ANARTIA

Publicación del Museo de Biología de la Universidad del Zulia ISSN 1315-642X


Anartia, 28 (junio 2019): 7-17


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Cuantificando la variación de las formas: aplicaciones de la morfometría geométrica alar de Lepidoptera (Insecta)


Abimel Moreno1, 2


1Museo del Instituto de Zoología Agrícola, Facultad de Agronomía, Universidad Central de Venezuela, Maracay, Edo. Aragua, Venezuela.

2Centro de Ecología, Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), km 11 carretera Panamericana, Altos de Pipe, Edo. Miranda, Venezuela.


Correspondencia: abimoreno16@gmail.com


(Recibido: 24-07-2018 / Aceptado: 15-01-2019)


INTRODUCCIÓN


En biología muchas preguntas están relacionadas con la forma, entre los aspectos que pueden ser abordados mediante el estudio de esta se incluyen: adaptación de es- tructuras a factores geográficos o condiciones ambientales locales, cambios de la forma durante el desarrollo ontoge- nético, naturaleza y origen del polimorfismo (dimorfismo sexual y otros polimorfismos dentro de las poblaciones), taxonomía (asignación de individuos a los taxones, dife- rencias dentro y entre diferentes taxones), enfermedades y diversificación evolutiva (Marcus 1990, Zelditch et al. 2004). En este sentido, la existencia de técnicas para des- cribir y comparar formas es fundamental. Inicialmente, la clasificación taxonómica de los organismos y el entendi- miento de muchos procesos biológicos, se basaron en la descripción de la morfología (Adams et al. 2004). A prin- cipios del siglo XX la biología comparada empezó su tran- sición de un campo descriptivo a una ciencia cuantitativa, en la que el análisis morfológico tuvo una similar revolu- ción cuantitativa (Adams et al. 2004, Benítez & Püschel 2014).

La morfometría es el estudio cuantitativo de las formas biológicas y su covariación con otras variables (Adams et al. 2004, Webster & Sheets 2010). Para Bookstein (1982) es la fusión empírica de la geometría y la biología. Tradi- cionalmente estuvo basada en la aplicación de análisis es- tadísticos univariados y multivariados a medidas de gru- pos de variables como distancias lineales entre dos puntos anatómicos (largo, ancho y alto), proporciones y ángulos (Adams et al. 2004, Dujardin 2011); enfoque que en la ac- tualidad se conoce como morfometría tradicional (MT).

Recientemente, avances teóricos y computacionales han cambiado el enfoque de los procedimientos morfométri- cos al análisis de coordenadas cartesianas de puntos ana- tómicos (hitos) que definen las formas bajo estudio (Slice 2007, Dujardin 2011). Este nuevo enfoque, denominado morfometría geométrica (MG), requiere de técnicas rigu- rosas basadas en una teoría matemática coherente capaz de capturar la información geométrica de las formas, ofre- ciendo análisis robustos, completos y concisos, además de herramientas gráficas para la cuantificación y visualización de la variación morfológica intra e interespecífica (Slice 2007, Benítez & Püschel 2014).

La morfología de las alas de los insectos ha sido am- pliamente utilizada en estudios taxonómicos, ecológicos y evolutivos (Hernández et al. 2010); estas representan exce- lentes modelos para el estudio de la variación morfológica por varias razones. Algunas de ellas están relacionadas con los métodos en MG, otras con los diversos problemas que pueden ser abordados mediante el estudio de la morfolo- gía de las alas dada su importancia en una gran variedad de aspectos de la vida de los insectos, tales como dispersión, búsqueda de pareja, mecanismos de defensa, búsqueda de alimentos y regulación térmica (Hernández et al. 2010). Adicionalmente, el proceso de su desarrollo está bien estu- diado y tanto su tamaño como su forma son características de alta plasticidad (Soto et al. 2008).

El análisis de la forma del ala de los insectos median- te MG ha sido muy utilizado en especies de importancia médica para la discriminación e identificación de especies (Calle 2008), en estudios de la variabilidad intraespecífica asociada a diferentes condiciones ambientales (Prudhom- me et al. 2016), estructuración espacial de poblaciones

A. Moreno


(Schachter-Broide et al. 2004) y filogenia (Soto-Vivas et al. 2011). Adicionalmente se ha utilizado como un indi- cador de estrés ante cambios ambientales mediante estu- dios de inestabilidad del desarrollo, usando como medida la asimetría fluctuante (Dujardin 2008, Soto et al. 2008; Sanzana et al. 2013).

En el caso del orden Lepidoptera, a pesar de ser conoci- do por su gran diversidad en la morfología de las alas, exis- ten pocos estudios de este tipo, los cuales están centrados principalmente en el estudio de la variación intraespecífica (plasticidad fenotípica) y el dimorfismo sexual (Zhong et al. 2016). El objetivo de la presente revisión es dar una visión general sobre el uso de la MG en el estudio de las alas de lepidópteros en diferentes contextos; destacando la utilidad de estos métodos en la resolución de problemas en los que la morfología tiene un papel importante. Organi- zación del texto: se presenta una muy breve introducción a la MG (para mayor detalle ver Bookstein 1996, Zeldicth 2004, Slice 2007, Toro et al. 2010, Klingerberg 2015, Gunz & Mitteroecker 2013), seguida de una discusión so- bre la utilidad y ventajas del uso del ala de los insectos en este tipo de estudios, finalmente se presentan y discuten algunos ejemplos de la aplicación de la MG del ala en el estudio de la biología y ecología de lepidópteros.


MORFOMETRÍA GEOMÉTRICA


La MG consiste en la caracterización de las formas en términos de las coordenadas cartesianas de puntos anató- micos de referencia (“hitos”). Si una configuración de hi- tos cubre la mayoría de las partes anatómicas más impor- tantes en una estructura, la posición relativa de los hitos puede proveer una caracterización razonable de la forma de la estructura analizada (Klingerberg 2015). Se recono- cen dos enfoques conceptual y estadísticamente separados (Dujardin et al. 2014): 1) MG de hitos discretos, basada en la posición relativa de hitos “verdaderos” y 2) MG de contornos, la cual consiste en capturar los contornos de las formas a través de una secuencia de “pseudo-hitos”. Los hitos verdaderos son considerados geométrica y/o anató- micamente homólogos. Varios niveles de homología han sido reconocidos con base en la precisión con la que un hito puede ser localizado en cada individuo (hitos tipo I, II y III definidos por Bookstein 1991, citado por Zeldicht et al. 2004, Dujardin et al. 2014).

Un tipo especial de hitos llamados “semi-hitos deslizan- tes”, permiten la caracterización de líneas o contornos en- tre dos hitos verdaderos; estos difieren de los pseudohitos, los cuales también describen contornos pero no dependen de la presencia de hitos verdaderos (Dujardin et al. 2014). Existen una serie de herramientas que permiten analizar

hitos, semihitos y pseudohitos, las cuales difieren en los detalles de cómo la geometría del objeto es representada matemáticamente. No obstante, la mayoría de los métodos transforman los puntos y contornos en “coordenadas de la forma”, las cuales son variables que pueden ser analiza- das mediante procedimientos estadísticos convencionales (Lawing & Polly 2010).

El enfoque más común en la literatura es el uso de hitos discretos alineados mediante un Análisis Generalizado de Procrustes (AGP). El objetivo del AGP es eliminar la in- formación no inherente a la forma (localización, escala y orientación), buscando la correspondencia de hitos homó- logos entre las múltiples configuraciones y una configura- ción promedio o consenso, de manera que sólo queden las diferencias que no pueden ser removidas, sin importar el alineamiento que se haga entre configuraciones (Zeldicht et al. 2004, Klingerberg 2015). Este procedimiento se lleva a cabo en tres pasos. En primer lugar, se escalan todas las con- figuraciones a un mismo tamaño. La medida de tamaño uti- lizada es el tamaño centroide, la raíz cuadrada de la sumato- ria de las distancias entre los hitos y su centro de gravedad (el centroide, definido por los promedios de las coordenadas). Seguidamente se trasladan las configuraciones a un centro de gravedad común, y finalmente se rotan para minimizar la suma de las desviaciones al cuadrado entre hitos homólogos.

Luego del AGP, las coordenadas alineadas, llamadas coordenadas de Procrustes, describen la localización de cada espécimen en un espacio curvo conocido como el es- pacio de la forma de Kendall (para una descripción más detallada de los espacios morfométricos ver Zeldicht et al. 2004). El espacio de Kendall para un número particular de hitos es un espacio multidimensional en el cual cada forma posible está representada por un punto y las distan- cias entre puntos son las distancias de Procrustes (la raíz cuadrada de la sumatoria de las desviaciones al cuadrado entre hitos homólogos) (Zeldicht et al. 2004). Es un espa- cio complejo, sin embargo, la mayoría de los análisis no se llevan a cabo en él, ya que es posible aproximar localmente el espacio de Kendall por un espacio tangente lineal, en el cual se pueden realizar cualquier tipo de análisis estadísti- cos multivariados (Klingerberg 2015).


¿POR QUÉ EL ALA DE LOS INSECTOS COMO OBJETO DE ESTUDIO?: VENTAJAS DE SU USO

EN MG


Las alas de los insectos son consideradas un objeto de estudio sumamente atractivo. En Pterygota, comporta- mientos relacionados con la reproducción, la localización de sitios de oviposición y alimentación, así como la eva- sión de depredadores son dependientes de la eficiencia y

Morfometría geométrica en Lepidoptera


habilidad en el vuelo (Breauker et al. 2010; Hernández et al. 2010). Es de esperarse por ende que el diseño de la mor- fología funcional del vuelo en insectos alados se encuentre bajo fuertes presiones selectivas. De manera que el estu- dio de la variabilidad encontrada en la forma de estas es- tructuras puede proveer información sobre relación entre dicha variación y limitaciones funcionales o filogenéticas (Ferreira 2014).

Genéticamente, el ala exhibe una alta heredabilidad en la naturaleza, siendo su tamaño generalmente asociado con el tamaño del cuerpo y la conformación con la habilidad de vuelo (Obando 2011). El estrés ambiental puede afectar la expresión del genoma, especialmente en las alas, las cua- les exhiben un grado de variabilidad considerable a nivel intra e interespecífico (Bai et al. 2015). En este sentido, las alas representan excelentes modelos para el estudio de procesos genéticos y del desarrollo, que, en conjunto con procesos ecológicos y evolutivos, moldean las variaciones morfológicas observadas en las poblaciones naturales (Bai et al. 2015). En la morfología del ala, tanto la conforma- ción como el tamaño pueden ser usados como indicadores de cambios cuando está expuesta a diferentes condiciones ambientales (Hernández, 2010).

Por otra parte, las alas constituyen estructuras ideales para el análisis morfogeométrico. Los puntos donde las venas se encuentran con el borde del ala y las interseccio- nes entre venas (Fig. 1) representan hitos anatómicos que satisfacen los mejores criterios de escogencia (Breuker et al. 2010, Obando 2011). Dadas las características del desa- rrollo del ala, estos puntos satisfacen el criterio de homolo- gía, además pueden ser fácilmente localizados en distintos especímenes, disminuyendo el error del observador en el proceso de digitalización. Al ser el ala una estructura plana, todos los hitos yacen en un mismo plano y en la mayoría de los casos, se cuenta con un buen número de hitos que pueden ser escogidos, de manera que la configuración di- señada provea una cobertura adecuada de la forma del ala.


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Figura 1. Posición de 17 hitos anatómicos en el ala derecha de

Auca coctei (Nymphalidae) (Sanzana et al. 2013).


MG EN ALAS DE LEPIDOPTERA


La figura 2 muestra las familias que han sido objeto de estudio en este tipo de trabajos. De 15 familias, sólo cuatro corresponden a mariposas (Nymphalidae, Pieridae, Papi- lionidae y Lycaenidae), siendo la familia Nymphalidae la más estudiada. En el caso de las polillas, se ha estudiado un mayor número de familias. En relación a los aspectos me- todológicos, sólo cinco trabajos utilizaron el enfoque de contornos (Albutra et al. 2012, Jones et al. 2013; Pecháček et al. 2014, Chávez & Cruz, 2016, Zhong et al. 2016), el resto utilizaron MG de hitos discretos. En todos los casos se utilizó como método de superposición el AGP.

La mayor parte de estos trabajos están enfocados en ciertos aspectos ecológicos y evolutivos (Fig. 3), e incluyen el uso de la asimetría fluctuante como medida de la inesta- bilidad del desarrollo ante el estrés ambiental (Hoffmann et al. 2002, Habel et al. 2012a, Habel et al. 2012b, Benítez et al. 2015, Juhász et al. 2016), el estudio de la variabilidad fenotípica intraespecífica asociada a diversos factores bió- ticos y abióticos, como el dimorfismo sexual (Zahiri et al.


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Figura 2. Número de artículos publicados por familia.

A. Moreno


2006, Mozaffarian et al. 2007a, Mozaffarian et al. 2007b, Breuker et al. 2007, Oliveira 2008, Breuker et al. 2010, Hernández et al. 2010, Khiaban et al. 2010, Benítez et al. 2015, Jorge et al. 2011, Khaghaninia et al. 2011, Oban- do 2011, Albutra et al. 2012, Garzón 2012, Habel et al. 2012a, Habel et al. 2012b, Sanzana et al. 2013, Jones et al. 2013, Bereczki et al. 2014, Berns 2014, Khaghaninia et al. 2014, Jeratthitikul et al. 2014, Pecháček et al. 2014, Bai et al. 2015, Ferreira et al. 2015, Torres et al. 2015, Juhász et al. 2016), la caracterización de la variación morfológica dentro de un taxón específico y sus implicaciones ecológi- cas (Céspedes et al. 2014, Zhong et al. 2016) y el estudio de patrones filogeográficos (Dincă et al. 2011, Von Reu-


Asimetría Fluctuante 1


4


1


10

Dimorfismo Sexual 1

5


Variabilidad Fenotípica 9


Taxonomía 9


Filogeografía 2

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mont et al. 2011).

Un pequeño número de trabajos se centran en la deli- mitación de taxones (Roggero & Passerin 2005, Mutanen et al. 2007, Nath & Devi 2009, Knurek 2010, Barão et al. 2014, Cañas-Hoyos et al. 2014, Ferreira 2014, Jeratthi- tikul et al. 2014, Chávez & Cruz 2015, Pzrzybytowicz et al. 2015). En las siguientes secciones se presentan los dis- tintos usos que se la ha dado a la MG alar de lepidópteros.


INESTABILIDAD DEL DESARROLLO Y

ASIMETRÍA


La Estabilidad del Desarrollo (ED) hace referencia a las capacidades intrínsecas de un individuo para resistir perturbaciones durante su desarrollo, se define como la capacidad de un organismo para producir un fenotipo predeterminado por un diseño corporal adaptativo que ha sido modelado por condiciones genéticas y ambientales es- pecíficas (Benítez & Parra, 2011, Benítez & Püschel 2014, Benítez et al. 2015). Por el contrario, la tendencia de un sistema de desarrollo a producir cambios morfológicos en respuesta a perturbaciones aleatorias se denomina Inesta- bilidad del Desarrollo (ID) o Ruido del Desarrollo (RD) (Benítez & Parra 2011, Benítez et al. 2015). Estos concep- tos han sido utilizados para evaluar la respuesta fenotípica ante el estrés ambiental, siendo la Asimetría Fluctuante (AF) la medida más utilizada para estimar la ID (Benítez

& Püschel 2014, Benítez et al. 2015).

El principio subyacente en el uso de la AF como medida de la ID es que los lados de un organismo con simetría bi- lateral pueden ser vistos como réplicas independientes de un mismo desarrollo, es decir, los factores determinantes del desarrollo del lado I y D son idénticos, de esta manera, es esperable que en condiciones ideales exista una simetría perfecta (Benítez & Parra 2011, Benítez & Püschel 2014, Benítez et al. 2015). No obstante, los procesos del desarro- llo no son enteramente determinísticos, por el contrario, tienen un componente inherente de variación aleatoria,


Figura 3. Número de artículos publicados por tópico entre los años 2002 y 2016. De una búsqueda en Google Académico con la combinación de palabras clave “geometric morphometrics moths and butterflies wings”, se obtuvieron 32 artículos sobre MG en alas de lepidópteros. Con base en lo obtenido en la primera bús- queda se utilizaron adicionalmente las siguientes combinaciones de palabras clave: “geometric morphometrics fluctuating asymme- try Lepidoptera”, “geometric morphometrics phenotypic plasticity Lepidoptera”, “geometric morphometrics species delimitation Lepi- doptera” y “shape variation Lepidoptera”, obteniéndose 10 artícu- los adicionales.


por lo que la expresión de una característica morfológica que se espera, en promedio, sea expresada de cierta manera, bajo el control de un genoma particular, bajo condiciones ambientales particulares y para el lado del cuerpo en cues- tión, puede sufrir desviaciones en mayor o menor grado respecto a lo esperado (Klingerberg 2015).

Las desviaciones antes mencionadas, por lo general, ocurren diferencialmente en cada lado del cuerpo, dan- do lugar a cierto grado de asimetría. La tendencia de las diferencias I-D a estar desviadas de cero se conoce como Asimetría Direccional (AD) (Fig. 4b), el desarrollo dife- rencial de una característica morfológica sobre los lados I y D; el componente aleatorio o residual de la asimetría es la AF (Fig. 4), la cual hace referencia a pequeñas desviaciones de un “fenotipo ideal” respecto al desarrollo simétrico de características morfológicas (Swaddle 2003, Klingenberg 2015).

En relación a los aspectos metodológicos involucrados en el estudio de la asimetría, cabe destacar que las alas son estructuras con simetría coincidente, es decir, están presen- tes como dos copias separadas, una a cada lado del cuerpo. En este contexto, las herramientas de MG son empleadas de una manera bastante sencilla, se refleja la configuración de hitos de uno de los lados de manera que las configu- raciones coincidan, manifestándose la asimetría como las diferencias en las configuraciones de las copias izquierda

Morfometría geométrica en Lepidoptera


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Figura 4. Distribuciones de frecuencia de las diferencias I-D para: a) Asimetría fluctuante “pura”, las diferencias I-D siguen una dis- tribución en forma de campana con media cero. b) Asimetría direccional y asimetría fluctuante, las diferencias I-D están distribuidas alrededor de una media diferente de cero, indicando asimetría direccional. La dispersión de las diferencias I-D individuales alrededor de esta media es la asimetría fluctuante. Las unidades en los ejes son arbitrarias (Klingerberg 2015).


y derecha (Klingerberg & McIntyre 1998; Klingerberg 2015). Las diferencias son puestas a prueba mediante un ANOVA de Procrustes (Klingenberg & McIntyre 1998); el modelo considera la identidad de los especímenes como un factor de efectos aleatorios y a los lados (I-D) como un factor de efectos fijos. Los efectos principales del primero denotan la variación individual, mientras que los efectos principales del factor “lado” expresan AD. Por su parte, la interacción “lado x espécimen” serviría como una medida de AF, esto es, las desviaciones de cada asimetría individual del promedio total de asimetría en la forma bajo estudio (Klingerberg & McIntyre 1998).

La AF ha sido ampliamente utilizada como medida de inestabilidad del desarrollo, no obstante existe una cre- ciente evidencia de que esta no es un indicador consistente de estrés ( Juhász et al. 2016). Existe una gran cantidad de factores genéticos y ambientales que pueden incrementar el ruido en el desarrollo y la asimetría, y claramente no existe una relación directa entre asimetría, genética y estrés ambiental; la asimetría en una característica puede resul- tar de factores diferentes a los que causan asimetría en otra característica (Swaddle 2003). Si bien la MG ha resultado una herramienta poderosa en la detección de AF en lepi- dópteros, los resultados obtenidos no son esclarecedores respecto a su relación con factores ambientales estresantes.

Por ejemplo, Juhász et al. (2016) no encontraron evi- dencia de que una mayor variabilidad en factores climáti- cos produzca mayores niveles de AF en las alas de la ma- riposa Melitaea athalia Rottemburg (Nymphalidae). De manera similar, el grado de aislamiento de una población, no parece tener efectos sobre el grado de AF observado en las alas de Parnassius apollo Linnaeus (Papilionidae) (Habel 2012a). Así mismo, Hoffman et al. (2002) no en- contraron un aumento de la AF en grupos de Helicoverpa punctigera Wallengren (Noctuidae) sometidos a estrés por bajas temperaturas y aplicación de pesticida. En contras- te, existen diferencias en los niveles de AF encontrados en

el ala anterior de la polilla Neotropical Macaria mirthae Parra & Hausmann (Geometridae) asociada a dos hospe- deros diferentes (Benítez et al. 2015). Esta polilla es nativa del norte de Chile y se alimenta preferencialmente de la fabácea Acacia macrarantha Willd (Fabaceae), observán- dose un cambio de hospedero hacia la especie introducida Leucaena leucocephala De Wit (Fabaceae). Los niveles de AF encontrados resultaron mayores en las poblaciones que se alimentan de la especie exótica, lo cual sugiere la menor calidad de L. leucocephala como hospedero para el desarro- llo larval de la especie (Benítez et al. 2015).


VARIABILIDAD FENOTÍPICA


La variación morfológica es un tema de interés en eco- logía y evolución. Las diferencias fenotípicas de los orga- nismos son consideradas como una respuesta a cambios ambientales interactuando con la variabilidad genética (Obando 2011). Dentro de los aspectos estudiados me- diante la MG alar de lepidópteros, el estudio de la variabi- lidad fenotípica ha recibido una atención considerable en comparación con otro tipo de estudios, proporcionando evidencia sobre una variabilidad morfológica intraespecí- fica en respuesta a diferencias en diversos factores bióticos y abióticos (Khaghaninia et al. 2014). La MG ha sido de gran utilidad en detectar y describir cuantitativamente esta variación morfológica presente en poblaciones, así como indagar sobre el origen, la naturaleza y los factores que al- teran los patrones de dicha variabilidad.

Se han encontrado diferencias en la forma y tamaño del ala entre poblaciones de la misma especie atribuidas a fac- tores ambientales como la latitud, altitud, temperatura y la velocidad del viento. Sanzana et al. (2013) encontraron una correlación negativa entre la tamaño centroide (TC) del ala de Auca coctei Guérin (Nymphalidae) y la latitud; al estar relacionado el tamaño del ala con el tamaño del animal, puede decirse que se presenta en el caso de esta

A. Moreno


especie un situación inversa a lo establecido por la ley de Bergmann en homeotermos. La altitud resultó ser la única variable que afectó significativamente las variables morfo- métricas del ala de Tecia solanivora Povolny (Gelechiidae) (Hernández et al 2010), estando asociadas las polillas de mayor tamaño a mayores altitudes. De manera similar, Juhász et al. (2016) encontraron una correlación positiva entre la temperatura y el TC en M. athalia.

Khaghaninia et al. (2014) describieron diferencias morfométricas estacionales en las alas de Cydia pomonella Linnaeus (Tortricidae). Las alas anteriores son más cortas y estrechas y las posteriores largas y amplias en la forma de invierno en comparación con la forma de verano, estas di- ferencias resultaron más conspicuas en hembras, las cuales, en esta especie, al parecer son más efectivas en la disper- sión. Según estos autores, la conformación del ala encon- trada en la forma de invierno es más adecuada para el vuelo en condiciones extremas. En relación a este último punto, las alas de C. pomonella en regiones con altas velocidades del viento presentó una forma similar a la descrita anterior- mente (Khaghaninia et al. 2011).

Bai et al. (2015) evaluaron la variación de la forma del ala en 15 poblaciones de Pieris rapae Linnaeus (Pieridae) en relación con la heterogeneidad ambiental presente en las montañas Qinling (China). Un análisis de variantes ca- nónicas dividió a las poblaciones en dos grandes grupos, un grupo sur y un grupo norte, representando las montañas Quinling el límite entre ambos, lo cual demuestra el papel de estas montañas como una barrera que ha causado una fragmentación intraespecífica. Adicionalmente, un análi- sis de agrupamientos (“cluster”) dividió a las poblaciones en cuatro grupos, los cuales son consistentes con los cuatro tipos de ambiente principales en la zona. Las diferencias en la forma del ala mostraron una alta correlación con la distancia geográfica, mientras más pequeña la distancia entre poblaciones, menores diferencias entre estas. De ma- nera similar, Mozaffarian et al. (2007b), encontraron una correlación entre las distancias morfológicas y geográficas en las poblaciones iraníes de Ectomyelois ceratoniae Zeller (Pyralidae).

Otro factor cuyo efecto sobre la morfometría alar ha sido estudiado es la planta hospedera. Las hembras de Neoleucinodes elegantalis Gueneé (Crambidae) presenta- ron diferencias en la conformación del ala en relación a sus dietas con solanáceas silvestres y cultivadas (Obando 2011). Khiaban et al. (2010) encontraron diferencias en la forma y el tamaño del ala anterior de Helicoverpa armigera Hübner (Noctuidae) entre poblaciones asociadas con to- mate, algodón, maíz y garbanzo.

La varianza en la forma y tamaño del ala y su relación con factores bióticos ha recibido una menor atención. Breuker

et al. (2007) encontraron que la relación entre la forma del ala y la dispersión es específica del sexo en Melitaea cinxia Linnaeus (Nymphalidae), solo en las hembras se presenta- ron diferencias en los individuos que se dispersaban y los que no. Jones et al. (2013) encontraron una variación con- siderable en la forma del ala de distintos morfotipos de He- liconius numata Cramer (Nymphalidae), una especie que mimetiza los patrones de coloración de varias especies del género Melinaea Hübner (Nymphalidae). Las diferencias observadas fueron más conspicuas entre los morfotipos f. silvana y f. elegans, observándose un paralelismo con las diferencias observadas entre las respectivas especies de Me- linaea que estos morfotipos imitan, sugiriendo una posible variación en la forma asociada al mimetismo ( Jones et al. 2013).

Estudios sobre la variabilidad fenotípica se ha realizado también a nivel interespecífico. Zhong et al. (2016) cuan- tificaron la variación en tamaño y forma del ala posterior en 76 especies de Saturniidae distantemente relacionadas. La forma del ala posterior en Saturniidae es altamente va- riable y tiene implicaciones en la ecología de las especies, especialmente en la interacción depredador-presa. En el estudio se incluyeron 52 géneros en 5 subfamilias con un amplio rango geográfico. Se distinguieron seis grupos morfológicos que no siguen las relaciones filogenéticas de las especies, lo que sugiere una evolución convergente en la forma del ala posterior; estos grupos se presentaron en un gradiente que va desde alas relativamente pequeñas y redondeadas hasta alas grandes con colas largas y delgadas. Se cree que estas colas tienen una función anti-depredado- res, al parecer estas colas largas hacen parecer al individuo de mayor tamaño ante el mecanismo de ecolocación de los murciélagos ( Janzen 1984, citado por Zhong et al. 2016).

Por su parte, Céspedes et al. (2014) indagaron sobre la correspondencia entre la forma del ala y los comporta- mientos de vuelo observados en 21 especies de Haeterini (Nymphalidae, Satyrinae). En las especies incluidas en el análisis estuvieron representados los cinco géneros de la tribu, los cuales presentan diferencias en la altura y com- portamiento del vuelo; cuatro géneros planean cerca del suelo y un género aletea muy por encima del nivel del sue- lo. Se encontró una segregación entre “planeadoras” y “no planeadoras”, siendo los patrones de variación observados congruentes con la aerodinámica de animales en “efecto suelo”.


DIMORFISMO SEXUAL


Las diferencias en caracteres morfológicos entre sexos es un fenómeno común dentro del reino animal, siendo uno de los aspectos más conspicuos el tamaño corporal (Bení-

Morfometría geométrica en Lepidoptera


tez 2013). En insectos, por lo general las hembras son más grandes que los machos, lo cual les da ventajas adaptativas como una mayor fecundidad y mejor cuidado parental. No obstante, en algunos casos los machos son más largos pero tienen menor masa relativa (Benítez 2013). Por otra parte, es muy frecuente que las diferencias entre sexos no sean tan obvias o los individuos sean muy pequeños, lo cual impli- ca que la determinación del dimorfismo sexual en grupos de insectos requiere de técnicas de medida mucho más complejas, como es el caso de la MG (Benítez 2013). Di- ferencias en la morfología del ala entre sexos de una misma especie, puede ser un reflejo de diferencias en la capacidad de vuelo, lo cual podría tener mucho significado, por ejem- plo, en el monitoreo y control de especies plaga (Albutra et al. 2012).

Se han detectado diferencias entre sexos en la confor- mación del ala de las especies Auca coctei, Tecia solanivora, Cydia pomonella, Neoleucinodes elegantalis, Tongeia fis- cheri Eversmann (Lycaenidae), Heliconius numata, Heli- conius erato Linnaeus (Nymphalidae), Chilo suppressalis Walker (Crambidae), Melitaea cinxia, Danaus plexippus Linnaeus (Nymphalidae), Schirpophaga innotata Walker (Crambidae), Ectomyelois ceratoniae, Dryas iulia Fabri- cius (Nymphalidae); también en siete especies de esfíngi- dos, en varios taxones dentro de Haeterini y dentro de los géneros Hamadryas Hübner (Nymphalidae)y Synneuria Mabille (Geometridae) (Zahiri et al. 2006, Breuker et al. 2007, Mozaffarian et al. 2007, Oliveira 2008, Hernández et al. 2010, Benítez et al. 2011, Jorge et al. 2011, Obando 2011, Albutra et al. 2012, Garzón 2012, Jones et al. 2013, Sanzana et al. 2013, Berns 2014, Céspedes et al. 2014, Je- ratthitikul et al. 2014, Khaghaninia et al. 2014, Ferreira et al. 2015, Torres et al. 2015). Por su parte, los resultados en relación al dimorfismo sexual en el tamaño del ala no son tan homogéneos; Benítez et al. (2011) y Jorge et al. (2011) no detectaron diferencias entre hembras y machos en el tamaño de las alas de H. erato y Synneuria sp., respec- tivamente.

Una de las aplicaciones más espectaculares de la MG es la visualización de las formas y la localización de los cam- bios que sufre entre individuos o grupos. En este contex- to, Ferreira (2015) describió las diferencias en la forma de las alas entre sexos de siete especies de esfíngidos; indican- do que la forma del ala anterior de los machos tiende a ser más recta y larga con ápices triangulares, mientras que el ala posterior tiende a ser más amplia y corta; observándo- se un patrón opuesto en hembras. Este autor señala que la forma de las alas anteriores en machos está asociada a un vuelo rápido con poca capacidad de maniobra y la de las hembras con una alta maniobrabilidad y poca velocidad. El patrón opuesto en las alas posteriores de ambos sexos

podría ser una compensación que les confiere velocidad a las hembras y maniobrabilidad a los machos (Ferreira 2015). De manera similar Oliveira (2008) señaló que el ala de los machos de Dryas iulia alcionea tiene una forma aerodinámicamente diseñada para un vuelo rápido en lí- nea recta, mientras que las hembras poseen alas diseñadas para el revoloteo.


TAXONOMÍA


Una de las necesidades primarias en entomología es la distinción de especies, especialmente de especies crípti- cas (Dujardin 2008). Muchas de las preguntas relaciona- das con procesos de especiación y diversificación, manejo de poblaciones y conservación de especies dependen de una designación taxonómica precisa a nivel de especies (Knurek 2010, Barão et al. 2014). En muchos casos los caracteres morfológicos utilizados para la delimitación de especies, por sí solos, no son suficientes en ciertos grupos taxonómicos (Barão et al. 2014). En el caso de Lepidop- tera, frecuentemente especies muy cercanas presentan ca- racteres morfológicos muy similares, haciendo difícil su identificación (Roggero & Passerin 2005, Mutanen et al. 2007, Knurek 2010, Barão et al. 2014).

Adicionalmente, puede existir una gran variación mor- fológica dentro de grupos de especies (Prieto et al. 2011) y los caracteres usados en las descripciones a veces son va- riables continuas que pueden representar clinas geográfi- cas, y por tanto existir solapamiento en los valores de estos caracteres entre diferentes especies, lo que dificulta la dis- tinción entre variaciones intra e interespecíficas (Barão et al. 2014). En este sentido, los trabajos de MG alar reflejan la capacidad de estas técnicas para caracterizar la variación morfológica y detectar evidencia sutil de especies biológi- cas que pueden causar problemas cuando sólo se toman en cuenta los caracteres tradicionalmente utilizados en la ta- xonomía de estos grupos.

Por ejemplo, la MG del contorno del ala permitió la validación de las especies Heliozela resplendella Stainton y Heliozela hammoniella Sorhagen (Heliozelidae), cuya taxonomía había sido inestable por un largo tiempo, lle- gando a ser consideradas una única especie (Mutanen et al. 2007). Las relaciones inferidas a partir de la variación en la forma del ala de poblaciones de Tongeia fischeri re- flejaron su clasificación en subespecies, concordando estos resultados con estudios moleculares previos ( Jeratthitikul et al. 2014). El poder discriminante de la MG también ha sido utilizado para establecer sinonimias entre especies controversiales; Barão et al. (2014) mediante un enfoque taxonómico integrativo en donde se incluyó MG de hitos discretos de las alas de Philaethria pygmalion Röber y Phi-

A. Moreno


laethria wernickei Fruhstorfer (Nymphalidae) concluye- ron que estas especies no pueden ser delimitadas y propu- sieron su sinonimia (Barão et al. 2014).

Roggero & Passerin (2005) cuantificaron la variación morfológica del ala de dos poblaciones del grupo “Scythris obscurella” (Scytrhididae) (una en los Valles de Aosta y otra en los Alpes Marítimos, Francia), lográndose la separación de dos especies (Fig. 5). Este grupo comprende unas 10 especies, cuya apariencia uniforme dificulta la asignación de individuos a las diferentes especies que lo conforman, siendo el examen de los genitales el método más confiable para su identificación (Roggero & Passerin 2005).

Resulta interesante resaltar el hecho de que a partir del examen de los genitales, se determinó que todos los indivi- duos de los Alpes Marítimos correspondían a S. cuspidella, mientras que en la muestra del Valle de Aosta la gran ma- yoría pertenecían a la especie S. speyeri y unos pocos a S. cuspidella. Estos últimos corresponden a los especímenes agrupados en el grupo de los Alpes Marítimos en la Figu- ra 5, lo cual es indicativo de la confiabilidad del ala como carácter en la identificación de estas especies, siempre que se empleen herramientas capaces de capturar de manera precisa la variación en la forma, como es el caso de la MG. La MG también ha resultado una herramienta pro- misoria en el manejo de plagas, donde una identificación correcta es primordial. Cañas-Hoyos et al. (2014) carac- terizaron la variación en la conformación del ala, logran- do la distinción de las razas de la plaga principal del maíz Spodoptera frugiperda Smith (Noctuidae) (raza del maíz y raza del arroz). Estas ya habían sido caracterizadas por me- dio de marcadores moleculares, no obstante no presentan

diferencias morfológicas evidentes. Según estos autores, la relevancia en su correcta identificación, radica en la obser- vación de aislamiento reproductivo y diferencias en la sus- ceptibilidad al control químico y biológico, lo que sugiere un proceso de especiación vía asociación planta-huésped. Por su parte, la MG de hitos discretos en el ala anterior del taladrador Europeo del maíz Ostrinia nubilalis Hübner (Crambidae), permitió una muy buena discriminación en- tre esta especie y otras tres especies con la cual es frecuen- temente confundida en campo, pudiendo ser utilizados los datos de la clasificación en un software de identificación automatizada (Przybytowicz et al. 2015).

Otro grupo que ha recibido atención en relación a la cuantificación de la variación en la morfología del ala es la familia Sphingidae. Ferreira (2014) caracterizó los pa- trones de variación morfológica dentro de esta familia, en- contrando que la conformación del ala posterior resulta un carácter excelente en la discriminación entre subfamilias y tribus. Por su parte, el contorno del ala de los esfíngidos Pseudosphinx tetrio Linnaeus, Agrius cingulata Fabricius, Cocytius duponchel Poey, Pachylia ficus Linnaeus, Manduca rustica Fabricius y Protambulix strigilis Linnaeus también resultó ser excelente en la discriminación de estas especies (Chávez & Cruz 2015), aunque el número de individuos por especie incluidos en el análisis fue bastante bajo.

A pesar de la utilidad reflejada en los ejemplos anterio- res, es importante resaltar que no existe un criterio riguro- so para atribuir las diferencias observadas a un proceso de especiación o a un proceso adaptativo local que no involu- cra especiación. Según Dujardin (2008), si bien no existe un criterio métrico que marque la diferencia entre especies,


image


Figura 5. Resultado del análisis de componentes principales realizado sobre las variables de conformación del ala (Relative warps analy- sis) de dos poblaciones de S. obscurella. Círculos negros: población de los Alpes marítimos. Cuadros blancos: población de los Valles de Aosta (Roggero & Passerin 2005).

Morfometría geométrica en Lepidoptera


es importante considerar algunas ideas, ninguna de los cuales resulta completamente en la solución del problema.

Una de estas consideraciones es la magnitud de las di- ferencias; el grado de las diferencias interespecíficas es mucho mayor en relación a las diferencias intraespecíficas correspondientes, incluso de aquellas observadas en po- blaciones a través de un rango geográfico amplio. Cuando existen diferencias consistentes, libres de efecto alométri- co, es indicativo de que hay diferencias no atribuibles al tamaño, lo cual no es común en poblaciones de la misma especie, a menos que existan diferencias ecológicas im- portantes. Otro punto importante es la localización ana- tómica de las diferencias, aquellas diferencias ubicadas en regiones anatómicas que representen barreras mecánicas reproductivas, como en el caso de los genitales, tienen más significado evolutivo que cualquier otra. Finalmente, el hecho de que los grupos comparados sean simpátricos o alopátricos puede proveer información adicional.

Finalmente, otro uso que se la ha dado a la MG, aún me- nos extendido que los casos anteriores, es como herramien- ta auxiliar en la reconstrucción de la historia filogeográfica de varias especies. Mediante un enfoque que combina la MG con análisis moleculares se han descrito patrones filo- geográficos complejos de las especies Polyommatus celina Austaut, Polyommatus icarus Rottemburg (Lycaenidae) (Dincă et al. 2011) y del complejo de especies Zygaena transalpina (Zygaenidae) (Von Reumont et al. 2011).


CONCLUSIONES


La MG resulta una herramienta sumamente eficiente, precisa y económica para la cuantificación de la variación morfológica, pudiendo detectar diferencias muy sutiles entre las formas bajo estudio, resultando de gran utilidad en las ciencias biológicas donde muchas de las preguntas están relacionadas con la forma.

A pesar del avance en el desarrollo de estas herramien- tas en los últimos años, en el caso de la morfología alar de Lepidoptera, el uso de estas aún no han adquirido popu- laridad en estudios taxonómicos, recibiendo una mayor atención el estudio de la variabilidad fenotípica asociada a diferentes factores, incluido el dimorfismo sexual.

El valor potencial de la MG del ala para abordar pregun- tas relacionadas con la taxonomía y ecología de lepidópte- ros se evidencia claramente en la bibliografía consultada.


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