se puede afirmar que el siglo XX dejó una sociedad deshumanizada donde el Tener y el Poder
son los dioses que sustituyen al Ser y al Convivir.
Pérez (2005:13), afirma que “la actual sociedad está enferma de insensibilidad y aburrimiento,
y en vez de enfrentar la raíz de su enfermedad, fomenta la adicción a las compras, al sexo sin
compromiso, a la televisión, al alcohol, a las drogas, e idealiza al hombre light”, superficial y
vano, narcisista, entregado al dinero, al poder, al gozo ilimitado. La situación descrita se
evidencia en los altos índices de violencia, consumo y tráfico de droga, embarazo precoz,
enfrentamiento entre bandas en las escuelas públicas de todo el país, irrespeto de las normas
establecidas por la institución, falta de convivencia ciudadana y de conciencia ambiental.
Sin embargo, es importante destacar que, frente a este panorama desolador, surge una
esperanza anunciada desde distintas culturas y religiones para el Siglo XXI y es el cambio de la
Era Materialista a la Era espiritualista o cambio evolutivo de la humanidad. Sharma (2005:17) al
respecto plantea que al hablar del cambio evolutivo se refiere al hecho de que muchos seres
humanos del planeta están dejando de concentrase en lo físico, prestando mucha más atención a
lo espiritual, para muchos el viaje humano se ha convertido en un viaje interior. Se puede notar
de que la puerta del éxito duradero no gira hacia fuera, se abre hacia dentro es un proceso muy
hermoso el que tiene lugar en estos momentos, y es realmente una época exquisita para vivir.
Por lo tanto, el reto que se le presenta a los futuros docentes ante el panorama de desorden
social antes descrito y que atenta contra los valores que fomenta la escuela es prepararse para
facilitar espacios de convivencia y respeto, en un ambiente lleno de amor y donde se vivan los
valores de la solidaridad, el respeto, el amor por el ambiente, es decir “enseñar a vivir
humanamente” en palabras de Pérez (2005:7).
El supuesto que orienta esta investigación, es que si se fortalece el desarrollo espiritual durante
la escolaridad de los futuros docentes estos puedan ser modelos de enseñanza para vivir
humanamente en los ambientes educativos, por lo que es indispensable primero que durante la