______________________________________________________________________Revista Cientifica, FCV-LUZ / Vol. XXXIII, rcfcv-e33218, 1 - 8
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[60], siendo el cultivo más dispuesto al contagio por hongos en los
climas subtropicales y tropicales, dada las condiciones ambientales de
humedad y temperatura que favorecen el desarrollo de los hongos [58,
59], con algunas regiones donde las concentraciones de aatoxinas, ya
se encuentran en niveles extremadamente altos, en etapas previas a la
cosecha [60], y mucho más altos en las etapas posteriores a la cosecha,
con una media de 131,7 μg·kg
-1
, llegando hasta 58.000 μg·kg
-1
[49].
La dieta utilizada en la alimentación de los cuyes del presente
estudio tenía un contenido de 128 µg de zearalenona·kg
-1
, el mismo
que supera el límite máximo permisible en alimentos elaborados
destinados para animales de granja (0,1 a 0,5 μg·kg
-1
), según edad y
especie [55]. La zearalenona en cuyes presenta una toxicidad aguda
relativamente baja, con una dosis letal media (DL50) de >5.000 mg·kg
-1
de peso vivo por vía oral [24].
El cerdo es la especie animal más sensible a la zearalenona, por lo que,
considerando su similitud con el humano, el Panel de Contaminantes de
la Cadena Alimentaria, estableció una ingesta diaria tolerable (IDT) de
zearalenona de 0,25 μg·kg
-1
de peso vivo [18]. A partir de esta base, los
cuyes del grupo experimental del presente estudio, con un promedio
de 731,5 g de peso vivo, en los 59,8 g·día
-1
de MS ingerida (TABLA IV),
consumieron 7,65 µg·día
-1
de zearalenona, equivalente a 10,46 μg·kg
-1
de
peso vivo, la misma que es superior a la IDT [18]; sin embargo, no tuvo
efecto sobre la salud, por el efecto protector de MycosorbA+® [25, 61];
en cambio, los cuyes del grupo control, en 58,0 g de MS, consumieron
7,42 µg·día
-1
de zearalenona, equivalente a 10,99 μg·kg
-1
de peso vivo,
con efecto negativo en la salud y la producción. Los resultados están
de acuerdo con reportes en aves [56] y cerdos [3].
Los cuyes son muy tolerantes a la zearalenona [24], pero altamente
susceptibles a la aatoxinas, cuya intoxicación aguda, tiene un efecto
indirecto sobre el sistema colinérgico, con liberación de acetilcolina a
nivel de las terminaciones nerviosas parasimpáticas posganglionares,
con efectos gastrointestinales agudos [34]. Estos compuestos
tóxicos se ubican especialmente en las esporas y en los micelios de
los hongos toxigénicos, cuya ingestión origina una respuesta tóxica
[45]. Su síntesis ocurre al nal de la fase exponencial de crecimiento y
parece no tener importancia biológica en lo que respecta al desarrollo
y crecimiento de los hongos. La toxicidad dependerá de diversos
factores que incluye los mecanismos de defensa, el nivel de ingesta,
las especies de toxinas, el metabolismo, la duración de la exposición
y los mecanismos de acción [63].
Los cuyes del grupo control evidenciaron efectos negativos de
las micotoxinas sobre la salud y la respuesta productiva, con efecto
cancerígeno, inmunosupresor, teratógeno, estrogénico y neurotóxico
en animales y/o humanos [64]. Una sola dosis tóxica subletal de
aatoxina en los cuyes, provoca cambios microscópicos en el tejido
hepático, altera las enzimas hepáticas (sorbitol deshidrogenasa y
ornitina carbamoiltransferasa), la actividad del cuarto componente
del complemento (C4) y las proteínas séricas [65].
El tracto gastrointestinal es el primer órgano diana de las micotoxinas
y la primera barrera siológica contra los agentes contaminantes de
origen alimentario [66], donde la mucosa y la microbiota allí instalada,
como elementos siológicos primordiales para la integridad intestinal,
son lesionadas por las micotoxinas [53], trastornando la salud y la
función digestiva [67], por lo que la exposición a las micotoxinas
disminuye la digestibilidad del alimento y la eciencia de uso del
alimento, con implicancias en la nutrición, producción y economía [69]
Relación benecio costo por el uso de MycosorbA+®
En la TABLA IV se especican las variables económicas calculadas,
por el uso de MycosorbA+® en la dieta para el control de las micotoxinas
en cuyes. La B/C del grupo experimental fue mayor con relación al grupo
control (1,52 vs. 1,35), evidenciando que, en una crianza comercial de
cuyes, el uso de MycosorbA+® en la dieta tiene benecio económico.
A partir del análisis de los costos totales de producción, conformados
por los costos jos: cría destetada de 15 días hasta los 453,5 ± 35,5 g,
depreciación de instalaciones, imprevistos; y los costos variables:
alimentación, sanidad y mano de obra; el costo de producción de un
cuy del grupo experimental fue ligeramente mayor que el del grupo
control (USD 2,73 vs. 2,69) (TABLA V). El retorno total por la venta de
los cuyes en pie estuvo inuenciado por el mercado local, donde los
precios varían según el peso vivo o tamaño de los animales, por lo que
un cuy de 900 g fue vendido a USD 3,63, mientras que otro de 1.000g
a USD 4,15, habiéndose obtenido un ingreso total de 14,3 % mayor
en el grupo experimental con relación al grupo control (TABLA V).
La B/C fue mayor a la unidad en ambos grupos; sin embargo, con el
grupo experimental se logró 12,6 % mayor benecio que con el grupo
control. La misma tendencia se observó en el mérito económico (51,7
vs. 35,1 %), evidenciando que la adición de MycosorbA+® en la dieta del
grupo experimental, como adsorbente de micotoxinas, se manifestó
con un mayor benecio económico, con relación al grupo control.
TABLA V
Relación benecio-costo por el uso de
Mycosorb A+® en la dieta de cuyes
Variables evaluadas Control Experimental
Costo total, USD 109,28 107,42
Retorno total, USD 165,80 145,08
Relación benecio-costo 1,52 1,35
Mérito económico, % 51,7 35,1
El cuy, como especie de crianza en los Andes, va adquiriendo mayor
popularidad en el mundo, como un recurso para mitigar la inseguridad
alimentaria y nutricional de los pueblos, debido a la calidad de su
carne [68], el costo módico de su crianza y el precio alto de su carne,
por lo que es un producto de mercado muy importante que se va
posicionando en la economía de la población de los Andes [44], por
ser un artículo de comida considerada como un manjar o delicia
indígena andina [16]. El cuy criado en poza tiene un rendimiento
de canal de 73 % [43], por lo que un ejemplar de 900 g de peso
comercial, vendido a S/ 14.00 (USD 3,63), produce 657 g de canal,
cuyo potaje elaborado como cuy chactado, en un restaurante popular
cuesta S/ 45.00 (USD 11,66), con un valor agregado de 221,4 % a favor
del restaurante. Los países del África lo han acogido al cuy como
mini-ganado, difundiendo su crianza como parte de su seguridad
alimentaria y nutricional, donde el hambre es similar o mayor que
en los pueblos andinos [70], siendo un pequeño animal con gran
potencial que responde al derecho a la soberanía alimentaria como
lo dispone la constitución del Estado Plurinacional de Bolivia [71],
donde la salud, producción y reproducción son las variables clásicas
de interés en la crianza; sin embargo, el benecio económico que se
pueda lograr, es quizás lo más importante en una crianza comercial
de cuyes, tal como fue descubierto en este pequeño roedor, como