Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.26 No.3 (julio - septiembre, 2017): 139-163


“Voy después de ti”. Aproximación etnográfica a las redes migratorias de haitianos en Venezuela

Carlos Romero Bermúdez*


Resumen

El objetivo principal del presente artículo es identificar la táctica migratoria utilizada por los inmigrantes haitianos para arribar a Venezuela. A partir de esta premisa, se ha decidido utilizar la teoría de las redes migratorias como corpus explicativo de los procesos y no procesos que se derivan de un viaje emigratorio. En términos metodológicos, la investigación se apoyó en la etnografía como herramienta de indagación, siendo puesta en práctica dos de sus técnicas principales, a saber: entrevistas en profundidad y observación directa. Los resultados obtenidos dan cuenta de unas poderosas redes migratorias ancladas en Venezuela desde hace más de cuarenta años, y que, entre otras características, se han venido articulando a través de familiares, amigos e instituciones religiosas.

Palabras clave: Redes migratorias; inmigración; inmigrantes haitianos; Venezuela; Haití.


Recibido: 17-04-2017 / Aceptado: 03-06-2017


* Fundación de Investigaciones Sociales “Diversidad”. Caracas, Venezuela.

E- mail: carlosromeroucv@gmail.com


“I’m going after you”. Ethnographic approach to the migration networks of Haitians in Venezuela.


Abstract

The main objective of this article is to identify the migratory tactics used by Haitian immigrants to arrive at Venezuela. Based on this premise, it has been decided to use the theory of migratory networks as an explanatory corpus of the processes and not processes that derive from an emigration trip. In methodological terms, the research was based on ethnography as a tool of inquiry, being put into practice two of its main techniques, namely: interviews in-depth and direct observation. The results obtained show powerful migratory networks anchored in Venezuela for more than forty years, and that among other characteristics, have been articulating through family, friends and religious institutions.

Keywords: Migration networks; immigration; Haitian immigrants; Venezuela; Haiti


Introducción

Venezuela, acorde a la Doctora Adela Pellegrino (1989: 96) siempre ha sido un país atractivo para los inmigrantes. Además de esto, históricamente los presidentes venezolanos conjuntamente con sus colegas suramericanos se encargaron de crear estrategias para atraer a inmigrantes ya en el temprano siglo XIX. Estas estrategias inmigratorias se empezaron a consolidar a raíz de la instauración de las nuevas repúblicas. La idea era poblar los extensos territorios americanos y así asegurar una excelente producción agrícola que permitiera a los países de la región involucrarse más decididamente en el comercio exterior. Aunado a esto, y siguiendo a la antropóloga Iraida Vargas (2005: 145), el inmigrante era percibido como el portador de nuevas tecnologías y nuevos conocimientos.

A este respecto es importante aclarar que el proyecto inmigratorio venezolano estaba dirigido explícitamente hacia las personas nacidas en Europa y Estados Unidos. Para Vargas (2005: 146) la necesidad del inmigrante en el país no era solo para cubrir la falta de mano de obra campesina, sino que también se daba por sentado que el hombre europeo y norteamericano traía en sus genes los elementos del “progreso”, palabra que se identificaba con industria, ferrocarriles y agricultura moderna.



A lo largo del siglo XX las políticas de inmigración fueron controladas desde el Estado bajo estricta vigilancia y selección, sobre todo en las administraciones dictatoriales militares. Sin bien con la llegada de la democracia este mecanismo de selección desapareció, su vigencia siguió operando en forma simbólica. No es igual un inmigrante europeo a un asiático o caribeño.

A pesar de estas fuertes restricciones que se generaron a principios del siglo XX los colectivos de inmigrantes se han ido diversificando con el correr de los años. Ahora no solo europeos pueblan tierras venezolanas, sino que también personas venidas de otras latitudes engrosan las millones de almas que hacen vida en el país.

Uno de estos colectivos de inmigrantes son los llegados desde Haití. Si bien pudiera considerarse que los haitianos no tienen muchos años como inmigrantes en Venezuela, nadie puede negar que desde hace algunas décadas este contingente ha crecido exponencialmente e incluso ha llegado a ocupar pequeños espacios sociales dentro del país.

Aunque los haitianos forman parte de la historia de Venezuela incluso antes de establecerse como una república independiente, en términos espacio- temporales, y siguiendo al investigador Jesús Machado (2010: 12) es posible afirmar que la migración haitiana en Venezuela es relativamente reciente. De hecho, se puede considerar como un grupo de importancia migratoria a partir de la década del 60.

Generalmente los inmigrantes haitianos en Venezuela se asocian con la venta de helados ambulantes, sobre todo en la ciudad de Caracas. Sin embargo, los espacios laborales de estos inmigrantes son muy diversos. Es común conseguir haitianos en el país trabajando en áreas relacionadas a la construcción civil, al comercio formal, a los diversos servicios de transporte, entre otros.

Son muchas las causas por las cuales los haitianos se han convertido en inmigrantes. Por ejemplo, los bajos niveles en la calidad de vida colocan al país isleño cómo uno de los más desfavorecidos de la región. Este elemento socioeconómico es una de las principales causas en cualquier proceso migratorio moderno. De hecho, pareciera existir un acuerdo entre los diferentes autores revisados que trabajan el tema migratorio sobre la relación que existe entre “desarrollo” socioeconómico de un determinado país y su tasa anual de emigración. (Arango, J 1985; Herrera, C 2006; Gómez, J. 2010.). Esta es, por mucho, la principal causa de los movimientos migratorios de los haitianos en general.

Desde su primera independencia en 1804 los haitianos han vivido diversos procesos políticos que podríamos considerar como traumáticos y complejos. Guerras intestinas, insurrecciones e incluso invasiones de países extranjeros forman parte de su historia política. Visto así, sin duda las emigraciones por causas políticas también juegan un papel protagónico en los procesos migratorios de la población haitiana (Briceño, C; 1989: 20).

Otro elemento transcendental en el proceso emigratorio de la población haitiana tiene que ver con el terremoto que azotó la isla en el año 2010. Los efectos causados sobre este país, el más pobre de América en ese momento, fueron devastadores. Los cuerpos recuperados superaban los 150 000, calculándose que el número de muertos excedería



los 200000. Los datos definitivos de los afectados fueron dados a conocer por el primer ministro Jean-Max-Bellerive en el primer aniversario del sismo, el 12 de enero de 2011, conociéndose que en el sismo fallecieron 316. 000 personas, 350.000 más quedaron heridas, y más de 1,5 millones de personas se quedaron sin hogar, con lo cual, es una de las catástrofes humanas más graves de la historia. Sin duda alguna este es un contexto fundamental para comprender la dinámica migratoria de la población haitiana.

Como dato de interés destacamos que existe un número importante de haitianos que se encuentran en Venezuela sin ningún tipo de documentación legal, de hecho según el servicio jesuita de refugiados (2010), institución que ha llevado a cabo un trabajo importante en torno a la situación de los inmigrantes haitianos en Venezuela, alrededor del 40% de inmigrantes están a la deriva jurídica. Esto a pesar que en el año 2010, justo después del fatídico terremoto, el entonces presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, dictó un decreto ley que generaba amplias facilidades a los inmigrantes haitianos que se encontraban en Venezuela. Este instrumento jurídico buscaba brindarle a todos los haitianos la posibilidad de obtener cualquier tipo de visado posible, y de esta forma poder acceder a los diversos beneficios sociales que se les garantizan a los trabajadores en el país.

En Venezuela, la mayoría de los inmigrantes haitianos se encuentran en Caracas, generalmente en zonas populares o barriadas. Según Jesús Machado (2009:31) estos grupos de inmigrantes se ubican en zonas como Carapita (Sur-oeste de Caracas, parroquia Antímano) y Catia (Oeste de Caracas, parroquia Sucre).

El proceso inmigratorio de haitianos a Venezuela no se da de forma espontanea ni desordenada, al contrario, es un proceso bien articulado que incluye características muy particulares. Si se mira desde lejos seguramente no se logre identificar ningún rasgo significativo, sin embargo, si se afina la mirada es posible encontrar redes sociales bien establecidas.

Estas redes, sin bien son complicadas de detectar, funcionan casi a la perfección. Su objetivo fundamental es garantizar una plataforma social que vehiculice todo el proceso migratorio de los potenciales migrantes desde Haití hasta Venezuela. Este complejo tejido social es conocido dentro de la teoría especializada como redes migratorias.

Las redes dependerían fundamentalmente de lazos y relaciones de parentesco, de amistad y de identidad comunitaria. Las redes, según diversos autores, se configurarían sobre la base de relaciones de confianza, de reciprocidad y solidaridad. En este caso el principio de reciprocidad implicaría una forma de compartir con el otro lo que uno posee, y de esa forma se crearía una especie de endeudamiento social y eminentemente simbólico (Arango, J. 2001: 20).

Las redes migratorias, ya como concepto teórico, anuncia que una vez este tipo de estrategia migratoria se consolida, puede incluso llegar a perpetuarse, es decir, cada acto de migración crea en sí mismo la estructura social necesaria para sostenerse (Massey y otros, 2000); En otras palabras, cada nuevo migrante reduce el costo de la migración de los futuros migrantes, permitiendo así que las redes tengan un efecto multiplicador implícito en su funcionamiento.



Desde aquí podemos entonces suscribir la hipótesis que nos plantea Massey y otros (2000: 88): “Si la migración internacional se institucionaliza a través de la formación y consolidación de redes, ella deviene progresivamente e independientemente de los factores que la causaron, sean estas causas estructurales o coyunturales”. Por esto, las redes migratorias colaboran en la aparición de lazos sólidos entre los lugares de origen y destino de los migrantes.

Atendiendo a estos elementos teóricos, se pudiera intuir que la migración haitiana en Venezuela no es bajo ningún aspecto accidental, sino que más bien pareciera ser producto de una dinámica social bien estructurada. Esto se hace evidente al comprobar en nuestro trabajo de campo el importante flujo de inmigrantes haitianos que siguen llegando a Venezuela a pesar de la compleja situación económica que atraviesa el país desde hace cuatro años (2013- 2017) aproximadamente. De hecho, en este momento es posible catalogar a Venezuela como un país expulsor más que como receptor de inmigrantes.

De tal forma que el análisis socio-antropológico que presentamos versa sobre los

aspectos fundamentales de las redes migratorias de haitianos en Venezuela.


Paisaje metodológico

Por ser un tema novedoso, es poca la información bibliográfica que se pudo obtener en torno a la situación migratoria de los haitianos en Venezuela. De hecho, sólo el texto citado en páginas anteriores, titulado “Migración haitiana en Venezuela”, del investigador Jesús Machado (2009), es el único documento que podríamos considerar como antecedente del corriente trabajo. Por esto, la presente investigación fue planteada desde la lógica de los estudios formulativos o exploratorios.

En relación al trabajo de campo, se decidió utilizar el enfoque etnográfico por considerarlo el más idóneo para intentar comprender el escenario social propuesto. En cuanto a las técnicas de abordaje, se pusieron en práctica dos: observación participante y entrevistas en profundidad. En la primera nos sumergimos durante catorce (14) meses continuos en una iglesia o congregación de Testigos de Jehová, ubicada en “Los Magallanes de Catia”, en una zona popular caraqueña conocida como “La recta de la Laguna”, y en donde la mayoría de sus integrantes son de origen haitiano.

Para las entrevistas en profundidad el proceso fue un poco más dilatado. De hecho, se llevaron a cabo en un periodo de tres años, desde el 2012 al 2015, permitiéndonos, sin querer, tener un margen comparativo histórico entre cada entrevista. Este elemento resultó ser trascendental, pues como se mencionó en líneas anteriores, las condiciones económicas de Venezuela desde el 2012 hasta el presente han cambiado drásticamente, la caída de los precios del petróleo y una muy criticada política económica-cambiaria ha derivado en una evidente pérdida del poder adquisitivo del venezolano, y consecuentemente de los inmigrantes que en este país hacen vida.

Se realizaron quince (15) entrevistas en total. Los informantes fueron seleccionados teniendo en cuenta sobre todo dos elementos, a saber: edad y años en Venezuela. La



guía de entrevista contempló la realización de veinticinco (25) preguntas, la mayoría enfocadas en indagar sobre el proceso de salida de Haití y el posterior proceso de llegada a Venezuela; sin embargo, como sucede muchas veces en el trabajo de campo, y gracias a la locuacidad de los entrevistados, no hizo falta la formulación de todas las interrogantes, la conversación fluida y amena nos llevada a rincones no previstos.


Redes migratorias

Antes de profundizar, es necesario hacer una advertencia teórica elemental: si bien la teoría de las redes migratorias busca explicar el proceso complejo de las migraciones transfronterizas, no cae en la tentación de proponer un marco teórico general que abarque todas las posibles causas de un movimiento de emigración. Al contrario, este planteamiento acepta la diversidad de factores que pueden generar la emigración de determinados sujetos en determinados contextos.

En nuestro caso reconocemos dos contextos claros: Haití y Venezuela. ¿Factores?

muchos, y a lo largo de este ensayo intentaremos descifrarlos.

Las redes migratorias, como concepto instrumental, es una estrategia de migración que tiene como principio esencial la conformación de relaciones interpersonales que vinculan a los inmigrantes, los emigrantes retornados y a los interesados en emprender un viaje migratorio, con familiares, amigos o compatriotas, ya sea en el propio país de origen o en el del destino (Arango, 2003).

Otro concepto de esta modalidad de migración lo brinda la investigadora mexicana Laura Velasco quien afirma que “(…) las redes son productos de las prácticas sociales, que al consolidarse producen instituciones organizativas formales e informales con diferentes estructuras de reglas y recursos encadenando múltiples relaciones que han hecho emerger múltiples actores sociales”. (2002: 140)

Siguiendo a la autora citada anteriormente se puede afirmar que los tejidos sociales se producen por la agencia social de los mismos migrantes y la configuración de nuevas relaciones sociales proyectadas en formas de acción colectiva con fines explícitos. De tal forma que las redes migratorias se pueden entender cómo “(…) estructuras sociales que forman un campo relacional donde están insertos múltiples vínculos individuales, familiares y de grupo; que no sólo funcionan como parte de un proceso social, sino también como vínculos socioeconómicos” (Velasco, 2002: 142).

Las redes, entonces, han permitido la estructuración de una singular experiencia colectiva de la migración, desarrollando y socializando un aprendizaje colectivo sobre rutas, tiempos, condiciones de empleo, peligros, riesgos, contactos, formas de comportamiento, y un complejo conjunto de conocimientos empíricos (Velasco, 2002) .

Al contrario de lo que se pueda pensar, las redes migratorias no son homogéneas ni armónicas, sino dinámicas y se redefinen en el tiempo a partir de las múltiples relaciones que se articulan desde la solidaridad. Las redes adquieren diferentes características



mientras atraviesan por procesos de formación, consolidación, fragmentación o disolución dependiendo de la calidad y cantidad de los miembros que las conforman.

En relación a esto último es importante hacer notar que las redes migratorias pueden conformarse, consolidarse y fracturarse en diferentes espacios de tiempo; es decir, pueden existir redes migratorias breves o perdurables. Todo dependerá de su lógica interna y su objetivo de estructuración en primer término (Massey y otros, 2000)

Incluso, una red migratoria tiene la capacidad de mutar. Es un primer momento pueden estar constituidas esencialmente por relaciones familiares; luego puede nutrirse de amigos, más tarde de paisanos o vecinos, y luego sencillamente de compatriotas o algún grupo étnico en específico (Massey y otros, 2000).

A este punto es importante hacer notar que las redes también están estructuradas en base a relaciones de poder intersubjetivas, es decir, en ellas también media los roles sociales que cada inmigrante pueda tener dentro de la estructura establecida. Así, es posible identificar redes que se encuentran articuladas de forma vertical, definidas por jerarquizaciones y espacios de poder que son construidos por los distintos actores que detentan el poder en un momento determinado. (Pedone, 2010)

Por ejemplo, y dependiendo del tipo de red en el cual el posible migrante se encuentre inserto, conseguirá acceso a informaciones relacionadas al trabajo, vivienda, modo de vida, etcétera. Generalmente en las redes articuladas de esta manera los inmigrantes pioneros son los que cuentan con mayor prestigio y autoridad dentro de la estructura, pues la antigüedad en un país dado le permite acumular conocimiento relacionado a los elementos necesarios para tener éxito en un viaje migratorio. Siendo así, la cercanía o no a esta o este individuo garantiza un espacio de poder dentro de la red migratoria. (Pedone, 2010)

El estudio de las migraciones a través de las redes permite entender los movimientos migratorios no solo desde la perspectiva social y económica, sino que también muestra la dimensión del sujeto a partir de las trayectorias individuales. Este elemento deja ver cómo los proyectos migratorios personales, muchas veces, se plantean lugares intermedios en su viaje que se convierten luego en referencia para las rutas asociadas a una determinada red de migración (Pedone, 2002).

Siguiendo a Claudia Pedone, retomar el punto de vista conceptual de las redes supone, por un lado, “(…) refutar la teoría neoclásica de la inmigración, y por otro, analizar un proceso colectivo: la familia, las cadenas de amistades, los lazos comunitarios previos y la existencia de redes connacionales” (2002: 4). Además de esto, las redes migratorias permiten devolver la mirada al sujeto, al actor social, y sin duda “(…) se recupera la función explicativa de las perspectivas desde las cuales los protagonistas viven el proceso en el que se encuentran involucrados” (Díllon, 2009: 125); este hecho se vincula con el estudio de las relaciones sociales y las estrategias llevadas a cabo por los propios individuos y los grupos sociales.



En términos teóricos son varios los aspectos que analiza la teoría de las redes y desde diferentes enfoques, por ello en las próximas líneas intentaremos conceptualizar algunas características de las redes migratorias y a su vez, iremos examinando a través de los relatos obtenidos de los inmigrantes haitianos, las particularidades de la red migratoria construida desde Haití hasta Venezuela.


Estrategia familiar

A diferencia de otras teorías de las migraciones, la propuesta de las redes migratorias afirma que la decisión de migrar se puede tomar de forma individual o familiar. La propia red brinda la oportunidad al potencial migrante de analizar las ventajas y desventajas de un desplazamiento transfronterizo. De igual forma esta reflexión se puede tomar desde una escala familiar, donde los padres pueden tomar la decisión de enviar a un miembro de su núcleo familiar a otro país por medio de una red bien consolidada, o bien pueden ellos mismos incursionar en un viaje migratorio.

Sobre esta característica se obtuvieron muchas referencias en el trabajo etnográfico, de hecho, en todas las entrevistas que se realizaron en todas se deja ver que en algún punto las decisiones fueron individuales pero con una aprobación familiar importante. Por ejemplo, el informante Gustav Izidore1 comenta lo siguiente


Yo me vine sobre todo porque mi mamá me mandó, estaba la cosa difícil en política en Haití, y yo era político ¿sabes? Había persecución y eso. Mi mamá me dijo vete que te van a matar. Me decía: ándate con tus hermanas en Venezuela. Por eso vine (Noviembre 2013).

En el caso del señor Izidore, la decisión fue tanto individual como familiar, pues en conversaciones informales manifestó su voluntad de irse, sin embargo, para el mismo Izidore la familia fue quién tomó la decisión final de su emigración de Haití y posterior arribo a Venezuela.

En el caso del informante Chilet Malary la decisión fue evidentemente tomada por su núcleo familiar. Es de destacar que en el caso de Malary su emigración de Haití ocurrió cuando tenía sólo 11 años, lo que evidencia que su voluntad individual todavía estaba supeditada a la voluntad familiar. De tal forma que el propio informante describe su proceso de la siguiente manera:


Mis padres ya vivían aquí, yo estaba en manos de mi abuela, entonces ellos después de cierto tiempo empezaron a hacer los trámites legales para irme a buscar en Haití. Y al cabo de algunos años fue que lograron hacerlo, ya pues tenía a donde llegar (Julio 2015).


1 Luego de una detallada explicación de los objetivos y alcances de la presente investigación, los entrevistados estuvieron de acuerdo en que mostremos su identidad; por tanto los nombres que utilizamos en el desarrollo de este artículo son reales. Sin embargo, en relatos puntuales ocultaremos la identidad de los entrevistados por lo complejo de su contenido.



El caso de Chilet Malary se presenta diferente al del informante Gustav Izidore, si bien ambos casos muestran la importancia de las decisiones familiares, en el caso de Malary el factor de su edad jugó un papel crucial. Según lo que se pudo apreciar en el recorrido etnográfico son muchos los casos de emigración haitiana hacia Venezuela que muestran este esquema migratorio, primero vienen los padres, solos o en pareja, y luego poco a poco se van trayendo a sus hijos.

En concordancia con el investigador Joaquín Arango (2003) podemos aseverar que las redes migratorias bien establecidas se convierten en una opción siempre abierta para los posibles migrantes. Esto es fundamental entenderlo pues no todos en un país dado cuentan con esta posibilidad. En el caso de otro informante, Daddy Fontaine, el salir de su país no era la prioridad, sin embargo, debido al terremoto que sacudió a Haití tuvo que hacer uso de la red migratoria de la cual formaba parte, Fontaine comenta lo siguiente:


Yo estaba de vacaciones en República Dominicana y pasó lo que pasó en el 2010, el terremoto, bueno; yo fui por quince días y tuve que durar todo el año porque el país estaba totalmente destrozado y bueno como mi mamá ya tenía 17 años viviendo acá, y mis hermanos también, me dijeron “no Dady, vente por acá, ¿Qué vas a hacer en Haití? Y yo dije, bueno, muy bien. (Fontaine, Daddy. Octubre 2015)

Aquí, evidentemente la decisión fue condicionada, más allá de la propia decisión individual o familiar, sin duda un contexto como un desastre natural genera procesos masivos de emigración. Y es justo aquí en donde las redes migratorias funcionan a la perfección. En el caso del informante Fontaine pertenecer a una red migratoria le sirvió de salvoconducto para llegar a Venezuela.

Es importante hacer notar que el propio informante Fontaine no sabía que formaba parte de una red de migración, de hecho, según su propio testimonio, se sentía alejado de la posibilidad de migrar. Sin embargo, cuando necesitó emigrar la red se “activó” para proporcionarle un destino seguro.

Entonces se podría alegar que para formar parte de una red migratoria no hace falta ser un migrante, es decir, las redes de migraciones no sólo se tejen a partir de inmigrantes en varios países del mundo, sino que también está conformada por familiares, amigos y conocidos que aún se encuentran en el país de origen. (García, 2003; Pedone 2010)

Este elemento permite confirmar teóricamente la existencia de campos sociales transnacionales, entendidos aquí como “(…) un conjunto múltiple de redes de relaciones sociales transfronterizas, a través de las cuales se intercambian, organizan y transforman ideas, prácticas y recursos donde sujetos que no migran mantienen relaciones con quienes sí lo hacen” (Pedone, 2010)

De igual manera la experiencia de Daddy Fontaine permite operativizar una de las propuestas teóricas de la investigadora Claudia Pedone (2010), en la cual, y rescatando conceptos clásicos, postula la existencia de vínculos “fuertes y “débiles” dependiendo de la frecuencia del contacto entre el posible migrante y el o los emigrados. En el caso de



nuestro entrevistado, es posible identificar un vínculo “fuerte” entre él y sus familiares establecidos en Venezuela, pues si bien se encontraban a miles de kilómetros de distancia, la red funcionó automáticamente como una plataforma extraordinaria para permitirle llegar a tierras suramericanas.

Siguiendo con el recorrido etnográfico se trae a colación el testimonio suministrado por Carl Duvergé, informante haitiano, con 11 meses en el país, el cual detalló lo siguiente en relación a su decisión de venir a Venezuela:


Fue como una decisión de mi mamá, porque ella siempre desde pequeño me decía que me fuera, y mis hermanos todos están afuera, en Estados Unidos, y yo creo que todos los haitianos se van porque sus familias los mandan afuera, de una u otra forma. (Enero 2012)

Esta aseveración ratifica cómo la familia es un factor fundamental a la hora de un proceso migratorio. De hecho, el mismo informante recalcó su postura al comentar: “(…) en Haití casi toda la gente se va, todo el mundo tiene familia afuera, y se van yendo, la familia es lo que espera, que te vayas” (Enero 2012).

A este punto es importante destacar que el concepto de familia que manejan los haitianos no sólo hace referencia a padres, madres, esposas e hijos, sino que también incluye a hermanos, tíos, primos y abuelos. Esto es un dato trascendental pues las remesas enviadas desde Venezuela a Haití tienen diversos destinos de acuerdo a la urgencia familiar del momento.

De esta estrategia familiar se han podido identificar dos migrantes característicos, a saber: jefes de familias, padre o madre, dependiendo del contexto familiar e hijos varones en edad productiva. El primer caso se puede observar con mayor claridad en el periodo que va desde 1970 hasta 1990. Según la etnografía realizada y el trabajo documental, en este periodo los migrantes haitianos llegaban a Venezuela en edades avanzadas y ya con una familia propia, es decir, esposas, esposos, hijos y/o hijas.

Sobre este particular en específico comenta un informante:


(…) Yo llegué en el 78 te puedo decir que era diferente. Había muchas gentes de afuera, españoles, italianos, de chile, colombianos muchísimos. Y había también haitianos. (…) pero los haitianos eran diferentes de ahorita, eran muchos profesores, gente que sabía de construcción, gente muy decente, que bueno, venía buscando un futuro y mandar dinero a casa, a sus hijos. (…) ahora es diferente, vienen puros jóvenes, casi ninguna habla otro idioma, ni bachillerato tienen (Izidore, Gustav, Noviembre 2013).

Otro entrevistado refiere lo siguiente sobre este mismo tema:


(…) no, mis padres no se conocían de Haití. Se conocieron aquí en una pensión. Ellos vinieron a buscar trabajo, mi papá veía sus primeros hijos sufriendo y



vino a buscar dinero, y mi mamá igual, salió para mandar dinero a casa en Haití (Dumont, Donald. Enero 2014).

En esta misma línea comenta la informante Doraly Bisoneaux:


(…) vine buscar trabajo, en Haiti es difícil la vida, muy poco empleo, no hay, aquí por lo menos uno trabaja. más o menos, hago dinero para mantenerme y mandar dinero a familia en Haití. 100 o 200 dólares mensuales, no es mucho pero alcanza para la comida de mis hijos y mi madre allá (…) es muy caro dólar aquí, pero trabajo ¿no? Alcanza para comida y eso, ah, para que mis hijos estudien ¿no? Tenga que llevar a la escuela y libros y eso (…) me los cuidada mi madre, ya están grande, casi que no me reconocen cuando fui, me habían olvidado, pero bueno, están estudiando, ya están grandes en secundaria, liceo

¿no? Y tengo mi hija mayor en la Universidad, estudia leyes, a esa me la quiero traer (Febrero 2013).

Estos tres relatos son ejemplos claros de esta característica de migrantes haitianos en Venezuela. Evidentemente el objetivo fundamental de este tipo de migración es enviar dinero (remesas) a los familiares que dependen económicamente de ellos. Por esto es común ver a este tipo de inmigrantes en situaciones precarias2 en el país, ya que tratan de enviar la mayor cantidad de dinero a sus hogares en Haití, incluso por encima de su propia comodidad en Venezuela.

El otro caso mayoritario que se ha podido identificar lo representan los jóvenes haitianos en edad productiva. Si bien es posible observar mujeres jóvenes realizando viajes migratorios a Venezuela, es mucho más común ver a hombres en edades comprendidas entre los 18 y 35 años. A partir del trabajo de campo se pudo reconocer que este tipo de migración es la más numerosa actualmente; y que comienza como característica migratoria a comienzos de 1990.

En realidad este tipo de migrantes tiene más similitudes que diferencias con el otro grupo que se identificó como jefes de familia. En ambos casos el gran objetivo del desplazamiento es obtener dinero para enviar a sus respectivas familias. Sin embargo, en el caso particular de los jóvenes, la migración es prácticamente una decisión consensuada en familia. En la mayoría de los casos los jóvenes son prácticamente enviados a Venezuela para que contribuyan con la economía familiar. Un informante, Dustin Desormoux, con sólo 22 años de edad y a la fecha de la entrevista vendedor de helados ambulante, refiere lo siguiente:


Vine a trabajar, como todos los que están aquí, ya tengo 3 años aquí. (…) yo era estudiante, como tú, ingeniero, y música también, trompeta, ¿sabes? (…) bueno,


2 La gran mayoría de inmigrantes haitianos que se observaron en la etnografía viven en casas poco estructuradas y en situación de hacinamiento. Además, llevan una dieta alimenticia bastante precaria y no cuentan con espacios de esparcimiento y recreación.



ahora gano aquí dinero y se los mando a casa, a mi mamá, padre, hermanas (…) (Octubre 2014).

Otro ejemplo de esta característica de migrante lo representa Carl Duvergé, quien

comenta:


Sí, claro, yo todo el tiempo le mando dinero a mi familia. Para eso estoy aquí (risas) si hubiera dinero en Haití nadie se fuera. Es un buen país. (…) yo siempre, siempre tengo que enviar dinero, donde esté, ya he vivido en varios países y es así. Hay que ayudar a la familia ¿Me entiendes? (Enero 2012)

Otro dato a destacar que se pudo identificar es que en la mayoría de los casos las familias envían a sus hijos mayores a realizar el viaje migratorio. De hecho, tanto Dustin Desormoux como Carl Duvergé representan este tipo de ejemplos. De tal forma, y como primera conclusión preliminar, se puede advertir que la migración haitiana a Venezuela es fundamentalmente una estrategia familiar. La familia se convierte en el eje estructurante de las decisiones de emigrar. Si bien en muchos casos las familias no envían directamente a sus miembros, generalmente se crean las condiciones para que estos tomen la decisión de salir del país.

El desarrollo de diferentes investigaciones en el mundo ha permitido la identificación de varias tipologías de redes migratorias. Si bien todas persiguen el mismo objetivo, las metodologías de construcción son diferentes. En el caso de la migración de Haití a Venezuela se pueden identificar cuatro tipos de redes, a saber: familiar, religiosa, de paisanaje o amistad e irregular.


Redes familiares

Luego de tomar la decisión de migrar, se debe entonces buscar el medio más seguro para llegar a otro país. Para los haitianos las redes migratorias son sin duda el método más efectivo para establecer un viaje migratorio. Y dentro de las posibilidades que ofrecen las redes de migración, las construidas a partir de la familia son las más apreciadas.

La mayoría de los haitianos que se encuentran en Venezuela llegaron utilizando una red de migración familiar. Este tipo de táctica migratoria consiste en (…) “una fuerte expresión de solidaridad entre los miembros de distintas unidades domesticas vinculadas por relaciones de parentesco, que tiene como principal objetivo auxiliar o ayudar a un determinado miembro de la familia a lograr un movimiento migratorio con éxito ” (Biachi en Fernández, M. 2013: 89).

De los informantes que se entrevistaron la mayoría manifestaron que habían llegado al país gracias a la colaboración de un familiar que ya se encontraba viviendo en Venezuela. Y que conocieron y escucharon del país y sus bondades gracias a esos parientes.

Como elemento característico es importante destacar que la red de migración familiar comienza su accionar incluso antes de que el migrante salga de su país. En principio, y cómo rasgo fundamental, este tipo de red generalmente ofrece la posibilidad del financiamiento



del viaje; elemento este que no conseguirá en otros tipos de redes de migración, tales como las religiosas, las de amistad o paisanaje y las irregulares. De hecho, esta realidad fue corroborada por los entrevistados que utilizaron este tipo de red, pues en todos los casos los recursos económicos para emprender el viaje de Haití a Venezuela fueron provistos por algún familiar.

Otro de los elementos definitorios de las redes migratorias familiares es la posibilidad de brindar hospedaje. Este elemento es sin duda una de las ventajas más importantes que ofrece este tipo de red, pues tener un lugar a donde llegar es el primer paso para consolidar un movimiento migratorio exitoso.

Es importante hacer notar que en este tipo de redes el hospedaje que se brinda es dentro del domicilio de los parientes que ya se encuentran instalados en el país de destino, lo que además genera una sensación de seguridad y confianza muy difícil de obtener mediante otro tipo de redes. Sobre este punto refiere un informante


(…) cuando yo llegué aquí tenía mi familia aquí, mis cuatro hermanas y mi madrastra, ella ya murió, y bueno, estuve aquí con ellos, era un rincón de Haití en Venezuela. Aunque yo no pasaba mucho tiempo en la casa de mi familia. Ahí estuve como 4 meses. Luego me fui para la calle para empezar a trabajar y enfrentar la vida. Claro yo era un hombre adulto y tenía que mandar plata para mi familia. Yo trabajaba en una fábrica y ganaba 250 Bolívares a la semana (Izidore, Gustav, noviembre 2013)

La posibilidad del hospedaje también está profundamente relacionada con otro elemento esencial de las redes migratorias que se conoce en la literatura especializada como apoyo o soporte psicológico. Esta herramienta es una de las características más resaltantes que brindan las redes de migración de corte familiar. Si bien en otro tipo de redes también se activan mecanismos de ayuda psicológica, en este caso el hecho de estar rodeados de parientes permite que la experiencia migratoria sea menos traumática y además permite la posibilidad de ayuda inmediata bajo cualquier circunstancia.

Otro elemento a destacar es que este tipo de red si bien no tiene la misma dinámica en cuanto a flujo de migrantes en relación a otras redes, si posee una estabilidad en el tiempo y una fortaleza orgánica como para mantenerse funcionando continuamente. Esta característica se ha podido apreciar en la red familiar construida de Haití a Venezuela a través de procesos de reunificación familiar.

Por medio de los relatos de los entrevistados es posible comprender que generalmente las redes familiares se plantean un proyecto migratorio a gran escala, es decir, en primera instancia se envía a un primer miembro de la familia, pero con el correr de los años se comienza a evaluar la posibilidad de mudar a la familia completa a territorio venezolano. Este caso es reconocible en todos los inmigrantes que llegaron a al país utilizando una red de migración familiar.

Como ejemplo de esta realidad se cita a continuación algunas palabras de uno de los

informantes:



Si. Bueno, el primer familiar que vino fue en el año 79 (…) vino observó, y más bien solicitaban trabajadores aquí, incluso de otros países que viniera a trabajar en otros países, entonces lo vio como oportunidad y lo aprovechó, y bueno, luego de este que llegó fue asentando las bases para que vinieran los demás de la familia. (Malary, Chilet. Julio 2015)

En este caso, y como lo dejó saber el informante, el fundador o pionero de la red familiar fue un tío de la familia. Luego, y a partir de su experiencia se fueron vinculando hermanas y hermanos. El día de hoy tanto el tío como sus respectivos hermanos y hermanas tienen en Venezuela a la mayoría de sus hijos. De tal forma que si la teoría de las redes migratorias es cierta, entonces:


(… ) un vector común por el cual el comportamiento migratorio se trasmite es el de los padres a los hijos. Los hijos dependientes cuyos padres son activos o migrantes internacionales pioneros deben tener más posibilidades para emigrar que aquéllos cuyos padres no tienen esta experiencia. (Arango, J. 2003: 44)

Un ejemplo aún más claro sobre la relación padres e hijos en las redes familiares de migración lo ilustra un informante de esta manera:


Primero había una hermana mía, que vino cuando mi mamá tenía 3 o 4 años aquí, vino antes que yo, ella es mayor que yo, y luego ella se fue a Aruba con mi mamá y mi mamá la dejó en Aruba a ella, y luego mi mamá regresó a Haití, mi mamá vivió un tiempo también en Haití, y mi hermana está todavía en Aruba, ya tiene como 16 o 17 años allá, viviendo. Mi mamá luego se vino a Venezuela y yo me vine después. (Destiné Jean-Kenly, septiembre 2015)

Este relato muestra la dinámica interna que poseen las redes migratorias de corte familiar para lograr una rápida expansión. En el caso de este informante la red fue conformada a partir de la relación más frecuente: padres e hijos. Siguiendo a Massey y otros (2000: 84) es entonces entendible que “(…) las relaciones son más fuertes entre padres e hijos, pues al compartir las penalidades y riesgos de la migración, la experiencia compartida fortalece los lazos paternales y filiales”.

Otro elemento trascendental es que este tipo de red permite que el inmigrante haitiano mantenga consolidado sus patrones y símbolos culturales, pues si bien se encuentra en medio de un paisaje geográfico y social diferente, la cotidianidad familiar le reafirma diariamente su identidad étnica.


Redes religiosas

Las redes migratorias construidas con bases religiosas son muy comunes en el mundo moderno. Generalmente esta forma de red migratoria tiene su anclaje en instituciones religiosas formales, capaces de aglutinar una importante cantidad de integrantes y sobretodo capaces de establecerse en diferentes lugares del mundo.



La dinámica migratoria de México a Estados Unidos es una importante muestra de redes religiosas; por ejemplo la investigación realizada por Alberto Hernández y Mary O`connor (2010) da cuenta de una red establecida a partir de varias iglesias pentecostales consolidadas en las zonas agrícolas de California, en Estados Unidos, y que tiene su origen en Oaxaca, México. En este caso los migrantes mexicanos se apoyan en las iglesias pentecostales en su país para coordinar su viaje migratorio hacia California. Por medio de estas instituciones los posibles migrantes conocen los riesgos, las ventajas y las posibilidades de emprender un viaje hacia el país del norte.

Esta red migratoria tiene como requisito principal de “afiliación” el asumir la fe que se profesa en las iglesias pentecostales. Es decir, para poder “utilizar” esta red de Oaxaca a California es necesario comulgar con los preceptos religiosos impulsados por este tipo de templos. Por ello, afirman los autores, que tanto en Oaxaca como en la parte sur de California se pueden conseguir familias enteras devotas al cristianismo pentecostal (Hernández y O’Connor, 2010).

Esta red religiosa mexicana-estadounidense ha tenido tanto éxito que la iglesia pentecostal más grande de Norteamérica se encuentra justamente en la zona agrícola de California. Según datos de los autores citados anteriormente, entre 15.000 a 20.000 fieles son de origen mexicano, y específicamente de procedencia oaxaqueña. Además de esto, gracias a la conformación de nuevas iglesias la población oaxaqueña también está comenzando a tener presencia en estados norteamericanos como Nueva York, Florida, Illinois y Carolina del Norte (Hernández y O’Connor, 2010).

En el trabajo de campo realizado se pudo identificar una red bien estructurada con fundamento religioso que sale de Haití y llega a Venezuela. De hecho, el recorrido etnográfico realizado para la presente investigación se realizó en la iglesia de Testigos de Jehová que se encuentra en Caracas, Venezuela, exactamente en la parroquia Sucre, en la populosa zona de Catia.

Lo primero que llama la atención es observar que existe una congregación en donde el 90% de sus integrantes son de origen haitiano. Algunos de ellos se incorporaron a la iglesia luego de algún tiempo de estancia en Venezuela, sin embargo, existe un grupo notable que viajó al país ayudado por la propia organización religiosa.

Este grupo de migrantes generalmente forman parte de alguna iglesia de Testigos de Jehová en Haití. Y a través del diálogo religioso con sus hermanos de fe, se van enterando de las posibilidades que existen de emprender un viaje migratorio hacia otro país. Poco a poco, migrante a migrante, se difunde la información de la experiencia migratoria de algunos hermanos en fe que se aventuraron a salir de Haití; y de forma inconsciente, en primera instancia, se va estableciendo una red migratoria con basamento religioso.

Las ventajas que ofrecen este tipo de red son diversas. En principio, el sólo hecho de saber que se cuenta con el apoyo de una institución formal internacional garantiza una estructura de apoyo jurídico en caso de obstáculos legales en el país de llegada. (Pedone, 2002) Además de esto, si bien la iglesia de Testigos de Jehová en Venezuela no cuenta con



refugios para migrantes haitianos, es prácticamente una obligación de los hermanos de fe

que viven en el país recibir y darle la mayor atención al recién llegado.

Estas atenciones comienzan con el recibimiento y hospedaje en Venezuela. Primeras comidas, información fundamental, y por supuesto ingreso inmediato a la congregación de Testigos de Jehová. Esta forma inicial de ayuda es conocida dentro de la teoría de las redes migratorias con el nombre de “función de acogida”; sin duda, un elemento esencial en la conformación de cualquier red de migración (García, 2003)

Las redes de migración de corte religioso no solo garantizan una llegada serena al lugar de destino, sino que también, además del primer hospedaje, por medio de los hermanos de fe se puede acceder a empleos de diversas características. Se conoció de muchos casos de recién llegados que al poco tiempo de estar en el país ya contaban con empleos en distintos espacios laborales. Esto, según arrojó el trabajo de campo, también es parte de la “obligación” de los Testigos de Jehová para con sus compatriotas. En relación a este elemento, un informante describe lo siguiente al preguntársele por el empleo que desempeña actualmente:


Bueno, una hermana3 escuchó que necesitan a alguien en la empresa que está al lado de su empresa y hablaron con ella, ella es Testigo de Jehová por cierto, y bueno los dueños de la empresa quería que fuera un Testigo de Jehová y bueno, entré. Ser Testigo de Jehová ayuda bastante. (Fontaine, Daddy. Octubre 2015)

Otra de las característica fundamentales de las redes migratorias es la de ayuda psicológica. Este mecanismo de soporte se basa sobre todo en la solidaridad que generalmente prestan los inmigrantes establecidos a los recién llegados. Para algunos migrantes es realmente traumático realizar un viaje transfronterizo; habitualmente la angustia se hace presente desde el primer momento que se toma la decisión de salir del país de nacimiento. Por ello no es casualidad que exista tan variada bibliografía de corte psicológico que trate el tema del viaje migratorio y la posterior adaptación en el país de destino (Grinberg, y Grinberg, 2000).

En la congregación de Testigos de Jehová en donde realizó la etnografía se pudo corroborar cómo el soporte psicológico juega un papel fundamental en este tipo de red migratoria. Para comenzar, el sólo hecho de estar reunido con compatriotas haitianos genera en el migrante una sensación de compañía y protección que difícilmente pueda conseguir en otro espacio. Igualmente, la posibilidad de utilizar el idioma natal afianza y reivindica la identidad cultural, pues a partir del dialogo cotidiano recrea y fortalece los símbolos culturales adquiridos en su país. Además, mientras rezar en la comunidad de origen significaba únicamente rezar, una vez en Venezuela, rezar significa ante todo rezar en creole4 (Odgers-Ortiz, 2006).


  1. Aquí el término “hermana” no alude a un familiar, más bien es expresión de la metáfora religiosa “hermanos en

    fe”.

  2. O criollo haitiano, es junto con el francés uno de los idiomas oficiales de Haití. Este idioma está fuertemente influenciado por el francés, español y diversos idiomas africanos.



    Aunado a esto, es posible evidenciar que en este tipo de red el sentimiento de solidaridad es bastante fuerte entre los integrantes haitianos de la iglesia, por lo que tienden no sólo a compartir tiempo en los días de misa, sino que también se asocian para distintas actividades cotidianas.

    Si bien un importante grupo de los inmigrantes haitianos que asiste a las reuniones religiosas llegaron utilizando esta red de migración desde Haití, también se logró identificar un nutrido grupo de inmigrantes que se afiliaron a esta iglesia luego de haber llegado a Venezuela. Esta realidad puede ser entendida como una necesidad de algunos inmigrantes de buscar un refugio identitario en este tipo de organizaciones religiosas; pues es de destacar que en conversaciones informales este mismo grupo de inmigrantes refirieron que en Haití nunca habían asistido a una reunión de Testigos de Jehová. Esta característica también la observó la investigadora Olga Odgers-Ortiz (2006: 7) quien afirma que “(…) para un número importante de migrantes recurrir de una u otra forma a los espacios destinados a la práctica religiosa, forma parte esencial de la estrategia de búsqueda de espacios de socialización y reafirmación cultural”.

    Otro elemento a destacar es que este tipo de red migratoria también ofrece la posibilidad de seguir desplazándose por el mundo una vez que el migrante así lo decida. En nuestro caso la iglesia de Testigos de Jehová cuenta con sedes en más de 100 países en el mundo, lo que le permite a los inmigrantes haitianos decidir quedarse en Venezuela o intentar suerte en otro país. A este respecto comenta un informante:


    (…) bueno, yo no creo que me vaya, siento que ya estoy muy viejito para andar por ahí, quiero ya como una estabilidad. Una familia. (…) aquí en la iglesia muchos se han ido a Chile, Ecuador o Brasil. Tú puedes irte a donde quieras, de verdad, sólo tienes que meterte en la internet y buscar la página de los Testigos de Jehová, yo te la he dicho: www.jv.org. Allí ves absolutamente todos los salones que tenemos, en todas partes del mundo, y ahí puede ir sin ningún problema. Tienes las direcciones y todo. Ahí llegas a cualquiera de esos salones, y allí te reciben, te ayudan y te brindan apoyo cuando llegas. (Fontaine, Daddy. Octubre 2015)

    Así como los Testigos de Jehová, en Venezuela también existen otras instituciones religiosas que tienen en su seno congregaciones especialmente de ciudadanos haitianos. Por ejemplo, por medio del testimonio de uno de los informantes se logró conocer que existen varias iglesias de fe adventista que funcionan no sólo desde una perspectiva religiosa sino que también sirven de espacio de socialización para los nuevos inmigrantes de origen haitiano.

    Si bien se pudo conocer de otros espacios religiosos que revelan una posible conformación de redes migratorias de Haití a Venezuela, no nos aventuraremos a afirmar la existencia de éstas, por cuanto no contamos con las informaciones necesarias para probar tal hipótesis. Sin embargo, es muy probable que existan y que se encuentren en pleno funcionamiento.



    Redes de amistad

    También conocidas como redes de paisanaje, este tipo de articulación migratoria se define como la ayuda o asistencia que se brindan dos o más personas, generalmente del mismo origen y con las mismas pautas culturales, para trasladarse de un lugar a otro; o bien para prestarse apoyo ya en el sitio de emigración. (Fernández, 2013)

    A diferencia de las anteriores, este tipo de red no se basa en ningún tipo de estructura institucional ni en lazos sanguíneos, sino que principalmente se estructuran en relación a la confianza mutua de sus integrantes. (Biachi en Fernández, 2013). También es posible destacar que este tipo de redes se asientan sobre todo en una profunda dimensión cultural, pues compartir las mismas pautas socioculturales es el requisito principal para participar en este tipo de red migratoria. De acuerdo con Massey y otros (2000: 74):


    El paisanaje es un fenómeno con un explosivo crecimiento dentro de los grupos de migrantes, surge debido a que una organización social que se basa sólo en el parentesco no es suficiente para sustentar la migración; por esta razón, los lazos más estrechos fuera de la familia son aquellos que se dan entre personas de la misma edad que comparten experiencias compartidas.

    En la migración de México hacia Estados Unidos se han logrado identificar diversas redes de paisanaje bien consolidadas. Por ejemplo, en el artículo de investigación presentando en el año 2013 por los profesores Marliú León, Benito Ramírez y Alejandro Ortega, se reporta una poderosa red de paisanaje construida desde la entidad federativa de Puebla, en México y que culmina en la ciudad de Anaheim, California, Estados Unidos. Los autores afirman que desde hace algunos años hasta la actualidad este tipo de red es la que cuenta con más dinámica y vitalidad para cruzar la frontera. Además de esto, manifiestan que alrededor del 74% de emigrantes provenientes de la entidad federativa de Puebla utilizan redes de paisanaje para llegar a Estados Unidos.

    Mediante el trabajo de campo se logró identificar que en Venezuela funciona de manera efectiva una red de migración desde Haití basada en el paisanaje. Esta red, según relatos de los informantes, es la que más participantes ha tenido durante los últimos cinco años. De hecho, en conversaciones informales muchos de ellos refieren su llegada a Venezuela gracias a amigos y vecinos que facilitaron el viaje desde Haití a Venezuela.

    Al igual que los dos tipos de redes explicadas anteriormente, este tipo de red también brinda la garantía de hospedaje al llegar al país. En la mayoría de los casos los recién llegados viven sus primeros días o incluso meses en las habitaciones de los paisanos haitianos. Además, como elemento fundamental, reciben las primeras indicaciones y señas sobre Venezuela y los venezolanos.

    Siguiendo a Massey y otros (2000) es posible aseverar que una de las características esenciales de este tipo de red es que provee un acceso expedito al mercado laboral local. En el corriente caso de investigación se pudo identificar que generalmente los haitianos recién llegados a Venezuela ya cuentan con un empleo gestionado previamente por los paisanos o amigos radicados desde hace algún tiempo en el país. Si bien las redes familiares y las redes



    religiosas también generan facilidades a la hora de buscar empleo, no son tan operativas y efectivas como las redes fundamentadas en el paisanaje o amistad.

    Cómo ejemplo se trae a colación el testimonio de un informante:


    Me vine porque un amigo me dijo, de la escuela, y conozco bastante gente de Haití aquí. Gente que conozco y muchachos que había visto por la calle allá. (…) bueno mi amigo me dijo que aquí era diferente, que se ganaba algo de dinero y que podría comprar algunas cosas. (Jay Andoux Octubre, 2014)

    Este mismo informante refirió que muchos vecinos y amigos de su ciudad se encuentran en Venezuela, y que la mayoría se viene ayudado por paisanos que ya tienen tiempo viviendo en el país; de hecho, este mismo informante comentó que él había ayudado a otro amigo a arribar a Venezuela hace algunos meses.

    A diferencia de las redes familiares el financiamiento del viaje corre por cuenta propia del migrante, incluso, no se consiguió ningún caso en donde un inmigrante haitiano residenciado en Venezuela corriera con los gastos de viaje de un compatriota. La ayuda principalmente se centra en hospedaje y posibilidad de empleo.

    En relación al aspecto laboral el mismo informante comenta:


    Bueno, yo más o menos sabía que iba a trabajar de vender helados, no lo sabía mucho. Pero sabía que el trabajo es duro aquí, primera vez que trabajo de esto, no me gusta, mucho, mucho trabajo, pero es lo que hacen todos los haitianos y es el trabajo que hay aquí. (,Jay Andoux Octubre, 2014)

    Aunado a esto se logró identificar que la red migratoria basada en el paisanaje o amistad es la que está vinculada con el trabajo de vender helados en las calles de Caracas. Ni en las redes familiares ni en las redes religiosas se observa inmigrantes haitianos practicando este oficio. Esto pareciera ser un dato revelador pues es una característica esencial de este tipo de red en Venezuela.

    En contraposición a las redes familiares, este tipo de red podría ser catalogada dentro de los vínculos “débiles”, pues si bien cumple con sus objetivos en el sentido estricto, no está tan estructurada en términos de confianza y solidaridad. Sin duda alguna las relaciones fundadas en elementos étnicos y vecinales no garantizan la misma consistencia que las establecidas en base a la familiaridad.

    Sin embargo, y a pasar de esto último, las redes fundadas en la amistad o paisanaje poseen una mayor movilidad migratoria hacia otros países, es decir, la gran mayoría de los inmigrantes haitianos que llegaron utilizando este tipo de red se están movilizando rápidamente hacia otros países de Suramérica. Incluso, el grueso de ellos no permanecen mucho tiempo en el país, son muy pocos los que sobrepasen los 12 meses viviendo en Venezuela.

    De tal forma que podemos afirmar que este tipo de red está asociada principalmente a la migración laboral. Además es evidente que los haitianos que forman parte de este



    tipo de red en ningún momento se plantean establecerse en el país, sino que más bien entienden a Venezuela como un lugar de tránsito.


    Redes irregulares

    Cómo hemos podido explorar, existen diversas redes migratorias de Haití hasta Venezuela. Sin embargo, no todos los haitianos tienen acceso a ellas. Muchos no cuentan con familiares o amigos en el exterior, ni con algún tipo de institución religiosa que le permite realizar un viaje seguro fuera del país. A pesar de esto, para muchos haitianos esta situación no implica una limitación, como nos comentó uno de los entrevistados: “Lo importante es salir de Haití como sea” (Duvergé, Carl. Enero 2012).

    Este “como sea” se podría traducir en la intención de llegar a Venezuela por vías irregulares e incluso riesgosas para el propio migrante. Si bien ninguno de los entrevistados escogió esta forma para ingresar al país, dieron buenas referencias para entender que desde Haití hasta Venezuela también existen redes vinculadas al tráfico de personas.

    En el texto “Migración haitiana en Venezuela”, escrito por el investigador Jesús Machado (2009) se evidencia el testimonio de dos informantes que aseveran la existencia de una red criminal conformada por un grupo de haitianos y que funciona en el país desde algunos años. El primer informante, venezolano, asegura que esta red cobra alrededor de

    2.000 dólares a los haitianos que quieren llegar a tierras venezolanas. Muchos de ellos, afirma, tienen que vender sus viviendas y escasas propiedades para poder pagarle a esta especie de mafia. Otro elemento que destaca este informante es que algunos haitianos, en vista de no lograr reunir tal cantidad de dinero, deben “endeudarse” con estas mafias y trabajar para ellos en Venezuela durante algún tiempo con el fin de saldar la deuda que implica el pasaje aéreo y el primer hospedaje en el país.

    Otra informante, haitiana, con más de diez años en el país, afirma que este tipo de mafia tiene como objetivo trasladar a migrantes haitianos a Venezuela sin la necesidad de tener documentos legales. En muchas ocasiones estos gestores ingresan a inmigrantes con visas o pasaportes falsos. Según esta informante, también funcionarios aeroportuarios venezolanos participan en esta cadena irregular de migración.

    Por medio de tres informantes, se obtuvo información relevante acerca de este tipo de red delictiva que opera entre Haití y Venezuela. Por ejemplo, uno de los entrevistados comentó:


    Existe algunos que viene así de ilegales, con mafias de haitianos que los traen de Haití a Venezuela, pero son gente que no sabe mucho, ¿sabes? Que no saben ni leer ni escribir, que vienen de zonas de campo, muy adentro de Haití, y se vienen porque creen que aquí van a mejorar, muchos de los que están aquí son campesinos. (…) Ellos pagan algún dinero y les consiguen el pasaje y los traen aquí, luego los dejan aquí en Catia o Carapita ( Enero 2012)5


  3. Por el contenido de este relato hemos decidido ocultar la identidad del informante.



    Este mismo informante, advirtió que este tipo de red es muy común en Haití, incluso no sólo existe la ruta hacia Venezuela, sino que también este tipo de redes irregulares llevan a migrantes haitianos hasta destinos en Europa y otras partes de América. Todo dependerá de la cantidad de dinero que disponga el migrante para cancelar la “gestoría”.

    Otro informante, Fritz Saint Louis6, relata su visión de la siguiente manera:


    (…) lo que pasa es que nosotros tenemos problemas sociales muy fuerte allá, la vida no es fácil, (…) por eso cualquier gente que llega ofreciendo salida, para poder resolver los problemas sociales que tiene la familia, es por eso que la gente sale, por eso la gente sale engañada, la gente vende su casa, algunos su animales, su vacas, para que la persona lo ayude a buscar sus documentos para ellos poder viajar. Entonces en el caso eso, mucha gente lo llama, claro, una forma de trata de persona, ahí si estamos viendo una personas que se están ganando dinero y no deja que la persona misma pueda hacer sus diligencias, pero como allá la gente no está formado, su mente, podemos decir así, no saben cómo llevar los documentos que necesitan para viajar, para poder adquirir una visa, por eso es que siempre pasan a un gestor, una tercera persona, y esa tercera persona, bueno, gana un dineral encima de esa persona para poder atender, en varias oportunidades que le dan documentos falsos, como visas falsas para ingresar a Venezuela, y cuando llega aquí, ahí en la Maiquetía7, entonces también tiene que traer mil dólares para pagar ahí en el aeropuerto, porque yo no te puedo decir nombre ni institución, pero en Maiquetía existen personas que cuando llega el haitiano lo manda para allá, para el otro lado, porque saben que el que tiene el documento legal paga por aquel que no tiene. (Saint Louis, Fritz. Julio 2012)

    A este punto es importante aclarar un par de conceptos centrales para caracterizar este tipo de red. En principio, y apegándonos a la definición aprobada por la Asamblea de las Naciones Unidas, diremos que la trata de personas es:


    La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o a al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación. (OIM en Nieto, 2014: 44)


  4. Fue asesinado la noche del sábado 26 marzo del año 2016. Según comunicado oficial del Ministerio Público, varios sujetos armados, sin mediar palabras, ingresaron a su vivienda en los Valles del Tuy, Estado Miranda, y le dispararon en varias oportunidades, con lo que el activista y dirigente político haitiano murió de forma inmediata.

  5. Se hace referencia al aeropuerto internacional “Simón Bolívar”, ubicado en Maiquetía, Edo Vargas.



    Así mismo, la mencionada organización mundial define al tráfico ilícito de personas como:


    (…) la facilitación de la entrada ilegal de una persona a un Estado parte del cual dicha persona no sea nacional o residente permanente con el fin de obtener, directa o indirectamente un beneficio financiero u otro beneficio de orden material (OIM en Nieto, 2014:44).

    Sobre este tema en específico el investigador Jesús Machado (2009) por medio de una entrevista realizada a funcionarios del departamento de trata de personas del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, informa sobre un procedimiento realizado en el año 2007 donde se vieron involucrados 36 inmigrantes haitianos que se encontraban en el país siendo víctimas de trata de personas. En esa ocasión se descubrió un grupo delictivo de origen haitiano que en alianza con las empresas Tio Rico y EFE8 traían a ciudadanos desde Haití para ser explotados laboralmente mediante la venta de helados ambulantes. Luego de ese procedimiento policial se informó que la Fiscalía venezolana emprendió una investigación más profunda sobre esta situación.

    Este notable hecho fue confirmado por uno de nuestros entrevistados quien además comentó que la investigación que comenzó la Fiscalía venezolana todavía no había arrojado ningún resultado concreto. De hecho, indicó que los 36 inmigrantes victimas de trata de personas fueron dejados en plena libertad sin ningún tipo de amparo legal.

    Más allá de este hecho no se evidenció otro contexto ligado a la trata de personas tal como lo estipula la definición de las Naciones Unidas. Sin embargo, por medio de algunos informantes se logró reconocer la existencia de una red de tráfico ilegal de personas desde Haití hasta Venezuela. A pesar de esta delicada situación delictiva, los informantes no lo ven como algo estrictamente ilegal, pues se considera una forma “común” para salir de Haití. Generalmente se entiende que las personas que utilizan este tipo de red no poseen los conocimientos para obtener la documentación legal necesaria para realizar un viaje migratorio. Por ejemplo, un entrevistado manifestó lo siguiente:


    (…) si, bueno, también aquí hay muchos haitianos porque en Haití hay bastante gente de trucos, ¿entiendes? Gente que trae haitianos salvajes, de los montes, y los trae para acá, les vende las visas y todos los documentos, hasta la cedula, mucha gente de truco, y si no buscan la forma como entrar con ellos. (Noviembre 2013).

    Este mismo informante manifestó que gracias a este tipo de red la población haitiana en Venezuela creció exponencialmente durante la década de los noventa, pues muchos compatriotas utilizaban este tipo de “gestoría” para llegar a Venezuela. Para Massey y otros (2000) este tipo de red migratoria logra fortalecerse cuando las redes familiares o de amistad no tienen todavía un flujo amplio para movilizar a migrantes de un país a otro. Además de esto, es importante recordar que siempre en sus inicios las redes familiares y de


  6. Reconocidas empresas dedicadas a la venta de helados en Venezuela.



amistad son bastante selectivas, es decir, si no se está vinculado a una de ellas no se podrá contar con su ayuda para realizar un viaje emigratorio, por lo que muchos migrantes, como en el caso de los inmigrantes haitianos en Venezuela, se ven obligados a utilizar este tipo de red irregular.

A partir de la literatura consultada identificamos que las redes irregulares se han convertido en una de las más utilizadas por los migrantes en el mundo, de hecho, las personas que “trabajan” en la estructura de estas redes son conocidas como “pasadores” o “coyotes” (García, 2002; Nieto, 2014; Pérez, 2008). Generalmente su trabajo se basa en lograr que el migrante llegue al destino deseado, sin embargo, en muchos casos se han reportado extorsiones, secuestros y otros abusos por parte de estos gestores.

Si bien nuestros informantes revelaron que este tipo de red sigue operando en nuestro país, también afirmaron que su funcionamiento ha mermado de manera evidente. Esta situación estaría vinculada al fortalecimiento de las redes migratorias familiares y de amistad. A medida que pasa el tiempo las redes se van ampliando dándole paso a nuevos migrantes vinculados a éstas, lo que sin duda, representa una pérdida en la demanda de redes migratorias relacionadas al tráfico de inmigrantes.


Las redes existen: apuntes finales

Como conclusión general diremos que las redes migratorias de haitianos están presentes en Venezuela. Si bien no son fáciles de reconocer, mediante el trabajo de campo se logró evidenciar su existencia. Las redes, más allá del objetivo de desplazamiento que tienen para los inmigrantes, es importante entenderlas como un espacio social y simbólico que se construye a través de prácticas sociales, y que, a su vez, van generando reglas y recursos encadenando múltiples relaciones.

Las redes migratorias de haitianos en Venezuela no son nuevas, al contrario, esta estructura tiene alrededor de tres décadas instaladas en el país. Se podría afirmar que estas redes comenzaron a estructurarse a partir de los años setenta, cuando la situación económica del país estaba en auge. En el presente es posible hablar de la consolidación de las redes migratorias de haitianos en Venezuela, pues con el correr de los años y gracias a la incursión de varios miles de inmigrantes, este tejido se ha ido espesando, dando lugar a que la migración a Venezuela desde Haití sea una opción cercana para muchos haitianos.

Es por ello que el entramado de las redes migratorias hace pensar que la migración tiende a causar más migración, puesto que las trayectorias migratorias iniciadas por unos son continuadas por otros; tal como señala Pesantez (2006: 5), “(…) aquellas comunidades que se han incorporado a un sistema migratorio internacional manifestarán una fuerte tendencia a seguir en él. Sólo el surgimiento de nuevas circunstancias de importancia que lo impidan provocaran la ruptura de este círculo”

Esto es interesante observarlo pues más allá de las condiciones que generaron la salida de los primeros migrantes de Haití, la propia red ha ido fortaleciendo “el puente” entre los dos países, incluso muy al margen de aquellas condiciones que generaron esas



primeras migraciones. Si bien no se podría decir que existe una perpetuación de las redes migratorias de haitianos en Venezuela, si sería posible afirmar que en este aspecto las redes funcionan a la perfección, pues existe una continuidad del flujo migratorio a pesar de las evidentes complejidades económicas que ha vivido el país durante los últimos años.


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Vol 26, N°3


Esta revista fue editada en formato digital y publicada

en septiembre de 2017, por el Fondo Editorial Serbiluz, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela


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