como rol acompañar y constituir a LUZ en una institución educativa generadora de respuestas
adecuadas en igualdad y equiparación de oportunidades, en la atención de la comunidad
universitaria con discapacidad, con el propósito de insertarlos de una manera eficaz y eficiente
en el entorno institucional, educativo y social, en ejercicio pleno de sus derechos.
Sin embargo, esta población debe enfrentarse y desafiar las barreras de accesibilidad
presentes en casi la totalidad de los centros universitarios. En torno a esto, Alcantud (2002)
señala que las universidades no fueron concebidas para personas con discapacidad, sino, por el
contrario, generan barreras y sistemas de filtro que desconocen la situación individual de los
estudiantes con esta condición. Esta realidad hace necesario el profundizar en compromiso
moral y social que adquieren las universidades ante la inclusión educativa de esta población, y
así poder garantizar a las personas con discapacidad el pleno respeto junto a la equiparación de
oportunidades que les permita ejercer su derecho a la educación universitaria con éxito.
Molina; Mora y Sánchez (2011) afirman que en Venezuela las universidades carecen tanto
de planes como de programas de asistencia, orientación a los estudiantes con discapacidad, así
como de una evidente desvinculación entre las políticas y estrategias para atender a esta
población. Por ello, las universidades venezolanas deben adoptar un modelo de gestión que
involucre implicaciones prácticas del ser, hacer y estar de la organización a través de un
programa de trabajo en equipo integrado equitativa y coordinadamente, con un objetivo común:
la gestión y la atención de calidad a estudiantes con discapacidad, donde cada actor desde su
rol vaya más allá de sus funciones, reconociendo los derechos específicos de este grupo
estudiantil según su situación particular, relacionando los conocimientos de todos los actores
universitarios desde su función específica.
En la actualidad, numerosas investigaciones han puesto en la palestra la temática de la
discapacidad en educación superior, evidenciando trabajos significativos en el área. Al
respecto, se distinguen aportes como los señalados por Herrera (2018) al advertir que la
educación inclusiva está vinculada directamente a la capacidad de ofrecer por parte las