bien consigo mismo y con los demás es indispensable para el bienestar y el desarrollo emocional
de las personas en todas las etapas de la vida.
La Educación Emocional es un proceso formativo, pedagógico, constante y prolongado cuyo
propósito es indagar y fomentar la consecución de habilidades y destrezas emocionales, vitales
para el desarrollo integral del ser (Bisquerra, 2020). Esta perspectiva busca capacitar a las personas
para la vida de manera integral, permitiéndoles transformar su bienestar personal e impactar
positivamente en lo colectivo. Por ello, la educación emocional no es un complemento, sino un
componente central de la formación humana. Quienes canalizan las emociones de manera efectiva
alcanzan competencias que trascienden el saber, incluyendo el ser y el convivir (Bueno, 2019).
La enseñanza de las emociones en la adolescencia es imprescindible, ya que es una etapa
muy vulnerable y cambiante que incluye el desarrollo físico, la búsqueda de identidad y una
ambivalencia emocional constante, lo que justifica plenamente la intervención educativa a través
de un Modelo de Intervención Pedagógica (Bueno, 2019).
Andragogía como Pilar Formativo
Para esta investigación, la Andragogía se considera un pilar fundamental. A diferencia de la
pedagogía, centrada en la educación infantil, la andragogía es la disciplina que se ocupa de la
formación de los adultos. Según Cadamuro Inostroza (2021), el éxito del aprendizaje en adultos
está condicionado por un espacio de equilibrio y horizontalidad entre pares y el facilitador, así
como por una atmósfera de cordialidad, empatía y afectividad. Esta visión parte de la premisa de
que los estudiantes, al poseer una acumulación de experiencias y conocimientos previos, se
motivan intrínsecamente y participan de manera activa en su proceso formativo, reconociendo que
cada individuo está en un proceso de búsqueda de un objetivo común.
En los espacios formativos andragógicos, el rol del facilitador (docente) exige la
armonización emocional de los participantes. Si el facilitador no logra comprender y gestionar
estas dinámicas emocionales, se compromete significativamente la adquisición y la comprensión
efectiva del conocimiento. En este marco, la educación en la Modalidad de Jóvenes. Adultas y
Adultos (MEJAA) adopta enfoques alternativos como el aprender a aprender y el aprender
haciendo, donde el docente se redefine como un facilitador.
Neurociencias y el Aprendizaje Emocional
A la luz de la relación innegable entre las emociones y el aprendizaje, la ciencia moderna ha
demostrado que los estados afectivos, lejos de ser un obstáculo para el pensamiento, son el
fundamento de la razón y la conciencia (Damasio, 2018). Esta realidad, respaldada por la
información científica, ha dado lugar a la Neuroeducación, definida por Mora (2021) como la
integración de conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro con la psicología y la educación,
para responder al por qué del aprendizaje.
De esa base conceptual se desprende la Neurodidáctica, que se enfoca en el cómo se aplica,
transformando estas conclusiones científicas en estrategias pedagógicas concretas (Simes, 2024).
Las neurociencias demuestran que la emoción es un elemento central para el aprendizaje, pues las
emociones positivas facilitan los procesos de memoria, aumentan la capacidad de concentración y
contribuyen a mantener la atención, ya que el cerebro tiene un modo selectivo para la retención,
priorizando aquello que se aprende con pasión o curiosidad (Ibarrola, 2021; Mora, 2021). Por el
contrario, las emociones adversas como el miedo, la ansiedad o el estrés, pueden bloquear el acceso
a los circuitos de memoria, dificultando la atención y la comprensión (Bisquerra, 2020; Mora,
2021).
Por lo tanto, el diseño intencional de la instrucción, basado en la Neurodidáctica, es un
imperativo metodológico, el docente, como facilitador, elige métodos específicos con el propósito
expreso de influir en los procesos cerebrales de los participantes, no solo en la transmisión de
contenido. Se trata de crear un ambiente de aprendizaje enriquecido estimulante, diverso, seguro y