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Renzo Grocio Saavedra Ugaz, Abel Rodríguez Taboada, Jacinto Joaquín Vértiz Osores, Jorge
Luis Flores Escalante y Jessica Paola Palacios Garay
Gestión del riesgo de desastres en la conciencia ambiental de estudiantes policiales
geopolíticos, priorizando la vida de los seres humanos y la protección del
patrimonio público y privado (Congreso de la República del Perú, 2011).
Por último, la institución encargada de la defensa civil, respecto a la gestión
del riesgo de desastre, precisó que es un conjunto de decisiones de carácter
administrativo, organizacional y sapiencias estratégicas elaborado por
las sociedades, con la nalidad de minimizar el impacto de las amenazas
en el contexto natural, ambiental y tecnológico. Asimismo, las acciones
realizadas, tanto en lo estructural y no estructural, coadyuvan para prevenir
el impacto de los desastres (INDECI, 2006).
Por su parte, Barrios et al., (2018) deliberaron que la gestión del riesgo
de desastre se realiza en tres fases de formas articuladas: i) conocimiento del
riesgo, fase inicial en la cual resalta la identicación y análisis de las futuras
amenazas, el estudio de la vulnerabilidad y la identicación del riesgo; ii)
disminución del riesgo, fase donde se interviene las posibles amenazas;
así como, las vulnerabilidades; y, iii) control del desastre, fase que hace
referencia a la formulación y aplicación de instrumentos que contribuyen al
control del evento negativo.
Por tanto, se considera importante la gestión del riesgo de desastre que,
según Cortés-Fonnegra (2018) se centra fundamentalmente en reducir e
impedir los daños y pérdidas de las personas; así como también, considerar
los medios de subsistencia. En tal sentido, se busca salvaguardar la seguridad
del espacio físico, la calidad de vida de la ciudadanía y las poblaciones en
riesgo. Por otro lado, Ávila-Toscano et al., (2016) sostuvieron que la GRD
resulta importante porque se centra en la realidad planicadamente y que,
como resultado de la innovación contribuye con una mirada prospectiva
y provisoria que hace factible el desarrollo sostenible superando el
inmediatismo enmarcado en la atención y control de los desastres.
Según la variable presentada, de acuerdo a Ulloa (2011) se precisa
cuatro dimensiones enmarcadas sobre la gestión del riesgo de desastre: la
primera dimensión, la estimación del riesgo, fase primordial que consiste
en identicar y apreciar el riesgo teniéndose por tanto, una posición integral
de la exposición del riesgo de una población para obtener una importante
valoración de la información actual y metodológica para identicar
las vulnerabilidades, amenazas y capacidades, de esa forma valorar la
posibilidad de ocurrencia de fenómenos desfavorables (desastres); la
segunda dimensión, prevención y disminución del riesgo, fase en la que
se realizan acciones que tienen por nalidad impedir que se generen
próximos riesgos en la población y reducir las vulnerabilidades y riesgos
latentes respecto a la gestión de la sostenibilidad; la tercera dimensión,
preparación, respuesta y rehabilitación, consiste en actividades que se
ejecutan a n de presentar una inmejorable contestación ante un desastre
para garantizar conveniente y oportunamente la atención de personas
víctimas del fenómeno, como también, la rehabilitación de los servicios