ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
ISSN: 1315-642X
De gatos monillos, bogios y otras
simias americanas: los primates
neotropicales en la crónica
hispano-lusa del siglo XVI
Bernardo Urbani
Centro de Antropología, Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas,
Apartado 66.755, Caracas 1061-A, Venezuela
bernardourbani@yahoo.com
Resumen
Este trabajo presenta las referencias relativas a los primates re-
portados en el continente americano durante en período de Contac-
to. Esta información fue escrita por cronistas, viajeros y religiosos
ibéricos durante el Renacimiento. Un total 29 de autores españoles
y portugueses producen 31 crónicas, incluyendo un par de ilustra-
ciones tempranas. En ellas se reflejan la diversidad de primates en el
Nuevo Mundo, así como su comportamiento, ecología y relaciones
con indígenas y europeos. Además se indican los nombres locales
de primates neotropicales, y se presenta una identificación taxonó-
mica de los primates allí señalados. En las crónicas hispano-lusas se
reflejan las búsquedas de referentes para describir la naturaleza ame-
ricana, en donde los primates parecen ocupar un rol preponderante.
Palabras clave: Platirrinos, historia de la primatología, mundo
atlán tico ibérico, España, Portugal.
Recibido: septiembre 2, 2013 /// Aceptado: diciembre 10, 2013
Bernardo Urbani
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Of Gatos Monillos, Bogios, and other
American Simias: Neotropical Primates
in the Luso-Hispanic Chronicles
of the 16th Century
Abstract
This work presents the references related to the reports of pri-
mates in the Americas during the Contact period. This information
was written by Iberian chroniclers, travelers, and clericals during
the Renaissance. A total of 29 Spanish and Portuguese authors pro-
duced 31 chronicles, including a pair of early illustrations. In these
chronicles are reflected the diversity of primates in the New World
as well as their behavior, ecology, and relations with indigenous
peoples and Europeans. Additionally local names of primates are
recorded and a taxonomic identification is presented. The Luso-
Hispanic chronicles reflected the search of references for describing
the American nature, where nonhuman primates seemed to occupy
a relevant role.
Keywords: Platyrrhines, history of Primatology, Iberian Atlantic
World, Spain, Portugal.
INTRODUCCIÓN
Este estudio presenta una revisión detallada de la información
generada sobre un grupo de mamíferos que despertó particular in-
terés entre españoles y portugueses durante el período de Contacto:
los primates. Este trabajo de primatología histórica trata con porme-
nor las ideas en torno a los monos americanos, y las primeras conje-
turas en relación a su existencia en el ámbito del Nuevo Mundo. El
principal objetivo es revisar detalladamente la formación del ideario
sobre la fauna primatológica como elemento en la construcción del
“nuevo mundo” durante el inicio de la exploración europea del con-
tinente americano. Para lograrlo se busca estudiar las implicaciones
del encuentro con primates dentro del contexto de construcción del
conocimiento científico europeo en el siglo XVI, describir la infor-
mación en torno a caracterización de los primates con especial inte-
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 73
rés para la historiografía zoológica renacentista, y revisar cualitativa
y cuantitativa-cronológicamente la información existente sobre las
crónicas ibéricas durante el siglo XVI.
Fue con el encuentro de América que se inicia un nuevo cami-
no en la presentación de plantas, animales y accidentes geográficos.
Las representaciones del Nuevo Mundo a veces toman prestados
elementos de la imaginería del Viejo Mundo, y luego, esa novel na-
turaleza es fuente de desconcierto pero al mismo tiempo de inspi-
ración (Hudson 1992). Por ello, es interesante notar que, sin dudas,
el Nuevo Mundo natural fue construido entonces. En este sentido,
Cantú (1993) nos indica que la idea de la “utopía” del Nuevo Mun-
do se funda en la idea de la novedad, de lo que llama la “epifanía
del otro”. Es esa novedad, de los elementos que aporta el nuevo
continente a quienes llegan al él, lo que produce es una percepción
que cambia nociones del espacio, lengua, mentalidad y naturaleza y
todo lo contenido en ellas. Sánchez (1996), en esa dirección, sugiere
que el Nuevo Mundo y su contenido originaron no sólo intriga sino
fascinación. Con respecto a las nuevas tierras, Ramírez-Alvarado
(2001) sugiere que las primeras percepciones de carácter compara-
tivo, no sólo se refieren a los aborígenes, sino también se da con
respecto al acercamiento de la nueva geografía y ambientes ameri-
canos, donde lo desconocido y lo fantástico se funden en la nueva
representación de lo hallado y reportado. La nueva cosmografía del
siglo XVI se fundamentó en un basamento inexistente, al contrario
del de la cosmografía para África y Asia (Milanesi 1992). Por ello,
según Frey (2002) posiblemente el percibir al nuevo continente, pu-
diera ser el inicio del pensamiento moderno. Como antes de hallar
a las nuevas tierras ningún escritor se esperaba ese acontecimiento,
ciertamente impactó al crear una nueva designación. El impacto
cambió formas tradicionales de observar el mundo, “otro” mundo.
Ese descubrimiento fue la línea que dividió la mentalidad medieval
y la renacentista. La percepción de la naturaleza en su comienzo,
al inicio del Contacto, sin duda tiene antecedentes en fuentes como
Marco Polo, Ptolomeo y Plinio, lo que originó o incentivó la nueva
percepción del Nuevo Mundo (Becco1992). Las fantasías medieva-
les se vuelven realidad. Implicaba la re-clasificación de elementos
de la naturaleza. Se creo una sensación y reacción de novedad y de
extrañeza con la naturaleza (Valcárcel-Martínez 1997). La variedad
de la naturaleza produce estupor (Gerbi 1992). En fin, la realización
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de nuevas representaciones americanas sugiere un inicio en la cons-
trucción del Nuevo Mundo. En este contexto “otros” nuevos seres
vivos, como los primates, que a su vez se asemejaban a los huma-
nos, ocupan un lugar preponderante.
Este trabajo se enfoca en la crónica producida por autores es-
pañoles y portugueses. La crónica francesa ha sido señalada en Ur-
bani (2011), así como la italiana que es de particular relevancia al
inicio del período del Contacto (Urbani 1999, En prensa). De esta
última, por ejemplo, el propio Cristóbal Colón en su cuarto viaje
(1502-1504), al momento que visitaba Centroamérica (Honduras o
Nicaragua), narra como cazaron un primate, “Un ballestero avía he-
rido una animalia, que se pareçe a un gato paúl, salvo que es mucho
más grande y el rostro de hombre; teníale atravesado con una saeta
desde los pechos hasta la cola, y poruqee esra feroz le uvo de cortar
un braço y una pierna. El puerco, en viéndole, se le encrespó y se
fue huyedo. Yo cuando esto vi, mande echarle «begare», que assi se
llama, adonde estaba; en llegando a él, assi estando a la muerte y la
saeta siempre en el cuerpo, echó la cola por el hocico y se la amarró
muy fuerte y con mano que le quedaba la arrabató por el copete
como a enemigo. El auto tan nuevo y hermosa montería me hizo
escribir esto. De muchas maneras de animalias se uvo, mas todas
mueren de barro.” (Colón, 1984 [1502-1504]: 326). Mientras, el ex-
plorador vicentino Antonio Pigafetta (c.1480-c.1534) se encuentra
a bordo de la expedición de Magallanes y Elcano, y en la bahía de
Guanabara (hoy Río de Janeiro) en diciembre de 1519 nos relata lo
que sería una de las primeras descripciones de un tití león dorado
(Leontopithecus rosalia), diciendo, “Hanno infinitissimi pappagalli e
ne dànno 8, o 10 per uno specchio; e gatti maimoni piccoli; fatti
come leoni, ma gialli, cosa bellissima [Hay infinitos papagayos, y
nos dan 8, o 10 por un espejo; y gatos maimones pequeños; hechos
como leones, amarillos, cosa bellísima].” (Pigafetta 1524). La cró-
nica ibérica, en lo referente a primates, parte luego de la crónica
italiana temprana, y es ciertamente mucho más profusa.
Al igual que se realizó con la revisión de la crónica del siglo
XVI referente a las cavidades americanas (Urbani y Urbani 2011)
se establecieron parámetros para la inserción de las crónicas en este
estudio. Primeramente, sólo se incluyeron autores lusos e hispanos.
Las crónicas ibéricas debieron ser escritas durante el período estu-
diado independientemente de que hayan sido impresos en siglos
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 75
posteriores. De estar disponible, se utilizaron las crónicas en su es-
critura original del diesiséis. El ámbito geográfico es todo el conti-
nente americano, aunque se incluyen referentes del Viejo Mundo
si son citados por estos cronistas (ejem. la obra de Plinio el Viejo).
Considerando lo anterior, lo siguiente es la más extensa exploración
de la crónica hispano-lusa referente a primates neotropicales duran-
te el primer siglo del encuentro en tierras americanas.
DE LA ARANATA Y LOS MICOS: MONOS DEL NUEVO
MUNDO EN LA CRÓNICA HISPANA DEL SIGLO XVI
En 1519, el geógrafo bachiller y explorador sevillano Martín
Fernández de Enciso (1469-c.1528) publica su obra fundamental la
Suma de Geographia...., allí dice: “unios barcos que entran mas de dos
leguas en la mar en través de la boca o entrada y llegan acerca de la
meatad dela entrada a la poniente del oeste del golfo, esta cinco le-
guas adentro del golfo de Darién que esta poblado de ripianos: a que
cogen oro fino en unos ríos que descienden de unas sierras altas y
montuosas, en estas tierras ay muchos tigres y leones y otros diversos
animales y gatos rabudos que son como monastino que tienen gran-
des rabos, ay muchos puercos…” (Fernández de Enciso 1519: 68r).
En 1526, el cronista y militar madrileño Gonzalo Fernández
de Oviedo y Valdés (1478-1557) publica una detallada obra de his-
toria natural del Nuevo Mundo, allí en el Ca. xxvi. Delos Gatos moni-
llos dice, “En aquella tierra ay Gatos de tantas maneras y diferencias,
que no se podría dezir en poca escritura, narrando sus diferentes
formas y sus innumerables travesuras, y porque cada día se traen a
España, no me ocuparé, en dezir dellos sino pocas cosas. Algunos
destos gatos son tan astutos que muchas cosas delas que ven hazer
a los hombres, las ymitan y hazen. En especial ay muchos que asi
como veen partir una almendra, o piñon con vna piedra, lo hacen
de la misma manera y parten todos los que les dan, ponindole vna
piedra donde el Gato la pueda tomar. Alli mismo tiran vna piedra
pequeña del tamaño y peso que su fuerza basta como la tiraria vn
hombre. Demas de estos quando los christianos van por la tierra
adentro a entrar, o hazer guerra a alguna provincia y passan por
algun bosque donde aya de vnos Gatos grandes y negros que ay en
tierra firme, no hazen sino romper troncos y ramas delos arboles y
arrojar sobre los christianos por los descalabrar, y les conviene co-
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brirse bien con las rodelas, y yr muy sobre aviso, para que no reciban
daño y les hieran algunos compañeros. Acaesce tirarles piedras y
quedarse ellas alla enlo alto de los arvoles, y tornarlas los Gatos a
lançar contra los christianos, y desta manera vn Gato arrojo vna que
le aviase ydo tirado, y dio vna pedrada a un Francisco de Villacastin
criado del gobernador Pedrarias de Avila, que le derribo quatro o
cinco dientes dela boca, al cual yo conozco y le vi antes de la pe-
drada que le dio el Gato, con ellos y después muchas veces le vi sin
dientes porque los perdió, según es dicho. E quando algunas saetas
les tiran, o hieren a algún Gato, ellos se las sacan, y algunas vezes las
toman a echar abaxo, y otras vezes assi como se las sacan las ponen
ellos mismos de su mano, alla enlo alto enlas ramas delos arvoles de
manera que no puedan caer abaxo para que los tornen a herir con
ellas: y otros las quiebran y hacen muchos pedaços. Finalmente, ay
tanto que dezir de sus travesuras y diferentes maneras destos Gatos,
que sin verlo es dificultoso de creer. Aylos tan pequeñitos como la
mano de vn hombre y menores: y otros tan grandes como un me-
diano mastin. E entre estos dos estremos los ay de muchas maneras
y de diversas colores y figuras y muy variables y apartados los vnos
delos otros” (Fernández de Oviedo 1969 [1526]: 45-46).
Entre los años de 1535 y 1557, Gonzalo Fernández de Ovie-
do y Valdés recabo profusa información de los primigenios viajeros
en el Caribe y el norte de Suramérica, siendo posiblemente que lo
indicado abajo sea relativo a Venezuela. En el Capítulo I. Del pan
de los indios llamado mahiz, é de cómo se siembra y se coge, y otras cosas
a esto conçernientes, de su Historia General y Natural de las Indias… es-
cribe: “En la Tierra-Firme, demas del peligro de las aves, tienen los
mahizales no menos reqüesta peligrosa de los venados é puercos
salvajes, é gatos monillos, é por otros inconvenientes” (Fernández de
Oviedo y Valdés 1851: 266). Esto se puede complementar con esta
transcripción que dice “Pero los papagayos y los monos gatos mucho
daño hacen en ello, si no se guarda [el maíz] de los monos; en la isla
seguro están, porque (como primero se dijo) ninguna cosa de cuatro
piés mas de coris y hutías, no había en ella, y estos dos animales no
lo comen; pero los puerco agora hacen daño, y en la Terra-Firme
mas, porque siempre los hubo salvajes, y muchos ciervos y gatos mo-
nos que comen los maizales. E por tanto, asi por las aves como por
los animales, conviene haber vigilante y continua guarda en tanto
que en el campo esta el maiz; y esto se aprendio todo de los indios,
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 77
y de la misma manera lo hacen los cristianos que en aquella tierra
viven” (Fernández de Oviedo y Valdés 1877: 476). Igualmente, en
el Capítulo VIII. Del árbol llamado guama é de sus frutos, dice: “Los
indios las solían comer, y aun los christianos, con nesçesidad. Yo
la he visto muchas veçes esta fruta y la he probado; pero parésçes
ques mas para los gatos monillos que no para hombres” (Fernández
de Oviedo y Valdés 1851: 299). Además, Gonzalo Fernández de
Oviedo y Valdés presenta los relatos de los marineros Johan Ga-
llego y Johan Farfan de Gaona sobre un supesto “hombre marino”
hallado muerto en la bahía de Cumaná (Venezuela) cuando procu-
raban agua para llevar a Cubagua, y dice “Quando le golpeaban, se
quexaba de aquella manera que se siente gemir ó gruñir las puercas
soñando, ó quando las maman los lechones: é algunas veçes era
aquel sonido como el que hacen los monos grandes ó gatos ximios,
quando tocan contra el que quieren morder, con aquel su murmurar
ó ruido” (Fernández de Oviedo y Valdés 1852: 180).
En 1537, el explorador jerezano Alvar Nuñez Cabeza de Vaca
(c.1488-1559) describe en sus Comentarios en el Capítulo VIII. De
los trabajos que recibió en el camino el Gobernador y su gente, y
la manera de los pinos y piñas de aquella tierra a los monos de la
región de Iguazú, y dice así, “Por aquella tierra hay muchos puercos
monteses y monos que comen estos piñones de esta manera: que
los monos se suben encima de los pinos y se asen de la cola, y con
las manos y pies derruecan muchas piñas en el suelo, y cuando tie-
nen derribada mucha cantidad, abajan á comerlos; y muchas veces
acontece que los puercos monteses estan aguardando que los monos
detriben las piñas, y cuando las tienen derribadas, al tiempo que
abajan los monos de los pinos á comellos salen los puercos contra
ellos, y quitáselas, y cómense los piñones, y mientras los puercos
comian, los monos estaban dando grandes gritos sobre los arboles.
También hay otras muchas frutas de diversas maneras y sabor, que
dos veces en el año se dan.” (Nuñez Cabeza de Vaca 1852 [1537]:
553-554).
En referencia al año 1542 cuando el capitán trujillano Fran-
cisco de Orellana (1511-1546) exploraba el Río Amazonas (Ma-
rañon), el también trujillano padre Gaspar de Carvajal (c.1500-
1584) relata los acontecimientos de dicha expedición. Al referirse
a la interacción entre españoles e indígenas amazónicos, indica lo
siguiente, “...llegaron junto a tierra, mostrando en su semblante que
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se holgaban de nuestra venida, y saltó el señor en tierra, y con él
muchos principales y señores que lo acompañaban, y pidió licencia
al Capitán para se asentar, y así se asentó, y toda su gente en pie,
é mandó sacar de sus canoas mucha cantidad de comida, y así de
tortugas como de manatís y otros pescados, y perdices y gatos y mo-
nos asados. Viendo el Capitán el buen comedimiento del señor...”
(Carvajal 1894 [1542]: 21).
En 1550 el cronista llerenense Pedro Cieza de León (1520-
1554) se refiere a la presencia de primates en tres apartados de su
obra. En el Capítulo IX. Del camino que hay entre la ciudad de San Se-
bastián y la ciudad de Antiocha, y las sierras, montañas y ríos y otra cosas
que allí hay, y cómo y qué tiempo se pueden andar, menciona lo siguiente
para Colombia: “En los árboles andan de los más lindos y pintados
gatos que puede ser en el mundo, y otros monos tan grandes que
hacen tal ruido, que desde lejos los que son nuevos en la tierra pien-
san que es de puercos. Cuando los españoles pasan debajo de los
árboles por donde los monos andan, quiebran ramos de los árboles
y les dan con ellos, cocándoles y haciendo otros visajes.” (Cieza de
León 2005 [1550]: 35). En otra sección, específicamente en el Ca-
pítulo LIV. De la isla de la Puná, y de la de la Plata y de la admirable raíz
que llaman zarzaparrilla, tan provechosa para todas las enfermedades, nos
comenta que en la región de Túmbez, Perú-Ecuador, “Tiene esta
isla grandes florestas y arboledas, y es muy viciosa de frutas. Dase
mucho maíz, y yuca, y otras raíces gustosas, y asimismo hay en
ellos muchas aves de todo género, muchos papagayos y guacamayas
y gaticos pintados y monos, y zorras, leones, y culebras y otros ani-
males” (Cieza de León 2005 [1550]: 158). En el Capítulo XCV De las
montañas de los Andes y de su gran espesura, y de las grandes culebras que
en ellas se crían, y de las malas costumbres de los indios que viven en lo in-
terior de la montaña escribe “Bien adentro destas montañas [cerca de
Cuzco] y espesuras afirman que hay gente tan rústica que que ni tie-
nen casa ni ropa, antes andan como animales, matando con flechas
aves y bestias las que pueden para comer, y que no tienen señores
ni capitanes, salvo que por las cuevas y huecos de árboles se allegan
unos en unas partes y otros en otras. En las más de las cuales dicen
también (que yo no he visto) que hay unas monas muy grandes que
andan por los árboles, con las cuales por tentación del demonio (que
siempre busca como y por donde los hombres comentaran mayores
pecados y más graves) éstos usan con ellas como mujeres, y afirman
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 79
que algunas parían monstruos que tenían las cabezas y miembros
deshonestos como hombres y las manos y pies como mona: son,
según dice, de pequeños cuerpos y de talle monstruoso, y vellosos.
En fin, paraecerán (si es verdad que los hay) al demonio, su padre.
Dice más, que no tienen habla, sino un gemido o aullido temeroso.
Yo esto ni lo afirmo ni dejo de entender que, como muchos hom-
bres de entendimiento y razon y que saben que hay Dios, gloria y
infierno,…Y Juan de Varagas, vecino de la ciudad de la Paz, me
dijo y afirmó que en Huanuco le decían los indios que oían aullidos
destos diablos o monas; de manera que esta fama hay deste pecado
cometido por estos malventurados” (Cieza de León 2005 [1550]).
En 1552, el historiador y religioso soriano Francisco López
de Gómara (1511-1566) publica la primera edición de su Historia
General de las Indias… o Hispania Vitrix, y en su Cap. LXXX. La caça
y pesca de cumaneses, expresa para el nororiente de Venezuela: “Usan
una montería deleytosa con otro animal, dicho Aranata, que por
su gesto, y astucia deve ser del genero de monas. Es del tamaño de
galgo. Hechura de hombre en boca, pies y manos. Tiene honrado
gesto, y la barva de cabrón, andan en manadas. Ahúllan rezio, no
comen carne. Suben como gatos, por los árboles. Huyen el cuerpo al
mortero. Toman la flecha, y arrójanla al que la tiro, graciosamente”
(López de Gomara 1563 [1552]: 103). De la anterior obra, en el Cap.
LXVIII. De las Costumbres de los del Darien, i su figura, no dice que en
el Darién y el Golfo de Urabá, “Ai muchas Garrapatas, i Chinches
con alas. Lagartos de Agua, o Cocodrilos, que comen Hombres,
Perros, i toda cosa viva. Puercos derrabados, Gatos rabudos, i los
Animales, que enseñan sus hijos para correr” (López de Gomara
1749 [1552]: 61).
En 1555, el cronista vallisoletano Agustín de Zárate [Çarate]
(1514-1560) publica su historia del Perú luego de visitarla como
contador. En esa obra nos deja, “Ay por los montes leones y ossos
negros, y gatos y monos de diversas maneras, y otros muchos generos
de salvaginas, y las aves que ay en los llanos y en la tierra” (Zarate,
1555: 7).
En 1560, el padre canario José de Anchieta (1534-1597), parti-
culamente conocido por sus obras de linguistica indígena tupí, luego
de haber llegado con la Compañia de Jesús a la región de São Paulo
en el Brasil escribe cartas a su congregación en la península. Entre
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80 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
ellas destaca la Epistola quam plurimarum rerum naturalium quae S(t).
Vicentii (nunc St. Pauli) provinciam incolun sistens descriptionemt, escrita
en latin y donde refiere a los monos brasileños así, “Simiarum infnita
est multitudo, quarum quatuor sunt genera, unumquodque esui ap-
tissimum, quod saepe experimur, imo et infrmis saluberrimus cibus
est. In sylvis semper vivunt, catervatim fere per arborum cacuminal
salientes; ubi si quae propter corporis parvitatem ab hac arbore in
illam nauquent se saltu proiicere, quae maxima est, et veluti dux
agminis curvato hinc ramo, quem cauda tenet ac pedibus, alteroque
inde manibus apprehenso se reliquis viam et velut pontem facit, et
sic facile omnes transiliunt [Hay una multitud de simios, infinidad
de ellos, para los cuales estan, en general, todo lo que requiere para
qestar en forma en cuanto a alimentación adecuada, que realiza a
menudo en varios lugares, siendo la comida muy saludable para in-
gerir. Siempre en los bosques en donde viven están en grandes gru-
pos, saltando a través de las copas de los árboles; donde, en virtud
de lo pequeño de las ramas del último árbol es propio para lanzarse
en el bosque desde el más grande. Allí el líder de la columna, guía
a lo largo de las ramas, tomando impulso con la cola y los pies, y
en otras ocasiones con las manos, con las que se aprehenden a sí
mismos en el resto del trayecto. Y además, por así decirlo, hacen
puentes para hacer el avance más fácil de llevar].
El padre y cronista sevillano Juan de Castellanos (1522-1607)
publica en 1563 el poema más extenso en castellano, realizado con
versos endecasílabos rimados en octavas reales (Castellanos 1962).
Los acontecimientos allí relatados abarcan principalmente aquellos
ocurridos en el Nuevo Mundo en la primera mitad del siglo XVI.
En las Elegias I, en su Canto Quinto del Cómo vino la india mensajera
y con ella el rey Goaga Canari con gran número de gente, con el cual hise
amistades, y lo demás que allí se hizo. Allí se describe lo siguiente, que
parece ser el primer viaje de Cristobal Colón a tierra firme (Vene-
zuela) en 1498:
/Pero disimulado sus desmayos.
Embarcóse Colón con sus soldados,
Y piedras, oro, micos, papagayos
De diversos colores variados:
Diez indios destos, y otros de Lucayos
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 81
Que con ellos se van sin ser forzados,
A pique ponen pues las carabelas
Y al manso viento dan todas las velas./
/Dejando ya la gente deste bando,
Según que ya dijimos con mancilla,
Las inquietas ondas navegando
Los otros van la vuelta a Castilla,
Juicios diferentes consultando
Acerca desta nuva maravilla
Cuya diversidad con sus estremos
En el canto que viene cantaremos/ (Castellanos 1874
[1563]:19).
Esta referencia había permanecido inadvertida en la historio-
grafía primatológica neotropical (Urbani 1999, 2011, En prensa), y
es sin dudas la primera referencia de tráfico de un mamífero, y pri-
mate en particular, desde tierra firme americana a Europa. El inicio
de esa primera octava parece confirmar que se refiere al primer des-
embarco en tierra firme, en donde Colón era conocido por presentar
“desmayos” oftalmológicos (véase Urbani, En prensa).
En el Canto Tercero de las Elegias XI, Castellanos (1874 [1563]:
105) narra Donde se cuenta la muerte del valeroso capitán Alonso de Herre-
ra y cómo luego se volvió gente sin pasar más adelante. Esto parece indi-
car el viaje a Venezuela, donde se consumen monos para sobrevivir.
Y dice así:
/Son buenos de comer y dichos mayos,
A los cuales también llaman auríes,
Hallaron cantidad de guacamayos,
Papagayos y micos y coríes:
Y frutas de guayabas y papayas,
Con no sé cuántos pájaro pajíes,
Que en tiempo y en sazon mas regalada
Se tiene por comida delicada./
En el Canto Undécimo titulado Donde se tracta del socorro que trajo
el gobernador Andrés de Valdivia. La mudanza del pueblo de San Juan de
Bernardo Urbani
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Rodas, con otros sucesos, y cómo vino de España declarado no caer en el
gobierno de Valdivia Santafé de Antioquia, ni San Juan de Rodas, al refe-
rirse al centro de la Nueva Granada (Colombia), Castellanos (1874
[1563]: 332) nos narra otro episodio de consumo de monos:
Pero Rodrigo Pardo, con deseo
De se certificar enteramente,
Con la carne de mico que llevaba
Asada para su matalotaje,
Le refrególos dientes y la boca,
Procurando con grande vehemencia
Hacelle traspasar alguna brizna:
En efecto, se vido que mostraba/
En 1566, el caracense Diego de Landa Calderón (1524-1579),
fue un fray franciscano quien visitó la península de Yucatán e ins-
taló en Itzmal, escribe en su relación lo siguiente: “en estas islas y
playas y arenales están llenos de tanta diversidad de aves marinas,
que es cosa de admiración y hermosura; y que también hay infinita
caza de venados, conejos, puercos de los de aquella tierra, y monos,
que no los hay en Yucatán” (Landa 1938 [1566]: 58).
Es el año de 1569 cuando el viajero español Lope de las Va-
rillas, biográficamente muy poco conocido, visita Nueva Cordoba
(hoy Cumaná, Venezuela). De ese viaje escribe una relación sobre
esa región, “…el capitán guiar á los indios por aquello llanos, los
cuales son la vista muy apasibles por las grandes y altas arboledas,
que á manchas hay, que por los muchos arroyos que por ellos co-
rren. Vieron lagunas con increíble número de aves de diversos gé-
neros; hay en toda esta parte mucha pesquería de buenos pescados;
las savanas con mucha cantidad de venados, vaquiras, antas y tigres;
por los árboles infinidad de micos y hardas” (Varillas 1865 [1569]:
480-481).
En 1570, el jurista caracense Tomás López Medel (1520-1582)
fungió como oidor en Yucatán, Guatemala y Nueva Granada, par-
ticularmente la región de Popayán cerca de Bogotá, y quien al escri-
bir sobre los animales del Nuevo Mundo se refiere así, “Animales
suyos propios de las Indias que por acá no se hallan son muchos. Y
lo primero, hay infinitas diversidades y especies y tantas, que no po-
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 83
dríamos contarlas, de gatillos, que son de hechura y suerte de monos,
de los cuales traen por acá hartos, y en Sevilla se ve grande copia
de ellos por estar más a la mano, y por ser tierra más caliente donde
ellos se conservan mejor. Y cuánta es la diversidad y variedad de
ellos, tantos son sus colores, unos negros del todo, otros pardos y
otros blancos y otros algo verdes y otros con mezcla destas colores
y de otros muchos, y unos muy grandes y crecidos y otros no tanto
y otros menores y otros mucho más, y unos muy bravos y terribles y
otros muy mansos; y hay tantas diferencias en este género de anima-
les, que parece que en esto como en lo de los papagayos (como ya
en otro capítulo dijimos), se quiso Naturaleza más extremar en las
Indias que en otra parte. Y entre estos hay un género de gatillos que
son pardos y blancos, cuyos pellejos son muy lindos para aforro de
ropas, cuya naturaleza es dormir de día y de noche velar y andar a
buscar la comida, y son tan hazañosos muchos de estos, que parece
Naturaleza haberlo criado para quitapesares de los hombres.” (Ló-
pez Medel 1990 [1570]: 176-177).
Entre 1571 y 1573, el viajero y naturalista pueblano Francis-
co Hernández de Toledo (1517-1587) emprendío una amplia ex-
pedición en Centroamérica y México bajo al orden de Felipe II.
En 1615, aparece su obra postuma Quatro libros de la naturaleza
teniendo una extensa sección primatológica en el Quarto Libro, de la
materia medecinal de la Nueva España, titulada como el Cap. XII. De
los gatos pahvles, o monas que llaman otzumetl, donde dice: “Allase en
las tierras calientes desta nueva España, vnos gatos pahules o monos,
que llaman los mexicanos otzumetli, de diferentes grandezas y co-
lores, por que los ay negros rubios palidos tirante a negros grandes
y medianos, y algunos muy brabos tienen la cabeça, casi como la
de los perros, quieren a sus hijos por estremo, tiranlos ramos delos
arboles en que están subido a los que pasan los ríos asidos de las co-
las vnos en otros y sobre todo debe notar, que se socorren, los vnos
a los otros, quando están heridos de flecha o otra qual qualquiera
arma, com tanta presteça, y diligencia que apenas se podra creer,
que vnos hombres a otros se socorran poniendo en la herida ojas
de arboles, procurando de tener sangre quanto les es posible, con-
servan la vida del compañero, pare vn hijo solo, y este crian y traen
embraços apretadamente con extraordinaria piedad, y amor que le
tienen criándolos en las mas altas cumbres delos montes, adonde,
para caçarlos pequeños, husalos caçadores desta astucia enciende
Bernardo Urbani
84 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
fuego cerca de donde ellos andan, y rodeanlo de maíz, y ponen en
el vna piedra que llaman cacalotl, o piedra de cuervo cuya natura-
leza es demanera, que en començando acalentarse da vn estallido,
y falta con vn tan grandioso ruido que parece tiro de vna bombarda
lleganse pues los gatos pahules o monas al maíz, o cacao que anda
derramado por allí, y comiençan a comer muy descuidadamente,
pero sobreviniendo de súbito el ruido, y estallido de la piedra, huyen
despavoridos, y sin sentido, y desta manera desamparan sus hijos
carissimos y los dexan por pressa a los caçadores lo demás que per-
tenence a la naturaleza destos animales, esta notoria a todos que se-
ria cosa demasiada tratar aquí mas dellos, com todo esso no quiero
dexar de decir aquí vna cosa que los hijos destos gatos tostados en
vn orno, y molidos y dados a veber quitanlos dolores del mal francés
provocando furor (Hernández 1615: 186v-186r). Este capítulo (lati-
nizado como De Cercopithecis) aparece también publicado en 1651
en la reconocida edición romana de esta obra médica de Francisco
Hernández de Toledo: el Rervm Medicarvm Novæ Hispaniæ...
La obra de Francisco Hernández debe entenderse en el con-
texto científico de la época. En este sentido, una obra de particular
interés es la traducción hecha por él de la obra de historia natural
de Plinio Segundo. De aquí se desprenden secciones de carácter pri-
matológico, a saber, en el Libro Octavo. De los animales terrestres, en su
Capítulo XIX refiere a los monos de forma comparativa “Como hay
muchas especies de animales referidas al género de las monas, cuales
son cercopitecos, cynocéphalos, callitriches, sátiros, cinoprosopos, man-
ticoras, crotutas, pigmentos, sphinges, pegasos, y otras semejantes a
éstas, se llegaran también los cephos, de que Plinio al presente haze
mención y Solino en el capítulo XXXIX de su historia diciendo que
sus pies traseros y delanteros representa los humanos (Plinius 1966
[1572]: 376). Luego continúa con el Capítulo XXI. De linces, sphinges,
crocutas, micos, bueyes indicos, locrocutas, caltoros de Ethiopia. Matícho-
ras, unicornios, cathoblepas y basiliscos, y dice así, su sección de inter-
prete “…(Micos). Ansi traslado cercopitecos, que se interpreta simias o
monas con cola; otros las llaman gatos pauses y ansí dize Solino en el
capítulo XXXVI que se distinguen de las otras monas en tener cola
(Plinius 1966 [1572]: 379). Concluye la traducción de Hernández
con el Capítulo LIV. De las simias, que se lee, “Difieren entre sí, en
las colas, las monas, animales de forma cercana a la nuestra. Dízese
que se untan con liga, ni sin industria admirable, y ponen lazos1
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 85
en los pies, a mitación [del calzado] de los que las cazan. Mucia-
no escribe haverse visto jugar axidrez con piezas hechas de cera, y
distinguir los escuadrones2 con sola la vista3, que están tristes4 en la
menguante de la Luna las que déstas tienen cola, y adoran la nueva
con alegría. Porque los eclipses, no solas éstas, pero todos los demás
animales de cuatro los temen. Aman notablemente sus hijos, trahen
domésticas en sus brazos los monillos que parieron en las casas don-
de están, muéstranlos a todos, y gustan de que los traten y halaguen,
como entendiendo que les dan la enhorabuena de los hijos y, ansí,
por la mayor parte, los matan a abrazos.
Más fiera es la naturaleza de los cynocéphalos, como la de los
sátiros y esphinges, mansísimos. Difieren totalmente en la vista los
allinchest. Tienen barbas en la cara, la cola muy tendida en ancho
en la parte primera, y dízese no vivir este animal en otro cielo que
en el de Ethiopia, donde se cría.
El Interprete
1(Lazos). Otros leen oculos, de Solino y Strabón. 2(Los es-
cuadrones). Porque leo acios; otros leen duces. 3(Con sola la vis-
ta). Quiere decir sin estar diferenciados en colores, lo que hombres
diestros en este juego no harían. 4(que están tristes). El doctor Juan
Gutiérrez, médico excelentísimo de la Cámara del rey do Philip-
po, nuestro señor, y protomédico en todos sus reinos, dignísimo,
aliende de sus grandes letras, por su prudencia, christiandad y otros
ornamentos de él [aliende] de todos los favores que Su Magestad
recibe, me contó haverlo notado en dos simias, y entendido por unos
movimientos tan mal compuestos que parecía no estar por aquel
tiempo en sí.
De los géneros de mas havemos, según gran parte, dicho en los
pasado” (Plinius 1966 [1572]: 426)
Entre 1574, el cosmógrafo visontino Juan López de Velasco
(c.1530-1598) prepara su obra Geografía y Descripción Universal de las
Indias, en ella se refiere en su sección De los animales, “Halláronse en
la tierra, generalmente en todas partes cuando los españoles fueron
á ella, dos o tres especies de venados de los de Europa, osos, tigres y
leoncillos pardos, dantas,… ardillas de muchos colores, y muy gran-
de diversidad de monos y gatillos… (López de Velasco 1894 [1574]:
19-20). Cuando presenta la Descripción de la Provincia de Soconusco,
en el hoy estado de Chiapas, nos dice: “Es la tierra y provincia más
Bernardo Urbani
86 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
occidental de las que caen en el distrito de la audiencia y obispado
de Guatimala; es toda tierra muy caliente, á causa de estar cerca
de la costa de la mar des Sur, y con esto es tierra sana en que caen
muchos rayos, hay en ella muchos, grandes florestas, muchos ríos y
fuentes; es muy fértil de todo lo que en ella se siembra…” (López de
Velasco 1894 [1574]: 302). En su Descripción de la Provincia y Gober-
nación de Veragua dice, “El temple de esa provincia es muy húmedo
y caliente, y así no se tiene por sana, aunque al principio se tuvo
por más enferma, es tierra montuosa, toda llena de monte y cerrada
de malezas y grandes arboledas de palmares grandes, hobos… hay
en en la tierra venados, perdices y codornices, y tigueres, y leones,
y antas, y muchos monos… (López de Velasco 1894 [1574]: 348).
Cuando se refiere a la Descripcion de la Provincia y Gobernación de Car-
tagena indica que “aunque la provincia no es muy abundante de
pastos hay vacas, ganado ovejuno, y puercos de España, cuya carne
se da por sana á los enfermos, y de la tierra hay tigres y venados,
baquiras, dantas, mapuriges, monos, liebres, conejos…” (López de
Velasco 1894 [1574]: 386-387). Sobre la Descripción particular de los
pueblos de esta Audiencia (del Perú) plasma que en el valle de Toayma
de la Provincia de Andesuyo, “hay muchos plátanos, dominicos y
muchas antas, papapgayos, micos, víboras, y serpientes: es la tierra
calidísima y muy humeda por ser muy lluviosa, tanto que no se
sustenta en ella la carne y el pan fresco…” (López de Velasco 1894
[1574]: 483). Finalmente al realizar la Descripción de las Provincias del
Río de la Plata expresa que “en el tiempo del Gobernador Don Pedro
de Mendoza, en el pueblo que fundó de Buenos-Aires,… del río de
Buenos-Aires, á un cañaveral donde se lo comió; y el Comendador
Salazar, movido del caso, lo fue á buscar otro, con cincuenta hom-
bres de armas, y acudiendo el tiguere por parte donde el solo estaba,
al tiempo que el tigre fue á alcanzar la manos para herirle, apretó la
llave de la ballesta con tan buena dicha, que con el arpón que tenía
en ella le pasó el corazón, y el tiguere cayo luego muerto sin le poder
hacer daño ninguno, y así le tomó después por armas. Hay asimis-
mo leones, aunque no bravos, hay algunas onzas, monos grandes con
barbas y manos como personas, y puercos que tiene el ombligo en el
espinazo…” (López de Velasco 1894 [1574]: 553-554).
Es entre 1584 y 1585 el descendiente de Túpac Yupanqui, el
cronista huamanguino Felipe Guaman Poma de Ayala (c.1538-
c.1620) describe en su Nueva Corónica y Buen Gobierno, lo siguiente,
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 87
“LA SETIMA COIA, IPA VACO MAMA MACHI
/ Reynó Conde Suyo, Parinacocha, Lucana, Changa. /
/ quya /
LA SÉTIMA COIA [reina], Ypa Uaco Mama Machi, coya:
Tenía su lliclla de azul claro y lo del medio escuro y su acxo de uer-
de y su chunbe de colorado. Fea, de narises larga y el rrostro largo y
del talle flaca y seca, larga. Fue amiga de criar paxaritos, papagayos
y guacamayas, y micos y monos y otros pájaros que cantan y palomi-
tas del canpo. Y fue gran limosnera que acudía a los pobres. Bolbía
mucho por los hombres y quería mal a las mugeres…
Y se murió en el Cuzco esta dicha señora de edad de ochenta
y quatro años. Y dejó toda su hazienda, dos partes: el uno para ella
y mandó que de ello le den de comer en cada año. Y la otra mitad
dejó para su madre. Y ancí se acabó esta dicha señora su uida. Y
tenía la ley de su madre.
Y tenía toda la rrequiesa; sólo dejó a sus hijos y criados quan-
do se murió. Y dejó al sol en su testamento por eredero de todo sus
bienes que auía.” (Guaman Poma de Ayala 1615: 132-133). Esta
reseña esta acompañada por una ilustración de un primate (Fig. 1).
Igualmente la obra presenta otra representación de un primate en
un mapa adjunto hacica el “OTRO REINO LLAMADO CHIN-
CHAI SVIO, PVNI[EN]TE SOL” (Guaman Poma de Ayala 1615:
983; para revisión de primates del Nuevo Mundo en mapas del siglo
XVI: Urbani En prep.) (Fig. 2). El Chinchay Suyo es la porción nor-
te del imperio inca, y abarcaba desde el extremo suroccidental de la
actual Colombia, el Ecuador (en donde estuvo su centro político en
Tomebamba) hasta la actual región peruana de Ayacucho.
Una obra de eventos ocurridos en la América hispana se inició
con la procura de crónicas producidas hasta alrededor de 1586. Ésta
fue escrita por el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), cuzqueño
de madre indígena y padre español, quien a los 21 años viaja a Es-
paña hasta su fallecimiento. Terminando el siglo XVI, concluye su
Primera parte de los comentarios reales que tratan del origen de los incas…,
que es publicado por primera vez en la ciudad de Lisboa en 1609.
En el Capítulo VII: El oro y plata y otras cosas de estima no eran de tributo,
sino presentadas, al referirse a los “Reyes Incas” dice, “Demás de los
grandes oficiales, presentaban al Inca animales fieros, tigres, leones
y osos; y otros no fieros, micos y monos y gatos cervales, papagayos
Bernardo Urbani
88 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
Figura 1. La Sétima Coia, Ypa Uaco Mama Machi acompañada por un mono
(detalle izquierda) (Guaman Poma de Ayala, 1615: 132).
Figura 2. Detalle de mono en la parte central izquierda del mapamundi de Gua-
man Poma de Ayala (1615: 983-984).
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 89
y guacamayas, y otras aves mayores, que son avestruces…”. En el
Capítulo XIV: Los sucesos de la jornada de Musu, hasta el fin de ella dice
más, “Es así que al fin de muchos trances en armas y de muchas plá-
ticas que los unos y los otros tuvieron, se redujeron a la obediencia y
servicio del Inca todas las naciones de la ribera y otra de aquel gran
río, y enviaron en reconocimiento de vasallaje muchos presentes al
Rey Inca Yupanqui de papagayos, micos y huacamayas, miel y cera
y otras cosas que se crían en aquella tierra.”
En el Cap. XVIII. Leones, Osos, Tigres, Micos, y Monas, dice “…
Monas, y Micos ai muchos, grandes, y chicos; Vnos tienen cola,
Otros ai sin ella.
De la naturaleça dellos pudieramos decir mucho i empero por-
que el P. M. Acosta lo escribe largamente, Lib. 4. Cap 39. que es lo
mismo que Yo oi, à los Indios, y a Españoles, y parte dello vi, me
parecio ponerlo aquí, como su Paternidad lo dice, que es lo que se
sigue: Micos ai innumerables por todas esas Montañas de Islas, y
Tierra-Firme, y Andes. Son de la casta de Monas, pero diferentes
en tener cola, y mui larga, y aver entre ellos algunos linages de tres
tanto, y quatro tanto mas cuerpo que Monas ordinarias. Vnos son
negros del todo. Otros Baios. Otros pardos. Ottros manchados, y va-
rios. La ligereça, y maña destos admira; porque paresce que tienen
discurso, y raçón: y en el andar por los Arboles paresce, que quie-
ren casi imitar las Aves. En Capira, pasando de Nombre de Dios a
Panama, vi saltar un mico destos de un Arbol a otro, que estava a la
otra vanda del Rio, que me admirò. Asense con la cola a un ramo,
y arrojanse adonde quieren, y quando el espacio es mui grande, que
no pueden con un salto alcançarle, usan una maña graciosa, de asir-
se uno a la cola del otro, y hacer desta suerte una como cadena de
muchos: despues, ondeandose todos, o columpiandose, el primero
aiudado de la fuerça de los otros, salta, y alcança, y se ase al ramo,
y sustenta a los demas, hasta que llegan asidos, como dige a la cola
de otro. Las burlas, y embustes, y travesuras que estos hazen, es ne-
gocio de mucho espacio; las habilidades que alcançan, quando los
imponen, no pareicera de Animales brutos, sino de entendimiento
humano. Uno vi en Cartagena en casa del Governador, que las co-
sas que de èl me referían, apenas parecían creible; como en embiarle
a la Taberna por Vino, y poniendo en una mano el Dinero y en la
otra el Pichel, no aver orden de facalle el Dinero, hasta que le davan
el Pichel con Vino. Si los muchachos en el camino le davan grita,
Bernardo Urbani
90 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
o le tiravan, poner el Pichel a un lado, y apañar piedras, y tirallas
a los muchachos, hasta que dejava el camino seguro, y asi bolvia a
llevar su Pichel. Y lo que es mas, con ser muy buen bebedor de Vino
(Como yo se lo vi beber echandoselo su Amo de alto) sin dárselo,
o dalle licencia, no avia tocar el Jarro. Digeronme también, que si
vela mugeres afeitadas, iba, y les tirava del tocado, y las descompo-
nia, y tratava mal. Podrà ser algo desto encarecimiento, que Yo no
lo vi; mas en efecto no pienso que ai Animal, que asi perciba, y se
acomode al conversacion humana, como esta casta de micos. Cuen-
tan tantas cosas, que Yo, por no parecer que doi credito a Fabulas,
o porque otros no las tengan por tales, tengo por mejor, dejar esta
materia con solo bendecir al Autor de toda criatura; pues para sola
recreacion de los hombres, y entretenimiento donoso, parece aver
hecho un genero de Animal que todo es de reir, o para mover a risa.
Algunos han escrito, que a Salomon se le llevaban estos micos de In-
dias Occidentales: Yo tengo para mi que yban de la India Oriental.
Hasta aquí es del P. M. Acosta, donde pudiera añadir, que las Mo-
nas, Y micos traenlos hijuelos a cuestas, hasta que son para soltarse,
y vivie por si, andan abraçados con los braços a los pescueços de las
madres, y con las piernas las abraçan por el cuerpo. El encadenarse
unos con otros, que el P. m. dice, lo hacen para pasar Rios, o Arroios
grandes, que no pueden pasar de un salto, Asense, como se ha di-
cho, de un Arbol, que este enfrente de otro, y columpianse, hasta
que el ultimo que anda abajo, alcança a asis alguna rama del otro
Arbol, y por ella se sube, hasta ponerse a nivel en derecho del que
esta asido de la otra parte; y entonces da voces, y manda que suelte:
luego es obedescido, y asi dan todos del otro cabo, y pasan el Rio,
aprovechandose de sus fuerças, y maña en sus necesidades, a suer de
Soldados platicos; y porque se entienden con sus gritos (como tengo
para mi que lo hacen todos los Animales, y Aves con los de su espe-
cie) dicen los Indios, que saben hablar, y que encubren la habla a los
Españoles: porque no les hagan sacar Oro, y Plata. Tambien dicen,
que por remedar a las Indias, traen sus hijos acuestas. Otras muchas
burlerias dicen de ellos, pero de Micos, y Monas baste.”
El fraile dominico Gregorio García (c.1554-c.1633), toledano
de la villa de Cózar, llega al Nuevo Mundo en 1586, visita al Perú
entre 1587 y 1595 y luego a la Nueva España entre 1596 y 1598.
Citando a Joseph de Acosta, en la sección IV. De la Navegacion a
Tharsis, i què Region es? del Libro Primero indica “Y en otra parte dice
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 91
el mismo, que paso el Rei Salomon muchos navios en el mar, lla-
mado Tarsico, para ir con ellos a lo mas escondido de las genetes, i
traer al rei Oro, Plata, Marfil, Monas, i Aves de Etiopia… (García,
1607: 17). En el Libro Segundo, en el parágrafo IV. Donde se prosigue
la materia de Monstruos y donde se compara los animales del Viejo
Mundo como Castilla y Siria con los del Nuevo Mundo, y se indaga
sobre las capacidades de los diversos grupos de seres vivientes, por
ejemplo, “De donde me persuado à creer, ser fallo lo que cuentan de
Satyros, Centauros, Astomos, i Monoculos, i de todos aquellos que
tienen semejança de parte principal, como cuenta Plinio de aque-
llos que viven sin cabeça, aunque bien creo ser posible haver en el
Mundo estas formas de Animales, como adelante veremos, no con
vso de raçon, pero con un infinito natural, tan levantado, que hara
parecer una de ella, i viendo esto muchas veces, havran entendi-
do ser hombres, por tener essos Animales en la compostura de sus
miembros alguna semejança con ellos, como vemos en las Monas, i
Ximios, que tiene los miembros casi semejantes à los del hombre, i
un instinto tan levantado, que parece entendimiento, lo cual mues-
tran en sus acciones... (García, 1607: 60). En el Capítulo VI. De otro
Origen de los Indios de Nueva España, i de los Apaches, dice que “desde
la Creacion del Mundo, que uno se ahogo con las cosas criadas:
otro caiendose el cielo: otro quemándose: i otro derribado del Aire:
en todos aparecieron los Hombres, excepto en el último que se con-
virtieron en Monas, y quedaro a escura por 25 Años” (García 1607:
329). Para finalizar en Capítulo Último de el Origen de los Indios Collas
de la Provincia del Collao en Perú, sugiere que “el cerro de Nuba,
particular Dios de esta Provincia, guardó la semilla de los hombres,
i algo desenojado Noncomala, la sembrò, i nacieron los Hombre,
i los Monos, como mas largamente refiere fr. Adrian de Vfeldre”
(García 1607: 336).
El padre jesuita Joseph de Acosta (1540-1600), natural de Me-
dina del Campo, publica en 1590 su trabajo seminal la Historia na-
tural y moral de las indias…, en ella se hace menciones de primates y
le dedica toda una sección a este grupo de mamíferos. En su Libro
Primero, Cap. 14. Que significa en la escritura Tharsis y Ophir, nos dice,
“Pues en Asiongaber puerto de una ciudad de Udumea, puesta enel
estrecho qu se haze, donde el mar Bermejo se junta con el gran
Oceano. De aquel Ophir, y de aquel Tharsis (sea lo que manda-
ren) trayan a Solomon, oro, y plata y marfil, y monos, y pauos, con
Bernardo Urbani
92 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
una navegación de tres años muy prolixa. Todo lo cual sin duda
es de la India oriental, que abunda de todas esas cosas, como Pli-
nio largamente lo enseña, y nuestros tiempos lo que prueban assaz.
Deste nuestro Piru no pudo llenarse marfil, no aviendo memoria
de Elephantes: oro y plata y monos muy grasiosos bien puedieran
llevarse. Pero en fin mi parecer es, que por Tharsis se entiende es la
escritura conmunmente, o el mar grande, o regiones apartadissimas
y muy estrañas. Y assi me doy a entender, que las prophecias que
hablan de Tharsis, pues en el espíritu de prophecia lo alcança todo,
se pueden bien acomodar muchas vezes a las cosas de nuevo orbe”
(Acosta 1590: 54v).
Ya en el Nuevo Mundo, también en el Libro Primero, J. de
Acosta (1590: 176r) nos comenta en su Cap. 22. De las propiedades de
la tierra del Piru, lo siguiente: “En los Andes se crian Monos, y Mi-
cos muchos y muy graciosos, y Papagayos en quantidad.” Además
proporciona una porción escrita exclusiva sobre primates, el Cap.
39, De los Micos, o Monos de Indias, que continúa así: “Micos ay innu-
merables por todas essas montañas de Islas, y Tierrafirme y Andes.
Son de la casta de Monas, pero diferentes en tener cola, y muy larga,
y aver entre ellos algunos linajes de tres tanto, y quatro tanto mas
cuerpo que monas ordinarias. Unos son negros del todo: otros vayos,
otros pardos: otros manchados, y varios. La ligereza y maña destos,
admira, porque parece que tienen discurso, y razón: y en el andar
por los arboles parece, que quieren quasi imitar las aves. En Capira
passando de Nombre de Dios a Panama vi saltar un mico de estos de
un arbol a otro que estava a la otra vanda del Rio, que me admirò.
Asense con la cola a un ramo, y arrojanse adonde quieren, y quan-
do el espacio es muy grande, que no puede con un salto alcançarle,
usan una maña graciosa: De asirse uno a la cola del otro, y hazer de
esta suerte una como cadena de muchos: despues ondeandose to-
dos, o columpiandose, el primero ayudado de la fuerça de los otros
salta, y alcança, y se ase al ramo, y sustenta a los demas, hasta que
llegan asidos como dixe, uno a la cola de otro. Las burlas, y embus-
tes, y travessuras que estos hazen, es negocio de mucho espacio:
las habilidades que alcançan, quando los imponen, no parecen de
animales brutos, sino de entendimiento humano. Uno vi en Car-
tagena en casa del Gobernador, que las cosas que del me referían,
apenas parecían creybles. Como en enbialle a la taberna por vino, y
poniendo en una mano el dinero y en la otra el pichel, no aver orden
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 93
de facalle el dinero, hasta que le davan el pichel con vino. Si los mu-
chachos en el camino le daban grita o le tiraban, poner el pichel a un
lado y apanar piedras, y tirarlas a los muchachos hasta que dexava el
camino seguro, y assi bolvia a llevar su pichel. Y lo que es mas, con
ser muy buen bevedor de vino (como yo se lo vi bever echandoselo
su amo de alto) sin dárselo, o dalle licencia, no avia tocar el jarro.
Dixeronme tambien, que si via mugeres afeytadas, yva y les tirava
del tocado, y las descomponía, y trataba mal. Podrà ser algo de esto
encarecimiento, que yo no lo vi; mas en efecto no pienso que ay ani-
mal que assi perciba, y se acomode al conversacion humana como
esta casta de micos. Cuentan tantas cosas, que yo por no parecer que
doy credito a fabulas: o porque otros no las tengas por tales, tengo
por mejor dexar essta materia con solo bendezir al autor de toda
criatura, pues para sola recreación de los hombres, y entretenimento
donoso, parece aver hecho un genero de animal que todo es de reyr,
o para mover a risa. Algunos han escrito, que a Salomón se le lleva-
ban estos micos de Indias Occidentales; yo tengo para mi que yban
de la India Oriental” (Acosta 1590: 289r-290v).
En 1590, el fray franciscano madrileño Pedro de Aguado
(c.1538-c.1609) escribe la Historia de Santa Marta y el Nuevo Reino de
Granada, y en su Libro Noveno, Capítulo Quinto. En el qual se escribe la
diversidad y monstruosidad de culebras, tigres, osos y otros animales que en
esta tierra se crian, y de algunas aves, y de su proporçion. Tratanse algunos
daños que tigres en indios an hecho, que refiere a fundación por parte
de Juan de Avellaneda Temiño de la población de San Juan de los
Llanos, al referirse a los animales que allí existen, nos dice: “Tan-
bien el mico o mono, a quien llaman de arcabuco, todas la vezes
que camina lleva a sus hijos a cuestas, avnque sean tres y quatro, los
quales van tan pegados a la madre que sin hazelle estuvo salta con
ellos de un árbol a otro con mucha facilidad y ligereza, que la tie-
nen grandissima en andar por los arboles y saltar de vnos en otros.
Un gato destos, por la punta de la cola, se ase de vna rama y para
aventarse mas a lo largo y alcançar a otro árbol que este apartado de
donde esta colgado, da dos o tres vaivenes con la rama hazia atrás,
como quien toma corrida para saltar mas, y ansi se arroja con sus
hijos a cuestas, y nunca le verán herrar el golpe o salto que va a ha-
zer” (Aguado 1916 [1590]: 785-786).
En el Libro Décimo, Capítulo tercero, al referirse a la ciudad de Vi-
toria fray Aguado (1917 [1590]: 36) indica que “Estava este pueblo
Bernardo Urbani
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disierto de sus moradores, que lo auian desanparado, avnque bien
probeydo de comida y mantenimiento de mayz y frutas secas no co-
nocidas nis vistas por los españoles hasta entonces. Tenía cantidad
de todo genero de animales de todas suertes secos al humo, entre los
cuales auian ratones, gatos de arcabuco, que por otros nombres se
llaman micos y monas – estos, como estaban secas las caras y sin pelo,
pareçian criatura movedizas-; muchos generos de paxaros y aves y
pescados menudos, todo muy seco y sin sustancia ni humor… Fue
esta seca montería vn gran sustento para los hambrientos españoles,
que auian mucho tiempo que entre sus manos no vian ni avian vito
otra properidad como esta, y ansi hizieron con ella muy gran fiesta”
En referencia a trampas a manera de huecos en la tierra utilizadas
por los indígenas colombianos de Ibague, Tocayma y Mariquita,
para combatir a los españoles, Aguado (1917 [1590]: 54-55) comen-
ta en el Libro Décimo, Capítulo Quinto, “otras veces, sintiendo yr los
españoles hazia sus alojamientos y rancherías, ponían encima de los
hoyos vn papagayo, o vn gato, o mico de arcabuco, v otra cosa a que
se acodiciasen los soldados, los quales, como vian, yvan corriendo a
tomalle, y su vil cobdiçia era cavsa de su miserable muerte, porque
luego daban encima del hoyo, donde eran hundidos y espetados por
las estacas que en ellos auian, y algunas vezes estos palos y estacas
les salían hincándose por las piernas y nalgas al pescuezo, honbros
y cabeça, atravesándoles el cuerpo de alto abaxo, que era cosa de
gran compasión y lastima ver los hombre biuos metidos y atrauesa-
dos por aquellos palos”. También en la Provincia de Victoria, en el
Capítulo Vigésimo En el qual se escribe de algunos animales y todo genero
de reptilia que en esta provincia se crian, y de alguna diversidad de culebras
ponçoñosas y sus efectos y propiedades, y el remedio o cura que para ellas se
haze, Pedro de Aguado (1917 [1590]: 177) indica que “Algunos gatos
o micos se crian, pero pocos y en pocas partes”. Para Venezuela, P.
de Aguado reporta la presencia de varios “micos” (Aguado 1963).
En 1591, el protomédico sevillano Juan de Cárdenas (1563-
1609) publica su Primera parte de los problemas y secretos maravillosos
de las Indias nos dice en el Capítulo XIIII. Por que ponzoñosos i mortiferos.
lo son tanto en esta tierra, que en otras provincias del mundo, lo siguiente,
“no podremos dezir que los ciervos, gamos, y venados desta tierra
sean de menos ligereza, y los tigres de menos fuerza, ni los gatos
menos diestros en hazer su officio, ni los conejos, y liebres en el
suyo, supuesto (como he dicho) que se corrija el excesso de su se-
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quedad. Y esto me parece dar por solución y respuesta de este no
poco arduo y difficil problema” (Cárdenas 1913 [1591]: 207).
Entre 1592 y 1593, el padre castellano Juan de Torquemada
(c.1557-1624) compila información sobre crónicas de Centroamé-
rica para su Monarquía Indiana mientras vivía en la Nueva España.
En el Cap. XXXIX. El qual trata de la Ciudad de Granada, y de su mui
hermosa laguna, y de el Rio, que de ellas sale, nos dice para el territorio
nicaragüense, “La principal [isla], y la maior se llana Ometepetl,
que quiere decir dos Sierras i porque hace dos Sierras altas, à la
manera de la Sierra de Teneriphe, aunque no son tant altas. Boxa
esta Isla veinte Leguas. Está à villa de Nicaragua. Para pasar à ella
han de atravesar dos Leguas de Agua. Gogese en esta Centli, Axi,
Algodón, Fijoles, Calabaças, y muchas Frutas de las ai en Tierra
caliente. Ai también en ella muchos Venados de los pequeños, y Mo-
nas pequeñitas, de las de Cabeça blanca” (Torquemada 1723 [1592-
1593]: 331).
La publicación de la Milicia y descripción de la Indias ocurre en
1599 bajo el puño del naturalista y militar simanquino Bernardo
Vargas Machuca (1557-1622). Ésta refleja lo observado durante su
estancia en Nueva Granada, donde se asentó en Santafé de Bogotá.
En su obra describe a los primates neotropicales en su sección Ani-
males de las Indias, domésticos y silvestres, allí se refiere a la Calidad de
Micos así “En todos los arcabucos de tierra caliente ay gran cantidad
de monos, grandes, barbudos: y otros pequeños, de diferentes cuer-
pos y colores, que llaman Micos. Este es un animal malo de matar,
porque aunque se le atrabiessen con un arcabuz no cae. Yo he visto
por la herida en la barriga sacar con sus manos todas las tripas, y
echallas abajo a pedaços, y no morir en aquella hora, hasta que se
resfrio de todo punto. Suelen otras vezes coger hojas de arbol, y
maxcalla, y metellas en la herida, que tienen este distinto: y aunque
mueren se quedan asidos con las colas en el arbol. Suelen para ba-
xar a beber a un rio, desde los arboles hazer una pente, encadena-
dose unos con otros, y por ella baxan las hembras con los hijuelos
a cuestas, que desde que nacen andan asidos a las espaldas, hasta
que tienen edad. Por esta puente baxan y suben hasta que todos han
bevido, añadiendose, y quitandose en el puente” (Vargas Machuca
1599: 154-155). A su vez, en otra parte del libro compara a indíge-
nas y primates no-humanos, de esta manera, “[Los indígenas] Crian
los hijos trayéndolos a las espaldas como hacen los monos, trabajan-
Bernardo Urbani
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do todo el días” (Vargas Machuca 1599: 137), a lo que añade “En
muchas partes tienen los indios por opinión que los micos y monos
es casta de gente, y que porque no los hagan trabajar no quieren ha-
blar. Han dado en esta barbariedad, y aunque barbaros en su hablar
y lenguaje, tienen términos y frasis de gente de mas especulación”
(Vargas Machuca 1599: 140).
Para 1599, la monumental obra del cronista general de Indias
segoviano Antonio Herrera y Tordesillas (1549-c.1626) titulada
Historia General de las Indias Occidentales… que plasmaba en extenso
el proceso colonizador hispano en el Nuevo Mundo había sido cen-
surada. Luego de un par de años, finalmente aparece a la luz públi-
ca. Esta inmensa crónica es cronológica y escrita en décadas, por lo
tanto, aca aparecerán eventos con interés primatológicos de fechas
anteriores, pero para efectos prácticos de este estudio se mantienen
acá al final de esta sección hispana. A saber,
Década III. Libro III, Cap. X. De las costumbres de los Indios de Cu-
maná, y cosas de aquella tierra indica que en 1522, “van a mon-
tería de vn animal llamado aranata, grande como galgo, tiene
barba de cabron, aulla recio, no como carne, sube en los arbo-
les, anda en manadas: toman las flechas, y las arrojan al que
las tiro con gracia: arman lazos en sendas, bevederos, y vnos
gatos monteses, como monos, cuyos hijos por ser regozijados
son de passatiempo, y andan con ellos las madres abraçadas de
arbol en arbol:” (Herrera y Tordesillas 1601a: 160-161).
Década V. Libro I. Cap. V. De una breve descripcion delos Reynos del
Piru plantea que en 1523 “En los Andes ay grandes diferen-
cias de monos, y micos de grandeza, color, y pelo, y naturaleza,
porque unos son alegres, y otros tristes, roncando, silvando, y
chillando, y ligeros, y torpes, raros, y peludos, y cobardes, y
sino les muestran animo, son atrevidos, comen frutas, huevos
de paxaros, y carne mortesina, beven sus orinas, y aun comen
sus escrementos, son enemigos del agua, y lodo, y mojados son
tristes. (Herrera y Tordesillas 1601b: 15-16).
Década III. Libro IX. Cap. III. Quien fue a pacificar la provincia de
Tavasco, y lo demas que della se ofrece dezir, en 1525 indica que
“ay en esta provincia Tigres, Leones, Dantas, puercos, java-
lies, aunque pequenos, conejos, venados, monos, armadillos,
tepeys… y del cacao, y en guarda dello porque estando en el
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 97
árbol antes de madurar, lo comen los monos, ardas, y otros ani-
malejos” (Herrera y Tordesillas 1601a: 270).
Década III. Libro III, Cap. III. de la descripción de Yucatán, y cosas
de aquella Provincia referida al año 1528, dice que en sus “islas y
playas tan llenas de paxaros marinos, tan diversos, que es cosa
admirable la caça de conejos, venados, puercos, y monos que
ay; por ellos van Indios de otras partes a caçarlos: las yguanas
son infinitas: y en vna destas islas esta vn queblo que llaman
Tixchel.” (Herrera y Tordesillas 1601a: 55).
Década III. Libro VIII. Cap. VII. De muchas particularidades de
la provincia de Nicaragua expresa que en 1530 se divide el sur
del territorio como las que “…contiene las tierras de Nicoya,
Nequecheri, y Mabite, Diria, Malaya, Managua, Cacaloaque,
Ceucaco, parte de los Chontales, los de los Micos, y Madera,
eran muy pobladas” (Herrera y Tordesillas 1601a: 203).
Década III. Libro VII, Cap. X. de la calidad de la isla de la Punà, y
causa de la guerra entre sus naturales, y los Tumbezinos sugiere para
1530 que “son los hombre de mediano cuerpo, vestían ropas
de algodón, traían muchas vueltas de Chaquira al cuello, y la
mujeres en las muñecas, y en las piernas por junto al tobillo,
para mostrarse galanas, ay muchas aves de todas suertes, pa-
pagayos, guacamayas, gaticos pintados, monos, zorros, leones,
culebras, y otros muchos animales: lloravan por muchos dias
a sus Señores quando morian, enterravanlos con gran venera-
cion, con muchas riquezas y cosas de sus mugeres” (Herrera y
Tordesillas 1601a: 187).
Década III. Libro VIII. Cap. VII. De la condición, y costumbres de los
naturales del Brasil indica que para 1530 en territorio brasileño
“ay muchos monos, y de diversas maneras, andan siempre sobre
las madres, y aunque las maten, no se quitan dellas.”(Herrera y
Tordesillas 1601a: 219).
Década III. Libro VIII, Cap. XI. Que Sebastian Gaboto bolvio del rio
de la Plata, y de como se cria la grana en Nueva España dice tam-
bién en 1530 que, “ Hanse criado bien los cavallos, ay muchos,
y gran cantidad de gando bacuno: hallase monos con grandes
colas, y barbados, del tamaño de vna persona, que casi parecen
hombres, son grandes gritadores, quando veen que los quieren
flechar, sacanse las flechas del cuerpo, y las arrojan a los que
Bernardo Urbani
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las tiran, y cortan palos de los arboles por donde andan y los
arrojan sobre los hombres, y tiene manos con cinco dedos, y
ay otros monos menores, que no tienen barbas…Mantuvo Se-
bastian Gaboto dos años el amistad de los Indios Guaramis”
(Herrera y Tordesillas 1601a: 212-213).
Década III. Libro X. Cap. XIII. Que trata de la provincia de la Vera-
paz del cual se desprende para 1531 que “también ay muchos
monos, gatos Zambos, en mucha diferencia, grandeza, color, y
pelo, y en naturaleza tristes y alegres: negro, blancos, pardos,
y de otros colores, que hazen diversidades de sonidos, vnos
como ronquidos: otros silvando, otros chillando, vnos ligeros,
otros torpes, resos, y peludos, contra los medrosos son bravos,
y de miedo se orinan, y ensuzian: y por la mayor parte hu-
yen del hombre, y raras vezes acomenten, ni se ayudan vnos
a otros contra el hombre, ni se defienden de otros animales,
porque tienen puesta la defensa en la ligereza, comen frutas,
y huevos de pajaros, y carne mortezina, beven sus orinas, y
escrementos, no saben nadar, son enemigos del agua, y lodo, y
mojados son tristes y en estremo frio liegos, y en algunas partes
baxan muchos a jugar con los hombres, quando van solos, y en
algunas partes los han puesto en aprieto (Herrera y Tordesillas
1601a: 287). Nótese que el autor repitió la descripción utiliza-
da para los monos de Verapaz.
Década V. Libro IIII. Cap. VIII. que eran los eran los Mitimaes del
Pirú, y como se servían los Ingas dellos, y en que, y de otras cosas
naturales del Piru nota que para 1533 que “Plinio, Dioscorides,
y Theofrasto, ningún conocimiento tuvieron de la diversidad
de frutas del Pirú,… las almendras de Chachapoyas es fruta
delicada y sana, mayores que las de Castilla, tiernas de comer,
suaves y mantecosas, estan en erizo mayores y de mas puntas
que los de las castañas, los micos para no espinarse, las arrojan
sobre las piedras, quando están secan, y las abren, y comen”
(Herrera y Tordesillas 1601b: 121-122).
Década VI. Libro IV. Cap. VIII. Que el Inga Mango Tupangi se retiro
a los Andes, i el trabajoso viage de Pedro de Candia con su Exercito
plantea que en 1538 “por aquellas espesuras havia Monos, i Ga-
tos, que con las flechas mataban” (Herrera y Tordesillas 1601c:
102).
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 99
Década VI. Libro VII. Cap. II. Que el Adelantado Pasqual de An-
dagoya se apercibia par ir a rio de San Juan, i el Lic. Santa Cruz
embió a prende al Lic. Juan de Vadillo, i Jorge Robledo continuaba
sus descubrimientos expone que en 1539 que fuese a descubrir la
“Provincia de Choco, i saliendo con ellos Jorge Robledo, hasta
el Valle de Santa Maria,… llego a la Montaña de Cima, que es
mui fragosa, con muchas espesuras, i adonde siempre llueve, i
ai muchas bestias fieras, Monos, i otros tales, i los Indios viven
desnudos, i son muy rusticos, vivien en casas sobre Arboles…”
(Herrera y Tordesillas 1601c: 247).
Década V. Libro IIII. Cap. IX. de diversos animales, y aves del Pirú
para 1533 dice, “en los Andes ay inumerables micos, son de la
casta de Monas, aunque tienen cola larga, y ay muchos de dife-
rentes cuerpos, vnos negros, otros pardos, otros vayos mancha-
dos, y de otras varias colores, admira su maña, y ligereza, que
parece que tienen razón, y en el andar por los arboles, parece
que imitan a las aves, assense con la cola a vn ramo y arrojanse
adonde quieren, y quando el salto es grande, assense vnos de
otros, falta, y alcança, y se asse al ramo, sustenta alos demás,
hasa que llega assidos vno a la cola de otro. Las burlas, y tra-
vesuras que hazen, es cosa larga de decir, las abilidades que
alcaçan, quando los imponen es cosa donosa, y de humano en-
tendimiento.” (Herrera y Tordesillas 1601b: 122). Claramente
se basó en la obra de Joseph de Acosta.
Decada VII, Libro II, Cap. IX. Que Alvar Nuñez Cabeça de vaca
va descubriendo por Tierra la vuelta de la Ciudad de la Asumpcion;
i llego al Rio de Parana, que es el de la Plata expone que para
1541 “Hai muchos puercos, i Monos, i acontece, que los Mo-
nos derriban las Piñas, quando las están comiendo, acuden los
Puercos a comerlas, i entretanto están los Monos en los Pinos
dando mui grandes gritos” (Herrera y Tordesillas 1601d: 37).
Se refiere a la crónica de Alvar Nuñez Cabeza de Vaca.
Decada VII, Libro III, Cap. XIII. De algunas particularidades de la
Ciudad de Guamanga, i su Distrito ubicado en el Perú cerca de
Cuzco, indica que en 1542, “Cogese también en este Distrito la
Coca,… hai Miel de Abejas mui buena, Dantas, que son como
terneras, Monos, Culebras grandes,…” (Herrera y Tordesillas
1601d: 61).
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Decada VII, Libro IX, Cap. V. De la Religio de lso de la Tierra de
Tocaima, i otras particularidades de ella, muestra para 1544 que
“Hai diversos Pajaros de colores, que cantan, i son mui gala-
nos, i ruiseñores: muchos Micos, Monos, Hurones,…” (Herrera
y Tordesillas 1601d: 193).
Decada VII, Libro IV, Cap. X. Que prosigue las cosas de los Mu-
sos, i Colimas tan particularmente; porque son casi las mismas, entre
las demás Naciones de aquella parte revela que en 1547 que “Ai
muchas diferencias de Micos, Ardillas, Perdices,…” (Herrera y
Tordesillas 1601d: 83).
Decada VIII, Libro V, Cap. XI. Que continua las cosas de la Gover-
nacion de Santa Cruz de la Sierra plasma que para 1549 que en
esta región boliviana “Danse en Santa Cruz…i muchas dife-
rencias de Micos: y cantidad de vivoras…” (Herrera y Tordesi-
llas 1601e: 109).
DE LAS GUARIBAS Y SAGOÎS: MONOS DEL NUEVO
MUNDO EN LA CRÓNICA PORTUGUESA DEL
SIGLO XVI
Para 1566, el historiador alenquerense Damião de Góis (1502-
1574) escribe una obra sobre el Nuevo Mundo al rey Manuel I de
Portugal, de donde dice que el D. de xviii Iulho, 1566 Lisboa. Primerira
parte. Capit. LVI. Dalgûas particularidades da terra Sanct Cruz, & costu-
mes da gente della, “Hos arcos sam de pao Brasil, & has frechas de
canas empenadas con penna de papagai han portan fam de paso, &
osso de pescado, tam fortes que passam con ellas huma taboa. Man-
tênsse de caça, principalmente de papagaios, & bugios que há mui-
tos na aterra, & outras muitas aues, & alimarias: comem tamben
lagartos, cobras, ratos, & outors bichos peçonhentos. [Los arcos son
de palo de Brasil, y las flechas de cañas empañadas con pluma de
papagayos que lo portan mientras de paso, y huesos de pescado, tan
fuertes pasan con ella transpasan una tabla. Se mantienen de caza,
principalmente de papagayos, y monos que hay muchas en la tierra,
y otras muchas aves, y alimañas: como también lagartos, serpientes,
ratas, y otros animales venenosos] (Góis 1566: 52b-53).
En 1576, el cronista bracarense Pero Magalhães de Gândavo
(c.1540-1579), quien visita Bahia entre 1558 y 1572 publica su Histo-
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 101
ria da prouincia sancta Cruz… En esta obra expone anotaciones sobre
primates en el Capit. 6. Dos animaes & bichos venenosos que ha nesta
prouincia, “Bogios ha na terra muitos & de muitas castas como ja se
sabe: & por serem tam conhesidos en toda a parte nam particulaiza-
re y aqui suas propiedades tanto por extenso. Somente tratare y em
breves palabras algua cousa destes de que particularmente entre os
outros se póde fazer mençam.
Ha hums ruyvos não muito grandes que derramam de si hum
cheiro muy suave a toda pessoa que a elles se chega, & se os tratam
com as mãos, ou se acertam de suar ficão muito mais odoriferos &
alcança o cheiro a todos os circundantes. Destes ha muy poucos na
terra, & não se acham senam pelo sertam dentro muito longe.
Outros ha pretos mayores que estes, que tem barba como ho-
mem; os quaes fam tam atrevidos, que muitas vezes acontece fre-
charem os Indios alguns, & elles tirarem as frechas do corpo com
suas proprias mãos, & tornarem a arremessallas quem lhes atirou.
Estes sam muy bravos de sua natureza & mais esquevos de todos
quantos ha nestas partes.
Ha tamben hums pequeninos pela costa de duas castas pouco
mayores que doninhas, a que comúnmente chaman Sagoîs, conven a
valer, ha hums louros, & outros pardos. Os louros tem hum cabello
muito fino, & na semelhança do vulto & feiçam do corpo quasi se
querem parece com lião: sam muito fermoso, & nam os ha se nam
no rio de Ianeiro. Os pardos se acham dahi pero o Norte em todas
as mais capitanias. Tamben fam muito apraziveis: mas nam tam
alegres á vista como estes. E assi hums como outros, sam tam mi-
mosos & delicados de sua natureza, que como os tiram da patria &
os embarcam pera este Reino, tanto que chegão a outros ares mais
frios quasi todos morrem no mar, & nam escapase nam algum de
grande maravilha.
[Monos hay muchos en esta tierra, y de muchas castas como
ya se sabe: y por ser tan conocidos en todas partes en lo particular
y aquí sus propiedades en extenso. Solamente trataré y en breves
palabras algunas cosas destos de que particularmente entre otros se
puede hacer mención.
Hay unos rubios no muy grandes que expiden un odor muy
suave a toda persona que a ellos llega, y se los tratan con las manos,
o se aciertan en dudar quedando mucho más odoríferos y alcanza el
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odor a todos los circundantes. De estos hay muy pocos en la tierra,
y no se encuentran por la región sino dentro de muy lejos.
Otros negros mayores que estos, que tienen barba como hom-
bres: los cuales son tan atrevidos, que muchas veces ocurre que son
flechados por algunos indios, y ellos tiran las flechas del cuerpo con
sus propias manos, y toman aquellas que se les tiro. Estos son muy
bravos en su naturaleza y más esquivos de todos los cuantos hay en
estas partes.
Hay también unos pequeñitos por la costa de dos castas poco
mayores que pequeños mustélidos, que comnumente llaman Sagoîs,
que van a valer, los hay unos claros, y otros pardos. Los claros tie-
nen un cabello muy fino, y con semejanza de forma y de cuerpo
casi se quieren parecer con un león: son muy hermosos, y nada más
los hay en el Río de Janeiro. Los pardos se encuentranhay pero en
el Norte en todas las mas capitanías. También son muy apasibles:
pero no tan alegres a la vista como éstos. Y así unos y otros, son tan
mimosos y delicados en su naturaleza, que como se los llevan de su
país y los embarcan para este Reino, tanto que llegan a otros lares
mas fríos, casi todos mueren en el mar, y no escapan de alguna ma-
nera de gran maravilla],” (Magalhães de Gândavo 1576: 23v-24v).
Entre 1583 y 1590, el padre eborense Fernão Cardim (1549-
1625), quien viaja por Pernambuco, Bahía, Río de Janeiro y São
Paulo escribe una crónica de cuando estaba en la región carioca,
“…daqui 40 léguas, e é a derradeira capitania: fizemos o caminho á
vista de terra, e toda é cheia de ilhas mui fermosas, cheias de passa-
ros e pescado. Chegámos em seis dias por termos sempre calmarias
á barra do Rio, nomeado da Buriquioca, sc. cova dos bogios, e por o
nome corrupto Bertioga, aonde está a nomeada fortaleza para que
antigamente degradavam os malfeitores:…” [de aquí 40 leguas, y
es la dejada capitanía: hicimos el camino a la vista de la tierra, y es
toda llena de islas muy hermosas, llenas de pájaros y pescado. Lle-
gamos en seis días por téminos de que siempre se calmara la barra
de Río [de Janeiro], nombrado de Buriquioca, [scilicet] cueva de los
monos, y por nombre corrompido bertioga, en donde está la nom-
brada fortaleza donde degradaban a los malhechores:…]”(Cardim
1847 [1583-1590]: 97-98).
Para 1584, F. Cardim se refiere a los primates en su Tratado da
terra e gente do Brasil en el capítulo Do clima e terra do Brasil e de algunas
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 103
cousa notáveis que se acham assim na terra como no mar en la sección Dos
animais, allí dice:
Aquigquig
Estes bugios são muito grandes como un bom cão, pretos, e
muito feios, assim os machos, como as femeas, têm grande barba
somente no queixo debaixo, nasce às vezes um macho tão ruivo que
tira a vermelho, o qual dizem que é seu Rei. Este tem o rosto branco,
e a barba de orelha a orelha, como feita à tesoura, têm uma cousa
muito para notar, e é, que se põem en um árvore, e fazem tamaño
ruído que se ouve muito longe, no qual atura muito sem descansar,
e para isto tem particular instrumento esta casta, o instrumento é
certa cousa cóncava como feita de pergamino muito rijo, e tão lisa
que serve para brunir, do tamanho de un ovo de pata, e começa do
principio da guela até juntoda campainha, entre ambos o queixos, e
é este instrumento tão ligeiro que em lhe tocando se move pregando
espuma muito, e um dos pequenos que há-de ficar em seu lugar lhe
limpa muitas vezes a espuma da barba.
Há outro de muitas castas, e em grande multidão sc. Pretos,
pardos, amarelos; dizem os naturais que alguns destes quando lhes
atiram uma frecha o tornam na mão e tomam com ela a atirar à pes-
soa; e quando os ferem buscam certa folha e a mastigam, e metem
na ferida para sararem: e porque andam sempre nas árvores, e são
muito ligeiros, quando o salto é grande que os pequenos não podem
pasar, um deles se atravessa como ponte, e por cima dela passam os
outros, o rabo lhe serve tanto como mão, e se algum é ferido com
o rabo se cinge, e ao ramo onde está, e assim fica morrendo depen-
durado sem cair. Têm outras muitas habilidades que se vêem cada
dia, como é tomar um pau, e dar pancada em alguém que se faz
mal; outro achando un cestinho de ovos e dependurou pela corda
ao pescoço, e subindo a um telhado fazia de lá muitos momos ao
senhor que o ai buscar, e quebrando-os os sorveu todos diante dele,
atirando-lhe as cascas”.
[“Aquigquig
Estos monos son muy grandes como buen perro, negros, y muy
feos, asi los machos, como las hembras, tienen gran barba solamen-
te debajo del mentón, nace algunas veces un macho tan rubio hacia
Bernardo Urbani
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rojizo, lo cual dicen que es su Rey. Éste tiene el rostro blanco, y
barba de oreja a oreja, como hecha a tijera, tienen una cosa muy
notable, y es que se colocan en un árbol, y hacen tamaño ruido que
se oye muy lejos, el cual perdura mucho sin descansar, y para esto
tiene un particular instrumento esta casta, el instrumento es cierta
cosa cóncava como hecha de pergamino muy rigido, y tan liso que
sirve para bruñir, del tamaño de un huevo de pato, y comienza del
principio hasta juntarse como campana, en ambos los mentones, y
es este instrumento tan ligero que al tocarlo se mueve provocando
mucha espuma, y uno de los pequeños que se han de quedar en su
lugar le limpia muchas veces la espuma de la barba.
Hay otra de muchas castas, y en gran multitud [scilicet] Ne-
gros, pardos, amarillo; dicen los naturales que algunos de estos
cuando les tiran una flecha o toman de una mano y se vuelven con
ella a tirar a la persona; y cuando los hieren buscan cierta hoja y la
mastican, y meten en la herida para sanarla: y porque andan siem-
pre en arboles, y son muy ligeros, cuando el salto es grande que los
pequenos no pueden posas, uno de ellos se atraviesa como puente,
y por encima pasan los otros, el rabo le sirve tanto como mano, y
si alguno es herido en el rabo se ase, y a la rama donde este, y asi
se queda muriendo guindado sin caer. Tienen otras habilidades que
se ven cada día, como es tomar un pan, y dar de palmadas a al-
guien que haga mal; otro encontrando un pequeño cesto de huevos
y guindarse por una cuerda al cuello, y subiendo a un techado hacia
de ello muchos mimos al señor que va a buscar, y quebrándolos los
quiebra delante de él, tirándole los restos”] (Cardim, 1997 [1584]:
73-75).
Transcurre el año 1567 y el padre jesuita bracarense Leonardo
do Valle (1538-1591) se encontraba en Bahía. Escribe su O Voca-
bulario na Lingua Brasilica para 1585 mientras vivía en São Paulo.
En esta obra recoge los siguientes vocablos tupí referente a prima-
tes, “Bogio não tem genero. - Os menores Caguî, Caguiiuba, outros
maiores: Caî: e Caiguaçu, os de rosto e pernas compridas. Bîriggui.
Os de barba assi os ruivos como os pretos. Aquigquig, Çaguaçu.”
[Monos no tienen género. – Los menores Caguî, Caguiiuba, otros ma-
yores: Caî: e Caiguaçu, los de rostro y piernas largas. Bîriggui. Los de
barba así los rubios como los negros. Aquigquig, Çaguaçu”] (Valle
1952 [1585]).
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 105
En 1587, el cronista lisbonés Gabriel Soares de Sousa (c.1540-
c.1591) publica su Tratado descriptivo do Brasil luego de haber visi-
tado las regiones de Bahía y Minas Gerais, y la cuenca del río São
Francisco. Este es un manuscrito firmado en la ciudad de Madrid el
primero de marzo de 1587 e inédito hasta entrado el siglo XIX, al
referirse a los monos brasileños, indica en su Capitulo CIL. Que trata
das castas dos bogios e suas condições, lo siguiente, “Nos matos da bahia
se criam muitos bogios de diversas maneiras: a uns chaman guigós,
que andan en bandos pelas arvores, e como sentem gente, dão uns
assovios com que se avisam uns aos outros, de maneira que em um
momento corre a nova en espaço de uma legoa, com que entendem
que é entrada gente, para se pôrem en salvo. E se atiram alguna
flexada a algum, e o não acertam, matan-se todos de rizo; estes bo-
gios criam en tocas de arvores, de cujos frutos e da caça se mantem.
Guaribas é outra casta de bogios que são grandes e mui enten-
didos; estes tem barbas como um homem, e o rabo muito compri-
do; os quaes como se sentem flexados dos indios, se não cahem da
flexada, fogem pela arvore acima, mastigando folhas, e mettendo-as
pela flexada, com que tomam o sangue e se curam; e aconteceu
muitas vezes tomarem a flexa que tem em si, e atirarem com ella ao
indio que lhe atirou, e ferirem-n’o com ella; e outras vezes deixam-
se cahir com a flexa na mão sobre o indio, que os flexeu. Estes bogios
criam tambem nos troncos das arvores, de cujas frutas se mantem, e
de passaros que toman; e as femeas parem uma só criança.
Saguins são bogios pequeninos mui felpudos e de cabello
macio, raiados de pardo e preto e branco; tem o rabo comprido e
muita felpa no pescoço, a qual trazem sempre arrepiada, o que os
faz muito formosos; e criam-se em casa, se os tomam novos, onde
se fazem muito domesticos; os quaes criam nas tocas das arvores,
e mantem-se do fruto d’ellas, e das aranhas que toman.
Do Rio de Janeiro vem outros saguins da feição d’estes de
cima, que tem o pello amarelo muito macio, que cheiram muito
bem; os quaes e os de tras são muito mimosos, e morrem en casa,
de qualquer frio, e das aranhas de casa; que são mais peçonhentas
que as das arvores, onde amdam sempre saltando de ramo em ramo.
Ha nos matos da Bahia outros bogios, a que os indios chamam
saîanhangá, que quer dizer bogio diabo, que são muito grandes, e
não andam senão de noite; são da feição dos outros, e criam em
Bernardo Urbani
106 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
cóncavos de arvores; mantem-se de frutos silvestres; e o gentío tem
agouro n’elles, e como os ouvem gritar, dizem que ha de morrer
algum.
[En los bosques de Bahía se crían muchos monos de diversas
maneras: hay unos que llaman guigós, que andan en bandos por los
árboles, y como sienten gente, dan unos agudos con que se avisan
unos a otros, de manera que en un momento corren el espacio de
una legua, cuando entienden que esta entrando gente, para que se
pongan a salvo. Y se le tiran alguna flecha a alguno (de ellos), y no
aciertan, se mueren de risa; estos monos secrian en huecos de árbo-
les, de cuyos frutos y de la caza se mantienen.
Guaribas son otra casta de monos que son grandes y muy en-
tendidos; éstos tienen barbas como un hombre, y el rabo muy largo;
los cuales como se siente flechados por los indios, si no caen de la
flechada, continúan por arriba en el árbol, masticando hojas, y me-
tiendoselas por (el orificio de) la flechada, con lo que toma la sangre
y se curan; esto ocurrió muchas veces tomando la flecha que tiene
en si, y atinan con ella al indio que se la tiro, y lo hieren con ella;
y otras veces se dejan caer con la flecha en la mano sobre el indio,
que los flechó. Estos monos se crían también en los troncos de los
árboles, de cuyas frutas se mantienen, y de pajaros que toman; y las
hembras paren una sola cría.
Saguins son monos pequeñitos muy afelpados y de cabello sua-
ve, rayados de pardo y negro y blanco; tienen rabo largo y mucha
felpa en el cuello, la cual traen siempre en el centro, y que los hace
muy agradables a la vista; y se crian en casa, si se los toman nuevos,
donde se hacen muy domésticos, los cuales se crian en los hoyos de
los árboles, y se mantienen de frutos de ellos, y de las arañas que
toman.
De Río de Janeiro se ven otros titís de aspecto de estos de arri-
ba, que tienen en pelo amarillo muy agradable, que huelen muy
bien; los cuales y los de antes son muy mimosos, y mueren en casa,
de cualquier frio, y de las arañas de casa; que son mas venenosas
que las de los arboles, donde andan siempre saltando de rama en
rama.
Hay en los bosques de Bahía otros saguins, a que los indios
llaman saîanhangá, que quiere decir mono diablo, que son grandes,
y no andan sino de noche, son de la hechura de los otros, y se crían
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 107
en huecos de arboles, se mantienen de frutos silvestres; y la gente
tiene augurio al oírlo, y como los oyen gritar, dicen que ha de morir
alguien]” (Soares de Sousa, Gabriel 1879 [1587]: 233-234).
En 1593, el padre jesuita vianense Francisco Soares (1560-
1597) escribe sus De algunas cousas notáveis do Brasil mientras se en-
contraba de retorno en Coimbra luego de visitar Bahía en 1584. En
su sección en el De capítulos Lo2o dos animais sobre primates refiere,
“Bogios
O aquiqui he maior que ha na provincia sera como moço de 18
ou 20 anns São muito louros e se não tiverão rabo comprido como
tem milhor lhe chamarão gente porque lhe falta senão falar té os
braços pees corpo como homem A sertas horas do dia se ajuntão
todos e hum mais velho no veo começa hum modo de falar tã brava
que pregação e bota muita espuma pella boca e pera isso estão dous
mais piquenos que lha alimpadom e todos neste tempo calam de
dahi a hum pedaço que elle acaba todos gritão e se vão buscar de co-
mer Quando querem passar de humas dambas as partes de ajuntãm
embrulham hums com os outros que fazem como cadea e assi se
estam balamçando ate que cheam a outra arvoure e estam dambas
as bandas e fazem ponte por onde passa os feos e doentes e como
passem todos largam destrouta banda e inda que cajam riso são muj
ligeiros e em quaquel ramo pegam logo com o rabo. Algumos se
os flechamos Indios em parte que não conteçeo matar bogio Indio
atirãndolhe de Riba com a flecha e assim se afasta e esconde o Indio
logo como fere. Como tem duas tetas a não pare mais que hum e
trazemos as castas. Os beriques são tambem grandes e fermosos tem
os mesmos que es de sima
O quiquipalanga tem o mesmo ha outros mais piquenos que
andam de noite.
O quiqui são muito fermosos e belicosos ha de 6 ou 8 especias
de bogios de cheiro que chamam Caj çagui
Os saguis da baja são piquenos como doninhas e pardos mas
o foncinho como de bogio ha hum no Rio de Janeiro do tamaño
de furois amarelos e pretos e o cabelo dourado muito fino e são de
estima Os bugios conhocem muito e conteçeo por diante de mj hum
bugio fazer grande festa e afagar a hum preto que ajuja tres annos
que o não vira e algunhosa lhe dara de comer e o contrario fazem a
outros pretos que os modia
Bernardo Urbani
108 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
[El aquiqui es el mayor de la provincia y será mozo como de 18
y 20 años. Son muy claros y si no tuviera rabo largo como la tiene
mejor ya que le llamaríamos gente porque le falta sino hablar. Tiene
los brazos, pies y cuerpo como hombre. A ciertas horas del día se
reúnen todos con uno más viejo y lo veo comenzar un modo de ha-
blar tan bravo que predican y bota mucha espuma por la boca y por
eso están dos más pequeños que la limpian y todos en este tiempo
salen de ahí a un lugar que todos acaban gritando y se van a buscar
de comer. Cuando quieren pasar de entre las partes se juntan unos
con otros que hacen como cadena y asi se están balanceando hasta
llegar a otro árbol y estas bandas y hacen puente por donde pasan
los feos y enfermos primero y como pasan todos parten otros y yen-
do mientras rien. Son muy ligeros y de cualquier rama se asen luego
con el rabo. Algunos si los flechan los Indios a veces sucede que no
matan al mono. El Indio le tira desde arriba con la flecha y así se así
y esconde el Indio como los hiere. Como tiene dos tetas y no pare
más que uno traemos las castas. Los beriques son también hermosos
y tienen lo mismo que los de arriba
El quiquipalanga tiene lo mismo, hay otros más pequeños que
andan de noche.
El quiqui son [sic] muy hermosos y belicosos, hay de 6 u 8 es-
pecies de monos odorosos que llaman Caj çagui.
Los saguis de baja son pequeños como mustélidos pequeños y
más pardos la nariz como de mono hay uno en Río de Janeiro de
tamaño pequeño amarillos y negros y el cabello dorado muy fino
y son de estima. Los monos conocen mucho y sucede por tanto de
mi que un mono puede hacer gran fiesta y acariciar a un negro que
desde hace tres años no volvía y le dio de comer y al contrario que
lo que hacia con otros negros que mordía]” (Soares 1923 [1593]:
393-394).
DISCUSIÓN
La publicación de la crónica con impronta hispana presenta in-
dicaciones de monos en la primera “geografía” en castellano donde
se trata del Nuevo Mundo. Allí Martín Fernández de Enciso expone
a parte de la fauna americana al contienente europeo, incluyendo
primates, apenas 21 años después de la llegada de Colón a tierra fir-
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 109
me. Luego, sin duda, la rápida procura de información del ambiente
físico y la naturaleza de las Indias occidentales, hace que se plasme
la primera descripción detallada de los primates neotropicales, en
el Sumario… de Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés. Allí ade-
más se incluye el primer reporte de uso de herramientas por parte
de un mono neotropical (Urbani 1998). Ésta obra de Fernández de
Oviedo y Valdés posteriormente es complementada en su Historia
General…, donde el imaginario medieval contrasta con lo hallado
en el nuevo mundo, y varios referentes zoológicos, incluyendo, por
ejemplo, uno primatológico, convergen. Todavía en la primera mi-
tad del siglo XVI, en la crónica de Alvar Nuñez Cabeza de Vaca se
percibe la necesidad de exponer un hecho primatológico de relación
intra-específica y de consumo de alimentos que a la vista hispana,
no sólo era novedoso sino inusual; tanto que valió la pena escribirlo
como un evento propio de una crónica. En similar racional, por lo
inusual y propio de reportar en la de por sí una corta crónica, es
la de Gaspar de Carvajal quien menciona el consumo compartido
entre indígenas y europeos de carne de mono amazónico; siendo de
hecho, un primigenio reporte de carácter etnoprimatológico.
Con la extensa obra de Pedro Cieza de León se inicia la segun-
da mitad del siglo XVI con la impresión de información de la varie-
dad de primates en el Neotrópico, algo que casi simultáneamente
hace Agustín de Zarate. En similar línea de reporte, aparte de la va-
riedad de géneros de primates, Cieza de León presenta la interface
entre primates no-humanos e indígenas, donde se incluye una men-
ción en lengua indígena del nombre de uno de los monos del norte
de Suramérica (aranata). A partir de 1586, un autor hispanoameri-
cano compila información sobre primates, se trata del Inca Garcila-
so de la Vega, donde además de destacar la cantidad que existe en
el Nuevo Mundo, transcribe la obra del Padre Joseph de Acosta, de
cuya particularidad se escribe abajo. Poco años después, en Brasil,
José de Anchieta plantea en latín aspectos comportamentales como
la progresión grupal y la locomoción de los monos neotropicales,
algo que luego será tema recurrente en la crónica hispano-lusa. Por
su parte, Juan de Castellanos al escribir el mayor poema en español,
atisba a reportar el primer tráfico de primates del Nuevo Mundo;
en la mismísima flota de Cristobal Colón durante su tercer viaje
de 1498, así como del uso de primates como alimento. Brevemente
tanto Diego de Landa Calderón, Damião de Góis y Lope de las Va-
Bernardo Urbani
110 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
rillas destacan algo que ya parecía impresionar recurrentemente al
viajero español: la diversidad de primates del Neotrópico. También
lo hace Tomás López Medel, quien también reporta lo que parece
ser el primer registro de monos nocturnos y plantea su uso como
animales de compañía y para confección de ropa.
Otro punto de quiebre en el reporte de primates neotropicales
del siglo diesiéis lo hace Francisco Hernández, quien en su extensa
obra le dedica un capítulo. Allí destaca aspectos comportamenta-
les y un aspecto no previamente reportado, el uso de primates con
fines médicos. Esta obra debe entenderse con respecto a otra obra
de principal impacto en la crónica del siglo XVI, la de Plínio el Vie-
jo. Como sugiere Nava-Contreras (2006) la descripción del Nuevo
Mundo tiene referentes semióticos y retóricos en aquella de histo-
riadores clásicos, donde Plínio el Viejo destaca. En ese sentido, es
de subrayar que Francisco Hernández traduce a este autor romano
y ciertamente parece ser evocada en su obra sobre el Nuevo Mundo,
en particular la de su historia natural.
Entrando al último cuarto del siglo XVI, Juan López de Velasco
destaca por describir simultáneamente primates de diversas regiones
de la América hispana. De ella, merece especial atención un reporte
de la aparente presencia de monos aulladores en la región cercana a
Buenos Aires, donde actualmente no exiten primates silvestres. Pero
Magalhães de Gândavo escribe un capítulo sobre los primates del Bra-
sil donde no sólo describe la variedad de primates de esa región sino
de comportamientos según categorías antropomorficas. Casi simultá-
neamente Fernão Cardim también dedica una amplia sección sobre
primates del Brasil describiendo por primera vez al hueso hioides de
los monos aulladores, mientras que Leonardo do Valle recopila la
mayor cantidad de vocablos indígenas para primates suramericanos.
Una década después, el cronista peruano Felipe Guaman
Poma de Ayala proporciona la primera ilustración de un primate en
la crónica iberoamericana con explícita vinculación entre indígenas
y monos del neotrópico. Igualmente aparece la primigenia repre-
sentación de un primate en un mapa de impronta indígena (para
mapas europeos, véase Urbani En prep.). Casi al mismo tiempo
Gregorio García nuevamente cita las obras de Joseph de Acosta y
Plínio el Viejo como referentes comparativos de lo conocido en el
Viejo Mundo. Además, esta referencia es particular porque expone
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 111
la vinculación entre humanos y los monos; evento intersantemente
expuesto por un representante religioso.
Otra referencia de particular relevancia en el siglo estudiado es
la obra de Joseph de Acosta. En 1590 indaga en torno a la existencia
de primates del Viejo Mundo utilizando como referente a historia-
dores antiguos (nuevamente Plínio el Viejo) y sugestivamente ex-
trapola este conocimiento a la nueva realidad hispana confrontada
en América, es decir, los primates del mundo antiguo los extiende
al nuevo. Esta referencia es particularmente notable porque plantea
no sólo un referente medieval, sino clásico en torno a la distribución
de primates en el Nuevo Mundo. Similar situación de referentes
del Viejo Mundo en el Nuevo Mundo se observa con los prima-
tes reportados por Cristóbal Colón (Urbani 1999, En prensa). J. de
Acosta también destaca la variabilidad de primates con respecto a
la también observada para las aves americanas. En este sentido, es
de notar la vinculación que hace de los primates con los papagayos,
ambos, por cierto, de particular interés en el tráfico temprano de
fauna americana (Urbani 1999, en prensa, Texeira 2011) y tempra-
namente representados en obras cartográficas (Urbani En prep.). La
obra de Acosta, no culmina sin dedicarle un extenso y exclusivo
capítulo a los primates del Nuevo Mundo. De este capítulo se des-
prenden varias apreciaciones, como la descripción de la versatilidad
fenotípica y amplia distribución de los monos neotropicales, su con-
vicción de que los primates no-humanos presentan rasgos que los
cargan de una racionalidad similar a la humana; -nuevamente algo
que es de destacar tratándose de un religioso quien lo sugiere,- su ex-
tendido repertorio comportamental tanto en estado silvestre como
en cautiverio, y ciertamente la conexión de los textos clásicos y la
caracterización de los primates del Nuevo Mundo.
La obra de Pedro de Aguado destaca por las múltiples
referencias que hace sobre los primates en diversas regiones de una
misma unidad socio-política, en este caso la Nueva Granada. Algo
similar hace Gabriel Soares de Sousa para los primates de las pro-
vincias de Bahía y Minas Gerais. Por su parte, Juan de Cárdenas
y Juan de Torquemada hace breves menciones sobre los múltiples
primates americanos, y de un primate nicaragüense, respectivamen-
te. Por su parte, en Brasil, Francisco Soares describia los variados
primates, a su vez que registraba sus nombres indígenas locales. La
obra de Bernardo Vargas Machuca presenta una sección dedicada a
Bernardo Urbani
112 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
los monos colombianos, de cual se desprende descripciones de los
primates de ese virreinato, de su cacería y de su comportamiento
social. El siglo XVI termina con la extensa compilación de crónicas
de Antonio Herrera y Tordesillas: 18 en total. La obra destaca por
la variedad de tópicos y de regiones tratadas. Por ejemplo, merece
separada mención la noticia de una localidad geográfica con un pri-
matotopónimo, o topónimo con referencia a un primate, en Centro-
américa o la del uso de sustratos para abrir frutos encapsulados por
parte de primates. Además, nuevamente cita las obras de Joseph de
Acosta y Plínio el Viejo, lo que refleja lo relevante que fue la circula-
ción de los planteamientos de ambos autores a finales del siglo XVI.
En otro orden de ideas, cuando se comparan las tres descrip-
ciones de primates neotropicales escritas en extenso por autores
españoles, a saber Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés (en su
Sumario…), Francisco Hernández de Toledo y Joseph de Acosta,
se observa un patrón compartido. En las tres obras se inica con
menciones de la multiplicidad de primates que existe en el Nuevo
Mundo, además de presentar descripciones sobre la fisonomía de
los monos. Entrado al interior de los textos se ven delineaciones
en torno al comportamiento de los primates observados. Igual-
mente, en estas tres crónicas se presenta un cuarto elemento co-
mún, y ésto es alguna anécdota destacada donde se relacionan
españoles con los nuevos monos, y que consideran de particular
relevancia e impacto para reportarse. Por otro lado, la crónica lusa
prenta un patrón similar en algunos aspectos, pero con una dife-
rencia sustancial con aquellas. Tanto las obras de Pero Magalhães
de Gândavo, Fernão Cardim, Gabriel Soares de Sousa así como
Francisco Soares comparten su énfasis en la descripción fenotí-
fica de los primates y de profusas indicaciones sobre su carácter
o comportamiento. Sin embargo, presentan una distinción única
que contrasta con la crónica española y es la constante procura de
diferenciar unos primates de otros al distinguir individualmente
el nombre de cada tipo de primate con vocablos indígenas usados
localmente para nombrarlos.
La Tabla 1 compila la información de la crónica ibérica en
cuanto a la ubicación geográfica del reporte, vocablos españoles,
portugueses o indígenas así como la posible identificación taxonó-
mica actual de los monos allí citados. En cuanto a los autores de
la penísula ibérica, es de notas que de 29 de ellos, seis son portu-
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 113
Tabla 1. Resumen de los países, vocablos y posible identificación taxonómica de los primates neotropicales referidos
en las crónicas hispano-lusas del siglo XVI
Autor Año País Vocablo español
o portugués Vocablo indígena Posible identificación taxonomía
(sistema linneano)*
Martín
Fernández
de Enciso
1519 Panamá,
Colombia Gatos - Cebus capucinus, Aotus zonalis, Ateles
geoffroyii, Alouatta paliatta
Gonzalo
Fernández de
Oviedo y Valdés
1526
a) Posesiones
españolas en
América
b) Panamá
(posible)
a) Gatos
monillos,
gatos, gato
b) Gato
-a) Primates neotropicales indeterminados
b) Cebus capucinus
Gonzalo
Fernández de
Oviedo y Valdés
1535-
1557
Venezuela
(posible)
Gatos monillos,
monos gatos,
monos, gatos
ximios
-Alouatta arctoidea, Alouatta macconnelli, Cebus
brunneus, Cebus olivaceus, Ateles hybridus
Alvar Nuñez
Cabeza de Vaca 1537
Argentina,
Paraguay,
Brasil
Monos - Sapajus cay
Gaspar de
Carvajal 1542 Perú, Brasil Gatos, monos - Primate amazónico indeterminado
Bernardo Urbani
114 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
Autor Año País Vocablo español
o portugués Vocablo indígena Posible identificación taxonomía
(sistema linneano)*
Pedro Cieza
de León 1550
a) Colombia
b) Ecuador,
Perú
c) Perú
a) Monos
b) Monos
c) Monas
-
a) Alouatta seniculus
b) Cebus aequatorialis, Alouatta palliata,
Callicebus discolor, Saimiri sp.
c) Primates peruanos andinos
indeterminados (incl. Oreonax flavicauda,
Callicebus oenanthe, Aotus miconax)
Francisco López
de Gómara 1552
a) Venezuela
b) Panamá,
Colombia
a) Monas
b) Gatos a) Aranata
a) Alouatta macconnelli
b) Cebus capucinus, Aotus zonalis,
Ateles geoffroyii, Alouatta paliatta
Agustín de
Zárate 1555 Perú Gatos, monas - Primates peruanos indeterminados
José de Anchieta 1560 Brasil Simiarum
(simios) -
Leontopithecus sp., Callithrix sp.,
Alouatta caraya, Alouatta guariba,
Brachyteles arachnoides
Juan de
Castellanos 1563 a) Venezuela
b) Colombia
a) Micos
b) Mico -
a) Cebus olivaceus, Alouatta macconnelli
b) Saguinus leocopus,Saguinus oedipus, Cebus
albifrons, Cebus capucinus, Aotus griseimembra,
Aotus zonalis, Ateles, hibridus, Ateles geoffroyi,
Alouatta paliatta, Alouatta seniculus
Diego de Landa
Calderón 1566 Mexico Monos - Alouata pigra, Ateles geoffroyi
Tabla 1 (Continuación)
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 115
Autor Año País
Vocablo
español| o
portugués
Vocablo indígena Posible identificación taxonomía
(sistema linneano)*
Damião de Góis 1566 Brasil Bugios - Primates brasileños indeterminados
Lope de las
Varillas 1569 Venezuela Micos - Cebus olivaceus, Alouatta macconnelli
Tomás López
Medel 1570
a) Posesiones
españolas en
América
b) Colombia
(posible)
a) Gatillos,
monos
b) Gatillos
-a) Primates neotropicales indeterminados
b) Aotus lemurinus
Francisco
Hernández
de Toledo
1571-
1573 México Gatos pahvles,
monas Otzumetli Alouatta palliata,Ateles geoffroyi
Juan López
de Velasco 1574
a) Posesiones
españolas en
América
b) México
c) Nicaragua-
Costa Rica
d) Colombia
e) Perú
f) Argentina
a) Monos,
gatillos
b) Monos
c) Monos
d) Monos
e) Micos
f) Monos
-
a) Primates neotropicales indeterminados
b) Alouatta paliatta, Ateles geoffroy
c) Alouatta paliatta, Ateles geoffroyi
d) Saguinus oedipus, Cebus capucinus, Cebus
albifrons, Aotus griseimembre, Ateles geoffroyi,
Alouatta palliata, Alouatta seniculus
e) Primates peruanos andinos
indeterminados (incl. Oreonax flavicauda,
Callicebus oenanthe, Aotus miconax)
f) Alouata caraya
Tabla 1 (Continuación)
Bernardo Urbani
116 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
Autor Año País
Vocablo
español| o
portugués
Vocablo indígena Posible identificación taxonomía
(sistema linneano)*
Pero Magalhães
de Gândavo 1576 Brasil Bogios Sagoîs
Posiblemente Saimiri sciureus o Sapajus flavius
Alouatta belzebul, Alouatta ululata,
Alouata caraya, Leontopithecus rosalia,
Sagoîs: Callithrix sp.
Fernão Cardim 1583-
1590 Brasil Bogios Buriqui
Bertioga Brachyteles sp.
Fernão Cardim 1584 Brasil Bugios Aquigquig
Aquigquig : Alouatta belzebul,
Alouatta ululata, Alouatta caraya
Primates brasileños indeterminados
Felipe Guaman
Poma de Ayala
1584-
1585 Perú Micos, monos -
Primates peruanos indeterminados
(posiblemente andinos, incl. Oreonax flavicauda,
Callicebus oenanthe, Aotus miconax)
Leonardo
do Valle 1585 Brasil Bogio
a) Caguî,
Caguiiuba
b) Caî ,
Caiguaçu,
c) Bîriggui.
d) Aquigquig,
Çaguaçu
a) Callithrix sp.
b) Sapajus sp.
c) Brachyteles sp.
d) Alouatta belzebul, Alouatta
ululata, Alouatta caraya
Tabla 1 (Continuación)
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 117
Autor Año País
Vocablo
español| o
portugués
Vocablo indígena Posible identificación taxonomía
(sistema linneano)*
Inca Garcilaso
de la Vega 1586
a) Perú
b) Panamá
c) Colombia
a)
Monas,monos,
micos
b) Mico
-
a) Primates peruanos indeterminados
b) Cebus capucinus, Aotus zonalis,
Ateles geoffroyii, Alouatta palliata
c) Cebus capucinus, Cebus albifrons
Gregorio García 1586 a) México
b) Perú
a) Monas
b) Monos -
a) Alouatta palliata, Alouatta
pigra, Ateles geoffroti
b) Primates peruanos indeterminados
(posiblemente andinos, incl. Oreonax flavicauda,
Callicebus oenanthe, Aotus miconax)
Gabriel Soares
de Sousa 1587 Brasil Bogios
a) Guigós
b) Guaribas
c) Saguins
d) Saîanhangá
a) Callicebus barbarabrownae, Callicebus
melanochir, Callicebus personatus, Callicebus
nigrifrons, Callicebus coimbrai.
b) Alouatta belzebul, Alouatta
ululata, Alouatta caraya
c) Callithrix sp, Leontopithecus rosalia
d) Aotus azarae
Joseph de Acosta 1590
a) Perú
b) Panamá
c) Colombia
a) Monas,
micos
b) Mico
-
a) Primates peruanos indeterminados
(posiblemente andinos, incl. Oreonax flavicauda,
Callicebus oenanthe, Aotus miconax)
b)Cebus capucinus, Aotus zonalis,
Ateles geoffroyii, Alouatta paliatta
c) Cebus capucinus, Cebus albifrons
Tabla 1 (Continuación)
Bernardo Urbani
118 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
Autor Año País
Vocablo
español| o
portugués
Vocablo indígena Posible identificación taxonomía
(sistema linneano)*
Pedro de Aguado 1590 a) Colombia
b) Venezuela
a) Mico, mono
gato, monas
b) Micos
-
a) Primates colombianos indeterminados
(incl. posiblemente de la región de
Santa Marta: Ateles hybridus, Alouatta
seniculus, Aotus griseimembra)
b) Cebus olivaceus, Cebus albifrons,
Sapajus apella margaritae
Juan de
Cárdenas 1591 México Gatos -
Ateles geoffroyi, Alouata paliata
(también podría referirse a primates
de otra región de América)
Juan de
Torquemada
1592-
1593 Nicaragua Monas - Cebus capucinus
Francisco Soares 1593 Brasil Bugios
a) Aquiqui
b) Beriques
c) Quiquipalanga
d) Quiqui
e) Caj çagui
f) Saguis
a) Alouatta belzebul, Alouatta
ululata, Alouatta caraya
b) Brachyteles sp.
c) Aotus azarae
d) Posiblemente Callicebus sp.
e) Callithrx sp.
f) Leontopithecus rosalia y posiblemente
Leontopithecus caissara.
Bernardo Vargas
Machuca 1599 Colombia Micos, monos -
a) Primates colombianos indeterminados
(incl. posiblemente de la región de
Ibagué: Cebus capucinus, Aotus zonalis,
Ateles geoffroyii, Alouatta paliatta)
Tabla 1 (Continuación)
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 119
Autor Año País
Vocablo
español| o
portugués
Vocablo indígena Posible identificación taxonomía
(sistema linneano)*
Antonio Herrera
y Tordesillas 1599**
a) Década
III. Libro III,
bCapit. X:
Venezuela
b) Década V.
Libro I. Cap.
V.: Perú
c) Década
III. Libro
IX. Cap. II:
México
d) Década
III. Libro
III, Capitulo.
III.: México
e) Década III.
Libro VIII.
Cap. VII:
Nicaragua
f) Década
III. Libro
VII, Cap. X:
Ecuador, Perú
a) Gatos
monteses
b) Monos
c) Monos
d) Monos
e) Micos
f) Monos
g) Monos
h) Monos
i) Monos, gatos
j) Micos
k) Monos, gatos
l) Monos
m) Micos,
monas
n) Monos
ñ) Monos
o) Micos,
monos
p) Micos
q) Micos
a) Aranata
a) Alouatta macconnelli
b) Primates peruanos andinos
indeterminados (incl. Oreonax flavicauda,
Callicebus oenanthe, Aotus miconax)
c) Alouatta palliata, Alouatta
pigra, Ateles geoffroti
d) Alouatta pigra, Alouatta palliata
e) Aparece como primatotopónimo
f) Cebus aequatorialis, Alouatta
palliata, Callicebus discolor
g) Primates brasileños indeterminados
h) Alouatta caraya
i) Alouatta palliata, Ateles geoffroy
j) Cebus cuscinus, Cebus unicolor, Cebus
yuracus, Sapajus macrocephalus
k) Primates peruanos andinos
indeterminados (incl.. Oreonax flavicauda,
Callicebus oenanthe, Aotus miconax)
l) Cebus capucinus, Aotus zonalis,
Ateles geoffroyii, Alouatta paliatta
Tabla 1 (Continuación)
Bernardo Urbani
120 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
Autor Año País
Vocablo
español| o
portugués
Vocablo indígena Posible identificación taxonomía
(sistema linneano)*
Antonio Herrera
y Tordesillas
g) Década
III. Libro
VIII. Cap.
VII.:Brasil
h) Década
III. Libro
VIII, Cap. XI:
Argentina,
Paraguay
i) Década
III. Libro X.
Cap. XIII.:
Guatemala
j) Década V.
Libro IIII.
Capitulo
VIII: Perú
k) Década
VI. Libro
IV.: Perú
m) Primates peruanos andinos
indeterminados (incl.. Oreonax flavicauda,
Callicebus oenanthe, Aotus miconax)
n) Sapajus cay
ñ) Primates peruanos andinos
indeterminados (incl.. Oreonax flavicauda,
Callicebus oenanthe, Aotus miconax)
o) Cebus albifrons, Aotus
lemurinus, Alouatta seniculus
p) Cebus albifrons, Aotus
lemurinus, Alouatta seniculus
q) Primates indeterminados
del oriente boliviano
Tabla 1 (Continuación)
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 121
Autor Año País
Vocablo
español| o
portugués
Vocablo indígena Posible identificación taxonomía
(sistema linneano)*
Antonio Herrera
y Tordesillas
l) Década
VI. Libro
VII. Cap. II.:
Colombia
m) Década
V. Libro IIII.
Capitulo
IX.: Perú
n) Decada
VII, Libro
II, Cap. IX.:
Argentina,
Paraguay
ñ) Decada
VII, Libro
III, Cap.
XIII : Perú
o) Decada
VII, Libro
IX, Cap. V.:
Colombia
Tabla 1 (Continuación)
Bernardo Urbani
122 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
Tabla 1 (Continuación)
Autor Año País
Vocablo
español| o
portugués
Vocablo indígena Posible identificación taxonomía
(sistema linneano)*
Antonio Herrera
y Tordesillas
p) Decada
VII, Libro
IV, Cap. X.:
Colombia
q) Decada
VIII, Libro
V, Cap. XI:
Bolivia
*Se utilizó la clasicación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza; **Según el orden en el texto (en Décadas y Libros)
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 123
gueses (20%). Esto parece reflejar una política española de registrar
en detalle lo existente en sus posesiones americana (Álvarez-Peláez
1993). El el caso portugués parece ser primordialmente el registro
de lo acontecido alrededor de establecidas congregaciones religio-
sas, en donde entre esas particularidades estaba la fauna primato-
lógica cercana a estos asentamientos. Por otra parte, de 31 crónicas
reportadas, 83% (26/31) se producen durante la segunda mitad del
diesiséis; algo que podría reflejar el hecho que una vez asentados en
el Nuevo Mundo, se procedió con el registro detallado de la natura-
leza (y sus primates). De los vocablos españoles, durante la primera
mitad del siglo XVI, es frecuente leer la acepción de gatos como
referencia de los primates neotropicales. Ésto hace pesar que los
españoles estaban aún en un proceso de identificar plenamente a
los primates como tales en el Nuevo Mundo y ya transcurrido poco
s de medio siglo desde el Contacto con tierra firme cuando la
denominación mico y más aún, la palabra mono aparece plenamente
dominando la crónica hispana. De las posesiones lusas, destacan el
uso de la designación bogios como la más común en lengua portu-
guesa. Sin embargo, como se indicó anteriormentea, la singularidad
de esta crónica es el profuso reporte de nombres indígenas para los
primates brasileños, lo que pudiera ser reflejo del interés de los reli-
giosos lusos por aprender y registrar la lengua tupí (Gonzalez-Luis
1994). Por su parte, en general, en la crónica ibérica, los monos
aulladores (Alouatta sp.) son los más señalados.
En la Tabla 2 se presenta de forma desglosada los diversos
tópicos primatológicos que se pueden leer en la crónica hispano-
lusa. De ésta se destaca la impresión de los autores por la diver-
sidad de especies de primates en el Nuevo Mundo en dos tercios
de la crónica estudiada en este trabajo. Esta variedad de primates
es a veces comparada con la de aves, particularmente guacamayas
(véase Pieper 1999) Seguidamente, las descripciones fenotípicas y
del comportamiento de primates aparecen de forma recurrente a lo
largo de todo este siglo, lo cual no es inesperdado en el contexto de
búsqueda y descripción de lo recientemente hallado en las Indias
Occidentales (Perera 1990). La cacería de primates es recurrente en
la crónica hispano-lusa, donde se describe las tácticas para hacer
esta actividad así como los instrumentos utilizados. Igualmente es
interesante notar el uso de monos neotropicales como alimentos por
parte de europeos en la segunda mitad del siglo en estudio. Por su
Bernardo Urbani
124 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
Tabla 2. Resumen de las temáticas primatológicas en las crónicas hispano-lusas del siglo XVI
Autor Año
Martín Fernández de Enciso 1519 X X X
Gonzalo Fernández de
Oviedo y Valdés 1526 X X X X X X
Gonzalo Fernández de
Oviedo y Valdés 1535-1557 X X X X
Alvar Nuñez Cabeza de Vaca 1537 X X X X X
Gaspar de Carvajal 1542 X
Pedro Cieza de León 1550 X X X X
Francisco López de Gómara 1552 X X X X X X X X
Agustín de Zárate 1555 X
José de Anchieta 1560 X X X X X
Reporte de localidades
Descripción del hábitat
Descripción fenotípica
Alimentación de primates
Comportamiento
Cognición
Locomocíon
Composición grupal
Cacería de primatess
Interacción inter-específica
Monos e imaginario europeo
Diversidad de especies primates
Reporte de uso de plantaciones
Interacción primates-europeos
Mitología y primates
Uso de primates como mascota
Uso de primates para vestimenta
Tráfico de primates
Uso de primates como medicina
Vocalización
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 125
Autor Año
Juan de Castellanos 1563 X X X* X
Diego de Landa Calderón 1566 X
Damião de Góis 1566 X
Lope de las Varillas 1569 X
Tomás López Medel 1570 X X X X X X X X
Francisco Hernández
de Toledo*** 1571-1573 XX X X X X* X X** X
Juan López de Velasco 1574 X X X X
Pero Magalhães de Gândavo 1576 X X X X X
Fernão Cardim 1583-1590 X X
Fernão Cardim 1584 X X X X X X
Tabla 2 (Continuación)
Reporte de localidades
Descripción del hábitat
Descripción fenotípica
Alimentación de primates
Comportamiento
Cognición
Locomocíon
Composición grupal
Cacería de primatess
Interacción inter-específica
Monos e imaginario europeo
Diversidad de especies primates
Reporte de uso de plantaciones
Interacción primates-europeos
Mitología y primates
Uso de primates como masccota
Uso de primates para vestimenta
Tráfico de primates
Uso de primates como medicina
Vocalización
Bernardo Urbani
126 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
Autor Año
Felipe Guaman Poma de Ayala 1584-1585 X
Leonardo do Valle 1585 X X
Inca Garcilaso de la Vega 1586 X X X X X X X X X X X
Gregorio García 1586 X X X
Gabriel Soares de Sousa 1587 X X X X X X X X X X
Joseph de Acosta 1590 X X X X X X X X
Pedro de Aguado 1590 X X X X X X*
Juan de Cárdenas 1591 X
Juan de Torquemada 1592-1593 X
Francisco Soares 1593 X X X X X X X X X
Bernardo Vargas Machuca 1599 X X X X X X*
Tabla 2 (Continuación)
Reporte de localidades
Descripción del hábitat
Descripción fenotípica
Alimentación de primates
Comportamiento
Cognición
Locomocíon
Composición grupal
Cacería de primatess
Interacción inter-específica
Monos e imaginario europeo
Diversidad de especies primates
Reporte de uso de plantaciones
Interacción primates-europeos
Mitología y primates
Uso de primates como masccota
Uso de primates para vestimenta
Tráfico de primates
Uso de primates como medicina
Vocalización
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 127
Autor Año
Antonio Herrera y Tordesillas 1599 X X X X X X X X X X X X X
9 8 18 20 7 15 7 2 8 11 8 14 1 2 6 4 1 1 5 1
*Refiere a cazadores españoles; los otros eventos de cacerías fueron realizados por indígenas. **Parece inferirse que se trata de interacción con indígenas
y españoles. ***No se incluye lo contenido en su traducción de Plínio el Viejo.
Tabla 2 (Continuación)
Reporte de localidades
Descripción del hábitat
Descripción fenotípica
Alimentación de primates
Comportamiento
Cognición
Locomocíon
Composición grupal
Cacería de primatess
Interacción inter-específica
Monos e imaginario europeo
Diversidad de especies primates
Reporte de uso de plantaciones
Interacción primates-europeos
Mitología y primates
Uso de primates como masccota
Uso de primates para vestimenta
Tráfico de primates
Uso de primates como medicina
Vocalización
Bernardo Urbani
128 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
parte, en aproximadamente un cuarto de las crónica se presenta una
breve descripción del hábitat donde viven los primates neotropica-
les (“grandes y altas arboledas” y “tierras calientes”) así como la
taxativa indicación de la localidad geográfica donde se hallaron los
monos en el cuerpo del texto de la crónica. Aspectos discriminados
del comportamiento de los primates como su ecología alimentaria,
vocalización y locomoción ocupan preponderante atención. De la
primera es interesante advertir la variedad de ítems alimentarios ya
reportados tempranamente. Con respecto a la segunda, es de notar
la recurrencia en la impresión que causaba la vocalización de los
monos aulladores en los europeos, como ocurría en torno a la loco-
moción de los monos, en particular el regular reporte de realización
de “puentes” hechos entre ellos para sortear la canopia de la selva.
Igualmente, en cuanto a aspectos comportamentales se presenta so-
meras indicaciones de composición grupal al indicar que viven en
“manadas” o de interacciones inter-específicas como proporcionar
alimentos a puercos de monte (Tayassu pecari) al caer comida inge-
rida por monos o al “defenderse” de otros animales con la huida
de los monos. En cuanto a reportes que atañen a facultades men-
tales de los nuevos monos, hoy se diría cognición, es poco men-
cionado, pero interesantemente reportado, como se indica arriba,
por religiosos y comparándolos con humanos. Las relaciones entre
europeos con primates del Nuevo Mundo se regitran en cuanto a la
interaccion de españoles y portugueses con primates principalmente
durante progresiones en los bosques neotropicales, en el tráfico tem-
prano de primates, su uso como animales de compañía, transplante
del imaginario europeo asociado con eventos ocurridos en el terri-
torio americano, y el inusual reporte de primates para uso medicinal
y para la elaboración de vestimentas. Finalmente, destaca, pero por
un único reporte, la idea hoy muy difundida en las regiones donde
habitan primates neotropicales que sugieren incursiones de ellos en
plantaciones de maíz.
CONCLUSIÓN
Finalizar este estudio implica entender el proceso de descrip-
ción de la fauna, y primates en particular, por parte de los cronistas
ibéricos que hallaron una realidad novedosa, pero eventualmente
ya esperada por lo leido en los escritos antiguos (véase Nava-Con-
Primates neotropicales en la crónica hispano-lusa del siglo XVI 129
treras 2006). En este sentido, Cañizales-Esguerra (2008) plantea la
discusión en torno al cómo el origen de nuevo continente fue una
confrontación surgida entre intelectuales localizados en ese Nuevo
Mundo y el “otro” Viejo Mundo, en donde los nuevos referentes
naturales, por ejemplo, de América estaban en constante debate no
sólo por sus características particulares, a veces únicas, sino también
por su valor como unidades de la presentación de nuevas identida-
des. O’Gorman (2008) plantea la necesidad de re-evaluar el rol del
“descubrimiento”. Propone en el caso del encuentro con la natura-
leza deben percibirse aspectos fundamentales, pero desdeñados his-
toriográficamente, la casuística y la revelación de la nuevas tierras.
El novel componente de la fisonomía natural de América contras-
taba y chocaba profundamente con las ideas europeas de entonces.
El “Nuevo Mundo” propone un nuevo orden, donde la naturaleza,
sus habitantes, y la naturaleza utilizada por esos habitantes entran
en constante observación e interacción con los europeos; especial-
mente durante el período de Contacto.
El encuentro con nuevos primates durante el Renacimiento
propuso un reto intelectual al ser nuevos elementos zoológicos a
describir. Por un lado, ofrecían un variado espectro de información
etnográfica al ser los monos especialmente utilizados por los indí-
genas americanos, y por otro, sobretodo sugerían nuevas formas
de interpretar la formación de la fauna a través de absolutamente
novedosos animales, como primates, que no se conocían en Euro-
pa ni en Asia y África. Los primates americanos fueron referentes
naturales recurrentes en crónicas ibéricas del diesiséis debido a lo
conspicuo de sus características. Los primates fueron, inclusive por
su similitud con los humanos (véase Corbey 2005), una nueva fron-
tera explorada por quienes escribían en torno a lo liminal entre lo
humano y los primates no-humanos y la semblanza de la naturaleza
del Nuevo Mundo, en donde también estaban referentes geográficos
como las cuevas, otra nueva frontera dominaba por lo liminal entre
lo hallado en la superficie y lo encontrado subterráneamente (Urba-
ni y Urbani 2011). Ambos ejemplos, los noveles primates y el no-
vedoso sistema de cavernas, representaban ejemplos de los “otros”
nuevos elementos de la vasta naturaleza americana que despertaban
particular interés para describir. En este sentido, en conclusión, las
crónicas hispano-lusas del siglo XVI muestran como los primates
del Nuevo Mundo fueron construidos socialmente, circulados, per-
Bernardo Urbani
130 ANARTIA, 26 (“2014” 2016): 71 - 135
cibidos, pensados, representados, explicados y expuestos por los eu-
ropeos durante el período de Contacto.
AGRADECIMIENTOS
A Franco Urbani (Universidad Central de Venezuela), mi pa-
dre, con quien me embarque en otro largo e interesante viaje sobre
los “otros” [subterráneos] elementos de la naturaleza americana
que impactaron profundamente en las crónicas del Nuevo Mundo
de los siglos XV y XVI: las cavernas. A Ángel L. Viloria (Instituto
Venezolano de Investigaciones Científicas), amigo de años y apa-
sionado por la historia científica latinoamericana, por su coopera-
ción en el desarrollo de este escrito. A Tito Barros (Universidad del
Zulia), quien como editor de la revista, tanto valoró este texto que
condonó muy excepcionalmente el siempre rígido límite de páginas
para un artículo científico. Al personal de la Biblioteca Nacional de
Venezuela, del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas,
y de la Universidad Central de Venezuela así como de la Biblioteca
Nacional de Brasil en Río de Janeiro y la Biblioteca de la Escuela de
Estudios Hispano-Americanos en Sevilla por su apoyo. En especial
a la Biblioteca de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaing
por las amplias facilidades ofrecidas con sus extensos fondos biblio-
gráficos, particularmente en la sección de libros raros. Este trabajo
es mi tardía respuesta –por estar siempre en búsqueda de la última
referencia–, a las múltiples solicitudes de amigos y colegas quienes
me consultaban y preguntaban por la versión extensa de aquel “Ur-
bani (1999)” y a quienes aquí satisfago parcialmente ya que sólo in-
cluyo una porción, la de las crónicas hispano-lusas. Se le agradece al
amable lector informar cualquier involuntaria omisión para alguna
eventual futura reimpresión.
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