Uso de ecografia para diagnóstico de hipotensión en caninos / Álvarez-Bastidas y col. ____________________________________________
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INTRODUCCIÓN
El volumen sanguíneo es un factor determinante en la funcionabilidad
hemodinámica determinante de la correcta homeostasis en los
seres vivos. Los pacientes que presentan especialmente cuadros de
hipovolemia, y no son adecuadamente tratados, pueden evolucionar
hacia falla multiorgánica. Por otro lado, la sobrecarga de uidos
(hipervolemia), también ha demostrado tener efectos perjudiciales.
Esta relación entre la sobrecarga de fluidos y la mortalidad en
humanos se ha demostrado también que ocurre en perros (Canis lupus
familiaris) hospitalizados bajo cuidados intensivos, en consecuencia,
se deben realizar esfuerzos por intentar mantener a los pacientes
críticamente enfermos en estados euvolémicos [2].
El monitoreo hemodinámico, tanto para personas como para
animales, está en constante evolución y cambio, debido a progresos
tecnológicos, como la informática, el advenimiento de dispositivos
portátiles que permiten ampliar la gama de herramientas disponibles
en la cabecera del enfermo. Es así que se pasa de un monitoreo
hemodinámico global e invasivo a otro no invasivo y tisular, incluso
locorregional [4].
Dentro de la Medicina Intensiva, la evaluación del paciente critico
o de monitoreo continuo es el protocolo Rush (Ultrasonido rápido en
choque en la evaluación crítica III), el cual determinará el estado de
volemia continua y rápida del paciente [12].
En
Medicina Humana, la evaluación primaria dentro de la cirugía,
especícamente en la valoración de la circulación y control de la
hemorragia, el uso del ultrasonido se ha vuelto una herramienta
indispensable [7].
En la actualidad, en reportes de estudios a personas se ha
demostrado que, sólo 50 % de los pacientes en estado de choque
responden a la infusión de volumen con cristaloides o coloides,
buscando incrementar la volemia; a diferencia de pacientes que no
logran responder a esta infusión y que generan cuadros de acidosis
hiperclorémica, hipernatremia, lesión renal aguda, edema pulmonar
[4]. Se suele considerar que un paciente responde a los uidos,
cuando su gasto cardíaco aumenta en por lo menos un 10 a 15 % luego
de la administración de una carga de líquido [2].
La uidoterapia es la primera maniobra realizada por el médico al
estar en contacto con un paciente al que se pretende incrementar
la volemia [4].
En Medicina Veterinaria, la medición del diámetro de la vena cava
inferior (VCI) a nivel de la ventana subxifoidea en fase tele espiratoria,
también proporciona información valiosa en casos de shock. Cuando
el valor es muy bajo, menos de 12 milimetros (mm), permite predecir
respuesta positiva a la expansión de volumen, en cambio, un diámetro
muy elevado (mayor a 20 mm) predice ausencia de respuesta [6].
En la medición del volumen circulante en el organismo, la ecografía en
Veterinaria se convierte en la principal herramienta de diagnóstico por
imagen, ya que permite evaluar el contenido en tejidos blandos. Se trata
de un procedimiento seguro no invasivo y que no utiliza radiaciones
ionizantes, por lo que no produce efectos biológicos adversos [1].
La VCI, al ser un vaso sanguíneo de gran tamaño, permite de forma
sencilla y comprensible su estudio mediante la ecografía. Además, su
diámetro tiene una alta correlación con la función de las cavidades
cardíacas derechas y su calibre no es afectado por la respuesta
compensatoria vasoconstrictora, que se genera ante la pérdida de
volumen intravascular. Por este motivo, la medición ecográca a este
nivel reejaría el estatus de la volemia con una mayor precisión que
cualquier otro parámetro clínico, como los basados en el sistema
arterial (presión sanguínea, diámetro de la aorta, entre otros) [8]
Para la Medicina en personas, la utilidad de medir el diámetro de
la VCI para monitorizar la volemia en los pacientes que se sometían
a hemodiálisis, ya fue comprobada en el pasado, pero actualmente
también se emplea en pacientes ventilados y hemodinámicamente
inestables [3].
En 2016, la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos (SCCM)
publicó pautas actualizadas para el uso de la ecografía de la VCI en
la evaluación de pacientes críticamente enfermos [12].
Debido a esta potencialidad hipotética en el diagnóstico de la
colapsabilidad de la vena cava caudal (VCC), como marcador de
hipotensión en perros, mediante estudio ecográco pre, trans y
post quirúrgico, se desarrolló esta investigación.
MATERIALES Y METODOS
El estudio se realizó en una población de 20 pacientes, perros
domésticos, sin distinción de raza, edad o sexo, que asistieron a las
clínicas veterinarias Somali y Chillogallo, ambas ubicadas en la ciudad
de Quito, Ecuador. Los individuos seleccionados fueron presentados
a las clínicas veterinarias para diferentes procedimientos quirúrgicos
(ovarohisterectomia, orquiectomia, prolapso de glándula de Harder,
cálculo vesical, mordedura por congénere, hernia umbilical, piometra,
iatrogenia, mastectomía).
Cada uno de los pacientes posee una cha clínica en la cual se
registró cada evento y medida durante el pre, trans y post operatorio.
El análisis estadístico se realizó en el software R [5] y el P-value
fue calculado mediante ANOVA.
Procedimiento quirúrgico
Las evaluaciones se realizaron en pacientes que fueron sometidos
a procedimientos quirúrgicos; previa depilación y una adecuada
asepsia y antisepsia del paciente, se examinó la VCC mediante el
uso de un equipo ecográco (Sonoscape, E2v, China), mediante el
abordaje trans-hepático derecho; se utilizó el modo ecocardiográco
M a 1,5 a 2 centímetros (cm) de la inserción de la vena hepática en la
VC para realizar las medidas. En la FIG. 1 se puede observar la VCC
y sus respectivas medidas en dos tiempos, la primera medida (1) se
realizó en el tiempo de mayor diámetro a diferencia de la segunda
medida (2), que se realizó en su momento de mayor colapsabilidad.
Estas medidas consistieron en tomar el diámetro máximo y mínimo
de la VCC sin incluir sus bordes endoteliales, usando el modo M (mono-
dimensional) lo que permite medir únicamente el diámetro interno
de la VCC. En caso de que el paciente necesitó la administración de
uidos de acuerdo a la variación descendente de la presión arterial
y a la colapsabilidad de la VCC, se infundió una solución de Ringer
Lactato (RL); posteriormente se evaluó nuevamente el diámetro de
la VCC, para determinar si es respondedor a uido terapia y todos
los datos fueron registrados en la historia clínica de cada paciente.
La presión arterial se midió mediante el uso de un tensiómetro
digital (SunTech, Vet20, China) colocando el manguito en la vena
cefálica de la extremidad anterior derecha o izquierda para obtener
una lectura correcta. Durante todo el proceso quirúrgico, el paciente
siempre fue evaluado mediante monitoreo anestésico con un equipo