Ecografía en perras gestantes / Rumiguano-Quilligana y col. _______________________________________________________________________
2 de 5
INTRODUCCIÓN
La ecografía o ultrasonografía es una técnica de diagnóstico médico
complementaria por imágenes que se basa en el principio del pulso-eco.
Para ello, se utiliza un elemento de guía o transductor compuesto con
cristales piezoeléctricos que sirven de emisores y a su vez de receptores
electromecánicos de sonidos. Las ondas que se generan del ultrasonido
y guiadas por el transductor, al chocar con elementos como órganos
o tejidos, generan ecos que vuelven al lugar de origen y se expresa en
imágenes que pueden ser visualizadas en una pantalla [18, 20].
En el campo médico, la ecografía tiene un sinfín de aplicaciones
prácticas e experimentales; en el caso de la teriogenología en
pequeñas especies, se utiliza entre otras cosas, como herramienta
de diagnóstico reproductivo en perros (Canis lupus familiaris) y/o gatos
(Felis catus) [4, 12, 20]. Su uso en la clínica veterinaria es cada día (d)
más elemental y muy frecuente, ya que permite su uso como método
de exploración ecográca en mascotas en el diagnóstico no invasivo
y temprano de preñez, logrando identicar y prevenir posibles partos
distócicos, además de estimar la posible fecha del parto [1, 8, 11].
En las perras, el diagnóstico de gravidez se puede realizar a partir de
los 18 d de gestación o a partir de los 30 d después de la última monta,
en este momento se permite además de observar la viabilidad fetal,
calcular la edad gestacional y detectar aspectos clínicos importantes
como muerte embrionaria, piómetra, mucómetra e hidrómetra [9, 21, 22].
El primer signo que se detecta de la preñez, lo constituye la
presencia de un saco gestacional, que en la imagen es anecoico y
mide muy pocos milímetros (mm) de diámetro, contentivo de líquido
coriónico y rodeado por una pared fuertemente hipercogénica
delgada que lo constituye el trofoblasto [25, 28]. Una semana más
tarde, entre el d 23 al 25 de gestación, ya se observa el embrión,
representado por una imagen ecogéníca oblonga de varios mm de
longitud y ubicado dentro de un saco gestacional de forma esférica,
a esta edad ya se puede detectar también la actividad cardiaca del
embrión y el movimiento de éste se aprecia entre los 33 y 35 d [3].
El tamaño y el rango de crecimiento del saco gestacional no está muy
bien denido en la perra a diferencia del humano, donde se conoce que
el saco crece en un rango de 1 a 1,5 mm por d, a partir de los 50 a 60 d de
gestación [26, 28]. Con el uso de la ultrasonografía del útero se puede
determinar la etapa del ciclo estral en la que se encuentra la perra. Por
ejemplo, la perra en la etapa de anestro, el útero se presenta como
una imagen homogéneamente ecogénica a diferencia del proestro,
diestro, y posparto, donde se pueden distinguir capas muy denidas
de acomodo central que son altamente ecogénicas [22, 25].
Para el cálculo preciso del tiempo de gestación en la perra, algunos
autores recomiendan tomar como base el d en el que se presenta
el pico de la hormona luteinizante (LH); no obstante, este indicador
por lo general es de difícil medición, tanto para el dueño como
para muchos médicos veterinarios, que no posean ecograma en
su consulta. Por lo que, desde el punto de vista práctico, se suele
contar los números de d a partir de la última monta o n del celo [8,
11]. Existen informes sobre las medidas fetales en perros y gatos,
para ello se utiliza entre otros, el diámetro del cráneo fetal (DCF) y
el diámetro corporal (DC), permitiendo desarrollar hasta una fórmula
fácil de usar para la predicción de la edad gestacional (EG) y los d
antes del parto (DAP) en las perras [25].
La edad gestacional y los d antes del parto se establecen con una
variación de más o menos 3 d. Después de los 35 d, el desarrollo del
embrión es exponencial y se puede ir reconociendo la organogénesis
[5]. La adecuada estimación del tiempo gestacional, ayuda ecazmente
en la predicción de la edad fetal y la posible fecha de parto de la
perra y determinarlo constituye un desafío importante, tanto para
los veterinarios como para los criadores, ya que el mismo permite
una mejor atención de los partos, logrando prevenir o minimizar las
pérdidas neonatales, facilitando también la toma de decisiones y
permitiendo la planicación de posibles cesáreas [15–17].
Debido a la gran variación presente en las distintas razas caninas
producto de las diferentes tallas presentes en esta especie y también
a la propia siología reproductiva de la perra, en tanto, que está
considerado que la duración de la gestación en esta especie es de
65 ± 1 d, a partir desde el pico preovulatorio de la LH [7] y conocido
que la ovulación de la perra ocurre 24 a 72 horas (h) luego de este pico
de LH [29], y que el estro o celo se extiende de 5 a 9 d [10], durante
estos periodos fértiles de la hembra, el apareamiento suele ocurrir en
una o varias oportunidades, a lo que debe añadir la latencia de vida de
los espermatozoides caninos, los cuales son capaces de mantenerse
fértiles durante 5 a 7 d en el tracto reproductivo de la hembra [14].
Conocer el momento exacto de la concepción, es el punto de partida
para estimar la edad gestacional, aunque en la mayoría de los casos,
no es posible de conocerlo con exactitud en la especie canina. De
aquí surge la importancia de la ultrasonografía transabdominal para
evaluar la edad gestacional [24]. De allí que el objetivo de este estudio
fue determinar la edad gestacional mediante la obtención de medidas
fetales y observación de la organogénesis utilizando el método
ecográco en perras que se encontraban en estado de gestación.
MATERIALES Y METODOS
Tipo de estudio
El presente estudio es de tipo transeccional descriptivo, terminando
como correlacional no experimental, longitudinal. Este estudio fue
realizado en 15 perras, las cuales acudieron a consulta reproductiva a la
clínica veterinaria Cruz Verde, en Quito, Ecuador, ante un supuesto estado
de gestación, en virtud de haber sido apareadas previamente. Para la
selección del paciente al experimento, las perras que deberían presentar
más de 1 año de edad y sus propietarios previamente informados debieron
colaborar con el estudio, permitiendo la evaluación física, junto a la
realización exploratoria de estudios por imágenes en sus mascotas.
Exploración del paciente
Para lograr crear una imagen ecográfica que permitiera el
diagnóstico de un órgano o tejido se utilizó un equipo de Ultrasonido
(SonoScape, E1V, 2021 China), con manejo de un Software Auto IMT,
Smart 3D, el cual permitía una vista panorámica de la exploración
en las hembras gestantes, a través de la técnica de barrido sectorial
mecánico (método destinado para especies menores), que desplaza
de derecha a izquierda la sonda de 7,5 a 10 megahercios (MHz), 5 a 6,5
MHz y 3 a 3,5 MHz, explorando respectivamente, en las pacientes de
talla pequeña, medianas y grandes las diferentes líneas del plano [17].
Preparación del paciente
En cuanto a la preparación de las pacientes, primero se procedió
a rasurar las áreas de contacto con el transductor (lector de
SonoScape,E1V,2021.China), para evitar artefactos y obtener una
buena resolución de la imagen, siguiendo las recomendaciones de
Maldonado y col. [19].