Editorial
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ANARTIA
Publicación del Museo de Biología de la Universidad del Zulia
ISSN 1315-642X (impresa) / ISSN 2665-0347 (digital)
Anartia, 34 (junio 2022): 5-6
Editorial
Dejando a un lado el momento de viscisitud institucio-
nal, en la agenda contemporánea del conocimiento cien-
tíco y particularmente de la biología, el Antropoceno
describe la edad de la presencia humana en la tierra. En su
época reciente, el patrón consumista sostenido y crecien-
te produce severos y drásticos impactos. Uno de ellos es la
extinción de parte de los organismos vivientes, a lo cual se
le ha denominado la crisis de la biodiversidad. A pesar de
ello, cada año nuevas especies vivientes son descubiertas y
dadas a conocer por cientícos especialistas. Estas provie-
nen principalmente de regiones tropicales, donde las tasas
de deforestación y otros daños ambientales se encuentran
entre las más altas del mundo. Tales hallazgos son rele-
vantes, no sólo por demostrar de algún modo el insólito
desconocimiento que prevalece sobre este gran ecosistema
que todos compartimos, sino por sugerir de algún modo
las necesidades y pautas para su conservación.
En Venezuela, muchas áreas naturales son permanen-
temente alteradas, primeramente por la minería y luego
por la expansión desordenada, a veces inexplicable, de la
frontera agrícola y pecuaria y con ello advienen inevita-
bles efectos, como la fragmentación y pérdida de hábitats.
Asimismo, el creciente avance de la mancha urbana ha
provocado la colonización de áreas adyacentes por parte
de animales domésticos, los cuales se vuelven ferales por
la acción humana. Tales animales deben considerarse
invasores y causantes de múltiples daños a la naturaleza
originaria, contribuyendo a la pérdida de biodiversidad.
En este contexto poco alentador, Anartia, una revista de-
dicada a difundir los valores de la diversidad biológica,
alcanza el número 34 contribuyendo con estudios de es-
pecies poco conocidas, descripciones de nuevos taxones,
artículos sobre pérdida de biodiversidad y reseñando un
extraordinario libro sobre el proceso de la domesticación
animal.
La revista comienza con una Carta al Editor, la cual
ofrece datos para la historia de dos colecciones poco co-
nocidas en el Museo de Biología de la Universidad Central
de Venezuela. Es el primer escrito de este género publica-
do en nuestra revista, modesto complemento al trabajo
de Pérez-Hernández (Anartia 33: 88–98), que motivará
Este año 2022 la revista Anartia ha transitado por situa-
ciones difíciles, parte de su equipo editorial debió trabajar
a distancia con las limitaciones técnicas que esto supone
en nuestro país. La movilización de sus editores, en algu-
nos casos forzada y en otras facultativas pero no menos
apremiantes, retrasaron este número de la revista. Estos
impasses, interrumpieron la uidez de los procesos de re-
cepción, revisión y montaje de los artículos, la cual se tor
lenta y hasta llegó a detenerse por algún tiempo. A pesar
de estos obstáculos nunca abandonamos la labor editorial,
actuando con más ánimo y entusiasmo, cuidando aún más
la norma, el formato y el estilo que ha caracterizado a la
revista. Este año la Facultad Experimental de Ciencias de
la Universidad del Zulia (FEC-LUZ), donde el Museo de
Biología y la revista Anartia tienen su sede institucional,
cumplió 49 años. Sin embargo, no hubo celebración, la fa-
cultad se encuentra en franco abandono y semi-derruida.
Desde marzo de 2020 hasta el 31 de enero de 2022 se
han registrado 71 eventos de intromisión del hampa, en
una especie de despojo continuo a través del hurto y van-
dalismo que no se ha detenido en 4 años, luego que estas
edicaciones quedaron sin servicio eléctrico. En la FEC
no hay clases presenciales desde marzo del 2019 y los es-
tudiantes se han retirado debido a las condiciones adversas
exacerbadas por la pandemia del COVID-19 y el éxodo
constante y acentuado que ha caracterizado este país desde
el 2015.
En el Museo de Biología, colecciones, biblioteca y al-
gunos equipos necesitan un plan urgente de rescate. Un
traslado a otros espacios, sería, probablemente lo más pru-
dente, a n de salvaguardar sus muestras cientícas, todas
debidamente catalogadas, arduo trabajo producto de cinco
décadas de dedicación y esfuerzo de profesores, alumnos
e investigadores de las ciencias naturales de esta región y
del país. Es admirable el empeño que un reducido grupo
de profesores de la FEC mantiene para darle asistencia a la
infraestructura y protección de equipos y materiales en los
laboratorios y otros recintos de esta facultad. Se necesita
iniciativa institucional bien respaldada para refundar las li-
cenciaturas y se requiere una inversión y compromiso nan-
ciero que vemos difícil de lograr a corto o mediano plazo.
T. R. Barros & G. A. Rivas
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a otros investigadores a indagar sobre el destino de colec-
ciones históricas depositadas en nuestros museos y por sus
antiguos curadores. Prosigue un análisis craneométrico del
oso palmero u hormiguero (Myrmecophaga tridactyla),
mamífero que se distribuye desde Honduras hasta el Norte
de Argentina, actualmente erradicado de una porción de
Centroamérica. Este singular xenarthro, presenta tres sub-
especies: una en Centroamérica, donde la especie es actual-
mente rara; otra en norte y centro de Suramérica y por úl-
timo, la más enigmática, la subespecie artata del occidente
de Venezuela, conocida entre el oeste de Falcón y parte de
la región oriental del estado Zulia, aislada geográcamente
de otras poblaciones por los Andes y las tierras áridas fal-
conianas. Nunca había sido estudiada desde su descripción
en 1912, realizada por el mastozoólogo Wilfred Osgood.
Vale destacar que recientemente se produjo la noticia sobre
un boceto o dibujo de 1751 de un oso palmero procedente
de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo. Se dice que el
ejemplar ilustrado fue enviado a España, pero murió en la
difícil travesía oceánica por haber ingerido carne picada y
harina disuelta en agua, entre otros alimentos.
Veinticinco años después otro oso hormiguero proce-
dente de Argentina alcanzó la península ibérica como re-
galo para el Rey Carlos III. Ese individuo sobrevivió siete
meses y luego fue preparado por el taxidermista Juan Bau-
tista Bru, quien años más tarde publicaría dibujos esque-
máticos del animal. Aparentemente, el rey habría solicita-
do una ilustración de esta rareza a Rafael Mengs, primer
pintor de la corte, encargo que el artista delegaría al joven
Francisco de Goya. Un grabado seguramente basado en el
lienzo de Goya fue contratado por el viajero e hispanista
irlandés John Talbot Dillon, para ilustrar en 1780 su relato
de viajes a España. Queremos pensar que el erudito cervan-
tista fuese un familiar lejano de Hall Dillon III, uno de los
protectores principales de esta revista.
Siguen en este número dos artículos describiendo nue-
vos géneros, especies y subespecies de mariposas ninfálidas
de la subfamilia Satyrinae en Venezuela, así como otro
conteniendo descripciones de un subgénero y once nuevas
especies de escarabajos acuáticos hidrofílidos. Igual que en
meros pasados, tenemos en la sección de reseñas históri-
cas, un estudio que recaba la trayectoria de las investigacio-
nes con jaguares en Venezuela, escrito por quienes han sido
los pioneros de esta actividad en el país, estudios iniciales
que repercutieron en la conservación de la especie dentro
de toda su área de distribución. Este felino tiene una his-
toria compleja en América, desde los relatos de viajeros, de
cazadores, hasta textos generales sobre la naturaleza, edu-
cación ambiental, conservación, artículos especializados,
revistas o libros de carácter cientíco. La distribución geo-
gráca de los grandes felinos se ha reducido notablemente
en los últimos años. En este estudio se evidencia que los
investigadores introdujeron un cambio de paradigma en
las investigaciones sobre el jaguar, que ahora se orientan
principalmente a descubrir procesos de su ecología me-
diante metodologías de última generación que ayudan a
darle protección a la especie.
La Selección del Editor, sección que poco se ha promo-
cionado, rescata estudios desarrollados hace algún tiempo,
pero que a pesar de los años trascurridos, tienen vigencia y
nos ayudan a una mejor comprensión del presente. En esta
oportunidad seleccionamos un estudio sobre tortugas ma-
rinas de las costas del estado Aragua. Continúa una nota
emergida del rescate de una rara fotografía de un oso fron-
tino (Tremarctos ornatus) cazado en las cercanías de Gua-
nare, la cual arroja luces para la reconstrucción de la distri-
bución histórica del único úrsido conocido en Venezuela.
Este registro nos alerta a una mayor conciencia en pro de la
conservación del piedemonte llanero y nos hará reexionar
sobre lo que hemos perdido por el impacto negativo acu-
mulado en nuestras regiones naturales. Sigue una reseña
del más reciente libro de Marcelo Sánchez-Villagra, sobre
el proceso de la domesticación animal. Este investigador de
amplios intereses se atreve a añadir a su extensa obra la gran
síntesis de un tema tan interesante como complejo, por su
asociación con el desarrollo de la civilización. Por último,
el obituario de Isrum Engelhardt (1941-2022), quien fue-
ra primordialmente una estudiosa de la historia del Tibet.
Su inclusión en Anartia obedece a que fue acuciosa investi-
gadora de la célebre expedición cientíca al Tibet dirigida
por Ernst Schäfer, biólogo, zoólogo y explorador alemán,
quien fundó la Estación Biológica de Rancho Grande en
Venezuela.
Quedamos agradecidos con los que hacen posible que
la revista siga en auge; autores, revisores, diseñadores, im-
presores y nancistas. Con su comprometida participación
podremos asegurar la difusión de las novedades zoológicas
y ciencias naturales en Venezuela.
Tito R. Barros & Gilson A. Rivas