Universidad del Zulia - Facultad de Humanidades y Educación
Encuentro Educacional
e-ISSN 2731-2429 ~ Depósito legal ZU2021000152
Vol. 30 (1) enero - junio 2023: 181-201
Perfil del estudiante universitario venezolano
Deninse Farías y Javier Pérez
Departamento de Formación General y Tecnología de Servicio.
Universidad Simón Bolívar. Camurí Grande-Venezuela
dfarias@usb.ve; perezj@usb.ve
https://orcid.org/0000-0002-7383-2372; https://orcid.org/0000-0001-7313-3267
Resumen
La educación es la base de cualquier sociedad; esta sirve para el desarrollo, avance y progreso de
personas y colectividades. Este proceso comienza desde casa y continua en diferentes etapas
hasta llegar a los estudios universitarios donde se especializa el individuo para pertenecer al
sector productivo de una sociedad. El propósito del presente trabajo fue describir las
características que debe poseer la educación universitaria para crear los perfiles profesionales
necesarios para el sector productivo de nuestra sociedad. Se fundamentó en autores tales como
Julca (2016); Romero (2015); Solanes, Nuñez y Rodríguez (2008); Agüera, Calderón y Alfageme
(2005); Tineo (2002); entre otros. La metodología utilizada fue de tipo descriptiva, documental y
bibliográfica, con una recolección exhaustiva de información de diferentes fuentes, impresas y
digitales, relacionadas con el tema, las cuales fueron analizadas, caracterizadas e interpretadas. Se
concluye que las universidades públicas venezolanas, en este siglo XXI, deben invertir en la
restructuración de sus pensum, para ofrecer a los estudiantes universitarios una gama de carreras
a acordes con las demandas profesionales de los mercado nacional e internacional, en virtud, que
los bachilleres buscan mejorar sus estatus a través de una carrera universitaria para poder
encontrar un buen empleo que le ofrezca estabilidad económica.
Palabras claves: Educación universitaria; beneficios de la educación universitaria; estudiante
universitario; perfil de ingreso; perfil de egreso.
Abstract
Profile of the Venezuelan university student
Education is the foundation of any society; This serves for the development, advancement and
progress of individuals and communities. This process begins at home and continues in different
stages until reaching university studies where the individual specializes to belong to the
productive sector of a society. The purpose of this paper was to describe the characteristics that
university education must have to create the professional profiles necessary for the productive
sector of our society. It was based on authors such as Julca (2016); Rosemary (2015); Solanes,
Nuñez and Rodríguez (2008); Agüera, Calderón and Alfageme (2005); Tineo (2002); among
others. The methodology used was descriptive, documentary and bibliographic, with an
exhaustive collection of information from different sources, printed and digital, related to the
subject, which were analyzed, characterized and interpreted. It is concluded that the Venezuelan
public universities, in this XXI century, must invest in the restructuring of their curricula, to offer
university students a range of careers in accordance with the professional demands of the national
and international markets, by virtue of which the High school graduates seek to improve their
status through a university degree in order to find a good job that offers economic stability.
Keywords: University education; benefits of university education; university student; admission
profile; graduate profile.
Introducción
En la actualidad es innegable la importancia que la educación tiene en el desarrollo no
solamente de un país, sino también en cada persona en particular, porque aquellos individuos que
tienen el privilegio de poder acceder a la educación básica, media y universitaria tendrán un
mejor futuro, oportunidades y ventajas a nivel intelectual, social, laboral y económico. Al
respecto, Morales (2019:1), indica: los países que aseguran a sus ciudadanos mayor acceso a la
educación y posibilidades de estudio alcanzan un elevado nivel de progreso, porque cuentan con
una población capacitada para responder a las responsabilidades y labores que se presenten”.
Es necesario entonces, que las diferentes naciones se deban unir en un fin común, brindar a sus
ciudadanos planes educativos de calidad, porque según Alcazar (2019:1), el modelo
universitario ha perdido su enfoque ya que se había centrado en reconocimientos y títulos y no
en aspectos básico y necesarios para la sociedad”.
Esto se observó durante el COVID-19; esta pandemia universal forzó a las universidades,
colegios, institutos educativos, entre otros, a realizar cambios urgentes en cómo se impartía la
educación y enfrentar todo lo que proseguía de ello en escenarios post Covid-19, en los que la
digitalización llegó de forma anticipada a lo esperado por estas instituciones y educadores,
teniendo los establecimientos educativos que generar nuevas formas de llegar a sus estudiantes,
razón de ser del proceso educativo, futuros motores de cambio de nuestra sociedad.
Es importante considerar que, al pertenecer a una colectividad, estamos inmersos a diferentes
factores que influyen en cada persona para tener éxito en sus estudios; entre los que se tienen:
económicos, personales y psicológicos. Dentro de los económicos se encuentran los recursos
suficientes para poder solventar los gastos de alimentación, transporte, compra de libros y
materiales de estudio; dentro de los personales, las condiciones de salud, tiempo dedicado al
estudio, esfuerzo y dedicación. Los factores psicológicos pueden contribuir al rendimiento
académico tanto positiva como negativamente; comprenden la inteligencia, la personalidad, la
motivación, el estrés, la ansiedad y la depresión.
Es necesario que al modificar los planes de estudio no solamente se tomen en cuenta los
aspectos tecnológicos, sino también los diferentes aspectos que pueden influir en los estudiantes
universitarios. Una de las universidades que previno esta situación fue la Universidad del Zulia;
desde 1985 promueve el Programa de Investigación Características y Condiciones de Vida del
Estudiante Universitario (CACOVE), cuya temática central es el joven universitario y lo define
como una unidad biopsicosocial e histórica cuyas potencialidades le posibilitan interactuar,
transformarse y transformar al mundo que le rodea, mediante su pensamiento y acción reflexiva,
cuya personalidad y humanidad se construyen en una acción dialógica y generadora de
coproducción de civilización y cultura (Petit et al., 2013). El programa fue asumido por otras
universidades desde 1998 y a nivel nacional la investigación se denominó Perfil del Estudiante
Universitario (Petit, González y Montiel, 2011).
Considerando lo expuesto, este trabajo tuvo como propósito describir las características que
debe poseer la educación universitaria para crear los perfiles profesionales necesarios para el
sector productivo de nuestra sociedad.
Fundamentación teórica
Educación universitaria
El sistema educativo en la mayoría de países se divide en varias etapas: educación preescolar o
infantil, primaria, secundaria y universitaria. Donde la educación universitaria se conoce como
los estudios posteriores a la educación diversificada, esta se realiza en el ámbito público o
privado, tiene una duración mínima de tres años con la obtención de un título de licenciatura,
ingeniería, médico o abogado. Además, esta tiene una estructura particular y variable en función
de la legislación de cada país, donde el estudiantado escoge un área a fin en la cual desee
continuar sus estudios con la aspiración de trabajar en ese campo. La educación universitaria
prepara a las personas para enfrentarse al mercado laboral, las especializa y capacita para el
desempeño de sus quehaceres.
Según SITEAL (2019:1), la UNESCO plantea que la educación universitaria está conformada
por los programas educativos posteriores a la enseñanza secundaria, impartidos por
universidades u otros establecimientos que estén habilitados como instituciones de enseñanza
superior por las autoridades competentes del país y/o sistemas reconocidos de homologación..
Esto implica que, la formación general recibida en las escuelas y liceos debe complementarse con
una educación específica para alcanzar una profesión. Al respecto, Acosta (2017:13), plantea La
educación es una tarea exigente, comprometedora porque es una condición previa que determina
de un modo particular la libertad, por esto es compleja y un reto. La tarea de la educación en
cualquier nivel es preparar al individuo para que asuma consciente y responsablemente sus roles,
donde debe, por un lado, transmitir conocimientos y valores acumulados en el proceso histórico
de un pueblo y, por otro lado, proveer al individuo una visión más allá de su herencia creando su
propia versión cultural.
Las primeras bases educacionales se adquieren en el seno del hogar; éstas se van ampliando a
medida que el individuo se expone a una enseñanza formal. La misión de las instituciones
universitarias es facilitar la adquisición de esa educación universitaria mediante la búsqueda del
desarrollo óptimo del individuo de una forma global, no sólo en el aspecto académico de adquirir
conocimientos, sino también en el desarrollo de introspección de valores. Por lo tanto, el
concepto de universidad comprende una serie de atributos que la caracterizan. Es la cuna del
saber, portadora de la historia de la humanidad, baluarte de la conservación de las costumbres y
la herencia cultural, promotora de la identidad de los pueblos, laboratorio del saber y facilitadora
del proceso de desarrollo del ser humano. Julca (2016:31) define el significado de universidad
como: una institución que busca la verdad a través de la investigación científica, tecnológica y
organización social. En ella, se concentra una comunidad de profesores y alumnos que desean
formar parte en la labor de transmitir, generar y difundir conocimientos. Este es un lugar para
descubrir, ir al encuentro de lo desconocido, desarrollar la capacidad de diálogo, pensar e
interactuar con otros que seguramente piensan distinto. Es para aprender a reconocer la belleza de
la diversidad, la pluralidad de visiones e intentar saciar la curiosidad para soñar un nuevo mundo.
Estas instituciones deben de adaptarse a las necesidades a los desarrollos tecnológicos de la
sociedad, es entonces que la educación debe satisfacer la necesidad fundamental de transmitir
conocimientos. Según Julca (2016:31), esa función primaria (la transmisión del conocimiento) se
debe de cumplir de tres formas: por la preservación, la difusión y la innovación del
conocimiento. Este autor indica que la preservación del conocimiento se cumple parcialmente
con la enseñanza ya que esta tarea se logra por medio de investigadores al descifrar manuscritos
antiguos, preservando maquinarias, entre otros. Con respecto a la innovación la cual es
descubrimiento de nuevos conocimientos por la investigación o el pensamiento creador, este se
realiza mayormente en las universidades las cuales recibe mayor atención y por último la difusión
la cual es el proceso, acciones o actividades de promover, publicar y dar a conocer el
conocimiento al público para que pueda conducir al cambio.
Castillo y Reyes (2015), diferencian la universidad de cualquier otra empresa u organización,
no necesariamente porque los que están en ella sean distintos a los que no forman parte de la
misma, sino porque el funcionamiento y las motivaciones son diferentes. Además, Vallaeys
(2013), Romero (2015), Navas y Romero (2016), determinan que la universidad es una
organización que funciona generando impactos sobre las personas que laboran en ella
(administrativos, docentes, estudiantes) y sobre su entorno social. En ésta no sólo se enseña a la
persona a ser un buen profesional, sino además a ser educada. Opinan que la sociedad del siglo
XXI exigirá educandos con capacidad de formarse y de aprender continuamente. Para lograrlo se
requiere de una estructura de mejoramiento constante, donde el alumno sea dueño y cliente del
aprendizaje y tenga los recursos disponibles para desarrollar destrezas dirigidas a la solución de
sus dificultades.
El estudiante acude a la universidad a estudiar y a aprender; así lo espera su familia, la
sociedad y la misma institución educativa. Su finalidad es adquirir una profesión que le satisfaga,
la cual se espera que sea cónsona con sus intereses, habilidades y características de personalidad.
Pero, si se considera la educación universitaria como la promotora del desarrollo integral en el
individuo, amerita que en el aprendizaje se integren en un todo sus aspectos socioculturales,
físicos, emocionales, espirituales e intelectuales, siendo un desafío, para las casas de estudios
universitarios realizar una transformación y realizarla con éxito.
Es preciso, por tanto, estimular e impulsar la renovación académica de la educación
universitaria para que admita responder a las características de la nueva sociedad contemporánea,
donde se tome en cuenta una educación más humana para todos, que incluya más a los grupos
más vulnerables y tradicionalmente excluidos. Además, después del Covid-19, las instituciones
de enseñanza superior deben trabajar para reducir la brecha digital, para garantizar que la
integración de las tecnologías a la educación esté bien respaldada” (UNESCO, 2021:1). Por esta
razón, la educación universitaria debe de ajustarse rápidamente a la creciente velocidad con que
se producen los cambios tecnológicos de cualquier índole, a los fenómenos de globalización y
regionalización; a los nuevos tipos de empleo. Se plantea entonces una gran necesidad de formar
individuos capacitados de desarrollar todas sus aptitudes y habilidades en un mundo cambiante,
universitarios adiestrados en las nuevas tecnologías de acceso a la información y al conocimiento,
con una mente creativa donde ese profesional se encuentre capacitado no sólo en evaluar y
discernir entre diversas elecciones, sino también en desarrollar nuevas respuestas ante los
requerimientos que se les plantean.
Debemos de estar consciente que las universidades juegan un papel importante en la
educación de nuestros jóvenes, también los colegios (primaria, media diversificada y técnica) se
encuentran inmersos; se podría decir, que estas instituciones de educación son los fundadores de
estos conocimientos que se van a ir desarrollando poco a poco y especializándose en un área de
interés para nuestras sociedades, donde estas casas de estudios van a educar cada generación
nueva de líderes de gobierno, comerciantes, científicos, abogados, dicos, clérigos y otras
profesiones avanzadas y entrenamos al personal que educará a la ciudadanía entera en el nivel
elemental y superior. Estas casas además de desarrollar el pensamiento crítico, destrezas de
comunicación tales como leer, escribir, escuchar, hablar, conocimientos sobre las culturas y
civilizaciones, deben de promover el desarrollo de ciertas características de personalidad como la
madurez emocional, tolerancia, empatía, habilidades de liderazgo y cualidades afectivas.
Con relación a lo anteriormente expresado, según Agüera, Calderón y Alfageme (2005:2),
Morín indica que “hay que aprender a enfrentar la incertidumbre, puesto que vivimos una época
cambiante donde los valores son ambivalentes. Esta aportación muestra que los valores son
unos de los siete saberes fundamentales en la educación del futuro de cualquier sociedad que se
necesitan conocer o aprender, los cuales se observan en la figura 1.
Figura 1. Saberes fundamentales para la educación del futuro
Fuente: Agüera, Calderón y Alfageme (2005)
Beneficios de la educación universitaria
El tema de los beneficios de la educación universitaria ha sido controversial para diferentes
autores; unos opinan que contar con una carrera universitaria generan más oportunidades
laborales y contactos laborales, además de generar un mejor conocimiento de la persona; otros
opinan que tener un título universitario, nada más responde a exigencias legales o sociales al
momento de ocupar un lugar de trabajo.
Al respecto, el Institute for Higher Education Policy de Estados Unidos de América, desarrolló
en 1998 una matriz en donde están contenidos los beneficios generados por la educación
universitaria estadounidense, desde el punto de vista público y privado, ofreciendo un abanico de
posibilidades con relación a las formas como la universidad puede impactar positivamente en la
vida de sus estudiantes, familias y sociedad en general, al formar un efecto cascada (cuadro 1).
Cuadro 1. Matriz de beneficios de la educación universitaria
Fuente: Institute for Higher Education Policy de EUA (1998)
Estudiante universitario
El estudiante universitario es aquel individuo que ha culminado los estudios diversificados, ha
ingresado a una universidad pública o privada para continuar sus estudios y orientarse en un área
específica, se puede identificar como social, protagonista de su aprendizaje, posee mayor
capacidad para dialogar y trabajar en equipo, además de un amplio dominio de las técnicas de
estrategias de aprendizaje; procesa la información de una manera más ágil, es capaz de
desarrollar múltiples tareas, prefiere el aprendizaje desde la práctica. Asimismo, Idrogo (2015),
indica que los estudiantes universitarios presentan otras características expresadas de la siguiente
manera:
Tienen pasión por descubrir, entender y conocer la verdad con una visión amplia para poder
explicar el porqué de los fenómenos que observa.
Es protagonista de su propia carrera, se nutre de sus profesores, de buena bibliografía, del
mundo que lo rodea, pregunta para poder encontrar sus propias respuestas.
Beneficios
Públicos
Privados
Económicos
Aumento de los ingresos por
impuestos.
Mejor productividad.
Aumento del consumo.
Mayor flexibilidad laboral.
Menor dependencia de apoyo
financiero del gobierno.
Mejores salarios.
Empleo.
Mayor capacidad.
Mejores condiciones de trabajo.
Movilidad profesional-personal.
Sociales
Reducción de las tasas de
delincuencia.
Aumento de las donaciones
caritativas/servicio a la comunidad.
Aumento de la calidad de vida civica.
Cohesión social y respeto a la
diversidad.
Mejora la capacidad para adaptarse y
utilizar la tecnologia.
Mejora de la salud/esperanza de
vida.
Mejora de la calidad de vida de los
hijos.
Más habilidad para tomar
decisiones.
Aumento del estatus personal.
Mas pasatiempos y actividades de
recreación.
Es activo, organizado con sus compañeros para hacer propuestas de mejora, no es cómplice
del engaño, la mentira y la manipulación.
Es revolucionario, en el buen sentido del término; es decir, lucha por cambiar todo aquello que
no funciona y que atenta contra el desarrollo de la sociedad. Por esto, exige un trato con
respeto, dignidad, justicia y equidad.
Durán (2016), también indica que un estudiante universitario debe ser solidario, autónomo,
responsable, coherente, con sentido de pertenencia (figura 2).
Figura 2. Características del estudiante universitario
Fuente: Durán (2016)
Luego, surge la necesidad de formar a individuos en diferentes planos: filosófico, sociológico,
ético y psicológico. Solamente bajo estas condiciones el alumno podrá valorar su compromiso
como estudiante y como ciudadano, tarea en la cual la universidad juega un papel fundamental en
su desarrollo. Julve, Ariño y Llopis (2007), expresan que el oficio de estudiar en la universidad
contiene unas dimensiones donde se vertebra las relaciones que se producen entre ellas (figura 3).
Figura 3. Oficio de estudiar en la universidad
Fuente: Julve, Ariño y Llopis (2007)
Como puede observarse en la figura 3, el oficio de estudiar en la universidad, va a depender de
motivaciones y expectativas que tenga el estudiante para que este tenga un desarrollo personal,
profesional y social, pero para lograr un buen éxito este alumno debe dedicarse a los estudios
teniendo buenas prácticas de estudio y mantener interés a los estudios. Además, de manejar una
vida optima en los campus de estudio.
El estudiante universitario venezolano
Se define al estudiante universitario como un joven, con edades entre los 15 hasta los 24 o 29
años, tienen características diferentes en aspectos económicos, sociales, demográficos, formación
preuniversitaria, entre otros; los cuales influyen para progresar o no en su carrera universitaria.
En el caso de Venezuela, según Tineo (2002), el estudiante universitario venezolano presenta
ciertas características particulares como los graves problemas económicos del país, muchos de
estudiantes tienen que trabajar para ayudar a sus familias a subsistir, lo que se hace evidente en
una investigación realizada por la Red Universitaria por los Derechos Humanos, la cual recogió
las voces de 296 estudiantes universitarios en diferentes estados, proporcionando como resultado
datos interesantes, como por ejemplo, el 52,5 % de la población estudiantil encuestada en
Carabobo trabaja en la economía informal, y en el distrito capital el 24 % declaró realizar trabajos
a destajo, todo para ayudar a sus familias a generar ingresos que les ayuden a sostenerse y
contribuir con los gastos del hogar. Entonces, esta situación “…les obliga a compaginar sus
estudios con trabajos que les permitan obtener ingresos para afrontar sus gastos y apoyar la
frágil economía familiar (RedUni, 2018:1).
Como se puede inferir en lo descrito anteriormente, los estudiantes de hoy en día tienen que
enfrentar diferentes situaciones para poder lograr sus estudios universitarios. De acuerdo con
Casanova (citado en CNU-OPSU-NUDIDE, 1999), los jóvenes enfrentan un escenario marcado
por la crisis, no sólo económico, sino además, la crisis del modelo de modernización que permitió
a las generaciones anteriores acceder a la formación educativa profesional y con ella al bienestar
económico.
Perfil del estudiante universitario
Este término se refiere a las características que debe poseer un estudiante desde el punto de
vista de los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para su desenvolvimiento. Además,
de características personales y sociales de un particular o un conjunto de personas. Como se
observa, esta expresión se maneja de una forma generalizada de un grupo de individuos que
ingresan o egresan de una universidad cualquiera, es por esta razón que el estudiante al culminar
sus estudios de media general debe de conocer cuál es plan de estudio que ofrece la carrera que
desea estudiar en cualquiera de las casas de estudio que ofrezca la misma, para que así el
bachiller pueda medir su capacidad, habilidad y destrezas necesarias que le permiten afrontar el
estudio con mayor responsabilidad y así lograr un desempeño exitoso.
Al respecto, Soler (2013), indica que el perfil del estudiante universitario se encuentra inmerso
en dos dimensiones observables los cuales son: compromiso con el estudio y los resultados
obtenidos. Esto se puede evidenciar en la figura 4, en donde el eje horizontal se representa con la
dimensión del compromiso con el estudio y la institución universitaria: en el extremo izquierdo
se sitúa el máximo grado de adhesión a la institución y en el extremo derecho, la
individualización del compromiso que genera distintos grados de desvinculación con la
institución. El eje vertical representa los resultados académicos de los estudiantes, medidos entre
los dos polos de éxito o fracaso.
Figura 4. Los perfiles de los estudiantes en la universidad
Fuente: Soler (2013)
Perfil de ingreso universitario
El perfil de ingreso es un conjunto de rasgos que poseen los estudiantes al inicio de su carrera
universitaria, es una descripción de aquellas características, conocimientos previos, habilidades,
destrezas, actitudes, recursos personales o atributos mínimos que debe presentar el estudiante al
momento de ingresar a un programa determinado (Universidad de la Frontera, 2016).
Para conocer cuál es el perfil de ingreso las universidades realizan un diagnóstico inicial, el
cual tiene como propósito conocer la situación de partida de los aprendizajes, fortalezas,
problemas o dificultades para responder a las demandas institucionales curriculares
(competencias generales y específicas del futuro profesional) y no curriculares (necesidades de la
sociedad). Asimismo, este diagnóstico pretende conocer los aspectos concernientes a la realidad
socioeconómica, cultural, procedencia del ingresante a la universidad, el cual permita conocer la
cultura del joven, conocer la realidad sobre la que se va a actuar, sus problemas y también
recursos, que se debe tener para resolver cualquier problema educativo.
Sabemos que el perfil del joven que aspira a ingresar a una universidad de nuestro país,
comparte con los demás jóvenes de nuestro tiempo aquellos rasgos que caracterizan una forma de
cultura que ha dado en denominarse de la posmodernidad, vivida desde los condicionamientos
propios de un país latinoamericano. Analizando el perfil del ingresante en la educación
universitaria en Francia, Bourdieu (2003:19), afirma que toda la enseñanza, y más
particularmente la enseñanza de la cultura (incluso la científica), presupone implícitamente un
cuerpo de saberes, de saber hacer y, sobre todo, de saber decir, que constituye un patrimonio de
las clases cultas”.
Perfil de egreso universitario
El perfil de egreso de una universidad está definido como el cumplimiento de un conjunto de
actividades académicas y normas en un lapso (no necesariamente exacto), dependiendo de la
carrera que estudio. A este perfil se le conoce también como competencias adquiridas.
Carazo (1999:8), lo define como conjuntos estabilizados de saberes, conductas tipo,
procedimientos estándar, tipos de razonamiento, que se pueden poner en práctica sin nuevo
aprendizaje”. Entonces, las competencias existen cuando los conocimientos adquiridos durante la
formación son transferidos de forma efectiva y a su debido tiempo al lugar de trabajo. Estas
competencias podemos clasificar en específicas y genéricas. Las específicas son aquellas que se
relacionan de forma concreta con el puesto de trabajo, mientras que las genéricas se refieren a
multitud de funciones y tareas; es decir, competencias transversales las cuales son comunes en la
mayoría de profesiones y que se relacionan con la puesta en práctica integrada de aptitudes,
rasgos de personalidad, conocimientos y valores adquiridos, por lo que se requieren en diversas
áreas ocupacionales o son transferibles entre distintas actividades de un sector u organización.
Estas competencias, propuestas por Solanes, Nuñez y Rodríguez (2008), se muestran en la figura
5.
Figura 5. Clasificación de las competencias
Fuente: Solanes, Nuñez y Rodríguez (2008)
Como se indica en la figura 5, las competencias transversales se dividen a su vez en
instrumentales, interpersonales y sistémicas. Las instrumentales son las capacidades cognitivas,
metodológicas, técnicas y lingüísticas que se consideran necesarias para la comprensión, la
construcción, el manejo, el uso crítico y ajustado a las particularidades de las diferentes prácticas
profesionales, de los métodos, procedimientos, técnicas e instrumentos profesionales. Por tanto,
estas competencias constituyen las capacidades y la formación del graduado en conocimientos
básicos generales de la profesión; capacidad de tomar decisiones, análisis y síntesis, para
organizar y planificar; resolver problemas; comunicación oral y escrita en la propia lengua;
conocimiento de una segunda lengua; habilidades básicas para el manejo del ordenador y gestión
de la información; por último, la experiencia profesional.
Las competencias interpersonales como su nombre lo indica, son aquellas concernientes con
las habilidades de relación social e integración en distintos colectivos, así como la capacidad de
desarrollar trabajos en equipos específicos y multidisciplinares (interacción social y cooperación)
entonces aquí las competencias constituyen las capacidades y la formación del graduado en:
capacidad de crítica y autocrítica, para comunicarse con expertos de otras áreas, para adquirir un
compromiso ético; trabajo en equipo multidisciplinares; habilidades interpersonales para trabajar
en un contexto internacional y conocimiento de culturas y costumbres de otros países;
apreciación de la diversidad y de la multiculturalidad.
Las competencias sistémicas son capacidades relativas a todos los sistemas (combinación de
entendimiento, sensibilidad y conocimiento; necesaria la previa adquisición de competencias
instrumentales e interpersonales). En general hacen referencia a las cualidades individuales, así
como la motivación a la hora de trabajar: capacidad de aplicar los conocimientos a la práctica,
aprender, adaptarse a nuevas situaciones, liderazgo, trabajar de forma autónoma, para el diseño y
gestión de proyectos; habilidades de investigación; creatividad o capacidad de generar nuevas
ideas; iniciativa y espíritu emprendedor; preocupación por la calidad; motivación por alcanzar
metas (motivación de logro); responsabilidad en el trabajo; seguridad en sí mismo; resistencia al
estrés.
En consideración a lo planteado, la universidad entonces tiene una tarea importante en formar
mujeres y hombres profesionales, altamente calificados, íntegros e integrales comprometidos con
valores que defienden y difunden activamente, vean su profesión como una posibilidad de
servicio a los demás y que sean capaces de aportar, como ciudadanos, a la construcción de la
sociedad, la democracia y participación, que sabe ser ciudadano; es decir, sabe gobernar y ser
gobernado (Vallaeys, 2013).
El egreso de un bachiller de cualquier casa de estudio, es indicativo de un perfil profesional, el
cual se expresa en términos de habilidades laborales que permiten identificar si una persona se
encuentra capacitada o no para un trabajo específico. Este debe ser diseñado en base a criterios
académicos, pero también debe tomar en cuenta los requerimientos de los futuros profesionales y
lo que los empleadores necesitan (Merino, 2020; Martelo, Villabona y Jiménez-Pitre, 2017;
Martínez, Rosales y Carrillo, 2016).
Metodología
La metodología aplicada fue de tipo documental, descriptivo y bibliográfico donde se refleja el
enfoque, criterios, conceptualizaciones, reflexiones, conclusiones y recomendaciones. Hernández,
Fernández y Baptista (2014) y Arias (2016), explican que este tipo de investigación trata de la
búsqueda, análisis, interpretación y caracterización de información obtenida de diversas fuentes
documentales, impresas y digitales; tiene como finalidad caracterizar situaciones, hechos,
fenómenos, individuos, para establecer su organización o comportamiento, describiendo y
generando tendencias con el propósito de aportar nuevos conocimientos. Para est a investigación
se procedió a recopilar información de diferentes fuentes, impresas y digitales, relacionadas con
el tema, las cuales fueron analizadas, caracterizadas e interpretadas, para observar si existía una
relación entre las necesidades del sector productivo del país, con relación a las características del
profesional que requieren y sus competencias.
Resultados y discusión
Con lo expuesto en la fundamentación teórica se podría indicar que los estudiantes
universitarios se encuentran inmersos en un conjunto de características complejas que van desde
las características familiares, trayectoria escolar, cultural, aspectos sociales, características
sociodemográficas, origen socioeconómico, aspectos tecnológicos, características económicas,
entre otras. Esto influye notablemente en el desenvolvimiento de un estudiante universitario en
completar con éxito sus estudios, ya que, según investigación realizada por la Red Universitaria
por los Derechos Humanos, consiguieron que es muy complicado compaginar los estudios con
trabajos que les permitan obtener ingresos para afrontar sus gastos y apoyar la frágil economía
familiar (RedUni, 2018:1). Con lo antes explicado, podemos decir que el nuevo perfil de un
estudiante se puede expresar de acuerdo a lo mostrado en la figura 6.
Figura 6. Nuevo perfil de estudiantes universitarios venezolano
Fuente: Elaboración propia (2023)
Como se puede observar, en el perfil del estudiante universitario venezolano el aspecto
tecnológico es lo novedoso, pero hay profesiones que desde hace años incluyeron en sus pensum
Computación, en Escuelas de Diseño y Arquitectura y también en facultades de Ingeniería,
Comunicación Social, entre otros. Los pensum se han adaptado para cubrir esas posibles
deficiencias. Pero también tuvieron que adelantar todos los procesos a raíz de la pandemia por el
COVID-19, donde se tomó el uso de la tecnología (computadoras, celulares) como forma de
comunicación, impartir clases y aplicación de evaluaciones, entre otras. Esto también influen
las competencias básicas que debería tener el egresado universitario en esta nueva era
tecnológica, según Tridente (2021), mostrado en la figura 7.
Figura 7. Competencia de un egresado universitario
Fuente: Tridente (2021)
Como se observa en la figura 7, la autora indica que las competencias básicas de un egresado
universitario deben cambiar a una era virtual, la cual debe de estar inmersa en cuatro grandes
competencias (tecnológica, técnica, participativas, comunicativas) las cuales son aquellas que
fueron generadas o modificadas a raíz de la pandemia.
Finalmente, según explica Alcazar (2019:1), El modelo universitario nac basado en
generar habilidades en personas para mejorar el crecimiento y productividad de colonias, pero
ha perdido su enfoque y resultados al enfocarse más en aspectos de autorrealización centrados
en reconocimiento y títulos”. Pero no solamente el panorama mundial ha trasformado la
actividad, sino que demanda un profesor universitario diferente, el cual tenga una actitud
responsable socialmente, innovadora y de actualización constante, como plantea González
(2020).
Consideraciones finales
Las relaciones entre la universidad y los universitarios han permitido detectar fenómenos
como la masificación, el fracaso escolar, el retraso en los estudios e incluso en la tendencia al
abandono antes de finalizar la carrera. Pero existen pocas investigaciones relacionadas sobre el
principal actor en las instituciones de educación superior: el estudiante universitario.
En la información recopilada en este trabajo se observó que ha aumentado en el transcurso de
los años la deserción estudiantil universitaria ya que los jóvenes notan que ganan muchos más
dineros en empleos que no necesitan un título universitario, y aquellos que terminan los estudios
dependen de un sueldo y un tiempo reglamentario. Por esta razón las universidades públicas
venezolanas, en este siglo XXI, deben invertir en la restructuración de sus pensum de estudios
para ofrecerles a los estudiantes carreras atractivas, porque las ofrecidas hoy en día eran
relevantes para los alumnos de la época cuando diseñaron los programas curriculares.
Es necesario ofrecer a los universitarios una gama de carreras a acordes con las demandas
profesionales de los mercados nacionales e internacionales, en virtud, que los bachilleres buscan
mejorar sus estatus a través de una profesión universitaria, para poder encontrar un buen empleo
que le ofrezca estabilidad económica. Así, las instituciones de educación superior deben de
afrontar los retos que la sociedad, el mundo, la economía, la política, pero sobre todo el mundo
laboral, exige en estos tiempos de aceleramiento tecnológico, de innovación y crecimiento en la
productividad.
Referencias bibliográficas
Acosta, Rafael. (2017). La educación del ser humano: un reto permanente. Segunda edición,
Universidad Metropolitana, Caracas, Venezuela, Universidad Metropolitana, Venezuela.
Agüera, Elena; Calderón, María, y Alfageme, María. (2005). Educación superior e innovaciones.
Revista Iberoamericana de Educación. Vol. 36, 10, pp. 1-15. Disponible en:
https://rieoei.org/RIE/article/view/2755. Recuperado el 15 de agosto de 2022.
Alcazar, Juan. (06 de noviembre de 2019). 6 razones por las que la educación universitaria
debe cambiar ya. [Mensaje en un blog]. Mentinno. Disponible en:
https://blog.formaciongerencial.com/6-razones-por-las-que-la-educacion-universitaria-
debe-cambiar-ya/. Recuperado el 11 de noviembre de 2022.
Arias, Fidias. (2016). El proyecto de investigación: Introducción a la metodología científica.
7ma. edición. Editorial Espíteme. Caracas, Venezuela.
Bourdieu, Pierre. (2003). Los herederos. Los estudiantes y la cultura. Siglo XXI Editores
Argentina, Buenos Aires.
Carazo, Juan. (1999). Ibermática: Hacia la gestión del conocimiento y las competencias. Revista
Capital Humano, Vol. 119, pp. 8-13. Disponible en:
https://capitalhumano.wolterskluwer.es/content/Inicio.aspx. Recuperado el 20 de agosto de
2022.
Castillo, Luis y Reyes, Susana. (2015). Los modelos de relación universidad-empresa. Revista
Caribeña de Ciencias Sociales (julio 2015). Disponible en:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2015/07/universidad-empresa.html. Recuperado el 20 de
septiembre de 2022.
CNU-OPSU-NUDIDE. (1999). Comisión nacional investigación perfil del estudiante. Informe
preliminar cohorte 1998. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/410/41030204.pdf.
Recuperado el 18 de agosto de 2022.
Durán, Ana. (2016). Ser un estudiante universitario. Disponible en:
https://es.slideshare.net/margaraduran/ser-un-estudiante-universitario. Recuperado el 19 de
septiembre de 2022.
González, Berta. (2020). La actividad del profesor universitario y su ideal de profesor. Revista
Conrado. Vol. 16, 75, pp. 291-298. Disponible en:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1990-
86442020000400291&lng=es&tlng=es. Recuperado el 11 de diciembre de 2022.
Hernández, Roberto; Fernández, Carlos y Baptista, Pilar. (2014). Metodología de la
investigación. Sexta edición, Editorial McGraw Hill, México.
Idrogo, Jhonatan. (2015). Perfil del estudiante universitario. Disponible en:
https://es.slideshare.net/JhonatanHenryIdrogoBustamante/introduccion-55376729.
Recuperado el 15 de septiembre de 2022.
Institute for Higher Education Policy, (1998). Reaping the Benefits Defining the Public and
Private Value of Going to College. Instituto de Políticas de Educación Superior. Estados
Unidos.
Julca, Ema. (2016). Conceptos básicos de la educación universitaria. Disponible en:
https://www.revistacultura.com.pe/revistas/RCU_30_conceptos-basicos-de-la-educacion-
universitaria.pdf. Recuperado el 31 de septiembre de 2022.
Julve, Inés; Ariño, Antonio y Llopis, Ramón. (2007). Los estudiantes universitarios. Perfiles,
orientaciones y procesos de cambio. Universidad de Valencia. Disponible en:
http://www.campusvivendi.com/wp-content/uploads/abstrac-FES.pdf. Recuperado el 15 de
agosto de 2022.
Martelo, Raúl; Villabona, Natividad y Jiménez-Pitre, Iris. (2017). Guía metodológica para definir
el perfil profesional de programas académicos mediante la herramienta Ábaco de Régnier.
Revista Formación Universitaria. Vol. 10, 1, pp. 15-24. Disponible en:
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0718-50062017000100003&script=sci_arttext.
Recuperado el 16 de noviembre de 2022.
Martínez, Edgar; Rosales, Rossana y Carrillo, Marieta. (2016). Revista San Gregorio. 14,
Edición Especial, pp. 74-85. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/
articulo?codigo=5784965. Recuperado el 26 de octubre de 2022.
Merino, Mirko. (2020). Perfil profesional de la carrera de administración en una universidad
peruana. Revista Espacios. Vol. 41, 30, pp. 216-231. Disponible en:
http://www.1.revistaespacios.com/a20v41n30/a20v41n30p18.pdf. Recuperado el 28 de
noviembre de 2022.
Morales, Adriana. (2019). Importancia de la educación. Disponible en:
https://www.todamateria.com/importancia-de-la-educacion/. Recuperado el 11 de
noviembre de 2022.
Navas, María y Romero, Zilath. (2016). Responsabilidad social universitaria: impactos de la
universidad libre, sede Cartagena, en su gestión socialmente responsable. Revista saber,
ciencia y libertad. Vol. 11, 1, pp. 187-196. Disponible en:
file:///C:/Users/Thecnomac/Downloads/Dialnet-
ResponsabilidadSocialUniversitariaImpactosDeLaUniv-5847015.pdf. Recuperado el 19 de
agosto 2022.
Petit, Marybel; González, Marisela; Bocourt, Jorge y Catarí, Feliciano. (2013). Perfil
epidemiológico del estudiante indígena de la Universidad del Zulia. Revista Trabajo
Social Vol. 3, 2, pp. 236-263. Disponible en:
http://servicio.bc.uc.edu.ve/multidisciplinarias/saldetrab/. Recuperado el 08 de septiembre
de 2022.
Petit, Marybel; González, Marisela y Montiel, María. (2011). Aproximación al perfil del
estudiante trabajador de la Universidad del Zulia. Revista Salud de los Trabajadores.
Vol. 19, 1, pp.17-32. Disponible en:
http://servicio.bc.uc.edu.ve/multidisciplinarias/saldetrab/vol19n1/art02.pdf . Recuperado el
20 de agosto de 2022.
RedUni. (2018). ¿A qué se enfrenta un estudiante universitario en Venezuela? Disponible en:
https://redunivenezuela.com/2021/06/11/a-que-se-enfrenta-un-estudiante-universitario-en-
venezuela/. Recuperado el 18 de octubre de 2022.
Romero, Zilath. (2015). La Universidad Libre, una institución socialmente responsable. Revista
Saber, Ciencia y Libertad. Vol. 10, 2, pp. 12-13. Disponible en:
https://doi.org/10.18041/2382-3240/saber.2015v10n2.1463 Recuperado el 15 de septiembre
de 2022.
Siteal. (2019). Educación Superior. Disponible en:
https://siteal.iiep.unesco.org/sites/default/files/sit_informe_pdfs/siteal_educacion_superior_
20190525.pdf. Recuperado el 07 de noviembre 2022.
Solanes, Ángel; Núñez, Rosa y Rodríguez, Jesús. (2008). Elaboración de un cuestionario para la
evaluación de competencias genéricas en estudiantes universitarios. Revista Apuntes de
Psicología. Vol. 26, 1, pp. 35-49. Disponible en:
https://www.apuntesdepsicologia.es/index.php/revista/article/view/250. Recuperado el 15
de agosto de 2022.
Soler, Inés. (2013). Los estudiantes universitarios. Perfiles y modalidades de vinculación con
el estudio en la universidad española (Tesis doctoral). Universidad de Valencia, España.
Tineo, Evelina. (2002). Informe Comisión Institucional Investigación Perfil del Estudiante
Universitario Instituto Pedagógico de Miranda José Manuel Siso Martínez. Cohortes 1998
y 1999. Revista Sapiens. Revista Universitaria de Investigación. Vol. 3, 2, pp. 1-18.
Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/410/41030204.pdf. Recuperado el 18 de agosto
de 2022.
Tridente, Anna. (2021). Perfil profesional de un egresado universitario basado en competencias
en la era de la virtualidad. Revista Encuentro Educacional. Vol. 28, 2, pp. 64-83.
Disponible en: https://produccioncientificaluz.org/index.php/encuentro/issue/view/3715.
Recuperado el 15 de diciembre de 2022.
UNESCO. (2021). Informe sobre los futuros de la educación superior prevé respuestas
colectivas y holísticas a los retos mundiales. Disponible en:
https://www.iesalc.unesco.org/2021/05/26/informe-sobre-el-futuro-de-la-educacion-
superior-preve-respuestas-colectivas-y-holisticas-a-los-retos-mundiales/. Recuperado el 29
de noviembre 2022.
Universidad de la Frontera. (2016). Orientaciones sobre cómo construir un perfil de ingreso
de un programa de postgrado”. Disponible en:
http://gestionpostgrado.ufro.cl/images/documentos/Orientaciones-para-la-elaboracion-de-
perfil-ingreso-nov-2017.pdf. Recuperado el 20 de septiembre de 2022.
Vallaeys, Francois. (2013). La responsabilidad social de la Universidad. Disponible en:
www.cedus.cl/files/20050905-Responsabilidad.pdf . Recuperado el 29 de agosto 2022.