E. Yerena & A. E. Seijas
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ANARTIA
Publicación del Museo de Biología de la Universidad del Zulia
ISSN 1315-642X (impresa) / ISSN 2665-0347 (digital)
Anartia, 34 (junio 2022): 96-98
Registro histórico de la presencia del oso frontino
(Tremarctos ornatus) en las cercanías de Guanare,
Portuguesa, Venezuela
Historical record of the presence of the Spectacled Bear (Tremarctos ornatus)
in the vicinity of Guanare, Portuguesa, Venezuela
Edgard Yerena1 & Andrés E. Seijas2
1Universidad Simón Bolívar, Departamento de Estudios Ambientales, Caracas, Venezuela.
2Universidad Nacional Experimental de los Llanos (UNELLEZ), Guanare, Portuguesa, Venezuela.
Correspondencia: eyerena@usb.ve
(Recibido: 28-03-2022 / Aceptado: 15-05-2022 / En línea: 30-09-2022)
Existe consenso en la determinación de la distribución
geográca del oso frontino o andino en Venezuela (García-
Rangel et al. 2008). En cuanto a la amplitud altitudinal de
dicha distribución también se acepta que ésta se encuen-
tra entre los 250 y 5.000 metros (Sánchez-Mercado et al.
2014). Sin embargo, el extremo más bajo de esta amplitud
no ha recibido suciente atención o no ha estado sucien-
temente bien documentado. No existe una base de datos
pública o abierta sobre localidades de avistamiento para
esta especie en Venezuela, sin embargo, Sánchez-Merca-
do et al. (2014) estructuraron una con datos publicados
para la fecha, datos de museos (colecciones cientícas), a
como con datos no publicados. Consultando esta base de
datos, hallamos 34 de 558 registros por debajo de 300 me-
tros de altitud; estando el extremo más bajo a 70 metros
(individuo cazado en Río de Oro, Sierra de Perijá) y el más
alto a 4.718 m (rastros, Pico Espejo, Sierra Nevada de Mé-
rida) (Dixon 2008, Farías 1988).
Intentos por reconstruir el área de distribución históri-
ca de Tremarctos ornatus en Venezuela se han basado en los
relatos y descripciones, muchas veces imprecisos, de cro-
nistas e historiadores de la época pre-republicana del país,
así como en testimonios de exploradores y cientícos que
visitaron el país en el siglo XIX (Yerena 1987). Posterior-
mente, en los siglos XX y XXI, numerosos registros (ob-
servaciones directas e indirectas de la especie) han conr-
mado su presencia en distintas localidades y regiones, pero
todavía el mapa de su distribución pasada y actual está ba-
sado en datos que en muchas ocasiones no son absolutos.
Sin duda que la distribución pasada del oso frontino debe
haber sido mayor a la que presenta en la actualidad y, que
evidencias más sólidas que las simples referencias orales,
sobre localidades donde hay presencia actual o del pasado
reciente, contribuyen a precisar su distribución pasada y
presente.
En esta nota presentamos una evidencia excepcional,
que ha sido ubicada y documentada con bastante exac-
titud, que consiste en la fotografía que aquí publicamos
(Fig. 1) y que llegó a manos del segundo autor por cortesía
del señor Manuel Ramos, residente de Mesa de Cavacas
(Portuguesa, Venezuela) quien es hijo de la persona con
sombrero en el centro de la imagen. Nuestra averiguación
determinó que la fotografía original pertenece a Milagros
Piñero y a su madre Linda Torrealba. Ellas identicaron
en la imagen a su bisabuelo y abuelo del esposo, respectiva-
mente, y a otros conocidos que posan con el cadáver de un
oso frontino cazado con escopeta por alguno de los miem-
bros del grupo.
Todos ellos coincidieron en armar que el oso fue ca-
zado en las orillas del Río Guanare, en las inmediaciones
del puente de la Troncal 5 que cruza dicho río, en la sali-
da de la ciudad de Guanare hacia Barinas (9° 02’ 35’’ N y
Registro histórico de Tremarctos ornatus
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ISSN 1315-642X (impresa) / ISSN 2665-0347 (digital)
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69° 49’ 16’’ O) punto que se encuentra aproximadamente
a 190 metros de altitud. La fecha exacta de la fotografía
no puede ser precisada, pero los informantes mencionados
coinciden en que fue a mediados de la década de 1950,
probablemente en 1956. No se pudo conocer la identidad
de las personas más jóvenes, quienes podrían estar vivas a
esta fecha y ser entrevistadas para aportar más detalles del
evento.
Dando razonablemente por ciertos los testimonios de
los entrevistados, estamos ante un sorprendente dato, no
tanto por la baja altitud, sino por su ubicación ecológi-
ca, una localidad borde entre el piedemonte andino y los
Llanos Altos, en términos siográcos, y que actualmente
se encuentra severamente deforestada y fragmentada. El
bloque más cercano de bosque actualmente existente, con
una extensión de al menos 1.000 hectáreas, se encuentra
a 21 kilómetros en dirección noroeste (apreciación visual
en Google Earth imagen del 27/02/2021) ubicada sobre
plena siografía montañosa andina.
Veillon (1976) publicó un extraordinario estudio don-
de evidencia que esta región del piedemonte andino y de
los Llanos Occidentales, se encontraba severamente de-
forestada a inicios del siglo XIX, y que experimentó una
recuperación de su cobertura boscosa hasta mediados del
siglo XX (1950) y que a partir de allí entró en un nuevo ci-
clo de deforestación y pérdida de bosques. La recuperaciòn
del siglo XIX se debió al despoblamiento y el descenso de
la actividad agropecuaria por causa de las guerras de ese
siglo y la malaria. En consecuencia, el contexto histórico-
ecológico de la localidad de la fotografía, a inicios de la dé-
cada de 1950, era posiblemente el de bosques secundarios
en avanzado estado de recuperación, pero que se encontra-
ban en pleno proceso de presión antrópica y al borde de su
deforestación.
El ejemplar cazado corresponde a un individuo relati-
vamente pequeño, y por tanto joven, o hembra, y que po-
siblemente fue acosado y muerto con apoyo de perros de
caza. Es casi seguro que haya sido muerto sobre un árbol,
o en huida dentro de un sector boscoso. Pensamos que esa
localidad es evidencia de que el oso frontino tiene como
hábitat potencial los bosques de galería, o los bosques es-
tacionales, típicos del piedemonte andino, y sugeriría una
distribución mayor a la actual, siempre ajustada a la dis-
tribución de masas boscosas que le sirvan de hábitat. En
este caso en particular, habrían sido bosques secundarios,
en localidades que posiblemente habrían estado defores-
tadas a inicios del siglo XIX, entre 100 a 150 años antes
de la fecha del evento de caza mostrado en la fotografía.
Esto hace pensar en la posibilidad de que la especie pudiera
expandir sus hábitats hacia espacios donde haya potencial
Figura 1. Cazadores posando con un ejemplar de oso frontino sacricado en las proximidades del puente sobre el Río Guanare, estado
Portuguesa, Venezuela, a mediados de la década de 1950.
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para la recuperación de bosques, y no sólo sobre vertientes
montañosas, sino del piedemonte.
Sirva esta nota como un llamado a considerar a la res-
tauración de áreas boscosas en los Llanos Altos Occidenta-
les de Venezuela, como una opción que pueda contribuir a
la conservación de especies de hábitats boscosos.
AGRADECIMIENTOS
A Manuel Ramos y Yusmary Guaregua quienes tenían
en su posesión la fotografía comentada en esta nota. A los
miembros de la familia Piñero-Torrealba (Linda, Milagros
y Javier) quienes aportaron detalles sobre la identidad de
las personas en la imagen y autorizaron su publicación. A
Denis Alexander Torres y a Marcos Hidalgo, estudiosos
del oso frontino, por sus interpretaciones de la fotografía.
Dos revisores anónimos realizaron sugerencias para mejo-
rar la redacción del manuscrito.
REFERENCIAS
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