. En adelante decidimos trabajar con micro historias de vida y con la recolección de relatos de vida que con frecuencia surgían entre las personas atendidas. En otros casos, cuando no surgía la relación más fructífera para lograr la narración de una historia o de un relato de vida, se trabajó con entrevistas no estructuradas y abiertas, en el transcurso de las cuales también era frecuente recibir un relato espontáneo sobre episodios o temas de especial significado para el sujeto. Así, se utilizaron estas técnicas diversas para realizar los estudios de casos, sin considerarlas excluyentes ni irreconciliables entre sí.
La segunda modificación que realizamos tiene que ver con la utilización de esta micro historia para producir una evaluación de la situación social en la que se encuentra el sujeto. Así mismo, con el procedimiento para exponer la interpretación de la historia de vida de un niño que vive, permanece o trabaja en las calles. Esta posibilidad ha sido muy debatida, y hasta se ha planteado que recoger una historia de vida y realizar una evaluación social son opciones antagónicas. La práctica del trabajo social nos dice que este es un falso antagonismo. Ha sido posible recoger la historia de vida, elaborar su interpretación, y a partir de ella, identificar los factores que actúan para configurar una situación concreta de riesgo social para un niño o para los miembros de un grupo familiar.
Es posible valorar o evaluar las condiciones que actúan desde el corto y largo plazo para decidir la salida de un niño a la vida en las calles, la incorporación precoz al trabajo o la desintegración social de todo un grupo familiar. Esto se logra cuando se identifican y describen estos factores en los planos: psicológico (personal), psicosocial (familiar), socio cultural y socio económico. Estos factores no se estudian buscando relaciones de
causa-efecto; lejos de allí, se estudia cómo se articulan condiciones que actúan desde la vida micro social con condiciones que actúan desde la vida macro social, para configurar situaciones de riesgo particulares.
Se identifican los factores de mayor impacto o de impacto trascendente para configurar la situación problema. Estos factores los encontramos resaltados en la ficha de análisis de las narraciones, la historia, o los relatos; han sido identificados, y con ellos se ha construido una comprensión del problema social. Existe una configuración de factores actuando que es particular. (Valera, 2010:28-30). Se analiza e interpreta, en cada caso, la particular configuración de factores que intervinieron para crear una situación de vulnerabilidad, de riesgo, o la salida de un niño del hogar familiar a la permanencia y vida en las calles. En la evaluación también se identifican los recursos de apoyo con los cuales cuenta el niño y su familia. Se incluyen los soportes afectivos, de organización, o materiales, presentes en el grupo familiar.
Para exponer el estudio de cada caso se utilizó un formato mixto. Se utilizó un estilo descriptivo, narrativo e interpretativo; nos apoyamos en el uso de categorías cognoscitivas blandas, flexibles, que identifican cualidades distintivas de la persona, de su forma de establecer relaciones familiares y micro sociales, o de sus prácticas de vida. Se diseñó un formato que pudiera satisfacer las necesidades operativas de las instituciones donde estábamos insertados en la práctica de acciones de protección social. Este formato incluye la descripción de los siguientes aspectos:
En primer lugar, contiene una descripción de la composición del grupo familiar del niño, que abarca los aspectos socios demográficos. En segundo lugar, narra la micro historia de vida del niño y su grupo familiar. Se presenta en forma corta, breve. Las narraciones de hechos con significado trascendente se insertan con mayores detalles cuando se expone la dinámica psicosocial de todo el grupo familiar, ya que la fuerza del relato textual ilustra los hechos significativos para la vida del sujeto.En tercer lugar, expone un análisis e interpretación de la estructura y la dinámica de la vida familiar, que abarca los planos psicosocial y socio cultural. Este análisis se realiza a partir de la interpretación de la misma historia de vida y de las observaciones directas realizadas en el lugar de habitación, de estudio, de trabajo o de permanencia en las calles.
En este punto, las temáticas generales para estudiar la dinámica psicosocial de una familia son desplazadas para dar cabida, en cada caso, a la exposición de temáticas particulares relevantes. Estas temáticas se han revelado en la investigación de la historia de vida. Para el análisis e interpretación de dichas temáticas se utilizan enfoques centrados en el estudio de los vínculos familiares: los vínculos afectivos, los vínculos parentales, los vínculos filiales, las relaciones con la familia extensa, las interacciones y el manejo de conflictos, los modos de comunicación, las formas de ejercicio de la autoridad, entre otros. (Moreno, 1994; Castellano y colaboradores, 2005)
Las condiciones sociales y culturales que actúan para configurar la situación – problema se analizan tal y como se expresan en el interior de la vida o de la dinámica del grupo familiar, de las relaciones del sujeto con sus grupos pares, o sus grupos de pertenencia en su comunidad, de las relaciones que construye con la ciudad, para sobrevivir en lo urbano desestructurado. (Pedrazzini y Sánchez, 1992:176-177). No se analizan como parte de un entorno exterior, sino como pautas interiorizadas a través de valoraciones, ideas y creencias que se practican en la vida psicológica-individual, en la vida de todo el grupo familiar y en la vida de las comunidades de origen o de pertenencia. Para cerrar dicho informe, se presenta una síntesis de la evaluación de los factores que poseen mayor impacto en la configuración de la situación de riesgo para el niño y su familia.
Se realizó un esfuerzo para describir las características comunes a estas familias, que nos permitió delinear un perfil compartido. Esta caracterización se realizó a través del análisis de casos emblemáticos atendidos en el período que va del año 1998 al año 2010. Para ello se utilizó el enfoque cualitativo interpretativo, y el método de encuesta por relatos de vida, que permitió realizar un análisis transversal de distintos relatos de vida, para identificar problemáticas comunes a estos distintos casos. Se describe, metodológicamente, como se realizó el análisis transversal de casos, para llegar a identificar problemas – tema y prácticas de vida comunes, que nos permiten hablar de un perfil humano compartido para estas familias. Desde el enfoque cualitativo interpretativo se trató de observar a sujetos típicos en situaciones típicas.
Siguiendo a Miguel Martínez (1998:9-11), el enfoque cualitativo parte de una mirada descriptiva, inductiva y empírica. Describe representaciones de prácticas sociales, busca realidades que se manifiestan en unidades sociales semejantes, y privilegia el uso de fuentes vivas como narraciones, relatos, testimonios u opiniones. El enfoque cualitativo interpretativo, lo utilizamos siguiendo la corriente de la etnometodología, según Coulon (1998), la cual plantea lo importante que es comprender los métodos empleados por los individuos para darle sentido a sus actos, realizar sus acciones y organizar su existencia social.
Coulon (1998) le da valor a las creencias y los comportamientos que aparecen en el sentido común como componentes necesarios para articular toda conducta socialmente organizada. Se interesa en comprender como las personas perciben, describen y definen las circunstancias en las que se encuentran, y como crean reglas para construir o reconstruir la vida en su cotidianidad. La comprensión hermenéutica o la interpretación del sentido de lo que estas familias hacen para sobrevivir nos planteaba una posibilidad de comprender la dinámica de familias a quienes a sí mismas les cuesta, les confunde, o les duele definirse como “familia”. Cuando la violencia ha dejado sus huellas, cuando la exclusión ha dejado sus marcas, cuando la separación o la desafiliación social han dejado su estigma, intentar un acercamiento con otro rostro no resultaba nada fácil.
En la primera caracterización del perfil de las familias atendidas, se utilizaron como unidades de observación las historias o relatos de vidas, recogidas por nuestra propia mano, así como los estudios de casos, que en los años previos habíamos realizado, a partir de las narraciones, relatos o testimonios aportados por los niños, adolescentes, familiares o informantes claves. Como ya se explicó, en algunos casos fue necesario articular la recolección de historias de vida con el uso de la entrevista no estructurada. (Ver González y Vázquez: 1999; Gotera y colaboradoras, 2001; Durán y colaboradoras, 2003).
Este saber acumulado se guarda en la memoria escrita recogida en nuestros respectivos diarios de campo, en los informes sociales y las relatorías escritas que se entregan en la entidad. Se trabajó con el procedimiento de discusión en grupo de los hechos y situaciones observadas. Así, lo no dicho, lo no narrado, fue descrito en las categorías a partir de lo observado en forma directa. Se utilizo el método de encuesta por relatos de vida. Se siguió el método de análisis propuesto por Bertaux (1980). Consiste en tomar varios casos y narraciones, de ellos se toman temas de interés que aparecen en distintos casos, se identifican comportamientos típicos para cada una de estas temáticas, también se identifican comportamientos singulares y se realiza la interpretación dentro de una visión de conjunto.
El diseño de este análisis se realiza en dos pasos: el análisis vertical y el análisis horizontal. A continuación se describe el procedimiento seguido en la Sistematización producida por Valera, (2010: 35-37).
El análisis vertical es el estudio de la información en forma individual, para cada caso.
El análisis horizontal o transversal es el estudio de la información para observar las mismas temáticas a través de los diversos casos. Se produce una observación del conjunto de los casos.
Para hacer esto, se utilizan las mismas categorías para analizar el contenido de las narraciones o entrevistas individuales y para clasificar temáticas de interés en el conjunto de los casos. Si aparecen temas de interés nuevos estos se incluyen, elaborando nuevas categorías de análisis, o incluyendo subcategorías.
En el análisis vertical se analiza cada historia o relato de vida. Se hace abstracción de temas de interés y de las opiniones de los involucrados sobre dichos temas. Luego estos temas emergentes se categorizaron y ordenaron según los ejes temáticos relevantes para la caracterización que estábamos realizando.
Se elaboró una lista de temas de interés, que fue creciendo; a medida que iban surgiendo nuevos temas se fue complejizando la clasificación a través de la elaboración de subtemas. Así se fueron agrupando y reagrupando los aspectos observados y se fueron estableciendo categorías y subcategorías temáticas.
El análisis transversal se realizó identificando las temáticas en el conjunto de los casos. Cuando había casos típicos muy semejantes entre sí, no se tomaban todos, se tomaban los casos emblemáticos, ya que nos basamos en llegar a un punto en el cual estamos saturados de la misma información, aplicando el método de Daniel Bertaux. (1980).
Se elaboraron cuadros descriptivos con las narraciones de cada sujeto para cada categoría temática. Al final el cuadro incluye una conclusión breve, sobre el análisis de conjunto para cada categoría temática.
El procedimiento se apoyó en una guía de temas, que fuimos operacionalizando, para facilitar la identificación de temas específicos de interés. Este es un procedimiento que corresponde a la metodología cualitativa, donde, según Martínez (1998) y según Moreno (1994), la validación o la confiabilidad de los resultados están dadas por las reglas de coherencia interna que presenta el análisis, por el rigor de los procedimientos y por la concordancia entre la interpretación y análisis de la información.
La caracterización de un perfil humano y social constituyó la base para la exploración de nuevas temáticas en el análisis de la dinámica psicosocial y sociocultural de estos grupos familiares, y para la exploración de nuevas estrategias en la intervención de los casos.
A partir de los enfoques histórico social e histórico cultural investigamos los factores macrosociales, que actúan como condiciones para que familias, niños y adolescentes permanezcan excluidos de las oportunidades de inserción a una vida social digna y generen estrategias de sobrevivencia basadas en la incorporación de los niños y los miembros del grupo familiar a actividades económicas marginales, legales e ilegales, que abarcan el trabajo infantil, la mendicidad o el delito organizado por adultos.
A partir de enfoques centrados en el estudio de los vínculos familiares, los vínculos afectivos y las interacciones estudiamos los factores microsociales, que actúan como condiciones para la desestructuración, la desintegración o la desvinculación de los miembros de estos grupos familiares.
por línea materna, o por personas sin parentesco biológico; relaciones de pareja que carecen de vínculos consistentes o de sostén, y funcionan con un vinculo de carácter instrumental, que es una forma de ganar los hijos para la mujer, y con ellos la posibilidad de ganar un hogar.
De modo semejante, las rupturas en las parejas parentales generan la pérdida económica y afectiva del padre o de todo el hogar familiar para los hijos; las rupturas en las parejas maritales generan una intensificación del trabajo fuera del hogar y un sentido de disminución personal-social para la mujer; los miembros del grupo sostienen interacciones dispersas, y una comunicación de carácter instrumental, los vínculos de afecto carecen de intimidad compartida; la autoridad es ejercida de forma arbitraria, no se percibe como una función para organizar una vida en común con capacidad para resolver conflictos.(Valera, 2010)
Estos aspectos se estudian desde una mirada plural pero integradora, que abarca distintos niveles de complejidad según las circunstancias de cada caso en particular.
Estos estudios tenían el objetivo de evaluar las situaciones problema concretas que serian atendidas. En forma progresiva también permitieron caracterizar el perfil de las familias y niños atendidos.
Es importante decir que en parte estos procedimientos se están utilizando en la actualidad. Lasmicrohistorias de viday las entrevistas no estructuradas con relatosincluidos siguen conservando vigencia como técnicas para comprender la dinámica de los casos.
Se han producido transformaciones en las prácticas de vida de las familias y niños en alto riesgo social, pero no se han arraigado estructuralmente. Han ocurrido cambios significativos como la disminución de los niños desescolarizados, de los niños en situación de mendicidad y de los niños que habitan en lugares públicos, también definidos como niños en situación de calle. Esta disminución está relacionada con la reducción de la pobreza material, la cual podemos observar en la reducción de las personas provenientes de hogares pobres, la cual ubica al sector de pobres no extremos en el 14.8% y de pobres extremos en el 4.9% de la población, para el segundo semestre del año 2015, según la metodología de Necesidades Básicas Insatisfechas, del Instituto Nacional de Estadísticas (INE, 2015).
Se puede señalar el avance en el Índice de Desarrollo Humano, el cual es un indicador complejo que toma en cuenta el mejoramiento de factores claves como: la esperanza de vida, la tasa de mortalidad y morbilidad infantil, la tasa de alfabetización, la matricula escolar en educación primaria, media y universitaria, el logro educativo o la prosecución escolar, el ingreso familiar mínimo, entre otros indicadores. Esta reducción del impacto de la pobreza está sucediendo debido a las Políticas Sociales de carácter público aplicadas desde el Estado ante problemas específicos. Dichas políticas sociales en el área de la niñez
se expresan en la creación de programas de acción transversales, de entidades de atención múltiples, y de diversos instrumentos jurídicos para la protección social.
Entre estos instrumentos a favor de la niñez destaca la Ley Orgánica para la Protección Integral de Niños y Adolescentes, aprobada en 1998 y reformulada en el año 2007, ley mediante la cual se crea el Sistema de Protección Integral para Niños y Adolescentes, el cual, entre otras acciones, permitió crear nuevas entidades para atender la población infantil y juvenil en las situaciones de vulnerabilidad y riesgo. Pero, cabe señalar que estas entidades y programas atienden en forma predominante a niños en los cuales la situación de alto riesgo ya se ha materializado.
Queda abierto el espacio enorme y complejo de los niños y adolescentes que permanecen en sus comunidades y familias con necesidades sociales fundamentales insatisfechas, que viven en condiciones de pobreza cultural y de pobreza económica en las franjas definidas como pobreza no extrema y extrema.
En estos sectores sociales las familias y los niños permanecen expuestos a situaciones de crisis y de vulnerabilidad, que los convierte en sectores expulsores de niños hacia el territorio de las calles. Tales necesidades solo se pueden erradicar a través de políticas y programas sociales de carácter estructural, universal y prolongado, antes que por la vía de la atención de casos individuales.
Este tipo de necesidades de niños y familias en pobreza dura han sido abordadas a través de la estrategia de las “Misiones” dirigidas a atender a los sectores sociales más deprimidos o más vulnerables. Podemos mencionar el impacto de las siguientes misiones: Barrio adentro I, II y III (Salud), Negra Hipólita (Indigencia), Robinson, Ribas, Sucre (Educación), Vuelvan Caras, Saber y Trabajo (Capacitación para el empleo), José Gregorio Hernández (Diversidad Funcional), Mercal, Pdval, Pae (Alimentación), Madres del Barrio, Hijos de Venezuela, Hogares de la Patria (Alta Vulnerabilidad), Identidad (Identificación legal), Guaicaipuro (Derechos Indígenas), Niño Jesús (Maternidad y Vida Neo Natal, Educación Sexual y Reproductiva), Gran Misión Vivienda Venezuela (Vivienda de interés social), entre otras.
Dichas estrategias de acción dejan sentir su peso en un cambio significativo en las condiciones de vida de los sectores en mayor exclusión social. No obstante, ante la larga data y la profundidad de los problemas relacionados con la pobreza estructural o la pobreza dura, expresadas en la vida de las familias asentadas en el barrio urbano, en el barrio de la periferia urbana, o en el barrio marginal urbano, las situaciones sociales de alto riesgo para la niñez persisten, con todas las marcas de la exclusión y el sentido de desafiliación social que ello arrastra. Los casos de niños que trabajan en lugares públicos o de niños que permanecen en las calles llegan con las mismas marcas y estigmas sociales, y esto se observa en los casos típicos estudiados y atendidos en los últimos años en las entidades del sistema de protección integral a NNA.
En el esfuerzo realizado a lo largo de estos doce años, encontramos que la recolección de historias de vida es una técnica pertinente para comprender como se construyen estas situaciones sociales. Sin embargo, al mismo tiempo, descubrimos que es una técnica
laboriosa, que exige una gran inversión de tiempo, cuando se trata de aplicarla en el campo del trabajo social, para generar acciones en el corto plazo.
La construcción de una técnica basada en microhistorias de vida resulta útil para comprender la realidad vivida por quienes protagonizan cada situación problema. En el camino resultó necesario articular con la técnica de la entrevista no estructurada, en la cual en forma natural y frecuente se da paso a la narración de relatos de vida, los cuales hay que tomar en cuenta porque permiten captar la realidad tal y como es definida por los sujetos protagonistas de las situaciones atendidas.
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Esta revista fue editada en formato digital y publicada en diciembre de 2017, por el Fondo Editorial Serbiluz, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
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