DOI: https://doi.org/10.52973/rcfcv-e32178
Recibido: 06/07/2022 Aceptado: 02/08/2022 Publicado: 03/09/2022
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Revista Cientíca, FCV-LUZ / Vol. XXXII, rcfcv-e32178, 1 - 5
RESUMEN
El objetivo del presente estudio fue detectar la presencia de
anticuerpos IgG e IgM para el SARS-CoV-2 en mascotas que tuvieron
contacto con humanos positivos a COVID–19 de la parroquia de
Alangasí, perteneciente a la ciudad de Quito, Ecuador, durante
el primer semestre 2022. Para ello se estudiaron 40 perros de
distintas edades y sexo, que llegaron a consulta al centro veterinario
RoChi-Vet, a los cuales se les realizó la respectiva historia clínica.
Para el estudio de las Inmunoglobulinas y otros analitos hepáticos
(TGP y TGO) se obtuvieron muestras sanguíneas mediante punción
de la vena cefálica y llevadas en tubos con EDTA, las cuales fueron
enviadas a laboratorios SERVILAB para determinar la presencia de
Inmunoglobulinas (Ig), mediante el método de inmunouorescencia,
adicionalmente se determinó la integridad del hígado a través de un
espectrofotómetro. Los datos obtenidos de Ig, TGP y TGO fueron
cotejados con la historia clínica del paciente, y se analizó mediante
estadística descriptiva, ji-cuadrado y correlación, los posibles efectos
entre las variables estudiadas, mediante el paquete estadístico SAS.
Los resultados obtenidos arrojaron que, de los valores de anticuerpos
IgG e IgM, al menos 2 de los sueros dieron positivos para SARS–CoV–2,
para una prevalencia en este estudio de 5%; y adicionalmente los
valores de TGP y TGO no fueron indicativo de alguna patología para
la integridad del hígado, aunque se encontró 1 individuo con un valor
ligeramente alto TGP y 4 con valores ligeramente inferiores a los
normales para la misma transaminasa. El ANAVA indicó la ausencia de
efecto (P>0,05) de la edad ni el sexo sobre la probabilidad de padecer
o no el SARS–CoV–2; al igual de la no existencia de correlación entre
los valores de Ig y las transaminasas evaluadas. Para nalizar se puede
indicar, que a pesar de que se cuenta con herramientas sensibles
para el diagnóstico del SARS–CoV–2 en perros, no hay evidencia que
exista la probabilidad de transmisión y contagio desde el ser humano
(propietario) a sus mascotas, y mucho menos de manera de contagio
zoonótico inverso.
Palabras clave: SARS–CoV–2; inmunoglobulinas; IgG; IgM; caninos
ABSTRACT
The objective of this study was to detect the presence of IgG and
IgM antibodies for SARS–CoV–2 in pets that had contact with
COVID–19 positive humans from the Parish of Alangasí belonging
to the City of Quito, Ecuador, during the rst half of 2022. To do
this, 40 canine patients of different ages and sex were studied, who
came to medical appointments at the RoChi-Vet veterinary center,
to which the respective clinical history was made. For the study
of Immunoglobulins and other liver analytes (TGP and TGO), blood
samples were obtained by puncture of the cephalic vein, in tubes with
EDTA content, which were sent to SERVILAB laboratories to determine
the presence of Immunoglobulins (Ig), using the immunouorescence
method, in addition to determining the integrity of the liver through
a spectrophotometer. The data obtained from Ig, TGP and TGO were
compared with the patient’s clinical history, and the possible effects
between the variables studied using SAS statistical package, it was
analyzed using descriptive statistics, Chi-square and correlations. The
results obtained showed that for the values of IgG and IgM antibodies,
at least 2 of the serums tested positive for SARS–CoV–2, with a
prevalence in this study of 5%; and additionally, the values of TGP
and TGO were not indicative of any pathology in the livers integrity,
although one individual was found with a slightly high TGP value and
four with values slightly lower than normal for the same transaminase.
The ANAVA indicated the absence of effect (P>0.05) of age or sex
on the probability of suffering or not from SARS–CoV–2; as well as
the non-existence of correlation between the values of Ig and the
transaminases evaluated. Finally, it can be indicated that although it
is a sensitive tool for the diagnosis of SARS–CoV–2 in dogs; there is
no evidence that there is a probability of transmission and contagion
from the human being (owner) to their pets and much less in the form
of reverse zoonotic contagion.
Key words: SARS–CoV–2; immunoglobulins; IgG; IgM; canines
Detección de anticuerpos del SARS–CoV–2 en perros en contacto con
humanos positivos COVID–19
Detection of SARS–CoV–2 antibodies in dogs in contact with COVID–19 positive humans
Roberto Danilo Chiliquinga-Quinchiguano* , Nathalie Campos-Murillo y Edy Castillo-Hidalgo
Universidad Católica de Cuenca. Cuenca, Azuay, Ecuador.
Correo electrónico: roberto.chiliquinga.80@est.ucacue.edu.ec
Anticuerpos de SARS–CoV–2 en perros / Chiliquinga-Quinchiguano y col. ____________________________________________________________
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INTRODUCCION
El síndrome respiratorio agudo severo Coronavirus-2 (SARS–CoV–2)
o también llamado COVID–19, es una enfermedad producida por un
beta corona virus con envoltura, no segmentado, de polaridad positiva
y cadena simple de Ácido Ribonucleico (ARN). La fuente primaria
más probable del SARS–CoV–2 es de origen animal, es decir, tiene un
origen zoonótico; estudios genómicos indican que su genoma tiene
96% de homología con un beta coronavirus descrito en murciélagos
(Rhinolophus anis) y 91% en pangolines (Manis) [14, 17, 20].
Desde el año 2019, el COVID–19 se reportó como pandemia, y en el
caso particular del Ecuador, el primer caso reportado fue en febrero del
2020 y desde entonces se mantuvo como el país en Suramérica con el
mayor número de contagios conrmados por esta enfermedad [8, 25].
El origen de SARS–CoV–2 como su ruta de introducción en los
seres humanos aún no se esclarece, sin embargo, investigaciones
sugieren que su procedencia proviene de un virus aislado de los
murciélagos Rhinolophus [21, 23], que desde su aparición hasta la
fecha ha provocado severas complicaciones en la Salud Pública a
escala mundial [2, 18].
En animales de laboratorio se ha revelado que, aunque pueden no ser
un modelo el para SARS-COV-2, se ha demostrado que su presencia
es causante del aumento de temperatura tras la infección por contacto
directo con aerosoles de humanos y/o animales infectados [3, 7].
Investigaciones cientícas mencionan que la transmisión del SARS–
CoV–2 de personas infectadas hacia perros (Canis lupus familiaris)
y otros animales de compañía, como gatos (Felis catus), hurones
(Mustelidae) y hámsters (Cricetinae), debido a la posible interacción
cercana con los dueños y a la susceptibilidad de los animales, ha
ocurrido ya que éstos tienen los receptores celulares, que el virus
necesita para ingresar a sus organismos y además multiplicarse
exitosamente [5, 13, 26].
En este sentido, los estudios experimentales describen, además
que la susceptibilidad a infectarse es menor en perros que en gatos
domésticos, debido a que estos últimos, poseen un mayor número de
receptores para SARS–CoV–2 en las células de su aparato respiratorio,
que los hace más propensos de presentar la enfermedad [5, 6, 10,
22, 27].
Para el diagnóstico de esta virosis, así como, la mayoría de
enfermedades que afectan al ser humano y a los animales, la serología
cumple un papel importante como herramienta de ayuda y orientación.
En el caso del COVID–19, una de las principales pruebas laboratoriales
utilizadas es la cuanticación de las inmunoglobulinas (Ig) en suero,
y ello permite identicar si se estuvo en contacto o no con el virus
del COVID–19, y además puede cuanticar la respuesta inmune del
organismo frente a SARS–CoV–2 [1].
A pesar que en la actualidad aún no hay evidencia cierta de que los
animales domésticos y/o de compañía, tales como los perros y los
gatos tengan un papel signicativo en la transmisión zoonotica al ser
humano, queda la duda ya que ellos también son susceptibles al virus.
Es por ello que se planteó esta investigación, cuyo propósito u objetivo
fue la de evaluar los niveles de anticuerpo anticovid–19 presentes en
perros que convivían con personas que padecieron el COVID–19, con
sintomatología y pruebas de laboratorio positivas y determinar la
posible zoonosis inversa, de humanos a mascotas caninas.
MATERIALES Y METODOS
Zona de estudio
El estudio se enmarcó en una investigación del tipo cuantitativa,
no experimental, transversal y exploratoria, cuya muestra poblacional
fue tomada de 40 perros domésticos, sin diferencia de edad o sexo,
que ingresaron al consultorio RoChi-Vet® en la parroquia de Alangasí,
perteneciente a la ciudad de Quito, Ecuador y cuyos propietarios
fueron diagnosticados con SARS–CoV–2 durante el periodo de
diciembre de 2021 a enero de 2022.
Extracción de muestras
A las 40 unidades experimentales (pacientes), se les tomaron
muestras sanguíneas, punción de la vena cefálica, y almacenadas
en tubos que contenían ácido etilendiaminotetraacético (EDTA) como
anticoagulante. Cada una de las muestras, luego fue depositada en
una cava portátil de transporte conteniendo moldes de refrigeración
para su posterior análisis en laboratorios SERVILAB.
Determinación de inmunoglobulinas
Los niveles de Ig, se determinaron por método de inmunouorescencia,
mediante equipo LANSIONBIO LS-1100, fabricación China, para
determinar la presencia de Ig. Se evaluaron los niveles de IgG, la cual
es indicativa de la respuesta inmunológica de infecciones activas,
y de IgM, que da indicios de infecciones no actuales y que habían
permitido al perro, desarrollar una respuesta inmunitaria secundaria
ante el COVID–19. Los posibles resultados a obtenerse podrían ser:
IgM negativo e IgG positivo: Indica inmunidad activa a la
enfermedad (por infección anterior, de meses o años, o
vacunación);
IgM positivo e IgG negativo: Indica una infección aguda, de
días o semanas;
IgM negativo e IgG negativo: Muestra que la persona nunca ha
tenido contacto con el agente infeccioso;
IgM positivo e IgG positivo: Indica una infección reciente, de
semanas o meses [16].
Los niveles negativos permitidos para IgG son hasta 0,04 Miliunidades
internacionales por mililitro (mlU·mL
-1
), valores superiores se consideran
positivos, indicadores de la enfermedad. Mientras que en el caso de
IgG, los valores normales se consideraron hasta 0,04 mlU·mL
-1
, a partir
de allí, se consideran como valores positivos.
Análisis serológicos adicionales
Además de los niveles de las Ig (IgG e IgM), se midieron los valores
de transaminasa glutámico oxalacética (TGO) también llamada AST
(aspartato aminotransferasa) y de transaminasa pirúvica (TGP)
o ALT (alanina aminotransferasa), como posibles indicadoras de
patologías asociadas al COVID–19, mediante el uso del analizador
automático Vetscan analizador químico (ABAXIS, EUA). Los rangos
normales para TGO y TGP, correspondieron a 8,9–48,5 y 8,2–57,3,
unidades por litros (U·L
-1
), respectivamente. Adicionalmente se utilizó
un espectrofotómetro, de marca ELAB BIOLOGICAL SCIENCE, de
fabricación Alemana, que mediante el método ultra violeta visible
(UV-vis) optimizado (IFCC) permitió la determinación de la integridad
del hígado.
FIGURA 1. Resultados obtenidos de las pruebas de Anticuerpos de
IgA e IgM en perros (positivos y negativos)
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Análisis estadístico
Los datos obtenidos del laboratorio (IgG, IgM), así como, las
transaminasas (TGO y TGP), y los demás datos obtenidos de la
historia clínica (edad y sexo) se evaluaron con estadística descriptiva.
Mediante pruebas de frecuencias (Ji-cuadrado) y porcentajes todo
ellos, utilizando el programa estadístico SAS [28].
RESULTADOS Y DISCUSION
En la TABLA I se puede apreciar la composición por sexo de los
individuos (caninos) que conformaron el estudio.
recién adquisición. Todos los demás perros (38), presentaron valores
negativos de ambas Ig, lo que indicaba que a pesar de estar en contacto
con sus dueños (COVID positivos), nunca entraron en contacto con el
virus o en todo caso fueron resistente al mismo (FIG. 1).
TABLA I
Frecuencias de los individuos bajo estudio por Sexo
Sexo Frecuencia Porcentaje Porcentaje Acumulado
Hembras 23 57,5 57,5
Machos 17 42,5 100,0
Total 40
En la misma se observa, que a pesar de que hubo una mayor
cantidad de perros del género femenino, hubo una muy buena
representación también de los machos.
En la TABLA II se puede apreciar la composición por edad de los
individuos (perros) que conformaron el estudio destacando que la
mayor cantidad de individuos involucrados correspondió a animales
de la categoría jóvenes y adultos, con muy poca representación de
cachorros y menos aún de geriátricos. Esto permite deducir, que
se contó con un contingente de animales fuertes y con su aparato
inmunológico funcional.
TABLA II
Frecuencias de los individuos bajo estudio por Edad
Edad Frecuencia Porcentaje Porcentaje Acumulado
Menor a 1 año 3 7,5 7,5
15 años 27 67,5 75,0
510 años 9 22,5 97,5
1013 años 1 2,5 100
Total 40
Ambas variables categóricas (sexo y edad), no mostraron efectos
signicativos sobre la probabilidad de padecer o no el COVID–19 y al
igual que en los humanos, ambos sexos y jóvenes y adultos, podrían
padecer la enfermedad.
Del total de los 40 perros evaluados, solo 2 de ellos mostraron niveles
positivos en los valores de las inmunoglobulinas (5%). El primero de
ellos, correspondió a una perra de 5 años (AdE), la cual presentó el
cuadro de IgG negativo e IgM positivo, indicativo de una infección
aguda; mientras que el segundo caso fue una perra de 1 AdE, que
presentó ambas Ig’s positivas, siendo indicativo que su cuadro era de
Desde el punto de vista experimental, la forma o mecanismo
de transmisión del COVID–19 del humano al perro indican, que al
igual que ocurre entre los seres humanos, es decir, se contagian de
manera directa, ya sea por inhalación de microgotas en el aire, saliva
o aerosoles provenientes del tracto respiratorio o bien estas mismas
partículas en el suelo, más aún, conociendo las características
virulentas del SARS–CoV–2 [6, 10].
Los estudios previos realizados en plena pandemia han sido
contradictorios, ya que algunos trabajos indican reportes positivos
de transmisión en perros y gatos [4, 11, 12, 15, 24, 27]; sin embargo, de
ninguna manera representan una fuente de infección para las personas
por lo que su valor en el ciclo epidemiológico de la enfermedad es muy
bajo [5, 6, 9, 10].
Por otra parte, Meekins y col. [19] concluyen, que incluso en
casos de infecciones experimentales producidas en condiciones
de laboratorio, los perros de forma especial, podrían desarrollar una
respuesta inmune contra la infección del COVID–19, que limitaría la
posibilidad de transmisión hacia las personas.
Los análisis de las transaminasas tampoco fueron indicativo de
alguna patología, que hiciera sospechar de un cuadro clínico de
COVID–19, y que conllevaran a alteraciones en los niveles de TGP
y/o TGO. Los resultados indicaron, que solo uno de los pacientes
presentó un valor ligeramente alto de TGP (58,1 U·L
-1
), correspondiendo
a un ejemplar macho de 8 AdE y 4 de los perros mostraron valores
ligeramente inferiores de TGP (4,2 a 6,0 U·L
-1
), los cuales no mostraron
un patrón característico, ya que correspondieron a tres de ellos a
ejemplares machos de 9 meses, 3 y 9 AdE, respectivamente y a una
hembra de 1 AdE, lo cual indica que dichos valores disminuidos en
TGP podrían deberse a cualquier otro factor, no necesariamente
causado por el virus del COVID–19. Los valores de TGO estuvieron
dentro de su rango normal (8,9-48,5 U·L
-1
).
Anticuerpos de SARS–CoV–2 en perros / Chiliquinga-Quinchiguano y col. ____________________________________________________________
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Se debe destacar que ninguno de los 40 pacientes mostró durante
el periodo de estudio síntomas relacionados con el COVID–19,
representado por cuadros respiratorios o digestivos, a pesar que
estas relaciones íntimamente próximas entre los humanos enfermos
y sus mascotas, lo cual podría propiciar la transmisión zoonotica. Así
mismo, no se presentó correlación estadística entre los resultados
de Ig y los valores de TGP y TGO.
CONCLUSIONES
El estudio permite concluir, que se cuenta con una herramienta
sensible para el diagnóstico del COVID–19 en perros; no obstante, no
se tiene evidencia que exista la probabilidad de transmisión y contagio
desde el ser humano (dueño) a sus mascotas, y muchos menos de
manera de contagio zoonotico inverso, ya que el 95% de los perros
bajo estudio, resultó ser negativo a la prueba. El factor sexo y edad no
afectó signicativamente la probabilidad de padecer o no el COVID–19,
al igual que no existió correlación entre Ig y los valores de TGP y TGO.
Conicto de Intereses
Los autores certican que no existen conictos de interés en el
presente trabajo.
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