Constructivismo y representación cultural. Avances y perspectivas

  • Rolando Navarro
Palabras clave: representación, constructivismo, mito, sigmática, ontosemiótica, prácticas discursivas, actos de habla

Resumen

En este trabajo intento abordar el problema de la representación y su relación con el lenguaje. Para ello he tomado como guía de ruta la estructura del primer capítulo del libro Representation. Cultural Representations and Signifying Practices de Stuart Hall (1998), a partir del cual haré mi propia interpretación del asunto. Comienzo por presentar una definición común y corriente de representación como el proceso mediante el cual los miembros de una cultura utilizan el lenguaje (entendido como todo tipo de sistemas significantes) para producir significado. Esta definición lleva a la siguiente premisa: objetos, personas y hechos en el mundo no tienen significados fijos, verdaderos y definitivos. Somos nosotros, en la sociedad y dentro de una cultura, quienes hacemos que las cosas signifiquen, quienes significamos. De este modo, el significado es contingente y fluido, pues cambia de una cultura a otra, de un período a otro. Lo que denomino, siguiendo a Hall, la perspectiva “constructivista” del fenómeno de la representación, en contraposición con la reflexiva y la intencional, plantea el significado como una relación entre tres diferentes órdenes de cosas, a saber: a) el mundo de los objetos, las personas y los hechos; b) el mundo conceptual (los conceptos mentales que tenemos en nuestras mentes); y e) los signos, codificados de una determinada manera en una lengua, que permiten comunicar (y algo más) estos conceptos. Así, producir significado dependerá de una práctica esencialmente interpretativa de codificar y decodificar. Pero como el significado está siempre en constante cambio, los códigos operan más como convenciones sociales que como reglas fijas. Poco a poco el asunto que nos ocupa se torna más complejo, y desemboca en dos versiones del constructivismo: por un lado, aquello que se dirige a cómo el lenguaje y la significación (el uso de los signos en él) trabajan para producir significados (lo que a partir de Saussure se llamó semiología); y, por el otro, siguiendo a Foucault. a aquella que se enfila hacia cómo el discurso y las prácticas discursivas producen conocimiento. En cuanto a la primera (semiología), resalto la importancia de nociones tales como: significado y significante, lengue y parole y mito (Barthes). En la aproximación discursiva, apelo a las formaciones discursivas (Foucault), así como a las nociones de poder/conocimiento, y la idea del “régimen de verdad” y a la manera como el discurso también produce el sujeto y define las posiciones-sujetos de las cuales procede el conocimiento y, así, el retorno a las cuestiones acerca del “sujeto” al campo de la representación. Tomo, entonces, de estas dos aproximaciones (la semiológica y la discursiva), los elementos que más luz arrojan a la elucidación del problema. Por último, hago referencia a los aportes de autores latinoamericanos a la temática estudiada. Tal es el caso de la ontosemiótica de Delgado-Ocando y la ontología del lenguaje de Rafael Echeverría, para, así, avanzar hacia la elaboración de una matriz teórica que permita explicar, o mejor dicho comprender, las acciones humanas y su constitución mediante las prácticas discursivas.

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Cómo citar
Navarro, R. (1). Constructivismo y representación cultural. Avances y perspectivas. Omnia, 5. Recuperado a partir de https://produccioncientificaluz.org/index.php/omnia/article/view/7017
Sección
Artículos