Universidad del Zulia - Facultad de Humanidades y Educación
Encuentro Educacional
ISSN 1315-4079 ~ Depósito legal pp 199402ZU41
Vol. 23 (1,2,3) 2016 Edición Especial: 227-240
La sabiduría espiritual en la formación del
docente contemporáneo
Flor Cristalino; Nelia González y Violeta Govea
Centro de Documentación e Investigación Pedagógica.
Facultad de Humanidades y Educación. Escuela de Educación.
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
fcristalino@gmail.com; neliagonzálezdepirela@gmail.com; violetagovea@hotmail.com
Resumen
El propósito de la investigación fue develar la formación espiritual de los estudiantes de la
Escuela de Educación de la Facultad de Humanidades y Educación. La metodología fue
cualitativa, con un enfoque fenomenológico. Como conclusión: La formación espiritual en su
mayoría está orientada a la práctica de una religión y un número significativo no practica
ninguna. Todos valoraron la educación espiritual en la práctica pedagógica como una
prioridad y reconocieron que somos cuerpo, mente y espíritu. Las vivencias en la escuela
permitieron fortalecer el hacer docente con una visión espiritual que aportaron solución
efectiva a los conflictos en el aula.
Palabras claves: Sabiduría espiritual, formación, docente.
The spiritual wisdom of the contemporary teacher training
Abstract
The purpose of the investigation was to uncover the spiritual formation of the students of the
school of education of the Faculty of Humanities and education. The methodology was
qualitative, with a phenomenological approach. Conclusion: spiritual formation is mostly
oriented to the practice of a religion and a significant number does not practice any. All valued
the spiritual education in teaching practice as a priority and recognized that we are body, mind
and spirit. The experiences in school allowed strengthening teacher doing with a spiritual
vision that provided effective solution to conflicts in the classroom
Keywords: Spiritual, wisdom, teacher, training.
Introducción
El siglo XX dejó como herencia el desarrollo de la ciencia y la tecnología o lo que se ha
llamado la sociedad del conocimiento. Durante esos años el hombre ha mostrado un cambio
radical en su nivel de vida; la acumulación y aplicación de conocimientos en su beneficio ha
cambiado radicalmente su modo de vivir. Existe una notable diferencia entre el hombre de hace
unas cuantas décadas y el hombre moderno, tal diferencia está determinada por el desarrollo de la
ciencia, estrechamente relacionada con las innovaciones tecnológicas y es imposible negar las
ventajas que dichos avances representan para los seres humanos, entre los que se pueden
mencionar los siguientes: libertad de movimiento, acceso a mayor información en red, nuevos
entornos laborales, continuos avances científico y tecnológicos.
En contraposición a las ventajas mencionadas anteriormente del avance tecnológico, también,
es necesario reconocer las desventajas y peligros de estos avances entre ellos: la deshumanización
en todos los ámbitos de la sociedad, una economía de mercado que promueve el consumismo y el
individualismo por encima del bien colectivo y ambiental, un planeta contaminado y sufriendo
procesos de desastres naturales debido a la falta de conciencia en los asuntos ambientales y el
manejo de los recursos naturales renovables y no renovables, alterando el equilibrio natural
ocasionando diluvios, terremotos, entre otros.
En consecuencia, Sharma (2005:25), opina que la mayor parte de nuestra evolución, como
seres humanos, hasta la fecha se ha caracterizado por la concentración en lo físico y lo externo.
Hasta ahora todo se vincula con la acumulación y el acaparamiento. El valor dominante ha sido
“gana el que tiene más”, el que tiene más fama, el que tiene fortuna, el que ejerce más poder
sobre los demás.
Otra consecuencia y quizás una de las más graves se aprecia en el ámbito de la familia y la
escuela, entre las que podemos mencionar la salida de la mujer al campo laboral, la
desintegración familiar y la influencia de los medios de comunicación en los jóvenes. En general
se puede afirmar que el siglo XX dejó una sociedad deshumanizada donde el Tener y el Poder
son los dioses que sustituyen al Ser y al Convivir.
Pérez (2005:13), afirma que “la actual sociedad está enferma de insensibilidad y aburrimiento,
y en vez de enfrentar la raíz de su enfermedad, fomenta la adicción a las compras, al sexo sin
compromiso, a la televisión, al alcohol, a las drogas, e idealiza al hombre light”, superficial y
vano, narcisista, entregado al dinero, al poder, al gozo ilimitado. La situación descrita se
evidencia en los altos índices de violencia, consumo y tráfico de droga, embarazo precoz,
enfrentamiento entre bandas en las escuelas públicas de todo el país, irrespeto de las normas
establecidas por la institución, falta de convivencia ciudadana y de conciencia ambiental.
Sin embargo, es importante destacar que, frente a este panorama desolador, surge una
esperanza anunciada desde distintas culturas y religiones para el Siglo XXI y es el cambio de la
Era Materialista a la Era espiritualista o cambio evolutivo de la humanidad. Sharma (2005:17) al
respecto plantea que al hablar del cambio evolutivo se refiere al hecho de que muchos seres
humanos del planeta están dejando de concentrase en lo físico, prestando mucha más atención a
lo espiritual, para muchos el viaje humano se ha convertido en un viaje interior. Se puede notar
de que la puerta del éxito duradero no gira hacia fuera, se abre hacia dentro es un proceso muy
hermoso el que tiene lugar en estos momentos, y es realmente una época exquisita para vivir.
Por lo tanto, el reto que se le presenta a los futuros docentes ante el panorama de desorden
social antes descrito y que atenta contra los valores que fomenta la escuela es prepararse para
facilitar espacios de convivencia y respeto, en un ambiente lleno de amor y donde se vivan los
valores de la solidaridad, el respeto, el amor por el ambiente, es decir “enseñar a vivir
humanamente” en palabras de Pérez (2005:7).
El supuesto que orienta esta investigación, es que si se fortalece el desarrollo espiritual durante
la escolaridad de los futuros docentes estos puedan ser modelos de enseñanza para vivir
humanamente en los ambientes educativos, por lo que es indispensable primero que durante la
formación se desarrolle el aprender a vivir humanamente, debido a que ya no es suficiente el solo
el desarrollo intelectual de nuestros futuros maestros para formar la juventud que necesita el país
y el universo, es ineludible acompañarlo con la formación espiritual.
El propósito general del estudio fue develar la formación espiritual de los estudiantes de la
Escuela de Educación de la Facultad de Humanidades y Educación. Escuela de Educación de la
Universidad del Zulia. Se formularon las siguientes preguntas de investigación: ¿Cuál es la
formación espiritual de los estudiantes de la Escuela de Educación de la Facultad de
Humanidades y Educación? ¿Cuáles son las características de la formación espiritual que
manifiestan los estudiantes de la escuela de educación de la Facultad de Humanidades y
Educación? ¿Cuáles estrategias de aprendizaje permiten fortalecer la formación espiritual de los
estudiantes de la Escuela de Educación de la Facultad de Humanidades y Educación?
Fundamentación teórica
Se presenta la revisión del estado de los teóricos que sustentaron las dimensiones de la
investigación: Espiritualidad y Educación con el objeto de aproximarse a la realidad.
Sabiduría Espiritual
De la revisión de la literatura se encontraron distintas definiciones de Sabiduría Espiritual, por
lo que se hizo necesario asumir una postura para el estudio: Tolle (2005), plantea que la sabiduría
llega cuando uno es capaz de aquietarse. Sólo mira, sólo escucha. No hace falta nada más.
Aquietarse, mirar y escuchar activa la inteligencia no conceptual que anida dentro de cada
persona. Deja que la quietud dirija tus palabras y tus acciones. El despertar espiritual es el
despertar del sueño del pensamiento.
Para Okada (2009), la sabiduría espiritual significa, aprehender el principio vivo que atraviesa
verticalmente y actúa en los tres mundos-divino, astral y físico (la trinidad del espíritu, mente y
cuerpo)- dicho de otra manera, conocer los tres grandes mundos, así como la ley que los rige.
Llevar una vida en armonía con esta ley es lo que se llama el “verdadero camino” (michi).
El Consejo Pontificio de la Cultura para el Diálogo Interreligioso (2010), señala que la
sabiduría espiritual, indica la experiencia interior de armonía y unidad con la totalidad de la
realidad, que sana los sentimientos de imperfección y finitud de toda persona.
Para efectos de la presente investigación se asumió la Sabiduría Espiritual como una relación
armoniosa, conmigo, con los otros y con el todo, esta postura se consideró que trasciende la
visión religiosa de la espiritualidad. En consecuencia, esta relación armoniosa permite mantener
la congruencia entre lo que dice, lo que piensa y lo que hace cada persona.
La era de la espiritualidad
Señales de los tiempos a partir de una mirada al mundo permite observar una crisis económica,
crisis social, crisis de fe o aparecimiento de distintos movimientos de búsqueda espiritual a través
de hombres y mujeres que se dicen maestros que traen mensajes de Dios. Todo parece conspirar,
para que evolucionemos, el planeta se está mudando, cambiando su vibración, cada vez más
acelerada, y nosotros evolucionamos con el planeta a esa nueva vibración, ahora bien cómo
hacemos esta mudanza es cuestión nuestra.
Los miedosos, los cómodos, las personas que tienen apegos, sufren y sufrirán, los caminantes,
son los que evolucionan y evolucionarán sin dolor. El problema está en cómo hacemos este
aprendizaje, o aprendemos a vivir en esta vibración más acelerada por dolor o por comprensión.
En saber elegir, el libre albedrio. Busquen en su interior la llave para no sufrir este proceso
evolutivo, porque es ahí donde Dios nos habla, donde se ve la luz y nos reconocemos como seres
de luz.
Pires (2012), plantea que no hay ninguna duda de que estamos presentes en una nueva etapa o
una nueva era que podríamos llamarla la Era de la Espiritualidad, esta Era se identifica
principalmente por el aumento de personas que se interesan por este fenómeno. El ego es uno de
los mayores enemigos que tenemos los seres humanos, nos hace mirar hacia afuera, el ego nos
hace permanecer en la mente, el ego nos hace competir, (las competiciones son del ego). Hay una
frase muy buena a nadie, sino superándose a mismo, el ego te dice lo contrario, tienes que
superar a alguien, compite, en una ocasión.
¿Cómo debe ser la espiritualidad?
Varios autores ofrecen recomendaciones generales sobre cómo debe ser la espiritualidad hoy.
En El Salvador, Sobrino (1985:20), dice que "vida espiritual significa vivir la historia con espíritu
de apertura, de disponibilidad, de fidelidad… La verdadera vida espiritual implica un cambio en
el estilo de vida, darle espacio a la humildad y hacer a un lado el ego junto con lo material y a su
vez un espíritu de pleno, que no es otra cosa que el compromiso real con los pobres".
En Italia, Goffi (1987), compara la espiritualidad del pasado, la de hoy y la que se prevé en el
futuro. Aquella consistía en una exposición doctrinal sistemática, que tendía a señalar de forma
completa cómo se alcanzaba la santidad de forma progresiva. En cambio, la espiritualidad
contemporánea prefiere partir de la propia experiencia existencial y vocacional, intentando
imprimir en ella una configuración evangélica propia. Pero señala que la espiritualidad del
mañana será más ecuménica, o sea más católica (universal) de hecho, pues tratará de comprender
la multiforme riqueza espiritual que el espíritu suscita.
Finalmente, los chilenos Arroyo, Silva y Verdugo (1992:45) plantean que toda fe requiere
complementariamente una ideología. Ellos la entienden como un sistema de mediaciones para
instaurar en la realidad los valores que ella representa. Esto exige estar alerta sobre el uso que
otras ideologías pueden hacer de la religión misma. Esta puede ser utilizada como instrumento
para defender o implantar un determinado orden social. En este caso "la espiritualidad misma
alimentará las palabras y la acción, y desde allí se hará una lectura de las ideologías".
La nueva era: El paradigma de la Nueva Espiritualidad
El paradigma de la nueva espiritualidad viene representado, más que por ningún otro
movimiento religioso, por un conglomerado de tendencias que se cobija bajo el nombre de la
New Age. Un movimiento sin textos sagrados, sin líder, sin organización y sin dogmas. Una
mezcla de mística laical que invita al mundo de las religiones a ampliar su espacio hasta abrazar
el cómo, la ciencia, el psiquismo y la conflictividad que han afectado desde siempre al mundo de
lo natural y lo sobrenatural.
En 1932 fundó ¿Quién?, la asociación llamada Buena Voluntad Mundial. Pretendía preparar el
advenimiento mundial de Cristo, quien establecería una religión universal y con la ayuda y
transformación de cada individuo, una nueva humanidad, madura, sabia y libre, en perfecta
armonía entre sus miembros y con el universo. Una verdadera Nueva Era.
Los promotores de la Nueva Era la definen como una «nueva espiritualidad». Parece irónico
llamarla «nueva» cuando tantas ideas están tomadas de las religiones y culturas antiguas. Lo
realmente nuevo en la Nueva Era es la búsqueda consciente de una alternativa a la cultura
occidental y a sus raíces religiosas judeocristianas.
Espiritualidad, en este sentido, indica la experiencia interior de armonía y unidad con la
totalidad de la realidad, que sana los sentimientos de imperfección y finitud de toda persona
humana. Las personas descubren su profunda conexión con la fuerza o energía universal sagrada
que constituye el cleo de toda vida. Cuando han llevado a cabo este descubrimiento, pueden
emprender el camino hacia la perfección que les permitirá ordenar sus vidas y su relación con el
mundo, y ocupar su propio puesto en el proceso universal del devenir y en la Nueva génesis de un
mundo en constante evolución.
Esta espiritualidad consta de dos elementos distintos: uno metafísico, otro psicológico. El
componente metafísico procede de las raíces esotéricas y teosóficas de la Nueva Era y es
básicamente una forma nueva de gnosis.
El acceso a lo divino se produce por medio del conocimiento de los misterios escondidos, en
la búsqueda individual de lo real que hay detrás de lo que es sólo aparente, el origen más allá del
tiempo, lo trascendente más allá de lo meramente fugaz, la tradición primordial detrás de la
tradición meramente efímera, lo otro detrás del yo, la divinidad cósmica detrás del individuo
encarnado. La espiritualidad esotérica «es una investigación del Ser más allá de la separación de
los seres, una especie de nostalgia de la unidad perdida.
Puede verse aquí la matriz gnóstica de la espiritualidad esotérica. Ésta es palpable cuando los
hijos de Acuario buscan la unidad transcendente de las religiones. Tienden a escoger de las
religiones históricas sólo el núcleo esotérico, del cual pretenden ser guardianes. En cierto modo
niegan la historia y no aceptan que la espiritualidad pueda tener sus raíces en el tiempo o en
ninguna institución. Jesús de Nazaret no es Dios, sino una de las muchas manifestaciones del
Cristo cósmico y universal.
El componente psicológico de este tipo de espiritualidad procede del encuentro entre la cultura
esotérica y la psicología. La Nueva Era se convierte así en una experiencia de trasformación
psico-espiritual personal, que se contempla como algo análogo a la experiencia religiosa, después
de una crisis personal o una larga búsqueda espiritual. Para otros procede del uso de la
meditación o de algún tipo de terapia, o de experiencias paranormales que alteran los estados de
conciencia y proporcionan una penetración en la unidad de la realidad.
Espiritualidad y Educación
La educación espiritual está ligada a la interioridad y tiene mucho que ver con educar para el
silencio, la admiración, la libertad. El hombre interior es aquel que supera la superficialidad y
llega a lo profundo de mismo. Al respecto el centro de la pedagogía agustiniana considera que
siempre es el hombre concreto, que oculta dentro de enormes tesoros, el más importante, sin
duda, es Dios. Ciertamente para Agustín, Dios habita en el interior de todo hombre: Mas he aquí
que él está donde se gusta la verdad: en lo más íntimo del corazón.
La verdad es un valor superior al mismo hombre, ella está por encima y más allá: Te prometí
demostrarte, si te acuerdas, que había algo que era mucho más sublime que nuestro espíritu y que
nuestra razón. Buscar la verdad para Agustín es obra de todo el hombre, no es esfuerzo sólo de la
inteligencia, y alcanzar la verdad es alcanzar la completa posesión de mismo, la plenitud. El
amor nos arrastra a la búsqueda de la verdad y la consecución de la verdad es el premio del amor.
Educar para la interioridad es educar para aprender a ser, es ayudar a que se
personalice, es decir, que se vaya haciendo persona. Para Agustín, la persona humana es un
potencial abierto que ha de desplegarse; dentro del hombre está la luz interior de la verdad: Mas
cierto aviso que nos invita a pensar en Dios, a buscarlo, a desearlo sin tibieza, nos viene de la
fuente misma de la verdad.
Aquel sol escondido irradia esta claridad en nuestros ojos interiores. De él procede toda verdad
que sale de nuestra boca, incluso cuando por estar débiles o por abrir de repente nuestros ojos, al
mirarlo con osadía y pretender abarcarlo en su entereza, quedamos deslumbrados, y aun entonces
se manifiesta que Él es Dios perfecto sin mengua ni degradación en su ser.
El educador invita y orienta a cada educando, pero, consciente que es desde dentro donde se
educa, se preocupa por formar el hombre interior, que es el que vive según razón, según lo mejor
de mismo, que es ser imagen de Dios; para formar este hombre interior es importante
esforzarse por educar en actitudes y motivaciones. La misión que tiene el maestro externo es
hacer posible el encuentro con la verdad, desde el propio conocimiento, que es la clave para el
conocimiento de la realidad: «Y la causa principal de este error es que el hombre se desconoce a
sí mismo.
Para conocerse necesita estar muy avanzado a separarse de la vida de los sentidos y replegarse
en y vivir en contacto consigo mismo. Y esto lo consiguen solamente los que cauterizan con la
soledad las llagas de las opiniones que el curso de la vida ordinaria imprime en ellos, o las curan
con la medicina de las artes liberales.
Así, el espíritu, replegado en mismo, comprende la hermosura del universo, el cual tomó su
nombre de la unidad. Por tanto, no es doble ver que la hermosura a las almas desparramadas en lo
externo, cuya avidez engendra la indigencia, que sólo se logra evitar con el despego de la
multitud.
Y llamo multitud, no de hombres, sino de todas las cosas que abarcan nuestros sentidos.
Educar en la interioridad es educar en la libertad personal, invita a ser uno mismo, por eso dirá
Agustín que en esta vida no se puede considerar feliz al que no profundiza y se conforma con la
autoridad. Mas a quienes contentándose sólo con la autoridad, se esfuerzan por alcanzar la
práctica de una vida buena y morigerada, sea por desdén, sea por dificultad de imbuirse en las
disciplinas liberales, no sé cómo llamarlos bienaventurados en esta vida.
Ruta metodológica
La presente investigación, parte de una concepción humanista de la educación y del enfoque
sociocrítico, se reconoce la complejidad, diversidad y multiplicidad del fenómeno educativo, para
los procesos de análisis de la información. Predomina en ella la orientación cualitativa,
específicamente la Fenomenológica, su objetivo es la comprensión de la realidad estudiada,
centrando la indagación en los hechos vividos por los sujetos estudiados; el papel del
investigador fue interpretar los sucesos y acontecimientos desde el inicio de la investigación.
Técnicas de recolección de la data
En esta investigación se utilizó como instrumento de recolección de la información un
cuestionario de preguntas abiertas y las vivencias a partir de las experiencias de aprendizaje
personales producto de las estrategias aplicadas en clase.
Selección de los informantes
La muestra intencional estuvo representada por informantes que poseen ciertas características
de acuerdo a criterios que sean convenientes para los propósitos del estudio (Martínez, 2004).
Los informantes fueron los estudiantes de la Escuela de Educación, Facultad de Humanidades
y Educación, de las Prácticas Profesionales para la Docencia, ubicada en el cuarto y sexto
semestre, menciones Biología y Educación Integral.
Resultados y discusión
Se aplicó un cuestionario de preguntas abiertas a los estudiantes. Las respuestas se presentan
en los siguientes cuadros, agrupadas por frecuencia.
Cuadro 1. Sabiduría espiritual
Pregunta
Respuesta
Frecuencia
¿Qué
entiendes por
Sabiduría
Espiritual?
Conexión más allá de lo material, con el espíritu, con el yo soy:
8
Experiencias aprendidas en la vida:
1
Entendimiento, inteligencia, comprensión que viene de Dios:
6
Enseñanzas que dice la Biblia para todos:
1
Conocimiento para aplicar en la vida:
2
Prácticas para comunicarse con Dios:
1
Mundo sin ataduras, que no se ve:
1
Buscar a Dios y saber cómo es el:
1
Poder conocer el bien y el mal, según San Pablo:
1
La unión de mente y espíritu:
1
Capacidad de entender que todos tienen un propósito y darle un buen sentido a
la vida:
1
Conocimiento que aprendemos de parte de Dios acerca de lo que no se ve:
3
Saber de la existencia de lo divino y del creador, tener fe en algo supremo que
te juzga bien o mal:
1
Saber cómo Dios quiere que hagamos las cosas:
1
Conocimiento profundo de Dios:
1
Creencias en cuanto a Dios:
1
Fe que nos hace vivir con esperanza:
1
Entendimiento sobre la paz que nos transmite nuestro Dios:
1
Paz consigo mismo.
2
Relación sobrenatural que da el espíritu:
1
Fuente: Las autoras (2016)
En el cuadro 1 se puede observar que los informantes en su mayoría entienden la sabiduría
espiritual como comunicación con Dios, tener fe, conocimiento profundo de Dios, paz consigo
mismo y con los otros y relación sobrenatural.
Cuadro 2. Práctica de religión
Pregunta
Respuesta
Frecuencia
¿Practicas
alguna
religión?
¿Cuál?
Católica:
25
Evangélica:
13
Testigo de Jehová:
2
Ninguna:
15
Fuente: Las autoras (2016)
El cuadro 2 muestra que, en su mayoría los informantes practican algún tipo de religión,
resaltando la católica, seguida por la evangélica y un grupo significativo no practica ninguna
religión.
Cuadro 3. Educación espiritual
Pregunta
Frecuencia
¿Crees
importante
incorporar la
educación
espiritual en
tus clases?
¿Por qué?
3
3
1
4
1
1
2
2
1
2
1
1
5
1
3
2
2
2
1
1
1
Fuente: Las autoras (2016)
En el cuadro 3 se observa que todos los informantes respondieron estar de acuerdo en
incorporar la educación espiritual en las clases y que ésta debe implementarse en la formación
humana.
Cuadro 4. Mente, Cuerpo y Espíritu
Pregunta
Respuesta
Frecuencia
¿Estás de
acuerdo con
la siguiente
afirmación:
somos más
que un
cuerpo,
mente y
espíritu”?
Explica tu
respuesta
Somos cuerpo porque estamos hechos de materia, mente porque somos seres
pensantes. Dios nos creó así y espíritu porque creemos que tenemos alma.
7
La Biblia dice que somos tres dimensiones: el cuerpo que es la materia
(tangible), la mente que sería el alma y espíritu, es el aliento de vida que nos
permite caminar.
6
Estas son las tres estaciones para gozar de una buena vida.
2
Somos un cuerpo lleno de espíritu y mente que nos permite soñar, trazar metas y
llenarnos de vida, alegría. Tener espíritu nos permite mantener mente positiva y
cuerpo sano.
3
Jesucristo nos enseñó que somos un Ser integral, el cuerpo nos sirve para
trasladarnos, la mente para analizar, reflexionar y sentir emociones y el espíritu
es el que se comunica con Dios.
2
Si. Es importante lo que pensamos y sentimos, tanto como nuestro cuerpo.
2
Si. Porque el cuerpo es algo físico con el que se proyecta tu mente y espíritu.
6
El cuerpo y la mente quedan en esta tierra y el espíritu es enviado al cielo.
4
No. Cuando morimos muere todo de nosotros, según la biblia.
1
Fuente: Las autoras (2016)
El cuadro 4 muestra que la totalidad de los informantes respondió afirmativamente, es decir
todos creen que somos cuerpo, mente y espíritu. La mayoría piensa que somos cuerpo porque
estamos hechos de materia, mente porque somos seres pensantes. Dios nos creó así, y espíritu
porque creemos que tenemos alma. Sustentan sus creencias en los estudios bíblicos, coinciden
que el espíritu es el que se comunica con Dios y que va al cielo cuando morimos.
Conclusiones
En función de los propósitos de la investigación, se concluye lo siguiente:
Con relación a la caracterización de la formación espiritual de los estudiantes de la Escuela de
educación de la Facultad de Humanidades y Educación se tiene: La formación espiritual de los
estudiantes en su mayoría está orientada a la práctica de una religión y un número significativo
no practica ninguna.
Se evidenció la importancia que tiene para los estudiantes incorporar la educación espiritual en
su práctica pedagógica, así como el reconocimiento de las dimensiones en el ser humano como
son: mente, cuerpo y espíritu.
Las estrategias aplicadas en las clases tales como: el silencio, los movimientos fundamentados
en las constelaciones familiares, los círculos de reflexión afectivos, el análisis de lectura permitió
abrir espacios de reflexión e iniciación en la espiritualidad desde una dimensión ampliada que
incluye vínculos armoniosos de relaciones consigo mismos, con los otros y con la totalidad.
Las vivencias a partir de las experiencias de aprendizaje personales permitieron a los
estudiantes de la escuela de educación fortalecer su práctica pedagógica desde una visión
espiritual que aportaron elementos efectivos a los conflictos que se presentaron en el aula durante
su pasantía profesional.
También se aplicaron estrategias sistémicas en el aula durante la formación en la Facultad de
Humanidades y Educación y luego el estudiante en su práctica profesional en el centro de
aplicación, dentro y fuera del aula de clase, todas fundamentadas en la Pedagogía Sistémica de
Olvera (2011) y los órdenes del amor de Hellinger (2011), como son el genograma o árbol
genealógico, proyecto de vida, el cuento sistémico, el origen del nombre que nos colocaron, el
dibujo de la familia para visualizar el orden y su inclusión familiar, entre otras como la reflexión
diaria, dramatizaciones y abrazo en familia en el aula y en la escuela.
El fortalecimiento de la espiritualidad durante la escolaridad de los estudiantes de la Escuela
de Educación de la Facultad de Humanidades facilitó un ambiente de convivencia, contribuyo a
la formación de jóvenes más conscientes de su rol en la sociedad espiritualista.
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